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DE PROFESIÓN «PRESIDENTE SALVAJE

E INCORREGIBLE»

«La Mala Conciencia es inmanente a todos


los individuos en Sociedades de Perrería,
pero muchos procuramos apartarnos de ese
morboso goce para evitar detonarla»

Por Alberto JIMÉNEZ URE


Es, en extremo, complejo dilucidar si nacemos o no con
genes mixtos: de unos y otros entre nuestros antepasados
salvajes «erectos» y «sabios», según clasificación difundida.
Científicos discuten respecto al escabroso asunto, pero
quienes no lo somos también. Excepto la Plaga Mundial de
Vándalos [que muy feliz siéndolo] la Humanidad Presunta
es presa de una todopoderosa minoría hartazgo astuta para
criminalmente organizarse.
Mezclado con obreros, intelectuales, artistas, tecnólogos,
docentes, investigadores y religiosos [no siempre
convocados para dirigir los destinos de pueblos] el «vándalo
arquetípico» tiene indiscutible éxito cada vez que se
propone someter a quienes somos superiores a él. Porque,
rápido, aprende [o finge] «mímesis» para exhibirse sujeto
«humillado y ofendido»: lo cual es yesca, enciende,
comprensiblemente, la Ira Vindicadora. No yo, otra clase de
pirómano. La Historia así lo registra.
Cortés, lo saludas [al «vándalo» de marras] y luego le das la
espalda: pero, igual él lo hace contigo. No pretende, con ello,
exigir respeto mediante comportamientos aprendidos que
invisten de humanismo al hipócrita. Es resentimiento,
venganza, revanchismo. El «vándalo» supura y –aparte- fija
distancia ante la presencia de su antítesis: no razona, e inútil
pretende discernir conforme a categorías filosóficas.
De profesión Presidente Salvaje e Incorregible, según su
identificación de patriotero, el «vándalo» mirará enemigo al
ciudadano [Ése Hombre] fortuitamente cautivo. Palmea su
espalda, le da mendrugos, lo «etiqueta amigo» y «agrega» a
sus portales en las Redes de Disociados.
No me pides consejo, pero te sugiero que no renueves tus
«votos matrimoniales» con truhanes de escaso coeficiente
intelectual y abundantes insultos. Tu Testatrofia arruina la
vida de tus familiares, vecinos y amigos, pero también, al
cabo, la tuya que crees impertérrita. Cuidado,
prosopopéyico: la suma de prescindibles si es apta para
destruir repúblicas.

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