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Los crueles experimentos del "padre de la

ginecología moderna", cuya estatua fue retirada


del Parque Central de Nueva York
Llegó a ser considerado el “padre de la ginecología moderna”, sobre todo por
su trabajo, durante el siglo XIX, en el desarrollo de técnicas quirúrgicas para
tratar la fístula vesicovaginal, una complicación del embarazo y el parto de alta
peligrosidad. Fue además fundador del Hospital de la Mujer en Nueva York,
participó también en la creación del Hospital de Cáncer de esa ciudad y logró
fama internacional, durante su etapa en Europa, por sus capacidades como
cirujano ginecológico.

Hasta integrantes de la realeza estuvieron entre sus pacientes.

La fama del médico J. Marion Sims (1813-1883) fue tal que no muchos años
después de su muerte se le erigió una estatua en el Bryant Park de Nueva
York. La efigie fue movida, según cuenta NPR, al Central Park, y colocada en
un pedestal frente a la Academia de Medicina de Nueva York en 1934.

El controvertido médico J. Marion Sims, que experimentó prácticas de cirugía


ginecológica en esclavas afroamericanas en el Siglo XIX, a las que operaba una y otra
vez y sin anestesia, tenía una estatua en el Central Park de Nueva York, que ya ha sido
retirada. (AP)
Pero las actividades de Sims tuvieron un lado ominoso y siniestro que, a la
postre, lo convirtió en objeto de airadas protestas y provocó el reciente retiro
de su estatua en Nueva York.

En las investigaciones en cirugía ginecológica que realizó en Alabama en la


década de 1840, Sims hizo experimentos con 12 esclavas negras, a las que
operó sin anestesia para tratar de corregir el problema de fístula que padecían.
Las mujeres le eran llevadas por sus amos esclavistas y en las cirugías, en las
que Sims probaba formas de corregir quirúrgicamente el citado problema, se
suscitaron complicaciones y sufrimientos severos, incluso llegando al
fallecimiento.

Esos experimentos han sido criticados por faltos de ética, pues las mujeres
que fueron usadas para los experimentos quirúrgicos presumiblemente no
dieron su consentimiento para ello y habrían sido llevadas, al tratarse de
esclavas, como conejillos de indias y operadas una y otra vez.

Y aunque se señala que en la década de 1840 la anestesia no era conocida y


usada ampliamente como lo fue después, y se ha indicado que Sims operó
también en algunos casos sin anestesia a pacientes de raza blanca (aunque
por lo general, a diferencia de a las esclavas, sí sedaba a esas pacientes), se
ha criticado que esa práctica tenía que ver con la creencia, extendida en esa
época aunque errada y racista, de que las personas de raza negra no sentían
el dolor como los blancos.

De acuerdo al relato de la radio pública NPR, las esclavas sujetas a esas


cirugías experimentales padecieron enorme dolor. En realidad eran som etidas
a tortura.
Era frecuente que Sims operara una y otra vez a las esclavas para ir probando
y perfeccionado sus técnicas -una de las esclavas fue operada 30 de veces- y
esas cirugías les provocaron a las mujeres extremo sufrimiento. Y de acuerdo
a History.com, Sims también realizó experimentos en bebés esclavos al
pretender, equivocadamente, tratar casos de tétanos neonatal mediante
alineaciones forzadas del cráneo. Gran cantidad de esos pacientes habrían
fallecido por ello.

Sus experimentos, además, se realizaron en una época en que prácticas como


la asepsia simplemente no eran conocidas o aplicadas y en que las técnicas y
herramientas de cirugía podrían ser descritas como bárbaras desde la
perspectiva actual.

En todo caso, protestas estallaron en Nueva York en 2017 para exigir el retiro
de la estatua de Sims del Parque Central. La experimentación y tortura que
hizo en esclavas fueron una losa demasiado pesada sobre la memoria y la
credibilidad del “padre de la ginecología”.

Así, como narró el periódico New York Daily News, las autoridades
neoyorquinas finalmente determinaron el retiro de la estatua de Sims, decisión
que fue recibida con entusiasmo. Para muchos, el retiro de la estatua fue una
reivindicación histórica que sentencia que los logros médicos de Sims no
condonan sus crudas prácticas ni su actitud racista ante las personas en las
que experimentó como si se tratase de cuerpos de su propiedad.

“Siento que mis ancestros pueden descansar”, dijo una mujer al Daily News
mientras presenciaba el retiro de la estatua del médico.

La estatua en cuestión será reubicada en Nueva York en el cementerio Green-


Wood, cerca de la tumba donde yace Sims, pero otras dos efigies del
controvertido médico permanecen aún en lugares públicos en Alabama y
Carolina del Sur.

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