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GINZBURG, historiador.
Este historiador, realiza una interpretación histórica de cómo se formó las Ciencias Sociales
y Humanas; de su cientificidad, que ha a estado en disputa por mucho tiempo. Lo que hará
es analizar la diferenciación de la cientificidad de las cs duras con respecto a las cs
sociales.
La propuesta de Morelli tiene que ver con los prestigios históricos, que no solo encontró
resonancia en el campo artístico, si no también en otros campos.
Donde a partir de cosas insignificantes, para el ojo común, para el ojo entrenado se
descubren y construyen muchas cosas.
“Método Morelliano“ : Morelli sostiene, haciendo referencia a los cuadros, que no hay que
basarse en las características más evidentes de ellos. Por el contrario, se debe examinar
los detalles menos trascendentes y menos influidos por las características de la escuela
pictórica a la que el pintor pertenecía.
El método de Morelli fue muy criticado, además de ser tildado como mecanicista y de burdo
positivista, cayendo así en descrédito.
TRIPLE ANALOGÍA: Se produce una analogía, entre el método de Morelli, Holmes y Freud.
En los 3 casos se tratan de Vestigios, que permiten captar una realidad más profunda.
Vestigios quiere decir síntomas (en Freud), indicios (Holmes) y rasgos pictóricos (en
Morelli).
Freud era médico, Morelli tenía un diploma en medicina, Conan Doyle (creador de Sherlock
Holmes) había ejercido la profesión antes de dedicarse a la literatura. En los tres casos se
presiente la aplicación del modelo de la sintomatología, o semiótica médica (disciplina que
permite diagnosticar las enfermedades inaccesibles a la observación directa por medio de
síntomas superficiales.) Pero no es solo es una cuestión de coincidencia bibliográfica.
Hacia fines del siglo XIX, en los años de 1870/80, comenzó a afirmarse en las ciencias
humanas un paradigma de indicios que tenían como base la sintomatología, aunque sus
raíces fueran mucho más antiguas.
- Ginzburg, sostiene que este paradigma es el de las ciencias sociales; y que sus
raíces antiguas ancestrales deben ser buscadas a través de saberes energéticos.
En el siglo XVII y XIX, con la aparición de de las ciencias humanas, la constelación de las
disciplinas indiciales cambia profundamente. Se afirma por su prestigio epistemológico y
social, la medicina. A ella se remiten todas las ciencias humanas.
A mediados del siglo XIX, se va perfilando una alternativa: por un lado, el modelo
anatómico; por el otro,el sintomático. Las ciencias humanas han terminado por asumir cada
vez más el paradigma indicial de la sintomática.
SABER,CONOCIMIENTO Y CIENCIA
El saber hace a cada uno capaz de emitir buenos enunciados, entendiendo por “buenos”
aquellos conformes a los criterios de verdad, justicia, belleza o eficacia admitidos en el
medio en el que vive el que “sabe”. La cultura de un pueblo constituye así una especie de
consenso que posibilita circunscribir saberes y diferenciar al que sabe del que no.
1. Saber Cotidiano: Se presenta en forma de relatos (como mitos, cuentos o fabulas).
Estas formas narrativas admiten los diferentes tipos de enunciados antes
mencionados, y a través de su transmisión oral enseñan al oyente las competencias
propias de la cultura de pertenencia. En este saber no hay necesidad de
procedimientos especiales para dar legitimidad a esos relatos, pues al ser ellos parte
de la cultura misma y sus tradiciones, ya se encuentran legitimados, y no tienen
entonces necesidad de recurrir a argumentos o pruebas acerca de lo que dicen.
El científico tiene que pronunciar enunciados verificables que sean accesibles a otros
científicos, para que a su vez puedan verificarlo. Los acuerdos entre los científicos definen
entonces las teorías y métodos considerados aceptables en determinado momento para la
práctica de la ciencia (estos acuerdos no son rígidos).
- Ciencia y arte: Tanto la ciencia como el arte suponen creatividad e inventiva. Pero
mientras la ciencia parte de una ley científica desde la cual interpreta los hechos
singulares como casos que se incluyen en la ley; el arte parte del caso singular, sin
una ley con la cual confrontarse o que lo avale. Y, desde ese caso singular, busca la
legalidad que pueda corresponderle a dicho caso. El arte se mueve en el mundo que
nos rodea.
El arte se remonta así a un orden de posibilidades verosímil, que implica un acto
inventivo, al mismo tiempo que recrea y reinterpreta las convenciones de la cultura.
El acto inventivo también está en la ciencia, pero en ella queda totalmente encubierto
bajo la creencia de que las teorías son leyes de la realidad que el hombre no crea, si
no que descubre.
El arte tiene carácter ilusionista: sus productos son ficciones que se toman por la
realidad.
● CIENCIA PURA O BÁSICA : Investigaciones científicas en las que solo se busca obtener
conocimiento de un determinado sector de la realidad, con el interés de enriquecer el conjunto
del saber de la cultura. Califica como “pura” este tipo de investigación. También califica estas
investigaciones de “básicas” por contribuir la base teórica de conocimientos sobre la que se
apoya la ciencia aplicada o tecnológica. La ciencia pura es libre de elegir sus problemas y
métodos y de decidir los planes de investigación o cambiarlos.
● CIENCIA APLICADA : Investigaciones teóricas o experimentales que aplican los conocimientos
de la ciencia básica a problemas prácticos. Tanto la ciencia básica como la aplicada se
proponen descubrir leyes a fin de comprender la realidad. En ambas se plantean problemas
cognoscitivos, y sus productos son “conocimientos”. Pero la ciencia aplicada, utiliza los
conocimientos de la ciencia básica en vista a posibles aplicaciones prácticas. Estudia problemas
de posible interés social y por eso se la puede planificar, pero entonces ya no es libre de elegir
sus problemas de investigación.
Siempre el saber, el discurso, la teoría y en general, todo aquello que se podría considerar
el ámbito de la verdad, ha cumplido una función esencial. El mundo de la vida así como las
prácticas sociales propias de toda comunidad se ven atravesados por el conocimiento.
Desde culturas más primitivas hasta nuestra actual sociedad, verdad y poder han sido
conceptos destinados a cruzarse, a confundirse, a transferirse uno al otro múltiples
significados. Todo aquel que lleve a cabo una actividad requiere siempre, para un
desempeño adecuado, una mínima comprensión del contexto social “desde” el cual realiza.
Pero existe otra oposición, doxa y episteme. Doxa (opinión), es un saber no fundamentado,
se obtiene espontáneamente, es asistemático, se mueve en el ámbito de la verosimilitud, es
acrítico.
La episteme (saber), es un saber fundamentado que requiere esfuerzo y reflexión, es
sistemático, y pretende instalarse en la verdad, es crítico. Refiere a la pura racionalidad.
Por último, la razón moderna pretende extenderse también al ámbito de la ética y la moral,
es decir, que el proyecto de razón propio de la modernidad conlleva una idea de
racionalidad ligada a la posibilidad de determinar las conductas éticamente buenas.
“Ciencia” y “Progreso”: la aparición de las ciencias sociales y la clasificación de las
ciencias.
Cuando se trata de clasificar las ciencias se acostumbra a tomar como referencia cuatro
criterios: el objeto de estudio, los métodos, la clase de enunciados y tipo de verdad.
- objeto de estudio: nos referimos al sector o ámbito de la realidad estudiada.
- métodos: se relacionan con los distintos procedimientos.
- tipo de enunciados: elude a la diferencia entre proposiciones analiticas.
- tipo de verdad: en estos dos enunciados, se dice que a los primeros les corresponde
una verdad necesaria y formal; en el caso de los segundos su verdad será
contingente y fáctica, dependiente de su verificación empírica.
Javier Flax
Bachelard encuentra en este mecanismo de asimilación uno de los obstáculos más serios
para el conocimiento científico. Mientras la opinión tiende a manejarse con los que él
denomina objetos designados, el conocimiento quiere eludir ese mecanismo cotidiano de
reconocer ese algo que tengo enfrente para poder conocerlo sin prejuicios. A esta otra
instancia de objetivación la denomina objeto instructor.
Jean Piaget y Ronaldo García reconocen a Bachelard como antecedente, exhiben los
obstáculos que establece una cosmovisión dominante y señalan las dificultades de su
desarraigo. De acuerdo a estos autores para los griegos lo “natural” erra el reposo, por el
contrario para los chinos lo “natural” era el movimiento. Estas cosmovisiones opuestas los
condujeron a desarrollar físicas diferentes, al punto que lo que era absurdo para unos era
evidente para el otro.
Este es el mejor ejemplo de como dos concepciones del mundo diferentes conducen a
explicaciones físicas diferentes. La diferencia era ideológica, de allí surge que lo “absurdo”
y lo “evidente” es siempre relativo a un cierto marco epistémico y está en buena parte
determinado por la ideología dominante.
LA INSUFICIENCIA DE UNA HISTORIA INTERNA DE LA CIENCIA
De acuerdo a algunas posturas positivas la historia interna puede ser concebida como un
avance gradual y acumulativo hacia la solución de los problemas teóricos internos a cada
disciplina. Según Thomas Kuhn puede concebirse como una historia en la que acontecen
giros o revoluciones que producen rupturas con la ciencia anterior. (Bachelard pertenece a
la misma línea que Kuhn)
Lakatos desestima la influencia que los factores psicológicos e ideológicos puedan tener en
las revoluciones científicas.
Enrique Martí muestra los límites de la posición de Lakatos: para Imre la historia externa
resulta irrelevante para la compresión de la ciencia, y su crítica se orienta contra una
vulgarización de la concepción marxista según la cual los descubrimientos surgen como
reflejos de necesidades sociales vagamente definidas.
Martí responde a esto, afirmando que la vulgarización simplificada de una tesis no invalida
la tesis ni la hace irrelevante. Lo criticable en todo caso sería la vaguedad en la referencia a
las necesidades sociales, las cuales no son claramente definidas en una reducción
mecánica de la teoría del reflejo.
Si se tradujera esto a los términos de Piaget y García deberíamos decir que la ciencia se
produce en el contexto de un marco epistémico, que incluye tanto al paradigma epistémico
cuanto al paradigma social.
Kuhn afirma que entre los elementos que constituyen la matriz disciplinaria de una
comunidad científica se hallan los valores compartidos, uno de los cuales supone definir si
la ciencia debe ser algo útil para la sociedad. Esto supone mirar el mundo exterior, la
interacción con otros grupos sociales, las limitaciones ideológicas, psicológicas, las
condiciones sociales y económicas.
La concepción popular del rasgo distintivo del conocimiento científico es captada por el lema
“la ciencia se deriva de los hechos”.
Cuando se afirma que la ciencia es especial porque se basa en los hechos, se supone que
los hechos son afirmaciones que pueden ser verificadas directamente por un uso cuidadoso
de los sentidos. La ciencia ha de basarse en lo que podemos ver, oír y tocar y no en
opiniones personales o en la imaginación especulativa. Si se llevó a cabo la observación del
mundo de un modo cuidadoso y desprejuiciado, los hechos establecidos de tal manera
constituirán una base segura y objetiva de la ciencia. Si, además es correcto el
razonamiento científico, podra suponerse que el propio conocimiento científico resultante
está establecido con seguridad y es objetivo.
Empiristas y positivistas forman las dos escuelas que han intentado formalizar la visión
común de la ciencia, que afirma que el conocimiento científico se deriva de los hechos. Los
empiristas (John Locke, Berkeley y Hume) sostenian que todo el conocimiento debía
derivarse de ideas implantadas en la mente por medio de la percepción sensorial. Los
positivistas tenían una visión menos orientada hacia lo psicológico de lo que significan los
hechos, pero compartían la opinión de los empiristas de que el conocimiento debía
derivarse de los hechos de la experiencia. Los positivistas lógicos, una escuela filosófica
que se originó en los años veinte de este siglo, retomo el positivismo introducido por Comte
en el siglo XIX e intento formalizarlo. Empirismo y positivismo comparten el punto de vista
de que el conocimiento científico debe de alguna manera derivarse de los hechos
alcanzados por la observación
Se pueden distinguir tres componentes en la postura adoptada por el punto de vista común
respecto de los hechos como base de la ciencia. Estos son:.
A. Los hechos se dan directamente a observadores cuidados y desprejuiciados por
medio de los sentidos.
B. Los Hechos son anteriores a la teoría e independiente de ella.
C. Los hechos constituyen un fundamento firme y confiable para el conocimiento
científico.
Hay dos cuestiones que forman parte de la visión común o empirista de la ciencia: La
primera es que un observador humano tiene acceso más o menos directo a algunas
propiedades es que un observador humano tiene acceso más o menos directo a algunas
propiedades del mundo exterior en la medida en que el cerebro registra esas propiedades
en el acto de ver. La segunda es que dos observadores que vean el mismo objeto o escena
desde el mismo lugar “verán” lo mismo. Así pues, una información similar viajará al cerebro
de cada observador, dando como resultado que los dos observadores “vean” lo mismo (este
tipo de representación es engañoso).
La opinión común mantiene que los hechos del mundo exterior nos son dados directamente
a través del sentido de la vista. Solo tenemos que ponernos frente al mundo y registrar lo
que hay en él para ver. Sin embargo, hay muchas pruebas que indican que esto no es así.
Dos observadores normales que vean el mismo objeto desde el mismo lugar en las mismas
circunstancias físicas no tienen necesariamente idénticas experiencias visuales, aunque las
imágenes sean prácticamente idénticas. Hay un sentido importante en el que no es
necesario que los dos observadores “vean” lo mismo.
Pareciera como si, en cierto sentido, lo que ve un observador resulta afectado por su
conocimiento y su experiencia.
Lo que ven los observadores, las experiencias subjetivas que tienen cuando ven un objeto o
una escena, no esta determinado únicamente por las imágenes formadas en sus retinas
sino que depende también de la experiencia, el conocimiento y las expectativas del
observador. Este aspecto está implícito en que uno tiene que aprender para llegar a ser un
observador compete en ciencia.
Los observadores que ven la misma escena desde el mismo lugar ven la misma cosa, pero
interpretan de diferente modo lo que ven. El observador está en inmediato y directo contacto
con sus experiencias. Estas experiencias cambian con las expectativas y el conocimiento.
Lo que viene unívocamente dado por la situación física es la imagen formada en la retina
del observador, pero el observador no tiene contacto perceptual con la imagen.
Chalmers, en primer lugar, no afirma en absoluto que las causas físicas de las imágenes en
nuestra retina no tengan ninguna relación con lo que vemos. No podemos ver precisamente
lo que queremos. Sin embargo, mientras que las imágenes de nuestras retinas forman parte
de la causa de lo que vemos, otra parte de esa causa está constituida por el estado interno
de nuestras mentes o cerebros, el cual dependerá a su vez de nuestra educación cultural
nuestro conocimiento y nuestras expectativas y no estará determinado únicamente por las
propiedades físicas de nuestros ojos.
El significado del término “hechos” es ambiguo. Se puede referir tanto al enunciado que
expresa el hecho como al estado de cosas al que alude el enunciado.
Además de distinguir los hechos, entendidos como enunciados de los estados de cosas
descritos por dichos enunciados, es necesario diferenciar los enunciados de hechos.
Quienes pretenden aseverar que el conocimiento se deriva de hechos deben tener
enunciados en la mente, y no percepciones.
Dada que los hechos que podrían constituir una base adecuada para la ciencia deben ser
en forma de enunciados, comienza a parecer bastante equivocada la afirmación de que los
hechos se dan directamente por medio de los sentidos. No es claramente verdad que los
enunciados que describen estados de cosas observables sean dados al observador por
medio de los sentidos. Es absurdo pensar que los enunciados de hechos entran en el
cerebro por medio de los sentidos.
Por lo tanto, la idea de que el conocimiento científico debe basarse en los hechos
establecidos por la observación no tiene por que resultar perjudicada por el reconocimiento
de que la búsqueda y la formulación de esos hechos depende del conocimiento. Si la
verdad o la falsedad de los enunciados observacionales puede establecerse directamente
en la observación, entonces independientemente de la manera como se llegue a formular
esos enunciados, pareciera que los enunciados observacionales confirmados proporcionan
una base fáctica significativa para el conocimiento científico.
La expresión “la ciencia se deriva de los hechos” puede ser interpretada como significado
que el conocimiento científico se construye estableciendo primero los hechos y edificando
después la teoría que se ajusta a ellos. independientemente de lo que ocurra primero, los
hechos o teoría, la cuestión a estudiar es en qué medida se apoya la teoría en los hechos.
La afirmación más fuerte posible sería que la teoría puede derivarse lógicamente de los
hechos, dados los hechos , se puede probar la teoría como una consecuencia de ellos. Esta
afirmación no puede ser justificada. Para ver porque esto es así, debemos considerar
algunos de los rasgos característicos del razonamiento lógico.
La lógica se ocupa de la deducción de unos enunciados a partir de otros dado. Estudia que
sigue de que. Ejemplo:
Lo único que la lógica puede ofrecer a este respecto es que, si las premisas son
verdaderas, entonces la conclusión debe ser verdadera. Pero el hecho de que las premisas
sean verdaderas o no no es una cuestión que se pueda resolver apelando a la lógica. Una
argumentación puede ser una deducción perfectamente válida aunque conlleve una premisa
falsa. En un sentido fuerte, la lógica por sí sola no es fuente de nuevas verdades. La verdad
de los enunciados fácticos que constituyen las premisas de los argumentos no puede
establecerse apelando a la lógica. La lógica sólo puede revelar que se sigue de los
enunciados que tenemos a nuestro alcance, o que, está contenido ya en ellos.
¿PUEDEN DERIVARSE LAS LEYES CIENTÍFICAS A PARTIR DE LOS HECHOS?
Los razonamientos que proceden desde un número finito de hechos específicos hasta una
conclusión general, se llaman razonamientos inductivos. Una características de estos que lo
diferencia de los deductivos es que, al pasar de enunciados acerca de algunos
acontecimientos de un tipo particular a enunciado acerca de todos los acontecimientos, van
más allá de lo que está contenido en la premisas. Las leyes científicas generales van
invariablemente más allá de la cantidad finita de la evidencia observable que puede
soportarlas, y esta es la razón por la cual no pueden nunca ser probadas en el sentido de
ser deducidas lógicamente de dicha evidencia.
Características: Está claro que no están justificadas todas las generalizaciones que se
pueden hacer a partir de los hechos observable.
La exigencia de que esté justificada la inferencia inductiva desde los hechos observables
hasta las leyes, deben ser satisfechas las condiciones siguientes:
Condición 2: Problemas que rodean la cuestión de que se debe entender por una variación
significativa en las circunstancias. El problema surge al preguntar cómo se justifica a sí
mismo el conocimiento al que se recurre cuando se juzga si cierta circunstancia es o no
relevante para el fenómeno que se investiga. Si exigimos que se llegue a ese conocimiento
por inducción, el problema se hace recurrente, puesto que los nuevos razonamientos
inductivos requerirán ellos mismos la especificación de las circunstancias relevantes, y así
sucesivamente. Cada razonamiento inductivo involucra la llamada a un conocimiento
inductivo, que requiere un razonamiento inductivo que lo justifique, que a su vez implica una
llamada a otro conocimiento previo, y así sucesivamente en una cadena sin fin. El requisito
de que todo conocimiento se justifique por inducción se convierte en algo que no puede
cumplirse.
Otros problemas:
- El conocimiento científico del mundo inobservable no puede establecerse por el tipo
de razonamiento inductivo, lo cual pone a los inductivistas en la incómoda posición
de rechazar gran parte de la ciencia contemporánea, basados en que implica ir más
allá de lo que se puede justificar mediante generalización inductiva de lo observable.
- Otro problema tiene su origen en el hecho de que muchas leyes científicas toman la
forma de leyes exactas que se formulan matemáticamente. En comparación con la
exactitud de estas leyes, tenemos la inexactitud de toda medición que constituya su
evidencia observable. Es bien sabido que toda observación está sujeta a un cierto
grado de error.
Aunque pueda parecer atractiva, la posición inductivista necesita, en el mejor de los casos,
una matización severa, y en el peor, es totalmente inadecuada. Los hechos apropiados para
la ciencia no son de ninguna manera dados directamente sino que tienen que ser
prácticamente construidos, dependen del conocimiento que presuponen y están sujetos a
ser mejorados y reemplazados.
EDUARDO LASO
En la edad media, la única verdad era la Iglesia. El saber no tenía por sí mismo una
fundamentación e intangibilidad, sino que se apoyaba en las interpretaciones de las
sagradas escrituras y en autores clásicos como Aristóteles. La razón humana, al ser
imperfecta frente a la razón divina, debía subordinarse a la palabra de Dios.
Lo matemático. La única ciencia que escapa de esta fundamentación, ya que sus bases no
se encontraban en la Biblia, sino en enunciados llamados axiomas, de los que se deducen
lógicamente otros, constituyendo sistemas formales. La matemática es autónoma respecto
al discurso religioso. Es en la actualidad el nuevo rasgo del pensamiento. Un saber
constituido, apunta a establecer sus propias bases y a partir de dichas normas se formulen
reglas que deriven de ello.
El conocimiento según el modo matemático es una manera de concebir las cosas que no
parten de las cosas mismas, sino de principios elaborados por la razón, desde los cuales las
cosas se determinan. Constituye así al objeto de manera independiente de la experiencia,
desde principios a priori elaborados por la razón.
Galileo y Newton fundan desde allí una física que tiene como punto de partida enunciados
de la propia ciencia, a partir de los cuales se explica los fenómenos de movimiento de los
cuerpos. Ejemplo: principio de inercia y ley de gravedad. Así consiguen separar la física del
discurso religioso.
LA NUEVA CIENCIA
La duda metódica. Descartes quiere alcanzar un conocimiento que sea evidente y seguro.
Para ello aplica el método de poner en duda todo el saber. Para aplicar este método, no
necesita dirigirse a los conocimientos mismos, sino a las facultades mediante las cuales se
los obtienen, a saber: los sentidos y la razón. Al hacer una crítica al saber sensible y al
saber racional, se asegura de poner en duda los fundamentos mismos de todo saber.
El cogito. Descartes advierte que ha estado dudando todo el tiempo y que no puede dudar
de que piensa. La garantía de que existo es que pienso. El “yo pienso” es el punto de
partida para construir todo el edificio del saber. Dicho axioma nos pone ante el primer ente
indudablemente existente: la actividad pensante, la res cogitans, es la que pensar y ser
aparecen identificados.
Las ideas. La res cogitans cartesiana es una cosa que duda, entiende, concibe, afirma,
niega, quiere, imagina, siente. Esta cosa pensante es independiente al cuerpo y es más
evidente que este. Los estados o manifestaciones de la razón son los pensamientos. Las
ideas son las mismas en tanto pensadas. Estas se subdividen en advertencias, facticias e
innatas. Las advertencias son aquellas ideas que vienen del exterior mediante los sentidos.
Llama facticias a las ideas que fabricamos mediante la imaginación. Las ideas innatas son
aquellas que la razón trae consigo y serian independientes de la experiencia y proporcionan
las bases para obtener un conocimiento seguro y evidente.
Para quienes defienden este método, la ciencia no parte de teorías. Una vez planteado el
problema de investigación, los científicos proponen hipótesis como intentos de solución.
Estas se obtienen por un proceso creativo por parte de los científicos. Una contrastación de
hipótesis se basa en un razonamiento deductivo que consiste en afirmar que si la hipótesis
considerada en verdadera, entonces producirá determinados sucesos observables. Se
llama consecuencias observacionales o implicaciones contrastadoras de hipótesis a
aquellos sucesos observables que se esperan que ocurran de ser cierta la hipótesis.
Los pasos del método hipotético-deductivo son:
1)Planteamiento del problema científico.
2)Formulación de una hipótesis tentativa.
3)Deducción, a partir de hipótesis, de enunciados observables posibles que se espera que
ocurra de ser verdadera la hipótesis.
4)Elaboración de una situación observable o experimental en la que pueda observarse la
verdad o falsedad de las consecuencias observacionales.
5)Realización del experimento y comprobación de la verdad de la consecuencia
observacional (con lo que la hipótesis queda corroborada por el momento) o de la falsedad
de la misma (con lo que la hipótesis se refuta).
Si p, entonces q
Es el caso que q
Es el caso que p
Para llevar a cabo la contratación de una teoría científica, Popper distingue cuatro
procedimientos:
1) Comparación lógica de las conclusiones de la teoría, para determinar su coherencia
interna. Si la teoría prueba ser contradictoria, se la descarta.
2) Estudio de la forma lógica de la teoría, para determinar si es una teoría científica o si es
tautológica, en cuyo caso se la descarta por no ser falsable.
3) Comparación con otras teorías, para averiguar si la teoría examinada constituye un
avance científico en caso de que sobreviva a las contrastaciones, o por el contrario no
representa un progreso.
4) Contrastaciones de la teoría por medio de la aplicación empírica de las conclusiones que
se deducen de ella.
Los falsacionistas consideran que una hipótesis es mejor cuanto más falsable es, ya que,
cuanto más afirme, existen otras oportunidades potenciales de demostrar que las cosas no
se comportan como establece la hipótesis.
Popper estuvo de acuerdo con el fracaso del inductivismo como justificación de las
generalizaciones teóricas. El conocimiento científico no puede preceder a la verificación de
teorías por medio de pruebas empíricas, sino que, en cambio, tiene que depender de un
método crítico de “conjeturas audaces” e intentos de refutación.
Popper es más que un crítica al inductivismo, se interesó en crear una norma de
demarcación que pudiera distinguir la “ciencia” de la metafísica.
El inductivismo no solo no había logrado dar una justificación adecuada a la verdad de las
generalizaciones científicas, sino que también había corrido el riesgo de admitir dentro de la
colección de las disciplinas científicas esfuerzos tales como la astrología, el psicoanálisis y
el marxismo. Popper negó que fueran auténticamente científicas.
En cambio, Kuhn afirmó que ninguna de estas afirmaciones queda confirmada por la
historia de la ciencia,sino que quedarían sometidas una crítica continua.
Durante todo el tiempo los científicos se apegan a marcos generales o paradigmas dentro
de los cuales procede la “ciencia normal”, de manera cautelosa y monótona. Estos
prolongados periodos se ven salpicados por levantamientos en que la “ciencia
revolucionaria” derrocó la ortodoxia, para establecerse como una nueva ortodoxia. En esto
Kuhn está basándose en ideas sociológicas y utilizándose contra las concepciones
filosóficas de la ciencia, incluso del positivismo.
Kuhn tiene razón, no puede haber una cosmovisión del mundo que sea independiente
de teorías, y si el cambio de un paradigma a otro es un movimiento entre inconmensurables,
puede parecer como si el cambio científico fuese simplemente una historia de cambios, la
ciencia fuese equivocadamente un proceso social y la selección de teorías en competencia
dependiera de este contexto.
Las disputas entre las opiniones popperianas y las kuhnianas es acerca del carácter de
la lógica científica y su lugar en la comprensión del desarrollo de la ciencia, en particular
sobre si es posible, o sensato, describir el desarrollo de la ciencia como un avance hacia la
verdad.
La diferencia entre Popper y Kuhn pasa por alto de que ambos antes han adoptado una
visión sociológica de la ciencia como base para su objetividad. Popper primero insiste en
que la objetividad de la ciencia depende de la crítica y esta solo es posible en unas
disposiciones sociales dentro de las cuales se la haya institucionalizado (es la diversidad de
las convicciones de los científicos la que constituye el motor de una crítica vigorosa)
EL IMPACTO SOBRE LA SOCIOLOGÍA DE LA CIENCIA
Son las condiciones sociales las que determinan lo que será aceptado como
conocimiento, incluso lo que es aceptado como verdadero, y no algunos principios o normas
absolutas independientes de toda determinación social. Por consiguiente, no hay
fundamentos seguros para el conocimiento humano: todo conocimiento es relativo.
Sin embargo, existe una diferencia entre la ciencia y la filosofía. La filosofía investiga el
mundo a través del lenguaje. En lugar de examinar las cosas como lo hace la ciencia, la
filosofía investiga lo que se dice de las cosas. Quine afirma que aun cuando el objetivo de la
filosofía y de la ciencia es descubrir lo que es, ninguna de las dos puede jactarse de hacerlo
de manera independiente de toda teoría.
Quine sostiene que no se puede buscar la certidumbre desde los lugares en que la
filosofía por tradición la ha buscado, es decir, lo que podemos conocer independientemente
de toda experiencia, el a priori, o aquello que es cierto porque surge en forma directa de la
experiencia, el a posteriori. Estos dos, son los dogmas del empirismo.
La esperanza del empirismo positivista de que la experiencia sensorial pudiera darnos
cierto conocimiento del mundo es rechazada por Quine.
LAS IMPLICANCIAS PARA LA INVESTIGACIÓN SOCIAL
Si lo único que importa es que los científicos continúen haciendo lo suyo en las formas
que se les enseñaron, que aprendieron y adquirieron, utilizando métodos apropiados para
los problemas a los que deben enfrentarse, no tiene ninguna razón de ser las
preocupaciones filosóficas acerca de la ontología y la epistemología.
Las leyes no tienen que ser universales en el sentido exigido por el positivismo, pero
deben representar tendencias reconocibles.