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1. deber de transmitir la vida de los esposos ha planteado problemas de conciencia y que la iglesia
no puede ignorar.
I Nuevos Aspectos del problema y competencia del magisterio
2. Nuevo enfoque del problema
rápido desarrollo demográfico frente a las reservas que se disponen
consideración de la personalidad de la mujer y sui puesto en la sociedad
3. ¿No sería indicado revisar las normas éticas hasta ahora vigentes, sobre todo si se considera que
las mismas no pueden observarse sin sacrificios algunas veces heroicos? Dado el creciente
sentido de responsabilidad del hombre moderno, no ha llegado el momento de someter a su
razón y a su voluntad, más que a los ritmos biológicos la natalidad.
Competencia del magisterio
4. Profunda reflexión acerca de los principios de la doctrina moral del matrimonio, doctrina
fundada sobre la ley natural y enriquecida con la revelación.
5. Comisión de estudios creada por Juan XXIII han permitido ponderar mejor los diversos
aspectos del argumento que se da.
II Principios Doctrinales
7. Limitar el problema de la natalidad a perspectivas parciales de orden biológico, psicológico,
demográfico o sociológico no sería correcto sino que hay que considerarlo a la luz de una visión
integral del hombre y su vocación natural, terrena, sobrenatural y eterna.
Amor Conyugal
8. Verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan en su fuente suprema, Dios, que
es amor. El matrimonio es una sabia institución del Creador para realizar en la humanidad su
designio de amor. Mediante su recíproca donación personal, propia y exclusiva de los esposos,
tienden a la comunión de sus seres en orden a un mutuo perfeccionamiento personal,
colaborando con Dios en la generación y en la educación de nuevas vidas.
9. Estas características son:
amor plenamente humano (sensible y espiritual al mismo tiempo), acto de la voluntad
libre, destinado a crecer y mantenerse mediante las alegrías y dolores cotidianos. Se
convierten en solo corazón y una sola alma para alcanzar juntos la perfección humana.
Es un amor total, forma singular de amistas personal, donde se comparte todo, el gozo
de poderse enriquecer con el don de sí.
Es un amor fiel y exclusivo hasta la muerte, asumido libremente, fidelidad que es
siempre posible, noble y meritoria, manantial de felicidad profunda y duradera.
Es un amor fecundo, que además de la comunión de los esposos se prolonga suscitando
nuevas vidas, con la procreación y la educación de la prole, pues los hijos son el don
más excelente del matrimonio y contribuyen al bien de los propios padres
Paternidad responsable
10. Aspectos legítimos y las relaciones entre si sobre la paternidad responsable.
En relación con los procesos bilógicos, significa conocimiento y respeto de sus
funciones.
Tendencias del instinto y de las pasiones, exige dominio sobre aquellas que han de
ejercer la razón y la voluntad.
en cuanto a condiciones físicas, económicas, psicológicas y sociales, se pone en práctica
con la deliberación ponderada y generosa de tener una familia numerosa, o con la
decisión, tomada por graves motivos y en el respeto a la ley moral, de evitar un nuevo
nacimiento durante un tiempo o por tiempo indefinido.
Comporta su ejercicio responsable, exige que los cónyuges reconozcan plenamente sus
propios deberes para con Dios, para consigo mismo, para con la familia y la sociedad, en
una justa jerarquía de valores.
La misión de transmitir la vida no es una tarea autónoma, sino que los esposos tienen
que conformar su conducta a la intención creadora de Dios.
15. Pero es lícito el uso de medios terapéuticos verdaderamente necesarios para curar enfermedades
del organismo.
Dominio de sí mismo
21. Dominio del instinto mediante la razón y la voluntad libre según el orden recto y para observar
la continencia periódica, disciplina propia de la pureza de los esposos. Esfuerzo continuo que
desarrolla la personalidad de los esposos, aportando a la vida familiar frutos de serenidad y de
paz y facilitando la solución de otros problemas, ayudando a superar el egoísmo Así los padres
adquieren la capacidad de un influjo más profundo y eficaz para educar a los hijos, y éstos
crecen en la justa estima de los valores humanos y en el desarrollo sereno y armónico de sus
facultades espirituales y sensibles.