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La energía eólica es la energía obtenida del viento. Es uno de los recursos energéticos más
antiguos explotados por el ser humano y es a día de hoy la energía más madura y eficiente
de todas las energías renovables. El término “eólico” proviene del latín “aeolicus”,
perteneciente o relativo a Eolo, Dios de los vientos en la mitología griega.
La energía eólica utiliza la fuerza del viento para producir electricidad. No contamina, es
inagotable y reduce el uso de combustibles fósiles, contribuyendo a crear riqueza y generar
empleo de forma local. Muy respetuosa con el medio ambiente, se ha posicionado como
uno de los métodos más extendidos y productivos para obtener energía eléctrica a nivel
mundial. China, Estados Unidos, Alemania, India y España son los países que más
aprovechan la fuerza del viento para producir electricidad, según los datos del Consejo
Mundial de Energía Eólica (GWEC).
Supone el 3% de la producción de energía mundial.
¿Qué es un aerogenerador?
Características de un aerogenerador
El funcionamiento de un aerogenerador puede explicarse en función de las siguientes fases:
La energía eólica se está convirtiendo en uno de los métodos más extendidos y productivos
para obtener energía eléctrica limpia a nivel mundial. Según los datos del Consejo Mundial
de Energía Eólica, China, Estados Unidos, Alemania, India y España son los primeros
productores.
Este tipo de energía genera electricidad a través de la fuerza del viento, mediante el uso de
la energía cinética producida por efecto de las corrientes de aire. Se trata de una fuente
de energía limpia e inagotable, que reduce el consumo de combustibles fósiles, evitando la
emisión de gases de efecto invernadero y contribuyendo a mitigar el calentamiento global.
Por todo ello, la producción de electricidad mediante energía eólica y su uso de forma
eficiente contribuyen al desarrollo sostenible.
De todas estas ventajas, es importante destacar que la energía eólica no emite sustancias
tóxicas ni contaminantes del aire, que pueden ser muy perjudiciales para el medio ambiente
y el ser humano. Las sustancias tóxicas pueden acidificar los ecosistemas terrestres y
acuáticos, y corroer edificios. Los contaminantes de aire pueden desencadenar
enfermedades del corazón, cáncer y enfermedades respiratorias como el asma.
La energía eólica suministra actualmente más del 3% del consumo mundial de electricidad
y se espera que para 2020 se supere el 5%. A más largo plazo (2040), la Agencia
Internacional de la Energía prevé que la energía del viento pueda cubrir el 9% de la
demanda eléctrica mundial y más del 20% en Europa.
España ha sido uno de los países pioneros y líderes en el aprovechamiento del viento para
producir electricidad. Treinta años después de instalarse el primer aerogenerador en el país,
España consiguió ser el primer país del mundo en el que la energía eólica fuese la principal
fuente de generación eléctrica durante un año entero (en 2013, con el 20,9% de la
producción total), lo que le sitúa también como un país muy avanzado en las soluciones
tecnológicas que permiten su integración en red.
Aunque la implantación eólica se ha ralentizado en los últimos años, España sigue siendo,
con unos 23.000 MW instalados al cierre de 2015, el segundo país europeo por potencia
eólica operativa después de Alemania ( 43.723 MW), y el quinto del mundo, tras China
(138.060 MW), EE.UU. (71.000 MW) e India (25.219 MW), según las estimaciones de la
citada consultora.
Uno de los importantes recursos naturales que México posee para la producción masiva de
electricidad es la fuerza del viento. Con 31 parques eólicos en operación y otros en proyecto
en varios estados y una capacidad de producción de electricidad superior a los 2.500 mega
watts, ya nadie duda del potencial de la energía producida por el viento en México. Los
macroproyectos eólicos puestos en marcha en el país producen 2.551 mega watts a finales
de 2015, consiguiendo abastecer las necesidades eléctricas de más de 400.000 hogares.
Dentro del sector de las renovables, los proyectos de energía eólica son los que más
inversión han recibido hasta el momento. De hecho, desde 2004 se han invertido en este
tipo de proyectos más de 5.000 millones de dólares y la previsión es que la cifra siga
subiendo, pues ya se ha aceptado la instalación de los aerogeneradores necesarios para
alcanzar los 15.000 mega watts de producción en el periodo 2020-2022.
Oaxaca y Veracruz son los estados en los que hay más proyectos eólicos en fase de
construcción o ya en funcionamiento. El Istmo de Tehuantepec, en el estado de Oaxaca,
concentra el mayor número de los parques eólicos del paiś . Otros puntos con capacidad de
generación eólica son La Rumorosa, en Baja California; la costa del Golfo de México que
se extiende entre los estados de Tamaulipas y Veracruz; y los estados norteños de Nuevo
León y San Luis Potosí.
Grandes empresas que operan en el territorio mexicano como el Grupo Bimbo, Grupo
Modelo, Walmart o Cemex han apostado por la generación y el uso de la energía del viento
para rentabilizar sus operaciones. El interés por este tipo de energía por parte de empresas
nacionales e inversores extranjeros ha llevado al gobierno a diseñar una política específica
para aprovechar la generación de electricidad para el Sistema Eléctrico Nacional en áreas
con potencial eólico.
La financiación de la infraestructura para el desarrollo de la energía eólica procede
mayoritariamente del sector empresarial e industrial. El gobierno ofrece incentivos que han
facilitado el crecimiento sostenido de los proyectos eólicos en los diferentes estados. Según
los datos de la Asociación Mexicana de Energía Eólica, el 40% de la meta nacional de
energías renovables del país depende del desarrollo de proyectos eólicos. Todo apunta a
que la Comisión Reguladora de Energía seguirá otorgando permisos para la creación de
parques eólicos en prácticamente todas las regiones de México.