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EL EMPRENDIMIENTO EN LA TEORIA ECONOMICA:

Una revisión bibliografica

Jose Angel Velasquez G.


FACES

Desde su creación en el siglo XVIII,la ciencia económica ha incluido en sus


formulaciones teóricas ,la figura del empresario y del emprendedor,asi como el
concepto de emprendimiento. Por esta razón hemos considerado de interes
realizar:1) una breve revisión de los aportes teoricos de los economistas sobre
el tema del “emprendimiento “ ,y 2) una síntesis de la relación entre el
desarrollo económico y “emprendimiento”.

1.-PRINCIPALES APORTES TEORICOS SOBRE EMPRENDIMIENTO

RICHARD CANTILLON, economista irlandés-francés escribió el libro “Essay


upon the Nature of Comerce in General” (1775) e introdujo por primera vez, en
la literatura económica del siglo XVIII, el termino “entrepreneur”. Su aporte
ha sido verdaderamente relevante para comenzar a comprender el concepto de
emprendedor y el rol que juega el emprendimiento en la economía (Castillo,
1999).
Cantillon define al “entrepreneur” como el “agente que compra los medios de
producción a ciertos precios y los combina en forma ordenada para obtener de
allí un nuevo producto”. Distingue que el emprendedor, a diferencia de otros
agentes, no posee un retorno seguro. Y afirma que es él, quien asume y
soporta los riesgos que dominan el comportamiento del mercado (Thornton,
1998).

JUAN BAUTISTA SAY (1767-1832) fundador de la escuela clásica francesa y


el más eminente de los discípulos franceses de Adam Smith. Fué industrial del
algodón y Profesor de Economía Política en el Colegio de Francia en Paris y
publicó en 1803 su obra “Tratado de Economía Política”. Influido por su
experiencia en los negocios, utilizó en su libro el termino “entrepreneur”,
distinguiendo entre el prestamista de fondos (capitalista) y quien combina la
tierra, la mano de obra y el capital en empresas de negocios. Say afirmó que el
“entrepreneur” es un individuo líder, previsor, tomador de riesgos y evaluador
de proyectos, y que moviliza recursos desde una zona de bajo rendimiento a
una de alta productividad. Say destaca el hecho de que el éxito emprendedor
no sólo es importante para un individuo, sino también para la toda la sociedad.
Este autor afirma que un país dotado principalmente de comerciantes,
industriales y agricultores será más próspero que uno en el que principalmente
existan individuos dedicados al arte o a la ciencia. (Fergunson, 1948).

JHON STUART MILL (1806-1873), economista ingles, escribió “Los principios


de Economía Política”, el libro de economía ortodoxa más leído, después de la
“Riqueza de las Naciones de A. Smith(1776). Mill enfatizó más la importancia
del emprendimiento para el crecimiento económico. Él expresó que el
desarrollo del “entrepreneurship” requiere de habilidades no comunes y
lamentó la inexistencia de una palabra en el idioma inglés que tuviese el mismo
significado que el término “entrepreneur” en francés (Burnett, 2000).

ALFRED MARSHALL (1842-1924), Profesor de Economía de la Universidades


de Cambridge y Oxford y el más destacado economista ingles después de
Smith y Ricardo. En sus “Principios de Economía Política” (1880) reconoció por
primera vez la necesidad del “entrepreneurship” para llevar a cabo la
actividad productiva. Él introduce el concepto de que los factores de producción
no son tres, sino cuatro. A los factores tradicionales: tierra, trabajo y capital, le
agregó la organización, y la definió como el factor coordinador, el cual atrae a
otros factores y los agrupa. Él creyó que el entrepreneurship es el elemento
que está detrás de la organización, manejándola. Y estableció que los
emprendedores son líderes por naturaleza y están dispuestos a actuar bajo las
condiciones de incertidumbre que causa la ausencia de información completa.
Por otra parte, al igual que Mill, aseguró que los entrepreneurs poseen
numerosas habilidades especiales y que son pocas las personas que pueden
definirse de esa manera. Sin embargo reconoce que una persona puede
aprender y adquirir dichas habilidades (Burnett, 2000).

JOSEPH ALOIS SHUMPETER (1883-1950), austriaco, estudio en la


Universidad de Viena y fue alumno de los celebres Friedrick Von Wieser y
Eugen Von Bohm-Bawerk. Fue el primer economista importante que retomó
el concepto de emprendimiento de Cantillon y Say, en su libro “La Teoría de la
Dinámica Económica”(1911).Este autor planteó la existencia del desequilibrio
dinámico, causado por el empresario innovador, y llamó a las tareas que
realizan este tipo de empresarios “destrucción creativa” (Drucker, 1985).
Se destacó por sus investigaciones sobre el ciclo económico y por sus teorías
sobre la importancia vital del emprendedor en los negocios, subrayando su
papel para estimular la inversión y la innovación que determinan el aumento y
la disminución de la prosperidad. Popularizó el ya mencionado concepto de
destrucción creativa ,como forma de describir el proceso de transformación que
acompaña a las innovaciones.
El principal aporte de Schumpeter es la concepción cíclica e irregular del
crecimiento económico, desarrollada en 1911 en su Theory of Economic
Development ('Teoría del crecimiento económico') mientras daba clases en
Czernowitz en Ucrania. En ella recoge su teoría del “espíritu emprendedor”
(entrepreneurship), derivada de los empresarios, que crean innovaciones
técnicas y financieras en un medio competitivo en el que deben asumir
continuos riesgos y beneficios que no siempre se mantienen. Todos estos
elementos intervienen en el crecimiento económico irregular.
Después de ser Ministro de Economía de Austria tras la Primera Guerra
Mundial,y luego de dirigir el Banco Biederman, pasó a ocupar varias cátedras
universitarias. Durante 1930 y 1940 fue Profesor de muchas generaciones de
economistas en la Universidad de Harvard.
Schumpeter (1942) utilizó el término emprendedor para referirse a aquellos
individuos que con sus acciones causan inestabilidades en los mercados.
Define al emprendedor como una persona dinámica y fuera de lo común, que
promueve nuevas combinaciones o innovaciones. Él lo expresa de la siguiente
manera en su libro “Capitalismo, Socialismo y Democracia: “La función de los
emprendedores es reformar o revolucionar el patrón de producción al
explotar una invención, o mas comúnmente, una posibilidad técnica no
probada, para producir un nuevo producto o uno viejo de una nueva
manera; o proveer de una nueva fuente de insumos o un material nuevo;
o reorganizar una industria, etc.”
Según este autor el equilibrio clásico sería obstaculizado por las acciones de
los emprendedores, en pos de obtener un lugar monopólico en el mercado, por
medio de la introducción de alguna innovación. Ellos estarían incentivados a
arriesgarse, a causa de las ganancias que podrían obtener. Y estas ganancias
monopólicas permitirían la creación de otras innovaciones, ya que las
anteriores habrían sido difundidas, y de esta manera se generaría un proceso
de retroalimentación que propiciaría el crecimiento y el desarrollo. Sin la
existencia de emprendedores que lleven a cabo innovaciones, la tasa de
crecimiento estaría limitada al crecimiento de los factores de la producción y se
dificultaría la generación de dicho proceso.
Los trabajos de Joseph Schumpeter sobre el emprendimiento y la innovación, y
su efecto en el desarrollo económico constituyen una de sus contribuciones
teóricas de la mayor importancia.
En The Theory of Economic Development (1934; en adelante TED) Schumpeter
argumenta que las innovaciones, que constituyen un elemento fundamental
dentro del funcionamiento de un sistema económico, especialmente cuando se
le considera desde un punto de vista dinámico, son realizadas por empresarios,
pero es importante considerar con mayor cuidado qué entiende Schumpeter
por las innovaciones. Para dicho autor, las innovaciones implican llevar a cabo
nuevas combinaciones de factores (“carrying out new combinations” ,TED, 66).
Esta tarea que, reiteramos, de acuerdo a Schumpeter sólo es llevada a cabo
por empresarios innovadores , involucra las siguientes actividades: (1) La
introducción de un producto nuevo (o de un producto conocido de una calidad
distinta); (2) La introducción de un nuevo método de producción o de
comercialización de un producto; (3) La apertura de nuevos mercados; (4) La
obtención de nuevos oferentes de materias primas; y (5) La reorganización de
una industria, lo que puede incluir la monopolización de la referida industria o la
destrucción de un monopolio (TED, 66).
A partir de estas observaciones se puede apreciar que para Schumpeter el
proceso innovador es fundamentalmente distinto de un proceso de invención.
Las “combinaciones” llevadas a cabo por empresarios se basan en elementos
que de alguna forma ya existen pero que son organizados en una forma
novedosa y original. Es en base a estas consideraciones que Schumpeter
puede entonces argumentar que en la medida que una invención no se
transforma en una aplicación práctica ella será económicamente irrelevante
(“economically irrelevant” TED, 88).
El empresario schumpeteriano, quién lleva a cabo las “combinaciones” a las
cuales nos referimos, presenta las características las cuales se asocian
regularmente con la figura de un emprendedor: iniciativa, visión, imaginación.
Pero para Schumpeter el empresario innovador presenta además la
característica de liderazgo. En estricto rigor es éste liderazgo de los
empresarios el que conduce a un proceso de innovación en la economía.
El modelo del empresario cuyas líneas fundamentales definió
Schumpeter, se inserta dentro de una teoría más global del desarrollo
económico y constituye una primera mirada respecto de este tema. Pero
como es bien sabido el tema del emprendimiento es un asunto sobre el cual
Schumpeter volvió, con algunos matices, a lo largo de su vida y en su obra.
Es en “Capitalism, Socialism and Democracy” (1950; en adelante CSD) donde
Schumpeter utiliza la expresión de la “destrucción creativa”, en referencia al
rol fundamental que el emprendimiento tendría en la economía. En sus
propias palabras, “la apertura de nuevos mercados domesticos o extranjeros,el
desarrollo organizacional de canales de comercialización y la creación de
industrias básicas como la fabricación de acero ,ilustran un proceso de mutación
,que revoluciona incesantemente la estructura económica desde adentro,lo cual
va destruyendo las viejas estructuras y creando los nuevos elementos para el
desarrollo.Este proceso de destrucción creativa es un hecho esencial para el
progreso del capitalismo”. (CSD, 83;.)
En esta línea Schumpeter no sólo se manifiesta a favor de un sistema de
patentes de forma de incentivar la innovación, sino que argumenta también
que las prácticas monopolísticas pueden tener efectos beneficiosos sobre la
economía. Esto está relacionado al hecho de que algún grado de poder
monopólico es el premio asociado a un proceso de innovación. Pero desde un
punto de vista más profundo Schumpeter observa correctamente que en un
modelo teórico de competencia perfecta no existirá el progreso económico. De
esta forma el poder monopólico, lejos de ser perjudicial para los consumidores,
ha sido en general beneficioso para ellos; para Schumpeter la influencia
monopólica no es un “mal necesario” debido a alguna “imposibilidad” de un
sistema puramente competitivo, sino que “ este se ha convertido en el más
poderoso motor de progreso y en particular de la expansión del producto total
(CSD, 106).
Schumpeter habría de volver al tema del emprendimiento una vez más durante
la década de 1940, cuando se relaciona con el Research Center in
Entrepreneurial Studies organizado por Arthur Cole en la Universidad de
Harvard. En este centro el enfoque para el estudio del emprendimiento era de
tipo multidisciplinario y Schumpeter habría de participar en varias de sus
actividades . En éste centro Schumpeter escribió una serie de trabajos sobre el
tema del emprendimiento que aparecieron publicados en 1947 y 1949
(Schumpeter 1947, 1949). En estos artículos Schumpeter volvería a resaltar la
importancia del fenómeno del emprendimiento, reiterando conceptos que ya
habría utilizado en otras partes. Así encontramos que el concepto del “creative
response”, que caracteriza al problema del emprendimiento, y la característica
de “getting things done”, que es un elemento que distingue al emprendedor,
son temas que aparecen especialmente destacados en estos trabajos
(Schumpeter 1947)
El punto fundamental a rescatar de sus contribuciones de Shumpeter ,es
el énfasis en el emprendedor como innovador y por lo tanto como
catalizador del progreso económico. Un mundo sin emprendedores es un
mundo estacionario donde no existe ni puede existir el progreso
económico. Como Schumpeter argumenta en uno de sus primeros trabajos,
en un escenario como este nos encontramos con que el agente económico es
en realidad un ser inerte;

LUDWIG VON MISES (1949) economista de la escuela austriaca, identifica tres


características que considera esenciales para que un individuo sea
considerado emprendedor. La primera tiene que ver con que el emprendedor
es un evaluador. Es decir que calcula beneficios y costos numéricos, en base
a los mismos realiza elecciones, y al realizarlas descubre nuevas necesidades
y nuevos factores de producción. A su vez, construye imágenes de las futuras
acciones que pueden realizar otros individuos que actúen en el mercado. La
segunda característica es la de empresario, el emprendedor coordina la
decisión de cómo utilizar los factores, para producir mercancía. Por último,
rescata que el emprendedor “soporta” la incertidumbre, ya que actúa en
función del futuro y no conoce exactamente las acciones que otros seres
humanos llevarán a cabo.

FRANK KNIGHT (1917) fue uno de los economistas más influyentes del siglo
XX y uno de los fundadores de la famosa “escuela económica de Chicago” . En
cuanto a sus aportes a la teoría del empresario, las contribuciones de Knight se
encuentran originalmente plasmadas en su Risk, Uncertainty and Profit
(1917/1921), trabajo que corresponde a una versión revisada de su tesis
doctoral. Se destaca el análisis de Knight respecto del rol del empresario en el
sistema económico. El enfatiza la diferencia entre el riesgo, y la
incertidumbre, donde éste último caso corresponde a la situación en la cual no
es posible tener estimaciones acerca de la probabilidad de un suceso dado
que el evento en cuestión es en gran medida único.
. Según éste autor ,algunos agentes económicos, que el llama
emprendedores son más proclives a enfrentar la incertidumbre existente
respecto de las variaciones que pueden exhibir los datos fundamentales de la
economía.
. En otro trabajo Knight clarificaría las funciones más importantes de un
empresario (Knight 1942),los cuales realizan innovaciones que en esencia
constituyen una función de “leadership, or economic pioneering”. Esta es la
actividad más importante que se puede desempeñar en una economía que
busca crecer de forma permanente y progresiva.

ISMAEL KIRSNER (1998), pertenecece tambien a la “escuela austriaca de


economía”. El plantea que la función empresarial en el mercado no es fácil de
entender, y trata de explicarla mediante lo que denomina elemento empresarial
en la acción individual humana. Él lo define como el elemento de impulso y
perspicacia, que resulta necesario para definir los fines a alcanzar y los medios
que harán posible la consecución de dichos fines.

Este autor afirma que, en toda acción humana está presente éste elemento
empresarial y que dicha acción no se puede analizar en términos de eficiencia
económica. En este punto coincide con Schumpeter y reafirma la idea de que
las teorías basadas en la racionalidad en la toma de las decisiones de los
individuos, no logran explicar la función empresarial en el mercado.

La teoría del empresario de Israel Kirzner se encuentra, esencialmente,


contenida en su clásico “Competition and Entrepreneurship” (1973). Si bien la
producción intelectual de Kirzner sobre este tema ha continuado desde
entonces, sus contribuciones posteriores pueden ser consideradas como
reformulaciones y extensiones del argumento central planteado en el trabajo
mencionado. En este modelo el punto de partida es el agente económico como
un “homo agens”, derivado del concepto de la “acción humana” de Ludwig von
Mises (Kirzner 1973, 33). Esta idea es muy diferente al “homo economicus”
tradicional, principalmente en cuanto a que es un concepto más amplio y a la
vez más rico en términos de sus implicancias respecto del comportamiento de
los agentes. En efecto, para Kirzner el agente económico es una persona que
no sólo “maximiza”, o que simplemente resuelve problemas de asignación de
recursos (por importantes que sean estas actividades); el agente Misesiano
también es capaz de identificar nuevos fines y de considerar nuevos medios de
alcanzar tales objetivos. Esto involucra combinar la capacidad de resolver
problemas de asignación de recursos con la posesión de una visión que inspira
la acción empresarial (Kirzner 1979, 166-167).
La característica principal ,que de acuerdo a Kirzner define a un
emprendedor es su capacidad de identificar oportunidades en el
mercado; esto es lo que denomina como “alertness”. De esta forma, para
éste autor “esto es el elemento empresarial que es responsable para entender
la acción humana como activa y creativa”
Esta actitud alerta de los emprendedores les permite a su vez cumplir un rol
equilibrador en los mercados. El emprendedor actúa como un virtual arbitro,
realizando negocios o explotando oportunidades que otros agentes no habían
percibido
Como se deduce de la cita anterior es importante enfatizar que el emprendedor
cumple un rol fundamental en el mercado precisamente porque los agentes no
tienen información completa. Vivimos en un mundo donde existe una gran
ignorancia, pero donde a la vez la actividad en el mercado de los
emprendedores permite difundir mayores niveles de información.
Es la difusión de mayores niveles de información y la explotación de
oportunidades de negocios que no eran percibidas y, por lo tanto,
estaban siendo efectivamente desaprovechadas, lo que le otorga al
emprendimiento un papel clave en el modelo austriaco de Kirzner.
Para Kirzner (1979) el emprendimiento, siendo una actividad esencialmente
sorprendente, no es el resultado de la suerte. Lo que en realidad sucede es
que algunos agentes son más alertas que otros. Pero es interesante notar que
de acuerdo a Kirzner la capacidad que tienen los agentes en términos de notar
posibilidades de negocios es, de alguna forma, inconsciente; ni ellos mismos
saben que la tienen (y esta es, entonces, la razón principal por la cual el
emprendimiento no puede ser un factor productivo).

PETER DRUCKER (1985), economista austriaco- norteamericano, es uno de


los autores más importantes en el tema gerencial. Define al entrepreneur como
aquel empresario que es innovador, y aclara la común confusión de creer que
cualquier negocio pequeño y nuevo es un emprendimiento, y quien lo lleva a
cabo un emprendedor. Destaca que, aunque quien abra un pequeño negocio
corra riesgos, eso no quiere decir que sea innovador y represente un
emprendimiento. Drucker plantea el caso de McDonald Hamburguer como un
ejemplo. Es verdad que en ese emprendimiento no se invento un nuevo
producto, pero sí fue innovador en el aumento del rendimiento (vía la
tipificación del producto y el entrenamiento del personal, entre otras cosas) y en
la forma de comercialización.
Este autor afirma que el ser emprendedor no es un rasgo del carácter,
sino una conducta. Según él, cualquiera que sea capaz de tomar
decisiones puede aprender a ser un empresario innovador. Considera que
la base del emprendimiento es teórica y no intuitiva. El emprendimiento resulta
entonces un rasgo característico de un individuo o institución, pero no de
personalidad.
A su vez, destaca que las personas que necesitan certezas no poseen
condiciones apropiadas para ser emprendedoras. Analiza como el entrepreneur
observa el cambio como norma saludable, aunque no sepa exactamente que
ocurrirá a raíz de dicho cambio. Y aclara que, aunque no lo lleve a cabo él
mismo, lo busca, responde ante éste y lo explota como una oportunidad. Por
otra parte, Drucker analiza que el concepto de entrepreneur no debe estar
limitado a la esfera económica porque está en relación con todas las
actividades humanas.

HOWARD STEVENSON, profesor de la Universidad de Harvard, realizó en la


década de los ‘80 un análisis acerca de la mentalidad emprendedora, y
concluyó que se basaba más en las oportunidades que en los recursos
(Castillo, 1999).
Stevenson realiza un análisis similar al de Drucker, ya que expresa que crear
una empresa no es suficiente para ser considerado emprendedor. Un
emprendedor, además de ser creador de una empresa, busca continuamente la
oportunidad y crear nueva riqueza. Él considera imprescindible que el
empresario innove para encuadrarlo como emprendedor. Y cabe aclarar que
innovar no implica sólo crear un nuevo producto, puede innovarse al crearse
una nueva organización o una nueva forma de producción o una forma
diferente de llevar adelante una determinada tarea, etc.
Stevenson (2000), hace hincapié en el emprendimiento como un fenómeno
relacionado con el comportamiento y analizó las diferencias entre
emprendedores exitosos y ejecutivos exitosos. Básicamente plantea que
los emprendedores exitosos poseen una cultura emprendedora, mientras que
los ejecutivos exitosos una cultura administrativa. Según él, la cultura
administrativa tiene que ver con un estado más estático y la emprendedora con
un estado más dinámico. En la primera el ejecutivo arma su estrategia en
función de los recursos que controla, mientras que en la segunda, el
emprendedor arma su estrategia según la percepción de la oportunidad..

WILLIAM BAUMOL (2002) Profesor de Economía de Princeton , N.Y, se


planteó un verdadero programa de investigación sobre el tema del
emprendimiento. Baumol ha examinado el problema de la oferta de
empresarios,lo cual es sumamente importante para un análisis cuidadoso del
proceso de emprendimiento, a la vez que tiene implicaciones trascendentales
desde un punto de vista del proceso de crecimiento económico.
En el modelo que analiza, Baumol (1990) parte de la base de que si bien en
distintas sociedades existe una diferente oferta de empresarios, el impacto que
estos empresarios tienen en sus respectivas sociedades no sólo depende de
sus números relativos. Dicho de otra forma, el factor verdaderamente relevante
para analizar la contribución empresarial está dado por el comportamiento de
los empresarios. Y, a su vez, esta conducta estará determinada por la
estructura de incentivos, en otras palabras, por las instituciones que
existan en una comunidad dada.

Este autor busca explicar las diferencias en materia de emprendimiento y de


desarrollo económico entre distintas naciones sin tener que recurrir a
explicaciones raciales, o religiosas, o a otras justificaciones que postulen que
existan sociedades donde los agentes tienen mayores o menores cualidades
innatas para emprender.
Este modo de examinar el asunto es atrayente desde el punto de vista de las
políticas públicas, si el problema que debieran enfrentar los expertos de una
sociedad fuera el de tratar de incrementar la oferta de empresarios, o de alguna
forma incrementar el espíritu emprendedor.
En cuanto a su teoría de la oferta empresarial, Baumol desarrolla su análisis
basándose en el modelo Schumpeteriano. Como ya hemos visto, en este
modelo el empresario puede desarrollar distintos tipos de labores, desde la
introducción de nuevos productos, a la creación de una nueva organización
industrial que podría incluir el establecimiento de una posición monopólica en
un mercado determinado. Pero Baumol alega que es posible ampliar la lista de
estas actividades que podría desarrollar un empresario para incluir actividades
de búsqueda de rentas o “rent-seeking” y, para ser más exactos,
“innovations in rent-seeking procedures” (Baumol 1990) Después de todo no
hay ninguna razón para que un agente creativo utilice su creatividad
exclusivamente en actividades que incrementan el bienestar social (como sea
que uno defina este término). Más aún, el ámbito de las actividades posibles a
desarrollar por parte de empresarios no abarca solamente a actividades de tipo
no-productivas, sino que incluso puede incluir acciones destructivas del valor
de los productos de la sociedad.
Si bien el trabajo de Baumol no examina, más allá de mencionar algunos
ejemplos, en qué sentido se podrían proponer cambios en las “reglas del juego”
para incentivar una mayor eficiencia social del esfuerzo empresarial, su
trabajo es sumamente interesante en términos de destacar el rol que la
estructura de incentivos de una sociedad tiene sobre la asignación del
recurso empresarial, y por lo tanto en cuanto a la determinación de la
influencia de esa actividad empresarial en la economía.
Baumol(1990) relaciona la calidad institucional con la teoria shumpeterianan
del emprendimiento y desarrolla el concepto de emprendimiento productivo
e improductivo.

MARK CASSON (2004),Profesor de Economia de la Universidad de Reading,


Inglaterra, contribuye al desarrollo de la teoría de la firma y el emprendimiento.
En sus aportes ha defendido la teoría de que el emprendimiento es un
elemento clave para el crecimiento y la supervivencia de las empresas en un
ambiente volátil. Esta volatilidad refleja el hecho de que el ambiente económico
está continuamente sometido a choques(shocks) que son causados por
accidentes, cambios en los gustos del consumidor y el progreso tecnológico
generado por los experimentos cientificos.

2.-EMPRENDIMIENTO Y DESARROLLO ECONOMICO

El crecimiento económico ha sido ampliamente estudiado a lo largo de los


años. En una contribución muy influyente a la teoría económica, el Prof.Robert
Solow (1956),Premio Nobel de Economia, identificó el progreso tecnológico
como clave para un proceso de crecimiento sostenido. Pero el modelo
neoclásico de Solow, útil en ejercicios relacionados con las fuentes del
crecimiento sostenido, falló en explicar las causas de éste.
La relevancia del empresario innovador y del emprendimiento desde el punto
de vista del crecimiento económico es evidente. Los estudios de contabilidad
de crecimiento del Prof. Solow en el MIT ,han permitido encontrar “residuos”
que ha sido imposible explicar a través de modelos que sólo consideran la
acumulación de factores. Parece razonable suponer que las innovaciones que
causan estos aumentos de la productividad tienen como esencia un
comportamiento emprendedor, en el sentido de que son los empresarios
quiénes mayoritariamente introducen tales mejoras en las diferentes áreas
productivas. Estos mismos temas aparecen también en la literatura de los
modelos de crecimiento endógeno que buscan modelar el efecto de
innovaciones, producto del espíritu emprendedor, sobre la economía (aunque ,
los mecanismos de transmisión del emprendimiento a las innovaciones y
al crecimiento no han sido adecuadamente explicitados)

Desde un punto de vista algo distinto, recientemente William Baumol se ha


referido al espíritu emprendedor de una sociedad como el principal factor
que explica el “growth miracle of capitalism” (Baumol 2002). El hecho de
que en una economía de mercado la innovación sea una condición clave para
la supervivencia de una empresa significa que existen, bajo esta organización
institucional, incentivos para un proceso de crecimiento económico sostenido. A
su vez, detrás de este proceso innovador existiría una actividad emprendedora
de agentes que quieren ser exitosos en sus actividades empresariales. Este
modelo permite, entonces, sobresaltar la importancia de la innovación en la
economía y, a la vez, integrar el proceso de innovación al corpus de la teoría
económica.

Más recientemente, la atención se ha enfocado en el rol que juegan las


instituciones en términos de defender políticas económicas responsables,
respetar los principios de la propiedad y los contratos privados, promoviendo
así el crecimiento económico. Las instituciones determinan la estructura de los
incentivos en la economía. William Easterly (2001) ha sido especialmente
elocuente al argumentar como las personas responden a los incentivos.
Cuando la estructura de incentivos de una nación no está establecida
correctamente, los agentes que interactúan bajo esas reglas pueden no
encontrar ventajoso emprender actividades que refuercen el crecimiento.
Hoy, economistas y profesionales en el campo de la economía del desarrollo
aprecian estas observaciones sobre las relaciones entre diseño institucional y
desempeño económico.
A pesar de la relevancia de estas contribuciones, los autores consideran que
en el análisis final el esfuerzo emprendedor es el elemento clave tras el
proceso de crecimiento económico. El emprendimiento es la acción
humana (Mises, [1949] 1996). Y es esta conducta, en la forma de ingenio y
creatividad, la “fuerza conductora” del crecimiento económico” –
parafraseando a Ludwig von Mises e Israel Kirzner–.
Aunque los teóricos económicos modernos reconocen que los agentes
económicos no actúan en un vacío y que responden a los incentivos (esto es,
las instituciones guían la conducta individual), el punto fundamental sigue
siendo que el emprendimiento, entendido como una conducta decidida,
ciertamente representa la fuente última de innovación y progreso
económico.

En el conocido modelo de emprendimiento de Israel Kirzner (1973), esta


predisposición hacia las actividades emprendedoras involucra reconocer
(“descubrir”) oportunidades rentables antes inadvertidas en el sistema
económico. En la medida en que a través de sus actividades los
emprendedores llevan recursos y activos escasos a usos en los que su valor
económico sea mayor, también puede decirse que promueven el crecimiento
económico (Steele, 1998).

Como se mencionó anteriormente,el mecanismo específico a través del cual el


emprendimiento influye en el crecimiento económico ha sido explicado de
forma concienzuda y convincente por Joseph Schumpeter, Este autor
describió claramente los mecanismos a través de los cuales actúan los
emprendedores. En su marco, la innovación es la actividad central que éstos
realizan, quienes, como tipos de personalidad, son líderes y no seguidores.
Para Schumpeter, el emprendimiento influencia el crecimiento económico a
través del ya mencionado proceso de “destrucción creativa” que aparece en
su libro “Capitalismo, Socialismo y Democracia”: las sucesivas innovaciones
causan un cambio constante en el mercado, donde la competencia ocurre no
sólo al margen, sino en los cimientos mismos de las vidas de las firmas
existentes. El mercado se caracteriza por un proceso continuo de entrada y
salida de firmas de negocios, lo que lleva a una alta eficiencia en términos de lo
que los economistas modernos llaman productividad total de los factores, y así
a altas tasas de crecimiento económico.

La importancia de las actividades emprendedoras aparece también en el


trabajo de economistas interesados en el análisis de los sistemas
económicos comparados. La diferencia entre progreso y retroceso (o
sociedades estacionarias) es que el primero tiene emprendedores
productivos. En un trabajo reciente, William Baumol (2002), ha argumentado
de modo convincente que el “crecimiento milagroso del capitalismo” está ligado
intimamente a los esfuerzos de innovación de los emprendedores,
,incentivados por un sistema competitivo de recompensas, en un contexto en
que los principios de propiedad y contrato se respetan. (economia institucional
favorable)

Emprendimiento y desarrollo económico en America Latina

America latina ha mostrado altos niveles de emprendimiento en el curso de su


historia, pero tasas modestas de crecimiento económico. ¿Como se explica
esta paradoja? Dos destacados economistas latinoamericanos encuentran en
la pobre calidad institucional que caracteriza a nuestra región una posible
respuesta. (Cristian Larroulet y Juan Pablo Couyoumdjian.)
En la historia latinoamericana reciente, existen pruebas suficientes de que ese
deficiente crecimiento está íntimamente relacionado con el desarrollo de
actividades de emprendimiento en el contexto de un marco institucional poco
apropiado.
En el trabajo de estos autores se examinó la evolución del emprendimiento en
América latina de acuerdo a los estudios de Global Entrepreneurship Monitor
(GEM), los cuales presentan un conjunto clave de estadísticas internacionales
comparables sobre emprendimiento y han formado la base de importantes
estudios sobre el rol y las determinantes del mismo. Adicionalmente, se
contrastan los cambios en el emprendimiento con los cambios en el
desempeño económico y se obtiene un resultado aparentemente paradójico:
América latina se caracteriza por altos niveles de emprendimiento pero tasas
relativamente modestas de crecimiento económico.

En las investigaciónes del Global Entrepreneurship Monitor (GEM). , la medida


de emprendimiento se representa por la variable “actividad emprendedora
temprana”, que identifica a los emprendedores nacientes como porcentaje de la
población económicamente activa.
Por lo general se cree, que muchos países desarrollados tienen un “espíritu
emprendedor” mayor que el promedio, y la evaluación establecida para
Estados Unidos es clara en este sentido. Se dice, incluso, que la herencia
cultural y las instituciones de las naciones desarrolladas pueden tener algo que
ver con este factor empresarial distinto. En el caso de América latina, por otra
parte, podría decirse que las políticas estatistas prevalecientes durante gran
parte del siglo XX restringieron mucho el éxito económico basado en iniciativas
emprendedoras para la creación de nuevas empresas . En este sentido, la
sensación general de frustración económica así generada, junto con un
contexto institucional frágil, ha llevado a episodios recurrentes de populismo
que, inevitablemente, han conducido a profundas crisis económicas y políticas
en la región (Dornbusch y Edwards, 1991).
A pesar de esta historia de inestabilidad y fragilidad institucional, es interesante
notar que los estudios GEM muestran que América latina exhibe niveles
especialmente elevados de actividad emprendedora . Durante el período para
el cual se tiene información disponible , los países de la región latinoamericana
presentan las segundas tasas más altas de emprendimiento en el mundo:
como promedio entre 2000-2007, casi 18% de la población en edad laboral
estaba involucrada en actividades emprendedoras. Esto es significativamente
más alto que las tasas de emprendimiento en la Unión Europea, Asia y
Norteamérica.
Más aún, en 2007 las nueve naciones latinoamericanas que participaron en los
estudios GEM tenían tasas de emprendimiento más altas que la tasa promedio
total en la muestra. Estos resultados sugieren que los países latinoamericanos
tienen altos niveles de emprendimiento no por mero accidente, sino que se
trata de un patrón sistemático.
“A la luz de estas cifras, es pertinente formular la siguiente pregunta : ¿qué
hace que los países latinoamericanos exhiban niveles tan elevados de
emprendimiento, exactamente lo opuesto a lo que sugieren las creencias
prevalecientes? Responder a esta interrogante exige un examen más cercano
de las características y naturaleza específicas de las actividades
emprendedoras en la región, así como una consideración sobre el contexto
institucional de emprendimiento.” (Larroulet y Couyoumdjian,2008)
Como las naciones latinoamericanas exhiben niveles especialmente elevados
de actividad emprendedora, se deberia esperar que también presentaran altas
tasas de crecimiento económico. Pero, como ya se mencionó , la evidencia
empirica no apoya esta visión.
“Nos enfrentamos entonces a un enigma: ¿por qué los países
latinoamericanos tienen tasas bajas de crecimiento económico si
presentan tasas tan altas de emprendimiento? Tal vez el emprendimiento en
realidad no importa para el crecimiento económico o, tal vez, el proceso de
crecimiento económico es diferente en las economías latinoamericanas. Otra
explicación posible apunta a la existencia de rezagos temporales significativos
entre nuevos emprendimientos y sus efectos sobre el crecimiento económico
general.”(Larroulet y Couyoumdjian,2008)
. Este ultimo argumento no considera que los datos del GEM sólo registran el
número total de emprendedores respecto de la población de cada país y no
brindan información sobre el número de nuevos emprendimientos cada año

Capitalismo bueno, capitalismo malo


En un libro escrito recientemente por los economistas William J. Baumol,
Robert E. Litan y Carl J. Schramm, "Capitalismo Bueno, Capitalismo Malo, y la
Economía del Crecimiento y la Prosperidad", analizan la relación entre el nivel
de emprendimiento y el crecimiento económico,asi como el círculo virtuoso
que debe existir entre estos dos fenomenos.
A través de las páginas del texto, se presenta en términos completamente
accesibles materias que son de suma relevancia desde la perspectiva de las
políticas públicas..
Los autores, reconocidos expertos en el tema del emprendimiento, son
cuidadosos en explicar que su intención no es presentar un argumento
monocausal sobre emprendimiento y crecimiento económico. Sin embargo,
plantean cuatro propuestas que permitirían sostener un crecimiento económico
de punta en el largo plazo. La clave estaría en las características que debe
presentar una institucionalidad capitalista para promover el emprendimiento y
alcanzar un crecimiento económico elevado. En esta línea -argumentan los
autores-, no existe un único sistema capitalista sino que son distintos los tipos
en que aparece este sistema. Lo importante es, por lo tanto, saber valorarlos
de forma diferente.
Hechas estas advertencias, lograr un proceso de crecimiento sostenido implica
que exista una economía capitalista emprendedora. Para llegar a obtenerla
se requiere a su vez: facilitar la creación de nuevos negocios y su
desarrollo; premiar las actividades emprendedoras productivas;
desincentivar las actividades improductivas; y mantener a los líderes
innovando continuamente.
Detrás de todo ello está la necesidad de revalorar el espíritu
emprendedor. Una economía sin emprendedores innovadores tenderá
inevitablemente a estancarse. El progreso económico representa en su
propia esencia un proceso de cambio permanente, liderado por los
emprendedores,( proceso que Schumpeter bautizó como "destrucción
creativa".)
Los esfuerzos realizados por los individuos para mejorar su situación personal
constituyen un impulso generalizado a lo largo de la historia. Pero la
asignación del esfuerzo emprendedor a actividades productivas o
improductivas dependerá de la estructura de incentivos en la economía.
De la misma forma, las invenciones que se generen sólo serán relevantes si se
transforman en innovaciones prácticas, lo cual implica que efectivamente se
premie a los emprendedores realmente innovadores. Esto genera el incentivo
para que una invención se transforme en una innovación fructífera.
Los distintos tipos de capitalismo que analizan Baumol, Litan y Schramm son
consistentes con actividades emprendedoras, entendidas éstas en el sentido
amplio de la palabra. Emprendedores existirán siempre: ésta es una de las
características que nos distingue como humanos. Pero para que la
energía, la voluntad y la imaginación de los emprendedores efectivamente
impacte sobre el crecimiento económico se necesita de un entorno
institucional adecuado. Es allí donde radica la diferencia entre un
capitalismo bueno y un capitalismo malo.
. La innovación consiste en la búsqueda de esas oportunidades de cambio, y
en la puesta en marcha de los pasos necesarios para implementarlo. Es
legítimo que el empresario innovador disfrute de los beneficios económicos
derivados de la innovación. Sin esta posibilidad de apropiación desaparecería
el incentivo para el progreso.
El concepto de empresario en general es más amplio. Para Baumol, “se trata
de una persona que organiza, opera y asume el riesgo de crear nuevos
negocios”. No siempre los actos de los empresarios son productivos para la
sociedad. “El acto de asaltar un banco, o de explotar el comercio de productos
ilícitos, requiere de talento empresarial, pero las consecuencias de estos actos
son destructivas para la sociedad, en términos de disminución de los derechos
de propiedad, de vidas humanas y de riqueza.”
Es posible que en determinadas circunstancias, la acción empresarial no se
oriente hacia la innovación, sino hacia la “búsqueda de rentas”, y en esos
casos, tampoco su actividad es beneficiosa para la sociedad.
Los autores explican esta afirmación con más detalle: si la manera como
interviene el Estado en la producción y la distribución de recursos da lugar a
que existan oportunidades de acceder privilegiadamente hacia ciertos
beneficios que no están disponibles para todos (licencias de importación,
créditos preferenciales, subsidios especiales, exenciones tributarias,
concesiones monopólicas para explotar un negocio, etc), se crea una
oportunidad para que algunos agentes económicos obtengan ingresos
extraordinarios que no se generan por su aporte a la sociedad. Ese tipo de
ingresos extraordinarios se denominan “rentas” en la literatura económica.
Puesto que los empresarios racionales dirigen sus esfuerzos hacia donde está
las oportunidades de dinero, la existencia de estas distorsiones lleva a muchos
de ellos a que, en lugar de dirigirse hacia la auténtica innovación, orienten sus
esfuerzos hacia la obtención de los privilegios que otorga el Estado. Esta
actividad “buscadora de rentas”, es perjudicial para la sociedad.
“En primer lugar, absorbe recursos humanos valiosos, puesto que individuos
talentosos deben orientar sus esfuerzos hacia esta actividad, que de ser
exitosa, es altamente rentable. Pero por definición, no todos los que buscan el
privilegio lo pueden obtener. El esfuerzo de los empresarios “perdedores”,
aquellos que buscaron el privilegio pero no lo obtuvieron, se desperdicia. Por
otra parte, el acceso privilegiado a un mercado o a un recurso crea pérdidas en
el bienestar social, En fin, el empresario que no se esforzó por obtener los
privilegios, sino que creyó que bastaba con su aporte productivo, va a ser
desplazado en la competencia por el que obtuvo el tratamiento
privilegiado.”(Baumol,et.al.,2008)

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JAVG 02/12/1009

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