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Colección

Encarnación LEONARDO BOFF


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El extenso estudio sobre la espiritualidad franciscana que
el P. Boff nos presenta en esta obra, es fruto de su pro-
funda contemplación en el servicio y en el compartir con
los pequeños del Reino .. El mismo autor lo confirma: "Yo,
hermano de un país lejano, teólogo menor, periférico y
pecador, vi y doy testimonio. En alabanza del pobrecillo
Francisco. Amén".
SAn FRAílCISCO
Unicamente a partir de un análisis profundo de los fun-
damentos y de la inspiración evangélicos de la espiri-
tualidad, los cristianos podremos enfrentar con mayor
DE ASIS:
generosidad los múltiples desafíos que hoy se nos pre-
sentan; así como Francisco, quien, con su sencillez, res-
pondió a los retos de su tiempo.
ternura y vigor
Algunas interrogantes surgen tanto de la crisis que ha
provocado en la praxis cristiana el consumismo reinante
que todo lo utiliza, como de la quebrantada convivencia
social por el abismo que separa a ricos y pobres.
San Francisco nos confiesa que experimentó el evangelio
como su propia liberación integral, sintió el amor prefe-
rencial de Dios por las víctimas del despojo y de la in-
justicia, se comprometió con una Iglesia servidora de los
pobres y centrada en la periferia, con una comunidad
que celebra la vida y que se congrega en torno a la Pa-
labra de Dios.
Pero Francisco también integra lo negativo que los hom-
bres llevamos dentro, para renacer como un hombre
nuevo y caminar hacia Dios. Este es el fascinante legado
que hoy nos deja el alegre hermano menor.
EDICIONES PAULINAS
El)EDICIONES PAULINAS
Colección LEONARDO BOFF
ENCARNACION

l. La inserción en la vida de Jesús y en la misión


Segundo Galilea
2. María, memoria de Jesús y del pueblo
José María Arnaiz
3. El ascenso a la libertad
Segundo Galilea San Francisco de Asís:
4.

5.
San Francisco de Asís: ternura y vigor
Leonardo Boff
El camino de la espiritualidad
ternura y vigor
Segundo Galilea

Una lectura desde los pobres

EDICIONES PAULINAS
Distribuye:
LIBRERIA SAN PABLO
Avda. L. B. O'Higgins 1626; Casilla 3746
Teléfono 6989145; Santiago -de Chile

Dedicatoria

A mis hermanos fray Luis Flavio Cappio y fray Enrique


Salvador de Mello, que optaron por vivir con los po-
bres y como los pobres , de acuerdo con la mejor heren-
cia del "Fratello" y "Poverello" Francisco de Asís.
\ l"rsiún original portugués: sao Francisco de Assis: Ternura y Vigor.
l raducci ó n autorizada para todos los países latinoamericanos
IMPRIMATUR
+ Jorge Hourton
Obispo
Santiago de Chile, 12 de enero de 1982
Traductor: Camilo Luquin
NIHIL OBSTAT
Fr. Sergio Uribe, OFM. Cap.
IMPRIMI POTEST
Fr. Manuel Sánchez
Min. Provincial OFM. Cap.
© EDICIONES PAULINAS
Vicuña Mackenna 10.777, La Florida (Stgo.), Chile
© CEFEPAL
Llano Sub ercasea ux 3259
Inscri pción Nº 54.208
Diciembre de 1989
Impresor: Pía Sociedad de San Pablo
Impreso en Chile - Printed in Chile
5
Versos para caminar
sobre las huellas de san Francisco

l. Hermano que viviste en la umbría


enciende estas palabras como tu sombra
silenciosa compañera
haciéndonos amar los caminos.
2. Desconfía de las piedras
y ama los pájaros.
3. Enseña a tu alma
amiga
a gustar de los vientos
vive profunda indefensamente
la ciencia de la esperanza
ella es fiel
y la más lúcida de tus hermanas
vive en una medida desmedida
y se atreve a penetrar el secreto del tiempo.

4. Enseña a tus pasos


a caminar en los sueños
cuando llegue la hora definitiva
estarás más cerca.
5. Que no te asuste la cercanía de la muerte
guarda tu emoción
como una alabanza a la grandeza de la vida.
6. Cuando ves a un pobre
él te juzga tú te juzgas DIOS te juzga
es la hora de la misericordia.
7
7. La bondad 12. Hermano que viviste en la umbría
esta fecunda inmensa existencia señor hermano encendido por el amor
en la que la vida se abraza con la muerte enciende nuestros caminos
para vencerla. pero tan profundamente
que podamos amar las sombras
8. No te inclines sino ante DIOS y sin odio o temor
o ante cualquiera que sufre ver las estrellas en la áspera mirada del lobo.
todo lo demás es idolatría.
9. Vamos caminando
sufre y alégrate JOSE PAULO,
como el desasosiego de las aguas primavera de mil novecientos ochenta y uno.
admira el esplendor del mar
y no seas ingenuo .
exigiendo a las olas y a la espuma
la quietud de los puertos
vives el tiempo del coraje
la música de las encrucijadas
tu sangre ignora en tus venas la inmovilidad
y por eso vives
y esa es la imagen verdadera
del Infinito y Ardiente Cristal.
10. El tiempo asiste a la lucha
entre el afecto y el temor
te desafía
gritando: abrázame o adormécete.
11. Amar
único verbo
sereno que se mueve
sobre la ofuscadora certeza de la eternidad.

8 9
Introducción
El vino añejo también florece

En la primavera, las cepas que parecían resecas y muer-


tas se estremecen de pronto y se cubren de verde y de flor.
En las bodegas, en lo oscuro de los toneles, el vino, aun el
más añejo, inicia una levísima floración. Un velo de flores-
cencia se extiende delicadamente sobre su superficie. No es
añoranza de otros tiempos. Es la vida que continúa. Lo que
parecía muerto, no lo está; las piedras también crecen y el
vino más añejo florece.
Como el vino, así es la vida de los hombres de Dios que
fueron y marcaron para otros las huellas indescifrables del
Misterio que habita en nosotros. Aunque hayan vivido en
tiempos remotísimos, permanecen en la conéi,encia y en la
gratitud de los hombres.
Hace ahora 800 años nació Francisco de Asís. El fue un
vino precioso y delicado. Florece y fructifica ininterrumpi-
damente en la cultura, en la Iglesia, en las familias francis-
canas. Con Francisco retornó al mundo la primavera de Je-
sucristo.
Este ensayo que tienes en las manos -San Francisco:
Ternura y Vigor. Una lectura desde los pobres- intenta re-
coger algunas flores de su jardín multicolor. Identificamos
cinco cuestiones significativas para nuestro tiempo. Interro-
gamos a Francisco para ver qué es lo que nos dice acerca de
cada una de ellas. Su respuesta no tiene nada de medieval,
sino que es tremendamente actual. Siempre que los santos,
en su seguimiento de Cristo, van hasta las profundidades de
la existencia humana, aparece la perenne actualidad del
Evangelio. Ellos quiebran los límites de su tiempo y se ha-
cen contemporáneos de cada tiempo y de cada hombre que
está buscando una estrella. Y por eso no son ni antiguos ni
modernos, son simplemente actuales, siempre actuales, por-
tadores de aquella actualidad que encierra las cuestiones
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axiales de la existencia en cualquier tiempo, la actualidad tura como un drama de gran efecto, toda ascensión se pro-
propia de Cristo. cesa como liberación de múltiples amarras, toda santidad se
Las cinco cuestiones se presentan como círculos concén- construye sobre el telón de fondo de las grandes tentaciones
tricos, desde lo más general a lo más particular. La primera y, mientras vivimos, el pecado siempte acompaña a la gra -
aborda la problemática del sistema dentro del cual vivimos: cia. Francisco abrió un camino original en la conquista de su
la crisis de las formas de acumulación y del sistema de razón. propio corazón: hizo de la propia dimensión de sombras una
Francisco nos evoca otros principios de estructuración más senda para Dios con gran simplicidad y humildad . .Por eso,
fundados en el corazón, la ternura y la comunión con la na- canta tanto a la vida y al amor como a la enfermedad y a la
turaleza. La segunda cuestión es la de la sociedad contem- muerte; integrándolos como hermanos y hermanas en la
poránea; representa una fractura de arriba a abajo: la divi- gran familia de Dios.
sión entre ricos y pobres, la sobreabundancia por un lado y Estas cinco cuestiones son tratadas en la perspectiva de
la carencia por el otro, generando injusticia a niveles mun- los pobres, pues ellos son los más interesados en los cambios
diales. Francisco, el Pobrecillo, vivió una radical expropia- cualitativos de nuestro mundo. La óptica de los pobres.ayu-
ción como forma de solidaridad con los pobres y con Cristo da más que cualquiera otra a identificar problemas canden-
pobre. El sentido de la vida humana no se orienta a crear tes y a encontrar soluciones liberadoras para las grandes ma-
riqueza sino fraternidad, se apoya no en el tener sino en ser yorías. Además, Francisco de Asís se hace "pobrecillo" en-
solidario y compasivo con todas las criaturas. La tercera cues- tre los pobres, y a partir de ellos trató de leer el Evangelio
tión es la de la liberación integral. Todo el sistema y toda y toda la realidad.
la sociedad están traspasados de ansias incontenibles de li- Finalmente, con humildad nos aplicamos a nosotros mis-
beración, a partir de los --oprimidos y de los pobres. Francis- mos las palabras del seráfico Padre: "Es una gran vergüen-
co emerge como uno de los santos más libres de la experien- za para nosotros, siervos de Dios, que los santos hicieron las
cia cristiana, de aquella libertad que otorga el Evangelio de obras, y nosotros, con narrarlas, queremos recibir gloria y ho-
Jesucristo liberador. Francisco, también llamado el Hermano, nor" (Adm 6).
libera por la bondad, por confianza que deposita en las se-
cretas energías de luz que están desparramadas en cada co-
razón y que ningún pecado y opresión consiguen apagar.
La cuarta cuestión es la de la eclesiogénesis, vale decir,
la génesis permanente de la Iglesia. La Iglesia no es sólo una
institución milenaria ligada al hecho fundador de Cristo, del
Espíritu, de los apóstoles y los profetas. Es principalmente
acontecimiento de fe, nace como respuesta .a la Palabra
-spons.a Verbi- oída y vivida en el amplio espacio del mun-
do y no sólo en el ámbito cerrado de los templos y de los
monasterios. Francisco creó una expresión popular de Igle-
sia; el misterio de la Iglesia se concretiza en pequeñas fra-
ternidades de hermanos en contacto con el pueblo y con los
más pobres del pueblo de Dios.
La quinta cuestión aborda el problema de la integración
de lo n_egativo en la vida. La trayectoria humana se estruc-

12 13
l. San Francisco:
la irrupción de la ternura
y de la convivialidad

MENSAJE DE SAN FRANCISCO


A LA CULTURA ACTUAL

Subiendo, en cierta ocasión, el hermano Buenaventura,


hortelano del convento de la Porciúncula, al monte Subasio,
con un hermano de un país lejano, éste le preguntó en qué
consistiría la espiritualidad franciscana. El hermano Buena-
ventura, hombre simple y muy espiritual, con voz dulce, y
con acento sombrío, respondió: "La espiritualidad francis-
cana es san Francisco. Y ¿quién es san Francisco? Basta
nombrarlo, y todos saben quién es. San Francisco es un hom-
bre de Dios. Y porque fue un hombre de Dios siempre vivió
en todo lo esencial. Por eso era simple, cortés y tierno con
todos, como Dios en su misericordia".
El viejo autito Fíat (topolino) sube jadeando el camino
pedregoso que lleva al convento de Le Carceri. Allá, abajo,
se extiende, iluminado por un agradable sol otoñal, el sere-
no valle de Asís, como un tapiz tejido de casitas y planta-
ciones. De pronto, el hermano Buenaventura detiene el auto
y salta; pero no para contemplar et amplio panorama que se
abre desde la altura sobre las laderas y el valle. Con su mi-
rada franciscana había descubierto unas florecitas blancas
sobre el verde tupido. "iFíjese qué amorosas!", dice este her-
mano rudo, pero de espíritu tan fino, mientras se inclina so-
bre ellas, como quien se inclina con cariño sobre la cuna de
un recién nacido.
El hermano de un país lejano descubre unas moras, ver-
des y madurq.s, y las prueba. "¿Por qué coge las moras ver-
des, hermano? -lo ataja el hermano Buenaventura-, ¿no
se da cuenta de que sufren? ¿Le gustaría cortar a alguien
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n la plenitud de La vida? Sólo cuando están madur.as se La crisis, que todos sufrimos, es estructural y atañe a los
ofrecen gustosamente para nuestra alegría". fundamentos de nuestro sistema de convivencia 1 . He aquí
'¡ La bajada es tan Lenta como La subida. EL pequeño auto la razón de su carácter dramático e inaplazable. La crisis del
desciende de La montaña suavemente. "¿Por qué no vamos sistema global deriva de la crisis específica de la clase hege-
un poco más rápido, hermano Buenaventura?". Y él respon- mónica, la clase burguesa que dirigió nuestra historia en los
de: "No hay que abusar de La bondad del coche. Desde hace últimos cinco siglos. El ethos de esta clase, es decir, sus prác-
18 años me lleva y me trae, y siempre ha sido bueno conmi- ticas, el sentido que se les confiere, las formas de relación
go. ¿cómo no voy a tener consideración con él con tantas que consagró e impuso a todas las demás clases sociales, se
curvas, evitando las frenadas bruscas?". muestra más o menos incapaz de asimilar, dentro de su en-
Luego, en casa, en La Porciúncula, me mostró su huer- cuadramiento, las nuevas formas emergentes, así como tam- ,
to, Lleno de hortalizas, parras, higueras y muchas flores. Ob- bién de elaborar con sus propios recursos internos una alter-
servo también un cantero desordenado, de un verde exube- nativa significativa para todos. Nos encontramos al fin de
rante. "Hermano Buenaventura, ¿qué es aquello?". Y él, con una era y al comienzo de otra diferente. En este contexto,
una sonrisa inocente: "Son nuestras hermanas, Las hierbas la figura de Francisco se revela altamente evocadora.
dañinas. Las dejo crecer allí porque también son hijas de
Dios y alaban La belleza del Creador".
Es domingo, y hay fiesta en el convento, porque el nue-
vo superior de La casa toma posesión de su cargo. Se sirve l. El fin de la hegemonía del Logos
un vino especial. EL hermano Buenaventura toma su vino
en silencio y con respeto. Lo hace como cumpliendo un rito. Las manifestaciones fenomenológicas de esta crisis pre-
"¿ Qué tal, hermano?". Y él, como· en un susurro: "Debo· hon- sentan un carácter masivo: vacío, soledad, miedo, ansiedad,
rar al hermano vino. Yo mismo Lo hice, hace seis años. Y él agresividad sin objetivos, en una palabra, insatisfacción ge-
también está alegre con nuestra alegría". neralizada. El vacío nace del sentimiento de i~encia de
EL hermano Francisco vive todavía en su "gente pove- que es poco lo que podemos cambiar en nuestra propia vida
rella". Valieron La pena todas sus penitencias y su locura y en la sociedad, y, finalmente, de que nada es importante.
para liberar el nacimiento de un espíritu tan tierno y frater- La soledad expresa la pérdida de contacto con la naturaleza
no como el del hermano Buenaventura. Francisco vive, y es- y con los otros, en términos de amistad y ternura; falta cora-
tá en medio de nosotros, oculto en el interior de cada uno je para el compromiso. El miedo es fruto de las amenazas
de nosotros. Yo lo vi nacer en las actitudes del hermano objetivas a la vida, al trabajo, a la supervivencia colectiva
Buenaventura. del género humano. La ansiedad tiene su origen en el miedo
Yo, hermano de un país distante, teólogo menor, perifé- imaginado, la ignorancia acerca de lo que conviene hacer,
rico y pecador, lo vi y doy testimonio. En alabanza de Cristo. en quién creer y qué esperar; cuando la ansiedad se posesio-
Amén. na de toda una cultura significa que toda ella se siente ame-
nazada y presiente su fin próximo. La agresividad sin obje-
tivos revela la ruptura con las normas de contención sin las
cuales una sociedad no se construye ni se defiende; pone de

1 Para una orientación sucinta, véase R. BARTHES, R. DUMONT, M. DU-


VERGER y otros, Que/le crise? Que/le société? Grenoble, 1974.
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manifiesto la anomía y la pérdida de sentido de Self, es de- li mite será la razón analítico-instrumental, en detrimento
cir, del valor y la sacralidad de la persona humana. De todo ti c otras formas de ejercicio de razón (dialéctica, sapiencial,
lo cual se derivan dos consecuencias no menos graves: el va- etc.). El saber tiene una irracionalidad definida: el poder.
ciamiento y la reducción del lenguaje de comunicación co- Poder y saber son coincidentes para la modernidad burgue-
tidiana, de la relación personal significativa, y la pérdida de sa. Por eso, el proyecto científico y técnico constituirá la
la relación vital con la naturaleza. Y a cualquier individuo gran empresa del sistema de dominación del mundo en fun-
vacío, amenazado, ansioso y agresivo, la propia naturaleza se ción del proceso productivo 3 •
le presenta muda, indiferente y muerta. Semejante ausencia
de entusiasmo facilita la quiebra de los ecosistemas. De ma- El hombre de la modernidad burguesa está sobre las co-
nera general, favorece un exceso de irracionalidad, lo que sas y no ya con ellas, porque su saber analítico significa po-
revela las limitaciones del sistema de integración social. Los der de control sobre sus mecanismos ordenados en función
viejos mitos agonizan, y los nuevos no tienen todavía fuer- del disfrute humano. La racionalidad analítica exigirá un cor-
za suficiente para gestar un nuevo Ethos cultural. te de los demás accesos legítimos a lo real orientados por el
Pathos, la simpatía, o el Eros, la comunicación fraterna y la
Esta crisis constituye, como hemos dicho, la crisis de la ternura. Toda esta dimensión será señalada y aun difamada
1 clase dirigente. Las clases subalternas no están inmunes a como factor perturbador de objetividad científica. La ciencia
! ella, pero tienen otras razones para vivir y luchar. Como ve- al servicio de los a priori fundadores (el afán de lucro, de rea-
¡ remos, son portadoras de soluciones alternativas, capaces de
formar una nueva sociedad.
lización) organiza su démarche de dominación mediante la
¡ proyección de modelos y paradigmas de la realidad .que le
fi Estos breves datos fenomenológicos son síntomas, no garantizan la eficacia operativa. Ciertamente, este pragma-
causas. La raíz ontológica de esta crisis debe ser buscada más tismo tiene su razón de ser (garantizaK la producción y la.re-
a fondo en la realidad, y más lejos en el tiempo 2• Está ligada producción de la vida), pero no por eso'cleja de ser profunda-
al surgimiento de la burguesía como clase social, de las en- mente reductor en la medida en que esquematiza y artificia-
trañas del propio sistema feudal. El desarrollo del mundo de liza la realidad y oculta dimensiones decisivas para la reali-
~ los artesanos creando el sistema de mercado proyecta un zación del sentido humano de la vida. Especialmente la na-
nuevo sentido de ser: la voluntad de lucro, de acumulación, turaleza, a pesar del entusiasmo por los descubrimientos en
de poder. En función de esto se elaboró un nuevo Ethos, es los orígenes de la revolución moderna, fue separada de la vi-
decir, un nuevo estilo de vida con relaciones diferentes con da emocional y arquetípica de las personas; dejó de ser una
1 la naturaleza, los otros, la religión y Dios. La ciencia y la de las grandes fuentes alimentadoras de la dimensión simbó-
técnica no surgieron por un puro ejercicio gratuito de racio- lica y sacramental de la vida, perdiendo su función terapéu-
nalidad, sino como respuesta exigida por el avance de la pro- tica y _h umanizadora.
1 ducción, del mercado y del consumo. Ellas constituyen el
aporte decisivo que la burguesía hizo a la humanidad. A cau-
Evidentemente, el hombre no dejó de sentir, de vibrar y
de relacionarse de otra manera. Pero todo esto fue llevado
sa de la producción, la razón que será desarrollada hasta el a cabo bajo la hegemonía de la razón, instaurada como árbi-
tro supremo y universal ante el que todo debe rendir cuenta.
2
La bibliografía es inmensa; citamos los nombres más representativos que
trabajaron el problema con especial acuidad: a nivel del sicoanálisis las
obras de ROLLO MAY y E. FROM ; de la sociedad industrial , H. MAR- 3 Ver los siguientes textos que sirven como buena orientación: P. MAN-
CUSE y T. HORKHEIMER; de la filosofía, M. HEIDEGGER, J. LADRIE- TOUX, The Industrial Revolution in the Eighteenth Century, Londres
RE y P. RICOEUR; de la teología, los teólogos de la liberación, R. AL VES, 1971 ; E. J. HOBSBAWN , The Age of Revolution, Europe 1789-1848, Lon-
G. GUTIERREZ y L. BOFF.
dres 1962; ID. , lndustry and Empire, Baltimore 1969.
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Hubo largas épocas en las que se pensaba que la ciencia y este largo proceso, no al fin de la razón -lo que sería absur-
la técnica eran el principio integrador único de todas las cul- do-, sino al fin de la hegemonía de la razón 4 .
turas, la redención de las seculares heridas de la humanidad. La crítica moderna de post-guerra, consciente del peli-
La fe en este mito impuso la ilustración a todos los pueblos gro apocalíptico que la razón librada a sí misma puede pro-
conocidos, con un costo cultural excesivo. ducir, señala las limitaciones de todo el proyecto histórico
Hoy vivimos bajo este imperativo: casi todo está organi- de ciencia y tecnología. En primer lugar, existe una limita-
zado en vistas a la producción. El consumo destinado a satis- ción interna: el crecimiento no puede ser ilimitado, porque
facer las necesidades reales, principalmente las inducidas ar- el universo es finito y las energías no renovables reducidas.
tificialmente por la propaganda. La clase burguesa, sujeto En segundo lugar, la hegemonía absoluta de la razón trituró
portador del proyecto histórico de modernidad, realizó sólo el mundo circundante y distorsionó profundamente las rela-
para sí misma los ideales de los fundadores: crear una socie- ciones sociales. La razón se volvió cada vez más antagónica
dad de abundancia. Pero lo alcanzó con un costo social exor- de aquellas dimensiones de la vida menos productivas, pero
bitante, originando desigualdades y niveles -de explotación y más receptivas. El Logos acentuó el Eros y el Pathos, los va-
pobreza insoportables a la luz de los criterios humanísticos lores de contacto directo, de la intimidad y la afectividad,
y éticos. Los sectores marginados no sufren una crisis de sen- de la creatividad y la fantasía, de la simplicidad y la espon-
tido, sino que, por el contrario, encuentran sentido en la lu- taneidad. El Eros y la Techne parecen vivir en permanente
cha por la vida y en el compromiso de superación histórica lucha. "El amante, como el poeta,j}S una amenaza para la fa-
del sistema de modernidad burguesa. La gran sociedad do- bricación en serie. Eros rompe Yas formas existentes y crea
minante está siendo corroída desde dentro, sin esperanza nuevas formas; y eso, naturalmente, es una amenaza para la
y sin futuro . ¿Qué hacer después de haber llevado a cabo la tecnología, que exige regularidad, previsibilidad, y es contro-
revolución del hambre, de haber satisfecho sus necesidades lada por reloj. El Eros no domesticado lucha contra todos los
hasta la náusea? Como redujo el sentido de la existencia a conceptos y limitaciones _del tiempo" 5 • El espíritu de geome-
la consecución de estos ideales, una vez alcanzados, ya no tría necesita llegar a un acuerdo con el espíritu de fineza
sabe qué más hacer. Cumplió ya su misión histórica; y tiene (Pascal); la lógica necesita convivir con la cordialidad, por-
que ser sustituida por otro sujeto histórico, operador de otra que ambas son expresión de lo humano.
esperanza y agente de otro sentido social.
Las raíces últimas de la impasse actual de la ra~ionali-
dad se extienden aún más lejos: se encuentran ya en los al-
bores de nuestra cultura, en el gran viraje de los pre-socráti-
cos a los socráticos, cuando el Logos hace su camino autó-
nomo, sobrepasando al Mytos, y el concepto alcanza la hege-
monía sobre el símbolo. Con Aristóteles tenemos ya prácti-
camente constituido el sistema de razón con su voluntad de 4 Ver el magistral balance de los destinos de la racionalidad, en J. LADRIÉ-
ordenación, clasificación, sistematización, y dominación. Pe- RE, Les enjeux de la rationalité. Le défi de la science et de la technolo-
gie aux cultures , París 1977. Advertimos aquí que el sentido del Logos
ro las consecuencias históricas del sistema de razón sólo se griego así como del Cogito cartesiano no tenían, en ~u origen, un sentido
manifestarán con la emergencia de la clase burguesa en el si- reductor. Pero había en ellos un acento que acabó por subrayar los otros
glo XVI. Ella transformó la razón en el gran sistema de do- matices y fue dominante en la historia posterior. El sentido pleno de La-
minación del mundo y de revolución social (Revolución Fran- gos y Cogito continuó en los subterráneos de nuestra cultura, y en esta
cesa). Todo indica que hoy estamos llegando al térmi.IJ.o de condición estuvo siempre presente.
R. MA Y, Eros e Represíio, Petrópolis 1973, p. 108.

20 21
2. El comienzo de la hegemonía poder de ser, condición para el propio amor. Amor, ontoló-
1 del Eros y del Pathos
gicamente, es el poder de donación y de entrega, o la capaci-
dad de acogida del otro en cuanto otro. Amor y poder no
son mutuamente reductibles, pero mantienen entre sí rela-
1 Un poco por todas partes, se siente la urgencia de am- ciones dialécticas: "El amor necesita del poder para ser algo
pliar el uso de la racionalidad mucho más allá de lo instru- más que sentimentalismo, tanto como el poder necesita del
mental-tecnocrático. Esta no puede ser hegemónica, pero es amor para no terminar siendo manipulado" 8 • Corresponde
indispensable para asegurar las bases materiales para las otras articular el uno con el otro, pues así dignificamos la reali-
formas en las que se articula mejor la reciprocidad de las dad.
conciencias, la libertad, la creatividad, la simpatía y la ter- En segundo lugar, es menester decidir cuál es la base úl-
nura. Se buscan modalidades de poder que abarquen a la ino- tima de la existencia humana. Ya dijimos que en los funda-
cencia en su sentido literal, es decir, que no dañen la rela- mentos de nuestra cultura fue colocado el Lagos griego y en
ción con los otros y con la naturaleza 6 • En este sentido, en los orígenes de la modernidad el Cogito cartesiano. La evo-
el alborear de una nueva aurora cultural, podemos concebir lución de la reflexión vino a demostrar cada vez más que la
el comienzo de otra hegemonía, la del Eros y la del Pathos 7. razón no lo explica ni lo abayca todo. Existe lo a-racional y
En este horizonte, la figura de san Francisco resplandece lo irracional; al parecer, la/4ragedia está más en la historia
como referencia y anticipación. Pero, antes de que analice- que en el propia razón. La razón, en expresión del filósofo
mos la significación cultural del hombre de Asís, precisamos Jean Ladriere, no es ni el primer ni el último momento de
una mayor claridad teórica sobre el sentido de esta emer- la existencia humana 9 • Ella se abre hacia abajo y hacia arri-
gencia hegemónica del Eros y el Pathos. ba. Hacia abajo, emerge de algo más antiguo, profundo, ele-
Ante todo, es necesario obviar algunos preconceptos que mental y primitivo, la afectividad. Hacia arriba, se abre a la
acarrean interminables dificultades. Algunos oponen al ra- expériencia espiritual, que es el descubrimiento de la totali-
cionalismo de la modernidad el irracionalismo, como si fuera dad presente en el yo, no como pura contemplación, sino
humano vivir sin la integración de la función reguladora de como experiencia de que más allá de lo real no hay sólo es-
la razón. El irracionalismo vivido en el siglo XX, con lastra- tructuras, sino un sentido gratificante, simpatía y ternura.
gedias que ocasionó a través del racismo, el nacionalismo y La experiencia-base es el sentimiento. No el cogito, ergo
oti:as ideologías totalitarias es tan nocivo, si no más, que el sum (pienso, luego existo), sino el sentio, ergo sum (siento,
propio racionalismo. Otros oponen amor a poder, vinculán- luego existo), no el Lagos, sino el Pathos, la capacidad de
dolos en una relación inversa: cuanto más poder, tanto me- ser afectado y afectar, la afectividad. Este es el Lebenswelt
nos amor, y viceversa. Esta oposición se sitúa también a un concreto y primario del ser humano. La existencia nunca es
nivel superficial y psicologizante. Entienden el amor como pura existencia; es una existencia sentida y afectada por la
compulsión y dominación. En un nivel ontológico, poder es alegría o la tristeza, por la esperanza o la angustia, el esfuer-
zo, el arrepentimiento, la bondad.
6 R. MA Y dedica todo un libro a esta problemática, Power and Innocence,
N. York 1972, esp . 40-54: "La inocencia y el fin de una era". En portu-
gués por la Civiliza,;:ao Brasileira, Río 1981.
7 A nivel de Iglesia esta problemática se hizo particularmente sensible en R. MAY, Poder e Inocencia, op . cit., p. 204; ver también pp. 93-98 , 202-
8
el magisterio del papa Pablo VI, al hablar en el registro propio de la fe
(menos analítico) de "civilización del amor". Hay fuertes repercusiones 206.
en el documento de Puebla, n. 1188, etc. Mensaje a los pueblos de A. La- 9
Le destin de la raison et les taches de la philosophie, en Vie sociale et
tina, n. 8. Destinée, Gembloux 1973, p. 35.
23
22
La primera relación es una relación sin distancia, de pro-
funda pasividad activa, en el sentido de sentir el yo, el mun- que vivía de la estructura verdaderamente arcaica de la vida,
do, a los otros. Es un estar con, no sobre, es un con-vivir, co- es decir, en el corazón del principio y ve lo originario del
mulgar en una misma realidad todavía no diferenciada; co- conocimiento (el sentido etimológico de "arcaico": de arche:
mo diría Heidegger, la revelación de la existencia en su liga- principio, origen). El hombre post-moderno está en busca de
zón fundamental , constitutiva, como el mundo en totali - este acuerdo perdido que subsiste, entretanto, en sus sueños,
dad10. La base ontológica de la psicología profunda (Freud, en las utopías regresivas y progresivas y en su fértil imagi-
Jung, Adler y discípulos) reside en esta convicción: la estruc- nación. Pero esto no es suficiente, necesita actualizarlo en
tura última de la vida es sentimiento, no sólo como moción un proyecto histórico, no por la mera repristinación arcaizan-
de lapsiche, sino como "cualidad existencial", estructuración te, sino mediante una nueva síntesis englobadora de la tradi-
óntica de ser humano. Todo él es afectividad, como modo ción del Logos que nos pertenece. Pero detallemos más la
de ser, y no sólo la psiche humana. estructura del Pathf.
Importa subrayar que Pathos (sentimiento) no se opone
a Logos (comprensión racional). El sentimiento es también 2.1. El vigor "demoníaco" del Eros
una forma de conocimiento, pero más comprensiva y envol- El Pathos no es sólo afectividad, esto es, sentirse afec-
vente que la razón. Engloba dentro de sí a la razón, desbor- tado por la propia existencia y por el mundo en totalidad;
dándola por todas partes. Quien vio esto genialmente fue es principalmente un hacerse activo y tomar la iniciativa de
Pascal, uno de los fundadores del cálculo de probabilidad, el sentir e identificarse con la realidad sentida. Vivir es sentir,
constructor de la máquina de calcular, al afirmar que los pri- y sentir es captar el valor de las cosas; valor es el carácter
meros axiomas del pensamiento son intuidos por el corazón precioso de los seres, lo que los torna dignos de ser y los ha-
y que es el corazón quien determina las premisas de todo po- ce apetecibles. Eros en el sentido clásico que aquí le damos,
sible conocimiento de lo real 11 • El conocimiento por la vía es aquella fuerza que con entusiasmo, alegría y pasión nos
del Pathos (sentimiento) se realiza por la sim-patía, por el hace buscar la unión con las cosas que sentimos y aprecia-
sentir junto con la realidad sentida, y por la em-patía, o la mos, con nuestra propia realización, con las personas signi-
identificación con la realidad sentida. ficativas de nuestro entorno, con nuestros ideales, con nues-
El hombre arcaico, antes de la hegemonía de la razón vi- tra vocación, con Dios. Mejor que cualquier definición lo
vía una union mystique con todas las realidades, incluido describe un mito arcaico de la antigua Grecia: "Eros, el dios
Dios; se sentía ligado umbilicalmente con el mundo circun- del amor, se levantó para crear la tierra. Antes, todo era si-
dante y con su propia intimidad; participaba de la naturale- lencio, desnudo e inmóvil. Ahora, todo es vida, alegría, mo-
za de las cosas y éstas participaban de su naturaleza. Por vimiento". He aquí la esencia vívirla del Eros, la vida que
eso, el sentimiento de pertenencia y de parentesco universal busca apasionadamente la vida, la alegría de existir, el movi-
permitía una integración armoniosa de la existencia humana miento que anima, amplía, profundiza y transforma. La diná-
con respeto y veneración de todos los elementos. Y esto por- mica básica de la realidad, también humana, está constitui-
da por el Eros. En el principio no fue la razón, sino la pa-
10
Para una teoría de la afectividad en base a las reflexiones de HEIDEGGER, sión (Pathos y Eros). El propio impulso de la razón para co-
de M. HENRY, ver J. LADRIERE, Vie sociale et Destinée, op. cit. , pp. nocer, ordenar, dominar le viene por el Eros que habita en
149-155.
11
ella. El es responsable de la mística que consume al científi-
Fragmento 282 de Pensées; cf. el comentario de R. GUARDINI, Pascal, co en busca de claves descifradoras de las estructuras de lo
Morcelliana 1956, p. 150 s. y M. F. SCIACCA, Pascal, Milán 1972, pp . real. Eros no implica sólo un sentir, sino un consentir, no
. 138-148, 199-203.
sólo tomar conciencia de la pasión del mundo, sino tener
24
25
com-pasión; no es un vivir, sino un con-vivir, un sim-patizar nos arrebata hacia Dios y hacia el vuelo místico de unión
y entrar en comunión. Lo propio del Eros es unir el sujeto con él, y, en fin, hacia el éxtasis 14.
con el objeto. Pero unir con com-pasión, con entusiasmo,
con ardor. Hay fuego y calor en el Eros. Todo lo que está li- 2.2. El Eros humanizad/4 ternura y el cuidado
gado al Eros tiene que ver con fantasía, creatividad, irrup-
ción de lo nuevo, lo sorprendente, lo maravilloso. Eros pro- Por su carácter irruptivo, el Eros corre permanentemen-
duce fascinación, atracción y encantamiento. Los antiguos te el riesgo de pervertirse por la epithymia, la concupiscen-
decían que es un daimon: se oculta en él una fuerza "demo- cia. Puede degenerar en lo orgiástico y en formas de disfrute
níaca", la vulcanidad de los elementos en ebullición. La me- destructor. El libre curso de la impulsionalidad sin la con-
jor forma de representarnos el espíritu humano es concebir- ciencia del límite, la instintividad de la celebración del valor
lo como Eros 12, porque la vida del espíritu nunca,se presen- sin discernir cuál es el valor justo (todos los valores son vá-
ta como algo listo y acabado, sino como proceso y proyecto lidos, pero no lo son para cualquier circunstancia), pueden
de ejecución, profundizándose, retrocediendo y recuperán- evocar los demonios despersonalizadores de la existencia y
dose, buscando nuevas formas y elevándose más -allá de cual- de la .cultura. Es como una represa que se rompe; rotos los
quier determinación. diques, todo es destrucción y las aguas se pierden por todas
Sexo y Eros (cüya identificación trajo tantos equívocos partes, hasta que encuentran márgenes que las contienen for-
a nuestra cultura) se relacionan, pero no se equiparan . El mando un río. Freud vio claramente que una civilización so-
gran psicoanalista de orientación ontológica Rollo May afir- lamente se construye mediante la disciplina del Eros.
ma con razón: "Sexo es un ritmo de estímulo y respuesta, En este contexto entra en función insustituible el Logos,
Eros es una estado del ser. La finalidad del sexo es la grati- la razón. Es propio de la razón ver con claridad, ordenar y
ficación y el alivio de la tensión, mientras que el Eros es el disciplinar. Compete a la razón conferir forma y definir la
deseo, el ansia y la eterna búsqueda de expansión" 13 . La ex- dirección del Eros. Pero es importante entender el carácter
presión suprema del Eros es el amor oblativo que a través de relativo del Logos frente al Eros. En el origen está el Eros y
la comunión con el otro se entrega en alegría desinteresada no el Logos. Como ya hemos dicho, éste surge de aquél. Y
y en servicio de la persona amada o de Dios. Por la fuerza aquí nos sale al paso una dialéctica de las más difíciles y dra-
del Eros el amor mantiene su fidelidad, el misionero reafir- máticas de la historia del espíritu. El Logos, por su naturale-
ma su compromiso con los más postergados en la selva agres- za, tiende a dominar todo lo que se le antoja: existe el ries-
te o en medio de la miseria física de los barrios marginales. go de subyugar y atropellar al Eros en lugar de conferirle for-
Recorre el Eros un permanente impulso hacia arriba, hacia ma y disciplina. El drama de la cultura moderna reside exac-
lo más bello, verdadero, justo y humano. No sin razón, la tra- tamente en sus altos niveles de represión del Eros. La hege-
dición platónico-agustiniana veía en el Eros el impulso que monía del Lagos, llevó a gestar formas represivas de vida,
recortó la creatividad y la fantasía; se colocó bajo sospecha
el placer y el sentimiento ; el anima, en su irradiación de ter-
12 Para Platón Eros es la energía central que anima al espíritu, moviéndolo
insaciablemente en busca de lo bello, de lo verdadero, de lo justo y de lo
bueno. El Eros "desea poseer el Bien eternamente" (El Banquete, 203d). 14 G. HULTGREN, Le commandement d 'amour chez Augustin, París 1939,
Clásicas son las investigaciones de A. NYGREN, Eros und Agape. Gestalt- esp. el último capítulo. Es conocida la frase de PASCAL en Pensées,
wandlung der christlichen Liebe, Gütersloh 1930; H. SCHOLZ, Eros und fragm. 278: "Es el corazón quien siente a Dios y no la razón" y otro frag-
Caritas. Die platonische Liebe und die Liebe im Sinn des Christentums, mento, 277: "He aquí lo que es la fe: Dios sensible al corazón, no a la ra-
Halle 1929; E. FUCHS, Le désir et la tendresse, Ginebra 1980. zón". Obsérvese que Pascal no habla de conocer a Dios, sino de sentir a
13 Eros e Repressiio, op. cit., p. 80. Dios, aquel conocimiento que produce la unión con él.

26 27
por exceso de humedad, en el segundo, se agosta por exce-
nura, convivialidad y com-pasión fue sepultada por la infla- siva aridez. En uno y otro caso, se produce una deshumani-
ción del animus. Ya hemos dicho que la frialdad, la falta de
entusiasmo por la vida, el sentimiento de que nada vale la zación de la existencia.
pena y los grandes mecanismos de represión y de control son Cuando, por otro lado, el Eros despliega con soberanía
consecuencia de la exacerbación del Lagos y del conculca- el torrente de su entusiasmo 16 mediante la fuerza disciplina-
miento de las energías del Eros . PQr lo demás, el monopolio dora del Lagos, entonces surge la concomitancia de dos ca-
del sistema y del orden introducidos por la razón nunca de- racterísticas: la ternura y el vigor. La ternura, o también el
jaron de ser contestados a lo largo de la historia. Hoy esta cuidado, es el Eros com-pasivo, capaz de sentir y comulgar
tendencia es casi universal, lo que preanuncia el surgimiento con el otro , que no se detiene en el goce de su propio im-
de un nuevo equilibrio, sin la tiranía de la razón sobre la es- pulso, sino que descansa en el otro con cariño y amor. Por
pontaneidad del Eros, con la posibilidad de una convivencia eso, la ternura y el cuidado exigen prestar atención al otro,
no represiva y marcada por la ansiedad. Herbert Marcuse estar atento a su estructura, mostrar solicitud, crecer con el
dejó en claro, disintiendo de Freud, que la fuerza originaria otro.
que origina la cultura no es tanto la sublimación represiva Ternura y cuidado son algo bien distinto del sentimenta-
como el libre desarrollo del Eros que se sirve del Lagos para lismo. Este es un problema de subjetividad: el sujeto que se
regularse, sin al mismo tiempo dejarse subyugar por su diná- concentra en su propio sentimiento se siente y se celebra a
mica dominadora. La lucha por la existencia es, originalmen- sí mismo. La ternura y el cuidado, por el contrario, implican
te, una lucha por la hegemonía del Eros. La cultura comien- descentramiento del sujeto de sí mismo y concentración en
za cuando se encuentran formas colectivas de su expansión. el objeto de su relación. Por la ternura y el cuidado el obje-
Posteriormente, sin embargo, la lucha por la existencia fue to es sentido en sí mismo; la persona siente a otra persona
organizada en interés de la seguridad y de la dominación por como otra y la ama, se extasía y se deja fascinar por ella. El
parte del Lagos, transformando así la base "erótica" de la objeto ocupa y determina al sujeto. El sujeto deja suscitar la
cultura. "Cuando la filosofía concibió la esencia del ser co- pasión y la com-pasión a partir del objeto. Se demora en el
mo Lagos es ya el Lagos, de dominación-imperativo, domi- otro, no por la sensación que el otro le provoca, sino a cau-
nador, orientado a la razón, a la que el hombre y la natura- sa del otro como otro, por la fascinación que irradia. En la
leza deben estar sujetos" 15 . ternura, la fascinación no es angustiante, porque no hay lu-
¿Qué sucede cuando el Eros consigue, al mismo tiempo, cha por el poder y voluntad de dominación o de autosatis-
asegurar su hegemonía y disciplinarse mediante la justa uti- facción, sino serena y fuerte. Deja aparecer un brillo que no
lización del Lagos? Surgen entonces la ternura y el cuidado es ofuscante, sino adecuado a la circunstancia y a la perso-
como tónicas básicas de una persona y de una cultura. Cuan- na. La ternura y el cuidado son el Eros en su equilibrio y su
do el Eros queda librado a sí mismo emerge la exuberancia regla.
incontrolada de los sentimientos y las pasiones, el sentimen- La ternura es ternura porque encierra en sí misma al vi-
talismo, el desborde de las emociones, el delirio de las pul- gor. El vigor es la presencia del Lagos dentro del Eros pero al
siones, el éxtasis orgiástico del placer. Cuando se permite al servicio de la manifestación del Eros. Vigor es la contención
Lagos imponer su dominio aflora la rigidez, la inflexibilidad, sin dominación, es la ley sin el legalismo, la dirección defi-
la tiranía de la norma, la dominación del orden, el rigor de la
disciplina. En el primer caso, el brote de la vida es ahogado
16 La palabra entusiasmo es mucho más rica y pertenece al fenómeno que
estamos analizando , porque, etimológicamente, significa la presencia de lo
15 Qivino en la existencia: en-theos-mos.
Eros e Civilizar,ao, R1 0 de Janeiro 1966, p. 118.
29
28
nida sin la intolerancia, el despliegue sin el avasallamiento. sión del corazón) es ·el órgano del espíritu de fineza; produ-
El Logos es f)ara el Eros lo que es el muro de contención pa- ce la cordialidad, que es sinónimo de ternura y cuidado. Co-
ra la inmensidad de las aguas de un embalse. Sólo gracias a razón, para Pascal, no significa la expresión de la emotivi-
él las aguas pueden mover las turbinas y generar energía, dad en sentido psicológico, en contraposición a logicidad, no
iluminar las ciudades de los hombres. es sentimiento como oposición al intelecto, sino, en un sen-
La ternura y el cuidado crean el universo de las excelen- tido ontológico, es la capacidad del espíritu de captar el ca-
cias, las significaciones existenciales, de todo lo que vale y rácter axiológico del ser, su fascinación y su brillo. Es el Eros
adquiere importancia y por lo que vale la pena sacrificar el en el lenguaje ont.o lógico de los griegos (no totalmente re-
tiempo, las energías y la propia vida. La raíz básica de nues- ductible al Eros freudiano), y por lo mismo lo constitutivo
tra crisis cultural reside en la aterradora falta de ternura y primario de la existencia humana. El corazón-y el espíritu de
de cuidado de los unos para con los otros, y de todos con la fineza constituyen la realidad central del ser humano y de
naturaleza y con nuestro propio futuro. una cultura humanizante.
No sin razón un filósofo tan agudo como Martín Heideg-
ger define la ternura (Fürsorge) y el cuidado (Sorge) como el 2.3. Hacia una civilización de la convivialidad
fenómeno estructurador de la existencia 1 7, como ya lo sabía La gran búsqueda de post-guerra es de alternativas a la
el viejo mito griego, según el cual el dios Cuidado fue quien cultura dominante producida por la ciencia y la técnica que
plasmó la existencia 1 B. pusieron la realidad del Apocalipsis al alcance de las manos.
Bias Pascal llama a la ternura y al cuidado espíritu de No podemos seguir por este camino: ya dio todo lo que po-
fineza, como contraposición al espíritu de geometría: "Este día dar. Ahora está manifestando dimensiones necrófilas. Se
tiene un modo de ver lento, duro e inflexible; aquél tiene una busca un nuevo enraizamiento. Esto no significa que poda-
flexibilidad de peHsamiento que se aplica al mismo .tiempo a mos prescindir de la ciencia y de la técnica. Lo que está en
las diversas partes de lo que se ama" 19. El corazón (la dimen- cuestión no es la ciencia y la técnica, sino su tiranía, el mo-
nopolio que mantienen en la organización de la conviven-
17
Sein und Zeit, parte I, c. 6, 41 y 42. cia humana. Necesitamos estos instrumentos para organizar
18
la satisfacción colectiva de nuestras necesidades básicas. Pe-
El antiguo mito del Cuidado dice así: "Cierto día, Cuidado; al atravesar
un río , vio un poco de arcilla. Cuidadosamente comenzó a moldear la fi- ro esta operación cultural de garantizar la producción y re-
gura humana. Y mientras meditaba en lo que había hecho, apareció Jú- producción de la vida debe ser encuadrada dentro de otro
piter, el dios del cielo. Cuidado le pidió que soplase en él el espíritu. Jú- sistema de referencia, en el que la ciencia y la técnica pue-
piter accedió gustosamente. Pero cuando Cuidado quiso poner su propio dan ser liberadas de su carácter de dominación y de hege-
nombre a la criatura que había moldeado, Júpiter lo prohibió, exigiéndo-
le que le pusiera su nombre. Mientras ambos discutían , la Tierra se levan- monía.
tó y manifestó el deseo de darle su nombre a la criatura plasmada por Cui- <,Cuáles son estas alternativas? El gran debate se sitúa
dado, ya que había sido hecha con parte de su cuerpo. Pidieron, enton- precisamente en esta búsqueda de alternativas viables. No
ces, a Saturno (dios del tiempo) que fuese el árbitro. El tomó la siguiente
decisión que pareció justa a todos: Ya que tú, Júpiter, le -diste el espíritu, basta con revisar la trayectoria histórica del destino del La-
recibirás este espíritu en la hora de la muerte; y ya que tú, Tierra, le dis- gos que produjo la ciencia y la técnica. La reflexión filosó-
te el cuerpo, recibirás el cuerpo después de la muerte. Pero como Cuida- fica, antropológica, sicoanalítica y teológica prácticamente
do fue quien moldeó la criatura, quedará en su poder mientras viva. Y clausuró esta fase. De la anticultura importa pasar a una ela-
ya que discuten acerca de qué nombre darle, quiero que se llame Hamo,
es decir, hecho de húmus de la tierra". Ver los comentarios de R. MA Y a boración de los elementos de una cultura alternativa. Esta
este mito y sus variaciones, Eros e Repressiio, op. cit. , pp. 322-336. es _la urgente cuestión que se plantea: ¿Bajo la hegemonía de
19 Pensées, p. 125. qué dimensión (valor, opción, estructura, etc.) se organizan

30 31
los demás elementos, principalmente la ciencia y la técnica, principio de tener, sino para el mejoramiento de las relacio-
imprescindibles para la etapa de desarrollo en la que nos en- nes sociales e interpersonales, para la primacía del don, de
contramos? ¿Es posible crear una nueva unidad cultural? Si la libertad y la incentivación del sentido de ser.
no parece que sea posible crear sin más una integración, por Dejando más espacio al Eros; es decir, a la espontanei-
lo menos se da el espacio para una unidad de composición 20, dad creativa, la libertad, la fantasía, la capacidad de manifes-
cuya coherencia es originada por la acción. Las institucio- tar ternura y cuidado, se generará un equilibrio multidimen-
nes (como la ciencia, la técnica o cualquier otra) se mantie- sional capaz de garantizar una forma de vida más humana
nen, se desarrollan y recrean continuamente un sentido de e integrada con la naturaleza y con los otros.
ser por la acción. La acción es el instituyente no instituido; Se advierte a nivel mundial la fuerza de los movimien-
a pesar de cualquier condicionamiento previo realiza la crea- tos que buscan un nuevo sentido de vivir, pero ligado a raí-
tividad originaria de la existencia humana. Por la acción, las ces telúricas, a la simplicidad, al respeto, a la ternura con
diversas piezas de una cultura, por más distantes que estén los otros y al cuidado de la naturaleza. Comienza una nue-
unas de otras, entran en contacto y en interacción. La ac- va hegemonía, la del Eros y la del Pathos.
ción es, por sí misma, creadora de cultura.
¿Quién es el principal portador de este modo de ser?
¿Qué tipo de acción se impone al hombre de la post- Los representantes más visibles son los jóvenes, hijos de la
modernidad? La acción consciente del respeto, del cuidado, modernidad, rebrotes de la Ilustración, descendientes de los
de la ternura, de la cor-dialidad y la convivialidad. Pero es- maestros de la sospecha (Nietzsche, Marx y Freud). Ellos no
to sólo será posible si el hombre de la modernidad cuestio- quieren ser más agentes del sistema de dominación raciona-
na radicalmente el sentido de ser y de vivir que se dio a sí lista. Pero hay toda una clase social, verdadero sujeto histó-
mismo en los últimos siglos. No podrá ya, sin gravísimos ries- rico nuevo y emergente: las camadas populares y trabajado-
gos de autodestrucción, entender el sentido de ser como do- ras, los portadores determinantes del nuevo modelo cultural.
minación y estar-sobre-las-cosas. Su existencia no se agota La lucha por la vida, el trabajo, la explotación, hicieron de
tan sólo en este tipo de articulación. Ella puede también con- las clases populares las guardianas de aquellos valores que
vivir, abrir-se al respeto y a la con-fraternización, dimensio- tanto echamos de menos: la hospitalidad, la cordialidad, la
narse con ternura y cor-dialidad para con todas las cosas. colaboración, la solidaridad, el sentido de respeto por lo sa-
Pero esto sólo es posible si se organiza la vida y la cultura grado de Dios y de las cosas naturales, especialmente de la
bajo la hegemonía del Eros, y no ya del Lagos. Esto no es vida. No deja de ser sintomático que uno de los más grandes
sólo cuestión de una decisión colectiva, sino de una práctica revolucionarios de nuestro tiempo, el Che Guevara, haya
y de una educación conscientes. Es necesario dejar aflorar adoptado este lema para su acción: "Hay que endurecerse,
las estructuras arcaicas de la vida, que están constituidas, pero sin perder la ternura". La misma ternura se advierte
como ya lo hemos dicho, por el Eros, por el sentimiento, por en muchas actitudes de líderes sindicales 22, sensibles a los
el orden del corazón. Iván Illich acuñó la expresión convi- pequeños gestos simbólicos, pero llenos de eficacia históri-
vialidad 21 . Por la convivialidad se hace .un uso distinto de ca, porque guardan el secreto de toda fuerza transformado-
los inmensos instrumentos científico-técnicos puestos a nues- ra: la mística, el deseo y el entusiasmo por el cambio.
tra disposición, no primariamente para la acumulación, la
satisfacción desenfrenada e individualista y la activación del

2 º Cf. J. LADRIERE, Os desafío s da Racionalidade, Petrópolis 1979, p. 209.


2l La convivialita, Mondadori 1974, esp. 31 s., pp. 48·-53. 22 LUIS INACIO DA SILVA (Lula), Lula sem Censura, Petrópolis 1981.

32 33
3. Francisco, hombre post-moderno: una espiritualización de la materia, y, al mismo tiempo, de
el triunfo de la com-pasión y la ternura una materialización del espíritu que se me haya dado a co-
nocer. Nunca más en la historia de Occidente emergió una
En este contexto de crisis de la cultura dominante y de figura dotada de tal fuerza de simpatía y de emoción univer-
búsqueda de caminos alternativos refulge la figura de san sal como la de san Francisco. Nadie ha llevado a cabo me-
Francisco de Asís como altamente significativa y evocadora. jor la unidad e integridad de todos los elementos como san
Toda búsqueda necesita de marcos de referencia y arqueti- Francisco en el ámbito religioso; de lo erótico, de la actua-
pos que la animen. Una cultura necesita personalidades his- ción social, del arte y del conocimiento. Más bien, la carac-
tóricas que funcionen como espejos en los que se ve a sí mis- terística propia de todo tiempo posterior está en que la fuer-
ma y se convence de los valores que le confieren sentido de te unidad vivida por san Francisco se diluyó en una crecien-
ser. Para nuestra época, Francisco es más que un santo de la te multiplicidad de figuras, también marcadas por la emoción
Iglesia católica y el padre de la Familia franciscana, la figu- y el corazón en los más diversos movimientos, pero articu-
lados de forma unilateral" 24.
ra (Gestalt) más cristalina de la historia occidental, de los
sueños, las utopías y el modo de relacionarse pan-fraternal- -
Efectivamente, Francisco liberó las fuentes del corazón
mente que hoy todos estamos buscando. Habla a la profun- y las vertientes del Eros. Es el sol de Asís, como lo llamó
didad más arcaica del alma moderna, porque hay un .Fran- Dante 25. Llevó a cabo un admirable acuerdo sobre el Lagos
cisco de Asís escondido dentro de cada uno de nosotros, lu- y el Pathos, entre el Lagos y el Eros. Demostró con su vida
chando por emerger y expandirse libremente entre los anto- que, para ser santo, es necesario ser humano. Y para ser hu-
jos de la modernidad. mano es necesario ser sensible y tierno. Con el pobre de Asís
Lo que más impresiona al hombre moderno al enfrentar- cayeron los velos que encubrían la realidad. Cuando esto su-
se con la figura de san Francisco de Asís es su inocencia, su cede, queda patente que la realidad humana no es una es-
entusiasmo por la naturaleza, su ternura para con todos los tructura rígida, no es un concepto, sino que es simpatía, ca-
seres, su capacidad de com-pasión con los pobres y de con- pacidad de com-pasión y de ternura26. Porque así es y se pue-
fraternización con todos los elementos, y aun con la propia de llorar y sonreír casi al mismo tiempo, y aun frente a la
muerte. Afirma el gran sicoanalista ontológico Rollo May: muerte es posible cantar cantilenae amatoriae. En otras pa-
"La inocencia es la preservación de una claridad infantil en labras, el Adán pecador y el Job inocente son asumidos por
la edad adulta. Todo conserva su frescura, su pureza, su no- él con infinita com-pasión y ternura 27 . Sigmund Freud reco-
vedad y color. Conduce a la espiritualidad; es la inocencia nocerá que Francisco de Asís fue tal vez quien llevó más le-
de san Francisco de Asís en su prédica a los pájaros" 23 . Y jos la expresión del amor, capaz de relacionarse con los se-
aquí es donde radica, sobre todo, la fascinación de san Fran-
cisco. Max Scheler lo señaló como el representante más ca- 24
racterístico -de Occidente- del modo de relacionarse con M. SCHELER, Wesen und Formen der Sympathie, Bonn 1926, p. 110.
25 Paradiso, can t. XI , 50.
empatía y simpatía: "Se trata de un encuentro único entre
26
Eros y Agape (un Agape profundamente penetrado de amor Ver las excelentes reflexiones de A. C ONTI, San Francesco, Florencia 1931,
pp. 169-173; R. SCHNEIDER, Die Stunde des hL Franziskus van Assisi,
Dei y amor in Deo) en un alma fontalmente santa y genial; . Heidelberg 1946, pp. 100-101.
se trata de una interpretación tan perfecta de ambos (Eros y 27
Ver en esta línea de pensamiento F. DUHOURCAU, Le saint des temps
Agape) que constituye el mayor y más sublime ejemplo de de misere, Frani,ois d 'Assise, París 1936, pp. 379-381; H. HESSE, Franz
van Assisi, Berlin und Leipzig 1904, pp. 8-9: "Francisco unió en su co-
23 R. MAY, Poder e Inocéncia, op. cit., p. 41. razón el cielo y la tierra e inflamó con la brasa de la vida eterna el mundo
terreno y moral ".
34
35
res más extraños 28 . En efecto, en Francisco se percibe la he- más eficazmente a la cumbre de la perfección" 33. Y cuan-
gemonía soberana del Eros sobre el Logos, una comunión y do descubre en el Evangelio de la misión, la voluntad de Dios
confraternización con toda la reaiidad como nunca se vieron para él, exclama: "Esto es lo que yo deseo ardientemente, a
hasta entonces. Detallemos un poco mejor la experiencia de esto aspiro con toda la fuerza de mi alma ... Esto es lo que
base de san Francisco. quiero poner en práctica con todas mis fuerzas" 34. Este des-
pojamiento lo llevaba a identificarse con los pobres y con
Cristo pobre, pues "sobre todas las cosas deseaba disolverse
3.1. Francisco y la vulcanidad del Eros y del deseo y unirse con Cristo" 35. El deseo de unirse a todas las cosas
El Eros constituye la dinámica básica y la fuerza motriz se desdobló en la mística de la fraternidad cósmica y en la
de la existencia humana: ·como Freud lo mostró excelente- unión con el Todo, expresados en el "Cántico al hermano
mente, la manifestación del Eros se da principalmente por la sol". Finalmente, en el monte Alvemia, su deseo de unión
vía del deseo. El deseo, por su parte, como ya lo enseñaba con el Crucificado irrumpe en su propio cuerpo en forma de
Aristóteles 29, es por naturaleza ilimitado (apeiron). Todas las cinco llagas.
acciones tienden a satisfacerlo, fundamentalmente, sin con- Sólo quien desea lo imposible acaba realizando lo posi-
seguirlo, por lo demás. Por eso, la búsqueda humana se re- ble dentro de los límites humanos. Francisco era tomado por
vela insaciable y llena de ansiedad, pues el deseo permane- el deseo de radicalidad. Lo que entendía y se proponía, lo
ce siempre virgen y nuevo. Francisco emerge como una de vivía hasta sus últimas consecuencias. No existe en él por
las manifestaciones más prodigiosas del Eros y del deseo 30• un lado la teoría y por otro la práctica 36. Ambas coinciden
Por la fuerza del Eros y de un deseo insaciable todo parece en él de una manera impresionante. Por eso su axioma es:
nuevo en él; lo recomienza todo con el mismo entusiasmo "Tanto sabe el hombre cuanto obra" 37 • La fuerza vigorosa
inicial 31 . Realiza con una entrega total lo que ha asumido. de su Eros explica la misteriosa coherencia que había entre
La Leyenda de los tres Compañeros dice cándidamente: "Su- lo que decía y la constancia con que vivía la radicalidad de
fría gran perplejidad de espíritu, y no descansaba hasta ver la pobreza con pasión y ternura. El encamó el mito, repro-
realizado el ideal concebido; era sacudido por diversos pen- dujo visiblemente el arquetipo de la perfecta imitación del
samientos que le perturbaban duramente. Ardía, con todo, Cristo hecho hombre. La fascinación que ejerció sobre su ge-
en su interior el fuego divino" 32. Y, ¿cuál era el deseo que neración y sobre los hombres hasta el día de hoy se debe a la
quemaba su corazón? Los biógrafos primitivos coinciden
en esto: "Esta fue su suprema filosofía, éste su más vivo de- 33 LM 12, 2; lC 91.
seo mientras vivió: preguntar a sabios y sencillos, a perfec-
tos e imperfectos, a pequeños y grandes cómo podría llegar
34 LM 3, l ; TC 25; lC 22.
JS lC 71; 98.
36 En los escritos de san Francisco se nota visiblemente el predominio del
2s S. FREUD, O Mal-estar na Cultura, Río de Janeiro 1963. "hacer" sobre el "comprender", del corazón sobre la razón, del amor so-
bre la verdad. Así, "hacer" aparece 170 veces contra 5 de "comprender"
29 Política II, 7, 1267b, 3-5. (de las cuales 2 son citas bíblicas); "c-orazón" aparece 42 veces contra 1 de
30 Ver el estudio bastante bueno de C. SURIAN, Elementi per una teología "inteligencia" (citando a Me 12, 33); "amor" aparece 23 veces contra 12
del desiderio e la spiritualitii di San Francesco d'Assisi, Roma 1973, pp. de "verdad"; "misericordia" 26 veces contra 1 vez de "intelecto". Cf. l.
188-191: "Francesco, uomo di desiderio". BOCCALI, Concordantiae verbales opusculorum S. Francisci et S. Clarae
31 SAN BUENAVENTURA, LM 14, 1: al final de la vida decía: "Comence- Assisiensium, Asís 1976. La Leyenda de los Tres Compañeros, p. 57, dice
mos, hermanos, a servir al Señor, porque hasta hora nada hemos hecho". muy bien: "Cuanto decía de palabra, lo manifestaba en sus obras con afec-
to y solicitud".
32 LM 4, 12: Para las fuentes franciscanas nos referimos a los Escritos de
37 LP 105.
San Francisco de Asís, Madrid (BAC) 1978:

36 37
sentidos con una disciplina tan rigurosa que a duras penas
vulcanicidad irruptiva de su Eros y de su deseo, despertando aceptaba lo nec.esario para su sustento" 40. Entendió su vida ·
el Eros de cada hombre que entra en contacto con su figura. como una "vida de penitencia" y su Orden como la Orden de
Graciosamente dice san Buenaventura: "El deseo que le ins- los Penitentes 41 . El sentido de la penitencia no debe ser bus-
piraba tales actitudes (predicar el Evangelio a Miramamolín cado tanto en las extravagancias de la austeridad como en la
de Marruecos) era tan poderoso que, no obstante su debili- búsqueda del hombre nuevo, de acuerdo con la perspectiva
dad corporal, se adelantaba a su compañero de peregrina- de la metanoia del Nuevo Testamento. La mortificación, co-
ción, y como ebrio del espíritu, volaba presuroso a la reali- mo lo sugiere el sentido etimológico de la palabra, consiste
zación de su proyecto" 38. Se advierte aquí la vigorosa ener- en la acción de dar muerte a los desbordes de las pasiones
gía del Eros que hervía en su interior39. Sin ese Eros no exis- para que su fuerza creadora pueda ser orientada hacia la san-
te ascensión a Dios, ni búsqueda decidida de la perfección tidad y la humanización. Este era el sentido que Francisco
humana. El es el que domina el instinto de acomodación y daba a las privaciones: el sojuzgamiento del cuerpo para que
la ley del menor esfuerzo. El que "endemonia" la existen- fuera fiel a su proyecto de servir a Dios de manera plena y
cia en procura de nuevos caminos en dirección de una uto- radical. Francisco da a entender muy bien que la dureza de
pía cada vez mayor. las penitencias constituía la medida adecuada para su Eros
interior 42 . Por eso, aunque fue tan implacable consigo mis-
mo, no lo fue con sus hermanos: por el contrario, "rechaza-
3.2. La penitencia, el precio de la ternura ba toda la excesiva severidad que no se reviste de entrañas
Colocando el Eros como el operador básico de la exis- de misericordia ni está sazonada con la sal de la discre-
tencia, Francisco abrió las puertas de la libertad, el impulso ción" 43 . Son bien conocidos los gestos de liberalidad y ter-
y la expansión espontánea de la experiencia personal. Efec- nura con los hermanos que no conseguían someterse al rigor
tivamente, en toda su práctica se percibe la valorización del de la penitencia; interrumpe el ayuno y come con el herma-
Pathos personal y de cada uno de los hermanos que el Se- no que gritaba de hambre 44. El mismo da normas acerca de
ñor le dio. Mientras que el Eros, como ya lo hemos reflexio- la manera de tratar al cuerpo: "Hay que atender con discre-
nado, librado a sí mismo tiende a lo orgiástico y al desborde ción al hermano cuerpo para que no provoque tempestades
de las pasiones del cuerpo y del espíritu. El Eros exige dis- de flojera. Quítesele toda ocasión de protesta, no sea que lle-
ciplina para hacerse fecundo y poder expandirse de forma gue a sentir fastidio de velar y de perseverar reverentemente
humanizadora. Así, el formidable caudal de Eros de Francis-
co· le exigía una cuidadosa canalización. El equilibrio del 40 LM 5, 1; cf. lC 40 : las duras penitencias de los primeros compañeros.
Eros fue alcanzado gracias a una terrible ascesis. No son po- 41 Ver la obra de dos grandes franciscanólogos alemanes centrada entera-
cos los que se escandalizan con las dimensiones inhumanas mente en esta perspectiva: K. ESSER y E. GRAU, Respuesta al Amor,
de su austeridad. ¿Cómo es posible que un hombre tan tier- Santiago de Chile, Cefepal, 19{!1 y CH. DUKKER, Umkehr des Herzens,
no con las alondras, las cigarras, el lobo de Gubpio y todos Werl/West. 1956.
42
los seres de la creación haya sido tan cruel consigo mismo? 2C 211.
San Buenaventura cuenta que "refrenaba el estímulo de los 43 LM 5, 7; la Leyenda de Perusa comienza así, según la edición ' de Delor-
me: "De la austeridad del santo consigo mismo y de la discreta blandura
con los demás": LP 50.
3s LM 9, 6; lC 56.
44 LM 5, 7; 2C 22; LP 50; EP 27. Con otro hermano come muy temprano
Alguien le preguntó en cierta ocasión cómo podía soportar el frío del -in- uvas (LP 53). También era indulgente consigo mismo; en su enfermedad
39
vierno con vestido tan miserable, y respondió: "Nos sería fácil soportar pidió de comer pescado, tomar vino, oír música y los dulces de "fray" Ja-
exteriormente este frío si en el interior estuviéramos inflamados por el de- coba de Settesoli (LM 5, 10; LP 71; EP 28).
seo de la patria celestial": LM 5, 2.
39
38
en la oración. Porque podría decir: 'Desfallezco de hambre, gía, y la regla su ordenación e integración. La regla no inten-
no aguanto más el peso de tu sacrificio'. Pero, si protestase ta sustituir a la vida, sino darle rigor y perfil.
así después de haberse alimentado suficientemente, ten en
cuenta que el asno perezoso necesita ser espoleado con el
aguijón" 45. Quien habla así es un hombre libre y está más allá 3.3. Ternura y cuidado de los pobres
de la penitencia. Por eso, se apiada del propio cuerpo, y le La ternura de Francisco se muestra especialmente en las
habla cariñosamente: "Alégrate, hermano asno, y perdóna- relaciones humanas. Rompe la rigidez de la jerarquía feudal
me, porque en adelante voy a tratar de darte gusto, dando y llama a todos los hombres "hermanos". El mismo se deja
oídos a tus protestas" 46. llamar "hermanito" (fratello) 48. "Quería unir a grandes y pe-
Por consiguiente, las penitencias están al servicio de la queños, atar con afecto de hermanos a sabios y simples, aglu-
conquista de la discreción y la disciplina sin las que no hay tinar con los lazos del amor a los que estaban distanciados
personalidad madura. Quien se entrega al Eros debe empe- entre sí" 49• Estas expresiones no tienen un contenido teóri-
ñarse también, como Francisco, en la conquista de la disci- co, sino afectivo. Trataba efectivamente a todos con suma
plina de las pasiones. Francisco reconoce que las penitencias cortesía, aun a los sarracenos e infieles y a los ladrones: "Ven-
le llevaron al completo acuerdo entre espíritu y cuerpo, entre gan, hermanos ladrones, somos todos hermanos y tenemos
voluntad de ascensión y obediencia de la pasionalidad. Al un buen vino" 50• Celan o vuelve una y otra vez al tema de la
hermanito que le preguntaba con qué diligencia le había obe- ternura y la afabilidad en el trato de Francisco 51 : "Era en-
decido el cuerpo, el santo respondió: "Hijo, puedo dar testi- cantador ... en la caridad fraterna ... en el trato afectuoso ...
monio de que me ha obedecido en todo ... cumpliendo lo que muy oportuno cuando daba consejos, siempre fiel a sus obli-
le mandaba ... Hemos estado siempre de acuerdo él y yo en gaciones" 52• Escuchaba a cada uno con tanto interés como
esto: en seguir sin resistencia a Cristo el Señor" 47 . El Eros, si estuviera escuchando a una multitud.
triunfa sobre sí mismo al expandirse dentro de un proyecto Era especialmente tierno con los pobres y los pobres más
asumido con toda radicalidad. El resultado de la orientación pobres entre todos: los leprosos. Las bio·grafías se muestran
de la pasionalidad del Eros es la ternura, la compasión, la unánimes en afirmar que su primera conversión fue hacia los
capacidad de trascender y de vivir la libertad que consiste en pobres y crucificados, y desde ellos a Cristo pobre y crucifi-
el gozo de la autodeterminación. Francisco conquistó con cado. En su juventud reservaba para ellos telas de la tienda
grandes esfuerzos esta libertad y el esplendor de la vida de su patema53 . Estando todavía en el mundo, "muchas veces, des-
nacimiento, gracias al rigor de la penitencia.-Aquí reside el pojándose de sus vestidos, vestía con ellos a los pobres, a
secreto de la fascinación que irradia desde su Pathos por la
vida. La penitencia, aparentemente tan inhumana, fue el pre-
cio que Francisco debió pagar por su profunda humanidad . 48 Crónica de Jordán de Giano, p. 17.
La verdadera ternura nace del rigor. Este binomio está con- 49 2C 191.
tenido en una pequeña fórmula del comienzo del texto-fun- 50 LP 115.
. dador: "La regla y vida de los hermanos menores es ésta ... ". 51
Cf. lC 2: "Era de trato muy humano, tierno y afable"; 17: "También fa-
La vida marca la presencia del Eros, la explosión de la ener- vorecía, aun viviendo en el siglo y siguiendo sus máximas, a otros pobres,
alargándoles, a los que nada tenían, su mano generosa, y a los afligidos,
el afecto de su corazón ... "; 83: "Cuán encantador se manifestaba ... en la
45
caridad fraterna, en el trato afectuoso ... muy oportuno cuando aconseja-
2C 129. ba, siempre fiel a sus obligaciones".
46 2C 211; cf. LP 120. 52 lC 83.
47 2C 211. 53 LM 1, 1;2C8.

40
41
quienes, si no todavía de hecho, sí de corazón intentaba ase- Francisco, que ante un pobre "transformaba su compasión en
mejarse" 54• Luego de su conversión, los pobres y Cristo po- afecto del corazón": "Hermano, es verdad que es un pobre,
bre constituyen para él una única pasión. "El espíritu de Fran- pero no hay tal vez en toda la región otro más rico que él
cisco se conmovía a la vista de los pobres, y a los que no po- de deseo". Francisco le reprendió con aspereza, y le mandó
día socorrer les mostraba su afecto" 55. No toleraba que al- que le pidiera disculpas: "Vete enseguida, y despójate de la
guien fuera más pobre que él : le daba el manto, un trozo de túnica, y postrado a sus pies, pídele perdón. Y no sólo eso, si-
su hábito y aun toda su ropa, quedando desnudo y expuesto no suplícale que ore por ti" 61 .
a la irrisión de todos. El biógrafo explica el sentido de estos Esta actitud de ternura y cariño, más allá del principio
gestos: "Sufría si veía a otro más pobre que él; y no por va- del placer, es la fuente que alimenta la verdad de las relacio-
nagloria, sino por afecto de verdadera compasión" 56. Como nes humanas. El hombre no vive sólo del pan necesario para
se ve, la ternura y la compasión están en la raíz de sus rela- sobrevivir. Quiere vivir humanamente. Y vivir humanamen-
ciones profundamente humanas. te significa sentirse acogido con calor como quien oye, a pe-
Pero de una manera especial se mostraba afectuoso y sar de toda su miseria física y moral: "Es bueno que tú exis-
tierno con los últimos de los hombres, los leprosos. Nada le tas, hermano, bienvenido seas. El sol es también tuyo, el aire
parecía más abominable que la miseria de los leprosos. Su es de todos, y el amor puede unir nuestros corazones". Fran-
conversión significó una penetración cada vez más profunda cisco entendió genialmente, con una intuición certera, que
en esa realidad inhumana. Pero "el Señor me llevó entre los no basta la trascendencia, es decir, la irrupción hacia arriba
leprosos, y usé de misericordia con ellos" 57, dice en su Tes- en busca del último misterio que se llama Padre. La sola tras-
tamento. Comenzó a convivir con los leprosos, cuidándolos, cendencia no revela la verdad total del ser humano, pues só-
curando sus llagas, alimentándolos, desviviéndose por servir- lo encuentra la luz, el esplendor del bien, la positividad en
los, y hasta los besaba en la boca 58 . Los primeros hermanos forma de absoluto, Dios. Es ciertamente una plenitud, pero
vivían entre los leprosos, dedicados a su servicio 59. Al final no es todavía la integración.
de su vida, en medio de la crisis de la Orden, volvió al servi- Para acceder a una plenitud de integración es necesario
cio afectuoso de estos hermanos, que le hacían presente con- hacer la experiencia de la trans-descendencia, experiencia
tinuamente al siervo sufriente, Jesucristo 60. que todos temen y rehúyen porque temen enfrentarse con el
Su ternura y cuidado con los pobres era tan grande que vacío, la soledad, el sufrimiento y la muerte. Y así no encuen-
ni siquiera se permitía pensar mal de ellos. Como ejemplo, tran una plena realización humana, tal como Cristo la vivió
recuérdese la corrección impuesta por Francisco a un her- en su misterio pascual de muerte y resurrección. Por la trans-
mano que hablaba mal de un pobre. Decía un hermano a descendencia el hombre se abre hacia abajo, irrumpe hacia
lo tenebroso de la pobreza estigmatizada en los cuerpos de
los explotados y los leprosos. Asumiéndolos con cariño y ter-
54 2C 8. nura los integra en el convivir humano, y a lo más íntimo de
SS Id. 83, 175. él que es el corazón compasivo. En su propio dolor el hom-
56 lC 76; ver las reflexiones pertinentes de K. BEYSCHLAG, Die Bergpre- bre se siente curado, porque se siente acogido en el univer-
digt und Franz van Assisi, Gütersloh 1955, pp. 189-200: "El problema de so de los hombres. Quien haga la totalidad de esta experien-
la misericordia en Francisco". cia de trascendencia y trans-descendencia, como Francisco,
s1 Testamento 2.
ss lC 17; 2C 9.
59 EP44. 61 2C 85; ver cómo se castigó por considerar que había ofendido a un po-
6 º lC 103.
bre en EP 58.

42 43
podrá, desde el fondo de su corazón, cantar el himno a todas la estigmatización en el Alvernia encuentran su adecuada
las criaturas, porque se habrá inclinado sobre ellas, como so- configuración. Evidentemente, la representación no mira a la
bre una fuente, y las habrá sentido cantar. exterioridad, aunque sea decisiva. La exterioridad está al ser-
vicio de una experiencia de identificación con Cristo en su
3.4. Ternura y com-pasión por la pasión de Dios humanidad 66. La representación teatral deja de ser lo que es,
y pasa a ser una vida en conformidad con el camino de Jesús.
El descubrimiento de los crucificados históricos llevó a Y aquí es donde aflora la dimensión de com-pasión y
Francisco a descubrir al Dios de la experiencia originaria del ternura en la experiencia de Francisco. En él, como en po-
cristianismo, del Absoluto crucificado. Sólo después de años cos místicos cristianos, hace su eclosión de una manera origi-
de convivencia con los pobres y leprosos oyó la voz del Cru- nalísima la experiencia típica del Dios del Nuevo Testamen-
cificado de san Damián. Su carisma personal consistió en to. No se trata ya de experimentar al Dios del misterio, más
proponerse vivir con toda su alma la forma del santo Evan- allá de cualquier representación, y, por eso, al Altísimo. Esta
gelio62. Para Francisco, el Evangelio es Cristo. Cristo es sus experiencia de las religiones, del judaísmo bíblico y de todo
vestigia (palabras y gestos) en su condición histórica concre- monoteísmo se encuentra también admirablemente atesta-
ta, la pobreza. Por eso, la expresión que atraviesa todos los da en san Francisco 67 . Pero no se muestra ahí su originali-
escritos franciscanos primitivos es sequi vestigia et pauper- dad; está sobreentendida en el misterio de la Encamación,
tatem eius 63. La novedad del Poverello no consiste en inten- entendida como kénosis, humillación e identificación con lo
tar vivir la radicalidad evangélica. Las investigaciones histó- más despreciado por parte de Dios. Francisco intuyó cierta-
ricas64 han puesto de manifiesto que ese ideal fue común a mente, a partir de los miserables y de la presencia de Dios
los principales grupos espirituales de los siglos XII y XIII. en ~llos 68, que aquí reside el corazón íntimo y secreto del
Ni reside en el seguimiento de Jesús (vivir a partir de la ex- cristianismo. Lo que lo conmueve y lo "torna ebrio de amor
periencia y las actitudes axiales de Jesús), ni en su imitación y compasión por Cristo" 69 es el hecho de que Dios se hizo
(reproducción de sus gestos históricos). Todo esto lo vivían en él nuestro hermano, y hermano enJa pobreza y humildad: .
los movimientos pauperísticos y evangélicos anteriores y con- "iOh cuán santo y cuán amado es tener un tal hermano e hi-
temporáneos. Francisco quería reproducir y representar la jo agradable, humilde, pacífico, dulce y amable y más que to-
vida de Jesús. De ahí que la insistencia en la literalidad y en das las cosas deseable. El cual dio su vida por sus ovejas, y
el rechazo de toda y cualquier glosa del Evangelio sea el meo-
llo de su preocupación. Se advierte en toda su vida una vo- ·
luntad visible de teatralizar el misterio de Jesús. En este con- 66 Ver mi estudio comparativo de la experiencia de Jesús y la de Francisco:
texto, la manera como instaura el discipulado, la celebráción Jesus de Nazaré e Francisco de Assis, em Nos so lrmiio Francisco de Assis,
Petrópolis 1975, pp. 111-135. En castellanoJ Jesús de Nazaret y Francisco
de la cena-testamento con los suyos al final de su vida 65 y de Asís en Cuad. Fran. de Ren. 32 (1975) pp. 203-218. Cf. lC 84: "Su su-
prema aspiración, su más vivo deseo y su más elevado propósito, era ob-
servar en todo y siempre el santo Evangelio y seguir la doctrina de nues-
62 tro Señor Jesucristo y sus pasos con suma atención, con todo cuidado, con
Ver el estudio minucioso de F. URIBE ESCOBAR, Struttura e specificitii
della vita religiosa secondo la regola e gli opusculi de S. Francesco d'As- todo el anhelo de su mente, con todo el fervor de su corazón".
sisi, Roma 1979, pp. 314-322. 67 Ver las diferentes oraciones en los opúsculos, principalmente el capítulo
63 23 de la Regla no Bulada.
Este concepto está muy presente en los textos franciscanos: CtaL; Adm 6;
EP 43; lC 84; 115; 2C 17; 216; Crónica de Jordán de Giano, 2. 68 Cf. 2C 85.
64
La mejor es aún la de H. GRUNDMANN, Religiose Bewegungen im Mit- 69 EP 93; cf. lC 84: "Tenía tan presente en su memoria la humildad de la
telalter, Hildesheim 1961. encarnación y la caridad de la pasión, que difícilmente quería pensar en
65 2C 217; LP 22; EP 68; -LM 14, 4. otra cosa".

44 45
1

i,I¡
oró al Padre por nosotros!" 70. Como se ve, los adjetivos en-
cierran un fuerte contenido de ternura y de conmoción cor- todo lo que un bebé hace. Dios tomó el pecho de María, llo-
dial. riqueó, fue acariciado y se durmió. Esto es para Francisco
objeto de com-pasión y ternura. Cuando quiso reproducir
La experiencia personal de Francisco consiste en el en- el pesebre, en Greccio, por primera vez en la historia, dijo:
cuentro con Dios en la humildad de la Encarnación. Para él, "Deseo celebrar la memoria del niño que nació en Belén, y
el misterio de la Encarnación no está representado en las quiero contemplar de alguna manera con mis ojos lo que su-
formulaciones metafísicas de los grandes Concilios cristoló- frió en su invalidez de niño, cómo fue reclinado en el pese-
gicos de Efeso (325) y de Calcedonia (451) en términos de bre y cómo fue colocado sobre el heno entre el buey y el as-
naturaleza y persona. Las formulaciones abstractas, aunque no" 72. Y aún más, en su afán de representación quería que
sean correctas, no conmueven a nadie, puesto que a través en este día todos los que tuvieran un buey o un asno en sus
de ellas sólo es solicitada la inteligencia. Co'mo ya lo decía- casas les dieran raciones sobradas, que los hermanos comie-
mos recordando las observaciones de Pascal y Saint-Exupé- ran carne, y que hasta las paredes lo hicieran; pero como
ry: "Es el corazón el que siente a Dios, no la razón" y "sólo esto no es posible, que fueran untadas con ella, como home-
se ve bien con el corazón; lo esencial es invisible para los naje a Aquél que se hizo carne 7 3.
ojos". La encarnación es, para Francisco, un misterio de sim-
Celano, apelando al testimonio de los hermanos, afirma:
patía y empatía divinas, como decían los Padres griegos. Dios
se siente atraído apasionadamente al interior de la naturale- "Los hermanos que convivieron con él saben con qué ternu-
za humana. Entonces, para Francisco, decir Dios encarnado ra y suavidad, cada día y continuamente, hablaba de Jesús.
es decir Dios niño que llora, que es amamantado, que son- Su boca hablaba de la abundancia de su corazón, y la fuen-
ríe. Es representarse concretamente la vida de Jesús en los te de amor iluminado que llenaba sus entrañas, bullendo sal-
caminos polvorientos de Palestina, sus diatribas entre los fa- taba afuera" 74.
riseos, su convivencia con los apóstoles, su hambre , su sed, Con una particular ternura consideraba la Pasión de Je-
su amor por Marta, María y Lázaro, su angustia en el huer- sucristo: "Lloraba lastimeramente la Pasión de Cristo, que
to de los olivos, su abandono en la cruz. casi siempre tenía ante sus ojos. Recordando las llagas de
¿cuál es la actitud humana, traspasada de fe , frente a se- Cristo, llenaba de lamentos los caminos, sin encontrar con-
mejante realidad divina en los moldes de nuestra insignifi- suelo" 75• Una experiencia fundante le ocurrió cuando "oraba
cancia? Es la ternura y la com-pasión. Y eso es lo que vivió, profungamente conmovido" 76 ante el crucifijo de san Da-
con una intensidad genial, san Francisco. Oigamos lo que mián. Cuando comprendió que su misión era reconstruir la
Iglesia que estaba en estado ruinoso, dice el biógrafo: "Des-
nos dice su primer biógrafo ToJTiás de Celano: "Con prefe-
de entonces se le fijó en el alma la santa com-pasión por el
rencia a las demás solemnidades celebraba con inefable ale-
gría la del nacimiento del niño Jesús; la llamaba fiesta de las
fiestas, en la que Dios, hecho niño pequeñuelo, se crió a los 72 lC 84.
pechos de madre humana" 11_ 73 2C 199-200. Francisco tenía una devoción profunda por la Eucaristía. La
insignificancia de los elementos materiales, pan y vino, prolongaban para
Téngase bien en cuenta: sabe que en este niño se encie- él la humildad del misterio de la encarnación. "Su amor al sacramento
rran la naturaleza divina y humana en la única persona del del cuerpo del Señor era un fuego que abrasaba todo su ser, sumergién-
Verbo, pero lo que le conmueve es que se amamantó e hizo dose en sumo estupor al contemplar tal condescendencia amorosa y un
amor tan condescendiente": LM 9, 2.
70
2CtaF 56.
74 lC 115.
71
75 2C 11.
2C 199.
76 2C 10.
46
47
Crucificado. Y los estigmas se le imprimieron profundamen - Crucificado en forma de Serafín, comentaba san Buenaven-
te en el corazón" 77 . La meditación ·de la pasión de Jesús pro- tura, "Francisco experimentaba tanta com-pasión que una es-
voca en él una tierna com-pasión; como bien dice san Bue- pada le atravesó el corazón" 81 • Por un "incendio m~ntal",
naventura, resumiendo la actitud básica del santo Fundador: como dicen las Florecillas, se produjo en Francisco la expre-
"Un tierno sentimiento de compasión lo transformaba en sa similitud con Cristo crucificado 82. Y fue entonces cuando
Aquel que quiso ser crucificado" 78• la montaña entera, según el relato simbólico, también se in-
Como ya lo hemos dicho, la compasión no debe ser con- cendió y "parecía arder entre llamas resplandecientes, que
fundida con el dolorismo, por el que la persona se satisface iluminaban todos los montes y los valles del contorno como
con el propio sentimiento de dolor. Por la com-pasión se bus- si el sol brillara sobre la tierra" 83• En esta beata passio et
ca la identificación con el dolor del otro; es sentirse junto a, comptissio se produjo la máxima identificación de un hom-
sufrir en comunión. Esta voluntad de trasladar-se hacia el in- bre con su Prototipo. "iOh varón verdaderamente cristiano!
terior del otro es lo característico del Eros y del Pathos vivi- En su vida trató de configurarse en todo con Cristo vivien-
dos intensamente por Francisco. Es un hpmbre cordial, un te, y en su muerte quiso asemejarse a Cristo moribundo, y
hombre de corazón. Ese corazón, que fue colocado bajo sos- después de su muerte se pareció a Cristo muerto. Bien mere-
pecha por la cultura y también por el cristianismo oficial, ció ser honrado con una tan explícita semejanza" 84•
encuentra su lugar en san Francisco. El corazón siente, can- Francisco configuró de una manera genial este ideal de
ta, alaba, vibra, llora, se compadece. El corazón siente el la- santidad que procede por la "emocionalidad extática" 85, por
tido de otro corazón. En todo se percibe esta fuerza volcáni- la voluntad de identificación con el otro, especialmente el
ca del corazón, domesticada, sin embargo, por la penitencia menor y el más sufrido, por la vía de la ternura y la com-
y la cruz. pasión.
Esta com-pasión encontró su paroxismo en la experien-
cia mística del monte Alvernia, tres años antes de la muerte
de Francisco. Ayuna cuarenta días en el silencio de una gru- 3.5. Ternura hacia santa Clara :
integración de lo femenino
ta. Anhela una radical identificación con el crucificado. Pide
dos gracias, el dolor y el amor: "Señor mío Jesucristo, dos Quien da muestras de poseer una fuente burbujeante de
gracias te pido que me concedas antes de mi muerte: la pri- ternura deberá trasvasarla hacia la persona amada. lCómo
mera, que yo experimente en mi vida, en el alma y en el cuer- integró Francisco lo femenino en. su vida? Todo varón cre-
po, aquel dolor que tú soportaste en la hora de tu acerbísi- ce y madura bajo la mirada de la mujer, y toda mujer se abre
ma Pasión; la segunda, que yo experimente en mi corazón, a su identidad adulta bajo la mirada del varón 86. En esta re-
en la medida posible, aqueLamor sin medida en que tú, Hi-
jo de Dios, ardías cuando te ofreciste a sufrir tantos padeci-
mientos por nosotros, pecadores" 79• Su meditación de la Pa- 81 LM 13 , 3.
sión era tan intensa que "Francisco se transformaba entera- 82 Consideración 111.
mente en Jesús por el amor y la com-pasión" 8 º. Y, al ver al 83 Id. !bid.
84 LM 14, 4. Para todo este tema , ver O . SCHMUCKI, Das Leiden Christi
77 Id. !bid. im Leben des hl. Franziskus uon Assisi, Roma 1960.
78 LM 8, l.
85 S. CLASEN, Das Heiligkeitsideal im Wandeln der Zeiten, en Wissenschaft
79
und Weisheit 33 (1970), pp. 133-164, aquí 142.
Florecillas, Consideración 111. 86
80
Para una teoría de lo femenino y lo masculino, ver L. BOFF, El Rostro
Id. !bid. Materno de Dios, 2' ed., Madrid 1980.

48 49
lación dialéctica se desdoblan las potencialidades de la ter- Para comprender la relación tierna de Francisco con Cla-
nura y del cuidado, sin las cuales la vida humana se debili- ra, importa considerar el sentido específico de pureza que
ta o se endurece. Los caminos. de esta integración son los surge de sus escritos 87• Evidentemente, la vida totalmente
más tormentosos y dramáticos de la aventura humana. Con consagrada a Dios en el celibato y la castidad forma parte
Francisco no fue de otra manera. del seguimiento de Jesucristo. Pero no basta con renunciar
a las relaciones matrimoniales para vivir en castidad. Para
Lo femenino y lo masculino constituyen determinacio- Francisco, pureza es sinónimo de libertad. Sólo es puro
nes ontológicas de cada ser humano, de manera que cada quien está libre de los apegos propios de los falsos absolu-
· uno lleva algo del otro dentro de sí mismo. Varón y mujer tos de la vida: la autopromoción, la acumulación de presti-
forman la diferencia en el interior de la unidad humana, gio, fama, riqueza, poder, santidad como conquista personal,
pero esta diferencia no se cierra sobre sí misma contra la etc.88. Para Francisco sólo Dios es el sumo Bien y todo Bien.
otra, sino que se abre en una profunda reciprocidad. Corres- El no admite concurrencias de ninguna especie. Encontrar
ponde al varón integrar el ani,rza que le da vigor, es decir, substitutos para Dios, esto es impureza. Ser puro es ser li-
la dimensión de ternura, de cuidado, de acogida, de sensibi- bre para el absoluto de Dios. Esto no significa que la bús-
lidad intuitiva, de todo lo que está ligado al misterio de la queda de valores de este mundo esté desprovista de signifi-
vida y a la generación. Como corresponde a la mujer inte- cación. Es una significación finita, y como tal es amada y ale-
grar la dimensión animus que se da dentro de su existenci,a, gremente cantada por Francisco. En términos de relación,
es decir, de la objetividad del mundo, de la racionalidad, de varón-mujer no significan un corte en la ternura y el amor,
la ordenación y la dirección, de todo lo que está ligado a la sino su ordenación hacia un Amor más grande. El varón, o
historia. En el equilibrio difícil de estos dos polos, solar el respectivamente la mujer, no pueden ser absolutos para el
uno y lunar el otro, se construye el perfil de cada persona corazón humano; de lo contrario, Dios no sería el primero y
humana y la riqueza de su profundidad. En Francisco encon- único. Pureza en el sentido de Francisco es que los herma-
tramos una de las más felices síntesis que haya elaborado nos y hermanas se amen de tal manera que el amor de Dios
la cultura cristiano-occidental. Se da en él todo el vigor del y a Dios aumente, y pueda ser gustado también en este mun-
animus, y admiramos, al mismo tiempo, una extraordinaria do. Solamente, entonces, los puros verán a Dios, especial-
expansión del anima. Sin machismo ni feminismo, sin fra- mente presente en los hermanos y hermanas.
gilidad ni rigidez, afloran en él, armoniosamente, un vigor
tierno y una ternura vigorosa que constituyen el brillo y el En la relación de Francisco con Clara resplandece esta
encanto arquetípico de su personalidad. pureza de una manera eminente. Entre ambos se dan amor
y relaciones de ternura extraordinaria, pero, al mismo tiem-
Francisco tiene una conciencia nítida de que esta liber- po, una transparencia de intenciones y una convergencia en
tad de amar no se consigue sin un precio. Vivimos en una si- el amor de Dios libres de cualquier clase de sospecha 89. Hay
tuación decadente. Existe la pasionalidad, la fuerza seducto-
ra del Eros, las ilusiones de la imaginación (la persona ama-
da es siempre la persona imaginada). Por eso, se advierte en 87 K. ESSER, "Libertad para el amor", en Temas espirituales, Oñate (Espa-
este campo una especial vigilancia y ascesis en las actitudes ña) 1980, pp. 121-138; E. ROHR, Der Herr und Franziskus, Werl/West.
de Francisco. El esfuerzo de disciplina tiende a mantener la 1966, pp. 214-221.
altura humana en una realidad que, si por un lado deja obrar 88 Adm 16; lR 22 ; 2R 10.
al Eros hasta la suprema expresión del Agape, por otro, pue- 89 Ver algunos títulos sobre el tema: J. M. ERIKSON, Saint Francis and His
de conocer depravaciones en forma de dominación y obse- Four Ladies, N . York 1970 ; A. ZARRI, Francesco e Chiara: una proposta,
en Francesco e altro (varios autores) , Roma 1976, pp. 145-164; E. RO-
sión. MAGNOLO, La donna nella vita e nel pensiero di Francesco d'Assisi,

50 51
aquí algo de misterioso, de eros y de agape, de fascinación !ante, y antes de que caiga la noche, habrás llegado al con-
y transfiguración9o_ vento. Yo iré solo, siguiéndote de lejos, como el Señor me dé
En la leyenda de santa Clara existen referencias explíci- a entender'. Clara se puso de rodillas en medio del camino.
tas de la mutua atracción entre ambos, siendo todavía jóve- Poco después se recuperó, y levantándose continuó su cami-
nes: Francisco ya convertido, y Clara viviendo aún en la ca- no, sin mirar hacia atrás. El camino se internaba en un bos-
sa paterna91 . Clara, conociendo la fama del joven converti- que. De pronto, Clara se sintió desfallecer, sin consuelo ni
do, "deseaba mucho verlo y escucharlo" 92 • Continúa el rela- esperanza, no pudiendo pronunciar una palabra para despe-
to: "No era menor el deseo de Francisco de conocerla y ha- dirse de Francisco. Esperó unos momentos, y luego dijo: 'Pa-
blar con ella, sabedor del prestigio de tan agraciada joven" 93 . dre, ¿cuándo nos volveremos a ver?'. 'Cuando vuelva el ve-
Clara visitaba con más frecuencia a Francisco, y "espaciaban rano,. cuando florezcan los rosales', respondió Francisco. Y
los encuentros para que no fuera notada por persona alguna entonces sucedió algo maravilloso. Era como si sobre los
aquella divina amistad, ni fuera comidilla de la gente" 94. campos cubiertos de nieve se hubieran abierto de pronto mi-
Clandestinamente, y acompañada de una amiga, Clara se llares de flores multicolores. Superada la perplejidad inicial,
encontraba con Francisco. Sus palabras "le parecían llamean- Clara se inclinó, hizo un ramillete de rosas y se lo entregó a
tes y su conducta sobre-humana", lenguaje propio, como se Francisco". Y agrega la leyenda: "Y desde entonces Francis-
ve, de los enamorados. co y Clara nunca más se separaron". ·
Una antigua leyenda hace referencia a la frescura de es- Estamos ante el lenguaje simbólico de las leyendas. Pe-
te amor tierno y puro 95 : "En cierta ocasión surgieron algunas ro son ellas las que encierran la magnificencia de las gestas
murmuraciones acerca de la relación mística entre Francis- primordiales del corazón 96• "Francisco y Clara nunca más se
co y Clara. Francisco escuchó algunos comentarios intencio- separaron" quiere decir que ambos estaban tan unidos en un
nados. Dijo entonces a Clara: '¿Oíste, hermana, lo que se di- mismo proyecto evangélico, tan fuertemente ligados a una ter-
ce de nosotros? '. Clara no respondió. Sintió que se le parali- cera realidad -más allá y por encima de ellos, Cristo pobre,
zaba el corazón, y que si dijera una sola palabra, se echaría su evangelio y el servicio de los pobres, que, efectivamente,
a llorar. 'Debemos separarnos, agregó Francisco. Tú vas ade- nunca se alejarían el uno del corazón del otro. Ambos tenían
su corazón anclado en Dios. Por eso, el espacio y el tiempo
no contaban para ellos. Efectivamente, como se dice en uno
en Francesco d'Assisi nel 750º anno della morte (1226-1976), Jerusalén de los testimonios para la canonización de Clara, Francisco
1976; L. A. DJARI, Un saint pour temps de crise, en Evangile aujourd' le comunicó la sustancia misma de la vida, "le pareció oro
hui 69 (1971), pp. 51-57; C. A. LAINATI, Clara, la mujer de la esperanza,
en Selecciones de Franciscanismo 2 (1973), pp. 127-134.
tan claro y brillante que en él se reflejaba toda como en un
90
espejo" 97 .
D. ELCID, Clara de Asís. La hermana ideal de San Francisco, Madrid
1981, pp. 132-136. Conocemos la historia. A instancias de Francisco, la jo-
91 Para los datos biográficos básicos ver: O. ENGLEBERT, Vida de San ven Clara, adornada como una novia, huyó de casa por la
Francisco de Asís, Santiago de Chile 1974, pp. 186-205. noche. Francisco y sus compañeros la esperaban con antor-
92 I. OMAECHEVARRIA, Esc'l'itos de Santa Clara y documentos contempo- chas encendidas junto a la Porciúncula. Le cortaron el ca-
ráneos, Madrid 1970. bello largo y blondo, aún hoy conservado y "como ante el
93 Id. Ibid.
94 Id. Ibid.
95 Cf. W. NIGG, O Homem de Assis, Petrópolis 1975, pp. 32-33; M. VON 96 Ver el bello comentario de W. NIGG, O Homem de Assis, op. cit., p. 33.
GALLI, Gelebte Zukunft: Franz von Assisi, Lucerna y Frankfurt 1970, 97 Proceso de canonización III, 29, en I. OMAECHEVARRIA, Escritos de
p. 181. Santa Clara y documentos contemporáneos, Madrid 1970.

52 53 ·
tálamo nupcial de esta virgen, la humilde servidora se des-
posó con Cristo" en manos de Francisco 98. Afectuosamente, que, como si se incendiaran, acudiendo presurosos a apagar
la misma Clara se llamará a sí misma "la plantita del bien- las llamas. iCuál no sería su sorpresa al ver a Francisco y a
aventurado Francisco" (plantula, plantuncula) 99. Clara es- Clara y a los demás hermanos en éxtasis, con los brazos al-
taba "enamorada de la pobreza" 100, como Francisco. Este zados hacia el cielo! 104. Estamos nuevamente ante el lengua-
"prometió cuidar de Clara y de sus hermanas como de sus je simbólico: el amor del uno hacia el otro irrumpe hacia lo
propios hermanos" 101, como lo recuerda la misma Clara en alto, hacia Dios, sin dejar de ser, con todo, un amor profun-
su Regla.
damente humano.
El amor que se tenían mutuamente, sobrepasado perma- Cuando Francisco estaba ya próximo a su muerte, Clara
nentemente por el amor de ambos a los pobres y a Cristo, también enfermó gravemente. Temiendo morir antes que él,
los hacía espiritualmente gemelos. Cuando Francisco duda "lloraba inconsolable porque ya no podría ver una vez más a
acerca de su propia vocación, encarga. a Clara y sus herma- su único Padre después de Dios". E hizo saber a Francisco
nas que oren pidiendo luces a DiosL02. Y cuando ella sufre su aflicción. Este "se conmovió mucho, porque amaba con
presiones a causa del "privilegio de la .pobreza radical" (ex- amor de padre a Clara y a sus hermanas" 105: Y le envió una
cluir bienes y herencia) por parte del Papa, Francisco se preo- cartita con su bendición, que Clara incluirá más tarde en el
cupaba también con todo su corazón 1°3 . "En cierta ocasión, capítulo VI de su Regla. Anteriormente, al concluir su famo-
llega cansado a una fuente burbujeante. Largamente se que- so cántico en alabanza de las criaturas "dictó también un
da mirando el _agua. Luego, se levanta, y dice al hermano cántico, letra y música, para consolación" de Clara y sus her-
León: 'Hermano León, ovejuela de Dios, ¿sabes qué he vis- manas, porque estaba lleno "de sentimientos de piedad y
to en el fondo del agua?'. 'iLa luna, padre, que se refleja en amor por ellas".
el fondo!'. 'No, hermano León, no era la luna; por la gracia Conocemos, asimismo, el afecto de Francisco por Jacoba
de Dios he visto el rostro claro de nuestra hermana Clara, de Settesoli, rica viuda romana, llamada "fray Jacoba". Fran-
resplandeciente de alegría, de manera- que todas mis dudas cisco apreciaba mucho las tortas de miel que le preparaba,
se han disipado"'.
se hospedaba en Roma en su casa, y quiso verla en el lecho
En otra ocasión, estaban comiendo juntos Francisco y de muerte 106.
Clara en Santa María de los Angeles, sentados en el suelo. Este amor tierno de Francisco, que no teme al corazón,
De pronto, sintieron que el corazón se les inflama6a en amor era un amor realista y vigilante, como se advierte en la Re-
de Dios. Fue entonces cuando los habitantes de la región gla 107, en la que pide evitar familiaridades sospechosas y pa-
vieron un gran resplandor sobre la casa, la iglesia y el bos- labras vanas en el trato con las mujeres. El mismo lo pone
en práctica. Deja de visitar a Clara y sus hermanas, "no por-
98 que hubiera disminuido el afecto que les tenía", sino para
Leyenda de Santa Clara 7-9; "Ella entregó su corazón a S. Francisco y
Francisco en respuesta la consagró a Dios": P. ·ROBJNSON , The Life of mostrar con el ejemplo que "el servicio de las hermanas de-
St. Ciare, Londres 1915, p. 36.
99
Regla de Santa Clara I, 3; Testamento de S. Clara 49; EP 108.
1
Leyenda de Santa Clara 14.
00 º Flor 15.
1 4

105 LP 58.
101 Regla de Santa Clara VI, 3-5.

102 LM 12, 2; Flor 16. º Ver C.


1 6 R. URNER, The Search far Brother ]acaba: a Study on Jacoba dei
103 Settesoli, Friend of Francis of Assisi and His Movement, Manila (copia
Cf. C. A. LAINATJ, Clara aconseja a Francisco, en Selecciones de fran- xerox) 1980, esp. pp. 146-150; H.M. CASTIGLIONE, Frate ]acaba, Roma
ciscanismo 2 (1973), pp 171-177. 1933; E. AMENI, Giacomina Settesoli, Florencia 1933.
54 º lR 13.
1 7

55
se las ofreció, lo que le costó algunos golpes por parte del
be ser ejercido solamente por aquellos que, tras larga expe-
riencia, demostraren poseer el Espíritu del Señor" 108. dueño. Pero el hermano se reanimó 113 .
El mismo cariño y cuidado pedía a los hermanos, en la
Para Francisco, la mujer es el camino para el amor de Regla, que tuvieran para los demás: "Cada uno ame y ali-
Dios y la revelación, en el amor humano, del prop"io amor mente a su hermano como la madre ama y alimenta a su hi-
de Dios hacia los hombres. Ella no debe ser ni motivo de jo" 1 14. En la Regla para los eremitorios dice que los herma-
fuga ni de obsesión. Con una mirada limpia, que anula las nos que vivan en las ermitas no deben ser más de tres o a lo
seducciones de la imaginación, puede mirar a Clara con un sumo cuatro; "dos sean madres, y tengan dos hijos, o, al me-
amor casto, enriqueciéndose así ambos mutuamente en el nos, uno", y "los hijos tomen a veces el oficio de madres" 115.
camino de la propia identidad esencial 109. "Compasión y ternura admirables" 116 mostraba con los en-
fermos, y de manera especial tenía una "ternura y paciencia
3.6. Ternura hacia los hermanos: únicas" 117 con los que estaban angustiados (nosotros diría-
ser madres entre sí mos neuróticos), considerándolos tan frágiles como los ni-
Las biografías de su tiempo no se cansan de señalar la ños. Los hermanos no eran sólo hermanos; Francisco quería
ternura de Francisco hacia sus hermanos: "amaba de una que fueran hermanos menores, es decir, "sometidos a to-
manera especial, profundamente y con todo su corazón a los dos" 11 8, serviciales los unos con los otros, "centrando todo
propios hermanos" 110. En sus escritos, la palabra "hermano" su afecto en la comunidad" 1 19_
es la más usada de todas (242 veces), casi siempre acompa- Esta actitud de cuidado hace que las energías de huma-
ñada de un adjetivo de estos: "hermanos míos queridísimos", nización superen las tendencias hacia la mezquindad y el ais-
"mis hermanos benditos", "hermanos míos". Su cuidado y su lamiento que también actúan en la convivencia humana. La
cariño eran tan intensos que era amado como una "madre convivialidad propicia la expansión del Eros, tal como Cela-
queridísima" 111. Y, efectivamente, como tal se comportaba. no lo refleja admirablemente y en forma idealizada: "Cuan-
Al ver al hermano Silvestre desmejorado por el hambre, pien- do se hallaban juntos en algún lugar, o cuando, como suce-
sa para sus adentros: "A este hermano le harían mucho bien de, se encontraban de camino, era digno de verse el amor es-
unas uvas bien maduras_". Y se levanta bien de madrugada, piritual que brotaba entre ellos, y cómo difundían un afecto
mientras los demás dormían, y lo invita a desayunarse con verdadero, superior a todo otro amor. Amor que se manifes-
unos racimos de uvas frescas en una viña vecina 112. Lo mis- taba en castos abrazos, en tiernos afectos, en ósculos santos,
mo hizo con el hermano León, desfallecido de hambre por en la conversación agradable, en la risa modesta, en el ros-
el camino. Tomó una uvas de un parrón junto al camino, y tro festivo, en la mirada sencilla, en la actitud humilde, en
la lengua benigna, en la respuesta serena; eran concordes
108 2C 112; cf. Flor 15, donde los hermanos lo interpelaban por su excesi-
vo rigor. 113 Manuscrito de Darmstadt (siglo XIV) citado por O. ENGLEBERT, Vida
de San Francisco de Asís, op. cit., p. 145.
10 9 Aquí cabría reflexionar sobre el tierno amor que Francisco sentía por la
Virgen María. Ver el importante estudio de K. ESSER, "La devoción a 114 2R 6; IR 9.
María Santísima en San Francisco de Asís", en Temas espirituales, op. 115 REr 1 y 10.
cit., pp. 281-309; C. KOSER, El Pensamiento Franciscano, Madrid, 1972,
pp. 59-70.
116 LM 8, 5.
110 2C 131.
117 2C 177.
111 Id. 137.
118 lC 39.
1 12 LP 53; EP 28; 2C 176.
119 Id. !bid.

57
56
en
120 el ideal, diligentes en el servicio, infatigables en las obras"
verencia sobre las piedras por consideración a Aquél que a sí
mismo se llamó piedra; recogía los gusanos en los caminos
3. 7. Confraternización con la naturaleza: para que no fueran pisados por los viandantes; proveía en el
la democracia cósmica invierno de miel y vino a las abejas para que no perecieran
de hambre y frío 125.
Todas las más antiguas biografías de san Francisco son Aquí se transparenta un modo distinto de ser-en-el-mun-
unánimes en afirmar "la amigable unión que establecía con do, no sobre las cosas, sino junto a ellas, como hermanos y
todas las cosas" 121. El primero de los biógrafos, Tomás de hermanas de una misma familia. A las propias angustias y
Celano (1229) atestigua: "¿Quién podrá explicar la alegría
sufrimientos "no les daba el nombre de penas, sino de her-
que provocaba en su espíritu la belleza de las flores, al con- manas" 126. La misma muerte era para él una amiga y una
templar la galanura de sus formas y al aspirar la fragan-
hermana. Por eso, el mundo franciscano· está lleno de magia,
cia de sus aromas? ... Y al encontrarse en presencia de mu-
de reverencia, de respeto. No es un universo muerto· e ina-
chas flores, les predicaba invitándolas a alabar al Señor, co- nimado; las cosas no están tiradas ahí, al alcance del apeti-
mo si gozaran del don de la razón. Y lo mismo hacía con las to posesivo del hombre o colocadas unas al lado de las otras.
mieses y las viñas, con las piedras y las selvas y con todo lo
Están animadas, y tienen su personalidad; tienen lazos de
bello de los campos, las aguas de las fuentes, la frondosidad consanguinidad con el hombre; viven en la casa paterna con
de los huertos, la tierra y el fuego, el aire y el viento, invi- él. Y porque son hermanas, no pueden ser violadas, sino que
tándoles con ingenua pureza al amor divino y a una alegre
deben ser respetadas. De ahí que san Francisco, sorprenden-
fidelidad. En fin, a todas las criaturas las llamaba hermanas,
temente, pero de manera consecuente, prohíba a los herma-
como quien había llegado a la gloriosa libertad de los hijos nos cortar los árboles de raíz, de manera que puedan brotar
de Dios" 122.
de nuevo. Mandaba a los jardineros que dejaran un pedazo
Todo el universo de san Francisco está rodeado de infi- de tierra sin cultivar para que pudieran crecer en él toda cla-
nita ternura
123
y de "tiernísimo afecto de devoción hacia todas se de hierbas (aun las dañinas), porque "ellas proclaman
las cosas" ; "sentíase como transportado de un entrañable también la hermosura del Padre de todas las cosas" 127. Que-
amor por todas las crea turas" 124. Por eso caminaba con re- ría igualmente que, en las huertas, junto a las verduras y hor-
talizas, se cultivaran también flores y hierbas aromáticas
120
Id. Ibid. "con el fin de que a todos los que las contemplaran les evo-
i21 LM 8, l. cara la suavidad eterna" 128.
122 lC 81.
123
2C 134; 165. Ver algunos títulos de· entre muchos sobre esta materia: El matrimonio de Eros y Agape
M. DE MARZI, San Francesco d'Assisi e ['ecología, Roma 1981 (mi-
meogr.) con una rica bibliografía; E. A. ARMSTRONG, Saint Francis: ¿cómo llegó san Francisco a esta íntima simpatía con
Nature, Mystic. The Derivation and Significance of the Nature Stories in todas las cosas? En primer lugar, porque fue un gran poeta,
the Franciscan Legend, Berkeley, Los Angeles, Londres 1976; J. LANG,
Erschaut und Begriffen. Die sakramentale genialitat des hl. Franziskus
von Assisi, en: Wissenschaft und Weisheit 40 (1977), 1-10; F. CUTH-
BERT, The Romanticism of St. Francis, Londres 1915; I. WILGES, Siio
125 2C 165.
Francisco de Assise e a ecología, en: O Franciscanismo no Mundo de
Hoje, Petrópolis 1981, pp. 84-96. 12 6 Id. 212.
124
EP 113. 127 Id. 165.
12 s Id. !bid.
58
59
no romántico sino ontológico, es decir, un poeta capaz de ternidad de Dios no era para Francisco un dogma frío y la
captar el mensaje trascendente y sacramental que transmiten conclusión de un raciocinio sobre la contingencia de las cria-
todas las cosas. En su juventud fue influenciado por el movi- turas, constituía una experiencia afectiva profunda; implica-
miento erótico provenzal 129. Cantaba can"ciones de amor y ba una efusión cósmica con todos los elementos. La verdad
admiración a la hermosura de la dama. Como ya lo hemos de la paternidad universal de Dios es el núcleo del mensaje
dicho, el Eros está en la raíz de la experiencia franciscana de Jesús. La tradición cristiana proclamó siempre esta ver-
de la fraternidad universal. Pero es un Eros depurado de to- dad; pero el primero en vivirla con esta dimensión de con-
do el peso de la materia y de toda la ambigüedad de las ga- moción con todas las criaturas sentidas como hermanas fue,
lanterías provenzales a los encantos de la mujer, por su in- sin duda, Francisco de Asís.
terpenetración por el Agape. El Agape, amor cristiano, no Hasta san Francisco, la tradición consideraba al Dios-
aplasta al Eros, ni simplemente lo sublima, sino que radica- Padre como el gran señor del cosmos. Contemplaba a las
liza su impulso originario hasta alcanzar el fundamento y la criaturas en su radical dependencia de este único principio.
fascinación de todo amor que es Dios dándose en y por to- Vivía el carácter filial de todos los seres, no sólo de los hom-
das las cosas.
bres y mucho menos de sólo los bautizados. El hombre, co-
La conversión no reprimió la conmoción erótica, sino mo hijo en el Hijo Jesucristo, participaba del señorío cósmi-
que la depuró. El amor de Francisco por Clara conserva to- co del Gran Padre. Se sentía señor de la creación, por enci-
da la densidad del amor, aunque libre de las ataduras de la ma de todas las cosas, sin estar sujeto a ninguna de ellas.
libido; es un amor transfigurado por la fascinación del Mis- Era el lugarteniente de Dios-Padre. Prolongaba dentro del
terio que habita en cada persona. Esa conmoción interior le mundo la relación vertical que nacía de Dios, pasaba por el
llevaba a Francisco a personalizar todas sus relaciones: la hombre y alcanzaba a las criaturas. Se vivía la mística de la
pobreza no es pobreza, es la Dama Pobreza, las virtudes no filiación universal.
son virtudes, sino la reina sabiduría, su santa hermana la pu- La novedad de Francisco consiste en la vivencia de la
ra simplicidad; la alondra no es una alondra, sino la herma- dimensión horizontal: si todos son hijos de Dios, todos son
na alondra, o el hermano lobo, o el señor hermano sol y la hermanos entre sí. Todos habitan en la misma Gran Casa del
madre y hermana tierra. Porque supo depurarlo todo de su Padre. Adquiere una gran intimidad con todas las cosas. No
malicia interior, pudo hasta el fin de su vida, y aun en la ho- existen los enemigos. Nadie nos amenaza. Estamos envuel-
ra de la muerte, cantar las canciones de amor que aprendió tos en una atmósfera de amor de hermanos y hermanas.
en su juventud. Le gustaba llamarse trovador de Dios.
En san Francisco se encuentran los dos movimientos:
Pero el recurso al alma poética de san Francisco no ex- horizontal y vertical. Tomás de Celano y san Buenaventura
plica, sin embargo, adecuadamente la profundidad de su ex- resaltan esto muy bien en sus biografías: "En cualquie"r ob-
periencia de estar-con-las-cosas en cuanto hermanos y her- jeto admiraba a su Autor y en todos los acontecimientos re-
manas de una misma casa. En la raíz de todo hay una expe- conocía al Creador ... En las cosas hermosas reconocía al que
riencia religiosa de la paternidad universal de Dios. La pa- es la Belleza, y a cuanto hay de bueno, le gritaba: 'Quien nos
ha hecho es el mejor'. Por las huellas impresas en las cosas
seguía dondequiera al Amado, y con todas hacía una escala
129
ARMSTRONG mostró las influencias sobre Francisco sea por parte del por la que ascendía hasta su trono". Pero no se quedaba en
amor a la naturaleza y de la "gaya ciencia" de Provenza, sea por parte de esa dimensión: "Se llenaba de una mayor ternura cuando
la tradición irlandesa, de los monjes y peregrinos que tenían una rela- consideraba el primer y común origen de todos los seres, y
ción muy positiva frente a la naturaleza: Saint Francis: Nature, Mystic,
op. cit., pp. 18-43. llamaba a las criaturas todas, por más pequeñas que fueran,
60
61
cho de ser lo que son. San Francisco, hombre arcaico y no-
con los nombres de hermano y hermana, pues sabía que moderno, se une a esa silenciosa canción, dejando que las
130
todas ellas tenían con él un mismo principio" . cosas sean cosas, hermanas demasiado adorables para ser
Con qué emoción no leemos la amonestación de Fran- manipuladas por el hermano hombre.
cisco al hermano fuego, cuando, ya casi ciego, debió ser ope-
rado, o mejor abrasado con un hierro candente desde el oí- El no-romanticismo de san Francisco
do hasta la sobreceja: "Fuego, hermano mío, el Altísimo te ha
creado poderoso, bello y útil, comunicándote una deslumbra- Gran parte de la fascinación que ejerce hoy san Fran-
dora presencia que envidian todas las otras criaturas. Mués- cisco proviene de su amor por la naturaleza. Fue en la épo-
trate propicio y cortés conmigo en este trance. Ruego al Se- ca del romanticismo europeo cuando se descubrió la singular
ñor que te creó que atempere tu vigor, para que quemándo- figura de san Francisco. Pero él no es un romántico avant la
me con suavidad, pueda tolerarte" 131. Y el hermano fuego, lettre 134• Lo romántico es característico de la subjetividad
agrega el relato, se compadeció de Francisco. moderna; es la proyección de los propios sentimientos sobre
el mundo. Para el romántico moderno, la naturaleza reenvía
Esta fraternidad coloca a Francisco al mismo nivel de las la conciencia a sí misma, a sus sentimientos, pero no a la es-
criaturas. El no se define distinguiéndose de ellas, resaltan- cucha del mensaje que surge de la naturaleza y que reenvía
do lo que le hace diferente, y distanciándose así de los her- hacia una instancia más allá de la conciencia: el misterio de
manos. Dios. En el romanticismo, el yo permanece en su universo,
Cuando canta, lo hace con todas las criaturas, como lo rico, multiforme en emociones, pero encerrado en sí mismo.
dice en su admirable "Cántico del hermano sol". No canta En un pensar arcaico como el de san Francisco el yo es pro-
sólo a través de las criaturas. Sería egoísta hacerse sordo al vocado para elevarse sobre sí mismo, abrir su círculo cerra-
himno que ellas entonan al Creador. Canta con ellas, con la -do y hermanarse con las cosas para cantar juntos un himno
cigarra 132 o con la alondra: "Las hermanas alondras alaban de alabanza al Gran Padre de todo 135. Pero esto sólo es po-
a su Creador. Pongámonos en medio de ellas y cantemos sible mediante una profunda ascesis y un esfuerzo ininte-
también nosotros al Señor, recitando sus alabanzas y las ho- rrumpido de purificación y renuncia a la voluntad de pose-
ras -canónicas" 133_ sión y dominación de las cosas 136.
El hombre moderno difícilmente canta con las cosas.
Porque no está con ellas. Por eso no puede escuchar su esen-
cial cantilena. Canta a propósito de ellas. San Francisco es-
tá más próximo de un Cézanne o de un Van Gogh que de un
Picasso o de un Di Cavalcanti. Estos proyectan su subjetivi- 134 E. LECLERC, El cántico de las criaturas; sobre los símbolos de la unión,
dad hacia las cosas, que reflejan los sentimientos humanos. Oñate 1977, pp. 246-248.
Las naturalezas muertas, la mesa, la bandeja con fruta, el ja- 135 Ver algunos títulos más significativos sobre la comprensión del hombre
rrón están ahí, en su luz propia, con su gran humildad, sin y del mundo de san Francisco: S. VERHEY, Der Mensch unter der Herrs-
chaft Gottes. Versuch einer Theologie des Menschen nach dem hl. Fran-
ninguna proyección humana. Ellas cantan a Dios por el he- ziskus von Assisi, Düsseldorf 1969; R. KOPER, Das Weltverstiindnis des
hL Franziskus von Assisi, Werl/West. 1959; M. AUERBACH, Uber das
Persónliche in der Wirkung des hl. Franziskus von Assisi, en Gesammel-
te Aufsiitze zur romanischen Philologie, Berna 1967.
no 2C 165; LM 8, 6. 136 Ver mi estudio: L. BOFF, A pobreza no mistério do homen e de Cristo,
13 1 LM 5, 9. en Grande Sinal 27 (1973) , pp. 163-183 ; H. SCHALÜCK, Armut und
13 2 2C 171. Heil, Paderborn 1971.
13 3 LM 8, 9.
63
62
Hemos reflexionado anteriormente sobre la estructura pobres. Cuanto más pobre, más libre y fraterno se sentía. La
poética del alma de san Francisco y su experiencia religiosa posesión es lo que engendra los obstáculos a la comunica-
de la paternidad universal de Dios, generadora de fraterni- ción de los hombres entre sí y de los hombres con las cosas.
dad con todos los seres. El análisis sería insuficiente si no Intereses, egoísmos, posesión en exclusividad se interponen
insistiéramos en otro aspecto, tal vez el más esencial de to- entre el hombre y su mundo. Los distancia y va ahondando
dos: la radical pobreza de san Francisco. un foso de objetivaciones alienadoras entre ellos. Cuanto
Su experiencia· de la fraternidad universal, como ya lo di- más radical es la pobreza, más aproxima al hombre a la rea-
jimos y lo volvemos a subrayar, no fue el resultado de un ra- lidad; y más fácil le hace comulgar con todas las cosas, en el
ciocinio sobre la paternidad de Dios. Fue una experiencia respeto y la reverencia a su alteridad y diferencia. La frater-
originaria y vital. ¿cómo se articula esta experiencia dentro nidad universal es el resultado del modo-de-ser-pobre de
de la cual se manifestó la fraternidad universal? Creemos san Francisco. Se sentía verdaderamente hermano porque
que en la respuesta a esta intt:!rrogante está el secreto ínti- podía acoger a todas las cosas sin intereses de posesión, lu-
mo del modo de ser arcaico de san Francisco. La estructu- cro y eficiencia. Pobreza es, así, sinónimo de humildad; ésta
ra poética del alma franciscana y la fe cristiana constituyen no es una virtud más, es una actitud por la que el hombre se
momentos indispensables para entender su modo de ser, pe- coloca en el suelo, el humus, al lado de las cosas. Convir-
ro no se encuentra en ellos la clave reveladora, sino en una tiéndose a este modo de ser, y en la medida de su realiza-
nueva praxis de san Francisco. En un momento determina- ción, es galardonado con la transparencia de todas las co-
do de su juventud se convierte. Como en toda auténtica con- sas para la divina y trascendente realidad. Y alcanza así la
versión se da una conversio morum, un cambio en la mane- reconciliación universal, y una democracia cósmica.
ra de comportarse y relacionarse 137. Se produce una ruptura. San Buenaventura llegó a afirmar que san Francisco
Muere un mundo y nace otro. Francisco comenzó a identi- "por la unión amigable que estableció con todas las cosas,
ficarse con los pobres y a hacer duras penitencias. Se inició parecía haber vuelto al primitivo estado de inocencia origi-
un proceso doloroso de purificación interior. Se retira a las nal" 138. Este fue el resultado de su total desapropiación, des-
cavernas; largas vigilias; ayunos y penitencias tan rigurosas pués de un largo y exigente noviciado. En fin, revivió en su
que llegaba a apiadarse de su propio cuerpo, al que llamaba corazón el paraíso terrestre en la serena hermandad de to~
tiernamente hermano asno. El eje del esfuerzo de interiori- dos los seres, hijos de un mismo Padre y hermanos entre sí.
zación se polarizó en el tema de la pobreza. Pobreza, funda- Sólo a través de un proceso de purificación interior y de re-
mentalmente, no consiste sólo en no tener cosas, porque el nuncia al mundo pudo conquistar el mundo, en un sentido
hombre siempre tiene cosas: su cuerpo, su inteligencia, su verdaderamente fraterno.
ropa, su estar-en-el-mundo. Pobreza es un modo de ser por
el que el hombre deja que las cosas sean; renuncia a domi- Quien se proponga románticamente imitar a san Francis-
narlas y someterlas y hacerlas objeto de su voluntad de po- co en su amor por la naturaleza sin pasar por la ascesis, la
der. Renuncia a estar sobre ellas para situarse junto a ellas. renuncia, la penitencia y la cruz, caerá en una p_rofunda ilu-
Esto exige una inmensa ascesis de renunciamiento al instin- sión. El mundo le descubrirá, a poco andar, su opacidad, y le
to del poder, de dominio sobre las cosas y de satisfacción de mostrará sus contradicciones. Sólo puede, sin caer en un
los deseos humanos. La pobreza constituye la trayectoria verbalismo vacío, llamar al fuego devastador hermano, al
esencial de san Francisco, realizada en el lugar físico de los agua, humilde y casta hermana, hermanas a las enfermeda-
des, la angustia y la muerte, quien, a través de una ardua
137 El mejor estudio sobre la conversión es todavía el de F. BEER, La con-
version de Saint J.ram;ois selon Thomas de Ce/ano, París 1963. IJS LM 8, l.

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penitencia y un profundo despojamiento hubiere removido La sacramentalidad arquetípica
todos los obstáculos que se interponen entre el hombre y las de los elementos cantados
criaturas. Fue al final y no al comienzo de su vida cuando
Francisco entonó el himno al hermano sol. Comenzar por Hay muchas maneras de leer el "Cántico al hermano
donde san Francisco terminó es una desastrosa ilusión. Es- sol". La primera y la más común tiene en cuenta al carácter
forzarse por rehacer el camino, con gran humildad, tratando poético del texto ; se atiene a los elementos enumerados, co-
de encontrarse con las cosas, especialmente las más peqúe- mo el sol, la tierra, las estrellas, el fuego, el agua y la muer-
ñas, es alimentar la esperanza de que tal vez nuestro mundo te. A través de ellas, el místico Francisco se eleva hasta Dios.
pueda también transfigurarse y revelar su carácter fraterno y Esta tendencia se inscribe en la corriente de los grandes mís-
filial. ticos poetas, desde los salmos hasta san Juan de la Cruz, san-
ta Teresa de Avila, y también Teilhard de Chardin 1 40_ Es-
La síntesis entre la arqueología interior ta interpretación es válida. Pero, ¿desentraña toda la riqueza
contenida en el Cántico?
y la ecología exterior
Se da otro tipo de lectura que desciende a un nivel más
El modo de-ser-con-las-cosas de san Francisco dio por profundo y estructural, sondeando el inconsciente arquetípi-
resultado una total reconciliación paradisíaca del hombre co de la psiche del poeta-místico. Los elementos cantados
con su universo. Existe en el corazón humano un secreto y conservan su densidad material, no son alegorizados, pero
persistente llamado hacia una plenitud de salvación y de vi- adquieren para el místico un valor simbólico y expresivo de
da, de completa fraternización con todas las cosas y de uni- un estado de alma. Constituyen el vehículo por el que el poe-
yersal unidad con las realidades más distantes y diferentes, ta se propone expresar lo que sucede en lo más íntimo de su
como Dios y la muerte. ser: la unión religioso-mística de todo con Dios. Este es el
El principio-esperanza y la dimensión de lo utópico que camino que nos proponemos seguir, brevemente, al analizar
marcan estructuralmente el espíritu, poblaron la mente hu- el poema de san Francisco.
mana, en todos los tiempos, con imágenes de una reconci - El conocimiento del contexto en el que surgió el texto
liación como ésa. En san Francisco lo utópico se hizo tópi- nos ayudará a entender mejor la conveniencia de este análi-
co, se historizó el acontecimiento de la dulzura de la con- sis arqueológico y arquetípico .. La Leyenda Perusina 141 nos
fraternización con todas las cosas. Se reconcilió la arqueolo- ha transmitido el relato más pormenorizado. Habían trans-
gía íntima con la ecología exterior mediante un buceo abisal rurrido ya cerca de veinte años desde su conversión y dos
en el misterio de Dios. En el "Cántico del hermano sol" en- desde la estigmatización en el Alvernia. El santo se consu-
contramos el testimonio de esta síntesis preciosa 139. mía en un amor seráfico, "un no morir muriendo" 14 2, en ex-
presión de san Buenaventura, y era visitado por toda clase
de sufrimientos interiores y exteriores. Estaba casi ciego. Veía
139 La bibliografía es inmensa; destacamos algunos títulos más importantes:
que la Orden que había fundado caminaba por rumbos que
L. BRACALONI, Il Cantico di Frate Sale, Milán 1927; E. W. PLATZECK, amenazaban la vivencia de la pobreza radical; la Iglesia ha-
Das Sannelied des heiligen Franziskus van Assisi, Munich 1957; G. GET-
TO, San Francesca d'Assisi e il Cantica di Frate Sale, Turín 1956; G. SA-
BATELLI, Studi recen ti sul Cantica di Frate Sale, en Archivu m Francis- '" L. CHEFFCYCK, Der Sannengesang des hl. Franz van Assisi und der
canum Histaricum 51 (1958), pp. 3-24; M. DE MARZI, San Francesca llymne an die Materie des Teilhard de Chardin, en Geist und Leben 35
d'Assisi e l'ecalagia, Roma 1981, (mimeogr.), pp. 104-119; la contribu- ( 1962), pp . 219-233.
ción más original y profunda es, sin embargo de E. LECLERC, El cán- • · 11' 83; EP100.
tico de las criaturas, op. cit. 41 JMl4 , 1-2.

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bía organizado cruzadas contra los sarracenos, a quienes el entraña del tronco la luz del sol. Es la expresión del univer-
mismo había visitado en Oriente, escandalizándose profun- so reconciliado que se fue configurando dentro del corazón
damente de la barbarie de los . cristianos. Era el otoño de de Francisco.
1225. En San Damián, la capillita donde todo había comen- No se trataba solamente de un discurso poético-religio-
zado, vivían Clara y las demás hermanas. Los sufrimientos so sobre las cosas: las cosas mismas aparecían como envuel-
no le daban tregua. Pasó cincuenta días, cuenta la Leyenda, tas en un discurso más profundo. La alabanza cósmica de-
encerrado en una oscura celda, no pudiendo ver el sorduran- velaba el lenguaje simbólico inconsciente de un itinerario
te el día ni el fuego por la noche. Los sufrimientos le impe- interior, un develamiento de la profundidad del alma; ésta
dían dormir y aun descansar. "Una noche en que se sentía se presentaba, más exactamente, como una poética de recon-
más agobiado que de ordinario por varias y dolorosas moles- ciliación del hombre con su arqueología, un abrirse a la to-
tias, comenzó a compadecerse de sí mismo en lo íntimo de su talidad de una existencia en la luz del Ser 144. El sol sigue
corazón" . Agrega Celano que, entonces, Francisco enfrentó siendo sol; el fuego, fuego; el agua, agua. Pero más allá de
una dura lucha para sobreponerse a sus dolores y su impa- su valor objetivo, estos elementos tienen también un valor
ciencia. "Orans ... sic positus in agone... ": así orando, entró simbólico. El hombre expresa a través de estos elementos su
en agonía. En ese trance, escuchó en espíritu una voz que le mundo interior. Y ¿qué expresa ese mundo interior? Expre-
decía: "Dime, hermano, ¿no te alegrarías si alguien te diera sa la emergencia de la reconciliación universal, la fusión en-
en recompensa por tus sufrimientos y tus tribulaciones un tre la mística cósmica, orientada hacia la confraternización
tesoro tan grande y precioso que toda la masa de la tierra con la naturaleza, y la fusión con la mística evangélica, orien-
transformada en oro, las rocas en piedras preciosas, el agua tada al amor hacia la persona de Cristo. Los elementos can-
en bálsamo, nada valdrían comparados con aquél?". Y el tados obtienen una sacramentalidad arquetípica, comunica-
bienaventurado Francisco contestó: "Señor, sería un tesoro dora de esta fusión.
inestimable, y grandemente deseable". "Pues bien, agregó la
voz, alégrate, hermano, y goza en medio de las tribulaciones CANTICO DI FRATE SOLE
y enfermedades, porque ellas son prenda de mi reino, y pue-
des considerarte ya como destinado a él"l43. Altissimu, omnipotente, bon Signare,
En ese momento, el espíritu de Francisco desbordó de tue so'le laude, la gloria e l'honore
alegría. Su noche oscura se transformó en día, sintiéndose et onne benedictione:
ya en el Reino de Dios, que es símbolo de total reconcilia- Ad te solo, Altissimo, se konfano
ción, de superación de todas las contradicciones, y la máxi- et nullu horno ene dignu
ma realización del hombre con el cosmos y con Dios. Se le- te mentovare.
vantó, meditó unos momentos y entonó el himno de todas Laudato sie mi'Signore, cum tucte le tue creature,
las criaturas: Altissimu, omnipotente, bon Signare... Llamó a spetialmente messor lo frate sole,
los hermanos, y cantó con ellos el himno que acababa de lo cuale iorno et allumini noi per loi;
componer. Este cántico de luz surgió en medio de una no- Et ellu e bellu e radiante
che oscura del cuerpo y del alma. Emergió de las profundi- cum grande splendore:
dades de una existencia que fue brotando, sufrida y atribu-
lada, como un retoño que busca insaciablemente desde la
de te, Altissimo, porta significatione.

144
143 2C 213 . E. LECLERC, El cántico de las criaturas, op. cit., p. 16.

68 69
tón Bachelard y de la hermenéutica de Paul Ricoeur, cómo
Laudato si', mi'Signore, pero sora luna e le stelle; todos los elementos cantados del himno al hermano sol po-
in celu l'ai formate clarite seen un rico contenido arquetípico al servicio de la expre-
et pretiose et belle. sión de total reconciliaci_ó n alcanzada por el santo.
Laudato si', mi'Signore, per frate vento La propia estructura del Cántico revela esta expresión
et per aere et nubilo et sereno et onne tempo, arquetípica de unidad. El número siete de las estrofas descu-
perlo quale a le tue creature dai sustentamento. bre inconscientemente esta búsqueda. Siete, como es sabi-
Laudato si', mi'Signore, per sora aqua, do, está formado por 3 + 4, que constituyen los símbolos
la quale é multo utile et umile máyores de la totalidad y la unidad. En él se cruzan las dos
et pretiosa et casta. líneas, horizontal y vertical, que juntas forman también un
Laudato si', mi'Signore, per frate focu conocido símbolo de totalidad. El movimiento inicial se diri-
per lo quale annallumini la nocte; ge verticalmente hacia Dios: "Altísimo, omnipotente y buen
ed ello e bello et iocundo et robustoso et forte. Señor ... ". Francisco se da cuenta inmediatamente de que no
Laudato si', mi'Signore, pero sora nostra matre terra, consigue cantar a Dios, porque "ningún hombre es digno de
la qua le ne sus ten ta et governa hacer de Ti mención". Pero no se amarga por eso. Se vuel-
et produce diversi fructi con coloriti fiori et herba. ve, horizontalmente, hacia las criaturas: "Loado seas, mi Se-
ñor, con todas tus criaturas". Se abre a la fraternidad uni-
Laudato si', mi'Signore, versal, y canta a las criaturas, no en sí mismas, sino marca-
pero quelli ke perdonano per lo tuo amore, do por la experiencia del Altísimo que le hizo posible ver-
et sostengo'infirmitate et tribulatione; las como sacramento de Dios: "Porque de Ti, Altísimo, son
Beati quelli kei sosterrano in pace, significación".
ka da te, Altissimo, Otro símbolo arquetípico de la totalidad síquica del
sirano incoronati. hombre destaca en todo el himno: lo masculino y lo femeni-
Laudato si', mi'Signore no. Todos los elementos están ordenados por parejas, en las
per sora nostra morte corporale, que se combina lo femenino con lo masculino: sol-luna, vien-
da la qualle nullu horno vivente po skappare; to-agua, fuego-tierra. Todas esas parejas aparecen engloba-
Guai acquelli ke marrano ne le peccata mortali; das en el gran matrimonio Sol-Tierra, de cuya unión cósmi-
beati quelli ke trovara ne le tue sanctissime voluntati, ca nacen todas las demás parejas. Se inicia cantando al Se-
ka la morte secunda nol farra male. ñor y hermano Sol, símbolo arquetípico de la virifidad y de
Laudate et benedícite mi'Signore, et rengratiate toda paternidad, y se concluye con la_alabanza a la madre y
hermana Tierra, arquetipo de la femineidad y de toda fecun-
et serviateli con grande humilitate. didad. Esta representación no traduce el orden objetivo del
mundo, sino el orden de significación profunda. Por ella, el
El matrimonio cósmico que todo lo fecunda inconsciente más radical en su sed de unidad y totalidad, en-
Cabe a un gran estudioso moderno de san Francisco, cuentra la manera adecuada de expresarse.
Eloi Leclerc 145, mostrar con el recurso de la sicología pro- El himno contiene también dos estrofas que fueron agre-
funda de C. G. Jung, del método de análisis poético de Gas- gadas posteriormente por el santo. En una de ellas se cele-
bra la paz conseguida por san Francisco entre el obispo de
14 5 Id. Ibid., esp. pp. 2.5-48; cada capítulo es introducido por una reflexión Asís y el podestá. La otra fue inspirada poco antes del trán-
hermenéutica.
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sito de san Francisco, en los primeros días de octubre de 1226. un uso de su poderío técnico que sea capaz de abrirlo a la
En ambas ya no es el cosmos material lo cantado, sino el cos- dimensión más profunda y arquetípica que posee la natura-
mos humano, inserto en la gran fraternidad universal, con- leza. Una cosa es cultivar la tierra y experimentar que ella
quistado a través de tensiones y sufrimientos. San Francisco es una madre generosa, y otra tratarla sin respeto y venera-
quiso agregarlos al cántico original. La verdad es que nacie- ción. Una cosa es extraer sus riquezas y nuevamente compro-
ron de la misma inspiración fundamental. El himno quiere bar su fecundidad, y otra su utilización dispendiosa y abusi-
celebrar la irrupción .mística de la unidad y fraternidad con va. Una cosa es explotar el bosque, y otra desmantelarlo in-
todas las cosas y con Dios. No podía dejar afuera al hombre, discriminadamente 1 41.
en su tribulación. El hombre se reconcilia con los otros hom- El hombre moderno ha olvidado que en su actividad con
bres. Se reconcilia también con la muerte, aceptando la exis- la naturaleza tiene que ver no sólo con cosas sino con algo
tencia mortal. Integra la muerte en la vida, La acepta como que le afecta en su más profunda raíz. No vive simplemente
hermana, o mejor, Francisco se hace hermano de la muerte. en el mundo. Con-vive; se enamora o se enemista; acoge o
Ella se constituye así como símbolo de vida nueva .y de un rechaza. Elabora una sintonía entre el mundo interior y el
amor más grandel46. exterior. No puede alcanzar su identidad prescindiendo de
El esplendor del hombre y su tragedia, su ansia de as- una relación amistosa y fraterna con su mundo natural. No
censión y su enraizamiento en la tierra, su dimensión uráni- se trata de un romanticismo· anacrónico, sino de entender
ca (cielo) y su dimensión telúrica (tierra) encuentra en el po- rectamente la estructura fundamental del hombre, ser-en-el-
bre de Asís un intérprete privilegiado. mundo-con-todas-las-cosas, como hemos dicho, en una de-
mocracia cósmica.
Celebración del hombre reconciliado La experiencia franciscana es la histprización de esta
verdad-realidad. No obstante todas las rupturas que las tri-
El modo de ser de san Francisco, con su estar-con, lo lle- bulaciones puedan introducir; a despecho de la soledad últi-
11:1: vó a una confraternización con todos los estratos de la rea- ma que la muerte significa, aun así es capaz de abrirse a la
lidad: superiores (Dios Altísimo), interiores (arqueología ín- fraternidad universal, y no llamar, sino cantar a todas las
tima) y exteriores (la realidad ecológica). Todo despliega una criaturas como hermanos y hermanas. "El misterio de la tie-
alabanza al Misterio. El hombre moderno, con su estar-so- rra se une con el misterio de las estrellas". La alabanza hu-
bre, no está simplemente condenado a relacionarse de una mana se une a lo esencial que todas las cosas entonan a nues-
.m anera dominadora con la naturaleza; no hay duda de que tro Creador. Finalmente, el hombre reconciliado celebra el
debe organizar la sistemática satisfacción de sus necesidades mundo como un paraíso, porque él mismo se transformó:
fundamentales y hominizar el mundo. Pero deberá aprender "Load y bendecid a mi Señor, y dadle gracias, sirviéndole
1
con gran humildad". ·
1

11111
146 PAUL SABATIER, DANIEL ROPS y otros, pretenden ver a Clara como
la inspiradora del Cántico al Hermano Sol, porque fue ella quien cuidó
de Francisco durante la enfermedad en San Damián, donde Francisco
1111
escribió el himno. P. Sabatier llegó a imaginar cómo habría sido el ver-
so ausente en el cántico, dedicado a Clara: "Soyez loué, Seigneur, pour
soeur Claire; nous l'avez faite silencieuse, active et subtile; et par elle vo-
tre lumiere brille dans nos coeurs". Para todo esto ver ARMINDO AU-
GUSTO, A enfermidade do poeta cego, en Louvor de Santa Clara, Bra- 147 E. LECLERC, El cántico, op. cit., pp. 243-250: "La poética de la salva-
ga 1954, pp. 270~287, aquí 286. ción".

72 73
4. Conclusión: II. San Francisco:
la ejemplaridad de la irradiación del alma la opción preferencial
Como se desprende de la reflexión que estamos reali- por los pobres
zando, nuestra cultura actual encuentra en Francisco mucho
de aquello de lo que tiene hambre y sed. La irradiación de
la dimensión del anima en términos de ternura, cuidado y
convivialidad responde a una exigencia colectiva de este tiem-
po nuestro en agonía. Allí donde el Poverello dirige su aten-
ción deja una huella inconfundible, cargada de afecto, entu- MENSAJE DE SAN FRANCISCO
siasmo e inmensa bondad hacia todas las criaturas, especial- A LA SOCIEDAD ACTUAL
mente las más desheredadas de la sociedad. Para Francisco,
la pequeña felicidad de nuestra existencia atribulada hunde Cuenta una leyenda de la tradición franciscana: Cierto
sus raíces en el corazón del Padre de infinita bondad, pero día, Francisco se encontraba muy alegre porque estaba co-
también en un corazón humano capaz de com-pasión y afec- menzando a gustar a Dios en todas las cosas. Salió por los
to. Alimentándose por estas dos raíces, la existencia se alegra caminos cantando e invitando a otros a acompañarlo en su
con una felicidad finita, pregustando ya desde ahora la feli- canto. Se encontró con un almendro, y le dijo: 'Hermano al-
cidad que el Padre tiene preparada para todos en su Reino. mendro, háblame de Dios'. El almendro se estremeció lige-
Si no acogemos al Padre, la vida se torna vacía y la existen- ramente como agitado por una leve brisa, y floreció de pron-
cia inhóspita. Si no prestamos oídos al corazón con sus de- to como si hubiera irrumpido en él la primavera. Francisco
rechos, todo permanece estéril y oscuro. Sin el Padre, el co- siguió su camino, todavía más alegre. Pasó junto a un arro-
razón permanece infecundo. Sin el corazón, el Padre no tie- yo, que se remansaba en una sombra bienhechora. Embria-
ne calidez. · gado por el amor de Dios, Francisco le rogó: 'Hermano arro-
yuelo, háblame de Dios'. Y las aguas remansadas comenza-
ron a burbujear como si intentaran hablar. Luego se aquie-
taron, hasta convertirse en un espejo de agua cristalina.
Francisco miró atentamente en lo profundo de las aguas. Y
vio en el fondo de ellas el rostro de su querida Clam. Siguió
su camino radiante de alegría.
Un poco más allá, vio que estaban posados en una rama
algunos pajarillos. 'Pajaritos, hermanos míos, habladme de
Dios'. Y los pajaritos comenzaron a piar alborozadamente
insinuando una melodía que nunca se había escuchado en
aquella región. Luego se callaron; abandonaron el árbol, y
formando una cruz ascendieron hacia el cielo como una fle-
cha. Francisco siguió su camino con redoblada alegría. Y se
encontró con un peregrino, que venía con su mochila a cues-
tas, como si hubiera caminado por largo tiempo. Le dijo:
'Hermano, háblame de Dios'. Y el peregrino, sin decir una

74 75
palabra, tomó a Francisco por la mano y lo condujo a la ciu- l. La pobreza deshumaniza a ricos y pobres
dad. La atravesaron de parte a parte, y llegaron al lugar don-
de viven los pobres. Se dirigieron a una plaza, donde las mu- La pobreza, como carencia de medios para producir y re -
jeres hacían cola para llevar agua a sus casas, mientras otras producir la vida con un mínimo de dignidad humana, es la
estaban lavando en el pilón de la fuente, algunos viejos to- llaga más dolorosa y sangrienta de la historia de la humani-
maban el sol, y los niños jugaban. El peregrino se sentó en dad. Todas las así llamadas civilizaciones "históricas" de que
un banco desvencijado, abrió su mochila y comenzó a distri- tenemos conocimiento se caracterizan por la penüria y por
buir pan generosamente a los niños y las mujeres. Todos la desigualdad. Este estigma, en lugar de disminuir, en los
comieron pan hasta hartarse, hombres, mujeres y niños. métodos de producción capitalista de acumulación privada,
El pan pasaba de mano en mano, y se multiplicaba mi- elitista y excluyente, se agravó más y más. La humanidad dis-
·lagrosamente. Luego, el peregrino levantó los ojos al cielo, y pone de medios técnicos más abundantes para superar esta
dijo: 'Padre-nuestro'. Y enseguida, mirando en torno, agregó: enfermedad crónica. Junto al avance científico-técnico desa-
'El pan nuestro'. Francisco entendió, y su alegría era incon- rrolló una aguda conciencia de la sacralidad inviolable de la
tenible, porque encontró a Dios al partir el pan entre los her- persona humana. No obstante, existe un impase que resulta
manos pobres y necesitados, que, a su vez, lo repartían en- de factores político-culturales ligados al sentido de vida cris-
tre sí. talizado en el sistema de la modernidad, nacionalista, domi-
nador y represivo del capitalismo mundial. Entretanto, los
niveles de miseria concientizada llegaron a tal extremo que
no es imposible una catástrofe antropológica mundial. Los
La relevancia de san Francisco se hace más patente si famélicos del mundo podrían copar las plazas de todas las
tenemos en cuenta los grandes desafíos que nos vienen de la ciudades y hacer una justicia vindicativa de la que la historia
sociedad moderna. Nos detendremos especialmente en uno conoce algunos horrendos precedentes: una destrucción de
de los innumerables retos que nos presenta, y que tiene su los inicuos incapaces de una reconstrucción de un mundo
origen en la brutal pobreza a que están sometidos millones más justo y más humano sobre otras bases 3 •
y millones de seres humanos. Un abismo temible separa a los
hombres en clases y en nacionalidades: por un lado, la gran
mayoría se debate en niveles de sobrevivencia en medio de
la miseria, del hambre, del analfabetismo y del desprecio, y tureza da Pobreza das Massas, Río 1979, p. 27 , reconoce que "la pobre-
por otro, una minoría disfruta de los beneficios de la prospe- za es el tormento mayor y más destructor del hombre. Está en el origen
de muchos sufrimientos -desde el hambre y las enfermedades hasta el
ridad, disponiendo de toda clase de bienes y servicios 1. Esta conflicto civil y la propia guerra... - . No obstante, de la pobreza que in-
situación tiende a deteriorarse, como lo reconocieron los duce al conflicto no tenemos aún ninguna explicación. O, más precisa-
obispos reunidos en Puebla {1979): "Un clamor sordo surge mente, tenemos una plétora de explicaciones, cada cual superficialmente
de millones de hombres, pidiendo a sus pastores una libera- persuasiva, ofrecida como la verdadera, y cada cual notable por lo que
absolutamente no explica".
ción que no les llega de ninguna parte ... El clamor es claro, 3 No se trata de tomar simplemente la riqueza de los ricos y distribuirla en-
creciente, impetuoso, y _en algunos casos, amenazante" 2• tre los pobres . Sería insuficiente para todos. Este tipo de argumento es
usado con mala intención por los ricps y sus aliados, para imposibilitar,
1 La pirámide social brasileña presenta el siguiente cuadro vergonzoso : 10/o por el ridículo, cualquier reforma. La cuestión no es distribuir la riqueza
muy rico; 40/o ricos; 150/o con lo necesario para vivir (pequeña burgues1a); de los ricos, sino producir bienes por todos y para todos , haciendo que la
300/o medio pobres (pioletariado) y 500/o pobres (subproletariado). distancia entre unos y otros sea menor y soportable. Todos deben traba-
2
jar para la reproducción de la vida social . Los costos y beneficios deben
La Evangelización en el presente y en el futuro de América Latina, 1979, ser distribuidos lo más equitativamente posible entre todos.
nn. 88 y 89 ; cf. el resumen en los nn. 1207-1208. J. K. GILBRAIT, A Na-

76 77
La perplejidad en el sentimiento de culpa frente a una
pobreza masiva crecen en la medida en que vamos conocien- bienes necesarios para garantizar la vida de todos 6 . Este es el
do mejor los mecanismos que la originan. Ella no es fatal, no gran desafío de los pobres a todas las sociedades actuales.
es una exigencia de la naturaleza, ni es voluntad de Dios que La lucha en favor de los pobres y de los propios pobres
haya ricos y pobres 4 • Tiene su origen en "determinadas si- contra la pobreza implica una búsqueda por demás honesta
tuaciones y estructuras económicas, sociales y políticas ... ", de humanización de todos. La pobreza deshumaniza a ricos
que hacen que funcionen a nivel internacional mecanismos y pobres. En primer lugar, a los pobres: la pobreza trae toda
que generan ricos cada vez más ricos y pobres cada vez más suerte de carencias, desestructura la vida emotiva, las relacio-
pobres" 5 • nes con los otros, obstaculiza continuamente la vocación
La pobreza no es sólo un problema de conciencia moral, esencial del ser humano a desarrollarse y a expandir sus ca-
es fundamentalmente un problema político. Por eso, no bas- pacidades más allá del instinto de sobrevivencia, los lleva a
ta una condenación moral de las situaciones de pobreza, si- la envidia, al odio, a la violencia contra los responsables de
no que se impone un esfuerzo histórico para superarla me- su miseria y, muchas veces, se revelan ~ontra Dios y levan-
diante una verdadera revolución en el cuadro de las relacio- tan el puño contra el cielo.
nes entre los hombres y en los métodos de producción de los Deshumaniza a los ricos porque los lleva a considerar a
los pobres inferiores, desechos de la sociedad, peso muerto
de la historia. En las sociedades donde existió el régimen es-
4
clavista persiste una brutal deshumanización de los ricos
Durante siglos predominó una concepción naturista y substancialista de la frente a los pobres. El patrón trataba a esos "desgraciados"
sociedad como algo dado y ya determinado por el acto creador de Dios. como si fueran objeto de uso, como una mercadería; eran, li-
Por consiguiente se decía: es voluntad de la naturaleza y, en última ins-
tancia, es designio de Dios que haya ricos y pobres; los ricos se salvan por teralmente, combustible para el proceso productivo 7 ; no es
la generosidad y los pobres por la paciencia. La falta de visión del nexo de extrañar que los esclavos no tuvieran más de cinco a sie-
del causal de la pobreza y de la riqueza llevaba, inevitablemente, a la re- te años de vida útil, hasta tal punto se los explotaba. Las cla-
signación y a la acomodación , de ahí la inmovilidad social, favoreciendo ses dominantes de hoy, sucesoras de los dueños de esclavos,
a los ricos y perpetuando los dolores y las injusticias de los pobres. Con
el advenimiento de la conciencia histórica se comprende que la sociedad tanto como los traficantes de esclavos (ingleses, portugueses,
es un proyecto, y por lo tanto, algo históricamente construido durante si - holandeses y norteamericanos), han heredado un profundo
glos, mutable, confiado a la responsabilidad de los hombres, autores de la desprecio por los pobres. Los consideran socialmente desca-
sociedad y de la historia.
5
lificados, evitan su contacto, pasan de largo, insensibles a su
Puebla, n. 30; JUAN PABLO II, Discurso inaugural a los Obispos en Pue- miseria. Los gobiernos controlados por estas clases dominan-
bla III, 3, o en AAS 71 (1979), 201; ver carta a los cristianos que viven y
celebran su fe en las comunidades cristianas populares de los países y re- tes, brutalizados en sus sentimientos humanos, dejan de lado
giones pobres del mundo, en Puebla 7 (1980), 430-433, aquí 430: "Y to- en sus planes económicos, culturales, urbanos, sanitarios, a
dos juntos vimos que la pobreza existente en América Latina y en el resto los pobres que constituyen la mayoría de nuestros pueblos
del mundo no es el resultado del destino, sino de una gran injusticia que
clama al cielo, como la sangre de Abe) asesinado por Caín (Gén 4, 10).
Vimos también que la causa principal de esta injusticia debe buscarse en
el sistema capitalista que, como una nueva Torre de Babel (Gén 11, 1-8)
6 Es célebre la frase del Presidente J. F. KENNEDY, citando a ATTLEE:
se yergue sobre el mundo y controla la vida de los pueblos, favoreciendo "Si una sociedad libre no puede auxiliar a muchos que son pobres, no
a unos que se enriquecen cada vez más, a costa de la pobreza creciente puede salvar a los pocos que son ricos": cf. D. N. LOTT, The Inaugural
Addresses of the American Presidents from Whashington to Kennedy, N.
de los otros. Por eso los pueblos empobrecidos de nuestros países v¡ven
en un verdadero cautiverio dentro de su propia tierra". La carta es la con- York 1961, p. 270.
clusión del Congreso Internacional Ecuménico de Teología, realizado en 7 Cf. N. RODRIGUES, Os Africanos no Brasil, S. Paulo 1932; M. GOU-
S. Paulo en febrero-marzo de 1980. LART, A Escravidíio Africana no Brasil, S. Paulo 1975; L. LUNA, O Ne-
gro na Luta Contra a Escravidíio, Río de Janeiro 1976.
78
79
latinoamericanos. Cualquier organización y movimiento de social: dinero, relaciones, influencia, poder, ciencia, cualifica-
pobres son controlados y reprimidos inmediatamente con ción técnica, honorabilidad de nacimiento, fuerza física, ca-
una violencia ni siquiera tolerable para los animales 8 • Unos pacidad intelectual, libertad y dignidad personales. Viviendo
y otros viven atemorizados: los pobres por las continuas ame- al día, el pobre no tiene posibilidad alguna de rehabilitarse
nazas de que son objeto, los ricos por temor a la rebeldía vin- sin la ayuda de otro. Una definición como ésta puede incluir
dicativa de los pobres. Sólo eufemísticamente las relaciones a todos los frustrados, los que lo son por su culpa, los antiso-
son fraternas y la sociedad está organizada sobre principios ciales, los marginados; esta definición no es específica de
de equidad y justicia. una época, de una región o un medio ai;nbiente. Y tampoco
La opción de san Francisco por los pobres cobra, en este excluye a quienes, por un ideal ascético o místico renuncia-
contexto, una actualidad política inusitada. Lo que hace que ron al mundo, o a quienes, por devoción, eligieron vivir po-
el pobre sea cada vez más pobre es el hecho de ser general- bres entre los pobres" 9 •
mente considerado desde el punto de vista del rico. La gran- Como veremos más adelante, el pobre se define siempre
deza de san Francisco consistió en ver al pobre con ojos de en relaciqn, pues no existe rico o pobre en sí mismo. En .un
pobre, permitiéndole así descubrir los valores de los pobres. sentido económico, pobre (pauper) se contrapone a rico (di-
Antes de entrar a analizar esto, veamos rápidamente cuál fue ves); en un sentido político, pobre (minor, impotens) se opo-
la actitud de la Iglesia a lo largo de los siglos frente al desa- ne a poderoso (potens, maior); en un sentido higiénico, po-
fío de los pobres. bre (infimus, esuriens, famelicus, vulneratus, debilis) se dis-
tingue de sano (sanus); en un sentido cultural, el pobre es el
analfabeto (imbecillis, simplex, idiota) en oposición a letra-
do, y así sucesivamente. Como se ve, la concepción de pobre
debe ser amplia para captar adecuadamente el fenómeno,
2. Iglesia de los pobres, que es pluridimensional.
para los pobres, con los pobres ¿cómo enfrentó la Iglesia esta situación deshumaniza-
dora? Podemos afirmar que, por más diversas que hayan si-
do las situaciones, las estrategias y tácticas, la Iglesia (comu-
Tomamos la palabra pobre en un sentido inmediato y nidad de los creyentes) siempre tuvo una gran preocupación
directo: pobre es aquel que está objetivamente afectado por por los pobres. Fue siempre una espina en su conciencia, y
alguna carencia, sea dentro de su condición social (comer- una invitación a tenderles la mano. En sustancia fue fiel a la
ciante pobre, profesor pobre), sea relacionando una condi- tradición de Jesucristo, que hizo una opción por los pobres,
ción con otra (económicamente poderoso y económicamen- aunque, en un sentido sociológico, no fuera pobre de ori-
te débil). El renombrado estudioso del fenómeno histórico gen 10; fiel también a la tradición apostólica 1 1, que en un prin-
de la pobreza, Michel Mollat, define así al pobre: "Es aquel
que de manera permanente o temporaria se encuentra en
una situación de debilidad, de dependencia, de humillación, 9 M. MOLLAT, Les pauvres au moyen-dge, París 1978, p. 14.
caracterizada por la carencia de medios, variables según las ° F.
1 HOUTART, La religion dans la formation socia le de la Palestine au
épocas y las sociedades, medios de poder y de consideración premier siecle et l'acteur socio-religieux Jésus, en Religion et modes de
production précapitalistes, Bruselas 1980, 218-253, aquí 245: Según los
estudiosos modernos "Jesús de Nazaret es un profeta proveniente de los
círculos de los escribas y fariseos. Aunque los critique.teóricamente, man-
8 Cf. J. H. RODRIGUES, Conciliai;íio e Reforma no Brasil, Río de Janeiro tiene los elementos fundamentales de su producción ideológica, hasta el
1965, pp. 23-111. punto de que, con frecuencia, es confundido con ellos ... Su clase de ori-
111

80 81
cipio identificó conversión al evangelio con conversión so- de Pablo son verdad histórica : " Hermanos, debéis daros
cial, poniendo "todos los bienes en común, dividiéndolos cuenta de que Dios os ha llamado a pesar de que pocos de
con todos, según las necesidades de cada uno, no habiendo vosotros sois sabios según los criterios humanos, o pocos de
pobres entre ellos" (cf. Hech 3, 44-45; 4, 34). El cuidado de vosotros sois gente de autoridad o perteneciente a familias
los pobres constituyó siempre una preocupación eclesial y importantes ... Dios ha escogido -a los que el mundo tiene por
apostólica. Es una cuestión nunca resuelta, pero nunca se necios, a la gente despreciada y sin importancia en este mun-
cayó, masivamente, en una actitud de resignación e inope- do" (1 Cor 1, 26-29). La misma situación de pobreza de los
rancia. Siempre se hizo algo por los pobres en la Iglesia 12. primeros cristianos es atestiguada por la carta a Diogneto
(alrededor del año 50) 14. El cristianismo no introdujo trans-
formaciones sociales, ni estaba en condiciones de hacerlo,
2.1. Una Iglesia de los pobres pero humanizó profundamente las relaciones humanas, dig-
nificando a los pobres y colocándolos en un nivel de igual-
La Iglesia primitiva, hasta el siglo IV, con el comienzo dad y de respeto entre los demás hombres.
de la época constantiniana (313), estaba constituida mayori-
tariamente por pobres. El contenido del mensaje de Jesús, Muy pronto, por otro lado, se planteó la cuestión de la
prometiendo en primer lugar el Reino y la salvación a los po- riqueza, ya que se quería también facilitar la conversión a los
bres, llamándolos bienaventurados (Le 6, 20) y privilegiados ricos. Las exigencias de Jesús de venderlo todo y entregarlo
del Padre (Mt 11, 25-26) salía al encuentro de las exigencias a los pobres (cf. Mt 19, 16-22; Me 10, 17-22; Le 18, 18-27;
religiosas y sociales de los pobres, favoreciendo así la p!;!ne- 12, 33-34) son espiritualizadas en una perspectiva ascética
tración del cristianismo naciente 13 . Las siguientes palabras y moral en la línea de Santiago y de san Pablo : la riqueza
puede ser una mediación de caridad y de asistencia a los po-
bres, y así se justifica y legitima (2 Cor 8, 13-14; 1 Tim 6,
gen es la pequeña burguesía artesanal. Pero Jesús no dirige, primeramen- 16-19).
te, su práctica en función de esta categoría social. Al contrario, su base
social está constituida por la masa marginal al proceso de producción y A pesar de esta traducción histórica de la radicalidad de
por la masa de campesinos iletrados y los más explotados, conjunto que Jesús, siempre se mantuvo en la Iglesia antigua la referencia
recibe el nombre de am ha-ares". al "comunismo del amor" (Troeltsch) vivido por los primeros
11 De los "notables" de Jerusalén (Gál 2, 2), Santiago, Cefas y Juan, a quie- cristianos en Jerusalén (Hech 2, 42-46; 4, 32-37). Aunque la
nes Pablo presentó su evangelio dirigido a los gentiles, recibió la aproba-
ción con la siguiente recomendación: "que nos acordáramos de los pobres,
gran mayoría fuese pobre, y la Iglesia se presentara abierta-
y eso en concreto lo tomé muy a pecho" (Gál 2, 10; cf. Hech 11, 29-30). mente como una comunidad de pobres, la pobreza colectiva
era atemperada por la solidaridad, mutua comprensión y
asistencia caritativa.
12 Ver la minuciosa investigación de C. BOFF sobre la Iglesia y los pobres a
través de los siglos, que será publicada en breve. Uno de los capítulos fue
publicado en Puebla 7 (1980) , pp. 385-402: A opr;ao pelos pobres duran-
te mil anos de história da lgreja.
13 E. TROELTSCH, The Social Teaching of the Christian Churches, vol. l. ,
Londres y N. York 1950, p. 51. Para todo este tema ver la obra colectiva
de J. DUPONT, A. GEORGE, B. RIGAUX y otros, La pobreza evangélica
hoy, Bogotá 1971. CLEMENTE DE ALEJANDRIA planteó, en su tiempo, 14 Edición de Vozes, Petrópolis 1976, V, 13-17 ; lo mismo atestigu¡¡ el gran
correctamente la pregunta: Quis dives salvetur?, -traducido: "¿Puede el crítico del cristianismo, el filósofo Celso, que encuentra motivos para des -
rico salvarse?"- respondiendo en el código del cambio moral y no del preciar a los cristianos porque son personas de baja renta, artesanos, por-
cambio social: El rico se salva en la medida en que usa de la riqueza para tuarios, esclavos, doncellas, zapateros, etc. Ver J. DE SANTA ANA, A Igre-
hacer más caridad y así disminuir la pobreza. ja e o Desafio dos Pobres, Petrópolis 1980, pp. 90-91.

82 83
2.2. Una Iglesia para los pobres paternalismo: el padre que ayuda al hijo menor e indefenso.
A partir de Constantino y Teodosio, la Iglesia es llevada Dentro de este espíritu, la Iglesia organizó una impresionan-
a asumir la conducción hegemónica de la cultura occidental. te red de hospitales, leprosarios, hospederías, dispensarios,
Esto implica ocupar el lugar del poder político. De base, la como ninguna otra cultura histórica antes de ella fue capaz
Iglesia se transforma en cúpula, introduciendo una división de hacerlo. Una inmensa galería de santos y servidores de
entre los simples fieles (plebs christiana) que continúan sien- Dios, desde san Zóticos, llamado en la Iglesia oriental "nu-
do la base, y la jerarquía eclesiástica, que se transfo.r:ma en tridor de los pobres", hasta san Juan Bosco, san José María
cuerpo de dignatarios (nobiles), la cúpula. Cafaso, el Cotolengo, y últimamente la hermana Teresa de
Calcuta, se distinguieron en el servicio desinteresado de los
Para desempeñar su nueva función histórica, la jerarquía pobres 17.
se alía con los poderosos de la sociedad y del Estado. De
esta coalición entre Iglesia y Estado (con las clases domi- La cura pauperum encontró su formulación en dos prin-
nantes representadas en él) nace el fenómeno histórico-cul- cipios básicos que resumen la actitud asistencial de toda la
tural llamado "la cristiandad" 15 . La cristiandad resulta de la Iglesia antigua: primero, el hombre debe ser considerado tan
alianza entre el Sacerdotium y el Imperium. En esta estruc- sólo como administrador de los bienes de que dispone, nun-
turación, los pobres (simultáneamente éristianos) se encuen- ca como su propietario, pues éste sólo puede ser Dios; segun-
tran abajo y al margen. Pero jamás fueron olvidados. Evi- do, lo superfluo del rico es lo necesario del pobre, y por con- ·
dentemente, la estrategia de la Iglesia jerárquica está condi- siguiente, la limosna constituye un deber de justicia y no sólo
cionada por la posición de poder que ocupa. Los pobres se- una expresión de caridad.
rán vistos casi siempre, aunque con notables excepciones, El obispo, dentro del régimen de cristiandad, a pesar de
desde la perspectiva de los ricos. Y así, el pobre aparece siem- ejercer un poder, fue entendido como defensor et procura-
pre como alguien inferior, necesitado y objeto de una acción tor pauperum, tal como lo vemos realizado ejemplarmente
caritativa. La estrategia político-pastoral asumirá la forma de en las vidas de los obispos san Basilio, san Juan Crisóstomo,
asistencialismo y paternalismo, que definirá la acción de la o en Papas como san Gregario Magno e Inocencia 111 18. Los
Iglesia a través de los siglos, prácticamente hasta el Concilio
Vaticano 11 (1962-1965). La sociedad no es cuestionada por
el asistencialismo, se respetan las posiciones sociales, la del a subasta ... No golpees en otras puertas. El pozo del vecino es siempre
rico y la del pobre, pero se elaborará una práctica de ayuda angosto (Pr 23, 27). Mucho mejor es satisfacer tus necesidades con tu
al pobre por parte del rico. Va el rico hacia el pobre, sin te- trabajo que levantarte de repente, gracias al apoyo de otro, para perder
ner en cuenta la capacidad de organización y transformación enseguida, todos tus bienes, rápidamente. Si tienes con qué pagar, ¿por
qué no usas tus recursos para aliviar la miseria? Y si eres insolvente, ¿por
del propio pobre 16. Así, el asistencialismo se transforma en qué sanar un mal, causando otro? No te entregues al usurero que te va a
asaltar, ni te dejes perseguir ni prender como una presa": Homilía II so-
bre el Salmo 15; PG 29, 263 s.
15
La mejor obra sobre el tema parece ser la de P. RICHARD, Mort des Chré- 17 La obra de referencia básica es el libro de M. MOLLAT, Les pauvres au
tientés et naissance de l'Eglise, París 1978. moyen-dge y su resumen creativo en C. BOFF, A Opfiio Preferencial pe-
16
Esta afirmación debe entenderse en su sentido general y dominante, pues, los Pobres ... , op. cit.
específicamente también hubo conciencia de que el pobre puede ayudarse 18 Fue el Papa de mayor poder en la Iglesia, con una pésima visión de la exis-
a sí mismo como se ve en esta homilía de S. Basilio: "Bebe el agua de tu tencia humana (cf. De miseria humanae conditionis), pero con aguda sen-
cisterna (Pr 5, 15) , es decir, considera tus medios, no pidas a la fuente sibilidad para con los pobres. Creó en Roma el hospital del Espíritu Santo
ajena, sino ve en tus propios manantiales el sustento de tu vida. Ten va- y mediante bulas incentivó las fraternidades dedicadas al servicio de los
sos de bronce, ropas, un caballo, algunos muebles. Véndelos, acepta cual- pobres. Donó a los pobres los dones ofrecidos a la basílica de S. Pedro y
quier cosa, menos perder la libertad. Puedes decir que es difícil llevarlos hubo momentos en que sólo él alimentaba a cerca de 8.000 indigentes dia-

84 85
pobres pueden reclamar a los obispos que exijan a los ricos las cosas son comunes, y en tiempo de necesidad toda·s las
el cumplimiento de su deber de caridad y de justicia con los cosas deben ser puestas en común" 23 . La vida del pobre va-
pobres (la así llamada denuntiatio evangelica) 19. El canon le más que la propiedad del rico; en caso de necesidad abso-
59 de los Statuta Ecclesiae antiqua llega a prescribir: "los luta, el pobre puede tomar espontáneamente lo que se le nie-
sacerdotes deben rechazar dádivas de los opresores de los po- ga. Esto implica una verdadera revolución moral: de la eco-
bres" 20. El Concilio de Tours (567) es taxativo en el canon nomía de la limosna y de la dádiva, propia de la sociedad se-
26: "Los jueces y poderosos que oprimen a los pobres sean ñorial, se pasa a la economía de la restitución por derecho.
amonestados por el obispo, y si no se enmendaren, sean ex- Y se reconoce además al pobre como valor en sí mismo. El
comulgados"21. · pobre deja de ser visto como una pieza en la gran maquina-
El tiempo inmediatamente anterior a san Francisco es ria histórico-salvífica, la pobreza como camino de salvación,
particularmente importante en relación con la cuestión de la por la paciencia, para el beneficiado, y de redención, pqr la
pobreza. Es un tiempo de cataclismos metereológicos, inun- liberalidad, para el bienhechor. El pobre es considerado co-
daciones seguidas de sequías, destrucción de las cosechas, in- mo vicarius Christi: él actualiza la presencia de Cristo como
viernos especialmente rigurosos, y mucha hambre (a partir juez, exigiendo la práctica de la caridad y de la justicia con
de 1194 hasta 1205). La situación crítica favorece la refle- el desnudo, el hambriento, el encarcelado, etc. Además, el
xión teológico-pastoral, como suele suceder en circunstan- pobre es "juez y portero del cielo", actuando como interce-
cias similares, de una manera vigorosa y valiente. Se- discute sor ante el Juez eterno. Finalmente, el pobre prolonga la en-
sobre los "derechos de los pobres". Se llega a afirmar una te- carnación de Jesús, siervo sufriente en el interior de la histo-
sis, "unánimemente aceptada en las facultades de derecho, ria24. El servicio al pobre implica un servicio al propio Cris-
de leyes y de teología, a saber, que es de derecho, divino y to. Había una exigencia más radical todavía: no sólo dar li-
humano, que el hambriento obligado a robar es inocente" 22. mosna, repartir cosas, sino dar-se y hacer-se pobre por amor
La ley básica se formulaba así: "Por derecho natural todas a los pobres y a Cristo pobre (pauperes Christi).
Efectivamente, los siglos XII y XIII, como lo veremos
más detalladamente, se caracterizan por los grandes movi-
mientos religiosos apoyados en la vida evangélica y apostó-
riamente; ver para esto, L. LALLEMAND, Histoire de la charité 111, Pa- lica, en la imitación de Cristo crucificado y pobre y en ia vi-
rís 1906, p. 306; M. MOLLAT, Hospitalité et assistance au début du
Xllleme. siecle, en D. FLOOD (editor) , The Poverty in the Middle Ages, vencia radical de la pobreza. Son los patarinos, pobres de
Werl/West. 1975, pp. 37-51, aquí 39. Lyon, valdenses, albigenses, humillados y otros, todos los
19 Ver el importante estudio del P. Y. CONGAR, Una realidad tradicional: cuales toman partido por los pobres, especialmente en las
la Iglesia, recurso de los débiles y de los pobres, en Eglise et puvreté, Pa- ciudades, originando el movimiento acaso más radical de to-
rís 1965, pp. 258-266. S. BERNARDO recuerda al papa Inocencio 11: "Si
observas tu deber apostólico y la costumbre antigua, no puedes rechazar
la causa de los pobres, ni lisonjear a los poderosos".
20 Eorum qui pauperes opprimunt, donaría sacerdotibus refutanda: ver el
otro estudio de Y. CONGAR, Los bienes temporales de la Iglesia según 23 Iure naturae omnia sunt communia, i.e. tempore necessitatis sunt com-
la tradición teológica y canónica, en Eglise et pauvreté, op. cit., pp. 233- municanda.
258. 24 M. MOLLAT, Les pauvres ..., op. cit., pp. 129-142; ver también G. DU-
21
Cf. M. MOLLAT, Hospitalité et assistance, op. cit., pp. 37-51. B UY, Les pauvres des campagnes dans l'Occident médiéval, en Revue
22
d'Histoire de l'Eglise de France 52 (1966), pp. 25-32. En tiempos de la
G. COUVREUR, Les pauvres ont-ils des droits? Recherches sur le vol en querella entre mendicantes y seculares en París estuvo muy en boga la dis-
cas d'extré_me necesité depuis la Concordia de Gratien (1140) jusqu'a Gui- tinción entre el Christus largiens (que da) y el Christus accipiens (que re-
llaume d'Auxerre (1231), Roma-París 1961, p. 257.
cibe).
86 87
da la historia espiritual del cristianismo 25. Los mendicantes ceso productivo dentro de los moldes capitalistas, el proble-
franciscanos, servitas y dominicos son expresión de este mo- ma de los pobres se agravó mundialmente. La Iglesia se sin-
vimiento más generalizado. Por medio de todos ellos se dio tió sobrepasada en sus posibilidades de ayuda. Amarrada a
el paso de la liberalitas erga pauperes (liberalidad con los una concepción de la sociedad de órdenes y a una perspec-
pobres) a la conversaría ínter pauperes (convivencia con los tiva de corporaciones, llegó tarde a la comprensión de una
pobres). Ellos son los precursores y patronos de la moderna sociedad de clases. Las encíclicas sociales, monumentos de
opción preferencial de la Iglesia por los pobres y oprimidos. sensibilidad ética, no alcanzan a ir más allá del llamamiento
Con el advenimiento de los Estados modernos, la insti- a unos cambios exteriores, quedándose muy lejos de la con-
tución caritativa no queda reservada solamente a la Iglesia. tribución marxista en la elaboración y organización de las
Los propios príncipes y reyes asumen la responsabilidad de luchas libertarias del proletariado. Las condenaciones se que-
la atención a los pobres. Y así, favorecen las hermandades daron al nivel de los abusos _de los sistemas económicos;
de laicos para ayudar a los marginados, instauran comedo- sólo en 1~67, con la Populorum Progressio de Pablo VI, se
res de pobres, montepíos, y promueven la reforma de los hos- arriesga a calificar al capitalismo como "sistema nefasto"
pitales y la creación de una policía de los pobres con el pro- (n. 26) 27 .
pósito de identificar a los pobres trabajadores (artesanos po- En síntesis: "Resulta conmovedor verificar el enorme es-
bres) y a los vagabundos, sometidos a prisión, a trabajos for- fuerzo de la Iglesia por resolver el problema de los pobres.
zados, y aun llevados a la horca. Pero se le escapaba lo que nosotros percibimos hoy: que to-
Con la revolución industrial y el desmantelamiento del da aquella generosidad afectiva y efectiva reservaba para los
orden medieval, el problema de los pobres asume una grave- pobres apenas las migajas del producto social. La máquina
dad como nunca la había tenido hasta entonces. Basta leer económica y el sistema social entero funcionaban en bene-
las páginas de El Capital de Marx acerca del origen históri- ficio de los grupos restringidos, los grupos dominantes, entre
co del capital y el costo social exigido a los pobres, someti- los que se encontraba la propia jerarquía eclesiástica. La
dos a toda clase de presiones y expoliados por el naciente Edad Media no vio ni podía ver que la pobreza era un pro-
capitalismo, desalmado y feroz 26• Con la aceleración del pro- blema estructural. Estaba atada a la idea de la sociedad co-
mo sistema estático; se podía cambiar el lugar social, pero
no el conjunto de los lugares, el sistema social. Por eso, la
25 historia de la Iglesia hasta el fin de la Edad Media (y noso-
La obra clásica, en el marco de una interpretación idealista, es la de G.
GRUNDMANN, Religiose Bewegungen im Mittelalter, Hildesheim 1961; tros diríamos hasta tiempos recientes), es la historia del po-
ver las críticas de D. FLOOD, The Grundmann Aproach to Early Francis- bre Lázaro y del rico bueno" 28. El proyecto de base no es
can Pobe_rty, en Franziskanische Studien 59 (1977), pp. 311-319; una vi- hacer de Lázaro un comensal de la mesa de los ricos, sino
sión alternativa a Grundmann presenta J. L. NELSON, Society, Theodocy, que en su situación se gane su comida. No por eso la Igle-
and the Origins of Heresy. Towards a Reassessment of the Medieval Evi-
dence, en Schism, Heresy and Religious Protest (ed. D. Baker), Cambridge sia dejó de ser una Iglesia para los pobres, sin llegar a ser
1972, pp. 65-77 y L. K. LITTLE, Evangelical Poverty, the New Money Eco- una Iglesia con los pobres, ni mucho menos de los pobres.
nomy and Violence, en Poverty in the Middle Ages, op. cit., pp. 11-26;
una obra más antigua, pero metodológicamente sugestiva, es la de J. B.
PIERRON, Die katholischen Armen. Ein Baitrag zur Entstehungsgeschi-
chte der Bettlerorden mit Berücksichtigung der Humiliaten und der Wie-
dervereinigten Lombarden, Friburgo 1911.
26 27
El Capital, parte tercera, VIII; XIII, parte séptima XXIV; ver también L. Para esta parte ver M. D. CHENU, La dottrina sociale della Chiesa. Ori-
HUBERMANN, Hist6ria da riqueza do homem, Río de Janeiro 1981, to- gine e sviluppo (1891-1971), pp. 48-53.
do el capítulo XVI, pp. 187-206. 28 C. BOFF, A Opr;iio Preferencial pelos Pobres, op. cit., pp. 400-401.

88 89
2.3. Iglesia con los pobres
del de las élites al de los pobres 32 . Aquí reside la novedad
En la medida en que un mayor número de cristianos y de esta opción frente a otras formas de presencia de la Igle-
la propia jerarquía fueron penetrando en los medios pobres, sia entre los pobres. Con su opción solidaria, la Iglesia supe-
señaló la urgencia de otra forma de presencia más eficaz en ra la visión meramente moralista y asistencialista, y asume
medio de los pobres. Esta penetración en el continente de una perspectiva política. No quiere ya estar sólo presente en
los pobres permitió a la Iglesia descubrir la pasión de los po- las instituciones de ayuda ; esta actitud asistencialista no tie-
bres, la violencia institucionalizada a la que están sometidos. ne en cuenta la fuerza propia de los pobres. Ahora ellos tie-
El tan decantado desarrollo se ha hecho a costa de ellos y nen sus organizaciones y sus luchas. La Iglesia se propone
aun contra ellos, puesto que el abismo entre ricos y pobres apoyar su causa y acompañar sus ansias de cambio. A partir
se ha ensanchado cada vez más, en términos globales. Des- de los pobres se cuestiona todo el sistema social y se postu-
cubrió principalmente el valor de los pobres, su capacidad de la una alternativa más humanitaria y simétrica. La Iglesia,
resistencia, la dignidad de su lucha, su solidaridad, su vigor, partiendo de su propia riqueza interna, se organizará de una
asociado a la ternura por la vida y la familia, su capacidad pa- manera más popular y participativa; permitirá el surgimien-
ra evangelizar a toda la Iglesia. En medio de ellos, la Iglesia to de comunidades eclesiales de base, en las que el pueblo
fue cambiando lentamente de óptica: en lugar de ver al po- pobre y cristiano expresa su fe y vive el evangelio de una for-
bre desde la perspectiva del rico, comenzó a verlo con ojos ma comprometida con el cambio social en la dirección de
de pobre. Desde el propio lugar social del pobre se percibe los bienes del Reino, que son una fraternidad más auténtica
la nécesidad de cambios estructurales en la sociedad en or- y una participación más eficaz. La Iglesia se encarna cada
den a una mayor justicia, comunión y participación 2 9. vez más en el mundo de los pobres, y trata de llegar a ellos
En Medellín (1968), y con mayor conciencia y radicali- con medios pobres. Quiere ser una Iglesia con los pobres.
dad en Puebla (1979), la Iglesia latinoamericana ha hecho Esta opción no es excluyente, sino preferencial (Puebla,
una clara opción preferencial y solidaria por los pobres 30; nn. 1134, 1165). La Iglesia no renuncia a su catolicidad esen-
esta opción es, según el papa Juan Pablo 11, una opción cris- cial, pero define el lugar a partir del cual quiere concreta-
tiana de toda la Iglesia 31 . La Iglesia quiere estar del lado de mente comenzar a realizar esta catolicidad, es decir desde
los pobres, reforzar su potencial transformador, incorporar- los pobres, y luego con todos los demás. Comienza por quie-
se a su proceso de liberación. nes fueron también los privilegiados del Jesús histórico (Le
Por eso, opción es aquí lo mismo que conversión de la 4, 17-21), y se extiende a todos indistintamente.
Iglesia, como lo dice expresamente el documento final de La opción por los pobres lo es contra su pobreza, pues-
Puebla (n. 1140). Implica un desplazamiento de lugar social, to que ésta es un mal que Dios no quiere, porque es fruto de
mecanismos de empobrecimiento y explotación (nn. 30,
1160). Asumir la pob¡eza en solidaridad con los pobres im-
29 Para una profundización de este tema, ver L. BOFF, O Caminhar da Igre-
ja comos Oprimidos, Río 1980.
30 D. ALOÍSIO LORSCHEIDER, cardenal de Fortaleza, dice acertadamente:
Son los números 1134-1165; cf. los excelentes comentarios a los textos 32

por G. GUTIERREZ, A Fon;a Histórica dos Pobres, Petrópolis 1981 , pp. "Muchos no han llegado a entender que la Iglesia cambió de lugar social.
194-231 ; J. SIMOES JORGE, Puebla, Libertai;iío do Homem Pobre, Sao La Iglesia hace la lectura de la realidad social, partiendo de otro ángulo.
Paulo 1981. Pasó del lugar social de las élites al lugar social del pueblo. El pueblo ...
31
Esta perspectiva fue acentuada por el Papa en sus discursos en Filipinas: son los pobres y sencillos. De ahí la opción preferencial por los pobres.
cf. L'Osservatore Romano de 8-3-1981, p. S. La Iglesia lee la realidad y desea renovar el mundo a partir de los pobres":
Jornal do Brasi~ 11-2-1981.
90
91
plica optar por la justicia social, comprometerse con los po- de esclarecimiento para reducir al mínimo las ambigüedades.
bres en la liberación integral de todos por una sociedad más Y el método más adecuado es el dialéctico: para cada caso
justa y fraterna (nn. 1136, 1154). Ya existen mártires de es- se debe tener siempre en· claro qué es lo opuesto a pobreza.
ta opción en nuestro continente, que sellaron con su san- Aquí aparece la naturaleza relativa de la pobreza, es decir,
gre el nuevo pacto de la Iglesia con los oprimidos33. Nada una realidad que no puede ser analizada a partir de ella mis-
más simbólico que el gesto del papa Juan Pablo 11, en su vi- ma, sino en contraposición con otra. Cada sentido nuevo
sita al Brasil, al entregar su anillo de supremo Pastor a los comporta un juicio de valor distinto y exige una actitud ade-
"favelados" de Vidigal (Río de Janeiro).
cuada por parte del cristiano. Como tendremos ocasión de
Esta cuestión de los 'pobres, tan esencial al propio Evan- comprobarlo, la pobreza, por un lado, aparece como mani-
gelio, se va convirtiendo cada vez más en el punctus stantis festación de pecado, mientras que, por otro, puede constituir
et cadentis para toda la Iglesia. Esta se hace creíble en la me- una de las supremas expresiones del amor y de la solidari-
dida en que hace suyas las causas de los pobres, que son dad. Pobreza se cura con pobreza, asumida en libertad co-
causas universales: justicia para todos, participación para mo identificación con los pobres y como denuncia de su si-
todos, respeto de los derechos humanos de todos. Asumien- tuación inicua34•
do tales causas universales, la propia Iglesia concretiza y
construye su universalidad. En el destino de nuestros pobres
se juega el destino de la propia fe cristiana, que encuentra
su razón de ser y veri-fica su verdad en la medida en que la 3.1. Pobreza: un mal, carencia de medios
vive como liberación integral del hombre, y especialmente
de los pobres. Como ya lo hemos señalado, este sentido es el más direc-
to e inmediato; significa la penuria de medios y servicios des-
tinados a satisfacer las necesidades básicas de la vida huma-
na, que incluyen también las urgencias específicamente hu-
manas, cualesquiera que sean, de participar en el proceso cul-
tural, social y político, como lo señaló con acierto Puebla 35.
3. Por los pobres contra la pobreza: Semejante pobreza puede no ser culpable, puesto que quien
esclarecimiento semántico la provoca no son necesariamente personas, sino el medio
físico pobre, el atraso tecnológico de todo un grupo humano
o los cataclismos de la naturaleza. Esta pobreza no deja de
Esta ojeada a las diversas actitudes históricas de la Igle- ser un mal, pues impide la expansión de la vida y abrevia la
sia en relación con los pobres nos reveló distintos rostros de existencia humana. Se manifiesta como sometimiento a la
la pobreza, que constituye una realidad profundamente am- dura lucha por la sobrevivencia, coartando la libertad para
bigua. Muchos son los pobres, por distintas causas y con di- las actividades más elevadas del espíritu humano, como la
versas formas. Por un lado, la pobreza es presentada como creación intelectual, moral, artística. A pesar de esto, el espí-
un mal que debe ser eliminado, por otro, como una virtud. ritu no está ahogado, sino sólo obstaculizado; la cultura del
lDe qué pobreza estamos hablando? Se impone un esfuerzo

34 Cf. mi exposición más sumaria en O Caminhar da lgreja com os Oprimi-


33
E. DUSSEL, De Medellín a Puebla. Una década de sangre y esperanza, dos, op. cit., pp. 129-135.
México 1979.
35 N. 1135, nota 331.
92
93
silencio y de la pobreza también tienen su dignidad, y testi- 3.2. Pobreza: un pecado de injusticia
monian a su manera la sed de trascendencia de la subjetivi- Hay una pobreza producida por relaciones sociales de
dad humana.
explotación (Puebla, nn. 30, 1160). Se trata, en este caso, de
Lo opuesto a este tipo de pobreza es la riqueza de me- empobrecimiento por un lado y enriquecimiento por el otro,
dios para la producción y la reproducción de la vida y de la como mecanismos generadores de verdadera injusticia, que
sociedad. Optar por los pobres implica luchar contra su po- es el pecado que Dios abomina. "¿No son los ricos quienes
breza, y un esfuerzo consciente y organizado en la creación los oprimen con prepotencia?", preguntaba ya el apóstol
de desarrollo técnico y social que permita un crecimiento Santiago (2, 6). En nuestra situación este empobrecimiento
de la vida más allá de la lucha por la sobrevivencia (strugle configura un verdadero pecado social. El Antiguo Testamento
for life). El espíritu evangélico puede ser un factor de promo- está lleno de invectivas contra los ricos, que con los enga-
ción humana integral. La historia misionera ha puesto de ños y exacciones engendran pobres (cf. Is 10, 1-2; Am 2, 6-7;
manifiesto que evangelizar significa también liberar. La fe Miq 3, 1-3; Hab 2, 6-8) 37. Esta situación de injusticia desa-
cristiana anuncia que el Reino de Dios se inicia aquí en la fía a Dios mismo. "El Mesías será el liberador de los necesi-
tierra, y debe ser constituido por los hombres en la medida tados y aplastará al opresor" (Sal 72, 2-4), "Tú has deshecho
en que crean relaciones materiales y sociales que favorezcan la esclavitud que oprimía al pueblo, la opresión que lo afli-
el crecimiento de la vida. La idea de Reino se asocia a una gía" (Is 9, 4-5; 11, 1 s.; 61, 1-3). Jesús al revelar su concien-
cierta abundancia y superación del espantajo de la pobreza. cia mesiánica, se remite a esta tradición como portador de
En las tres últimas décadas, especialmente en los países po- la buena noticia para los pobres, haciéndoles justicia, y de-
bres del Tercer Mundo, el Evangelio ha sido profundamente volviéndoles los de"rechos usurpados (cf. Le 4, 17-21). Los
solicitado como factor de promoción y liberación 3 6, como for- pobres son los privilegiados de Dios y de su Mesías, no por-
ma de anticipación y de concreción histórica del Reino de que estén bien dispuestos y adornados de virtudes morales,
Dios. En el Reino definitivo no habrá pobres ni pobreza, si- sino porque son pobres. La razón no está en los pobres, si-
no justos y hermanos en la riqueza participada de Dios. La no en Dios, que quiere privilegiarlos (cf. Mt 11, 3) 38. Este es
pobreza, pues, debe ser superada, y tiene_una relación nega- el sentido de la bienaventuranza de los pobres, según san Lu-
tiva con la gloria del Resucitado y con el destino al que está cas (6, 20): los pobres concretos e históricos, convertidos en
llamado el mundo. A pesar de esto, hay que observar que tan- pobres y objeto de explotación serán los primeros beneficia-
to la pobreza-carencia como la riqueza-abundancia encie- rios de los bienes del Reino, que se apoya en la justicia, sin
rran un peligro de deshumanización: la primera porque ame- la cual ningún otro bien tiene una base firme. _
naza directamente a la sobrevivencia, la segunda porque aho- Lo opuesto a esta clase de pobreza es la justicia. De aquí
ga la vida en el lujo y en el exceso de consumo. Por eso, la que optar por los pobres significa, en esta acepción, optar
utopía cristiana en lo que se refiere a los bienes y servicios por la justicia social, por los cambios necesarios sin los que
no se orienta ni por la pobreza ni por la riqueza de los mis~ no se pueden crear mecanismos productores de justicia y
mos, sino por la justa medida, privilegiando el ser sobre el equidad, contra la pobreza-injusticia y el sistema social ba-
tener y el usufructo solidario sobre el consumo individua-
lista.
37 Cf. L. BOFF, Teología do Cativerio e da Libertai;ao, Petrópolis 1979, pp.
221-239.
38 PUEBLA, n. 1142: "Cualquiera sea la situación moral o personal en que se
36
Cf. la importante obra de P. GAUTHIER, O Concilio e a Igreja dos Po- encuentren ... "; J. DUPONT, Los pobres y la pobreza en los Evangelios y
bres, Petrópolis 1967, pp. 111-160. en los Hechos, en La pobreza evangélica hoy, op . cit., p. 37.

94 95
sado en la acumulación de bienes en pocas manos y en la ex- del instinto de posesión y del apego al disfrute de los bienes
plotación del trabajo de las grandes mayorías. No es de extra- materiales. Esta virtud no es específicamente cristiana. Se
ñar, pues, que este sentido concreto de la pobreza sea el más impone como exigencia de toda ascensión espiritual y de to-
frecuente en los Evangelios (53 veces), mientras que una so- da verdadera creatividad en cualquier dimensión de la "poé-
la vez se habla de pobreza o pobres de espíritu (Mt 5, 2). tica" humana. La pobreza como virtud se sitúa entre el des-
precio de los bienes y su afección. Se trata del uso moderado
3.3. Pobreza: un modo evangélico de ser, y sobrio de los bienes, que podrá variar de acuerdo con los
disponibilidad total lugares y culturas, y cuyo sentido, sin embargo, se conserva
siempre: la libertad de espíritu para las obras propias del es-
El Evangelio, continuando la espiritualidad vetero-testa- píritu que es la libertad, la generosidad, la oración, la creati-
mentaria de los anawim (pobres y humildes de Yavé) postu- vidad cultural. Pobreza-ascesis significa sabiduría de la vi-
la un espíritu de total disponibilidad y entrega confiada a da. Lo opuesto a esta forma de pobreza es la prodigalidad
Dios y a los hermanos. Todo lo recibimos de Dios, y por con- y el derroche irresponsable. Hacer una opción por la pobre-
siguiente, todo lo que nos viene nos ad-viene; somos limos- za, dentro de esta acepción, se traduce en una mentalidad
neros ante Dios; nada debemos retener para nosotros, sino ecológica, responsable de todos los bienes de la naturaleza y
que, lo que tenemos y somos debemos colocarlo a disposi- de la cultura, por una vida sobria y anti~onsumista, frente
ción y al servicio de los otros y del designio de Dios. Este a una sociedad de producción por Ia producción y de con-
espíritu evangélico es indispensable para que podamos perte- sumo por el consumo. Puebla dice que "en el mundo actual,
necer al Reino. En él reside, propiamente, el proyecto antro- esta pobreza es un desafío al materialismo y abre las puertas
pológico cristiano. Ser pobre es lo mismo que ser simple, des- a soluciones alternativas de la sociedad de consumo" (n.
prendidb, dispuesto a dar y a recibir 39. Este es el sentido de la 1152).
bienaventuranza de los pobres en la versión de san Mateo
(5, 3). Lo opuesto a esta forma de pobreza es el fariseísmo,
la fanfarronería, la arrogancia y la autopromoción tan com- 3.5. Pobreza: expresión de amor por los pobres
batidas por Jesús en su evangelio. Optar por la pobreza sig- contra su pobreza
nifica, entonces, optar por una conversión radical del cora-
zón frente a una cultura de hybris, de auto-afirmación, de Quien no sea pobre puede llegar a serlo por solidaridad,
autonomía a costa de la dominación de los otros, de apoyo y más, por identificación con los pobres. Se siente lleno de
y exaltación del más fuerte, inteligente y poderoso. Jesús vi- com-pasión y ternura por la situación inhumana que aflige
vió este modo de ser radical hasta la entrega de su propia vi- a los pobres, y decide, por amor, convivir con ellos partici-
da. Seguir a Jesús implica la aproximación eminente de este pando de sus esperanzas y sus amarguras. Esta solidaridad
modo de ser: nace de una ira sagrada y expresa una protesta: esta pobre-
za, que es empobrecimiento y deshumanización, no debería
3.4. Pobreza: una virtud y su as ces is
ser; el pobre es generalmente abandonado y despreciado; ca-
si nadie se preocupa de él, a no ser Dios. Pertenece a la di-
Todos los maestros del espíritu vivieron y predicaron una men~ión del corazón, al espíritu de fineza, como lo dijimos
vida de pobreza como forma ascética de liberar el espíritu anteriormente, poper sustentar con sentido semejante trans-
descendencia. Sólo el amor puede permitir una realización en
39
la que se niegan las condiciones objetivas para tal realización.
G. GUTIERREZ, la llama también camino de la infancia espiritual, en Si la pobreza-injusticia resulta de la falta de com-pasión y
Teología de la Liberación, Salamanca 1980, pp. 250-265.

96 97
solidaridad, entonces serán la com-pasión y la solidaridad las minos de superación de la pobreza hacia formas más justas y
que sanarán la pobreza-injusticia. participativas de tmbajo y convivencia social. Tanto una co-
mo otra forma expresan el amor y la voluntad de incorpora-
Este fue el camino de Jesús. El, que "era rico, se hizo ción a la vida de aquellos que menos tienen, pero que tam-
pobre por nosotros", con el fin de superar las diferencias exis- bién están llamados a ser en comunión y fra_t~ .
tentes entre los hombres, unos en la aflicción y otros en el
consuelo, a fin de que "haya igualdad" (cf. 2 Cor 8, 9-13). Vi-
vió pobremente, como todo el que vive de su trabajo, pues
.\,,'º'(.
era carpintero (Le 6, 3), y siempre fue pobre, viviendo de la
limosna, como cualquier otro predicador ambulante; tenía 4. La opción radical del P
•t_ º-
~~llq_ 10
una caja común con sus discípulos, y aun así socorría a los por los más pobres ~-
otros pobres (cf. Jn 13, 29). En la pasión y la cruz conoció
las formas extremas de pobreza. En los postergados del mun- ~ _.lf!IIIT
Luego de estas aclaraciones semá;FQ; ijj3Rl:íl« más
do quiso colocar su presencia más decisiva para la salvación preparados para entender la profundidad de la opción radi-
(Mt 25, 31-46) 40. En los pobres toma cuerpo una presencia cal de Francisco, padre y hermano de los pobres, por los más
de identificación ("conmigo lo hicisteis ... fue conmigo con pobres de su tiempo. Como todos los acontecimientos histó-
quien dejasteis de hacerlo"); una especie de prolongación de ricos, también el movimiento franciscano primitivo hunde
la encarnación (por la inclusión especial de los pobres en el sus raíces en las condiciones materiales, ideológicas y religio-
misterio de la encarnación del Verbo). Está presente en los sas de su tiempo. Como consta por una abundante investiga-
pobres como Juez escatológico, denunciando el abandono de ción, los siglos XII y XIII fueron sacudidos por amplios mo-
los pobres o premiando a quien se solidariza con ellos. En vimientos religiosos que intentaban vivir la vita apostolica
los pobres está presente también como sacramento de la po- et evangelica con gran radicalidad. Dice el gran historiador
breza histórica que él asumió como camino propio de inser- franciscano contemporáneo, Kajetan Esser: "Cada uno se
ción en medio de los hombres. Podía haberse encarnado en sentía profundamente llamado y obligado a imitar en su vida
un medio económicamente rico, en un medio sagrado y pri- personal la vida de Jesús, es decir, orientar su vida en confor-
vilegiado religiosamente (sumo sacerdocio), en un medio po- midad con el Evangelio de Jesús. La vida según el Evangelio
líticamente poderoso (emperador). Pero no lo hizo, eligiendo es el nuevo ideal de los cristianos adultos de la alta Edad
simplemente el duro camino de los que necesitan trabajar Media. Este ideal es el criterio insustituible para saber si una
para vivir como viven los pobres. vida cristiana es o no auténtica. Todos se atienen a la forma
Lo opuesto a esta pobreza solidaria es el egoísmo y la de vida según el Evangelio, que era llamado también vita
insensibilidad, pecado que actualmente alcanza dimensiones apostolica" 41 • Portadores de este ideal eran sobre todo los
universales. En este sentido, la opción por los pobres se pue- predicadores itinerantes, en gran parte laicos, que hacían tra-
de realizar de dos maneras: conviviendo con los pobres, par- ducir fragmentos de las Escrituras a la lengua vulgar y pre-
ticipando de su lucha por sobrevivir, ayudándolos con el le- dicaban en pueblos y ciudades, especialmente en las comu-
nitivo profundamente humanizador de la convivialidad, aun nas, donde se reunían los representantes del sistema feudal
sin perspectivas de cambios exteriores, y organizándose con en decadencia y los mercaderes y artesanos, integrantes del
ellos, luchando por la causa de su liberación, buscando ca-

41 Die religii:ise Bewegungeng des Hochmittelalters und Franz von Assisi, en


•0 J.JEREMIAS, Quiénes son los pobres para Jesús, en Teología del Nuevo Festgabe f. f. Lortz ll, Baden-Baden 1958, pp. 287-315; aquí 292.
Testamento, Salamanca 1974, pp. 134-138.
99
98
sistema naciente. Vivían una extrema pobreza, puesto que se clases altas, aunque el movimiento estaba abierto a todos si n
proponían imitar el modo de vida de la primitiva comunidad distinción 45•
apostólica y del propio Jesucristo. Una comprensión de la historia que confiera importan
Particularmente impresionante fue el movimiento val- cía a la infraestructura social en el surgimiento de movi mi en-
dense. Pedro Valdo, rico comerciante de Lyon, se desprendió tos y de líderes carismáticos no dejará de señalar las seme-
de todos sus bienes en 1170, los distribuyó entre los pobres, janzas entre Francisco y los ideales de su generación. Pero
hizo traducir al provenzal textos bíblicos, y comenzó a pre- existe algo que es peculiar de Francisco. No está interesado
dicar en medio del pueblo, especialmente entre los tejedores. en el seguimiento de los Apóstoles o en la repristinación de
Fue a Roma, y consiguió con dificultad la aprobación del papa la vida de la Iglesia primitiva dentro de los moldes de la co-
Alejandro III y del II Concilio de Letrán (1179) para su esti- munidad de bienes y del espíritu de los "Hechos de los Após-
lo de vida pobre, aunque con la prohibición de predicar al toles", como en seguir, imitar, reproducir y representar la vi-
pueblo, a no ser que algún sacerdote se lo solicitara (nisi ro- da de Cristo; contra los que se oponían a la Iglesia jerárqui-
gantibus sacerdotibus) 42. ca subrayaba también el secundum formam sanctae Roma-
Estos nuevos religiosos viven del trabajo de sus manos nae Ecclesiae 46• Pero en lo referente a la pobreza, sin em-
o de la limosna y van de dos en dos predicando de pueblo bargo, prolongaba la vivencia del ideal de las generaciones
en pueblo y de ciudad en ciudad. Una gran parte de este mo- anteriores.
vimiento contribuyó a la renovación de la vida religiosa, otra
parte se radicaliió, oponiéndose a la Iglesia clerical y cayen- 4.1. Opción por los pobres : cambio de clase social
do en la herejía, y algunos se incorporaron a las nuevas ór-
denes mendicantes: franciscanos, dominicos y servitas. En términos de extracción de clase , Francisco pertene-
Francisco, hijo de un rico mercader, que realizaba inter- cía a la clase burguesa rica que se estaba formando en las co-
cambio de tejidos con el sur de Francia, donde el movimien- munas italianas en el interior de la crisis ya perceptible del
to religioso alcanzó mayor significación, sin duda oyó hablar sistema feudal. Su padre, Pedro Bemardone, es un comer-
de Valdo y de los demás líderes religiosos. Algunos suponen ciante próspero y muy rico (praedives, dice Celano), vincu-
incluso que el sacerdote de la pequeña capilla de la Porciún- lado a las ferias de Francia, a los comerciantes mayoristas de
cula, que acogió a Francisco recién convertido, fue un val- tejidos de la época. Las primeras biografías muestran al jo-
dense43. No sin razón, el más importante estudioso de estos ven Francisco plenamente inmerso en ese mundo de los ri-
movimientos, H. Grundmann, pudo escribir: "Francisco y sus cos. Vivía "la bohemia juglaresca" 47, llegando a ser jefe de
primeros compañeros proceden exactamente del mismo me- una sociedad de jóvenes libertinos entregados a las cantile-
dio que Valdo. Así, en el franciscanismo, desde sus orígenes, nae amatoriae provenzales, a las canciones de juglares que
están representadas aquellas capas sociales que en todas par- deambulaban por los castillos Fantando las gestas de Carlo-
tes se consideran portadoras de los movimientos pauperis- magno, del rey Arturo y de los caballeros de la Tabla Redan-
tas: ricos burgueses, nobles y sacerdotes" 44. Efectivamente,
los primeros compañeros de san Francisco provienen de las 45 l. SILVEIRA, S. Francisco e a burguesia, en Nosso lrmiio Francisco de
Assis, Petrópolis 1975, pp. 35-36; K. ESSER, La Orden Franciscana. Orí-
genes e Ideales, Aránzazu 1976, pp. 62-71.
42 H . GRUNDMANN, Religiose Bewegungen, op. cit., pp. 59-61.
46 M . VOVK, Die franziskanische "Fraternitas" als Erfüllung eines Anliegens
43
der Hochmitterlalterlichen Zeit, en Wissenschaft und Weisheit 39 (1976),
K. ESSER, Religiose Bewegungen, op. cit., p. 299. pp. 2-25, esp. 21.
44 H . GRUNDMANN, op. cit., pp. 164-165. 47 TC 2.

100 101
e.la, en una atmósfera romántica de gaya ciencia, de juventud y él se despojó de sus ropas, y totalmente desnudo, se refu -
dorada, en pasatiempos y opíparos banquetes 48. Ya mayor, gió en los brazos del obispo 57 . Desde ese momento "comen-
ejerció el oficio del padre 49, "viviendo en un ambiente mar- zó a vivir con los leprosos" 58; curaba sus heridas purulentas,
cado por la desenfrenada codicia de los comerciantes y dedi- les daba limosnas, y los trataba con gran cariño 59 . Era un pa-
cado a los negocios lucra tivos del comercio" 5 º. so más. Comenzaba a abandonar su propio mundo y a entrar
Durante una enfermedad, entra en crisis, "comienza a en el mundo de los otros. Era algo más que solidaridad para
pensar en sí mismo de manera diferente" ... , y ya "nada lesa- con los leprosos, era una búsqueda de identificación con
tisface" 51 . Por entonces comenzó a dar muestras de "una ellos, un vivir con los pobres. Durante tres años vive como
afectuosidad notable y una generosidad y compasión extra- un eremita, vistiendo hábito de ermitaño, ceñido con una co-
ordinarias con los pobres" 52 . Las fuentes biográficas mues- rrea de cuero, y llevando un bastón y calzado 60.
tran que, a medida que se acentúa la crisis (incluyendo sus En cierta ocasión, escucha en la pequeña Iglesia de la
propósitos esporádicos de llegar a ser un caballero) aumen- Porciúncula el evangelio del día, que cuenta cómo el Señor
taba en él "la misericordia por los que nada tenían" 53 . Apro- envió a sus discípulos a predicar (Mt 10, 7-10; Me 6, 89; Le
vechando la ausencia de su avaro padre, llenaba de panes la 9, 1-6) 61 ; sin llevar oro ni plata, ni dinero, sin bolso, ni pan, ni
mesa, con el propósito de dárselos a los pobres 54. En cierta bastón para el camino, sin calzado ni ropa de repuesto. Fran-
ocasión, todo lo obtenido de una venta realizada en una fe- cisco entendió que ése era un mensaje dirigido a él mismo,
ria de Foligno, incluido el caballo, lo entregó a un pobre sa- y dijo: "Esto es lo que quiero, esto es lo que estaba buscan-
cerdote de la capilla de San Damián, ya para "utilizarlo en do y lo que con todo mi corazón deseo poner en práctica" 62.
ayudar a los pobres, ya para la reconstrucción de la capilli- Fue su verdadera conversión. Se despojó de su hábito de er-
ta" 55. Comenzaba a vivir, pues, para los pobres. No había mitaño, tiró el bastón, y se vistió con una sola túnica, que se
cambiado su lugar social ; permanecía dentro de él, y esporá- ciñó con un cuerda. Y decidió vivir en medio de los leprosos
dicamente participaba todavía en las fiestas de sus jóvenes y los pobres.
compañeros. No vive ya para los pobres, ni con los pobres, sino como
Profundizando su crisis vocacional, se fue "apartando ellos, socorriéndolos con limosnas, y luego con su trabajo.
poco a poco de la vida de los negocios" 56. Hasta que llegó "El padre de los pobres, el pobrecillo Francisco, identificado
a una ruptura con su propio padre, ante el Obispo. Su padre con todos los pobres, no se sentía tranquilo si veía otro más
le reclamaba el dinero obtenido con la venta de los tejidos, pobre que él; no era por deseo de vanagloria, sino por efec-
to de verdadera compasión. Y si es verdad que estaba conten-
to con una túnica extremadamente mísera y áspera, con to-
48 Cf. A. FORTINI, Nuova Vita di San Francesco ll, Asís 1959, pp. 115-116;
I, pp. 113-129.
49 TC 2.
57 lC 13-15.
50 L.M 1, l.
58 1Cl7.
51 lC 3.
59 LM 1, 6; 2C 9.
52 LM 1, 2; lC 17; 2C 5 ; 8. 60 lC 21.
5 3 lC 17 .
61 Puede ser el día 12 de octubre de 1208 (san Lucas) ó 24 de febrero de
54 TC 9. 1209 (san Matías) cuando se leía el evangelio del envío de los apóstoles
55 lC 14; cf. 9. por Jesús.
56 LM 1, 2.
62 lC 22.

102 103
do, muchas veces deseaba dividirla con otro pobre" 63 . Así Dejó un lugar y definió otro con el qué se identificó: fe-
describe su primer biógrafo el desclasamiento de Francisco. ci misericordiam cum illis, tuve misericordia de ellos. Con-
sideraba especialmente a los leprosos como el gran sacra-
Con gran sencillez, escribe hacia el final de su vida en mento de Cristo. Los llamaba cariñosamente "mis hermanos
su Testamento: "El Señor me concedió a mí, el hermano cristianos" o "mis hermanos en Cristo" 66. Desde ellos, orga-
Francisco, el comenzar a hacer penitencia de esta manera; nizó toda la comprensión de su vida, de Dios, de Cristo, del
porque, como estaba en pecados, me parecía muy amargo ver sentido de la fraternidad.
los leprosos. Y el Señor mismo me condujo en medio de ellos,
y practiqué con ellos misericordia. Y, al separarme de ellos, En el famoso capítulo IX de su Regla no bulada dice a
lo que me parecía amargo, se me tornó en dulzura del alma y sus hermanos que "deben sentirse satisfechos alternando con
del cuerpo; y, después de esto, permanecí un poco de tiempo la gente común y despreciada, los pobres y los débiles, los
y salí del siglo (et pastea parum steti et exivi de saeculo)". enfermos, los leprosos y los mendigos de los caminos". Y así,
Aquí aparece con claridad el privilegio del pobre en el pro- la primitiva comunidad franciscana trabajaba y solía vivir en
ceso de conversión de Francisco. La compasión por los cru- los leprosarios, totalmente identificada con los pobres. Cuan-
cificados le llevó a sumergirse en la compasión del Crucifi- do Francisco, en sus cartas o amonestaciones, se presenta
cado64. El Crucificado, a su vez, le ayudó a profundizar su como horno vilis et caducus, vester parvulus servus, pútri-
visión de los crucificados. do y fétido, miserable y vil 67, está describiendo, en verdad,
su situación física. De acuerdo con los testimonios de la épo-
El texto de 2 Cor 8, 9 tiene una enorme significación pa- ca, vestía una túnica remendada y sucia, y su apariencia era
ra Francisco. Ilumina su itinerario biográfico, semejante al de insignificante, puesto que era pequeño y feo, y hablaba con
Cristo: "Nuestro Señor Jesucristo, en su bondad, siendo rico gran entusiasmo, pero sin preocuparse de las reglas de la gra-
se hizo pobre por causa de vosotros, para que fuerais enri- mática y la retórica 68. Como se ve, una figura no muy distin-
quecidos con su pobreza". El propio Cristo cambió de condi- ta, en apariencia, de muchos hippies de nuestro tiempo.
ción (Flp 2, 6-8), así como Francisco cambió también de con-
dición social. Es interesante observar que en el preciso momento en
que comenzaba a nacer la burguesía como clase de comer-
Este cambio de lugar social está indicado expresamente ciantes con una mentalidad capitalista, que engendraría lue-
por Francisco como "dejar el mundo" (exire de saeculo). go tantas injusticias y empobrecimiento, nacía también su ne-
Mundo no tiene aquí un sentido físico-cosmológico, ni mo- gación dialéctica con la conversión de san Francisco, que fue
ral, sino social 65 . Mundo significa, pues, el conjunto de con- una conversión a los pobres y a Cristo pobre. Esta conver-
dicionamientos y relaciones que constituyen una sociedad sión fue afectiva, pues implicaba superar la repugnancia na-
concreta. Francisco abandonó afectivamente su clase social, tural que provoca la miseria, hasta transformarse "en dulzu-
el orden dominante en su tiempo; abandonó también el esti- ra del cuerpo y del alma", como dice en su Testamento. Fue
lo de Iglesia organizada fuertemente en su jerarquización también una conversión efectiva, por cuanto asumió de he-
piramidal para hacerse frater, hermano de todos, sin ningún cho el lugar social del otro; de la solidaridad del buen bur-
título jerárquico. gués pasó a la identificación del rico que se hace realmente
63 lC 76; cf. 51, 55, 119, 135.
64 Test 1-3; cf. H. TILEMANN, Studien zur lndividualitiit des Franziskus 66 EP 58.
von Assisi, Leipzig-Berlín 1974, pp. 131-140. 67 Cf. CtaO 3; lCtaCus 1; 2CtaF l.
65 Para los diferentes sentidos de mundo en S. Francisco, ver la obra de R. 68 Ver TOMAS DE SPALATO, en San Francisco de Asís. Escritos ... Madrid
KOPER, Das Weltverstiindnis des hl. Franziskus von Assisi, Werl/West. (BAC) 1978, p. 970; lC 83; Flor 10.
1959.

104 105
pobre con los pobres y como los pobres. Veamos cómo lle- trabajo, no deben reclamarlo, sino recurrir a la mesa del Se-
gó Francisco a esta experiencia fundacional. ñor, pidiendo limosna. Nunca deben recibir dinero. Fra ncis-
co intuyó que el dinero es un verdadero fetiche, "un demo -
4.2. Radical ~desapropiación" nio y una gran serpiente venenosa", en su lenguaje 74 . En ca -
y renuncia total a la "apropiación" so de manifiesta necesidad pueden recibir limosnas "como los
demás pobres". No aceptaba en su compañía a nadie que no
Para poder identificarse con los pobres reales y con Cris- hubiera entregado todos sus bienes a los pobres, y se hubie-
to pobre, Francisco no quiere tener nada propio, y propone ra hecho también radicalmente pobre 75 .
simplemente a sus seguidores que "observen el santo Evange-
lio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin Francisco quiere vivir una pobreza que lo deja en una to-
nada propio y en castidad 69. Su ideal es vivir in paupertate tal inseguridad, como aquellos que no tienen ninguna clase
altissima et mendicatione humilima 70, y lo realiza de una de recursos económicos, ni siquiera para la subsistencia del
manera que todavía nos asombra. Francisco pide una "desa- día siguiente. Reduce la posesión al mínimo: vestuario, ins-
propiación" total de todas las formas de posesión, bienes ma- trumentos de oración (breviario), instrumentos de trabajo 7 6
teriales, del espíritu y religiosos. y objetos sagrados.
En primer lugar, desapropiación de los bienes materia- El ser humano no posee sólo bienes materiales; posee
les: los hermanos deben vestirse como los pobres, es decir, también bienes del espíritu, ciencia, dotes naturales, funcio-
con una simple túnica, remendándola cuando sea necesa- nes que implican honorabilidad, virtudes duramente con-
rio71. Ninguna cosa deben considerarla como suya, ni casa, quistadas. Estos son los bienes más duraderos y preciosos,
ni iglesias, ni conventos 72• Luego, con la evolución de la pas- porque son personales. Finalmente, Francisco se da cuenta de
toral de la Orden y la asimilación de los hermanos como fuer- que en este campo puede desarrollarse igualmente el espíri-
za de apoyo, a los párrocos se permitió que aceptaran igle- tu de apropiación que nos aparta de la comunión con los po-
sias y conventos, pero a condición de que se consideraran bres y con Cristo pobre e identificado con los pobres. Así, a
como "peregrinos y extranjeros en este mundo" 73 . Ruega a los doctos que quieren seguirlo les propone que renuncien a
los hermanos que no pidan a Roma privilegios de ninguna su ciencia para "abrazarse totalmente desnudos con el Cru-
especie, sino que estén sometidos a todos; si no se les permi- cificado" 77• Nadie se apropie del ministerio de la predica-
te predicar en algún lugar, vayan a otro. Deben trabajar con ción 78, ni del cargo de superior, cuyo nombre no debe exis-
las manos, y si no recibieran el salario correspondiente a su tir en la fraternidad, puesto que el guardián es como una ma-
dre, y como un siervo que lava los pies a los demás 79.
69
2R 1, 1; ver algunos títulos más significativos: M. D. LAMBERT, Francis- Pecan contra la altísima pobreza quienes, aunque po-
can Poverty (The Doctrine of the Absolute Poverty of Christ and the Apos- bres, desprecian a "los que usan ropas delicadas y coloridas
tles in the Franciscan Order 1210-1323), Londres 1961; B. O'MAHO-
NY, Franciscan Poverty Yesterday and Today, en Laurentianum 10 ( 1969) ,
pp. 37-64 ; K. ESSER, "Mystrium paupertatis", en Temas espirituales, op.
cit., pp. 73-96; ID. , Die Armutsauffassung des hL Franziskus, en D. 74 2C 20; LM 7.
FLOOD, Poverty in the Middle Ages, op. cit. , pp. 60-70. 75 2R 2; 2C 80.
70
S. BUENAVENTURA, De perfectione evangelica, Quaest. 11 ad 2 (Opera 76 2R 3; sólo menciona el breviario. Los demás se encuentran en lR 3, 7 y
Omnia V, 148). lCtaCus.
71 2R 2, 16; 1R 2, 14. 77 2C 194.
72 2R 6; 1R 8. 78 1R17.
73 Testamento ; cf. 2C 59. 79 Adm. 4.

106 107
º.
y toman alimentos y bebidas de calidad" 8 "Atesora", y por que sólo a Dios pertenece. Aun la certeza de la propia sal-
lo mismo peca contra la pobreza, aquel que se irrita por el vación no es algo nuestro, sino únicamente de Dios. A pesar
pecado de otros 81 , y es como el fariseo que no repara en sus de todos nuestros esfuerzos de ascensión, "seremos salvados
propios pecados. Tampoco es pobre quien, aunque sea celoso únicamente por su misericordia" 86. Nuestro propio futuro es-
y penitente, se muestra incapaz de tolerar cualquier crítica, tá en manos de Dios, y no debemos pretender asegurarlo.
irritándose y perturbándose 82. La pobreza verdadera está Con la fuerza de esta radicalidad, Francisco ilegitima la
siempre acompañada de la humildad, que todo lo soporta, to- apropiación (appropriatio), alma del sistema capitalista, de la
do lo acepta, porque el yo se despojó de toda voluntad de siguiente manera: la apropiación busca seguridad, perjudica
auto-afirmación, de justificación e imposición. Con razón, en a la comunidad y al prójimo, está inspirada por las pasiones
su elogio a las virtudes, Francisco ora así: "Oh señora santa y el placer, hiere el alma, busca el propio bienestar, envile-
pobreza, el Señor te guarde con tu hermana la santa humil- ce el trabajo, sobrevalora lo corporal; ve en la inteligencia y
dad" 83 . La verdadera pobreza se demuestra en la obediencia, la voluntad una propiedad privada, es el camino para el pe-
que exige la renuncia al más precioso don de Dios al hom- cado y el demonio, enemiga de todo bien, toma partido con-
bre, la voluntad y la libertad. La obediencia no exige tanto tra Dios y reniega de su Reino. Además se manifiesta como
hacer la voluntad de otro, limitada siempre por los imperati- voluntad de lucro, dominación, envidia, presunción, orgullo,
vos éticos, como darse a sí mismo al otro por a,mor. hambre de honra y gloria, y promueve intrigas 87 . Por el con-
Finalmente, existe una fórmula sutil de propiedad, que trario, la "desapropiación" es renuncia a la seguridad, a las
hace imposible la fraternidad: no alegrarse interiormente de preocupaciones de este mundo, al dinero; es liberación para
las virtudes de los otros, de sus esfuerzos en el camino de la los otros, liberación de querer saber, de tener razón y domi-
perfección y de las certezas de su fidelidad a Dios. Francis- nar, es ser pequeño; sirve al Reino de Dios y a la conversión,
co está atento a este tipo de apropiación, que implica "escon- y es la mejor manera de seguir a Cristo. La desapropiación
der el dinero de su Señor" (cf. Mt 25, 18) 84, no refiriéndolo se muestra en la pobreza, en la humildad, en la alegría, en el
todo al verdadero autor de todo, Dios. En la Regla no bula- servicio, en la obediencia, en la simplicidad y en la pun::za
da hace un llamamiento vehemente a los hermanos: "En la de corazón, en el amors8_
caridad ,que es Dios, ruego a todos mis hermanos, predica-
dores, orantes, trabajadores, tanto clérigos como laicos, que
procuren humillarse en todo, no gloriarse ni gozarse en sí 4.3. Ser radicalmente pobre
mismos, ni exaltarse interiormente de las palabras y de las para ser plenamente hermano
obras buenas, más aún, de ningún bien que Dios hace y dice Un proyecto tan radical como éste implica virtudes he-
y obra alguna vez en ellos" 85 . No se apropie el hombre de lo roicas, pues exige convivir amigablemente con la miseria, el
hambre, el sufrimiento, vivir sometido a la intemperie y a to-
80 lR 2. da clase de privaciones. Un cronista de la época, Buoncom-
81 Adm. 9. pagni, cuenta que los hermanos "soportaban martirios horri-
82 Adm. 14.
83 SalVir. ·
84 Adm. 19. 86 lR 23 ..
85 lR 17, 17-18: "Restituyamos todos los bienes al Señor Dios Altísimo y 87 Ver L. IRIARTE, "Apropriatio" et "Expropriatio" in doctrina S. Francisci,
sumo, y reconozcamos que todos son suyos, y démosle gracias por todos
en Laurentianum 11 (1970), pp. 3-35 que da todas las referencias.
ellos, ya que todo bien de El procede. Y el mismo altísimo y sumo, sólo
88 Id. !bid.
Dios verdadero, posea como propiedad".

108 109
bles e inhumanos" 89. Pero no los soportaban de mala gana, Esta orientación de la pobreza a la fratern idad se en -
como quien carga un fardo pesado del que no se puede librar. cuentra claramente expresada en su Testamento de abril/ma-
Vivían con una jovialidad, alegría de existir, entusiasmo y yo de 1226, en el que dice : "declaro brevemente a mi s h er-
cortesía que dejaban perplejos a todos 90. ¿cuál es la místi- manos mi voluntad en tres palabras" 93 : a) "en señal del re-
ca que sustentaba e iluminaba estas asperezas de la pobreza? cuerdo de mi bendición y mi testamento, ámense siempre
¿ cuál es el secreto de Francisco? unos a otros"; b) "amen siempre a nuestra Señora la santa
La savia espiritual que animaba la radicalidad de la po- pobreza y la guarden"; c) "vivan siémpre fieles y sumisos a
breza de Francisco estaba en el impulso del Eros que busca los prelados y clérigos de la santa Madre Iglesia" . Lo prime-
la identificación con los más pobres y con Cristo pobre. La ro, en su intención, es la fraternidad, la pobreza radical y el
pobreza no es nunca para Francisco un fin en sí misma o un camino para alcanzarla.
puro camino ascético. Es mediación para un bien incompara- La pobreza es también camino para la identificación con
ble: la unión y la fraternidad con los más postergados y con Jesús, que vivió entre nosotros. Ya nos hemos referido a la
el siervo sufriente, Jesucristo. tierna compasión dé Francisco hacia el misterio de humildad
Francisco había intuido, como lo dijimos en el capítulo del Dios encarnado. Desnudo quería seguir a Cristo desnu-
anterior, que la fraternidad entre los hombres y el encuentro do94, que "no se avergonzó, y fue pobre huésped y vivió de
con Dios son obstaculizados y aun anulados por la voluntad limosnas tanto él como la virgen bienaventurada y sus dis-
de posesión. Interponemos entre nosotros y los otros las co- cípulos" 95 . Muchas veces, hablando de la pobreza y del se-
sas que poseemos egoístamente, y los ínter-eses. Tenemos guimiento de Jesús, citaba la frase evangélica: (Mt 8, 20) :
miedo de exponemos, corazón a corazón ; preferimos las pro- "Las zorras tienen sus guaridas, y los pájaros del cielo, nidos,
piedades que nos dan seguridad, pero nos apartan de los pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabe-
otros, y también de las raíces que alimentan nuestra huma- za" 96. Esto ya era suficiente para no poseer nada, para no
nidad: la ternura, la convivialidad, la solidaridad, la com-pa- ser menos que el propio Cristo.
sión y el amor. El proyecto de Francisco es in plano subsis- El pobre concreto y el Cristo pobre son los criterios de
tere91, es decir, vivir en el llano donde todos se encuentren la verdadera pobreza. Francisco nunca habla abstractamente
y con-frater-nizan. La pobreza consiste en el esfuerzo por re- de la pobreza. La llama, con el lenguaje cortés de la caballe~
mover cualquier clase de apropiaciones, para que de ahí re- ría, "dama pobreza"; si establece un sacrum commercium no
sulte el encuentro entre los hombres, y se haga posible la fra- lo hace con un sentido de hipostatización o substantivación
ternidad. Ser radicalmente pobre para ser plenamente her- de la Pobreza por la pobreza; habla así de todas la~ virtudes,
mano, éste es el proyecto de Francisco en relación con la po- con su estilo peculiar, imbuido de Eros y de Pathos. No se
breza. Solamente el vere expropriatus, quien se ha desapro- pierde en especulaciones sobre el quantum se puede poseer
piado verdaderamente, puede llegar a ser frater minar, her- sin violar la pobreza. Cuando, desgraciadamente, la Orden
mano de todos 92 . fue desgarrada después por querellas concernientes a los nive-
les de pobreza, si se podía o no poseer tal o cuál cosa sin de-
s9 Citado por K. ESSER, La Orden Franciscana. Orígenes e Ideales, op . cit.,
p. 187. 93 Testamento de Siena (ver BAC, p. 125).
9 0 Ver el testimonio del famoso cronista y cardenal J. DE VITRY, en San

Francisco de Asís. Escritos ... Madrid (BAC). op . cit., p. 965.


94 M. BERNARDS, Nudus nudum sequi, en Wissenschaft und Weisheit 14
(1951), p. 148 s.
9 1 2C 148.
95 IR 9; 2R 6.
92 Para todo este tema, vrr K. ESSER, La Orden Franciscana. Orígenes e
Ideales, op . cit. , pp. 335-351.
96 2C 56.

110 111
jar de observar la pobreza que todos prometimos observar, y se cubren con vilísimos vestidos" 101• Nos preguntamos:
se trataba de un claro indicio de que la pobreza ya no era ¿cómo, más allá de la mística de la identificación tierna y
pensada en referencia a los pobres concretos, sino como una compasiva con los pobres y con el Crucificado, daban senti-
realidad en sí misma. No es de extrañar, pues, que aquella do a su constante penuria? Nadie vive sólo de la mística. La
pobreza como un-modo-de-ser globalizante se hubiera trans- existencia tiene sus exigencias que no pueden ser contraria-
formado en una virtud ascética y moral, una más entre las das de una manera permanente. ¿cómo humanizar esta des-
virtudes. humanización objetiva que comporta la pobreza? Precisa-
Francisco confronta siempre su pobreza con estas dos mente, en un contexto de pobreza es donde Francisco plan-
realidades objetivas: los pobres concretos y Cristo pobre, Si tea el problema de la fraternidad. La pobreza de cada uno
encuentra a un pobre más pobre que él, se despoja de su pro- implicaba para el otro un desafío en orden a su cuidado, la
pio vestido para poder estar a su nivel y servirlo. Las fuentes ternura y la creación de una atmósfera de abrigo y seguridad,
franciscanas están llenas de gestos, compilados en serie por negados por la pobreza radical. Para Francisco, el tener ha
el Espejo de perfección 97 y por la segunda biografía de Cela- sido desbancado de su pretensión de conferir seguridad y hu-
no. Hasta el único ejemplar del Nuevo Testamento, utiliza- manización al hombre. Sólo el cuidado del uno para con el
do para la meditación de los hermanos, se lo da a una pobre otro humaniza verdaderamente la existencia, como lomos-
mujercita, con este comentario: "El propio Nuevo Testamen- tró también Martín Heidegger en su Ser y Tiempo 102. El cui-
to nos manda ayudar a los pobres. Creo que a Dios le agra- dado es el modo de ser humano.
dará más nuestra limosna que nuestra lectura" 98. Si se trata Dice Francisco en la regla definitiva: "Y en donde quiera
de ayudar a los pobres, vale la pena despojar de sus adornos que estuvieren o se encontraren los hermanos, muéstrense
el altar de la Virgen. Cuando establece normas concretas so- familiares entre sí. Y con confianza manifieste cada uno al
bre la manera de vestirse de los hermanos, de edificar las ca- otro su necesidad, porque si una madre ama y cuida a su hi-
sas y otras semejantes, toma como referencia a los pobres jo carnal, ¿con cuánta mayor diligencia no debe cada uno
y no unas determinaciones abstractas, diciendo siempre: si- amar y cuidar a su hermano espiritual?" 103. Los hermanos
cut alii pauperes, como los otros pobres, o "al estilo de los deben mostrarse domesticas invicem ínter se, deben compor-
más simples" 99. tarse como miembros de una misma familia, como verdade-
ros hermanos. Este espíritu reconstruye el hogar abandonado
4.4. Humanización por la fraternidad por el amor a los pobres y a Cristo pobre, y devuelve seguri-
dad afectiva, aunque no existan bienes materiales. Pero, en
La vida, dentro de los parámetros de la estricta pobreza, caso de necesidad, pueden comer "de todos los manjares ql!,e
era pesada y dura. Francisco y sus compañeros aparecían les pongan delante", pues "la necesidad no conoce ley" 104•
quasi silvestres homines, como se dice en la Leyenda de los
Tres Compañeros 100, medio salvajes; otros los consideraban,
efectivamente, "locos, pues su vida parece propia de quien
carece de esperanza, ya que apenas comen, andan descalzos 101 TC 34.
1 02 Sein und Zeit, parte I, c. 6 § 41-42; parte II, c. 3, § 64.
103 2R 6; lR 9.
97 Toda la segunda parte de los capítulos 27-38; también 2C 0-93. 10 4 Id. 9; 2R 3. La misma frase se encuentra en el famoso teólogo de la épo-
98 2C 91. ca, PEDRO EL CANTOR, Unum ex quaituor 69: nec eger solvens ieinium
peccat, necessitas enim non habet legem. El manuscrito fue publicado por
9 9 lR 2; 2C 56, passim.
G. COUVREUR, Les pauvres ont-ils des droits?, Rom 1961, p. 157, no-
100 Id. 37. ta 17.

112 113
Francisco es por la pobreza, pero es mucho más por la vida, tercero y el quinto: la pobreza como modo de ser evangélico
con la sensatez que ella pide. de disponibilidad total (3º) y la pobreza como expresión de
La misma sensatez revela en relación con los enfermos: amor por los pobres contra su pobreza (5 º). La disponibili -
"Los otros hermanos deben servirlos como querrían ser ser- dad total la expresaba como minoridad: procurar ser siempre
vidos ellos mismos" 105• Para quien vivía absolutamente des- el último y estar lo más abajo posible para poder servir a to-
protegido, la comunidad, de hecho, lo era todo. A pesar de dos, sin disputar el lugar o el poder a nadie. No se trata de
su idealización, Celano nos cuenta la vivencia de esta frater- ningún masoquismo, sino de la más alta forma de relación,
nidad de pobres, pero alegres y llenos de humanidad: "De- que engendra libertad en el otro; Francisco y su "gente po-
seaban reunirse, y reunidos, se sentían felices; en cambio, verella vivieron este espíritu de minoridad con cortesía y sin
les resultaba penosa la ausencia, la separación amarga, y do- adulación, con alegría y sin un falso dolorismo. Esta actitud
lorosa la partida" 106_ la vivió también Francisco ante Dios, ante el que se siente
El desprendimiento de la pobreza desembocaba en una como "miserable gusanillo, tu ínfimo servidor".
gran liberación para el amor y el gozo desinteresado de to- No deja de sorprendernos la radicalidad con que vivió
das las cosas. Sólo puede saborear el mundo, sin desnatura- la identificación con los pobres. Sólo el amor por los deshe-
lizar sus realidades, quien renuncia al espíritu de posesión rados de este mundo pudo mantenerlo en esta fidelidad sin
de éstas. Sólo así dejan de ser amenazantes y son introdu- tacha. En ellos encontraba a Jesús pobre. El amor humani-
cidas en el espacio de la fraternidad humana. Como canta- tario se transfiguraba en amor cristiano; la antropología es
ba el gran poeta franciscano del siglo XIII, Jacopone da Todi: en él pura teología y cristología.
Povertá é nulla habere Como lo veremos en el próximo capítulo, la identifica-
E nulla cosa poi volere ción con los pobres no llevó a Francisco a una organización
E omne cosa possidere de los pobres en vistas a una superación de su pobreza real.
En spirito de libertade. No hay que pedir peras a los olmos. La conciencia posible
de su tiempo no situaba la cuestión en términos políticos y
sociales, como lo hacemos nosotros hoy, y debemos hacerlo
en obediencia a nuestra conciencia posible.
5. El desafío lanzado por Francisco No obstante, Francisco aportó una inconmensurable li-
beración de los pobres. Lo que hace inhumana la pobreza no
es sólo que impide la satisfacción de las necesidades básicas.
El encuentro con Francisco causa siempre una conmo- Es el desprecio, el rechazo, la exclusión de la convivencia
ción antropológica, pues nos lleva a confrontamos con lo humana, la permanente introyección en ellos de una imagen
más exigente, lo más alto y lo más radical. En este sentido, negativa y descalificada del pobre, elaborada por las clases
es un santo incomparable, como lo llamó el gran historiador no-pobres. El pobre acaba creyéndose abyecto y desprecia-
moderno Joseph Lortz 1 º7, o como lo llamaron otros, el pri- ble. Nadie está de su parte; la fortuna de la vida y los hom-
mero después del Unico (Jesucristo). De los sentidos de la
pobreza que hemos definido más arriba vivió sobre todo el bres le son contrarios.
La liberación aportada por Francisco consistió en que,
siendo un joven rico, la flor de la sociedad burguesa de Asís,
101 2R 6; IR 10. asumió la condición de los pobres y vivió como un pobre.
'º' lC 39. Sirve a los pobres, los toca, los besa, se sienta con ellos a la
"" ner unvergleichliche Heilige, Düsseldorf 1952.

l 14 115
rui sma mcsa 108, siente su piel, vive una comunión física con no tanto de un Hombre-Dios que se hace voluntariamente
ellos. Estos contactos humanizan la miseria; devuelven a los pobre111_
pobres el sentido de su dignidad humana, nunca perdida, No se trata de una traición al fundador, ni de mala vo-
aunque negada por la sociedad de los sanos. Francisco creó luntad, ni de mediocridad. Se trata de una domesticación por
una fraternidad de hermanos abierta al mundo de los pobres; imperativo de la historia 112. Desde el momento en que el ca-
vio que era la voluntad de Dios que permaneciera en el mun- risma personal de Francisco se transformó en un movimien -
do , y no se recluyera en eremitorios o conventos 1º9• Estas ac- to, surgió, por una necesidad férrea, nolens-volens, la nece-
titudes de Francisco implican una protesta y un acto de amor. sidad de la organización, con su inevitable lógica que es la
Una protesta contra una sociedad que expulsa a los pobres sensatez de la racionalidad y el sentidd de la viabilidad en
de sí misma y los recluye en ámbitos periféricos inhumanos, función de los más débiles. Así, Francisco tuvo que aceptar,
por eso, el movimiento de Francisco es del centro a la peri- sin entenderlo demasiado, la necesidad de las normas, los no-
feria; las capillas que reconstruye y los lugares en los que los viciados, las casas de formación, más para evitar abusos que
primeros hermanos vivían estaban en la periferia de la ciu- para suscitar el carisma. El movimiento desembocó en una
dad de Asís: San Damián, La Porciúncula, Rivotorto, Le Car- Orden religiosa que se sumó a las demás Ordenes religiosas.
ceri. Pero es, sobre todo, un acto de amor, puesto que no se Siendo una Orden aprobada por la Santa Sede, se vio obliga-
interesa por los pobres permaneciendo en la tienda de su pa- da a definir su lugar dentro de la dinámica global de la Igle-
dre, sino que se solidariza con ellos hasta el punto de identi- sia del tiempo. Fue una obra de fino sentido religioso de los
ficarse con su situación, viviendo como ellos. papas Gregorio IX y Honorio III el haber respetado al máxi-
Francisco nos ha dejado planteada una seria interroga- mo las intuiciones originales de Francisco. Pero, no obstan-
ción: ¿Es posible, como él lo pretendió, que una colectividad te, la Orden tuvo que cooptar por las exigencias de estructu-
viva la utopía evangélica de una radical pobreza como forma ra más profunda y vasta del proyecto edesial que se venía
de realizar una fraternidad plena? gestando desde Gregorio VII (1073-1085), cuyas raíces, por
Sabemos que él y la primitiva comunidad franciscana otro lado, se encuentran en el viraje constantiniano del siglo
vivieron de una manera heroica y casi delirante esta aventu- IV. La Iglesia, como ya lo apuntamos, era una Iglesia en ré-
ra evangélica. Estaban dotados de suficiente carga de Eros gimen de cristiandad. Y esto quiere decir que ocupaba el lu-
místico, humano y evangélico como para enfrentar la inexo- gar del poder político, económico y religioso hegemónico en
rabilidad de las fuerzas históricas contrarias. Pero sabemos el modo de producción feudal. Quien detenta el poder está
también que toda la historia posterior del franciscanismo, a condenado a ejercerlo con la lógica de todo poder, que esta-
partir de los últimos años de la vida de san Francisco 110, se blece una primera división básica entre los que tienen el po-
movió en otra dirección. Se abandonó cada vez más una po- der y los sin-poder.
breza como identificación con los pobres y un vivir en la pu- Los pobres constituyen por definición los sin-poder (im-
ra necesidad, y se pasó a una concepción de la pobreza co- potens); se sitúan, por consiguiente, al margen del sistema
mo camino ascético y místico de identificación con la pobre- de poder. Una Iglesia en régimen de cristiandad nunca po-
za del Dios encarnado que, siendo Dios, se hace hombre, y drá ser la Iglesia de los pobres; estructuralmente se compor-

1 os Cf. 2C 85.
111 A. ROTZETIER, Die Funktion der franziskanischen Bewegung in der
109 LM 12, 2; Flor 16. Kirche, Tau-Verlag, Suiza 1977, pp. 282-289.
11
0 K. ESSER, ofrece una buena visión de conjunto en La Orden Francisca- 112 D. FLOOD, Domestication of the Franciscan Movement, en Franziska-
na. Orígenes Ideales, op. cit., pp. 185-267. nischen Studien 60 (1978), pp. 311-327 .

116 117
la como una Iglesia para los pobres, en caso de ser fiel a la pensar, ideologías, relaciones preferenciales y bienes materia-
dimensión evangélica. El franciscanismo, que en su intuición les" (97 4-97-5).
original se presentó al mundo como una vivencia del Evan- Como se ve, se trata ·de una invitación a la conversión
gelio a partir de los pobres y con los pobres, a través del pro- al carisma fundacional de Francisco. Si en otro tiempo el es-
ceso de domesticación inevitable dentro de la Iglesia sufrió píritu franciscano fue inexorablemente cooptado por el pro-
una violenta transformación: fue obligado a espiritualizarse yecto civilizador de la Iglesia feudal, se impone hoy a los
y traducir sus prácticas históricas de solidaridad con los po- franciscanos dejarse ganar por el nuevo espíritu de la Iglesia,
bres, dentro del mundo de los pobres, en prácticas de solida- que es, en términos evangélicos, mucho más vigoroso y trans-
ridad para con los pobres desde el lugar de los ricos. El fran- parente que el del poder 113. Importa vivir la pobreza francis-
ciscanismo no olvidará nunca sus fuentes: los pobres; pero cana nuevamente como solidaridad y compromiso con los
su presencia en medio de ellos se hará a partir del lugar his- pobres. En el próximo capítulo detallaremos más esta exigen-
tórico-social de la Iglesia, que es un lugar de poder. Desde cia.
el poder se relaciona con los pobres; y en lugar de mantener Independientemente de la forma como los franciscanos
unas relaciones de identificación, como en san Francisco, pa- resuelvan su propia fidelidad al carisma del Poverello en el
sará a mantener unas relaciones de asistencialismo y de pa- contexto de una Iglesia y de una sociedad transformadas, la
ternalismo. vivencia de la pobreza de Francisco plantea un gran desafío
Hoy se dan condiciones históricas y teológicas distintas. antropológico y social. Es común admitir que, formas socia-
La Iglesia no es ya solicitada por los poderes de este mundo les altamente participativas sólo son posibles a condición
para dirigir con ellos los rumbos del devenir humano. Hemos de construirse previamente una infraestructura capaz de ge-
heredado una Iglesia que se siente con fuerza para hacer nerar abundancia. En términos de problemática actual: el
una opción preferencial y solidaria por los pobres. La Igle- socialismo democrático real (distinto del realizado en el Es-
sia puede ser hoy, y, efectivamente lo quiere ser, una Igle- te) sólo sería viable en el presupuesto de que el capitalismo
sia de los pobres y desde los pobres, de todos los hombres haya realizado suficientemente su misión histórica; ésta con-
abiertos al mensaje del Evangelio. Puebla (1979) consagró sistiría en hacer posible una agilización y animación de to-
esta opción de valor para toda la Iglesia universal. do el proceso productivo en vistas a crear los bienes que se-
Puebla, con su opción por los pobres, significa una inter- rían socializados para todos, a nivel económico, político y
pelación formidable al espíritu franciscano. En primer lugar, cultural. La construcción del socialismo solamente sería real
nos desafía a hacer una lectura crítica de las formas actuales . sobre la base de una sociedad de abundancia. En caso con-
de la vivencia de la pobreza en el interior del movimiento trario, el socialismo, como la historia lo ha demostrado, de-
franciscano mundial, dentro de la herencia de cooptación por genera en totalitarismo del Estado con su burocracia, parti-
la Iglesia en régimen de cristiandad. Puebla nos pide: "Es im- do y ejército, haciendo imposible la participación colectiva
portante que revisemos, en comunidad, nuestra comunión y del pueblo.
participación con los pobres, los humildes, los pequeños. Se- Lo extraordinario del ensayo de Francisco fue intentar
rá, por lo mismo, necesario escucharlos, acoger sus más pro- vivir una plena fraternidad dentro del presupuesto de una
fundas aspiraciones, valorar, discernir, animar, corregir, con pobreza voluntariamente asumida para estar al lado de los
el deseo de que el Señor nos guíe para hacer efectiva nues- pobres, y con ellos construir todas las relaciones humanas,
tra unidad con ellos en un mismo cuerpo y en un mismo es-
píritu. Esto exige de nosotros ... renunciamiento íntimo y efec-
tivo según el Evangelio, de nuestros privilegios, modos de iu Ver mi pequeño estudio: L. BOFF, Pueblas Herausforderung an die Fran-
ziskaner, Bonn 1980.

118 119
siempre a partir de los que menos tienen, en la preocupa- se atrevieron a creer en las utopías. ¿Valió la pena su ensa-
ción de los que menos son. El pobre es visto como una apa- yo? El más importante poeta en lengua portuguesa, Fernan-
rición de la divinidad: Esta perspectiva, de suyo tradicional do Pessoa, nos proporciona la·respuesta:
en el cristianismo, nunca alcanzó una configuración social y Valeu a pena?
cultural; quedó relegada a la meditación religiosa y a la cari-
dad inspirada en ella. En algunas tribus de Africa los invá- Sempre valeu a pena
lidos son considerados como una permanente presencia de Se a alma niio é pequena.
la divinidad, y todos los adoptan como hijos, considerándose
para ellos como padres y madres; la sociedad los integró, hu-
manizó y salvó como personas humanas, al contrario de nues-
tras sociedades, que normalmente relegan a los pobres e im-
pedidos. ·
El proyecto de Francisco parece históricamente realiza-
ble a nivel personal y de los pequeños grupos. Eso porque
presupone un talante ético, humanitario y místico, imposi-
ble de exigir a toda una colectividad. Francisco tenía con-
ciencia de lo inusual de su experiencia; se llama a sí mismo
"pazzus", loco 1 14. Esta expresión es muy corriente en la lite-
ratura biográfica de la época 115. Pero importa aclarar frente
a qué cosas se considera "loco". No frente al Evangelio y a
los ideales de la predicación de Jesús de radical fraternidad
con todos los hombres, sino frente a la sensatez de la histo-
ria que privilegia la vialidad en el juego de los intereses con-
flictivqs. De acuerdo con la sensatez histórica, la fraternidad
sólo es posible sobre la base de la abundancia. Francisco es-
tá por encima de semejante racionalidad. Inflamado de Eros
y Pathos trata de realizar la fraternidad donde no existen
las condiciones objetivas y sensatas, en medio de los pobres
y con los pobres. Funda con esta "locura" otra clase de sen-
satez, la sensatez de la utopía, la racionalidad propia .del
principio-esperanza, la lógica del deseo infinito.
Este. coraje de Francisco para lo imposible, vivido con
tanta seriedad, pero sin ningún fanatismo ni rencor, es la ra-
zón de su fascinación. Más allá de la tragedia que se mani-
fiesta con tanta frecuencia en la historia, permanece siempre
el desafío de los grandes espíritus como el de Francisco, que

114 LP 18.
11s Cf. EP 68; LM 11, 3; TC 17, etc.

120 121
m. San Francisco:
la liberación por la bondad

CONTRIBUCION DE SAN FRANCISCO


A LA LIBERACION DE LOS OPRIMIDOS

Un día, el bienaventurado Francisco, cerca de Santa Ma-


ría de los Angeles, llamó al hermano León, y le dijo: "Her-
mano León, escribe". El respondió: "Estoy pronto". "Escribe
-agregó Francisco- en qué consiste la verdadera alegría".
"Llega un mensajero de París, y dice que todos los maes-
tros de la Universidad se disponen a entrar en la Orden; es-
cribe: no está ahí la verdadera alegría. Y aunque entraran
en la Orden todos los prelados de más allá de los Alpes, ar-
zobispos y obispos, y aun los propios reyes de Francia e In-
glaterra; escribe: no está ahí la verdadera alegría. Y si reci-
bieras la noticia de que todos nuestros hermanos fueron a
predicar a los infieles, y los convirtieron a todos a la fe, o
que yo he recibido tanta gracia de Dios que curo a los enfer-
mos y hago muchos milagros: te aseguro que no está ahí la
verdadera alegría".
"¿En dónde está, entonces, la verda,dera alegría?", pre-
guntó el hermano León.
"Imagínate -continuó Francisco- que vuelvo de Peru-
sa en lo más oscuro de la noche, y una noche tan fría que
todo está cubierto de nieve, que me golpean las piernas, ha-
ciéndolas sangrar. Y que envuelto en nieve y tiritando de frío
llego a la puerta del convento, y después de llamar largamen-
te, sale el hermano portero, y pregunta: '¿Quién es?'. Yyo res-
pondo: 'Soy yo, el hermano Francisco'. Y él agrega: 'Vete a
paseo, éstas no son horas de llegar a un convento. No te abri-
ré'. Yo insisto, y él responde: 'Vete rápido de aquí, eres un
ignorante e idiota. Ya somos bastantes, y no te necesitamos'.
Yo insisto una vez más: 'Por el amor de Dios, recíbeme si-
123
quiera por esta noche'. Y él responde: 'Ni hablar. Vete al al- proletarios de la dominación económica capitalista con el
bergue de los leprosos, que está cerca de aquí'. fin de llegar a una sociedad socialista sin el estatuto de cla-
Pues bien, hermano León, si después de todo esto, yo ses. Con Nietzsche se pretendía la liberación de la vida recor-
no pierdo la paciencia y permanezco imperturbable, créeme, tada y sofocada por la sofisticación de la metafísica, de la
ahí está la verdadera alegría, la verdadera virtud y la salva- moral y de la cultura. Freud elaboró todo un proyecto de li-
ción del alma". beración de la psique de sus amarras interiores (neurosis,
psicosis, etc.). Marcuse lanzó el manifiesto de la liberación
del hombre industrial reducido a una sola dimensión por el
proceso productivo en serie. El movimiento feminista mun-
La radical pobreza vivida por Francisco en solidaridad dial promueve la liberación de la mujer frente a la milenaria
con los pobres y en seguimiento de Cristo pobre nos lleva a cultura patriarcal y machista, en la dirección de una socie-
reflexionar sobre las características de la liberación que sur- dad menos sexista y más personalista 2 .
ge de esa actitud, y sobre los aportes de su práctica al pro- Todas las revoluciones modernas se propusieron y se
ceso global de emancipación de los oprimidos de nuestro tiem- proponen la ampliación del espacio de la libertad humana:
po. La reflexión cristiana de la última década desarrolló lo la revolución científica, la revolución burguesa, la revolución
que llamamos la teología de la liberación, que implica una vi- socialista, la revolución atómica y la revolución cibernética.
gorosa articulación del discurso de la fe con el discurso de la Podemos observar que todo este proceso emancipatorio
sociedad en orden a la eficacia cristiana en términos de libe- se hace a espaldas de la Iglesia, paralelamente a ella o con-
ración de los pobres que, en nuestro Continente latinoameri- tra ella. La contribución de los cristianos-acatólicos fue mí-
cano, representan las grandes mayorías de nuestro pueblo, nima. Sin embargo, no está ausente de todos estos procesos
simultáneamente oprimido y cristiano 1 •
la inspiración judeo-cristiana. Algunos destacados represen-
La temática de la liberación no es de hoy; seguramente tantes de la liberación moderna son judíos: así Marx, Nietzs-
constituye el más vigoroso resorte de la cultura moderna. A che, Jung, Marcuse, Einstein. Actuaba todavía en ellos lasa-
grandes rasgos podemos afirmar que la historia de los últi- via liberadora de los profetas del Antiguo Testamento y el
mos cinco siglos se concentra en gran parte en los procesos sentido de que la historia debe ser continuamente hecha pa-
de emancipación. La primera emergencia significativa se dio ra ser digna de ·su Creador.
con Galileo Galilei; se trataba de liberar la razón del inte-
rior de la totalidad religiosa que impedía el vuelo autónomo
del pensamiento en el descubrimiento de los mecanismos de
funcionamiento del mundo. Luego, se trataba de liberar al
ciudadano del absolutismo de los reyes, y de verlo como el
l. La teología de la liberación:
real portador y delegador de los poderes políticos, tal como los fieles confieren
lo pensó J. J. Rousseau. Con él se pretende liberar el espíri- eficacia liberadora a la fe
tu alienado en materia de historia rumbo a la transfiguración
del Espíritu absoluto. Con Marx se intentaba liberar a los La teología de la liberación se entiende en el tejido de
estos grandes procesos emancipatorios que caracterizan a la
1
Para todo este tema ver la obra clásica de G. GUTIERREZ, Teología de
la Liberación, Salamanca 1980; ver también los escritos de L. BOFF, Teo-
logía da Libertafiío e do Cativeiro, Petrópolis 1979; O Caminhar da lgreja 2 Más detalladamente en E. DUSSEL, Filosofía de la liberación, México
com os Oprimidos, Ríu de Janeiro 1980. 1977.

124 125
mod ernidad . Nació en la periferia del mundo y de la Iglesia, gitimar fatalmente los poderes constituidos (que analítica-
e n Am érica Latina, y se está extendiendo a Africa y Asia, mente se revelen opresores) ni adormecer a las clases subal-
donde los pobres ven en ella el grito articulado de su pobre- ternas y oprimidas. Al contrario, por su propio origen y esen-
za, que reclama liberación. Acaso sea la última oportunidad, cia, el Evangelio de Jesucristo es factor de liberación concre-
en los últimos siglos, de que la fe se proponga ser un factor ta e histórica. Sólo por una perversión de la vivencia de la
histórico de liberación de los oprimidos de una man era cons- fe ha sido castrado de su ferm ento liberador.
ciente y planificada. Fundamentalmente, la teología de la liberación se propo-
En la base de esta teología de los pobres hay una expe- ne dos tareas principales: primera, señalar la relevancia teo-
riencia espiritual de protesta y de amor. Ante todo , se da una lógica de los procesos emancipatorios. La liberación histórica
ira sagrada, virtud propia de los profetas, contra las dimensio- nunca es solamente histórica. En ella se da gracia o pecado,
nes de miseria colectiva de nuestro pueblo. Con palabras de objetivamente, con independencia de los intereses de los ac-
Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi, asumidas por los obis- tores o de los signos ideológicos que los inspiran . En otras
pos de Puebla: " ... carestía, enfermedades crónicas y endémi- palabras: la salvación y el Reino de Dios se realizan, objeti-
cas, analfabetismo, pauperismo, injusticias en las relaciones vamente, dentro de estos procesos, nolens-volens, porque to-
internacionales y especialmente en los intercambios comer- do está abierto y penetrado por el designio último de Dios.
ciales, situaciones de neocolonialismo económico y cultural, Pero el Reino se hace presente y se anticipa en la medida en
a veces tan cruel como el antiguo colonialismo político" (n. que estos procesos son éticamente defendibles, es decir, sig-
30 ; 26) . Esta realidad no agrada a Dios, porque humilla a sus nifican la creación de un sentido verdadero y mejor 4 • Esta
hijos. Es necesario cambiarla. En segundo lugar, subyace a perspectiva permite releer los movimientos liberadores de los
la teología de la liberación un amor comprometido que se tra- últimos siglos y la cultura secular derivada de ellos como
duce en la opción preferencial y solidaria por los pobres. Es- teológicamente relevantes, aunque no hayan sido apoyados
ta opción, como lo analizamos en el capítulo anterior, impli- por la Iglesia, y aunque, en algunos casos (la revolución so-
ca, en primer lugar, un cambio de lugar social, que incluye, cialista y proletaria) hayan tomado posición contra el cris-
a su vez, la conversión epistémica: tratar de ver la realidad tianismo. La gracia y el Reino no encuentran en la Iglesia
social y la historia a partir de las angustias y las esperanzas los portadores exclusivos, sino sólo privilegiados (en orden a
de los pobres 3 . Desde ellas, se hace patente de una manera la sacramentalidad). La fe cristiana, en la presencia universal
palmaria que la sociedad debe cambiar, y que, tal como esta- de Dios y de Cristo en el interior de la historia, hace posible
mos viviendo, nos encontramos en una situación de pecado leer en clave teológica los procesos emancipadores que pro-
social y estructural. En segundo lugar, la transformación de ducen humanización y mayor espacio de libertad. La Iglesia
la sociedad debe hacerse desde los pobres y desde su propia es el lugar donde se elabora esta conciencia, y también don-
fuerza histórica; ellos constituyen el nuevo sujeto histórico de se realiza de manera consciente y como celebración la sal-
emergente. Para este cambio hacia una sociedad más huma- vación que se da en el mundo, y no sólo en la Iglesia. Sin es-
na y justa para todos (no sólo para los oprimidos de hoy), el ta explicación consciente, la liberación histórica sería real, pe-
componente fundamental es la propia fe cristiana, ya que ro no completa; sería teológica (tendría que ver siempre con
nuestros pueblos-son en una inmensa mayoría cristianos y Dios) , pero no sería sacramental (representada por un dis-
pobres. El Evangelio y la fe cristiana no tienen por qué le- curso adecuado y celebrada en la comunidad).

3 _Cf. G. GUTIERREZ, Teología a partir do reverso da história, en A For- 4 La mejor obra sobre este tema es de C. BOFF, Teología e Prática. A teo-
i;a Histórica dos Pobres, Petrópolis 1981 , pp. 245-313. logía do político e suas mediar;oes, Petrópolis 1981.

126 127
En segundo lugar, la teología de la liberación se propo- inteligente comprensión de los mecanismos sociales, especial-
ne enfatizar todos los aspectos liberadores que están presen- mente de los que generan pobreza, y de los pasos necesarios
tes dentro del Evangelio, de la vida y de la práctica de Jesús para un cambio cualitativo hacia formas más humanas de
y de la gran tradición de la Iglesia. La fe es salvífica solamen- convivencia. Hay que tener también siempre en cuenta la
te cuando se traduce en una praxis de amor; hoy, estas pra- contribución específica que la fe puede aportar. Ella libera,
xis sobrepasan el carácter meramente personalista y deben pero no de cualquier modo, no perdiendo su identidad pro-
asumir un carácter estructural y social. La salvación no se da pia. Además, nunca libera sola; ofrece una contribución a un
sólo en los procesos liberadores, sino en todas las articula- proceso que tiene otros frentes, con otros actores e interesa-
ciones humanas; pero encuentra hoy su expresión dominan- dos. Pero puede y debe, como expresión de su fidelidad a
te y más valiosa en la dimensión social y política, ya que en Dios y a los hermanos, ofrecer su aporte a la liberación de
este campo se están tomando las grandes decisiones de los los oprimidos.
hombres y es donde Dios es principalmente servido u ofen- En función de la eficacia de la fe, la teología de la libe-
dido. Con razón dijeron los Obispos de Puebla: "La libera- ración desarrolla una metodología, es decir, un procedimien-
ción se va realizando en la historia, la de nuestros pueblos to específico de reflexión y de práctica. En primer lugar, im-
y nuestra propia liberación personal. y abarca las distintas porta ver analíticamente la realidad socio-histórica. Así se
dimensiones de la existencia: lo social, lo político, lo econó- descubre que estamos viviendo en una sociedad de clases con
mico, lo cultural y todo el ámbito de sus relacion~s" (n. 483). intereses antagónicos. Los pobres son pobres porque, objeti-
Más aún, la Iglesia "censura a quienes tienden a reducir el vamente, de la manera cómo se organiza la propia sociedad,
espacio de la fe a la vida personal o familiar, excluyendo el son colocados al margen, porque sólo tienen la fuerza del tra-
orden profesional, económico, social y político, como si el bajo y no el capital. Este es el que comanda, no sólo en la
pecado, el amor, la oración y el perdón no tuvieran impor- economía, sino en toda la organización social, política, edu-
tancia en ellos" (n. 515). cacional, e impone los valores de los que detentan el capital.
La gran cuestión que desafía a los cristianos en todos los Para conseguir sus derechos más elementales los obreros tu-
medios pobres es ésta: ¿cómo ser verdaderamente cristianos, vieron que derramar mucha sangre. Pablo Neruda cuenta la lu-
cómo anunciar la alegría de la fraternidad universal, puesto cha de los obreros de las zonas desérticas chilenas, ricas en sa-
que todos somos hijos del Padre del cielo, en un mundo de litre, para conseguir el mínimo de higiene, pues muchos mo-
miserables y qe explotados? Sólo podemos serlo, de hecho, si rían en las mirias. "En una de esas huelgas la policía· de la
vivimos la fe cristiana en términos de promoción humana y compañía se llevó siete dirigentes. Los guardias iban a caba-
de liberación. La fe, evidentemente, no se agota, en estas ex- llo, mientras los obreros amarrados a una cuerda los seguían
presiones, pero no sería una fe verdadera, ni la fe de Cristo y a pie por los solitarios arenales. Con algunas descargas los
los Apóstoles, si no se incluyera la liberación de la miseria, asesinaron. Sus cuerpos quedaron tendidos bajo el sol y el
que significa deshumanización y una ofensa al propio Dios. frío del desierto, hasta que fueron encontrados y enterrados
Intentar una evangelización liberadora, urgir una práctica por sus compañeros ... En el año de 1906, en !quique, los huel-
cristiana que implique también la transformación de la socie- guistas bajaron a la ciudad desde todas las oficinas salitreras,
dad, ayudar a formar un hombre nuevo dentro de las estruc- para plantear sus solicitudes directamente al gobierno. Miles
turas histórico-sociales que produzcan más fraternidad, esto de hombres extenuados por la travesía se juntaron a descan-
es lo que se propone, fundamentalmente, la teología de la li- sar en una plaza, frente a la escuela. Por la mañana irían a
beración. ver al gobernador, a exponerles sus peticiones. Pero nunca
No es suficiente, sin embargo, para la fe, con querer la pudieron hacerlo. Al amanecer, las tropas dirigidas por un
transformación de la sociedad. La eficacia depende de una coronel rodearon la plaza. Sin hablar comenzaron a dispa-
128 129
rar, a matar. Más de seis mil hombres cayeron en aquella ma- ella, discuten sus problemas y encuentran caminos de solu-
sacre" 5. Hechos similares son una rutina en nuestras socie- ción. Estas comunidades de base tienen un valor religioso
dades de capitalismo dependiente y periférico. Desconocer inmediato y directo, pero también alcanzan importancia so-
la sanguinaria lucha de clases llevada a efecto por el capital cial, porque constituyen lugares de formación de la concien-
contra los obreros es mostrarse cruel con el grito de millones cia social, de la responsabilidad y de la voluntad de cambio.
de trabajadores anónimos y permanentemente postergados. Además de esto, se busca una articulación con otros gru-
En este momento del ver se desfataliza la pobreza y se mues- , pos sociales que también están empeñados en el cambio es-
tra tal como ella es, al decir de los Obispos en Puebla: " ... no tructural de la sociedad. Por eso, una Iglesia comprometida
una etapa casual, sino el producto de determinadas situacio- en una opción preferencial y solidaria con los pobres apoya
nes y estructuras económicas, sociales y políticas" (n. 30), los movimientos que nacen de la base, los sindicatos libres,
por la. que "ricos cada vez más ricos se hacen a costa de po- las asociaciones populares que se preocupan por la defensa
bres cada vez más pobres" (n. 30). El análisis saca a la luz es- de los sin-poder, su cultura y sus derechos. También es im-
tos mecanismos, que normalmente permanecen ocultos a sim- portante una articulación con todas las demás clases sociales
ple vista o a la mera visión empírica. que han optado por el pueblo y sus luchas. Sin la coopera-
Hecha esta descodificación analítica, corresponde juzgar ción de éstas, ninguna liberación de base será perdurable.
a la luz de la fe esa realidad contradictoria. Aquí entran en Los Obispos latinoamericanos y el propio magisterio pa-
juego criterios de orden teológico y ético, por los que se juz- pal6 han tomado conciencia de que, dentro de nuestra si-
ga el carácter de pecado o de gracia, de ordenamiento o ne- tuación actual, distinta de la de otros tiempos, "la Iglesia tie-
gación del proyecto histórico de Dios de una sociedad justa ne el deber de anunciar la liberación de millones de seres
y fraterna, de esta sociedad de clases. Luego, la fe elabora su humanos ... el deber de ayudar al surgimiento de esta libera-
propia comprensión del hombre y de la sociedad, y eri fun- ción, de dar testimonio de la misma, de hacer que sea total;
ción de esto organiza su intervención en lo social. nada de esto es extraño a la Evangelización" (Puebla, n . 26;
Más importante que el ver-y el juzgar es el actuar, aunque Evangelii Nuntiandi, n. 30). Este compromiso, que no pocos
debe estar iluminado por el ver y el juzgar. En esta instancia censuraron como una incitación a la lucha de clases, impli-
del obrar la Iglesia desentraña y tematiza las dimensiones de có para la Iglesia difamaciones, persecuciones y aun la muer-
liberación presentes en su práctica específica, en la liturgia, te de muchos agentes de pastoral, desde Obispos hasta sim-
en la catequesis, en la teología, en la pastoral directa. La Igle- ples campesinos. Si la liberación divina de los hombres cos-
sia actúa especialmente en una instancia pedagógica, desblo- tó la sangre del Hijo de Dios, ¿cómo no va a costar la vida de
queando las conciencias, impulsando a los hombres a asumir muchas personas la liberación histórica de los oprimidos?
un compromiso de liberación entre sus hermanos, como obe- Es el precio que hay que pagar por toda la acción que lucha
diencia al mandamiento del amor en su vertiente social, crean- por liberar a la libertad cautiva. La libertad nunca es otorga-
do una mística de transformación de la sociedad como forma da gratuitamente; debe ser conquistada en un arduo proceso
de concretizar y anticipar ya aquí en el mundo el Reino de de liberación.
Dios, que comienza en la historia presente y culminará en la
eternidad. A partir de su propia identidad de fe, organiza al
pueblo en comunidades cristianas, en las que los humildes
se encuentran, meditan la palabra de Dios, e iluminados por
6 Ver el minucioso estudio de R. MUÑOZ, Evangelio y liberación en A. La-
5 PABLO NERUDA, Confieso que he vivido, Barcelona 1981, pp. 238-239. tina, Bogotá 1980.

130 131
2. l;rancisco: hombre liberado, de un proceso más amplio, dialectizando sociedad-individuo,
liberador y libre destino personal, destino colectivo.
Con referencia al tema de la liberación es necesario te-
Si queremos ver la dimensión liberadora de Francisco ner en cuenta otro dato metodológico: la importancia del
debemos hacerlo dentro de una correcta conciencia episte- punto de vista. Para muchos, la temática de la liberación es
mológica. De lo contrario, por falta de claves de lectura ade- irrelevante, porque no participan de las angustias y esperan-
cuadas, se podría llegar a conclusiones totalmente equivoca- zas del mundo de los pobres. No se colocan en el punto de
das, como ésta: "No encontramos en Francisco ningun,a preo- mira de los interesados en la liberación, que son los pobres
cupación social; él no quiso cambiar nada, nunca fue contes- y todos los que han optado por ellos. Francisco hizo, sin nin-
tatario de nadie, ni estuvo en contra de nada" 7• Hay que si- guna duda, una opción por los pobres. Su presencia en me-
tuar a Francisco dentro de su tiempo. En el mundo medieval, dio de ellos, teniendo en cuenta su conciencia posible, sig-
la religión lo domina todo; ella organiza toda la sociedad. nifica una liberación objetiva. Para entender la contribución
Aunque no deje de ser la última, la instancia económica es dé Francisco a la liberación, es necesario definir previamen-
interpretada a partir de la teológica y religiosa. Ella es la que te, por lo tanto, el interés y el compromiso por los pobres.
establece el campo teórico, y todos los demás temas son pen- No se piense que eso puede perjudicar al análisis. Por el con-
sados en el interior de ella, utilizando el código propio de la trario, abre el espacio para que pueda darse ese análisis.
religión. No había lugar para la autonomía de lo social en Todo conocimiento humano remite a un punto de vista
cuanto tal, en la época de san Francisco, dentro de los mol- o a un lugar social, es decir, la consciente toma de posición
des que hemos especificado más arriba. Por eso, buscar una del sujeto que conoce. Conocer es siempre interpretar, e in-
liberación social en san Francisco dentro de unos esquemas terpretar exige la utilización de códigos o claves de lectura.
actuales de sociedad o liberación implica no encontrar de Esta es la condición objetiva de todo conocimiento. Querer
partida nada. Debe buscarse la temática en registros como verlo todo, globalmente, sin ningún presupuesto, sin criterios
pobreza, riqueza, regla, autoridad, fraternidad, dinero, obe- selectivos, sin un determinado punto de vista y de interés,
diencia, sarracenos, etc. implica resignarse a no ver nada o a situarlo todo en el mis-
Además, sabemos hoy que el sujeto guarda siempre una mo plano, como si todo tuviera el mismo valor; significa re-
interrelación con su medio social. No necesita ser consciente nunciar a criterios de prioridad, cerrarse al sentido de la pros-
de esto, pero estructura el propio sujeto independientemente pectiva histórica, y, finalmente, bloquear todo intento de crí-
de querer o no querer. El hombre se ha descubierto como tica a los acontecimientos visualizados 8 . Conocer, por tanto,
conciencia posible. Toda persona humana hunde sus raíces implica hacerse participante, pero con distancia crítica y sen-
dentro de una situación determinada en el tiempo y en el es- tido de los límites, del propio punto de vista, porque todo
pacio; el destino propio e irreductible de cada uno se realiza punto de vista es la vista de un punto 9 • Con este enfoque
dentro de condicionamientos no perfectamente definibles, y
abiertos a lo posible, pero que actúan en la trayectoria per- 8
sonal. Un actor social no vive ni piensa lo que quiere, sino lo Ver F. FERRAROITI, La societii come problema e come progetto, Milán
1979, esp. pp. 323-330.
que le es posible dentro de las coordenadas histórico-socia- 9
Por falta de conciencia epistemológica, muchos análisis, aunque minu-
les. Por consiguiente, debe ser comprendido siempre dentro ciosos desde el punto de vista histórico, son insuficientes porque no dicen
todo cuanto podrían decir; así sucede con H. ROGGEN, Die Lebensform
7
des hL Franziskus von Assisi in ihrem Verhiiltnis sur feudalen und bür-
H. ROGGEN, ¿Hizo Francisco una opción de clase?, en Selecciones de gerlichen Gesellschaft ltaliens, en Franziskanische Studien 46 (1964), pp.
Teología 3 (1974) , pp. 287-295, aquí 288. 1-57; 287-321; S. CLASEN, Franziskus von Assisi und die soziale Frage,

132
133
epistemológico queremos abordar la contribución de Francis- el voto de obediencia al abad y de vasallaje al monasterio.
co a la temática de la liberación y, eventualmente, a toda la El cristianismo de corte feudal será netamente agrario.
teología de la liberación. En la época de san Francisco florecen las comunas en
las que irrumpe una nueva clase social, la burguesía, apoyada
en el comercio y en las corporaciones profesionales 11 . No es
2.1 . Francisco: hombre liberado ya el sistema de orden el que prevalece, sino el de la libertad
Francisco, como persona social, emerge en un momen- de intercambio y la libre asociación y producción. El exce-
to particularmente privilegiado y, por lo mismo, crítico; es un dente poblacional que se verifica en esta época se refugia en
tiempo de rupturas; algo viejo comienza a morir y algo nue- los burgos, juntamente con los desplazados de las zonas ru-
vo comienza a nacer. El modo de producción feudal experi- rales, los caballeros sin profesión y los nobles decadentes.
menta estremecimientos, porque su hegemonía se ve amena- Los siervos que podían ganar las ciudades, alcanzaban la li-
zada por el emergente modo de producción mercantil de la bertad. Toda clase de marginados y ociosos, aventureros y
burguesía comunal. Con su estilo de vida, Francisco refleja leprosos se aglomeran en las ciudades. Lo ·que cuenta, sin
la crisis del tiempo, y les da su versión personal a las posibles embargo, no es la posesión de la tierra ni los títulos nobilia-
salidas 1°. rios feudales, sino el trabajo, el dinero, el oro, el comercio,
El sistema feudal se caractériza por el modo de produc- la prosperidad material, que producen confianza en uno mis-
ción servil. Está el señor dueño del feudo, y el siervo que de- mo. Se elabora igualmente una ideología adecuada a esta
pende de él, trabajando para el sustento de aquél y para el nueva sociedad, para conferirle cohesión y organización: el
suyo propio. Todas las relaciones sociales se organizan den- valor del individuo, de su experiencia personal, estima del
tro del código de pactos, alianzas, juramentos, generando trabajo y de las corporaciones, de todo lo nuevo 12. El amor
el sistema de mutuas fidelidades dentro de un cuadro estric- cortesano refleja esta libertad, que rompe la rigidez de la es-
tamente jerárquico. Cada uno ocupa su lugar, el maior y el tratificación feudal. Es más un mundo de laicos que de clé-
minar, y así se forja el ardo piramidal, estable e inmutable. rigos. El cristianismo que se comienza a vivir es de carácter
Dios es invocado como el garante de ese orden. Dionisio el acentuadamente urbano, apoyado en la vivencia personal
Pseudoareopagita, en la línea de san Agustín, creó la ideo- que se considera más importante que la inserción en el orden
logía justificadora del sistema feudal con su De sacra hierar- jerárquico o la aceptación pura y simple de la tradición o la
chia. El orden terrestre corresponde al orden celeste, y así doctrina de los teólogos 13 .
se produce una armonía cósmica. El símpolo real de esta Con lnocencio 111, la Iglesia jerárquica realiza la utopía
unidad cultural se concretiza en la vida monástica: vive en presente ya en Gregorio VII: la creación de un Papado uni-
la tierra y de la tierra, y el principio de agregación reside en versal, dotado de la plenitud del poder religioso y civil. El
sacerdotium somete al imperium. La conquista de los lugares
en Wissenschaft und Weisheit 15 (1952), pp. 109-121; buenos son los
trabajos de l. SILVEIRA, S. Francisco e a burguesía, en Nosso Irmíio 11 Cf. H. PIRENNE, Storia economica e socia/e del medioevo, Milán 1967,
Francisco de Assis, Petrópolis 1975, pp. 11-63, de H. J. STIKER, Un créa- c. II, 53-74; G. A. J. HODGETT, História Social e Económica da Idade
teur en son temps: Frani;ois d'Assise, en Christus 80 (1973), pp. 416-430 Média, Río de Janeiro 1975, pp. 106-126; 192-213.
y de P. ANASAGASTI, Liberación en San Francisco de Asís, Aránzazu 12 La importancia de la categoría "nuevo" fue puesta de relieve por la obra
1976, entre otros. de D. M. CHENU, La théologie au douzieme siecle, París 1957, pp . 323-
10 Para todo este complejo de cuestiones ver el estudio, bibliográficamente 365.
muy rico, de M. VOVK, Die Franziskanische "Fraternitas" als Erfüllung 13 H. GRUNDMANN , Religióse Bewegungen im Mittelalter, Hildesheim
eines Anliegens der hochmittelalterlichen Zeit, en Wissenschaft und Weis-
1961, p. 14.
heit 39 (1976), 2-25, esp. pp. 3-7.
135
1.34
santos de la tierra de Jesús es considerada como una vergüen- tanto social como religioso. Esto está bien expresado en su
za y humillación colectivas. Los mismos Papas promueven Testamento con la expresión exivi de saeculo (salí del mun-
las guerras santas, las cruzadas, movilizando ideológicamen- do); no abandonó el mundo, sino aquel mundo, es decir,
te a toda Europa, apelando a una veneración por la humani- aquella clase de relaciones e intereses. No lo hace mediante
dad de Jesús, peregri)1.a y sufrida 1 4. una estrategia teórica y práctica de la conciencia, formulan-
¿Qué clase de discurso puede ofrecer a este cristianismo do verbalmente una alternativa y poniendo en marcha un
nuevo, nacido de los burgos y de la actividad mercantil, una modelo nuevo. Esto es propio de nuestra época y de nuestra
Iglesia apoyada en el poder y en la preocupación por mante- conciencia posible. En la época de san Francisco sería impo-
ner el dominio del mundo? Prácticamente ninguno. Existe sible. No obstante esto, debemos decir que fue un gran revo-
un vacío de liderazgo oficial, porque hasta entonces la reli- lucionario, y no un mero reformador. El reformador conti-
gión cristiana era feudal y no burguesa, rural y no urbana. núa siendo un agente del sistema, reproduciéndolo mediante
Para atender las necesidades del tiempo hubiera sido necesa- la corrección de abusos y la introducción de reformas. El
ria una evangelización del pueblo que estuviera sustentada sentido analítico revolucionario implica una fantasía crea-
en el testimonio de pobreza y tuviera raíces evangélicas, y dora para proyectar y vivir algo todavía no ensayado. Fran-
no en la reiteración de la doctrina común, elaborada por el cisco, revolucionario, comenzó a hacer su propio camino;
poder religioso imperante. Sólo así se salvaguardaría una cre- él mismo confiesa en su Testamento:" ... nadie me enseñaba
dibilidad mínima y se elaboraría un sentido religioso adecua- lo que debía hacer". Pero lo que hace; representa, por un la-
do para la situación 1 5. do, una radical crítica a las fuerzas dominantes d~l tiempo,
En este contexto se deben entender los movimientos re- 'y, por otro, una vigorosa respuesta a las exigencias de la si-
ligiosos del tiempo inmediatamente anterior a san Francisco, tuación.
de los valdenses, albigenses, cátaros, pobres de Lyon, humi- Visto a partir del sistema que define lo que es posible y
llados, etc. La gran mayoría de los integrantes de estos gru- lo que no lo es, lo que es sensato y lo que no lo es, el camino
pos eran laicos (al margen del poder sagrado); surgidos de de Francisco aparece como una locura. El Poverello tiene
los medios pobres, hablan el lenguaje popular (no el oficial, una conciencia clara de todo esto. Reconoce literalme'nte:
el latín); provienen de las ciudades y presentan una respues- "El Señor me· dijo que él quería que yo fuera un nuevo loco
ta. a las exigencias religiosas y sociales de la época. Articulan en el mundo" 17. Pero esta "locura" funda una nueva forma de
una temática incisiva para la situación: llevar una vida evan- convivencia, abre la posibilidad de un mundo nuevo. Y esto
gélica y apostólica que se traducía en la predicación apostó- es lo que el Fratello propició efectivamente.
lica y en la vivencia de la pobreza. No sólo los hombres, lai- Frente al sistema feudal centrado en los "mayores", Fran-
cos y clérigos, sino también numerosas mujeres se lanzaban cisco se presenta como "menor" y quiere que su Orden se lla-
a predicar y vivir una vida evangélica y apostólica 1 6. me de los hermanos menores, sujetos a toda humana criatu-
En este contexto hay que situar la práctica de san Fran- ra. Frente a la burguesía, organizada sobre el eje de la rique-
cisco. No se presenta como un agente del sistema del tiempo, za, Francisco propone el ideal de pobreza radical y de renun-
cia total al uso del dinero. Frente a la Iglesia del tiempo,
14 J. LORTZ, Geschichte der Kirche in ideengeschichtlicher Betrachtung, bajo la hegemonía del sacerdotium, Francisco se presenta
Bd. I, Münster 1965, pp. 328-336. como laico; y aun siendo diácono más tarde, no está ligado
15 Cf. K. L. LITILE, Evangelical Poverty, the New Money Economy and a ningún beneficio.
Violence, en D. FLOOD, Poverty in the Middle Ages, Werl/West. 1975,
pp. 11-26. 17
16
LP 18 ; ·EP 119; Et dixit mihi Dominus, quod volebat quod ego essem no-
H. GRUNDMANN, Religiose Bewegungen, op. cit., p. 508 s. vellus pazzus in mundo.
136 137
Se presenta como un hombre liberado de las ataduras do, de alguna manera se sustraen tambi én al régimen feudal :
de los distintos sistemas. Esta conciencia se manifiesta en la se proponen no llevar armas de ninguna especie y se niegan
disputa con su padre, que acudió a los cónsules de Asís pa- a prestar juramento, y entrar así en el orden jerárquico feu -
ra que obligaran a Francisco a restituir el dinero que había dal 21 . Por medio de sucesivas Bulas, los papas Honorio III
distribuido entre los pobres. Lo instan a comparecer ante (en 1221 y 1226) y Gregorio IX (1227), defienden a los miem-
ellos. Por toda respuesta, Francisco dice: " .. . por gracia de bros de la Orden Tercera contra las persecuciones de los po -
Dios soy libre (iam factum liberum), y no estoy obligado a destá de varias ciudades porque salían del orden feudal2 2.
obedecer a los cónsules, pues soy siervo del Dios altísimo". Más importante que liberarse de la organización social
Y los cónsules le dijeron a su padre: " ... puesto que tu hijo de aquel tiempo era liberarse para una nueva forma de socia-
está al servicio de Dios, no nos corresponde juzgarlo (de po- bilidad. Francisco funda una fraternidad verdaderamente
tes tate nostra exivit)" 18. Esta salida del poder es una forma utópica 23, basada en la radical igualdad de todos: " ... ningu-
de liberación de Francisco. En la propia constitución del gru- no de los hermanos tenga la potestad o dominio, y menos
po inicial se advierte esta voluntad de liberación del conjun- entre ellos ... , sino que quien quisiere ser mayor sea su minis-
to de las relaciones sociales del tiempo. De los 13 hermanos tro y servidor" 24. Quien asuma una función de coordinación
que integran ese grupo, seis provienen de la aristocracia, dos debe comportarse como una madre; revoluciona la relación
son doctores por la Universidad de Bolonia, cuatro son "bo- de los súbditos con los ministros: los súbditos pueden hablar
ni viri" (personas formadas jurídicamente y capacitadas para "como señores a sus siervos, pues así debe ser, que los mi-
ser jueces), uno es sacerdote, otro jurista y miembro del ca- nistros sean servidores de todos los hermanos" 25 . Trata a sus
bildo catedralicio, tres provienen de clases humildes, dos de hermanos como caballeros de la Tabla Redonda 26, para re-
origen desconocido, y el propio Francisco pertenecía a la presentar plásticamente la igualdad entre todos. La obedien-
burguesía comercial emergente 19 . cia se inscribe dentro del mismo espíritu de fraternidad:" .. . los
Todos hacen una opción radical por los pobres y por hermanos deben ayudarse unos a otros espiritualmente" 27•
Cristo pobre, renunciando de antemano a integrar la nueva
sociedad que está naciendo. Antes de recurrir a la limosna, '
21
Se trata de las .determinaciones 16 y 18 del Propositum.
trabajan en las leproserías, como empleados domésticos o en 22 Ver el munucioso estudio de A. ROTZETTER, Kreuzzugskritik und Ableh-
el campo. Aun como mendicantes se atienen a lo estricta- nung der Feudalordnung in der Gefolgschaft des Franziskus van Assisi,
mente necesario. Francisco decía de sí mismo: "Nunca fui en Wissenschaft und Weisheit 35 (1972), pp. 121-137, aquí 136.
un ladrón de limosnas, recibiéndolas o empleándolas en más 23 A. ROTZETTER, Der utopische Entwurf der franziskanischen Gemeins -
de lo que la necesidad lo exigía. Siempre me he contentado chaft, en Wissenschaft und Weisheit 37 (1974), pp. 159-169; D . CERVE-
con recibir menos de lo que se me ofrecía, para que otros RA, Ensayo sobre la actualidad de Francisco de Asís, en Verdad y Vida
34 (1976) , pp. 386-410. .
pobres no quedaran privados de su parte; obrar de otra ma- 24 IR 5; 22.
nera sería hurto" 2 º. 2 s Adm 4; 2CtaF.
El grupo de penitentes laicos (Orden Tercera), bajo la 26 EP 72.
inspiración de san Francisco, aun permaneciendo en el mun- 27 IR 5. Hay tres niveles de -obediencia en la compren sión de S. Francisco .
El primero se refiere a las relaciones interpersonales en términos de de-
1 s TC 19; lC 43: permanece indiferente cuando junto a su choza en Rivo seo, voluntad, necesidad del otro que cada uno debe secundar con sensi-
Torto pasa el Emperador Otón , "a pesar del ruido y de la pompa"; sólo bilidad y atención, siendo disponible y servicial al otro (lR 5 y 16) . En
le envía un hermano para recordarle lo fugaz del poder temporal. un segundo nivel la obediencia se refiere a las relaciones de superior y de
19 A. FORTINI , Nuova vita di San Francesco I, Asís 1959, pp. 357-360. súbdito pero con una versión típicamente franciscana: obediente debe
ser el superior con sus súbditos; él es siervo y los demás señores (c. 10).
2 º EP 12.

138 139
Ante las rupturas y falencias de la comunfdad, la medicina bras, la relación en la naturaleza no es primariamente de
está siempre en el espíritu de fraternidad: " ... no turbarse o posesión y pertenencia, sino de con-vivencia y convivialidad .
airarse por el pecado o el mal ejemplo de los otros", "amo- Todos nos pertenecemos mutuamente en una relación de
néstenlo, instrúyanlo y corríjanlo humilde y diligentemente", igualdad y simetría. Si existe algún privilegio en relación
"obren con él como mejor les parezca según Dios" 28. con la universalidad de los bienes, debe ser para los pobres,
Esta fraternidad está siempre abierta hacia afuera. Cuan- los indefensos y los débiles.
do van por el mundo, los hermanos deben comportarse evan- En relación con los pobres, Francisco tiene una visión
gélicamente, viviendo pobremente, anunciando la paz, co- liberadora, evitando el asistencialismo como forma de pre-
miendo lo que les pusieren delante, renunciando a cualquier sencia entre ellos. No señaló a sus seguidores ninguna acti-
forma de violencia, dando a quien les pida29_ vidad apostólica específica. No creó" hospitales, lazaretos u
El salir del mundo (exire de saeculo), como se ve, impli- otras obras asistenciales, porque no veía a los pobres prima-
ca un entrar más profundamente en un mundo nuevo. La for- riamente como objeto de ayuda. Ser pobre como los pobres
ma más explícita de esto es "ir entre los sarracenos y otros está supeditado al estar con los pobres en profunda solida-
infieles" (ire ad sarracenos et alios infideles). El sentido de ridad. Francisco se hace voluntariamente pobre para poder
la misión no es para Francisco, ante todo, convertir a los in- con-vivir con los pobres y formar una comunidad de vida
fieles y expandir la cristiandad, sino vivir el evangelio de la con ellos. Con frecuencia uno de los dos hermanos que sa-
fraternidad universal "sometiéndose a todos los hombres por lían a predicar el Evangelio era un leproso. Vemos aquí en
el Señor, y confesando que son cristianos". Por lo tanto, la acción no una pedagogía para el oprimido, sino una pedago-
vivencia de la fraternidad y del servicio, más allá de las dife- gía del oprimido 31 : es la manera de rescatar el valor del po-
- rencias de religión y de cultura, está más próxima a la verdad bre, su fuerza de evangelización; y de evitar una ayuda que
del Evangelio que su mera aceptación doctrinal. Sólo des- no está al servicio de su creatividad y sus valores.
pués, "cuando vieren que agrada al Señor, -pueden anunciar Ya nos referimos anteriormente a la profunda liberación
la Palabra de Dios" 30. Como se ve, el criterio no es eclesiás- en términos de humanización que implica la solidaridad fí-
tico o de reforzamiento del sistema cristiano, sino teológico: sica con los pobres. El hecho de compartir sus miserias, de-
"agradar a Dios". Esta perspectiva de no violencia hacia los mostrarles afectividad, abrazarlos y besarlos, consolarlos y
sarracenos contraría en su raíz el conocido violentismo de socorrerlos en sus necesidades confiere a la pobreza una dig-
las Cruzadas de la época. · nidad humana imperceptible para el que carece de sensibili-
Esta fraternidad no sería totalmente abierta y liberada dad. En otras palabras, la humanidad negada a los pobres y
si no se abriera hacia abajo, en una verdadera democracia miserables no es anulada, sino que está presente ahí en sig-
cósmica con todas las criaturas. Para ser realmente hermano, nos contradictorios; una vez asumidos estos signos, se rasga
hay que vivir fraternalmente con los pájaros, el fuego, el agua, como un velo, y resplandece cálidamente la humanidad con
la cigarra, el lobo, el gusano de los caminos, tratando a todos su sed de participación, respeto, comunicación, solidaridad,
con respeto y devoción, ternura y compasión. En otras pala- y su impulso de ascensión hacia arriba, más allá de la lucha
por la pura sobrevivencia, en la dirección de la captación de
lo bello, lo justo y lo sagrado. Y entonces se aquilata la ver-
Finalmente, el sentido convencional: la obediencia del súbdito a su supe-
rior que para Francisco es solamente ministro o guardián. dad de aquello que dijo monseñor Helder Cámara, el gran ac-
2s 1 R 5. tualizador de san Francisco en nuestro medio: "Nadie es tan
29 Id. 14.
30 Id. 16.
31 Célebre libro del gran pedagogo brasileño PAULO FREIRE, con el mismo
título Pedagogía del Oprimido, Buenos Aires 1975.
140 141
pobre que no pueda dar, ni tan rico que no pueda recibir". Exige a los hermanos una actitud de paz irrestricta, hasta el
En el dar y el recibir se alimenta y construye la vida huma- punto de recomendarles : "A todo aquel que se les acerqu e,
na en cuanto humana, más allá de las diferencias de clase. sea amigo o enemigo, ladrón o salteador, recíbanlo co n bon -
En el dar y recibir compartidos, el pobre siente que su propia dad" 3 7_ En una sociedad turbulenta como la de san Francis-
pobreza se humaniza. Y en este contexto adquieren relevan- co, en la que pululaban los bandidos y salteadores entre una
cia la cortesía, "hermana de la caridad y una de las cualida- y otra ciudad , semejante actitud n o podía d ejar de parecer
des de Dios" 32, la disponibilidad, el servicio humilde y la pro- audaz y revolucionaria. Más aún : "La paz que anuncian de
funda com-pasión y ternura de Francisco con los más necesi- palabra, deben tenerla antes en sus corazones. Que nadie sea
tados. Son formas de comunicación que humanizan y libe- provocado por vosotros a la ira o al escándalo, sino que to-
ran. dos, por vuestra mansedumbre , sean llevados a la paz, a la be-
nignidad y a la concordia. Pues para esto han sido llamados" 38.
2.2. Francisco: hombre liberador Lo que se pide, por tanto, es que los hermanos sean ac-
tores de liberación de las rupturas y odios entre los hom-
Uno de los valores globales vividos por Francisco, junto bres. Francisco mismo se tomó muy en serio esta misión de
a la pobreza y minoridad, es el de la paz. No pasa ingenua- mediador, es decir, se comprometió con la paz como un au-
mente por el mundo; sabe que él constituye la regio dissimi- téntico liberador, en Perusa, Bolonia, Arezzo, Sienna y Asís.
litudinis 33 y que detrás de las diferencias se camuflan las in- En Perusa solicita a los caballeros, que se entrenaban para
justicias y las violencias. Especialmente, la propiedad mantie- combatir a la vecina ciudad, que "sean más bondadosos con
ne estrechas vinculaciones con la violencia o la pérdida de sus vecinos" 39, pero en vano. En Bolonia se empeña por lle-
paz y tranquilidad del corazón. El obispo Guido juzgó opor- gar a un nuevo tratado de paz 40, superando los odios que di -
tuno advertir a Francisco sobre la dureza de su vida a causa vidían a los ciudadanos. Con el hermano Silvestre consiguió
de la renuncia a toda clase de bienes. Francisco respondió pacificar a la ciudad de Arezzo, "desgarrada por luchas intes-
con realismo: "Señor, si tuviéramos bienes, necesitaríamos tinas" 41 . En Siena pacificó a un grupo de ciudadanos que
armas para defenderlos. Y de ahí surgen los litigios y las con- guerreaban y se mataban entre sí, luego de una exhortación
tiendas que de muchas maneras impiden el amor de Dios y ardiente y persuasiva 42 . Conocida es la reconciliación entre
del prójimo. Por lo tanto, no queremos tener nada propio en el obispo de Asís y el podestá lograda por Francisco. El obis-
este mundo" 34. po había excomulgado al podestá, y éste había prohibido ven-
Siempre que Francisco comienza su predicación invoca der o comprar cualquier cosa al obispo, y hacer contratos
la paz, diciendo: "El Señor os dé paz" 35. El saludo que los con él. Francisco se enteró de lo que estaba sucediendo, y
hermanos llevan por el mundo es "paz y bien". Señala a to- comentó, apenado: "Es una gran vergüenza para nosotros,
da la Orden una verdadera misión de paz (legatio pacis) 36. servidores del Señor, que el obispo y el podestá se odien de

32 Flor 37 ; LM 5, 7.
37 lR 7.
33 L. IRIARTE, Vocación Franciscana, Valencia 1975, p. 171.
38 TC 58.
34 TC 35 . Para este tema ver el estudio profundizado de L. THIER, Der Frie-
39 2C 3 7.
de erwiichst aus der Armut, en Wissenschaft und Weisheit 39 (1976), pp.
108-122; L. ROBINOT, Saint Fram;ois chante le pardon des offenses, eu 40 TOMAS DESPALATO, en San Francisco de Asís, Escritos .. Madr id (BAC)
Evangile aujourd'hui 77 (1973) , pp. 47 -55 . 1978, p. 970.
35 lC 23 . 41 2C 108.
36 TC 39. 42 Flor 11.

142 143
esta manera, sin que nadie se preocupe de pacificarlos". Ya cano. En los escritos del santo se alude a ellos de un a mane-
enfermo de muerte, agregó una estrofa alusiva a esta circuns- ra indirecta, como medida de protegerse contra ellos; nun ca
tancia al Cántico de las Criaturas: "Loado seas, mi Señor, los ataca de frente , pues no quiere destruir posibles puentes
por los que perdonan por tu amor, y soportan las injusticias enfrentándolos armado, de acuerdo con la política de la épo-
y la tribulación. Bienaventurados los que perseveran en la ca47_
paz, porque serán coronados por ti, Señor" 43 . Envió a dos
de sus hermanos al palacio del podestá convocándolo al del Esta misma actitud creadora y promotora de paz la vive
obispo. Y al resto de los hermanos al palacio de éste, para con los animales. Libera a los pájaros enjaulados, a la oveja
que cantaran el Cántico con la estrofa añadida. El obispo y llevada al matadero, y se indigna con quienes maltratan a los
el podestá se encbntraron mientras los hermanos entonaban animales.
el Cántico. Y se reconciliaron, "abrazándose con gran afabi-
lidad y amor" 44_ 2.3. La estrategia liberadora de Francisco
No menos famosa es la mediación de Francisco ante el ¿cuál es la estrategia utilizada por Francisco para libe-
sultán Melek-al-Kamil, con ocasión de la Cruzada 45 . En ju- rar a los hombres de los sentimientos y prácticas que los lle-
nio de 1219 se reúne con los cruzados en Damieta; observa van al odio y a la violencia? Tocamos aquí el punto tal vez
la violencia reinante, e intenta impedir la continuación de la más original de su perspectiva frente a los conflictos sociales
guerra, sin éxito, asistiendo a la completa derrota de los cris- e históricos. Abordaremos el tema refiriéndonos a dos leyen-
tianos46. Pero sus esfuerzos por lograr la paz valieron la pe- das, que como todas, conservan el espíritu mejor que la le-
na. Enseguida, sin ninguna defensa, se presenta a cara descu- tra de los hechos: la de los ladrones de Borgo San Sepolcro 48
bierta ante el ejército musulmán, y es llevado ante el sultán. y la del lobo de Gubbio 49.
El hecho está envuelto en leyendas, pero Francisco causó un En la primera se trata de una pedagogía de conquista
profundo impacto en el sultán gracias a su simpatía, tole- y de liberación. Los ladrones se ocultaban en los bosques sa-
rancia, respeto y amor por la paz. La libertad de los herma- queando los alrededores y asaltándo a los transeúntes. Movi-
nos para poder ir y venir, y custodiar los lugares sagrados dos por el hambre, piden pan en el eremitorio de los herma-
de Palestina está ligada a este gesto pacificador y de no-vio- nos. Conmovidos por su nece~idad, los hermanos los soco-
lencia iniciado por el Fratello. rren, aunque no sin remordimientos : "No sería correcto dar
En relación con los grupos heréticos, también ellos po- limosna a estos ladrones que hacen tanto mal". Presentan la
bres y evangélicos como Francisco, pero contestatarios fren - cuestión a Francisco, que sugiere varios pasos para enfrentar
te a la institucionalidad de una Iglesia poderosa, guerrera y la situación: a) llevar pan y vino de la mejor calidad al bos-
rica, el Poverello se comportó con sumo respeto y discreción. que, y gritar: "Hermanos ladrones, acercaos. Somos vuestros
Estos herejes abundaban en Asís, Espoleta y otras ciudades hermanos, y os traemos un buen vino". Los ladrones se acer-
vecinas, y llegaron hasta infiltrarse en el movimiento francis- can y toman el pan y el vino servido por los hermanos; b) só-
lo entonces les hablarán de Dios, pero no les pidan que aban-
43
Todo el relato con los detalles se encuentra en EP 101. donen su vida de ladrones; sería pedir demasiado, para no
44 Id. !bid. conseguir nada; pedidles lo que efectivamente pueden hacer:
45
lC 57; LM 9, 7-9; LP 77-78; Flor 24. El mejor estudio sobre el tema sigu e
47 Cf. K. ESSER, Franziskus von Assisi und die Katharer seiner Zeit, en
siendo el de l. LEMMENS, De sancto Francisco Christum praedicante
coram Sultana Aegypti, en Archivum Franciscanum Historicum 19 (1926) , Archivum Franciscanum Historicum 51 (1958) , pp. 225-264.
pp. 559-578. •4 s LP 115; EP 66.
46 2C 30. 49 Flor 21.

144 145
cuando roben, no golpeen ni hagan daño a nadie; c) al día consecuencia: malos son los otros, no yo, por eso deben ser
~iguiente, repetirán el mismo rito de aproximación, pero con destruidos. Nadie cuestiona la propia posición por temor a
mejores provisiones, como huevos duros y queso; d) los la- descubrir al lobo malo dentro de sí mismo, conviviendo ten-
drones comen, y se les hace una nueva propuesta: tienen que samente junto a la buena gente. El camino de Francisco es
a bandonar esa vida de sufrimiento y de hambre; a quien le evangélico, camino nuevo que se descubre únicamente cuan-
sirve, Dios le da lo necesario para el cuerpo y la salvación do cada uno se dispone a cambiar de rumbo dirigiéndose
para el alma; e) finalmente, los ladrones se convierten a cau- hacia el otro. El desafío liberador es hacer hombres nuevos
sa de la cordialidad y la bondad de los hermanos, y algunos de las dos clases de lobos. Así procede Francisco, el pobre-
aceptan incorporarse a la fraternidad. impotente y el pobre-desarmado. Toma el camino del lobo.
Como se ve, hay una renuncia explícita a la acusación, No va en representación de los ciudadanos armados, vaco-
a la censura y a la condenación. La estrategia privilegia la mo pobre, como ciudadano del Reino de los cielos, fascina-
bondad, la cordialidad, la paciencia, la confianza en las sa- do por la novedad del Evangelio. Cierra las fauces del lobo
nas energías que se ocultan en cada uno y que pueden ser con el lenguaje de la fraternidad : "Hermano lobo, acércate".
activadas por el cuidado y la comprensión. Esta perspectiva Hace reconocer al lobo su situación de "merecedor de la
presupone la superación de todo fariseísmo y maniqueísmo, horca, ladrón y homicida pésimo". Pero también sabe que
que colocan todo lo bueno de un lado y todo lo malo del "todas estas fechorías las hiciste empujado por el hambre".
otro. Supone que en cada persona hay un posible ladrón y Con la promesa de recibir el alimento necesario, el lobo pro-
en cada ladrón un posible hermano. Y el hermano santo y mete no dañar nunca más a nadie. Convirtió al lobo en her-
bueno que hay dentro del ladrón puede ser rescatado si pro- mano lobo, en un se.r nuevo.
digamos ternura, comprensión y cuidado. Es la estrategia de La estrategia de Francisco con los lobos de la ciudad (los
Francisco, la liberación por la bondad. ciudadanos armados y miedosos) sigue los mismos pasos. No
Esta estructura emerge con mayor claridad en la leyenda les da la razón, sinO que los llama a la conversión : "Volved
del lobo de Gubbio. Más allá de su contenido histórico, a Dios, carísimos, y haced dignos frutos de penitencia de vues-
hay en esta leyenda un interés analógico muy grande 50 . Si tros pecados, y Dios os librará del lobo en el tiempo presen-
observamos bien, no existe el lobo malo por un lado y la gen- te y del fuego del infierno en el venidero".
te buena por el otro. Lo que ocurre, en verdad, es la vigencia De este cambio en unos y otros puede brotar la paz: el
del lobo selvático "grandísimo, terrible y feroz" , como lo pin- lobo de la selva frecuenta la casa de los hombres y los hom-
ta la leyenda, y del otro lobo de la ciudad, armado y lleno bres le dan lo necesario para vivir. Esta paz no es la victoria
de miedo. En otras palabras, se trata de dos actores que se de uno de los bandos, sino la superación de los bandos y los
enfrentan, y cuya única relación es de violencia y mutua des- partidos. Es la paz verdadera, que significa, en una feliz ex-
trucción. ¿cuál es la estrategia de Francisco? Su perspecti- presión de Pablo VI, el "equilibrio del movimiento". Este mo-
va no es forzar una tregua, una especie de equilibrio de fuer- vimiento no se orienta en contra del otro, síno hacia el fon-
zas inspirado por el miedo. Tampoco su estrategia consiste do y hacia adelante; hacia el fondo por la conversión de ca-
en tomar partido por uno u otro bando. Sabe evitar el fari- da uno, hacia adelante, por la creación de una convergencia
seísmo, fácilmente detectable en situaciones de conflicto en que no es una tercera vía, sino el camino nuevo de la frater-
las que cada agente social piensa más o menos así, y obra en nidad y de la paz, que nadie las posee por sí mismo, pero
que todos están convidados a construir.
50 Esta perspectiva fue agudamente percibida por A. BERGAMASCHI ,Saint- Nuevamente el procedimiento propio de Francisco no
Fram; ois y Gubbio, le loup et la lutte des classes, en Eludes Franciscaines reside en exacerbar las contradicciones o hurgar en la di-
15 (1965), pp. 84-92 en el que nos inspiramos en esta exégesis.

146 147
mcnsiún de las sombras de la existencia, allí donde se agaza- "de un corazón franco y noble; los que tuvieron la oportu-
pan los odios, las venganzas y el espíritu de dominación. nidad de experimentar su magnanimidad saben qué genero-
Da un voto de confianza a la capacidad liberadora de la bon- so y liberal fue siempre con todos, cuán firme e impávido
dad, la ternura, la paciencia, la comprensión. "Francisco com- se mostró en todo, y con qué fuerza y vigor menospreció
prende las situaciones. Donde nosotros no vemos casi siem- las cosas del mundo" 57. Todas estas cualidades concretizan
pre si no vicio y maldad, él descubre en el acto una secreta la práctica de una inmensa libertad, origen primera de la
amargura, un fondo de bondad ignorada, en fin, una criatu- fascinación de Francisco.
ra que salvar. Es decir, es un hombre bueno de verdad" 51 . La misma Regla de los hermanos menores expresa la
Para conseguir la paz excluye toda violencia, empeña su soberanía de la libertad; se encuentra en ella un mínimo de
propia persona, como lo hemos visto en varios ejemplos, la ley con un máximo de espiritualidad, un mínimo de organi-
fuerza persuasiva de la palabra, la poesía y la canción. La zación con un máximo de evangelio 58. Cuando, más tarde,
paz no es sólo una meta que hay que alcanzar, sino también algunos hermanos "notables por su ciencia y doctrina" le su-
un método. Por eso, las primeras biografías enfatizan con ra- girieron al Cardenal Hugolino la necesidad de algunas nor-
zón que anunciaba siempre "el evangelio de la paz" 52, que mas y prescripciones para facilitar la organización de la co-
era "un ángel de la paz" 53, comenzando siempre su predica- munidad, Francisco, trémulo, tomó al Cardenal de la mano,
ción con el saludo: "El Señor os dé paz" 54, y que amonesta- lo condujo ante la asamblea de los hermanos, y defendió la
ba a los hermanos, diciendo: "Id y anunciad a los hombres libertad con estas palabras: "Hermanos míos, hermanos míos,
la paz" 55. "Esta paz -comenta Celano- la anunciaba siem- el Señor me mostró el camino de la humildad y simplicidad.
pre sinceramente a hombres y mujeres, a todos los que en- No me habléis de otra regla, ni de la de san Agustín, ni la de
contraba o se acercaban a él. De este modo conseguía fre- san Benito, ni la de san Bernardo. El Señor me dijo que que-
cuentemente con la gracia de Dios que los enemigos de la ría hacer de mí un nuevo loco en el mundo, y no quiere con-
paz ... se convirtieran en hijos de la paz" 56. ducirnos por otro camino sino el de esta sabiduría" 59. El ca-
mino de la simplicidad y la vía de la humildad constituyen
2.4. Francisco: hombre libre el derrotero de la libertad, puesto que implican un proceso
de simplificación, es decir, una liberación de los elementos
De las reflexiones que preceden surge cristalina la di-
superfluos y accesorios y una contracción a lo esencial 60. Pa-
mensión de la libertad en Francisco. El fue, fundamental-
mente, un hombre libre. La frescura de la libertad irradia de ra Francisco, lo esencial es Cristo, y Cristo se encuentra en
sus gestos y de sus palabras. Esta libertad es el fruto de un el Evangelio, que él quiere seguir a la manera de los peque-
ños que imitan a los mayores con simplicidad, de acuerdo
doloroso proceso de liberación. Y la conquista de la libertad
con la manera de entender de cada uno. Esta vida evangé-
revela la madurez de una personalidad que siempre buscó
lica es entendida por Francisco como un "ir por el mundo"
la ascensión y la inmersión en la propia profundidad. Cela- como peregrino y extranjero, sin ninguna estabilidad. Cuan-
no ve ya en el propio nombre - Francisco- la expresión
51
E. LECLERC, Destierro y Ternura, Madrid 1967, p. 17. 57
52
lC 120.
LM pról. l. 58 A. ROTZEITER, Die weltzugewandte Spiritualitiit des Franz von Assis1
53 Id. !bid. eine Provokation für heute, en Diakonia 7 (1976), pp. 30-37 .
54 LM 3, 2. 59 LP 18.
55 LM 3, 7. 6 º Cf. L. IZZO, La semplicitd evangelica nella spiritualitd di S. Fra11c1•srn
56 lC 23. d'Assisi, Roma 1971 , pp. 185-207.

148 149
do Dama Pobreza preguntó a los hermanos dónde moraban, neral de la Orden 65, puesto que "deben desear ante todo el
éstos la condujeron a una montaña. Con un gesto le señala- Espíritu del Señor y su santa operación" 66, y hay que obede-
ron la amplitud del horizonte, y le dijeron: "Señora, éste es cer siempre al Espíritu.
nuestro claustro" 61.
Si, por un lado, Francisco es radical en su opción por la
Como el mundo es ancho, hay lugar para todos y para el pobreza y la simplicidad, por otro es profundamente libre
camino de cada uno en la observancia del Evangelio. Se per- frente a sí mismo y a los otros. Se viste de manera pobrísi-
cibe en Francisco un profundo respeto por cada individuali- ma, y come lo que los demás dejan, pero se mantiene libre
dad, pues cada uno es conducido por el Espíritu del Señor. de toda envidia o fariseísmo interior. Por eso, exhorta a los
Las Reglas (bulada y no bulada) están llenas de expresiones hermanos a "no despreciar ni juzgar a los hombres que vis-
que incitan a la libertad, a la creatividad y al respeto por las ten ropas coloridas y delicadas y toman alimentos y bebidas
decisiones personales: "como te pareciere mejor a ti y a finos, sino que cada uno se juzgue y menosprecie a sí mis-
Dios" 62, "lo que el Señor te inspire", "hazlo con la bendi- mo" 67. De esta manera amonesta a no pensar mal de los ri-
ción de Dios" o "conforme al Evangelio", "de acuerdo con cos, a pesar de la profunda ambigüedad de toda riqueza. De
tu parecer". Por ejemplo, cuando se trata del ingreso en la esta manera, es libre para frecuentar las casas de los pode-
Orden, los candidatos "vendan cuanto poseen, y esfuércense rosos de este mundo, que "le ofrecen y aun le imponen la
por distribuirlo entre los pobres; pero si no lo pudieren ha- hospitalidad", como él mismo dice 68 ; pero, ni aun así, con
cer, basta la buena voluntad. Y guárdense los hermanos y escándalo del cardenal Hugolino 69 , acepta comer con ellos,
sus ministros de tener solicitud por sus cosas temporales, pa- saliendo a comer de limosna, y dejando en claro que su op-
ra que ellos, como les inspirare el Señor dispongan de ellas ción básica es la pobreza; está presente entre los ricos, pe-
con libertad" 63 . Así, se deja a la libre decisión de cada uno ro a partir de los pobres.
remendar o no los hábitos, tener o no los libros necesarios
para la oración litúrgica, tener o no instrumentos de traba- Francisco da las razones de esta libertad frente a todos y
jo, libertad de comer de todo lo que les pusieren delante, li- también frente a los ricos, considerados como señores y her-
bertad para elegir el trabajo siempre que no sea contrario a manos, "porque ellos son hermanos en cuanto criaturas de
la simplicidad de la vida franciscana, libertad de asociar a di- Dios, y son sus señores, en cuanto ayudan a los buenos a ha-
sociar el trabajo del sustento de la vida, libertad de perma- cer ·penitencia, suministrando lo necesario al cuerpo" 70. Co-
necer entre los cristianos o ir entre los infieles, libertad de mo se advertirá, Francisco se sitúa en una dimensión de pro-
elegir la manera de estar presente entre estos últimos, por fundidad, desde la cual las diferencias entre los hombres son
medio del servicio o de la predicación, y muchas otras 64. de segundo o tercer orden, no obstan te su verdad y su peso.
Hay un cordón umbilical de fraternidad entre los hombres
No es de extrañar que, a la luz de esta libertad vivida, que no puede ser cortado: el hecho de permanecer ligados a
Francisco quisiera que el Espíritu Santo fuera el ministro ge- Dios y en las manos del Padre de bondad. Comprender es-

65 2C 193; cf. G. PAGLIARA, Incontro a Dio Amare. Itinerario di spiritua-


61 se 63. litií francescana, Asís 1979, pp. 301-325.
62 66 IR 10.
IR 22; CtaL.
63 2R 2, 7. 67 2R 2.
64
Todos los pasajes fueron recogidos y analizados por A. ROTZETTER, 68 LP 97.
Der franziskanische Mensch zwischen Autoritiit und Freiheit, en Franzis- 69 Id.; cf. 96.
kanische Studien 59 (1977), pp. 97-124, esp. 120-121. 70 LP 95.
150 151
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to es vivir libre de todas las fracturas producidas por la his- IV. San Francisco:
toria y por la voluntad de poder de los hombres, experimen-
tar la unidad con todos más allá de las divisiones, siempre creador de una Iglesia
dolorosas. Más aún, Francisco se muestra hasta tal punto li- popular y pobre
bre que propone convivir alegremente con todas las contra-
dicciones. Al ministro de los hermanos menores que se que-
ja de la enemistad y aun de la violencia de que es víctima, le
responde: "Ama a los que así te tratan, y ni siquiera exijas que
sean mejores cristianos; y si pidieren misericordia, por mu-
chos que hayan sido sus pecados, trátalos con misericordia- CONTRIBUCION DE SAN FRANCISCO
y si no la buscan, pregúntales si no la desean. Y si reinciden A UNA IGLESIA DE LA BASE
una y otra vez en sus pecados, ámalos más que a mí, y com-
padécete siempre de estos hermanos" 71 . Corría el año 1216, en Perusa. Lúgubres acentos grego-
Nuevamente, lo que determina la relación es la bondad rianos surgen de la catedral pontificia. Se interpreta el gra-
y no el espíritu de venganza. No se honra al Creador maldi- ve planctum super Innocentium. Había muerto el papa Ino-
ciendo de las criaturas. Francisco no quiere que se hable de- cencia 111 luego de 18 años de glorioso pontificado. Con él
masiado de las miserias humanas, a fin de que, con nuestras la Iglesia alcanzó el dominium mundi; el sacerdocio sometió,
razones, no lleguemos a ser injustos con Dios 72. por fin, al imperio. El Papa ha llegado a ser el soberano de
La suprema expresión de la libertad de Francisco está todos los reyes y príncipes. La honra, la gloria, el poder, la
contenida en la parábola de la perfecta y verdadera alegría. pompa y el brillo, el triunfo y la riqueza hinchan las velas
Aunque a uno le sucedan las cosas más extraordinarias, o de la barca del Pescador.
aunque sea rechazado de su propia casa, "si tiene paciencia y Nada detiene a la muerte, que señorea toda vanidad. El
permanece imperturbable, en eso consiste la verdadera ale- esquife del Papa yace ante el altar mayor. Cubierto de oro-
gría, la verdadera virtud y salvación del alma" 73• La verda- peles, joyas, oro, plata y todos los símbolos del doble poder
dera libertad se realiza allí donde la persona se autodeter- sagrado y secular. Cardenales y príncipes, monjes y fieles se
mina para convivir con todas las criaturas, independiente- suceden ante el túmulo. Es medianoche. El Papa está solo
mente de su situación, sirviéndolas con cortesía, incluyendo con las tinieblas. Unos ladrones penetran en la catedral, y
a los animales, como lo quería Francisco 74 . en pocos minutos despojan el cadáver de todas sus precio-
A causa de la libertad que conquistó para sí mismo, san sas vestiduras, el oro, la plata y las insignias. Y queda el
Francisco anima todos los verdaderos procesos de liberación cuerpo desnudo, ya casi putrefacto. De hecho, se veri-fica, es
que buscan, a través de una acción solidaria, crear y ampliar decir, se hace verdad lo que él mismo había escrito tan cru-
el espacio de la libertad. damente siendo cardenal "sobre la miseria de la condición
humana".
Un pobrecito, miserable y maloliente se había escondi-
71 Carta a un Ministro.
do en un rincón oscuro de la catedral para velar, rezar y pa-
sar la noche. Lo cuenta la leyenda. Se quitó la túnica des-
72 Cf. L. LAVELLE, Spiritualitafrancescana, Milán 1967, pp. 30-35.
hilachada y sucia, túnica de penitencia que su amigo el pa-
73 La verdadera y perfecta alegría, en San Francisco de Asís. Escritos .., Ma-
drid (BAC) 197 8, pp. 85-86. pa Inocencia 111 le había autorizado a llevar en 1209, cuan-
74 SalVir.
do se presentó ante él con sus compañeros, y cubrió con ella
153
152
el cuerpo desnudo del Papa. Este es él destino de la riqueza
de este mundo, y ésta es la salvación de la pobreza evangé- l. De una Iglesia de clérigos
lica. La primera empobrece, la segunda redime. a una Iglesia pueblo-de-Dios
El futuro cardenal /acabo de Vitry, santo y sabio, cuenta:
"Entré en la iglesia, y pude comprobar a plena fe cuán bre- A partir del siglo IV, con el cambio de rumbo constan-
ve es la engañosa gloria de este mundo". tiniano, toda la Iglesia (comunidad de los fieles con su Jerar-
El pobrecito que todos llamaban con ternura "Povere- quía) es empujada a asumir la conducción política y cultural
llo" nada dijo ni pensó; sólo hizo: se quedó desnudo para de Occidente. En la medida en que la Iglesia se liberaba de
cubrir la desnudez de su amigo. Francisco de Asís, el Santo. esa tarea, sentía más y más la necesidad de un cuerpo de es-
pecialistas que, con cohesión y coherencia, llevase adelante
este desafío histórico impuesto por las exigencias del tiempo.
Este cuerpo de peritos estaba integrado por los clérigos. En
razón de una mayor eficacia histórica, y para hacer frente a
otras necesidades (con el desmantelamiento del imperio ro-
mano, la Iglesia era la única organización universal), se fue
concentrando progresivamente el poder, tanto religioso co-
mo civil, en las manos del clero. A partir del siglo VIII, el
El Concilio Vaticano 11 (1962-1965) significó principal- clero se fue configurando como un cuerpo sociológico que al-
mente un esfuerzo colectivo de codificación de la fe cristiana canzó su pleno dominio con Gregario VII e Inocencia 111,
en respuesta a las exigencias del hombre moderno; es su gran en la época de san Francisco 2 . Así tiene su origen el clerica-
valor teológico. Al mismo tiempo, clausura oficialmente una lismo, que significa la total concentración del poder en ma-
era de la Iglesia, la del régimen de cristiandad, con un tipo nos del clero. El monopoliza la administración de los bienes
característico de presencia cristiana dentro de la sociedad; de la salvación y se transforma en el detentar exclusivo de
ésta es la significación cultural del Concilio. El régimen de la competencia necesaria para la producción y reproducción
cristiandad, como ya lo detallamos anteriormente, se carac- del capital simbólico. Parí pass u, se lleva a cabo una crecien-
teriza por la alianza entre el poder sagrado, corporizado en te desapropiación de los laicos, hasta ser reducidos a una
la Jerarquía, y el poder civil, concentrado en el Estado y en mera masa de fieles, clientes del culto, dispensados de produ-
las clases hegemónicas 1 . El mensaje cristiano se hace presen- cir bienes religiosos 3 • Hasta el propio lenguaje refleja este
te en medio del pueblo a través de la mediación de las insti- proceso de concentración y expropiación: clérigo significará
tuciones eclesiales articuladas con las instituciones estatales letrado e intelectual y laico, iletrado e ignorante 4 .
o controladas por los sectores dominantes de la\sociedad.
Dentro de este modelo, la Iglesia se estructura en torno al Junto a estas prácticas signadas por el clericalismo se
eje del poder sagrado, aliado con el poder civil. elabora la correspondiente justificación teológica (ideológi-

2 Y. CONGAR, L'ecclésiologie du haut moyen-áge, París 1968, p. 97; A. FAI-


VRE, Naissance d'une hiérarchie, París 1977, pp. 411-423.
3 La dinámica de este proceso fue estudiada competentemente, desde el
punto de vista de la sociología de la religión, por P. BOURDIE, A Econo-
mía das Trocas Simbólicas, San Pablo 1947, pp. 27-78, esp. 39 s., y O.
MADURO, Religii'w e Luta de Classes, Petrópolis 1981, pp . 125-136.
1
P. RICHARD, Mort des chrétientés et naissance de l'Eglise, París 1978. 4 En el lenguaje popular se dice: "Es lego en la materia".
154 155
ca) . No se reflexiona ya a partir del Jesús histórico, débil en ren una realidad ontológica propia que los demás cristianos
poder y fuerte en el servicio, dejando la utopía de una comu- no tienen, y, por lo mismo, son substancialmente irreforma-
nidad de hermanos (Mt 23, 8), sino a partir de la unicidad bles.
de Dios, creador del cosmos. Este Dios único es representa- De esta manera, el clericalismo, como práctica histórica
do por la única cabeza del Papa, "Dios visible en la tierra", del poder del clero en la Iglesia y en la sociedad, alcanza su
como decía el papa Gregario II 5• O, en términos cristo lógi- legitimación teórica y su sacralización. Pero no hay que olvi-
cos: la única cabeza invisible del cuerpo de la Iglesia, Cris- dar que este proceso es histórico, es decir, surge un día den-
to, se hace visible en el Papa, cabeza visible de la Iglesia. La tro de una determinada estructura y coyuntura, y que debe
Iglesia se transforma en dominio de la monarchia sancti Pe- ser interpretado correctamente con las categorías de la lógi-
tri. Es la famosa teoría de la cefalización de la Iglesia 6 . De ca del poder y de los mecanismos de la ideología.
una Iglesia-comunión entre pueblo y ministros se-pasa len- El Concilio Vaticano II trató de recuperar el equilibrio
tamente a la comprensión de una Iglesia piramidal ; la Igle- para la comprensión teológica de la distribución del poder en
sia es principalmente el clero, cuya cabeza es el Papa. Antes, la Iglesia 9 • Por eso decíamos que significa, al nivel de la teo-
el sacrificio de la misa era ofrecido por todos los fieles por ría teológica, el fin de la era del clericalismo. Establece ini-
medio del sacerdote (tibi offerunt); ahora el sacerdote ofre- cialmente que la Iglesia es un misterio total, cuyas raíces no
ce solo en nombre y en lugar de los fieles (pro quibus tibi se encuentran en la historia de los hombres, sino en el seno
offerimus). Se introduce definitivamente la distinción de dos de la Santísima Trinidad (ecclesia a Trinitate); es presenta-
clases de cristianos, como se dice en el código de Graciano da como el sacramento universal de la salvación, abarcando
(alrededor de 1140), padre de la canonística católica: los clé- todas las dimensiones de la historia, "desde el justo Abel has-
rigos que han recibido el poder de Cristo y.los laicos que no ta el último elegido". En el tiempo emerge como pueblo de
lo han recibido; los primeros se dedican al servicio divino, Dios en marcha; porque toda la Iglesia es sacramento de Cris-
a la contemplación y a la oración, libres del contagio del to, toda ella representa a Cristo; cada bautizado participa del
mundo; a los segundos, laicos, se les "autoriza a casarse, cul- poder (exusia) de Cristo de enseñar, gobernar y santificar.
tivar la tierra ... defender las propias causas, presentar ofren- Al lado del fundamento cristológico, que origina la estabili-
das en el altar, pagar diezmos, pudiendo así salvarse si, ade- dad de la Iglesia (servicios esenciales), actúa también el fun-
más, evitan el vicio y practican el bien" 7• Se verifica aquí damento pneumatológico, que responde del dinamismo his-
una completa expropiación de los laicos en términos eclesia- tórico de la comunidad eclesial (carisma).
les. Además de esto, se impone la interpretación de que los No obstante este esfuerzo considerable, coexiste en el
ministerios eclesiales, tal como se dan en la Iglesia, son de Vaticano II el principio clerical, cuando se expone la teología
institución divina, p·or voluntad explícita de Cristo 8 , confie- del oficio jerárquico, sin tener coherentemente en cuenta lo
que se había expuesto sobre el pueblo de Dios y la participa-
ción de los fieles en el ministerio de Cristo 10. Pero, al menos,
5 Ver los textos aludidos en Y. CONGAR, L'ecclésiologie, op. cit., p. 389;
Id., Le monothéisme politique et le Dieu Trinité, en Nouvelle Revue Théo-
logique 103 (1981), pp. 3-17 . 9 Especialmente la Lumen Gentium; cf. la mejor colección de estudios so-
6 Id., pp. 81-85; 190-195; 267-271. bre la Iglesia del Vaticano II, con ese mismo título, editada por G. Baraú-
7 C. 7, c. XII, q. l. na, Petrópolis 1965; B. KLOPPENBURG, A Eclesiologia do Vaticano II,
8
Petrópolis 1972.
Para una comprensión teológica de la voluntad fundadora de Jesús y el
lugar de los ministerios dentro de la Iglesia, véase L. BOFF, Eclesiogéne-
'º· A. ACERBI, Due ecclesiologie. Ecclesiologia giuridica ed ecclesiologia di
se, Petrópolis 1977, pp. 47-73, con la bibliografía allí citada. communione nella Lumen Gentium, Bolonia 1975.

157
156
queda abierta una brecha teológica por la que pasa la reno- quía gana de esta forma en concreción histórica y las comu-
vación de las formas de distribución del poder sagrado en la nidades en universalidad. La Iglesia entera está dejando ca-
comunidad eclesial. da vez más de ser clerical; se transforma en una comunidad
En el primer post-Vaticano 11 (1965-1970) se llevó a ca- de fe, esperanza y amor, comunidad organizada con la coor-
bo una extraordinaria dinamización del clero, que comenzó dinación del clero, que se entiende, teológicamente, como un
a despojarse de los signos de poder, a insertarse más profun- servicio al interior de la comunidad, no al margen o sobre
damente en los medios populares, y a vivir su ministerio, no ella, aunando, pero respetando e integrando los carismas que
como una instancia por sobre y al margen de los fieles (sa- el Señor resucitado hace suscitar por su Espíritu para bene-
cerdotes), sino como principio de animación, unidad y ser- ficio de todos 14.
vicio (ministro ordenado). Esta práctica eclesial produjo también su justificación
En el segundo post-Vaticano (1970-1980) se suscita una teológica. Propició una revalorización del caminar de la Igle-
vigorosa renovación en las bases de la Iglesia. Los laicos co- sia a través de los siglos en sus distintas formas de organi-
mienzan a participar activamente en la vida de la Iglesia. El zación, adecuadas a las exigencias de los tiempos, y favoreció
pueblo simple y pobre se organiza en comunidades eclesiales la elaboración de modelos eclesiológicos que iluminan y en-
de base, en las que vive la experiencia de una verdadera ecle- riquecen las prácticas en curso. El clericalismo, en cuanto
siogénesis1 1. Asume la palabra formulando sus oraciones y apropiación de todo poder sagrado en manos de quienes re-
comentando la Sagrada Escritura, ejerce distintos ministerios cibieron el sacramento del Orden, aparece como algo pato-
laicales, se compromete en nombre de la fe en procesos de lógico que debe ser sanado.
promoción y liberación de los oprimidos. Este movimiento En los primeros siglos, prevalecía en la Iglesia lo comu-
consiguió captar, y en algunos casos, literalmente, convertir nitario, la Iglesia de la sacra communio, con una participa-
a religiosos, sacerdotes, obispos y cardenales, que en contac- ción activa y diferenciada de todos los cristianos, incluso en
to con los cristianos de las comunidades, redefinían mejor la elección de los obispos y del Papa 15. Luego, ya en régi-
su servicio ministerial y se sumaban al caminar de una Igle- men de cristiandad, la Iglesia se organizó como sacra po-
sia más evangélica, servicial, comprometida con los pobres, tes tas en torno a categorías de poder, lo que condujo a un
y en dirección, igualmente, de una sociedad más participa- exacerbado desarrollo de la canonística y de la hegemonía
tiva y fraterna 12. distorsionada del clero sobre los fieles. Actualmente se va
Especialmente en América Latina se llegó a una conver- imponiendo la perspectiva Iglesia-Pueblo-de-Dios, alimen-
gencia admirable: las bases reclaman la presencia de la jerar- tado por dos fuentes salvíficas: el Cristo pascual (muerto y
quía y de los religiosos en sus comunidades eclesiales, los resucitado) y el Espíritu Santo. La comunidad cristiana na-
acogen con gran amistad y aprecio religioso, y la jerarquía y ce de la totalidad del acontecimiento salvador: tiene en sus
los religiosos, por su parte, aceptan, apoyan y dinamizan la fundamentos la práctica del Jesús histórico (verba et facta),
creación y extensión de las comunidades de base 1 3. La jerar- su muerte y resurrección, y especialmente, la presencia del
Espíritu Santo. Existe una inmanencia permanente del Resu-
citado y de su Espíritu en el interior de la comunidad. Ella
11
se entiende como espacio histórico-social (sacramento) de
A. RIBEIRO GUIMARAES, Comunidades de Base no Brasil, Petrópolis
1978.
12
C/. H. SALEM, Igreja dos Oprimidos, Río de Janeiro 1981; L. BOFF, O Ca- 14 L. BOFF, Jgreja: Carisma e Poder, Petrópolis 1981.
minhar da lgreja com os Oprimidos, Río de Janeiro 1980.
13
15 Ver todo el número de la revista Concilium 157 (1980), dedicado a la par-
C. BOFF, Comunidade Cristíi - Comunidade Política, Petrópolis 1978. ticipación de la Iglesia local en la elección de los obispos.

158 159
actuación de estos dos principios. Todos se encuentran su- Esta práctica y teoría eclesiológicas no dejan de producir
mergidos en el Resucitado y en el Espíritu. Ellos son los que impases frente a la persistencia de bolsones cleticalistas.
hacen suscitar en la comunidad toda clase de servicios, algu- Aquí y allá permanecen aún relaciones de una estructura cle-
nos más urgentes y de carácter permanente (unidad y con- rical, en la que el jerarca aparece de la mano con el poder,
ducción por parte de la jerarquía en los distintos grados del en las primeras páginas de los diarios, y nunca en medio de
sacramento del Orden), otros más ligados a situaciones y cir- los pobres, como su defensor et procurator, de acuerdo con
cunstancias (diversos carismas) . Estas diferencias se dan en la praxis antigua: organiza la pastoral como si fuera un cali-
el interior de una comunidad de iguales, todos hermanos, fa, manteniendo a los ricos como meros auxiliares del clero.
todos enviados a dar testimonio, todos responsables de la Y así se corre el riesgo de un paralelismo de vidas eclesiales
doctrina y santidad de la Iglesia, todos respetuosos de las dis- y de rupturas de la unidad, cuando no de una pura y simple
tintas manifestaciones del Espíritu, sin dañar la unidad. represión de la Iglesia que nace de la fe del pueblo.
Esta Iglesia que se deja orientar por el Espíritu y por la Donde se dé esta situación, es necesario enfrentarla con
fuerza estructuradora del carisma 16 no puede endurecer sus las armas del Evangelio, y no reproduciendo los esquemas
propios límites; estos son flexibles, pues la realidad de la Igle- clericalistas con el recurso fácil del poder simbólico. Es im-
sia se concretiza más allá de su propia conciencia, especial- portante, como se hace con frecuencia en las propias bases,
mente en la situación de los pobres. Objetivamente, y al mar- comprender tales razones: revelarlas dentro del Espíritu de
gen de su situación moral o religiosa, estos, por el simple he- las bienaventuranzas, sin romper nunca con el Pastor, aun
cho de ser pobres, se constituyen en sacramentos de una pre- cuando los grupos, en el ejercicio de la profecía, que tiene
sencia privilegiada de Cristo (Mt 25, 31-46), como juez esca- su legitimidad en la Iglesia, se sientan en el deber de denun-
tológico, que juzga a cada uno en conformidad con el amor ciar la prepotencia y el abuso de poder. Más importante,
que libera de la pobreza o se cierra a su llamado. "Donde es- sin embargo, es continuar trabajando positivamente en la edi-
tá Cristo, está su Iglesia", rezaba un antiguo adagio. Es decir, ficación de una Iglesia cada vez más fraterna, más referida
si Cristo está en los pobres, como lo está, entonces allí hay al Evangelio y más comprometida con el mundo de los po-
una realización de la Iglesia que no depende de la fe de los bres y con la causa de la justicia.
pobres ni de la organización jerárquica. La comunidad, que
nace de la fe en Cristo y en el Espíritu (Iglesia de la resu-
rrección), debe acoger y estar en comunión con la Iglesia que
se realiza en los pobres (Iglesia de la crucificación). Y esta
comunión sólo puede ser verdadera si obedece al llamado 2. Francisco:
de Cristo en relación con lós pobres: "Estaba desnudo, esta- obediente a la Iglesia de los Papas
ba hambriento, estaba encarcelado y me liberasteis, me sa- y creador de una Iglesia popular
ciasteis, me vestisteis" 1 7 . Por primera vez en la historia, los
pobres alcanzan un valor eclesiológico, y no sólo caritativo.
En este contexto de preocupaciones es útil interrogar a
la experiencia eclesial de san Francisco, para aprender la
lección de libertad evangélica, y al mismo tiempo, de fideli-
16 G. H~SENHÜTIL, Charisma Ordnungsprinzip der Kirche, Friburgo-Ba- dad que él nos dejó 18. Encontramos en Francisco, coexistien-
silea-Viena 1969.
17 J. DE SANTA ANA, A lgreja e o Desafio dos Pobres, Petrópolis 1980,
pp. 133-149; J. MOLTMANN, La Iglesia, fuerza del Espíritu, Salamanca 18 Sobre el tema existe abundante bibliografía, como se puede ver en Co lll'C
1978, pp. 157-161. tanea Franciscana XIII (1964-1973), pp. 841-844; ver especialmente K

160 161
do con gran tensión y equilibrio, el in-conformismo con la nivel, y así hacer imposible aquella coexistencia de polos que
obediencia, la aceptación de la Iglesia de los clérigos con hace la riqueza de la personalidad espiritual de san Francis-
una valerosa ampliación del espacio de los laicos, el respeto co. El fue mucho más que un contestador y un in-conformis-
por la piedad litúrgica oficial con la creatividad de una cul- ta: fue un revolucionario radical y, al mismo tiempo, vivió
tura religiosa popular. la obediencia de una manera heroica, como una forma de
La concomitancia de estos polos de no fácil articulación despojamiento total para con la Iglesia institucional.
permitió dos corrientes de interpretación de la actitud de
Francisco. La primera, inaugurada por el gran franciscanista 2.1. No-conformismo y obediencia
francés, el pastor Paul Sabatier 19, enfatiza la contestación del
Poverello a la Iglesia de su tiempó y su paulatina domesti- Hay dos niveles de experiencia-de Iglesia que conviene
cación por parte de la curia romana hasta la total absorción tener en cuenta. En primer lugar, la Iglesia es una realidad
en los cuadros de la oficialidad clerical. La segunda sustenta dentro de la cual nos hallamos. Recibimos la fe, los sacra-
la absoluta obediencia del Poverello a la sancta mater Eccle- mentos, los hábitos cristianos, junto con la leche materna.
sia romana, pues fue un vir totus catholicus et apostolicus, Ella integra la estructura del nosotros, y de esta manera en-
negando a la tesis de un conflicto entre Francisco y la Curia tra en la constitución de nuestra propia identidad espiritual
romana cualquier apoyo en los escritos del santo o en las bio- y religiosa. No es, por tanto, una realidad exterior, antes y
grafías del siglo XIII; toda la vida y la acción de Francisco por encima de nosotros. En esta perspectiva, se presenta como
se encaminaron al servicio de la Iglesia y por la Iglesia, cons- organismo de vida y como carisma, como evangelio y utopía
tituyendo la eclesialidad una característica esencial de la no- que alimentan nuestros sueños y nuestras vidas.
vedad franciscana20_ En segundo lugar, la Iglesia emerge como una realidad
Reconozcamos que las dos tendencias tienen buenas ra- que nos sobrepasa por todas partes; es anterior a nosotros,
zones, y afirman verdades innegables. Pero importa determi- tiene una institucionalidad secular, está frente a nosotros y
nar a qué nivel cada una de ellas es verdadera. No se tra- se impone objetivamente como algo fuera y por encima de
ta de un fácil irenismo, sino de no situarlo todo a un mismo nosotros. Es la Iglesia como organización religiosa y como
institución también de características clericales. En su di-
mensión histórica se identifica con una serie de opciones,
ESSER, "Sancta Mater Ecclesia Romana. La piedad eclesial de S. Francis-
posee un determinado perfil institucional, en este caso carac-
co", en Temas Espirituales, Oñate 1980, pp . 139-188; O . SCHMUCKI, terizado por la centralización del poder sagrado, elabora cier-
Franziskus von Assisi erfiirt Kirche in seiner Brüderschaft, en Franzis- to tipo de autoconciencia doctrinal, moral y canónica, en una
kanische Studien 58 (1976) , pp. 1-26; A. ROTZETIER, Die Funktion der palabra, aparece como un cuerpo histórico al lado de otros
franziskanischen Bewegung in der Kirche, Tau-Verlag Schmyz/ Achweiz cuerpos históricos.
1977 ; E. BENZ, Ecclesia spiritualis Kirchenidee und Geschichtstheo-
logie der franziskanischen Reforma/ion, Stuttgart 1934. Estas dos experiencias de Iglesia conviven dentro de ca-
19 Su Vie de Saint Fram;ois, París 1893, constituye, a pesar de todas las crí- da uno de los fieles, predominando una u otra, sin reducir-
ticas, una de las más brillantes biografías del Poverello. se, sin embargo, la una a la otra. En Francisco se realiza una
20 Así. K. ESSER, en Temas espirituales, l. c. ; para toda esta cuestión ver expansión inaudita de la primera experiencia; por él habla
los minuciosos estudios de K. SELGE, Franz von Assisi un die romische el carisma de la radicalidad evangélica con una frescura ma-
Kurie, en Zeitschrift f. Theologie und Kirche 67 (1970) , pp. 129-161 ; del
mismo autor, Franz von Assisi und Hugolino von Ostia, en San Frances - tinal y un vigor estival. Los ideales que la Iglesia anuncia
co nella ricerca historica degli ultimi ottanta anni (Convegni del Centro en su predicación y celebra en sus acciones litúrgicas son
di studi sulla spiritualitii medievale, 13-16 de octubre de 1968), Todi 1971, percibidos por Francisco como algo que está dirigido direc-
pp. 157-222.

162 163
tamente a él. Las biografías de la época insisten en este ti- ¿cómo se comporta Francisco? Surge no del centro del
po de actitud de Francisco. No oye el Evangelio en sí mis- poder, sino de la periferia. Inicia su movimiento en una pe-
mo, sino en el contexto eclesial. No ve la Iglesia como algo queña Iglesia, la Porciúncula, que por sí misma constituye un
exterior a él, sino como la atmósfera que respira. En este ni- símbolo, pues "es la más pobre de las iglesias de todo el terri-
vel experiencia! no existe la menor sombra de no-conformis- torio de Asís" 24. Es en la periferia en donde el poder no cons-
mo en Francisco. tituye el parámetro estructurador y el principio de control de
¿cómo se sitúa el carismático _santo de Asís frente a la todo, donde la vida aflora en toda su exuberancia y como
poderosa institucionalidad de la Iglesia de su tiempo? En un desafío, donde están los pobres y los que esperan y viven
tiempos de san Francisco, bajó el pontificado de Inocencio al margen de toda organización, y en la periferia se encuen-
111 21, la Iglesia alcanzará el supremo grado de seculariza- tra el humus necesario para la creatividad y para la emergen-
ción, con intereses explícitos de dominación del mundo. Era, cia de lo nuevo y todavía no ensayado. Y precisamente ha-
por excelencia, la Iglesia del Imperium, de los grandes seño- cia la periferia se desplaza Francisco. Y desde la periferia
res feudales. Más de la mitad de todas las tierras de Europa comienza a dirigirse al centro, llamando a todos a la conver-
constituían beneficios eclesiásticos. La vida monacal se feu- sión. En la periferia es donde se engendran los grandes pro-
dalizó ampliamente; ser monje no era entrar in patibus pau- fetas, nacen los movimientos reformadores y donde florece
perum, sino en el sistema de poder, de tierras y bienes. Lo el Espíritu. La periferia posee un privilegio teológico, puesto
que caracteriza a los monjes no es la peregrinatio evangelii que en ella nació el hijo de Dios.
sino la stabilitas loci 22. No es de extrañar, pues, que la Igle- Francisco vive la antítesis del proyecto dominante de la
sia estuviera más ocupada en defender y administrar los pro- Iglesia. El modelo feudal de cristianismo, especialmente a
pios bienes que en evangelizar a la nueva clase emergente partir de Gregorio VII, se articuló en tomo a los dos polos
de los artesanos y mercaderes de los burgos. El vacío de evan- del sacerdocio y del imperio, que estaban en las manos del
gelización posibilitó el surgimiento de movimientos religio- Papa y de los obispos. La institucionalidad de la Iglesia al-
sos de profundo contenido evangélico, impulsados por nume- canza el auge del poder sagrado y profano, y lucha para con-
rosos laicos, profetas populares y místicos arrebatados. Por solidarlo, extenderlo, profundizarlo y consagrarlo con la ben-
la incomprensión de los obispos locales, de la Curia romana dición de Dios y de Cristo como garantía. Nunca en toda la
y de varios Papas y Concilios (II y III de Letrán) no se acer- historia de la Iglesia fue buscado el poder con tanta ansie-
tó a canalizar la fuerza de este fermento renovador para la dad y eficacia. La Iglesia clerical se siente heredera de las
vida de la Iglesia; la mayor parte de ellos acabaron siendo ex- promesas y· de la gloria del Imperio romano (Donatio Cons-
comulgados o fueron liquidados, vergonzosamente para ta tantini). Por el contrario, · Francisco vive el proyecto de la
historia de la Iglesia, por las cruzadas promovidas contra locura, el camino del seguimiento de Cristo crucificado en
ellos 23 . absoluta pobreza y simplicidad. No es una Iglesia de seño-
res y maiores la que lo seduce, sino una Iglesia de siervos,
de minores. Su Orden se llamará de los "hermanos meno-
res" 25, sin poder alguno sobre sí mismos, y mucho menos so-
21 M. MACCARRONE, San Francesco e la Chiesa di Innocenzo III, en
bre los otros 26; todo lo que signifique poder debe ser negado
Aproccio storico-critico alle Fonti Francescane, Roma 1979, pp. 31-43 .
22 Cf. l. SILVEIRA, Siío Francisco e a burguesía, en Nosso Irmiío Francisco 24 LP 56.
de Assis, Petrópolis 1957 pp. 11-47, esp . 17-20.
Cf. H. GRUNDMANN Religiose Bewegungen im Mittelalter, Hildesheim
2s EP 26.
23
1961, pp. 10-11; 50-69.
26 lR 6.

164 165
al grupo, hasta el punto de que en la Regla no bulada se pres- toriador Eduardo Hoornaert 31 llama la atención contra el
cribe la exclusión de trabajos que impliquen puestos de man- error de perspectiva de considerar a Francisco como un hom-
do, como "tesoreros, capataces, administradores en las casas bre de Iglesia, es decir, un clérigo con influjo entre el pueblo.
en las que sirven" 27. Acertadamente dice Joseph Ratzinger: Aun hoy su figura sintoniza con la cultura popular casi en
"El no de Francisco a aquel tipo de Iglesia no podía ser más todas partes, especialmente en el Brasil, del norte y noroes-
radical, es lo que llamaríamos una protesta profética" 28. Al te, donde penetró muy hondo en el alma popular32, en su
Evangelio del poder, Francisco opone el poder del Evange- cultura folclórica y en el artesanado.
lio. Nunca toleró que sus hermanos asumieran prelacías o Francisco vivió igualmente la antítesis de la vida religio-
cargos en la Iglesia: " ... su vocación es permanecer abajo, si- sa monacal del tiempo. Esta vida se caracterizaba por la es-
guiendo las huellas de Cristo; si queréis (dice a un obispo) tabilidad del lugar y por la autonomía; a partir de la reforma
que produzcan fruto en la Iglesia de Dios, conservadlos en de Cluny los monjes ya no hacían trabajos pesados en el
el estado de su vocación, manteniéndolos en puestos humil- campo; se transformaron en señores feudales que tenían sus
des, aun contra su voluntad" 29. colonos, cobraban diezmos, las rentas de las granjas, de los
Francisco vivió también la antítesis del clericalismo. No molinos, y los tributos de los siervos de la gleba. Todo tenía
debemos perder de vista que fue un laico, y quiso permane- lugar dentro de los muros de los monasterios, pequeña Jeru-
cer como tal para evangelizé;lr a los laicos abandonados pas- salén terrestre, espejo de la celeste. La evangelización se lle-
toralmente, sobre todo los pobres. Si más tarde aceptó ser vaba a cabo desde ese lugar, que era el lugar del poder y la
ordenado diácono fue con el fin de poder predicar con más cultura. Francisco es el iniciaclor de una vida religiosa en me-
libertad, ya que existía una prohibición conciliar ·que desau- dio del pueblo, la celda es el mundo, los hermanqs son todos
torizaba la predicación de los laicos sobre asuntos doctrina- los hombres, principalmente los pobres. Peregrinan de ciu-
Ies30. Nunca fue un agente del sistema clerical. El agudo his- dad en,ciudad, de dos en dos, anunciando un Evangelio sin
glosas ni comentarios pintorescos propios de la exégesis de
la época. Se vive del trabajo de cada día, en pobreza, simpli-
cidad y alegría.
27 Id. 7.
Francisco vive marcadamente la antítesis de la cultura
28 J. RATZINGER, Bemerkungen zur Frage Charismen in der Kirche, en Zeit
Jesu, Friburgo-Basilea-Viena 1970, pp. 258-272, aquí 269. libresca del tiempo. La predicación se hacía en latín, lengua
29 2C 148; una crítica velada contienen los siguientes episodios: después de
que el pueblo entendía muy poco, y acompañada de erudi-
predicar al pueblo, según LP 96, con frecuencia se reunía aparte con los ción y en una forma alegórica que más bien ocultaba y debi-
sacerdotes, "para que no le escucharan los seglares", y los amonestaba so- litaba su fuerza. Francisco anuncia el Evangelio ad litteram.
bre la cura de almas y el cuidado de las sagradas especies; no quiere res-
criptos papales con privilegios (Testamento); se comporta de una manera
totalmente diferente ante el sultán, en contraste con la estrategia de los
cristianos, apoyada en la violencia; según 2C 73, convidado por el carde- en "Escritos y biografías de san Francisco", BAC, 1978, 1973; los primeros
nal Hugolino, y ante una mesa bien abastecida, se levanta y sale a pedir hermanos que fueron a Alemania y a Francia en 1217 fueron acusados
limosna, y sólo después se sienta a la mesa, repartiendo las limosnas en- de albigenses y "herejes de Lombardía": Crónica de Jordán de Giano 4-
5; TC 16.
tre los convidados, mientras dice: "Me complace más una pobre mesa,
31
provista de algunas limosnas, que las bien provistas, en las que el núme- E. HOORNAERT, Origem da "vida religiosa" no Cristianismo, en Pers-
ro de platos son incontables". pectiva Teológica 3 (1971), pp. 223-233, aquí 227-228.
3 ° Cf. R. ZERFASS, Der Streit um die Laienprendigt. Eine pastoral geschich- 32
Para la visita del Papa a la "favela" de Vidigal, en Río de Janeiro, en ju-
tliche Untersuchung zum Verstandnis des Predigtamtes und zu seiner Ent- lio de 1980, se construyó una capillita, y se hizo una encuesta popular
wicklung im 12, und 13. Jahrhundert, Friburgo 1974; se acusaba a Fran- para la elección del santo patrono de la misma. Curiosamente, san Fran-
cisco de "usurpar el oficio de la predicación": ESTEBAN DE BORBON , cisco tuvo la mayoría de los votos, por encima de Cristo y María.

166 167
Si permite el estudio de la Sagrada Escritura es con una con- mente. Haciéndose hermanos menores, desaparecen todas
dición bien precisa: " ... a condición de que no estudien sólo las diferencias de origen; todos, sean presbíteros, nobles,
para saber cómo han de hablar, sino más bien para practicar mercaderes, juristas, burgueses o siervos, integran una frater-
lo que han escuchado, y practicándolo, lo propongan a los nidad de iguales, radicalmente fraterna 36. Y no sólo los hom-
demás para que lo pongan por obra" 33 . Quiere a sus herma- bres son llamados al seguimiento radical del Evangelio; su
nos, no seguidores de esta o aquella escuela, sino "discípu- movimiento está abierto también a las mujeres, quienes, co-
los del Evangelio, que de tal manera progresen en la verdad menzando por Clara e Inés, viven igualmente la radicalidad
que al mismo tiempo crezcan en pureza y simplicidad" 34. El de la pobreza, sin exigir ninguna dote o fundación que garan-
mismo se considera "idiota", es decir, iletrado, con la cultu- tice su sustento. También ellas viven de su trabajo y de la li-
ra indispensable como para poder leer y escribir con dificul- mosna. Frente a la visión jerárquica de la comunidad cris-
tad3~ · tiana, Francisco propone el modelo fraterno a manera de los
Francisco vive también la antítesis del espíritu leguleyo caballeros de la Tabla Redonda.
de su tiempo. Comprometiéndose profundamente con el po- Francisco vive la antítesis del patriarcalismo y monar-
der temporal y el liderazgo histórico, la Iglesia sentía la exi- quismo de la estructura institucional de la Iglesia. La prácti-
gencia del derecho que, estructuralmente, tiene la función de ca del poder llevó a concentrar en manos del clero los me-
ordenar y legitimar en prácticas del poder en curso, en rela- dios de producción religiosa; se elaboró, asimismo, la com-
ción con los otros poderes. En efecto, a partir del siglo XII prensión justificadora adecuada para esta práctica; aquí en-
se desarrolló una rica reflexión canónica que encuentra en traron en juego categorías de antiquísima tradición imperial,
Graciano a su genial codificador. La eclesiología se elabora manejadas por una teología política cuyas raíces se encuen-
desde el derecho, especialmente en torno al Papado y sus tran en Egipto y en el Oriente Medio. El único Dios-Padre
atribuciones. Este derecho canónico, como ya lo apuntamos, es representado por el monarca, padre de su pueblo. Todos
había ordenado el corpus christianorum en dos géneros: por los demás son súbditos, organizados en una jerarquización
un lado, los clérigos, que lo acaparan todo en términos reli- descendente; es el reino de los hijos. No se tematiza la rela-
giosos; por otro, los laicos, totalmente desguarnecidos. Fran- ción de los hijos entre sí, lo que abriría el espacio para la
cisco abre las puertas de su movimiento a todos indistinta- percepción de la fraternidad, sino sólo la relación de los hi-
jos con el único Padre, que genera el patriarcalismo y la con-
cepción de la plenitud del poder en una sola persona. La
33 LM 11, l. Iglesia, calcada en este modelo de monoteísmo político, apa-
3-4 Id. Ibid. rece como una sociedad, en principio, desigual y jerárqui-
35 O. SCHMUCKI, lgnorans et idiota. Das Ausmass der Schulischen Bil-
ca 37_
dung des hl. Franziskus van Assisi, en Studia historico-eclesiastica. Francisco vive otra experiencia de fe, ligada a las fuen~
Festgabe an Prof. G. Spatling, Roma 1977, pp. 282-309. Según este inves- tes más genuinas del Nuevo Testamento. Porque es pobre e
tigador, Francisco estudió, a la edad de 9-10 años, en la Schola Minar,
junto a la iglesia de San Jorge, en los años 1190-1191. Con la ayuda del inerme, y no trata de imponerse a los demás, sino servirlos,
salterio aprendió a leer y a escribir, un poco de aritmética, algunos cán- descubre la radical fraternidad de todos los seres. Dios no
ticos litúrgicos y los elementos básicos de la vida y la doctrina cristiana. deja de ser Padre. Pero este Padre tiene un Hijo unigénito
No superó la etapa de las primeras nociones de lengua latina. Debía es-
forzarse para hablar y escribir en latín. Hablaba y escribía con errores;
también aprendió un poco de francés. No fue un hombre culto, y alimen-
tó su cultura de base con la lectura de la Sagrada Escritura. Los "igno-
36 lR 17.
rans et idiota" eran despreciados. Francisco se empeña en contarse entre 37 E. PETERSON, Der Monotheismus als politisches Problem, en Theolo-
ellos. gische Traktate, Munich 1951, pp. 45-148.

168 169
tura que encuentra. Su declarado amor y su irrestricta obe-
que es su imagen sustancial y único representante. Este Hi- diencia a la Iglesia y al Papa en el exordio de las dos Reglas
jo se encarnó y se mezcló con los hijos adoptivos. Es el gran conservadas y en su Testamento, su veneración por los sacer-
Hermano en medio de sus hermanos. Francisco vive esta ex- dotes, por más pobres e indignos que fueran 41 , no es una re-
periencia de Cristo como hermano 38. De ahí viene el descu- tórica engañosa ni una táctica de despiste de su proyecto di-
brimiento del cordón umbilical que une a todos los hombres ferente. Es profundamente sincero y leal. Pero esta obedien-
entre sí; aflora la conciencia de la Iglesia como fraternidad cia no le impide obedecer también al carisma que Dios hizo
universal. Todos representan al Padre en la medida en que irrumpir en él. Su intuición acerca de la verdad de fe y del
todos son hijos en el Hijo que está en medio de nosotros; Evangelio le permite entender que ninguna configuración
esta representación ya no es monopolizada por nadie, y si de Iglesia agota todo el misterio de la Iglesia. Cada configu-
acaso persiste (como cierta comprensión de los ministerios ración histórica concretiza la fuerza del Evangelio, por eso
eclesiales lo postula) deberá ser vivida en el interior de la debe ser respetada y amada; pero el Evangelio es mayor que
comunidad y de los hermanos y no por encima de ellos. la historia; por eso, evoca la libertad para ir más allá de la
En este contexto de ideas resalta con toda su lógica la concretización eclesial, no contra ella ni a pesar de ella, sino
petición de Francisco: "Que nadie se llame prior entre noso- exactamente más allá de ella. En el lecho de muerte reco-
tros, sino que todos sean llamados indistintamente hermanos mienda lúcidamente "conservar la pobreza y la fidelidad a la
menores, y lávense los pies unos a otros" 39; y a renglón se- Iglesia romana, pero, por encima de las demás disposiciones,
guido, apelando a conocidos textos evangélicos contra el po- la fidelidad al santo Evangelio" 42. El Evangelio es la instan-
der (cf. Mt 20, 25-26; Le 22, 26), deslegitima el principio del cia suprema para toda la Iglesia y para cada uno de los cris-
poder como relación entre los hermanos y con los demás tianos, como para el laico Francisco.
hombres, igualmente hermanos, sustituyéndolo por el princi- Hay, pues, un innegable inconformismo en san Francis-
pio de servicio mutuo 40. Esta experiencia tiene profundas co; su proyecto no está dentro de la institucionalidad del
consecuencias eclesiológicas, puesto que traduce el misterio tiempo; es un proyecto evangélico. Pero él es un hombre del
de la Iglesia en categorías de la práctica de Jesús, y no en las Espíritu como para no darse cuenta de que el Evangelio no
del monarquismo y monoteísmo del Antiguo Testamento y es monopolio de nadie, ni de él, Francisco, ni de la Iglesia
de las teologías políticas del imperialismo antiguo. feudal e imperial. El Evangelio es un fermento que vivifica
Como se ve, estamos frente a un radical no-conformis- permanentemente todo el cuerpo, penetra tanto la instancia
mo de Francisco, pero un no-conformismo práctico, y no de institucional como el momento carismático de la comunidad.
palabra. Francisco no elabora, teóricamente, un modelo al- Superando todo resquicio de fariseísmo, el amor evan-
ternativo de ser cristiano; como "ignorante e idiota", iletra- gélico de Francisco le permite amar a la Iglesia con sus pro-
do, no habiendo pasado · por la escuela del ius canonicum fundas limitaciones, sobre todo en lo que se refiere a la evan-
y de la sacra doctrina, sería incapaz de semejante cosa. Por gelización de los pobres. Este amor no es fácil, ni está libre
eso, no es un contestador a la usanza moderna, porque no de tensiones. En su Testamento, ya próximo a su muerte, po-
parte de una comprensión teórica alternativa de la Iglesia y día confesar: "Nadie me mostrq lo que debía hacer, sino que
de la sociedad, y en función de esto pasa a las prácticas co- el mismo Altísimo me reveló que debía vivir según la forma
rrespondientes. Francisco respeta profundamente la estruc-

38 CtaF 56.
•1 Adm 26; lC 62; 2 C 201.
39 lR 6.
42 LM 15, 5; 2C 216 .
40 Id. 5.
171
170
del santo Evangelio" 43 . Francisco fue un regalo de Dios a su tendrá la Iglesia de Cristo" 47 . Inocencia 111, sensible a las
Iglesia; ella lo recibió no sin aprehensiones, como lo hizo exigencias del tiempo y comprensivo con los movimientos
de una manera exagerada con los movimientos evangélicos pauperísticos, al contrario ·de sus predecesores Alejandro III
anteriores, la mayor parte de ellos, no sin culpa por la infle- y Lucio 111 que los condenaron porque se sentían amenaza-
xibilidad y mundanidad de la Curia romana, condenados y dos por ellos, aprobó el proyecto de Francisco y sus compa-
marginados de la comunidad eclesial 44. "El hecho de que la ñeros en 1209-1210. Esta aprobación no sólo propició la flo-
institución dudara desconfiando y tratando de reducir el ra- ración de una nueva Orden en la Iglesia, sino la recreación
dicalismo original, dice Tadeo Matura, muestra la reacción de de la propia Iglesia en sus bases, especialmente entre los po-
quien se siente amenazado. La aceptación final del evange- bres. Es lo que trataremos de profundizar a continuación.
lismo franciscano por parte de la Iglesia manifiesta, sin em-
bargo, que la contestación y la apelación a la libertad for-
man parte de su ser profundo, y que, lejos de destruirla, la 2.2. Una Iglesia de base con los pobres
renuevan" 45 .
Para entender la eclesiogénesis de Francisco es necesa-
Francisco entendió su vocación como un servicio a la rio tener en cuenta la extraordinaria conciencia que tenía
Iglesia y no como oposición a ella. Creyó oír al propio Cris- de su propia misión. Existe una curiosa paradoja en su vida:
to hablarle en la iglesia de San Damián: "Francisco, vete y por un lado, se presenta como "el menor de todos los servi-
repara mi Iglesia que, como ves, está en ruinas" 46. Vive su dores", como "hombre inútil y criatura indigna del Señor
vocación no para secundar el proyecto eclesial del poder, Dios", que "besa los pies de todos", sometido a "toda huma-
porque esto no sería reparar la Iglesia sino dejarla como es- na criatura", incluyendo a los mismos animales 48; y, por otro
taba. La recreación de la substancia teológica de la Iglesia lado, manifiesta la conciencia de su importancia histórico-
proviene del abrevarse en las fuentes de donde brota la fe salvífica: equipara sus propias palabras con las de Cristo 49,
eclesial, es decir, del Evangelio y el seguimiento de Cristo y tienen también fuerza salvífica (ad salvationem animae
pobre y humilde. Es lo que hizo Francisco de una manera nos trae) 50, serán invocadas en el día del juicio 51 y conserva-
intuitiva. Que la Iglesia entendió este lenguaje lo demuestra, rán su validez hasta el fin del mundo (nunc et semper donec
en la gramática simbólica de los sueños, la actitud de lno- finierit mundus iste) 52; se dirige a todos los cristianos, "a
cencio 111; de acuerdo con la leyenda, el Papa vio en sueños todos los que habitan en el universo mundo", a "todos los
la Iglesia de Letrán, madre y cabeza de todas las iglesias, a podestás, cónsules, jueces y gobernantes del mundo ente-
punto de derrumbarse. Pero, "un religioso, pequeño e insig- ro" 53 ; el Testamento que deja lo entiende en un sentido bí-
nificante, la sosten(a sobre su hombro para que no cayera".
"Ciertamente -dijo- éste es el que con obras y palabras sos-

43 Test 14. 47 2C 17; LM 3, 10; TC 12.


44 Cf. G. VOLPE, Movimenfi religiosi e sette ereticali, Firenze 1977, pp. 81- •s 2CtaF 87; CtaO 4 7; SalVir 17.
87; H. GRUNDMANN, Religlose Bewegungen, op. cit., pp. 50-69; B. M. 49 2CtaF 87.
BOLTON, Tradition and Temerity. Papal Attitudes to Devianls 1159-
1216, en Schism, Heresy and Religious Protest (ed. O. Baker), Cambrid- 50 lR 24.
ge 1972, pp. 79-92. 51 CtaCle 14.
45 El proyecto evangélico de Francisco de Asís, Madrid 1978, p. 32. 52 CtaO 47.
4e 2C 10; LM 2, l. 53 2CtaF 1; CtaA l.

172 173
blico, como una alianza, en la línea de Moisés y de Cristo 54. que acabas de pedirme' ... Gran cosa es que el Señor quiera
Si Francisco no hubiera equilibrado esta hybris religiosa con disponer de un nuevo y pequeño pueblo que no tenga pare-
la constante confesión de su pequeñez e insignificancia, di- cido en su vida y en sus máximas con los que le han prece-
ríamos que se trataba de una seria manifestación patológica. dido, y que se contente con tener tan sólo al mismo Altísi-
Pero la verdad es que nos encontramos frente a un genio mo y glorioso Señor" 5 9_
cristiano de seductora humanidad y fascinante ternura, que Francisco define su movimiento, en consonancia con es-
pone a descubierto lo que hay de más válido en nuestra hu- te texto, con los mismos términos con que definimos a la Igle-
manidad. sia: pequeño rebaño (pusillus grex) y pueblo nuevo (populus
Esta misma paradoja se hace patente también en su ex- novus). De hecho no intentó fundar una Orden con una es-
periencia de Iglesia: por un lado, es fidelísimo a la Iglesia tructuración propia y una misión definida dentro de la Igle-
que encuentra y dentro de la que vive: "fray Francisco pro- sia. Su int~nción primordial era vivir lo que todo bautizado
mete obediencia y reverencia al señor papa Honorio" 55 ; tan- está llamado a realizar: el seguimiento de Jesucristo en una
to como seguir las huellas de Cristo se propone "seguir las existencia orientada por el ethos del Evangelio. El ideal de
huellas veneradas de la santa Iglesia" 56 y pide que "todos los Francisco consiste en querer permanecer en la base (in plano
hermanos sean católicos, y vivan y hablen de acuerdo con la subistere) 60, no en introducir un nuevo cuerpo en la Iglesia
doctrina católica" 57; por otro lado, tiene una nítida concien- al lado de los existentes. Quería vivir el misterio de la Igle-
cia de que fue enviado para recrear la Iglesia de acuerdo con sia, que es el misterio de Jesús pobre y humilde. Pero, fren-
el espíritu del sermón de la montaña y en el sentido de los te a la dinámica e intencionalidad estructural de la Iglesia
pobres. imperial del tiempo, tiene conciencia de la novedad de su es-
El más famoso texto de su eclesiogénesis nos ha sido tilo de vida. Fundando comunidades de pobres, su propósi-
conservado por la Leyenda Perusina y el Espejo de Perfec- to no es dar origen a una ecclesiola dentro de la Ecclesia,
ción; y, según los críticos, tienen un meollo histórico segu- sino dinamizar lo que está llamada a ser la Iglesia en el se-
ro58: "La religión y vida de los hermanos menores es una pe- guimiento de Cristo pobre, es decir, una Iglesia de pobres,
queña grey que el Hijo de Dios ha pedido a su Padre celes- pobre y desnuda. El Sacrum Commercium hace de este pro -
tial en estos últimos tiempos, suplicándole: 'Quisiera, Padre, pósito una de sus tesis centrales; la función de la comunidad
que tuvieras a bien concederme un nuevo y humilde pueblo pobre y fraterna de Francisco es realizar la Iglesia de los po-
en estos últimos tiempos, que por su humildad y pobreza sea bres, que pertenece solamente a Dios porque se despojó de
distinto de cuantos le han precedido, y que tenga por su úni- todos los bienes terrenos (por eso es pobre), y pobre porque
co contento el poseerme a mí solo'. Y el Padre celestial res- se liberó de toda propiedad y vive solamente con lo indis-
pondió a su Hijo muy amado: 'Hijo mío, se ha cumplido lo pensable para una existencia desnuda 61 . Toda la literatura
biográfica antigua está orientada dentro de la tesis de que el
movimiento de Francisco es la manifestación de una Iglesia
54 A. VAN CORSTANJE, Gattes Bund mit den Armen, Werl/West. 1964; renovada, concretada en tres ramas : la de los hombres , la
K. ESSER, Das Testament des heiligen Franziskus van Assisi, Münster de las mujeres y la de los penitentes. No se trata, pues, de
1949; A. ROTZETIER, Die Funktian der franziskanischen Bewegung,
op. cit., pp. 98-104.
55 2R, prólogo.
56 2C 24. 59 LP 101 ; EP 26.
57 lR 19-21. 60 2C 148.
ss O. SCHMUCKI, Franzi5k us van Assisi erfi:ihrt Kirche, op. cit., p. 13. 61 Ver ROTZETTER , Die Funktian .. , op . cit., pp . 177 -182 ; 249.

174 175
crear una nueva Iglesia, que no puede ser creada desde que su interior no autorizan ningún privilegio. Los sacerdotes y
Cristo y el Espíritu la fundaron, sino de configurar una ecle- tos hermanos no clérigos son equiparados en las reglas fran-
siogénesis, es decir, conferir una nueva expresión a la esen- ciscanas. Francisco se resiste a entrar en el esquema clerical
cia cristológica y pneumática de la Iglesia. Y esta expresión, vigente en su tiempo. Todo su movimiento, incluidos quie-
distinta de la de la época, debe ser pobre y humilde. nes hubieran entrado a él siendo sacerdotes, deben ser con-
Francisco entiende las dos expresiones de la Iglesia, rica siderados como una fuerza auxiliar de la Iglesia en la pasto -
y pobre, como dos formas diferentes de manifestación del ral: " ... hemos sido enviados para ayudar a los clérigos (ad
mismo Cristo. En la Iglesia rica está el Cristo que da y ayu- adjutorium clericorum) en la salvación de las almas, para su-
da con sus bienes a los pobres (Christus largiens); en la Igle- plirlos en lo que ellos no pudieran hacer" 64. La posterior cle-
sia pobre está el Cristo que recibe y es socorrido (Christus ricalización de la Orden, hasta el día de hoy, se debe a otros
accipiens). La novedad de Francisco consistió en haber in- motivos distintos de los de Francisco, a su inserción dentro
tuido la necesidad de la Iglesia pobre para la coyuntura' de de la hegemonía clerical de la Iglesia.
su tiempo, caracterizada por la ruptura del sistema feudal, la
emergencia de un nuevo sujeto histórico (la burguesía), con Iglesia que se alimenta de la Palabra
la liberación de los innumerables pobres producidos por los
dos sistemas. Estos pobres necesitaban una evangelización Lo que convoca a la fraternidad es la escucha de la Pa-
específica, una experiencia de Iglesia adecuada a su situación. labra, el seguimiento de Cristo pobre y la solidaridad con
Francisco articuló esta eclesiogénesis. Pero no se cerró sobre los pobres. No es una piedad marcadamente sacramental lo
su propia vivencia de Iglesia, abrazó también y comprendió que más destaca en Francisco. Ciertamente, hay en él un tier-
a la otra manifestación del misterio de la Iglesia. Por eso no amor por la Eucaristía, que prolonga la humildad del mis-
conviven en él dialécticamente las dos fidelidades, la Iglesia terio de la encarnación, visitaba cuanto podía las iglesias y
del señor Papa y la Iglesia de los pobres, ambas integrando comulgaba con asiduidad 65. Pero la novedad, en una Iglesia
el único misterio de la Iglesia. Veamos algunas característi- con un clero relajado, semi ignorante y poco dado a la refle- .
cas de la eclesiogénesis de Francisco: xión evangélica, consiste en su amor por la Palabra de la re-
velación; todos los textos del santo están penetrados por ella.
Iglesia de relaciones fraternas
"La suprema aspiración de Francisco, su más vivo deseo y su
más elevado propósito, era observar en todo y siempre el san-
Ya hemos acentuado varias veces la importancia de la to Evangelio ... En asidua meditación recordaba sus palabras
fraternidad en Francisco. Las relaciones no deben ser jerár- y con agudísima consideración repasaba sus obras" 66. Era
quicas, de distribución desigual del poder, sino absolutamen- bien conocida su profunda meditación en el sentido de la Es-
te fraternas, siendo todos hermanos, aun cuando haya fun- critura, por más que no tuviera una cultura libresca 67 ; es que
ciones diferentes, como se dice en la Regla no bulada: her- veía con el corazón. En sus dudas consultaba el Evangelio;
manos que predican, oran, trabajan, clérigos y laicos62; que toda su predicación no era otra cosa que un anuncio del Evan-
no haya prior, sino ministros y servidores. Esta fraternidad gelio; dividió en varios trozos un único ejemplar del Nue-
que concretiza la Iglesia debe estar abierta a todos indistin-
tamente, aun "al ladrón o bandido, al amigo y al adversa-
rio" 63. Los posibles ministerios que se realizan·o emergen de 64 2c 146; K. ESSER, "Sancta Mater", op. cit., pp. 168-179.
65 La Carta a todos los clérigos está dedicada enteramente a este tema.
62 IR 17. 66 lC 84.
6
' Id. 17. 67 2C 102.

176 177
vo Testamento para que todos los hermanos lo pudieran me- ción de la fe no estaba restringida para él a las celebracio-
ditar; pedía que nadie pisara los papeles tirados por el suelo nes litúrgicas. No rezaba, como los monjes, solo en el inte-
por respeto a las palabras sagradas que pudieran contener, rior de un espacio sagrado; su experiencia de Dios se da en
y los recogía con verdadera veneración y cuidado 68. Como el mundo, en contacto con los hombres, los pobres y la natu-
nuestras comunidades eclesiales de base, así también las fra- raleza. Las distintas oraciones que nos dejó muestran su pro-
ternidades de los primeros hermanos se estructuraban en tor- funda creatividad espiritual. En su predicación, "utilizaba
no a la Palabra y al seguimiento de Cristo pobre. comparaciones materiales y simples .. . y con gestos y expre-
siones ardorosas arrebataba a los oyentes". Los relatos de los
Iglesia de la ayuda mutua biógrafos están llenos del lenguaje de los gestos, vistiéndose
como un pordiosero y pidiendo limosna en francés, hacién-
La fraternidad pobre se apoya no en los bienes, sino en dose llevar con una cuerda al cuello por las calles, por ha-
la mutua caridad, la sensibilidad hacia las necesidades de ber comido un poco de pollo, mientras dice: "Miren a este
unos y otros. En este contexto Francisco introduce un ele- glotón que come carne sin que vosotros lo sepáis" 73, danzan-
mento materno en la comunidad. Cada uno debe ser madre do en traje de peregrino el día de Pascua, poniendo ceniza
para el otro 69, solícito en las urgencias y en las enfermeda- en la comida o esparciéndola sobre su cabeza para dar una
des. Esta ayuda no se reduce a las necesidades materiales, lección de humildad a sus hermanos. Celebra la vida como la
sino que comprende también los problemas interiores. Que liturgia, ya que en todo encuentra vestigios de Dios, de Cris-
los hermanos estén abiertos los unos a los otros confiada- to o de pasajes del Evangelio. El "Cántico del Hermano Sol"
mente, se confiesen los unos con los otros, y se alegren por muestra el sentido nuevo de una oración en contacto con la
el bien que Dios hace en cada uno de ellos 70. Por la predica- vida y sus dramas.
ción y el buen ejemplo todos nos convertimos en esposos,
hermanos y madres de Jesucristo 71 ; aun "mi hermano pobre-
cillo que no recibió en la Iglesia el poder de engendrar hi- Iglesia de religiosidad popular
jos" se convierte en madre porque engendra a la vida a los Identificado con el mundo de los pobres, Francisco asu-
otros con su oración 72. me el universo de representación de los pobres. Este se orga-
niza por medio de la lógica del inconsciente y se expresa por
Iglesia que celebra la vida vía de símbolos. Todo el lenguaje de Francisco está cargado
de una simbología arquetípica. Los misterios de Jesús son re-
Francisco era una persona profundamente sacramental presentados por él de manera plástica, muy del gusto popu-
en el sentido en que creaba intuitivamente gestos y acciones lar. Así, fue él quien introdujo la celebración viva de Navi-
significativas. Su propia concepción de base concerniente al dad por medio del pesebre 7 4, con el heno, el buey y el asno.
seguimiento de Cristo tendía hacia la representación y teatra- Su devoción por la humanidad de Cristo crucificado, ,no ya
lización de la vida y actitudes del Jesús histórico. La celebra- en pie, como un triunfador, sino agonizante, con las seña-
les del sufrimiento y la tortura. El vía-crucis fue promovido
gracias a la presencia de los franciscanos en los lugares san-
68 LP 97; 100.
69 2R 6; IR 9.
70 Adm 7; 17.
71 lCtaF. 73 lC 52.
72 2C 164. 74 Id. 84-87.

178 179
tos de Palestina 75. La devoción a la Inmaculada Virgen Ma- Europa. A los diez años, los hermanos eran ya 3.000, y según
ría, a los ángeles, especialmente san Gabriel, y a todo lo que algunas fuentes, 5.000 79• Los cronistas de la época afirman
estuviere relacionado con la humanidad de Jesús recibió un que llenaban el mundo, y que no había una provincia de la
impulso decisivo de Francisco. La indulgencia de la Porciún- cristiandad en la que no estuvieran presentes 80 . Iban de dos
cula (el perdón de Asís, como también se la ha llamado) es- en dos por villas y ciudades, y pronto llegaron a Francia, Ale-
tá ligada a su tierna devoción por María. Muestra igualmen- mania, Hungría e Inglaterra . Las causas de esta expansión
te una gran creatividad, no obstante su profundo respeto, fueron múltiples, siendo la principal de ellas el impacto de la
con la piedad litúrgica; compone un oficio de la Pasión, pa- figura de Francisco y la respuesta que su mensaje y su estilo
ra que los hermanos lo rezaran con el oficio canónico; hace de vida daba a las perspectivas de su tiempo. Jacobo de Vi-
una glosa del Padre-nuestro; introduce la celebración de la try, un cardenal amigo de los hermanos, dice con precisión:
misa en medio del pueblo, con el privilegio del altar portá- "Esta Orden se extiende con tanta rapidez por toda la tierra
til, que era una novedad para su tiempo 76. Una brisa popu- porque imita con tanta decisión la vida de la Iglesia primiti-
lar, simple, colorida y vigorosa.entra por las ventanas del vie- va y de los apóstoles" 81 . El Chronicon Normanniae está en
jo y secular edificio cristiano del siglo XIII, gracias a la liber- lo cierto al afirmar que la difusión de la fraternidad francis-
tad de Francisco. Esta libertad alcanzó su máxima expresión cana se debió sobre todo "al modo de vida totalmente nue-
cuando, en el lecho de muerte, celebró la última cena de Je- vo" que constituía un gran atractivo para la juventud 82. Pero
sús, como una especie de celebración y alianza: " ... mandó la razón principal está en el espíritu misionero de Francisco
traer pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio a sus discípulos" 77. y de sus primeros compañeros; entendían su vocación como
Comenta Celano que "todo esto lo hizo en memoria de la ce- un mandato divino para una revitalización de la Iglesia. Co-
na del Señor, y para poner de manifiesto el amor que tenía mo ya dijimos, no se entendían como un grupo aparte, sino
por los hermanos" 7 8_ como integrantes de una Iglesia renovada por el soplo evan-
gélico. Por eso, la primitiva comunidad franciscana era esen-
cialmente misionera, como lo es toda la Iglesia.
Iglesia misionera
Es extraordinaria la difusión que alcanzó la primera co- Iglesia, sacramento del Espíritu
munidad en torno a Francisco, aun en su vida, por casi toda
Allí donde florece tanta espontaneidad y creatividad,
donde se invocan actitudes maternales de cuidado y ternura
75 Cf. G. CASAGRANDE, Una devozione moderna: la viacrucis, en Fran- hacia los ·otros, es natural que se viva una presencia fuerte
cescanesimo e societa cittadina, l'esempio di Peruggia, Perusa 1979, pp.
265-288; el iniciador fue el dominico Ricoldo de Monte Croce en 1294; del Espíritu Santo, fuente de toda vida y principio femenino
luego fueron los franciscanos quienes extendieron esta devoción , comen- de salvación 83 . Francisco se presenta como un hombre del
~ando por España.
76 Cf. E. DELARUELLE, S1lint Franfois d'Assise et la pieté populaire," en
San Francesco nella ricerca storica degli ultimi ottanta anni, op. cit., pp. 79 Ver G. WENDELBORN, Franziskus von Assisi, Viena-Colonia-Graz 1979,
125-155; H. HEFELE, Die Bettelorden un das religióse Volksleben Oben- pp. 247-250; K. ES SER, La Orden Franciscana, Orígenes e Ideales, Arán-
und-Mittel-ltaliens im XIII. Jahrhundert, Leipzig-Berlín 1910; A. ROT- zazu 1976, pp. 72-79.
ZETTER, Franz von Assisi zwischen Basis und Hierarchie der Kirche,
so Testimonios recopilados por K. ESSER, op. cit., p. 72.
en Katholische Akademie Augsburg (Akademie Protokolle), Franz von
Assisi -ein Heiliger für unsere Zeit?, Augsburg 1976, pp. ·28-57. 8 1 El texto se encuentra en Cronistas Franciscanos primitivos y otros Do-

77 cumentos franciscanos del siglo XIII, Santiago de Chile 1981, p. 234.


lC 217; LM 15, 5; para toda esta cuestión: K. ESSER, Missarum solem-
nia", en Temas espirituales, op. cit., pp. 227-279. Ml Ver Escritos de san Francisco, (BAC) op. cit., p. 964.

78 2C 217. " L. BOFF, El rostro materno de Dios, op. cit.

180 181
Espíritu por excelencia 84 y su espiritualidad se abreva en las
fuentes más cristalinas del Espíritu 85 . Existe en Francisco un Francisco y se agregaron al movimiento franciscano, com-
doble descubrimiento: la santa humanidad de Jesús y la deci- prometiendo su unidad. Cuanto más se particulariza la Igle-
siva presencia del Espíritu del Señor86. No por nada quería sia más necesita de referencias explícitas al centro de uni-
que el Espíritu Santo fuera el ministro general de la Orden 8 7• dad, el Papa, en orden a asegurar su universalidad. Es lo que
Para Francisco, el Espíritu del Señor produce dos libertades hizo Francisco llevado por su instinto católico. Por eso, dice
fundamentalmente: liberación del hombre viejo, centrado en en la Regla no bulada: "Todos los hermanos sean católicos,
el yo, con sus vicios, su "afán de imponerse a los demás" 88, y vivan y hablen como católicos. Pero si alguno se aparta de
y, &obre todo, liberación para los otros en el amor y el servi- la fe y vida católicas con palabras u obras, sea excluido to-
cio mutuos, en la entrega irrestricta al Padre, en la obedien- talmente de nuestra fraternidad" 90. La obediencia al Papa y
cia a las mociones del mismo Espíritu que obra maravillas. sus sucesores intenta asegurar desde el principio la perspec-
La libertad vivida por Francisco dentro de un profundo sen- tiva universal. La forma casi inquisitorial con que, en el Tes-
tido de adhesión a la sustancia teológica de la Iglesia y la tra- tamento, manda tratar a los hermanos que no se comportah
dición, tiene su origen en su experiencia del Espíritu 89. La como católicos 91 deja entrever la existencia de graves pro-
comunidad es portadora de este Espíritu; por eso, Francisco blemas de ortodoxia en la Orden. Esta referencia a Roma no
respeta fundamentalmente el camino de cada uno y pide a los es sólo jurídica y doctrinaria; tiene también un aspecto afec-
hermanos que se respeten unos a otros a causa del Espíritu. tivo, con la presencia del Cardenal protector de la Orden y
La comunidad eclesial, concretizada en la comunidad fran- con la recitación de las horas canónicas en conformidad con
ciscana, se convertirá así en un sacramento del Espíritu . la capilla del palacio del Papa, en Letrán 92 . Estas manifesta-
ciones de fidelidad no tienen nada de serviles, ya que Fran-
cisco sigue su camino de simplicidad e identificación con los
Iglesia plenamente católica pobres. Pero esta trascendencia hacia el no-mundo no le ha-
La encarnación de la comunidad en medio de los pobres, ce perder el sentido del mundo de la Iglesia institucional,
viviendo el Evangelio en el lugar concreto de los pobres, pue- que es asumido como un dato necesario para el caminar ca-
de convertirse en un riesgo para una dimensión esencial de tólico. Y así, su catolicidad es plena, porque no se limita a
la Iglesia, su catolicidad y universalidad. Por su modo de ser, una mera fidelidad teológica con la presencia de Cristo en el
por sus opciones básicas, los seguidores de Francisco tenían pueblo y en los pobres a quienes sirve y con quienes compar-
.mudio en común con los movimientos populares evangéli- te su fraternidad.
cos de la época, que fueron considerados después como he-
réticos. Estos se sintieron interpelados por la fascinación de

84 J.BRADY, San Francesco, uomo dello Spirito, Vicenza 1978.


85
M. CICCARELLI, 1 capisaldi della spiritualitii francescana, Milán 1955,
pp. 54-60, donde se sitúa al Espíritu Santo como la fuente primera de la
espiritualidad franciscana.
86
Ver los principales textos con sus comentarios en K. ESSER, Os Escritos
de Síio Francisco de Assis, Petrópolis 1979, pp. 228-233.
87 2C 193. 90 IR 19; cf. O. SCHMUCKI, Franziskus van Assisi erfiihrt Kirche, op. cit.,
88 Adm 9. pp. 14-16; 21-23; K. ESSER, La Orden Franciscana ... , op. cit., pp.195-201.
89
Especialmente en la Alabanza a las virtudes, final.
91 Test 31-34.
' 92 IR 3.
182
183
pero radical hasta las últimas consecuencias que fue siempre ,
3. Importancia de la experiencia eclesial le permitió ser obediente a la Iglesia de la tradición y tam-
de Francisco para nuestra eclesiogénesis bién a la Iglesia de los pobres. Aun con signos diferentes, las
dos Iglesias viven la misma voluntad de fidelidad al Evange-
La experiencia eclesial de Francisco es extraordinaria- lio. Francisco no optó por la Iglesia del proyecto imperial de
mente sugestiva para el tiempo en que vivimos. La Iglesia, los Papas feudales ; sino por la Iglesia de los maltratados y
como totalidad, se está desplazando cada vez más del centro últimos. Pero respetó, veneró y consideró también suya a la
a la periferia, progresivamente entra en el mundo de los po- Iglesia de Roma. Nunca la detractó ni permitió que se seña-
bres, hace posible que ellos se sientan también Iglesia, y se laran los defectos y pecados de sus ministros, "porque en
inserta en las particularidades de cada región; así se valori- ellos reconozco al Hijo de Dios y son mis señores. Y lo hago
za la Iglesia local. Este proceso encarnatorio sólo es posible por este motivo: porque en este mundo nada veo corporal-
con mucho coraje evangélico y libertad de Espíritu. Es el ca- mente del mismo Altísimo Hijo de Dios sino su santísimo
so de Francisco de Asís. No tuvo un director espiritual, ni cuerpo y sangre que ellos reciben y sólo ellos administran a
siguió un camino previamente marcado. Su guía fue el Evan- los otros" 94. Su estrategia no era la del dedo en ristre, sino
gelio, su maestro Jesucristo y su inspiración el Espíritu Santo. la de la conquista por la bondad y la radicalidad de la viven-
Obispos, cardenales y Papas se cruzaron en su vida porque cia del Evangelio. Cuando alguien es evangélico, y soporta
eran necesarios para la legitimación de su camino, nunca pa- hasta persecución por parte de la Iglesia en el espíritu de las
ra pedir privilegios o dispensas 93. Se mantuvo libre de los bienaventuranzas, siguiendo unido a ella y amándola ("aun-
libros y distante de las grandes reglas monásticas consagra- que me persiguieren, quiero recurrir a los sacerdotes") 95, en-
das por la historia. Tenía conciencia de la originalidad y el tonces no hay manera de excluirlo de la comunidad eclesial,
riesgo de su empresa. Nunca perdió altura o achicó los ho- como tampoco de impedirle renovar e innovar en la Iglesia.
rizontes; por eso pudo convivir con una Iglesia imperial y, Francisco mantuvo siempre estas dos fidelidades, a los
en algunos aspectos, escandalosa. En ningún momento le ne- pobre·s y a la institucionalidad eclesial; no se desvió ni hacia
gó el monopolio de los bienes de la salvación, como tampo- uno ni hacia el otro polo; por eso pudo significar a los dos:
co la aptitud del cuerpo sacerdotal, por más simoníaco que a los pobres, acercándolos al mensaje del Evangelio, conso-
fuera. Pero no por eso dejó de seguir su camino, que en la lándolos e integrando con ellos comunidades eclesiales; a la
práctica, implicaba producir y distribuir bienes de salvación institucionalidad eclesial, inquietándola desde el Evangelio,
de una manera nueva, dentro de otra distribución del poder y entendiendo su propio carisma como una riqueza de la Igle-
sagrado, en su caso, circular, igualitaria y fraterna. ¿cómo sia, y no suya. '
pudo mantener esta tensión sin ser destruido por ella? Por Siempre que encuentra los caminos de los pobres y en
su espíritu evangélico. ' los caminos a los pobres, se solidariza con ellos, los acoge
La Iglesia lleva dentro de sí misma una permanente ten- como quien acoge a Cristo, la Iglesia realiza su propia esen-
sión: anuncia lo que jamás puede poner en práctica: la uto- cia y se experimenta fiel a su Señor que se hizo pobre en
pía de Cristo del Reino y la radical fraternidad entre los hom- este mundo, y quiso ser servido en ellos, y por ellos salvar
bres. Fueron precisamente estos valores los que vivió Fran- a todos.
cisco. El hombre del Evangelio, sincero, simple e ingenuo,

94 Test 9-11.
93 Ver las bellas reflexiones de A. GEMELLI, San Francesco d'Assisi e la
sua "gente poverella", Milán 1946, pp. 82-83 .
95 Id. Ibid .

185
184
A la luz de la praxis eclesial de Francisco, el caminar de
la Iglesia con los oprimidos mantiene su rumbo, y en este V. San Francisco: la integración
valle de lágrimas de pobres, anuncia y anticipa la tierra pro-
metida.
de lo negativo de la vida
Con su práctica, Francisco demostró que la sustancia
teológica de la Iglesia no se agota ni está pretendidamente
aprisionada dentro de la institucionalidad oficial. La Iglesia
no se realiza solamente a través de ministerios, ritos, cáno- CONTRIBUCION DE SAN FRANCISCO
nes, doctrinas, en una palabra, a través de la institución. Se AL PROCESO DE INDIVIDUACION
realiza también, y principalmente, cuando los hombres se
dejan interpelar por la Palabra de Dios, se reúnen, se descu- Escuché decir a un viejo hermano, razonable y bueno,
bren como hijos de Dios y hermanos entre sí, se comprome-
ten en el seguimiento de Cristo y se ponen al servicio de los perfecto y santo:
demás hombres. Es decir, la Iglesia es también acontecimien- "Si sientes el llamado del Espíritu, atiéndelo y trata de
to. El acontecimiento no tiene la permanencia y la cohesión ser santo con toda tu alma, con todo tu corazón y con todas
de la institución; irrumpe, produce una significación humana tus fuerzas.
y religiosa, y puede desaparecer para aflorar de otra manera Si, no obstante, por fragilidad humana, no consigues ser
y en otro tiempo. El acontecimiento significa la presencia del santo, esfuérzate entonces por ser perfecto con toda tu al-
Espíritu en la comunidad; es la fuerza del carisma que recu- ma, con todo tu corazón, con todas tus fuerzas.
pera el sabor de novedad y transparencia del Evangelio, que Si tampoco consigues ser perfecto, a causa de la vani-
en la forma de la institucionalidad de la Iglesia corre el ries- dad de tu vida, procura ser bueno con toda tu alma, con to-
go de tornarse opaco, tradición y repetición. Porque Francis- do tu corazón y con todas tus fuerz"as.
co abrazó tanto una como otra forma de concretización de
la Iglesia -como institución y como acontecimiento- pudo Si, por las insidias del Maligno, tampoco alcanzas a ser
con justicia ser llamado vir totus catholicus et apostolicus. bueno, entonces trata de ser razonable con toda tu alma, con
todo tu corazón, con todas tus fuerzas.
Si, finalmente, no consigues ser santo, ni perfecto, ni
bueno, ni razonable, a causa de tus pecados, entonces es-
fuérzate por llevar el peso de tus pecados ante Dios y entre-
ga tu vida a la divina misericordia.
Si esto hicieres, sin amargura, con gran humildad y jo-
vialidad de espíritu en razón de la ternura de Dios que ama
a los ingratos y malos, entonces comenzarás a sentir lo que
significa ser razonable, aprenderás lo que es ser bueno, po-
co a poco comenzarás a aspirar a ser perfecto, y, por fin, sus-
pirarás por ser santo.
Si todo esto hicieres, cada día, con toda tu alma, con to-
do tu corazón y con todas tus fuerzas, entonces, te aseguro,
hermano: estarás en el camino de san Francisco, y no esta-
rás lejos del Reino de Dios".
186 187
Dentro de un gran santo convive siempre un gran demo- por un genius especialmente bienhechor 3 . Está vigente en él
nio. Los picachos de la santidad contrastan con los abismos "una fuerza de la naturaleza" polarizada en la comunión e
de la fragi"lidad humana. Las virtudes son eminentes porque identificación con la naturaleza, con los pobres, con el Cru-
las tentaciones vencidas fueron grandes. La santidad no se cificado y con Dios, fuerza que se expande hacia nosotros
recibe como la leche materna. En cada santo se esconde un hasta el día de hoy.
hombre que ha conocido la profundidad de los abismos hu- Por su propia naturaleza, el Eros y el Pathos -por cuan-
manos y el vértigo del pecado, de la desesperación y la nega- to constituyen la energía básica de la vida humana- se ex-
ción de Dios. Luchó con Dios, como Jacob (Gén 23), y salió panden en todas las direcciones. En razón de esto, nos en-
marcado de este combate. Por eso, supone mucha ingenuidad frentamos siempre con una fuerza que se presta tanto para la
y desconocimiento de sí mismo imaginar la vida de un santo, construcción como la destrucción. Puede tomar a las perso-
sonriente, fácil y traslúcida. La santidad es el fruto de una nas, y endemoniarlas, tanto para las más altas expresiones
lucha penosa.
del amor como para las más bajas del odio. Odio y amor son
En el corazón de cada hombre conviven ángeles y de- articulaciones de la misma pasionalidad; es la misma energía
monios; la pasionalidad volcánica se ramifica en toda su te- que actúa en uno y otro, aunque en direcciones distintas.
situra humana; instintos de vida y de muerte dilaceran el in- Freud mostró muy bien que lo que se opone al Pathos es
terior de cada persona; impulsos de ascensión, de comunión la apatía, como la indiferencia se _opone al amor (Eros).
con lo diferente y de entrega conviven con pulsiones de Con razón, Diotima, en el diálogo platónico El Banque-
egoísmo, rechazo y mezquindad. Todo esto tampoco está au- te llama daimon al Eros, es decir, una fuerza que tanto pue-
sente de la vida de los santos. Y si llegaron a ser santos es de ser demonio como ángel, pero que siempre es arrebatado-
porque, sintiendo todo esto, no cedieron a las energías des- ra, como lo constatamos en los artistas, en los apasionados
tructoras, sino que, por el contrario, supieron enfrentarse con y en los santos, o en _los grandes villanos, en los líderes ca-
ellas, no ·anul_ándolas sino canalizándolas en un proyecto de rismáticos fanatizados y en los locos. La coexistencia de es-
bondad. No por nada los santos representan lo que hay de tos polos no puede ser anulada. Por el contrario, puede y de-
más positivo en la raza humana. Nadie puede sustraerse a su be ser canalizada y orientada. Ya hemos reflexionado acerca
fascinación y al secreto desafío que de ellos nos viene. de la función primordial del Lagos (razón o estructura de
Esta situación agónica 1 se manifiesta de una manera significación) : domesticar al daimon, conferirle dirección,
ejemplar en san Francisco, considerado como el primero des- sin pretender encerrarlo en la red de sus canales. Por eso, la
pués del Unico, Jesucristo 2 • A lo largo de nuestra reflexión razón y el proyecto de la libertad tienen que enfrentar a un
hemos dejado en claro que Francisco fue, por obra y gracia adversario que mora dentro de la vida, el otro polo del Eros
del Misterio, un vir desideriorum, es decir, un hombre absor- y del Pathos. Como consecuencia, surgen las tentaciones,
bido por 1a fuerza del deseo, encendido por la vulcanidad del que son las otras posibilidades no realizadas del Eros y del
Eros y del Pathos. Los antiguos, como los modernos, dirían Pathos. Las grandes virtudes vienen acompañadas de terri-
que el Poverello estaba habitado por un poderoso daimon o bles tentaciones. Y esto es así no por interferencias de fuer-
zas extrahumanas, sino a causa de la estructura misma de la
pasionalidad de la vida.
1
La palabra es de origen griego -agon-, y significa lucha.
2
Frase usada por el conocido exegeta Alo a propósito de san Pablo en re-
lación con Cristo, y aplicada a san Francisco por Y. CONGAR, Saint Fran- 3 Véanse las pertinentes reflexiones de ROLLO MAY sobre el amor y lo de-
r;ois d'Assise ou l'Absolu de l'Evangile, en Les voies du úieu vivant, Pa- moníaco en su libro Eros e Repressií.o (Lave and Will, 1969), PetÍ-ópo-
rís 1962, pp~247-264, aquí 264. lis 1972, pp. 136-197 .
1
188 189
Cuando la habilidad del Lagos consigue orientar las ener- sometidas continuamente a control. En el c~istian ismo postr i-
gías sin negarlas, entonces aflora la ternura, la com-pasión dentino (siglo XVI en adelante) predommó este estilo de
y el cuidado que confieren brillo y sabor a la existencia hu- ideal cristiano y de santidad . Es el tributo pagado a la moder-
mana. Pero hay distintos caminos de realización y formas di- nidad bajo el dominio de la razón. El santo c r isti a no es un
ferentes de relación entre el Eros y el Lagos en vistas a la controlador perfecto de to dos sus instir:itos; sigue inflexib le
santidad. un ideal de perfección ; castiga y repnme la pasionalidad
que se opone a las virtudes. Es perfecto, pero tígido, duro, y
a veces, sin corazón. No hay ternura en muchos santos de
la modernidad. Pero sí la impe~abilidad de la l)erfección,
l. El santo: ¿un hombre perfecto conseguida a costa de la humanidad en las actitudes y las
relaciones.
o un hombre integrado?
La estrategia de la integración sigue otro camino. Inten-
ta asumir toda la complejidad del Eros y del PQthos. La fun-
La cuestión sobre la que nos proponemos reflexionar es ción de la razón es nuclear a partir de un centro vivo de una
la siguiente: ¿cuál es la actitud humanamente más adecuada intuición básica todas las demás fuerzas de la pasionalidad
frente a la ambigüedad radical de la pasionalidad humana? humana. No se intenta aplastar nada, sii:io hacer girar como
En otras palabras: ¿cuál es el comportamiento que mejor ha- satélites en torno a un centro todos los impulsos de la vida.
ce crecer en la identidad y amplía más el espacio de la liber- El esfuerzo incide en el equilibrio. No s~ temen las pasio-
tad? Hay dos estrategias que se presentan como idealtypus nes, sino que son enfrentadas con naturah~ad ; se trabaja so-
y que originan dos clases de santos: el perfecto y el integra- bre los dos polos, sin anular nada. Lo negativo asumido pier-
do. Uno sigue el modelo de la canalización y el otro el del de su virulencia y se comporta como una fuerza domestica-
nucleamiento; uno se orienta por figura de la flecha que da. La energía liberada refuerza el polo positivo, objeto de
apunta en una dirección, otro por la figura del círculo que la intencionalidad del santo. El resultado es el perfil de un
engloba e integra. santo, hombre integrado, señor de sus energías, porque las
La estrategia de la canalización significa que el Eros y el sujeta con las riendas; es capaz de ternura Y de gestos hu-
Pathos son asumidos en su fuerza demoníaca sólo en la me- manitarios porque no ha sido endurecido por la racionalidad
dida en que secundan un proyecto elaborado por la razón. y et control. Como reconoce Rollo May: "Ser capaz de sen-
Existe el riesgo, aunque no sea fatal, de que dimensiones tir y vivir la capacidad para un amor tierno exige una con-
que no entran en los moldes de lo que llamamos perfección frontación con lo demoníaco. Ambas cosas parecen opues-
sea reprimido, negado y anulado. Esto no quiere decir que tas, pero si uno es negado, también el otro está perdido"4.
las fuerzas negadas desaparezcan o dejen de existir. Siguen Para llegar a esta integración, que no es fruto de 1.ma sínte-
estando presentes en cuanto negadas y no aceptadas. Conti- sis teórica, es necesario conocer y experimentar a los ángeles
nuamente quieren emerger, dramatizando la vida consciente , y a los demonios que habitaP1 en nosotros. La integración
puesto que reclaman su derecho a la existencia. Cuanto ma- resulta de las idas y venidas, ascensiones y detenciones re-
yor fuere la fuerza de control, mayor es la amenaza que el nuncias y recomienzas, hasta que acaba cristalizándos~ un
Eros y el Pathos ejercen sobre la conciencia. Este modelo
se encamina a la búsqueda de la perfección mediante el de -
sarrollo de las virtudes. Sólo la dimensión de luz, de bondad • Id . 166. En este contexto cita May la famosa frase del poeta IULKE : "Si
y de positividad tienen derechos. Las demás dimensiones de mis demonios me abandonaran , temo que también mis ángel es se aleja-
sombra, que también pertenecen a la realidad humana, son rían de mí".

190 191
centro fuerte que todo lo atrae y armoniza 5 • Cuando el san- siones y con una sobria resignación (ataraxia) que es expre-
to se considera vilísimo pecador, indigno de la salvación y sión de la sabiduría de un espíritu adulto.
de Dios, dice la verdad, porque habla de- la dimensión de las El -hombre contemporáneo hace progresos inauditos en
sombras, los reductos siniestros enseñoreados por nuestros la comprensión de los mecanismos productores de sufrimien-
propios demonios. Ellos están amarrados por el proyecto de tos, especialmente de la injusticia social ; ha proyectado mil
santidad, pero no muertos, y deben ser continuamente inte- formas de proteger la vida y técnicas terapéuticas para sus
grados para que su fuerza no acabe destruyéndonos, sino que patologías psicológicas y una inmensa farmacopea para su-
nos ayude a crecer rumbo a la. tierra de promisión de noso- primir o aliviar el dolor. Pero, a pesar de todo, no es muy
tros mismos. seguro que sepa mejor que el hombre medieval enfrentarse
Francisco fue un santo que integró la totalidad de sus con el problema de la existencia y elaborar un modus viven-
energías de una manera arquetípica. Especialmente lo nega- di que le asegure razones para vivir y la alegría de convivir.
tivo fue incluido como camino de armonización en todas las Tal vez Francisco de Asís nos pueda iluminar en este em-
direcciones hacia las que se encaminaba. Nos proponemos peño.
enfatizar algunos aspectos de esta integración de lo negativo
en su vida, puesto que de lo positivo ya nos hemos ocupado
ampliamente en el primer capítulo. Quéremps creer que Fran-_
cisco, con su perfecta alegría, con su camino de jovial hu- 2. Lo sim-bólico y lo dia-bólico
mildad vividos en la noche oscura de los sentidos y del es-
píritu, puede evocar en nosotros fuerzas insospechadas de ar- como caminos hacia Dios
monía y conquista de nuestro propio corazón.
Hay un cociente de sufrimiento, de incomprensión y de Nos proponemos destacar sólo algunos aspectos signifi-
absurdo existencial que es inherente a la vida humana, tal cativos de la exuberante biografía de Francisco, que mues-
como la conocemos. Cada uno pasa por crisis fatales que le tran su convivencia con el hermano dia-bólico que acompa-
ofrecen una chance de acrisolamiento o que pueden signifi- ñaba al hermano sim-bólico 7 en el camino de su vida. Las
car también traumas nunca asimilados 6 . Cada persona hu- biografías y relatos de la época están llenos de palabras de
mana debe resolver su complejo de Edipo, es decir, alcanzar Francisco en las que se humilla a sí mismo, se confiesa peca-
su autonomía y convertirse en padre y madre de sí mismo, dor e indigno servidor de todos 8 • Ordenaba a su íntimo ami-
tarea dramática para todos y trágica para algunos. Nadie, a go el hermano León que le recordara: "Oh, hermano Fran-
lo largo de su vida, consigue despejar el gran interrogante cisco, has hecho tanto mal, has cometido tantos pecados
de la muerte personal y dejar de definirse personalmente mientras estabas en el mundo que bien mereces el infierno" 9 .
frente al sentido de la esperanza humana, de lo que pode- Otras veces pedía que le pisaran en la boca, o él mismo be-
mos esperar. Ser capaz de dominar esto es más que elaborar saba los pies de aquél a quien imaginaba haber ofendido. Su
una teoría que luego acabamos por olvidar. Significa cons- concepción de la minoridad implicaba gestos que traducían
truir un camino que debe ser recorrido día tras día, sin ilu-
7 Palabras de origen griego; syn-ballein significa reunir, unir, componer;
dia-ballein, lo antónimo, es decir, disgregar, desesfructurar.
s Cf. la sugestiva obra de E. NEUMANN , Tiefenpsychologie und neue Ethik, 8 Véase el estudio de K ESSER con referencia a los principales textos so-
Zurich 1968. bre el tema: La enseñanza de san Francisco sobre la "negación de sí", en
6 L. BOFF, Elementos de urna teología da crise, en Credo para Amanha Temas espirituales, op . cit., pp. 45- 72 .
III, Petrópolis 1972, pp. 169-198. 9 Flor 9.

192 193
la completa negación del propio yo, como dejarse desnudar, ría hermano menor si no tuviera la disposición que te des-
alegrarse con las ofensas, incomprensiones y calumnias, acep- cribiré. Voy, por ejemplo, al Capítulo como prelado de los
tar alegremente que era "un hombre muy despreciable en su hermanos, predico, amonesto a los hermanos, y cuando ter-
apariencia, pequeño de cuerpo, y por eso tenido por un vil mino, replican: 'No nos conviene un iletrado y despreciable;
pobrecillo por quienes no lo conocían" 1 º. Cuando uno de los por tanto, no queremos que nos gobiernes, porque no sabes
hermanos le preguntó: "Padre, ¿qué piensas acerca de ti mis- hablar y eres un hombre simple e ignorante'. Por último, te-
mo?", él respondió: "Creo que soy el más grande de los pe- niéndome todos por vil, me echan afrentosamente. Te digo
cadores, porque si Dios se hubiera mostrado con el mayor que si no escuchare esas palabras con el semblante habitual,
criminal tan misericordioso como se mostró conmigo, sin · con la acostumbrada alegría, con idéntico propósito de san-
duda sería diez veces mejor que yo" 11 • tidad, no soy de ninguna manera hermano menor" 14•
Semejante reconocimiento es un duro golpe contra el Esta paradoja está continuamente presente en las pala-
narcisismo 12. En su afán de afirmarse, el yo tiende a no re- bras y gestos de Francisco: por un lado, fa conciencia de una
conocer su contrapeso negativo, a ocultarlo y negarlo. Con es- misión única y, al mismo tiempo, de la fragilidad del porta-
ta explícita aceptación de lo dia-bólico, Francisco libera una dor. Aceptaba con realismo y sin ninguna ilusión el hecho
experiencia más completa de su propia realidad, y así hace de ser, efectivamente, "paupérrimo, despreciado e iletrado" 15,
posible una integración sin inhibiciones. Es bien conocido como lo reconoce el obispo de Temí cuando contrapone a
el influjo terapéutico que tiene sobre la psiche el hecho de Francisco con los santos del pasado que iluminaron a la Igle-
identificarnos con lo que no nos gusta de nosotros mismos, sia con su ciencia y santidad. Tomándole la palabra, el Po-
no tanto para combatirlo como para asumirlo como parte in- verello le dice: "Todos dicen que soy un santo, y me atribu-
tegrante de nuestra realidad. La muerte de Narciso hace po- yen la gloria de la santidad, en lugar de atribuírsela al Crea-
sible el nacimiento del hombre adulto, y por lo mismo inte- dor. Vos, por el contrario, hombre de discernimiento, sabéis
grado, viviendo la verdad de su propio ser, que, confrontado distinguir lo vil de lo precioso". Semejante actitud no era so- ·
con Dios, se descubre siempre pecador. Francisco coloca la lamente una expresión de humor, sino de una conciencia
suprema meta del camino ascético en el perfecto dominio de atenta a la otra vertiente de la propia realidad. Por eso, aña-
sí mismo, que implica aceptar el lado más negativo de noso- dió luego, como comentario: "Aún no estoy seguro de que no
tros mismos. En función de esto se empeña por servir a los tendré hijos e hijas. En cualquier momento el Señor podría
más pobres, comer en la escudilla del leproso y "transfor- retirarme el tesoro que me confió" 16.
marse en servidor de los más miserables" 13, como una escue- Lo más curioso es que la conciencia de lo negativo no
la de aprendizaje y santidad en lo que tiene de integración va acompañada en Francisco, como suele suceder, por un
de lo más distante, bajo y repugnante. sentimiento de tristeza y amargura, sino de jovialidad y pro-
El siguiente raciocinio de Francisco es ilustrativo de esta funda alegría. Es cierto que llora en los bosques sus pecados
inclusión de lo negativo en su vida: "No me parece que se- hasta el punto de que podían oírse sus gemidos. Pero la refe-
rencia que confiere la tónica no está dada por los pecados, si-
10 Id. 13.' no por la tie.rna misericordia de Dios. Sale clamando: "El
1
1 2C 123; Flor 10. Señor no es amado, el Señor no es amado". Según él, "es
12
Este narcisismo se manifestó, según Celano, en la primera juventud de
Francisco, cuando dice, por ejemplo: "¿Por qué creéis que estoy conten-
to? Tengo el presentimiento de que un día he de ser venerado como san- 14 2C 145.
to": 2C 4. 15 EP45.
13 LM 8. 16 Id. Ibid.

194 195
necesario amar mucho el amor de quien tanto nos amó" 17. causa de su misericordia, quería Francisco que las relaciones
En la famosa oración Absorbeat concluye admirablemente: entre los hermanos se caracterizaran por una ilimitada mise-
"Que pueda morir por tu amor, oh Dios, que te dignaste mo- ricordia. Ya hemos comentado su carta a un ministro de los
rir por mi amor". hermanos menores, una de las más tiernas páginas de la es-
piritualidad occidental. El ministro, decepcionado por los
2.1. La alegría por la inclusión de lo negativo hermanos que se niegan a obedecerle, pensó en retirarse a
un eremitorio, y fue a pedir cónsejo a Francisco. Y recibió
La alegría, tan característica de la espiritualidad francis- de él este consejo profundamente humano: "Ama a los que
cana, nace de una profunda experiencia de la misericordia esto hacen. Y no pretendas de ellos otra cosa sino cuanto el
de Dios; y la misericordia significa el amor compasivo y tier- Señor te dé. Y ámalos precisamente en esto, y no exijas que
no del Dios que es infinitamente mayor que todos nuestros sean mejores cristianos. Y que te valga esto más que vivir en
pecados, porque es mayor que nuestro corazón; por eso, se- un eremitorio. Y en esto quiero conocer que amas al Señor y
gún dice Jesús en el Evangelio, el Padre misericordioso "ama me amas a mí, siervo suyo y tuyo, si procedes así: que no
a los ingratos y malos" {Le 6, 35) 18. Francisco vive la expe- haya en el mundo hermano que, por mucho que hubiere pe-
riencia personalísima de esta misericordia inconmensurable cado, se aleje jamás de ti después de haber contemplado tus
de Dios. Por muy grandes que sean los pecados no alcanzan ojos sin haber obtenido tu misericordia, si es que la busca.
a ofuscar el consuelo que viene de esta revelación: Dios nos Y, si no busca misericordia, pregúntale tú si la quiere. Y, si
ama, a pesar de nuestros pecados, y aun cuando éramos ene- mil veces volviere a pecar ante tus propios ojos, ámale más
migos suyos. La consecuencia concreta que Francisco extrae que a mí, para atraerlo al Señor; y compadécete siempre de
de la experiencia de Dios Padre de Nuestro Señor Jesucristo, los tales" 19.
Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, es que Como se ve, no pide que los otros cambien, sino que cam-
el pecado asumido con humildad y simplicidad puede ser bie el espíritu del ministro. Espera de él la actitud típica del
también camino de encuentro con Dios. No es que el pecado Dios del Nuevo Testamento, que es la de ser omnipotente
sea buscado por él mismo, lo que sería un contrasentido; en poder soportar y amar más allá del bien y del mal (cf. Mt
sino que está sobreentendido como expresión de nuestra si- 5, 45; Le 6, 35). Francisco mismo practicaba esa misericor-
tuación decadente, no totalmente inserta en el misterio de dia siendo ministro general. Tenía conciencia de que podría,
la redención, pecado llorado y lamentado, pero sin amargu- si quisiera, mandar con autoridad como na,die 20, pero había
ra desesperanzada y laceradora, porque no impide que Dios optado por ser de verdad "el menor de la Orden". Entiende
continúe amándonos y ofreciéndonos su perdón. La gracia el cargo "como exclusivamente espiritual, dominando los vi-
que se ofrece como alegría siempre acaba desbordando el pe- cios, corrigiéndolos y enmendándolos espiritualmente. Y si
cado. Fue mérito de san Francisco no sólo saber sino sabo- no pudiera corregirlos y enmendarlos con mis exhortaciones,
rear alegremente este exceso de Dios revelado en su miseri- observaciones y ejemplos, no quiero convertirme en un ver-
cordia.
dugo que castiga y fustiga como los podestá de este mun-
Porque Dios es hasta tal punto misericordioso con los do" 21 . En otras palabras, Francisco quiere respetar al máxi-
hombres, y porque Jesús crucificado lo fue por excelencia a mo lo negativo de los demás y mantener la fraternidad, a

17 LM9, l. 19 CtaM 5-11.


is Ver las reflexiones de K. BEYSCHLAG sobre la misericordia en san Fran-
cisco, en Die Bergpredigt und Franz van Assisi, Gütersloh 1955, pp. 189-
20 EP46.
200. 21 Id. 71 ; LP 106.

196 197
pesar de todas las rupturas. Aceptar las sombras de los otros gos, está el don de vencerse a sí mismo y sobrellevar por
significa, en el lenguaje del psicoanálisis, aceptar las propias amor los trabajos, las injurias, los oprobios, los desprecios,
sombras. La única manera de vencer lo dia-bólico reside en porque de todos los demás dones de Dios (la positividad) no
"enfrentarlo abiertamente e integrarlo en el propio sistema ... podemos gloriamos porque no son nuestros; sino de Dios...,
Esto hace a la persona más 'humana', quebrando su fariseís- pero podemos gloriarnos de la cruz de la tribulación, por-
mo y su disociación que son las defensas habituales del ser que eso sí nos pertenece" 25 .
humano que niega lo demoníaco" 22_ En otras palabras, la perfecta alegría y la libertad perfec-
La suprema expresión de esta integración la encontra- ta resultan de un amor tan intenso que no sólo soporta sino
mos reflejada en la leyenda de la perfecta alegría, que tam- que ama y abraza alegremente lo que tenemos de negativo.
bién hemos comentado anteriormente en clave de liberación, Quien ha interiorizado semejante práctica de amor es el úni-
y que remite directamente al Francisco histórico, como lo se- co verdaderamentG libre, pues ya nada podrá amenazarlo: si
ñala la crítica modema 23. En el genial relato de las Floreci- lo ensalzan hasta el cielo, no se vanagloria, si lo lanzan has-
llas queda en claro que la perfecta alegría no reside en lapo- ta los infiernos, tampoco se deja llevar por la amargura. Se
sitividad, por más excelente que pueda parecer en el plano posee enteramente, y por lo mismo, ni el bien ni el mal pue-
religioso, sino en la negatividad asumida con amor. La ale- den afectarle. El fulgor de esta conquista se muestra en una
gría perfecta o la perfecta libertad no están en ser un gran permanente e inalterable alegría. Francisco, de acuerdo con
santo, un taumaturgo portentoso, un carismático inflamado, las biografías, alcanzó esta libertad; por eso era llamado "el
un sabio genial, un misionero que convierte a todos los infie- hermano-siempre-alegre".
les, sino en aceptar alegremente la ruptura de la fraternidad
siendo expulsado por el portero del propio convento, rtcono- 2.2. La gran tentación: el tributo a la finitud
ciendo en nombre de Dios la verdad de sus palabras: "Sois
dos vagabundos que engañáis a todos y robáis las limosnas Semejante eclosión de humanidad, contemplada en la
de los pobres" 24 ; la perfecta alegría o la libertad perfecta es- vida de san Francisco, que realizó en su existencia la utopía
tán en aceptar con gusto toda clase de violencia que desmo- del sermón del monte en su versión de la verdadera alegría,
raliza la estatura interior y las convicciones, y, finalmente,· en no parece entrar en los esquemas contradictorios de este
soportar con alegría la violencia física, cuando uno es "arras- viejo y cansado siglo nuestro. La tragedia griega lo vio con
trado por los suelos y golpeado malamente". La conclusión nitidez: cuando el héroe amenaza invadir el espacio de lo
es transparente: "Por encima de todas las gracias y de todos divino para disfrutar así de una condición negada a los mor-
los dones del Espíritu Santo, que Cristo concede a sus ami- tales, es fulminado y conducido de nuevo a la dimensión pro-
pia de su naturaleza, que es la finitud. En términos cristia-
nos diríamos: Francisco puede anticipar de una manera ex-
22
R. MA Y, Eros e Repressíio, op. cit., p. 149.
traordinaria la escatología antropológica en el seguimiento
23
e imitación del ecce horno Jesucristo, pero aún no es el hom-
Una forma más ampliada, con agregados de gran contenido teológico se
ofrece en las Florecillas 8, cuya redacción se sitúa entre 1327 y 1340; bre nuevo liberado por fin de todas las rémoras de la histo -
véanse los paralelos en otros horizontes religiosos y espirituales: J. SUD- ria del pecado: nunca deja de ser peregrino y extranjero en
BRACK, Die volkommene Freude. Aus den Lengenden und Gotam Budho la casa de la verdadera identidad, negada a la historia en las
und Franz uon Assisi, en Geist und Leben 45 (1972), pp. 213-218; J. condiciones de su mortalidad pecadora, y prometida como
LANG, Die vollkommene Freude. Ein religionsgeschitlicher Verg leich
zwischen Franziskus und den Chassidim, en Franziskanische Studien 58
(1976), pp. 47-54.
24 Flor 8. 2s Flor 8.

198 199
plenitud y posesión solamente en escatología de todos los co en este mundo" 27. A sus compañeros les revela que estas
tiempos. Mientras eso no ocurra, todo hombre, y en particu- tensiones eran para él "mi amargura y mi gran aflicción" 28 .
lar el santo, está sometido a la tentación. Y le invade una ira santa: "iAy de los hermanos que me lle-
En los últimos años de su vida, Francisco, como nos lo van la contra en lo que yo veo claramente ser la voluntad
asegura su íntimo discípulo el hermano León, pasó por una de Dios para mayor utilidad y por necesidad de toda la Re-
"terrible tentación espiritual". El relato más antiguo lo cuen- ligión, aunque yo condescienda con ellos muy a pesar mío!"29.
ta así: "Sentíase profundamente perturbado, interior y exte- En 1220, consciente de que la dirección de la Orden se le es-
riormente, en el espíritu y en el cuerpo, hasta el punto de capaba de las manos, y que hacía falta otra mentalidad para
rehuir la compañía de los hermanos, por no poder, a causa responder a las exigencias de viabilidad del carisma para una
de la tentación, mostrarse sonriente como habitualmente. Se gran masa, que supone organización y normas, renuncia al
mortificaba absteniéndose de la comida y de la conversación. gobierno general. Y vuelve a hacer lo que hizo en los co-
Buscaba refugio en el bosque de la iglesia de la Porciúncu- mienzos: servir a los leprosos, conviviendo con ellos 30.
la, para entregarse a la oración; y allí daba largas a su sufri- Pero, de todos modos, continuaba siendo-el gran inspira-
miento y derramaba abundantes lágrimas ante el Señor, pi- dor que siempre fue. En función de esto, escribe en 1221 una
diéndole remedio para sus penas. Durante más de dos años, Regla, asesorado por el hermano Cesáreo de Espira, gran bi-
día y noche, fue atormentado por esta tentación" 26. Esta ten- blista -la Regla no bulada-, que conserva todo el candor y
tación le sobrevino en la época en que se vio obligado a es- la espontaneidad dél espíritu evangélico, pero que no ofrecía
cribir la Regla definitiva para toda la Orden, entre 1221-1223, garantías jurídicas para un grupo que se veía forzado a defi-
dentro de una situación totalmente distinta de la de los pri- nirse concretamente dentro de una Iglesia que lo tenía todo
meros tiempos. Sus seguidores habían aumentado enorme- bajo su control. Convencen a Francisco de que escriba otra
mente, y él ya no podía acompañarlos personalmente y ser Regla, y se retira con su íntimo amigo el hermano León, y el
la viva "forma minorum"; muchos letrados se incorporaron hermano Bonizzo, que no era un biblista sino un jurista. Esta
a la Orden; se abrieron casas de estudio, comenzando por la Regla no debió de ser muy distinta de la de 1221. El minis-
de Bolonia, en 1223, y luego otras en diversas provincias; el tro general, hermano Elías, ni siquiera la somete a discusión,
apostolado de suplencia asumido por los hermanos plantea- alegando que "por descuido, se había perdido" 31 . Nuevamen-
ba exigencias de formación y organización para un trabajo te se retiró a un refugio del esplendoroso valle de Rieti , Fon-
con cierta continuidad. Se sentía la necesidad de la ley, y te Colombo, para hacer una nueva versión de la Regla.
Francisco era un hombre del espíritu para quien era suficien-
te el Evangelio leído sin glosas.
Los hermanos más doctos hicieron ver a Francisco, por
intermedio del cardenal Hugolino, que su evangelismo y su
27 LP 18.
simplicidad eran insuficientes. Existían reglas históricamente 28 EP 11.
bien experimentadas, como las de san Benito, san Agustín 29 Id. !bid.
y san Bernardo. Francisco reacciona duramente, haciéndoles 30 lC 103; 2C 157.
ver que el Señor le había mostrado el camino de la humil- 31 LP 15; EP l; LM 4, l; ANGEL CLARENO afirma que cuando el nuevo
texto de la Regla estaba ya listo "se lo sustrajeron furtivamente al herma-
dad y la simplicidad y que quería que él fuera un "nuevo lo- no León, a quien se lo había entregado el bienaventurado Francisco pa-
ra que lo guardara, y lo escondieron, pensando que de esta manera im-
pedirían el propósito del santo de presentarlo al Sumo Pontífice para su
aprobación" : Historia septem tribulationum (ed. A. Ghinato) Roma 1959,
26 LP 63 ; EP 99 ; lC 11.'I. p. 59; Expositio Regulae (ed. L. Oliger) Quaracchi 1912, p. 9.

200 201
Y es entonces cuando se produce la gran lucha de Fran- hermano menor 35. Enseguida vuelve al entusiasmo por el
cisco para salvaguardar su utopía de una fraternidad basada ideal primitivo, y dice: "¿Quiénes son éstos que han arreba-
en la pobreza radical y en el servicio materno de unos con tado de mis manos a mis hermanos y mi Orden? Si voy al
otros, frente a los sensatos, conscientes de la mediocridad Capítulo general, les mostraré quién soy" 36. Luego, conscien-
hurriana, estrategas de las virtudes posibles al mayor número te de su invencible bondad y su hermandad con las adversí-
de hombres, los hombres del orden. Un grupo de ministrós dades dice para sí mismo: "No quiero ser un verdugo como
provinciales visita a Francisco, acompañados por el minis- los podestá de este mundo" 37. A través de tin lenguaje reli-
tro general, hermano Elías, quien le dice: "Estos son los mi- gioso (que apela a lo trascendente con naturalidad y frecuen-
nistros que han sabido que estás escribiendo una Regla y, te- temente) Francisco exterioriza las soluciones que va encon-
miendo que sea demasiado rigurosa, protestan que no la acep- trando. El Señor le dice (es lo que le lleva a concluir una re-
tarán. Que la hagas para ti, pero no para ellos" 32 . Francisco, flexión piadosa): "Hombrecillo simple e ignorante, dime,¿ por
profundamente decepcionado, vuelve los ojos al cielo, y dice qué te afliges tanto cuando un hermano sale de tu Orden o
así: "Señor, ¿no te había dicho que estos hermanos no tie- cuando no sig1:1e el camino que te indiqué? ¿Quién fu_n dó la
nen confianza en ti? ... Sé de cuánto es capaz la flaqueza hu- Orden de los hermanos? ¿Acaso no fui yo?" 38.
mana, y cuánto puede el auxilio divino. Los que no quisie- Francisco permanece dos años en esta incertidumbre.
ran observar la Regla, que abandonen la Orden" 33 . No conocemos los pormenores y el contenido de esta terri-
En este contexto de tensiones, Francisco se sumerge en ble tentación. Los textos que hemos citado insinúan una pe-
la noche oscura de los sentidos y del espíritu. Le abruman regrinación interior dolorosa y angustiante. Sin duda, sien-
las enfermedades que atenazan su cuerpo. No alcanza a com- do un hombre extremadamente sensible al Espíritu, lo toma-
prender las razones de los otros. Le invaden sentimientos ba todo muy en serio. También las razones de sus hermanos
contradictorios, propios de quien enfrenta una profunda cri- ministros, que argumentaban con la lógica de la razón y del
sis o tentación, en el lenguaje religioso. Por un lado, es ca- sentido común. ¿No serían ellos portadores dé un mensaje
paz de lanzar maldiciones, y, por otro, de mostrarse profun- de Dios para él? ¿ No sería su camino de radicalidad una
damente compasivo. Puede increpar de la siguiente manera: verdadera locura para ser propuesto a hombres de buena vo-
"Sean malditos por vos, Señor, por toda la corte celestial, y luntad, pero hijos sensatos de la Iglesia? ¿No habría ilusio-
también por este, vuestro pobrecillo, aquellos que con su mal nado con un entusiasmo delirante a sus compañeros de la
ejemplo confunden y destruyen lo que edificaste y no cesas primera hora? ¿ No sería una irresponsabilidad intolerable
de edificar por medio de los santos hermanos de esta Or- haber seducido para la embriaguez del loco amor de Dios a
den" 34. O se compadece de quienes, para ser fieles tal vez, las damas pobres de la comunidad de Clara? ¿cuál era el ca-
abandonan sus fraternidades y se van a vivir en medio de la mino que había que seguir ahora?
selva. Por lo demás, como ya lo dijimos, él mismo acepta re- Casi vencido por la desesperación, a su regreso de Orien-
nunciar al cargo de ministro general y aun ser expulsado ig- te, entre 1220-1221, se dirigió al Papa, en Roma, y le pidió
nominiosamente de la fraternidad; y se propone recibirlo to- que designara un cardenal que fuera protector y corrector de
do con alegría, pues de lo contrario no sería un verdadero

35 EP 64 ; LP 109; 2C 145; LM 6, 3.
32 LP 17. 36 EP 41; 2C 188.
33 Id. !bid. 37 LP 106 ; EP 71.
34 2C 156. 3 s 2C 158 ; LP 112; EP 81.

202 203
toda la fraternidad 39. Y se tranquilizó considerablemente tad como pura espontaneidad y creatividad. La libertad se
cuando en noviembre de 1223, el señor papa Honorio 111 le realiza en el interior de un espacio definido y su ampliación
aprobó la actual Regla de 12 capítulos, con algunas ordena- imp!.ica siempre un oneroso proceso de liberación. Es un sig-
ciones jurídicas mínimas, acordadas entre él y el Papa. no de madurez asumir con serenidad y desprendimiento in-
El problema causado por la tentación lo integró en un teriores aquellas realidades que, objetivamente, no podemos
momento de meditación en la capilla de la Porciúncula. Me- cambiar. Aun en situaciones como éstas podemos ejercitar
ditaba sobre la fe que, pequeña como un grano de mostaza, nuestra libertad en la forma como asumimos e integramos
es capaz, sin embargo, de mover montañas. Y se dio cuenta dentro de nuestra trayectoria personal los dictados de la his-
de que la tentación era esa montaña, y que sólo necesitaba toria. Para eso necesitamos, como decían los antiguos, el
un poco de fe para removerla. Y alcanzó esa fe, entregándo- amor fati, el amor a lo inevitable, abrazado sin amargura,
se completamente en las manos de Dios. En ese mismo mo- pero también sin servilismo. Es lo que hizo Francisco en re-
mento, agrega el relato, "la tentación desapareció, y Francis- lación con las imposiciones de la Iglesia y de los ministros
co quedó libre y totalmente aquietado en su interior" 4 º.. de la Orden (praelati), en función de una perspectiva de fu-
Una vez más, y a pesar de todos sus titubeos, ligados a turo de su carisma.
nuestra finitud, Francisco fue fiel a su camino interior: inte- En la Leyenda Perusina, detrás ·de la cual está el íntimo
gró lo negativo con cordialidad más allá de cualquier usura amigo de Francisco, el hermano León, leemos: "Nosotros, los
derivada del principio del placer o d~ la auto-afirmación. que estuvimos a su lado mientras componía la Regla y casi
Que la verdad, a despecho de todas las concesiones, estuvie- todos sus escritos, somos testigos de que, tanto en aquélla
ra del lado de la utopía, del lado de Francisco y no de Elías, como en éstos, incluyó muchas cosas a las que eran contra-
Dios mismo se encargó de demostrarlo: marcó el cuerpo de rios algunos, sobre todo superiores (praelati) ... Pero, como
Francisco con las señales de un fracaso que es el precio del era enemigo de todo escándalo condescendió, muy a su pe-
triunfo: las llagas de Cristo crucificado. La-voluntad de iden- sar, con el parecer de los hermanos" 41 .
tificación de Francisco con Cristo crucificado consiguió, por Por los estudios histórico-críticos 42 sabemos que varios
obra de la gracia de Dios, convertirlo también en crucifica- puntos importantes de la Regla definitiva tuvieron que ser
do. Desde ese momento ya no hay más tentaciones de fide- aceptados por Francisco por consejo e insistencia de los her-
lidad. Hay una marca en la carne cuyo código de lectura es manos ministros, de la Curia romana o del propio Papa. Así,
accesible a cualquiera que sea capaz de leer en la fe: los es- por ejemplo, al comienzo de la Regla, donde se habla de ob-
tigmas, sello de la verdad de Jesucristo. servar el santo Evangelio, el agregado "en obediencia, sin
propio y en castidad" proviene de la Curia romana, que ya
2.3. Convivir alegremente desde Inocencio III estaba preocupada por la definición ju-
con lo que no se puede cambiar rídica de los nuevos movimientos laicos. La intuición origi-
naria de Francisco de una vivencia del Evangelio abierta al
No vivimos en el mundo que quisiéramos, sino en el que
se nos ha impuesto. No hacemos todo lo que deseamos, sino
sólo lo que se nos deja y permite hacer. Solamente una vi- 41 LP 106; EP 11.
sión idealista de la historia y del individuo concibe la líber- 42 Especialmente D. FLOOD, Die Regula non bullata der Minderbrüder,
Werl/West, 1967; L. CAUTI. Die iilteste franziskanische Lebensform,
Graz, 1955; A. ROTZETIER, Der Franziskanische Mensch zwischen Au-
toritiit und Freiheit, en: Franziskanische Studien 59 (1977), pp. 97-124;
39 Crónica de Jordán de Giano 11-14. L. IRIARTE DE ASPURZ, Lo que san Francisco hubiera querido decir
40 2C 81; EP 99; LP 63. en la Regla, en: Estudios Franciscanos 77 (1976), pp. 375-391.

204 205
mundo y en medio de los pobres es encuadrada aquí y nive- el derecho a la fidelidad a su propia vocación . Todo esto de -
lada en los parámetros de una espiritualidad de votos reli- sapareció en la Regla definitiva.
giosos; el carácter laical cede lugar al carácter religioso. Con el crecimiento de la Orden y la inserción de los her-
Debe haber sido especialmente dolorosa para Francisco manos en la pastoral tuvieron que ser modificadas algunas
la omisión de los textos que le permitían la definición de su intuiciones originarias. Así, la Regla definitiva no impone con
vocación evangélica (Mt 10, 9; Le 9, 3 y 10, 4): "No lleven el mismo rigor que antes el trabajo manual para todos, ni les
nada para el camino, ni bolsa, ni alforja, ni pan, ni dinero, prohíbe tener libros, cuando en el capítulo tercero de la Re-
ni bastón, y no resistan a quienes los maltraten". De esta for- gla no bulada se dice que los hermanos no debían "tener
ma, los hermanos dejaban de ser pobres y peregrinos, como más libros que los necesarios del rezo del Oficio Divi.n o".
los quería Francisco 43 .
Sabemos que Francisco consideraba a la fraternidad
De la misma manera, se modif{có profundamente la co- evangélica en perfecta igualdad como una forma de vivir el
rrección de los hermanos culpables. En la Regla no bulada y misterio de la Iglesia y un lugar privilegiado de actuación
en la carta a un ministro de la Orden, Francisco reclama una del Espíritu Santo, verdadero ministro general de la Orden.
misericordia sin límites en el contexto de una vida fraterna Quiso incluir en la Regla las siguientes palabras: "En Dios
afectuosa; en la Regla definitiva el contexto es disciplinar, no hay acepción de personas, y el ministro general de la Or-
otorgándose a los ministros el recurso canónico de los pe- den, que es el Espíritu Santo, se posa de la misma manera
cados reservados. sobre el pobre que sobre el rico". Nos cuenta Celano que es-
De la misma forma, por la intervención del cardenal Hu- tas palabras no pudieron ser incluidas en la Regla bulada" 44.
golino o de la Curia romana, fue abolido el artículo que se El tener que encuadrarse dentro de realidades mayores
refiere a la gran libertad espiritual y al derecho de resisten- como la de la Iglesia, y aun de la historia con sus exigencias,
cia que autoriza a los hermanos a desobedecer a los minis- ciertamente hizo sufrir a Francisco; pero no se observa en él
tros "cuando les mandaren algo que fuere contrario a nues- ninguna actitud negativa, como si no hubiera asimilado esa
tro género de vida y a su alma". Si alguno se siente imposi- realidad. La determinación externa puede ser ocasión de cre-
bilitado para observar pura y simplemente la Regla, puede cimiento hacia dentro y la oportunidad de mostrarse respe-
acudir a su ministro; y éste debe ayudarlo a encontrar una tuoso y solidario con lo diferente. Francisco se hizo más fuer-
solución, como desearía ser ayudado él mismo si estuviera en te asumiendo semejantes determinaciones 45 •
situación semejante. Francisco quería garantizar a cada uno
2.4. Bienvenida seas, hermana muerte
Cuando la vida se da vuelta, nos encontramos inevita-
43 Véase lo que se dice en la Leyenda de Perusa 102: Los ministros sabían
muy bien que, según la Regla, los hermanos estaban obligados a obser-
blemente con la muerte. Uno de los traumas más difíciles de
var el santo Evangelio. Sin embargo, hicieron que se suprimiera el pasa- resolver por la psiche humana y por la conquista de la liber-
je de la Regla que dice: "No llevéis cosa alguna para el camino", etc., juz- tad es exactamente éste de la muerte. Se presenta como su-
gando que ellos no estaban obligados a observar la perfección del santo prema negación de la vida. Frustra la fuerza motriz más fun-
Evangelio. Por eso, el bienaventurado Francisc:o, advertido por el Espí-
ritu Santo, se expresó así delante de algunos hermanos: "¿Los ministros
damental del sistema de la vida, según Freud, el verdadero
piensan burlarse de mí? Pues bien, a fin de que todos los hermanos se-
pan y queden advertidos de que están obligados a observar la perfección
del santo Evangelio, quiero que se escriba al principio y al fin de la Re- 44 2C 193.
gla: los hermanos están obligados a observar el santo Evangelio de nues- 45 Véanse las oportunas reflexiones de A. ROTZEITER en el estudio citado
tro Señor Jesucristo". más arriba: Der franziskanische Mensch 99; p. 118.

206 207
núcleo dinámico de todo ser, que es el deseo 46. Deseo es, ra- co 47 . Pocas veces nos encontramos en la experiencia huma-
dicalmente, deseo de vida sin negación alguna, deseo de una na conocida con semejante nivel de aceptación de la muerte,
libertad siempre actual y de una felicidad sin límite . En otras hasta el punto de saludarla como hermana muy querida y de
palabras, la dinámica de la vida llama a la vida, invita a vivir morir cantando, como dice su biógrafo Tomás de Celano.
siempre. No sin razón se dice que la estructura del deseo es Era el año 1226. Francisco estaba tremendamente debi-
la omnipotencia, pues no se desea sólo esto o aquello, sino litado. La enfermedad del estómago avanzaba tanto, como
que se desea en plenitud, se quiere la totalidad. La tradición cuenta el hermano León, que comenzó a vomitar sangre 48.
llama Eros a esta pulsión de la vida. Entretanto, esta omni- La hinchazón de las piernas alcanzó también al estómago, y
potencia se realiza sólo en la esfera del deseo; en la esfera ya no podía retener ningún alimento. Celano comenta: "Se
de la realidad es continuamente negada. Existen las frustra- espantaban los médicos y se admiraban los hermanos de que
ciones y las renuncias que obligan al deseo, a la aceptación y su espíritu pudiera vivir en un cuerpo ya tan acabado, pues
le abren la puerta de posibles ascensiones. Se da la experien- su carne se había consumido, y sólo le quedaba la piel adhe-
cia de la muerte como limitación de la vida y del sentido de rida a los huesos" 4 9_
la realidad. Es la presencia del Thanatos, de la muerte. Vida De Siena lo trasladaron a Asís. Por los caminos y aldeas
y muerte, deseo y realidad, desarrollan una dramática dia- exhortaba a los curiosos, que acudían en gran número, a car-
léctica, urdiendo el tejido de la vida humana. gar con la cruz de Cristo. A los hermanos, entretanto, les
De hecho, la vida humana es una serie ininterrumpida exhortaba: "Hermanos, comencemos a servir al Señor, por-
de realizaciones del deseo que se frustra, aprende a renun- que hasta el presente poco o nada hemos hecho" so_ En Asís
ciar, se obliga a aceptar y se esfuerza por ascender. Nos pre- lo alojaron en el palacio del Obispo. Cuando un médico de
guntamos: ¿Es posible una síntesis que no sea la recupera- Arezzo lo atendió y constató que nada se podía hacer sino
ción de lo antecedente, sino la consecución de un grado de esperar a la muerte, exclamó Francisco con indecible alegría:
unidad humana más alto y perenne? Una pregunta como és- "Bienvenida seas, hermana muerte". Llamó a los hermanos
ta es también fruto del deseo. Y es entonces cuando aparece Angel y León para que le cantaran el Cántico del Hermano
el espectro de la muerte, como la dama que todo lo devora Sol. Luego, agregó una estrofa al cántico: "Alabado seas, mi
y que, indiferente a cualquier destino humano, lo homoge- Señor, por la hermana muerte corporal, de la que ningún
neíza todo. Signo de madurez humana y religiosa es integrar hombre viviente puede escapar. iAy de los que mueren en
el trauma de la muerte en el contexto de la vida. Entonces, pecado mortal! Dichosos son los que cumplen la voluntad
la muerte es destronada de su status de señora de la vida y de Dios, pues la muerte segunda no les hará ningún mal".
última instancia. El Eros triunfa sobre el Thanatos y el deseo Y cuentan los biógrafos que los hermanos cantaron varias
gana la partida. Pero hay un precio que pagar por esta in- veces durante el día el himno para reanimar el espíritu de
mortalidad: la aceptación de la mortalidad de la vida. Acep-
tar morir, frustrar el deseo empírico y superficial que se em- 47 Puede consultarse el estudio más completo sobre este tema, C. SURJAN:
peña en vivir eternamente es la condición para que el deseo Elementi per una teología del desiderio e la spiritualita di san Francesco
alcance su verdad de vivir para siempre, y triunfar así abso- d'Assisi, Roma 1973.
lutamente. Este proceso de aceptación de la muerte lo en- 48 LP 59; EP 87; cf. O. SCHMUCKI, Gli ultimi due anni di san Francesco
contramos de manera maravillosa en la vida de san Francis- d'Assisi e il rinnovamento della nostra vita, en Laurentianum 17 (1976),
pp. 208-250, esp. 242-250; S. CIANCARELLI, Francesco di Petra Bernar-
done malato e santo, Firenze 1972, esp. pp. 124-130.
46 D. VASSE, Le temps du désir, París 1969; A. VERGOTIE, Dette et désir, 49 lC 107.
París 1978, pp. 164-184 ; C. SURJAN, Elementi per una teología del de-
siderio e la spiritualita di san Francesco d'Assisi, Roma 1973, pp. 66-99.
50 LM 14, l.

208 209
Francisco, que casi desfallecía, y durante la noche para ale- ra que sea siempre morada donde habiten los que glorifican
grar y edificar a los guardianes del palacio 51. tu nombre bendito por los siglos de los siglos. Amén" 54 .
Tanta jovialidad escandalizó a los sensatos del sentido En Santa María de los Angeles lo acomodaron en una
común. El general de la Orden, hermano Elías, viendo lo cabaña muy próxima a la capilla. Su espíritu estaba despier-
inusitado de esta situación, dijo a Francisco: "Padre querido, to; pidió a los hermanos que continuaran cantando, y él mis-
me complace mucho que te sientas tan alegre; pero temo que mo entonó como pudo el salmo de David: "En voz alta gri-
en la ciudad, donde te tienen por santo, se produzca un es- to al Señor, con toda mi voz le suplico" 55. Luego tuvieron
cándalo al ver que no estás preparado de una manera con- lugar una serie de gestos profundamente sacramentales, cuyo
veniente a bien morir. -No te inquietes, le respondió Fran- secreto sólo conocía el mismo Francisco, y en los que entra-
cisco; con todos mis sufrimientos me siento tan próximo a ban en juego arquetipos primitivos de integración e identifi-
Dios que no puedo hacer otra cosa sino cantar" 52. Es fiel has- cación con todas las cosas.
ta el final de su camino original, camino de un "loco" 53, lo-
En primer lugar, Francisco exterioriza un sentimiento de
co por el Evangelio y por el seguimiento del Crucificado. radical recomendación: "Hijo mío, Dios me llama. A mis her-
Sintiendo que estaba ya próxima su última hora, Fran- manos, tanto ausentes como presentes, les perdono todas las
cisco manifestó el deseo de morir allí donde todo había co- ofensas y culpas, y en cuanto puedo, los .absuelvo; cuando
menzado, en la capilla de nuestra Señora de los Angeles de les comuniques estas cosas, bendícelos a todos en mi nom-
la Porciúncula. Los magistrados de Asís organizaron toda bre" 56. Enseguida pidió a los hermanos que lo colocaran des-
una escolta armada para acompañarlo. Desde lo alto de la ciu- nudo en el piso de tierra, para "luchar desnudo con el des-
dad, atravesando estrechas callejuelas y olivares, se dirigen a nudo" 57 . Es un gesto que surge de su íntima arqueología;
la Porciúncula. Cerca del leprosario de los crucíferos, pide que además de una identificación extrema con el Crucificado des-
lo coloquen en el suelo en direc,:ción de la ciudad de Asís. nudo, expresa el deseo profundo de la psiche de comunión
Desde ese punto se ve la ciudad blanca, colgada en el decli- con la madre tierra 58; venimos desnudos de ella, y regresa-
ve de la montaña, con sus torres y sus murallas; a la derecha mos a ella desnudos. Como en un inmenso útero nos alber-
se ve el monasterio de San Damián, y al fondo, el monte ga en su seno aGogedor, represéntando así, en el lenguaje de
Subasio. Permaneció largamente en silencio, contemplando los símbolos, la integración total del hombre con Dios, la
en espíritu aquel paisaje familiar, que ya sus ojos no podían grande y bondadosa Madre. Francisco tiene conciencia de
ver, pero que todavía irradiaba en su mundo interior. Luego, que en este gesto expresa el momento culminante de su tra-
levantando dificultosamente la mano, bendijo a la ciudad yectoria hacia el Padre. Por eso dice a los hermanos: "Yo he
con estas memorables palabras: "Bendita seas del Señor, mi cumplido mi tarea. Que Cristo os enseñe a vosotros a cum-
ciudad querida. En otros tiempos fuiste guarida de salteado- plir la vuestra" 59_
res, ahora Dios te eligió como morada de los que lo conocen
y exhalan un perfume de vida santa. Te ruego, Señor mío Luego se despide de todos los hermanos; los bendice,
Jesucristo, Padre de las misericordias, que no eches en olvi- imponiéndoles las manos. Hace las últimas recomendacio-
do la abundancia de beneficios con que la galardonaste, pa- 54 Id. 5; EP 124; lC 108.
55 lC 109.
1
56 Id. !bid.
5 LP 100; EP 122.
52
57 2C 214; LM 14, 3.
Id 5; Id. 121.
53
58 E. LECLERC, El Cántico de las criaturas, Oñate 1977 .
Id. 18.
59 2C 214 .
210
211
ª ..... n,,uit, "":!· hl:1\:.1,;~!;l:!!:UU.!~a

nes, dejando en claro que "el santo Evangelio es más impor- Finalmente, el alma intuitiva de Francisco realizó toda-
tante que todas las normas" 60. Adiós, "hijos todos, conser- vía un gesto de gran significación sacramental . Hizo lo mis-
vaos siempre en el temor del Señor, y permaneced siempre mo que Jesús en su última noche, mostrando así "todo el
en El" 61 . amor que tenía a sus hermanos" 64. Tomó pan, lo bendijo, lo
No se olvida de su querida hermana Clara. Sabiendo que partió, y lo distribuyó entre los presentes. Igualmente man-
lloraba, inconsolable, le envió el siguiente mensaje : "Yo, el dó que se leyera el Evangelio de san Juan en el pasaje que
pobrecillo hermano Francisco, deseo seguir hasta el fin el ca- comienza: "Antes de la fiesta de Pascua" (Jn 13, ls). Francis-
mino de la pobreza de nuestro Señor Jesucristo y de su santí- co no era más que diácono, no intentaba atribuirse el poder
sima Madre; os ruego, hijas mías, que nunca os apartéis de de consagrar, sino que quería imitar hasta el fin a Jesús. Y
este camino, aunque en el futuro os aconsejen otra cosa". Y así realizó la celebración de la alianza nueva y eterna. ·
le recomienda al mensajero: "Ve y di a la señora Clara que Todos los biógrafos antiguos cuentan que, en el lecho de
abandone toda tristeza y dolor porque no pueda verme aho- muerte, "invitaba a todas las criaturas a alabar al Señor ... y
ra; pero que sepa que me verán ella y sus hermanas, y ten- aun a la propia muerte, a la que todos temen y de la que abo-
drán en esto gran consuelo" 62. minan". Dándose cuenta de que ya estaba cerca el momento
Tampoco olvida a la hermana Jacoba, rica viuda roma- de la partida, con gran cortesía y espíritu de hospitalidad,
na que fue gran amiga de Francisco: "Sin duda, se quedaría tan característicos de su manera de ser, decía: "Bienvenida
muy triste si supiera que me fui de este mundo sin haberle seas, hermana muerte". Al médico que le asistía lo animaba
avisado antes". La carta que dictó para ella es la siguiente: diciéndole: "Hermano médico, no tengas temor en anunciar-
"A la séñora Jacoba, sierva de Dios, el hermano Francisco, me la proximidad de la muerte. Ella es para mí la puerta de
pobrecillo de Cristo, salud en el Señor y unión en el Espí- la vida" 65 .
ritu Santo. Amiga queridísima, tengo que comunicarte que se Finalmente, pidió que lo volvieran a colocar desnudo en
acerca el fin de mi vida; así me lo manifestó el propio Cris- el suelo, y en honor de su huésped fúnebre y amigo espar-
to bendito. Por lo tanto, si todavía quieres verme vivo, pon- cieran ceniza sobre su cuerpo. Entonces, con voz muy débil
te enseguida en camino. Trae una mortaja de saco para en- entonó el salmo 142: Voce mea ad Dominum clamavi: "con
volver mi cuerpo, y todo lo necesario para la sepultura. Te pi- mi voz clamé al Señor... ". Y al llegar al versículo educ de
do también que traigas aquellos deliciosos pasteles que so- custodia animan meam: "saca mi alma de la cárcel", para
lías prepararme cuando estaba enfermo en Roma ... ". Estaba que vaya a cantar tu nombre, pues me esperan los justos, y
todavía dictando la carta cuando llegó la hermana Jacoba. Un tú me darás el galarón, se hizo un profundo silencio. Y murió
hermano corrió a la cabecera de Francisco y le dijo: "Te trai- cantando.
go una buena noticia". Bastaron estas palabras para que Fran- Cuenta la leyenda que, en este instante crepuscular, cien-
cisco lo entendiera todo, y exclamó: "Alabado sea Dios. Abrid tos de alondras se abatieron sobre la cabaña de Francisco,
la puerta, pues para la hermana Jacoba no hay clausura". Y lamentando tristemente con su canto la muerte del hermano.
allí permaneció hasta el feliz tránsito de Francisco 63. La misma leyenda agrega: un hermano vio el alma del santí-
simo padre como una estrella grande como la luna y brillan-
te como el sol, que se elevaba sobre una blanca nube hacia
60 2C 216.
61 Id. !bid.
62 Regla de santa Clara, 6; LP 13; EP 108. 64 2C 217; LP 22; EP 88; LM 14, 4.
63 LP 8; EP 112; 3C 37-39. 65 2C 217.

212 213
el cielo 66. Las leyendas guardan escondida la verdad de los su mortalidad. La vida, por estructura creacional, es mortal,
hechos empíricos. pues Dios así lo quiso. La muerte, en una recta comprensión
Esta forma de asimilación del trauma de la muerte trans- existencial no se manifiesta sólo al término de la vida, como
formándola en expresión suprema de libertad y, por lo mis- el instante último de la existencia humana. Se instala ya des-
mo, de humanización, plantea una serie de interrogantes. de el comienzo en la propia sustancia de la vida. Cuando na-
¿Qué modo de ser vivió Francisco para asimilar así, dentro cemos, comenzamos a morir, y seguimos muriendo a lo largo
del propio proyecto de vida, el carácter siniestro de la muer- de la vida, hasta acabar de morir. La muerte pertenece, pues,
te? ¿Qué significa, en una vivencia como la descrita, la muer- a la vida. Esta situación de mortalidad no irrumpe a causa
te y el proceso de morir? Tratemos de profundizar estas cues- del pecado. Es así porque Dios hizo la vida mortal. En su
tiones a la luz del caminar de Francisco hacia la muerte. condición natural, Adán (la humanidad) estaba destinado a
morir, porque la propia estructura de la vida terrena, en el
La muerte pertenece a la vida tiempo y en el espacio, se articula en un equilibrio frágil que
se va desestructurando paulatinamente hasta diluirse. Pero
Francisco canta a la muerte, pero no lo hace como un el hombre acogería la muerte como algo normal y querido
romántico avant la lettre que canta morbosamente a la muer- por Dios, tal como acepta el nacer o el despertar del sueño.
te precoz. Su percepción es realista: "ningún hombre puede La muerte no arrebataría la vida, sino este tipo de vida, mun-
escapar de la muerte". Más allá de esta constatación está la dano y mortal, abriendo la puerta a otro tipo de vida, eterna
conciencia de la tragedia que aletea sobre el destino huma- e inmortal, en Dios. Dentro de la mortalidad de la vida, el
no, sobre sus realizaciones, sus aspiraciones, su santidad, y hombre caminaría hacia la vida eterna, creando a lo largo
que tiene su origen en el principio del deseo. La muerte lo de su trayectoria de libertad la forma personal de esta vida
devora todo. Esta muerte que se revela trágica es cantada eterna 6 7.
por Francisco como hermana querida. ¿cómo puede ser con- El pecado dramatizó la aceptación de la muerte como
sideraba como hermana aquella que devora la vida, y a la perteneciendo a la vida y al misterio de la creación buena
que casi nadie abre la puerta, sino que la reciben llorando de Dios. El pecado introdujo el embotamiento de la com-
inconsolablemente? prensión, empañó la visión de la estructura de la vida mor-
Nos parece discernir en la vida de Francisco dos dimen- tal, enemistó la vida con la muerte. El hombre ve a la muer-
siones que esclarecen su reconciliación con la muerte: la acep- te sólo como negación total de la vida. Por eso, se aferra
tación de la mortalidad de la vida y su identificación con la insensatamente a la vida, como si pudiera así escapar de la
Fuente del vivir. muerte. Pero ésta es fatal y cruel. De ahí, la ruptura entre la
La trayectoria de Francisco consiste en una progresiva y, muerte y la vida; aflora el miedo a la muerte y la desespera-
finalmente, cabal integración del conflicto fundamental de la ción ante las primeras manifestaciones de su proximidad.
existencia: el conflicto entre el deseo y la realidad, entre el Esta forma de vivenciar la muerte como algo disgrega-
instinto de la vida (Eros) y el instinto de la muerte (Thana- dor y enemigo es consecuencia del pecado. Por eso, san Pa-
tos), entre la carne y el espíritu, entre los impulsos uránicos blo dice con razón que con el pecado entró la muerte en el
(hacia arriba) y los impulsos telúricos (hacia abajo) . El con- mundo (cf. Rom 5, 12; 1 Cor 15, 21-22; cf. Gén 2, 17; Sab
siguió, por obra y gracia del Misterio, aceptar la vida tal co-
mo ella es, en su exigencia de eternidad, pero también en
67
Para una . teoría filosófico-teológica de la muerte, ver L. BOFF, Hablemos
de la otra vida, Madrid; ID., A Resurrei<;:ao de Cristo a Nossa na Marte,
66 Id. 217a. Petrópolis 1980.

214 215
2, 23 s; Eclo 25, 33) , es decir, esta muerte concreta, tal como Identificación con la Fuente de la vida
es temida y experimentada por los hombres. El proyecto cris- La constatación de la acogida de la muerte como per-
tiano de conversión como recuperación de su humanidad teneciente simplemente a la vida revela la grandeza espiri -
perdida, implica la conquista de la naturalidad frente a la tual y religiosa de Francisco. Pero esto no es suficiente para
muerte. La abraza como una condición necesaria para el en- entender el modo propio de Francisco de relacionarse con
cuentro con la Vida de Dios. la muerte. Un estoico sereno y un racionalista frío pueden
Francisco se reveló como el Adán matinal : vivió con tal también enfrentar con hombría y dominio de sí mismos esta
radicalidad la perspectiva del Evangelio que hizo posible que situación siniestra de la vida. Un luminoso ejemplo de esto
emergiera en él la inocencia original. La muerte aparece en- fue Freud, padre de la psicología moderna. Un cáncer en el
tonces en su carácter vital, deja de ser enemiga de la vida rostro le hacía intolerable la vida. "Su lecho debió ser cu-
tout court, y se muestra como paso de este tipo de vida a bierto con un mosquitero porque el olor fétido que despedía
otro nuevo y definitivo modo de vida en Dios, inmortal y atraía a las moscas ... Sufría terriblemente, y las noches eran
pleno. En esta perspectiva, Francisco podía acogerlo todo co- una tortura ... Pero nada de esto disminuyó su inquebranta-
mo viniendo y adviniendo ·de Dios. Lo integró todo en uni- ble cordialidad. Ni una sola vez durante su enfermedad, di-
dad vital, acogiendo también cortésmente a la muerte, que se ce su mejor biógrafo, Max Schur, pude observar en él algún
convierte así para él en compañera de la vida, hermana de signo de impaciencia, de rechazo o ira hacia cualquiera de
viaje. las personas que lo visitaban" 69. Murió serenamente, aceptan-
¿Qué significa acoger a la muerte dentro de la vida? Sig- do, fiel a su propia teoría, el principio de la realidad y el im-
nifica acoger las manifestaciones de la muerte, como, por perativo de la muerte.
ejemplo, las limitaciones, los achaques, la ignorancia, la fra- En el caso de Francisco, es distinto. Muere saludando
gilidad corporal y espiritual, y todas las enfermedades. En amablemente a la muerte, muere cantando, más allá de todo
consecuencia, Francisco se mostraba profundamente toleran- estoicismo y de toda resignación frente al inevitable princi-
te con las pequeñeces humanas, las propias y las de los de- pio de la realidad mortal. Sólo puede saludar y cantar a la
más. En su Leyenda menor, san Buenaventura cuenta que muerte quien ya está más allá de la propia muerte, o la in-
"Francisco padeció toda clase de enfermedades, tan doloro- corporó a la propia vida. Ni se piense que en Francisco ac-
sas que ninguno de sus miembros se libró de sufrir atrozmen- tuaba la reserva de esperanza que nos viene por la certeza
te. Acabó no teniendo ya sino piel y huesos. Pero las mismas de la Resurrección de Cristo , garantía de nuestra propia re-
enfermedades no eran para él enemigas, sino hermanas; las surrección. No hay ni una sola referencia al respecto en los
sobrellevaba con paciencia y alegría, y daba gracias a Dios biógrafos primitivos. La alegría del Poverello brota de una
por ellas" 68• Aceptaba, pues, la mortalidad, no con amargu- fuente más profunda. Su vinculación con la vida, la natura-
ra, sino con jovialidad, como quien encuentra en ella la ver- leza, los hombres todos, era tan radical que llegó a la raíz
dad de su propia vida. Así como acogió siempre la mortan- que todo lo vivifica, se abrevó en aquella fuente de la que
dad de la vida, así también asumió con alegría el último tran- mana todo lo que existe y todo lo que se mueve, Dios.
ce de la vida, la muerte. · Entre Francisco y Dios se establecieron lazos de tan gran-
de intimidad, que Francisco sentía así: por cuanto Dios es
Dios, por cuanto él es el viviente y la fuente de toda vida,
yo no moriré, aunque muera corporalmente. La superación

69 S. FREUD, Vida e Agonía 3, Río de Janeiro 1981, pp. 642-643.


68 LM 7, 2.

216 217
del carácter trágico de la muerte brota de la certeza y de la CONCLUSION
radicalidad del amar y del sentirse amado. El filósofo cristia-
no Gabriel Marce! se refiere así a esta experiencia: "Si tú
me amas, lo sé, no morirás jamás". Con cuánta razón no de- San Francisco de Asís,
be ser verdadera en Francisco, con su alma finísima y extre- una alternativa humanista
madamente sensible a todo lo que es Dios, sintiéndose que-
rido por Dios hasta las raíces mismas de su ser. Y aquí es y cristiana
donde está, según creemos, la razón de su jovialidad frente
a la muerte. Quien bebe, como él bebió, en la Fuente de la
vida no puede morir, aunque tenga que pasar por la noche
terrible de los sentidos y del espíritu. De enemiga, la muer-
te se transforma en hermana. Es el tránsito necesario hacia
un nuevo y definitivo nacimiento. Puede ser dolorosa, como El contacto con Francisco produce una crisis muy pro-
lo es todo nacimiento, pero hace posible un nuevo adveni- funda y saludable. Su figura nos envuelve como con un halo
miento de la vida, ahora plena en Dios. luminoso que nos revela nuestra mediocridad y lentitud fren-
te a las llamadas que nos vienen de la más profunda verdijd
Nadie puede escapar de la muerte, como lo entendió muy del corazón y del Evangelio. El orientó su vida dentro de la
bien Francisco. Y por eso, todos vivimos para morir. Pero es- utopía, y la mantuvo viva como una brasa entre las cenizas
to no es una tragedia, porque morimos para resucitar. La de todas las rutinas y la racionalidad de la historia. Incorpo-
muerte aparece así como un drama sagrado. Sucede como en ró el arquetipo de la integración de los eslabones más dis-
todos los dramas, y no en las tragedias, que todo termina bien tantes, historizó el mito de la reconciliación del cielo y la
y promisoriamente. Porque es así, puede cantar verdadera- tierra, de los abismos y las montañas. De ahí la fascinación
mente a la muerte: Bienvenida seas, mi hermana la muer- que irradia, y la catarsis humana y religiosa que opera.
te. En esta actitud, la muerte descubre su verdadero rostro:
un rostro de amiga y hermana. Ante Francisco de Asís nos descubrimos imperfectos y
viejos. El se nos aparece como lo nuevo y lo por venir que
Quien llegó a integrar de una manera tan plena lo nega- todos andamos buscando, aunque nació hace, ahora, 800 años.
tivo, y en especial el trauma de la muerte, alcanzó ciertamen- Pero este sentimiento no nos produce amargura, porque su
te el reino de la libertad. Nada podrá ya amenazarlo, por- mensaje encierra tanta dulzura que los mediocres se sienten
que ya no tiene enemigos. Reino de la libertad quiere decir, impulsados a ser buenos, los buenos a ser perfectos y los per-
entonces, Reino de Dios. El Reino de Dios es la concretiza- fectos a ser santos. A nadie le deja indiferente su ardoroso y,
ción de la suprema utopía, de Dios que muere con aquellos al mismo tiempo, tierno llamado.
que le aman, y que "enjugará las lágrimas de sus ojos, y ya
no habrá más muerte, ni llanto, ni dolor, porque todo lo que Con sus actitudes, Francisco nos pone inmediatamente
existía ya no existe más" (Apoc 21, 4). Francisco anticipó delante del Evangelio y del sermón de la montaña. Tomó ab-
esta utopía, y mostró su verdad. solutamente en serio el mensaje de Jesús, como si se le diri-
giera a él personalmente. Lo asumió en su totalidad, ad lit-
teram et sine glosa, y se esforzó por vivirlo con un corazón
generoso y alegre. No quería saber nada de interpretaciones.
Sabía muy bien que la mayor parte de las veces las interpre-
taciones no son sino una castración del vigor del Evangelio.
Y el Evangelio fue simplemente para él su formula vitae.
18 219
Si trató de orientar siempre su vida desde el Evangelio el intercambio, una existencia humana que se basa única
y no desde la sensatez de la racionalidad, no fue, sin embar- mente en el valor del uso: dos túnicas, un capucho, calza-
go, un fanático. Por eso, si abrazó la vida evangélica, mostró do para quienes lo necesiten y los instrumentos de oración y
también el sentido de una regla; si vivió del carisma, enten- trabajo. La ausencia de cualquier excedente está orientada a
dió también la institución; si se entregó a duras penitencias, dejar libre el camino de todos los obstáculos para el encuen-
supo igualmente alegrarse y ser cortés con todos; si asumió tro de los hombres en su transparencia de hermanos, sirvién-
una pobreza radical, postuló de la misma manera una frater- dose uno a otros, como corresponde a los miembros de una
nidad extremadamente sensible a la satisfacéión de las nece- misma familia. Este proyecto puede parecer utópico, y de he-
sidades de unos y de otros; si fue riguroso consigo mismo, se cho, lo es. Pero la utopía pertenece a la realidad, porque és-
mostró al mismo tiempo compasivo con el hermano que gri- ta no se resume en aquello que es y puede ser medi90, sino
ta por la noche: "Me muero de hambre". mucho más en aquello que es posible en ella y puede ser ha-
Se aferró siempre a los dos polos, pero agarrándose pri- cia el futuro. La utopía expresa las posibilidades todas de la
mero firmemente al polo del Evangelio. Quebró sin recelos realidad concretizadas. Porque, aunque no se concretizaran,
las barreras instituidas, para asegurar la libertad evangélica. convoca a nuevas realizaciones, a superar lo ya hecho y en-
Por eso, coexistieron admirablemente en él ternura y vigor, sayado en orden a formas más plenas y humanizadoras.
que resultan de la tensión sustentada permanentemente en- La utopía de Francisco de una fraternidad sin plusvalía,
tre el Evangelio y la norma, entre el sermón de la montaña y, por lo mismo no explotadora, anima las búsquedas moder-
y el orden. Si hubiera tenido sólo vigor, hubiera sido un nas por caminos de satisfacción de las necesidades colecti-
santo duro, inflexible y sin corazón. Si hubiera tenido sólo vas con el menor costo social y personal posible. ·
ternura, proyectaría la imagen de un santo sentimental, dul- La seriedad evangélica de Francisco está rodeada de lige-
zón y sin perfil. Ternura y vigor, coexistiendo en una mis- reza y encanto porque está profundamente imbuida de ale-
ma persona, hacen que brille el sol de Asís, como diría el gría, finura, cortesía y humor. Hay en él una invencible con-
Dante, sol que genera al mismo tiempo luz y calor, el sol fianza en el hombre y en la misericordiosa bondad del Padre.
cantado por el Poverello como "bello y radiante y de gran En consecuencia, exorcizó a todos los miedos y amenazas.
esplendor", pero también la luna con su luminosidad agra- Su fe no lo alienó del mundo, ni hizo de él un puro valle de
dable y serenadora de todas las aristas que dañan y hacen lágrimas. Por el contrario, lo transformó, por la ternura y el
sangrar. Francisco resplandece así como un hombre solar y cuidado, en patria y hogar del encuentro fraterno, donde los
lunar, integración feliz de los opuestos. hombres no aparecen como "hijos de la necesidad, sino como
Francisco representa también un llamado de singular hijos de la alegría" (G. Bachelard). Podemos danzar en el
importancia para nuestra situación actual. Vivimos en un mundo porque es el teatro de la gloria de Dios y de sus hijos.
mundo de cosas; todo es objeto de cambio, de interés, de ne- Francisco de Asís, más que un ideal, es un espíritu y un
gociación, de falsificación, de enmascaramiento y fetichismo. modo de ser. El espíritu y el modo de ser sólo se manifies-
Las cosas perdieron cada vez más su uso humano directo y tan en una práctica, no en una fórmula, idea o ideal. Todo
simple como satisfacción de las necesidades objetivas que de- en Francisco invita a la práctica: exire de saeculo, salir del
ben ser atendidas colectivamente. Con su pobreza radical, sistema imperante, en una acción alternativa que concretice
Francisco postula una radical desapropiación, especialmente más devoción hacia los otros, más ternura con los pobres
del dinero, cuya naturaleza se resume en ser puro objeto de y mayor respeto por la naturaleza.
cambio sin otro uso que el cambio. Inaugura, en el exacto
momento.de la formación del espíritu capitalista, apoyado en

220 221
ANEXOS Y a los teólogos, y a los que nos administran las santí-
simas palabras divinas, debemos honrar y reverenciar, como
a quienes nos administran espíritu y vida.
ANEXO 1: Testamento Y, después que el Señor me dio cargo de hermanos, nin-
de san Francisco guno me enseñaba lo que yo debía hacer, sino que el mismo
Altísimo me reveló que debía vivir según la forma del santo
Evangelio. Y yo en pocas y sencillas palabras lo hice escribir,
y el señor Papa me lo confirmó.
Y aquellos que venían a recibir esta vida, todas las cosas
que podían haber daban a los pobres; y estaban contentos
El Señor me concedió a mí, hermano Francisco, que así con una túnica, remendada por dentro y por fuera, con la
empezase a hacer penitencia; porque, como yo estuviese en- cuerda y los paños menores; y no queríamos tener más.
vuelto en pecados, érame muy amargo ver los leprosos: y el El Oficio lo decíamos los clérigos según los otros cléri-
mismo Señor me llevó entre ellos, y usé de misericordia con gos; y los no clérigos decían el Padrenuestro. Y estábamos
ellos. Y, apartándome de ellos, aquello que me parecía amar- muy de buena gana en las iglesias; y éramos indoctos y obe-
go, me fue convertido en dulcedumbre del alma y del cuerpo. dientes a todos.
Y después poco tiempo estuve, y salí del siglo.
Y yo con mis manos trabajaba, y quiero trabajar; y todos
Y el Señor me dio tal fe en las Iglesias que así simple- los demás hermanos firmemente quiero que trabajen en tra-
mente adorase y dijese: Adorámoste, Señor Jesucristo, en to- bajo honesto. Los que no saben, aprendan, no por codicia
das tus iglesias, que están en todo el mundo, y te bendeci- de recibir el precio de su trabajo, sino por el ejemplo y para
mos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo. echar de sí la ociosidad.
Después me dio el Señor y da tanta fe a los sacerdotes Y cuando no nos dieren la recompensa del trabajo, recu-
que viven según la forma de la santa Iglesia romana, por rramos a la mesa del Señor, pidiendo la limosna de puerta
causa de sus órdenes, que si me persiguieren, quiero recurrir en puerta.
a ellos. Y, si tuviese tanta sabiduría como tuvo Salomón, y
hallase a los sacerdotes pobrecillos de este mundo en las igle- Esta salutación me reveló el Señor que dijésemos: El Se-
sias en que moran, no quiero predicar contra su voluntad. Y ñor te dé paz. ·
a éstos, y a todos los demás quiero temer, amar y honrar co- Y guárdense los hermanos que en ninguna manera reci-
mo a mis señores. Y no quiero en ellos considerar pecado, ban iglesias, pobrecillas moradas y cuanto para ellos fuere
porque yo veo en ellos al Hijo de Dios, y son mis señores. edificado, si no fuere como conviene a la santa pobreza, que
Y por esto lo hago, porque ninguna cosa veo corporalmente hemos prometido en la Regla, hospedándose siempre allí co-
en este mundo de ese altísimo Hijo de Dios sino su santísi- mo peregrinos y extranjeros.
mo cuerpo y sangre que ellos reciben y sólo ellos adminis- Mando firmemente por obediencia a todos los hermanos
tran a los otros. Y estos santísimos misterios sobre todas las que, dondequiera que estén, no osen demandar letra alguna
cosas quiero que sean honrados, reverenciados y colocados en la Curia romana, por sí o por interpósita persona, ni para
en lugares preciosos. iglesia ni para otro lugar, ni con pretexto de predicación, ni
Los santísimos nombres y sus palabras escritas, en cual- por persecución de sus cuerpos; mas, si en alguna parte no
quier lugar no decente que los hallare, los quiero recoger y fueren recibidos, vayan a otra tierra a hacer penitencia con
ruego sean recogidos y en lugar honesto colocados. la bendición de Dios.
222 223
Y yo firmemente quiero obedecer al ministro general de escribir la Regla y estas palabras, así pura y simplemente sin
esta hermandad y al guardián que le pluguiere darme; y así glosa las entendáis, y con santa obra guardéis hasta el fin .
quiero ponerme en sus manos que no pueda ir ni hacer con-
tra su obediencia y voluntad, porque es mi señor. Y aquél que guardare estas cosas en el cielo sea lleno
de la bendición del altísimo Padre, y" en la tierra sea lleno
Y, aunque yo sea simple y enfermo, quiero, sin embargo, de la bendición de su querido Hijo, con el santísimo Espíri-
tener siempre un clérigo que me rece el Oficio, según en la tu consolador y con todas las virtudes de los cielos, y con
Regla se manda. Y del mismo modo, todos los otros herma- todos los santos. Y yo, hermano Francisco, pequeñuelo sier-
nos estén obligados a obedecer a sus guardianos, y a rezar vo vuestro, tanto cuanto yo puedo, os confirmo dentro y fue-
el Oficio según la. Regla. ra esta santísima bendición.
Y si se comprobase que algunos no rezan el Oficio según
la Regla, y quisiesen en alguna manera variarlo, o que no
fuesen católicos, todos los hermanos, dondequiera que estén,
sean obligados por obediencia, en cualquier lugar que halla-
ren a alguno de ellos, a presentarlo al más cercano custodio
de aquel lugar donde lo hubieren hallado. Y el custodio esté
. firmemente obligado por obediencia a guardarlo fuertemen-
te como hombre en prisiones, de día y de noche, de tal ma-
nera que no pueda ser librado de sus manos, hasta que por
su propia persona lo presente en manos de su ministro. Y el
ministro esté firmemente obligado por obediencia a enviar-
lo con tales hermanos, que de día y de noche lo guarden co-
mo al hombre encarcelado, hasta que lo presenten al señor
Ostiense, el cual es señor, protector y corrector de toda la
fraternidad.
Y no digan los hermanos: ésta es otra Regla; porque ésta
es una recordación, aviso y amonestadón, y mi Testamento,
que yo, el pequeñuelo hermano Francisco, hago para voso-
tros, mis hermanos benditos, para que la Regla que al Señor
prometimos, más católicamente guardemos.
Y el ministro general y todos los otros ministros y custo-
dios, por obediencia estén obligados a no añadir ni quitar co-
sa alguna de estas palabras. Y siempre tengan este escrito
consigo junto a la Regla. Y en todos los capítulos que hacen,
cuando leen la Regla, lean también estas palabras.
Y a todos mis hermanos clérigos y no clérigos mando fir-
memente por obediencia que no introduzcan glosas en la Re-
gla ni en estas palabras, diciendo: Así se han de entender.
Mas, así como el Señor me dio pura y simplemente decir y

224 225
ANEXO 2: Cronología de la vida 1208 - Enero o febrero: trabaja en la restauración de
San Damián, San Pedro y Santa María de los
de san Francisco de Asís Angeles o Porciúncula.
1208 - 24 de febrero: escucha el Evangelio de la misa
de San Matías, en la Porciúncula, sobre la mi-
sión de los Apóstoles. Cambia el atuendo de ere-
mita por el.de predicador ambulante, descalzo.
1181/82 - Octubre. Nace en Asís. Bautizado con el nom- Comienzo de la predicación apostólica. Aquí
bre de Juan de Pedro (padre) de Bemardone comienza propiamente el estilo de vida francis-
(abuelo). Se le cambia por el de Francisco. cana, apostólica, de presencia.
1202 - Guerra entre Prusia y Asís. Asís vencida en Co- 16 de abril: recibe en su compañía a los herma-
llestrada. Francisco, con 23 años, pasa un año nos Bernardo de Quintavalle y Pedro Cattani.
prisionero en Perusa. Rescatado por su padre, a El día 23 recibe al hermano Gil en la Porciún-
causa de una enfermedad. Al parecer, en este cula.
tiempo, la familia de Clara estaba refugiada en Primavera (marzo-junio): primera misión. Fran-
Perusa: ella tenía 8 ó 9 años. cisco y Gil van a la Marca de Ancona, en el lito-
ral adriático. Recibe a otros tres compañeros,
1204 - Larga enfermedad.
entre ellos Felipe Longo. Otoño o invierno (en-
1204 - Fin, o primavera de 1205 (entre marzo y junio): . tre setiembre y marzo): segunda misión. Los sie-
parte hacia la Apulia, en el Sur. Vuelve después te van a Poggiobustone, en el valle de Rieti. Des-
de la visión y mensaje de Espoleto. Comienzo pués de haberse asegurado del perdón de sus pe-
de una conversión gradual. En junio de 1205 cados y del futuro crecimiento de la Orden, Fran-
muere el caballero Gualterio de Brienne, jefe de cisco envía a los seis, más otro que se les agre-
las expediciones al Sur. gó, a la tercera misión, de dos en dos. Bernardo
y Gil van a Florencia.
1205 - Otoño (setiembre a diciembre): mensaje del cru-
cifijo de San Damián. Conflicto con el padre. - Comienzos: los ocho vuelven a la Porciúncula.
Se les reúnen otros cuatro. Primavera (marzo-
1206 - Enero-febrero: citado ante el obispo Guido 11 junio ): Francisco escribe una breve Regla, y va a
(1204 a 30 de ·junio de 1228). Primavera (mar- Roma con los once. Obtienen la aprobación del
zo-junio): en Gubbio, cerca de Asís, cuida de los papa lnocencio 111, aunque sólo oralmente. Es-
leprosos. ta sería la primera Regla, perdida. A la vuelta
Verano, probablemente en julio: vuelve a Asís. pasan por Orte, y se establecen en Rivotorto,
Se viste como un eremita y comienza a reparar cerca de Asís, en un tugurio abandonado.
la capilla de San Damián. Fin del proceso de Otón IV es coronado emperador en Roma el 4
conversión; comienzo de los años de conversión de octubre. Permanece en Asís entre diciembre
según la cronología de Tomás de Celano (ejem- de 1209 y enero de 1210. Pasa con todo su sé-
plos lC 18, 21, 55, 88, 109). quito cerca de Rivotorto, no se sabe si antes o
1206 - Verano a después de la coronación. ·

226 227
1210 - Los hermanos se trasladan a la Porciúncula, lue- Alpes y al otro lado del mar. Institución de pro-
go de que un campesino ocupa el rancho que vincias. El hermano Gil va a Túnez, el hermano
habitaban para guardar allí su asno. Elías a Siria. Francisco pretende viajar a Fran-
cia, pero el cardenal Hugolino, legado papal en
Posible comienzo de la Orden Tercera Seglar.
Toscana, lo encuentra en Florencia y lo conven-
La Porciúncula pertenecía a los benedictinos ce de que debe permanecer en Italia.
cluniacenses, quienes la prestaron a Francisco y
sus compañeros. Se convierte en la cuna de la 1219 - 26 de mayo: capítulo general de Pentecostés.
Orden. Grandes misiones al exterior: Alemania, Hun-
gría, España, Marruecos, Francia. En junio,
- Verano (junio-setiembre): Francisco va a Dal- Francisco parte en un navío para Oriente, des-
macia y vuelve. de Ancona, a ejemplo de otros.
1212 - 18-19 de marzo: en la noche del domingo de Ra- Los que van a Francia, al preguntarles si son al-
mos, la noble joven Clara de Favarone huye de bigenses responden que sí, ignorando que aque-
su casa a la Porciúncula. Posiblemente perma- llos eran herejes (cátaros, puros, del sur de Fran-
nece algunos día~ del mes de mayo en el monas- cia). El obispo de París y algunos profesores de
terio de San Pablo y algunas semanas en el mo- la Universidad examinan su Regla constatando
nasterio benedictino de Panza (cerca de Asís), que la misma es católica y evangélica. Se dirigen
y finalmente, en San Damián, donde permane- al Papa, pidiendo información, y éste declara
cerá hasta su muerte. Le sigue su hermana Inés, que son católicos y observan una Regla apro-
dieciséis días después. bada por la Santa Sede.
1213 - 8 de mayo: en San León, cerca de San Marino, A Alemania. viajan cerca de 60 hermanos. Sólo
el conde de Chiusi, Orlando Cattani, ofrece a conocen del alemán la palabra "ja" (sí). Cuando
Francisco el monte Alvernia (La Verna), cerca les preguntan si quieren comida responden "ja"
de Arezzo, para que le sirva como lugar de re- (sí), si son herejes lombardos (pobres de Lom-
tiro. Es el monte de la crucifixión de Francisco, bardía: valdenses) responden también "ja". En-
en 1224. carcelados, golpeados y puestos en ridículo, su-
fren lo indecible. Viendo que nada pueden hacer
1213 - ó 1214/15. Francisco intenta ir a Marruecos, en Alemania, vuelven a Italia. Desde entonces,
entre los sarracenos, pero sólo llega hasta Espa- tienen por tan crueles a los alemanes que pien-
ña, donde enferma gravemente, volviendo luego san que sólo puede volver a Alemania quien es-
a Italia. Tomás de Celano "agradece a Dios es- té dispuesto a ser martirizado.
ta enfermedad", porque a la vuelta de Francisco, En Hungría, los misioneros sufren también·nu-
es recibido en la Ord_en (lC 56). merosos vejámenes. Los pastores azuzan a sus
1216 - Verano (junio-setiembre): Francisco obtiene del perros contra ellos. Los obligan a desprenderse
sucesor de Inocencia 111, el papa Honorio 111, de su ropa, aun la interior, y finalmente se ven
en Perusa, la indulgencia de la Porciúncula. obligados a volver a Italia.
1217 - 5 de mayo: capítulo general de Pentecostés, en Los expedicionarios de Marruecos son martiri-
la Porciúncula. Primera misión más allá de los zados, y luego canonizaqos como los protomár-

228 229
tires franciscanos (Bernardo, Pedro, Acursio, 1221 - Marzo: muere Pedro Cattani.
Adyuto, Otón: + 1220). Movido por este hecho, Mayo: capítulo general de Pentecostés. El her-
Antonio de Lisboa, entonces canónigo regular mano Elías de Cortona es elegido Vicario en SU §-
en Coimbra con el nombre de Fernando, pide titución del fallecido. Francisco presenta la se-
ingresar en la Orden Franciscana. gunda Regla (no bulada, o no aprobada por bu-
- Otoño (setiembre-diciembre): Francisco se diri- la papal), que el hermano Cesáreo de Spira, ver-
ge al campamento del sultán de Egipto, Melek- sado en Sagrada Escritura, adornó con muchos
el-Kamel (1218-38), y se entrevista con él. El 5 textos bíblicos.
de noviembre el ejército de los cruzados toma Hacia el fin del capítulo, Francisco, dice un cro-
Damieta, cerca de Alejandría, en Egipto. Fran- nista, recuerda la misión de Alemania, fracasa-
cisco no consigue gran cosa del sultán. Según el da en 1219. Pregunta si hay voluntarios. "Se pre-
cronista, fue . maltratado al llegar. Ignorando la sentaron cerca de 90, inflamados por el deseo
lengua de los turcos, sólo dice: "Soldán, soldán". del martirio(!), ofreciéndose a la muerte". Entre
Es llevado a su presencia, y luego devuelto a los ellos el cronista que refiere el hecho, Jordán de
campamentos de los cristianos, que cercaban a Giano, y Tomás de Celano, el biógrafo de san
Damieta. Francisco. Esta misión, ahora bien preparada y
dirigida por el hermano Cesáreo, tiene éxito.
1220 - Comienzos: Francisco viaja a San Juan de Acre
(Accon), que es una fortaleza de los cruzados, y - Aprobación de la Regla de la Tercera Orden Se-
se dirige a Tierra Santa. En su ausencia, deja a cular por el papa Honorio 111.
dos "vicarios", quienes comienzan a introducir - (d222?). Francisco predica por el sur de Italia.
algunas novedades en la Orden, agregando al-
gunos días de ayuno y abstinencia a los ya esta- 1222 - 15 de agosto: Fiesta de la Asunción. Francisco
blecidos. Un hermano, a cuyo cargo estaban las predica en Bolonia (sede de estudios jurídicos).
clarisas, pide al Papa algunos privilegios para Sus palabras están encaminadas sobre todo a
ellas, contra la voluntad del santo, que prefiere "extinguir las enemistades y establecer pactos
"vencer por la humildad más que por el poder de paz", como lo recuerda un oyente: "Muchas
de la ley". Otro, sustrayéndose a la autoridad de facciones de nobles entre los que existían viejas
la Orden, intenta fundar una nueva para lepro- enemistades, hasta con derramamiento de san-
sos de ambos sexos. gre, acabaron reconciliándose".
- Primavera o verano (marzo-setiembre): alarma- 1223 - Comienzos: en Ponte Colombo, Francisco re-
do por las noticias que le lleva uno de los her- dacta la tercera Regla, que es discutida en el ca-
manos desde Italia, Francisco regresa de Palesti- pítulo general de junio. La discusión continúa
na, desembarcand'o en Venecia. En esta ocasión, en Roma, y en octubre Francisco se dirige al Pa-
el cardenal Hugolino es nombrado protector de pa para pedir la aprobación de la Regla.
la Orden. 29 de noviembre: con una bula papal, Honorio
- (¿ó 1217-18?) : Francisco entrega el gobierno de III aprueba la Regla definitiva, que todavía está
la Orden al hermano Pedro Cattani, como su en vigor. El texto original se conserva como una
vicario. reliquia en el Sacro Convento de Asís. Probable-

230 231
mente colaboraron en esta regla otros hermanos Junio(?): añade una estrofa al Cántico después
y algún representante de la Santa Sede. de haber logrado que el obispo y el podestá de
24-25 de diciembre: en la noche de Navidad, Asís se reconciliaran.: "Loado seas, mi Señor,
Francisco celebra el nacimiento de Cristo en por los que perdonan por tu amor, y soportan la
Greccio, junto a un pesebre que mandó prepa- enfermedad y la tribulación. Bienaventurados
rar. los que sufren en paz, pues por Ti, Altísimo, co-
ronados serán".
1224 - 2 de julio: una misión de hermanos llega a In-
glaterra, siendo bien recibidos. Aconsejado por una carta del cardenal Hugoli-
no, protector de la Orden, deja San · Damián y
Hacia fines de junio o principios de agosto, el se dirige al valle de Rieti.
Vicario de la Orden, hermano Elías es adverti-
do (¿sueño o visión?) que Francisco vivirá aún Comienzos de julio: recibido en Rieti por el car-
dos años. denal Hugolino y por la corte papal (que esta-
ba allí), acepta someterse a tratamiento por los
15 de agosto a 29 de setiembre: Francisco, con médicos del Papa. Con ese fin, se traslada a Fon-
los hermanos León y Rufino, se retira al monte te Colombo, a instancias del cardenal Hugolino,
Alvernia, preparándose con una cuaresma de pero se difiere el tratamiento, por la ausencia
oración y ayuno para la fiesta de san Miguel Ar- del hermano Elías.
cángel. En setiembre se le aparece un serafín
Julio o agosto (?): en Fon te Colombo, el médi-
l alado, y recibe las llagas.
En octubre o comienzos de noviembre, vuelve
co cauteriza las sienes de Francisco pero con
poco éxito.
1
a la Porciúncula, por Borgo San Sepolcro, Mon-
te Casale y Citta di Castello. Setiembre: Francisco va a San Fabiano, cerca de
11¡
Rieti (la Floresta), para ser tratado por otro mé-
- (¿ó 1225?), diciembre-febrero: montado en un dico, que cauteriza su entreceja. Restaura la viña
asno, Francisco predica por Umbría y Las Mar- del pobre sacerdote del lugar, pisoteada por los
cas (Ancona). · visitantes de Francisco.
1225 - Marzo: visita a Clara en San Damián. Sus ojos 1225 - Octubre a
están muy enfermos. Quiere quedarse allí en una
celda o en la casa del capellán, pero, cediendo a 1226 - Francisco vive ya en Rieti, ya en Ponte Colombo.
lo's ruegos del hermano Elías, consiente en so- Abril: se dirige a Siena para otro tratamiento.
meterse a tratamiento médico. El tiempo es muy Mayo o junio (?): vuelve a la Porciúncula, vía
frío, y el tratamiento se aplaza. Cortona.
Abril o mayo: sometido a tratamiento en San Julio-agosto: es llevado a Bagnara, en el calor
Damián, no mejora mayormente. Recibe la pro- del verano, en las colinas próximas a Nocera.
mesa de la vida eterna. Luego de una noche es-
pecialmente dolorosa, y con molestias de rato- Fin de agosto o comienzos de setiembre: su sa-
nes, compone el "Cántico del hermano. Sol". lud empeora, y es trasladado a Asís, donde se
Junto a santa Clara. aloja en el palacio del obispo Guido, que está
ausente, peregrinando al santuario de San Mi-
guel (29 de setiembre) en el monte Gargano.
232
233
Sintiendo la inminencia de la muerte, pide que INDICE
lo trasladen a la Porciúncula. Llegado a la lla-
nura bendice a la ciudad de Asís. En los últi-
mos días de su vida dicta su Testamento, testi-
monio personal de valor incalculable para la vi-
da y propósitos de hombre tan singular.
Ante la proximidad de la muerte, pide que lo
Versos para caminar 7
coloquen en el suelo. Luego acepta un hábito sobre las huellas de san Francisco ... ..... .. . ..... .
que le presta el guardián. Hace leer el Evangelio
de la última Cena, y bendice a sus hijos presen- INTRODUCCION 11
tes y futuros. El vino añejo también florece . ........... .... .
- 3 de octubre, por la tarde: Francisco muere can- l. San Francisco: la irrupción de la ternura 15
tando el himno Mortem suscepit. El domingo si- y la convivialidad ........... ...... ......... .
guiente, 4 de octubre, es sepultado en la iglesia
de San Jorge, en la ciudad de Asís, pero el cor- ll. San Francisco: la opción preferencial 75
por los pobres ........................ .... . .
tejo fúnebre pasa antes por el monasterio de San
Damián, para la despedida de Clara. lll. San Francisco: la liberación
por la bondad ..... .. ... . ..... . . ...... .. ... .
123
1228 - 16 de julio: Francisco es canonizado. Los restos
son trasladados a la nueva Basílica, en construc- IV. San Francisco: creador de una Iglesia
ción, el 25 de mayo de 1230':'_ popular y pobre .... ..... .... ........... ... .
153

v. San Francisco: la integración 187


de lo negativo de la vida .................... .

CONCLUSION
San Francisco de Asís, una alternativa 219
humanista y cristiana .... .... ........... ....... .

ANEXOS 222
l. Testamento de san Francisco ................ .
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2. Cronología de la vida de san Francisco de Asís ..

* Esta cronología ha sido elaborada por Ildefonso Silveira, ofm., siguiendo


la famosa biografía de O. ENGLEBERT: "Vida de San Francisco de Asís",
Santiago, CEFEPAL-Chilc 1973, pp. 440-443.

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