Professional Documents
Culture Documents
El trabajo nos desborda, tenemos un sinfín de compromisos que requieren nuestra atención, nos
presionamos por cumplir nuestras metas, nos agobian los atascos, el constante ruido de las ciudades,
nuestros propios pensamientos, etc. ¿Y qué hacemos cuando llegamos a casa? De todo menos
desconectar. Seguimos preocupándonos.
¿Cada cuánto tiempo te dedicas exclusivamente a estar aquí y ahora? Relajar la mente se basa en
mantener la calma y el equilibrio psicológico permitiéndonos tener una sensación de tranquilidad y paz
interior.
La relajación mental no solo repercute sobre nosotros a nivel emocional, cognitivo y conductual.
También presenta varios beneficios fisiológicos. Aquí te daremos varias recomendaciones para que
descanses de verdad y consigas afrontar los diversos desafíos del día a día. ¿Estás preparado para
aprender cómo relajar la mente?
En primer lugar, es necesario que sepamos que es posible saber cómo relajar la mente y actuar en
consecuencia. Si desde el primer momento tenemos una actitud negativa ante las técnicas de relajación,
nos costará notablemente avanzar y conseguir nuestro propósito.
A veces nos empeñamos en pensar en una excursión a la playa o en ir a un spa para tomarnos unas
vacaciones mentales. Sin embargo, incluso en estos lugares podemos sentirnos estresados si no
intentamos relajarnos de verdad. Tu actitud es la clave del éxito.
3. Cuida tu salud
Para disfrutar de un completo bienestar y saborear nuestros momentos de relajación, mente y
cuerpo han de encontrarse en armonía. ¿Cuándo fue la última vez que diste un paseo en silencio por un
bosque? Mantener hábitos saludables como alejarnos de vez en cuando de la ciudad y pasar tiempo en
la naturaleza o dedicar el suficiente tiempo a nuestras relaciones sociales son elementales para que
descubramos cómo relajar la mente.
5. Evita la multitarea
Detente a pensar un momento cuántas cosas estás haciendo a la vez en este mismo instante. ¿Has
interrumpido otra tarea mientras estás leyendo este artículo? ¿Tienes abiertas varias pestañas a la vez?
¿Estás contestando los mensajes de otra persona entre párrafo y párrafo?
Tal vez pienses que esto es lo normal y que eres capaz de realizar varias labores a la vez.
Afortunadamente, podemos estar pendientes de varias actividades y somos eficientes en algunos casos.
No obstante, este hábito hace descender nuestra productividad, nos conduce a cometer más errores,
fragmenta nuestra atención, y también nos agota mentalmente.
Es complicado concentrarse en un solo asunto cuando nos sentimos presionados para responder a una
inmensidad de estímulos a la vez. Sin embargo, podemos incorporar poco a poco la costumbre de
realizar las tareas de una en una a nuestro día a día. Los positivos resultados de este cambio no tardarán
en aparecer.
6. Pinta mandalas
Los mandalas son complejas representaciones del universo que provienen de la India. Se
emplean en el budismo y el hinduismo, aunque también han alcanzado una gran aceptación en
la cultura occidental. Colorear estas imágenes nos posibilita desconectar y centrar toda
nuestra atención en ellas. Son una técnica bastante utilizada tanto en la educación como en el
tratamiento de pacientes con trastornos mentales.
Si te cuesta adquirir el hábito de dedicar unos minutos al día a relajarte, puedes fijar un horario
para que no se te olvide y planifiques mejor tu día. Por ejemplo, un buen momento puede ser
antes de dormir o en una pausa habitual que realices en el trabajo.
8. Ordena tu espacio
¿Deseas saber cómo relajar la mente en casa? Mantener la calma en lugares caóticos, ruidosos
y asfixiantes resulta extraordinariamente difícil. En cambio, si disponemos de un pequeño
“santuario” que nos permita sentirnos a gusto y nos evite distracciones innecesarias,
conseguiremos alcanzar más fácilmente nuestro equilibrio mental.
Los colores que nos rodean repercuten más de lo que habitualmente creemos en nuestras
emociones. Imagina durante unos instantes que te encuentras en una habitación cuyas
paredes son rojas, igual que cada objeto o mueble que ves en este espacio.
Ahora visualízate en otra habitación en la que todo sea blanco. ¿Qué lugar te transmite más
paz? Si necesitas saber cómo relajar la mente en el trabajo y/o en casa, prueba a añadir
elementos que te sugieran paz y armonía. Pequeños detalles como estos pueden resultar una
diferencia considerable. Estos ligeros cambios te transmitirán más tranquilidad.
Nos levantamos de la mesa o de la cama para ver si alguien nos ha escrito (aunque ya sea la
décima vez en media hora), no vemos nada nuevo, volvemos y suena el tono de otro mensaje,
nos disipamos pensando en lo que nos ha contado nuestra amiga o intentamos deducir por
qué no nos ha escrito la persona que nos gustaría que lo hiciera. ¿Te suenan estas situaciones?
Si deseamos relajar nuestra mente, es esencial que encontremos un lugar que nos infunda
seguridad, llevemos ropa confortable y procuremos que nada ni nadie nos pueda molestar. No
siempre vamos a tener todo bajo nuestro control y nuestra capacidad de relajarnos depende
más de nosotros mismos que del ambiente. Aún así, es preferible que intentemos
(especialmente al principio) tener todo a nuestro favor para toparnos con el mínimo número
de obstáculos posible.
Selecciona una lista de reproducción que te transmita paz. No vale solo con poner canciones
de fondo mientras te dedicas a hacer otras cosas. Es preferible que te tumbes o adoptes
cualquier postura que te permita sentirte a gusto. Posteriormente, procura prestar toda tu
atención a lo que estás escuchando.
Esta técnica se basa en relajar poco a poco todo el cuerpo y eliminar las tensiones. Es un
método principalmente fisiológico. No obstante, también permite alcanzar una profunda
relajación mental y sus efectos son duraderos.
Cierra los ojos y piensa en un escenario que te transmita paz. Da igual si te apetece imaginar
una isla desierta o prefieres la montaña. Lo importante es que te evoque una profunda
sensación de sosiego. Imagínate allí y piensa en qué estás escuchando, cómo huele el
ambiente, cuál es la textura de los elementos que te rodean, etc.
Puedes pasear por este lugar y explorarlo con todos tus sentidos. Procura que esta experiencia
sea lo más vívida posible. Tras unos minutos, cuando hayas recorrido todo el paisaje y creas
que tu viaje puede finalizar, intenta volver gradualmente a la realidad.
Si queremos saber cómo relajar la mente antes de un evento importante como un examen o
un partido, una opción muy útil es realizar este procedimiento y visualizarnos con todo lujo de
detalles cumpliendo nuestros objetivos. Nos relajará pensar en nosotros alcanzando paso a
paso nuestras metas hasta sostener un trofeo o salir victoriosos de la clase.
¿Cómo relajar la mente antes de dormir? A veces, todas las preocupaciones del día a día
parecen abalanzarse sobre nosotros a la hora de ir a la cama. Asimismo, no conseguir un
descanso reparador dificulta que el día siguiente tengamos la mente despejada.
Por ejemplo, siéntate tranquilamente, pon tus manos sobre tu abdomen, establece un tipo de
respiración diafragmática, llena primero la parte inferior de tus pulmones, luego la media y
posteriormente la superior. Expulsa el aire en el mismo orden y concéntrate únicamente en
cómo entra y sale lentamente de tu cuerpo durante unos minutos.
“Estoy tranquilo”, “me estoy relajando” o “estoy calmándome” son ejemplos de frases que
podemos decir una y otra vez mientras intentamos relajarnos. De esta manera facilitaremos
que nuestra atención se centre en ellas y no en otras distracciones.
Esta es una opción fantástica si deseamos una solución a cómo relajar la mente antes de una
situación que nos agite especialmente, como una charla o una presentación que tengamos que
dar ante un público exigente.
A lo largo del proceso de relajación surgen varios pensamientos. No todos suelen ser
agradables. Por ejemplo, si pensamos “esto no va a funcionar”, “no sé si he guardado las llaves
en su sitio, soy un desastre” o “esta mañana he sido desagradable con mi hermano” nos
distraeremos. Además, posiblemente nos reñiremos a nosotros mismos y aumentará nuestro
malestar.
Es lógico que nos vengan otras ideas (agradables y desagradables) a la mente mientras
tratamos de relajarnos. Simplemente tenemos que proseguir con nuestra actividad y no tratar
de combatirlas. Esto es típico del mindfulness. Una técnica muy útil para conseguirlo es
imaginar que nuestros pensamientos se alejan de nosotros. Puedes verlos marchar y
contemplar cómo se separan de ti poco a poco.
¿Te perturba algún asunto especialmente? Es recomendable que trates de exteriorizar tus
preocupaciones y tus sentimientos. Por ejemplo, si te ves incapaz de relajarte porque tienes
miedo a no ser aceptado por alguien importante para ti o si no dejas de recordar una
discusión, puedes buscar el apoyo de un ser querido o escribir tus pensamientos en un papel.
Así lograrás ordenar tus ideas y desahogarte.