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Más allá del proceso electoral hay que buscar calidad de vida de las comunidades
y esto se logrará con la participación actica de los ciudadanos. Es necesario estudiar
el perfil idóneo de quienes aspiran a ocupar distintos puestos de elección popular.
(Conferencia Episcopal Panameña, 2009). Para lograr el país que queremos es
imprescindible la participación consciente de la ciudadanía, corregir los vicios
políticos que nos han hecho daño a lo largo del tiempo, el excesivo gasto público,
la compra de votos, falsas promesas, competencia desleal, fanatismo entre otros
vicios. No se puede permitir que la corrupción cubra nuestros gobernantes,
diputados, representantes y servidores públicos. El candidato(a) no debe
descalificar, ni irrespetar unos a otros, la dignidad de la persona está por encima de
todo.
Los primeros se ubican en formación y trayectoria política, y parte del supuesto que,
a mayor conocimiento y experiencia, mejor será el perfil del/a candidato/a. Los
segundos se clasifican en las dimensiones de la equidad: social,
económica y política.
El sueño para cualquier pueblo, es poder contar con un candidato político ideal que
promueva un gobierno solidario, progresista e incluyente. Álvaro Matud, experto
asesor de candidatos afirma que “detrás de los grandes candidatos, hay grandes
equipos". Un líder con experiencia, creíble, honesto y confiable, pero sobre todo
rodeado de un equipo de personas unidas, trabajadoras que con gran esfuerzo y
dedicación logran que personas crean que si se puede lograr cambios y logros
contundentes cuando se trabaja con honestidad, humildad y transparencia.
Desde hace medio siglo las investigaciones sobre las cualidades que los
ciudadanos consideran más importantes coinciden en el siguiente perfil: honestidad,
competencia, integridad, capacidad de liderazgo y energía. Comunicar esas
cualidades significa demostrar carácter, credibilidad (basada en la honradez y la
experiencia) y dinamismo (percepción del candidato como activo y positivo).
Pero también nos encontramos con otras actitudes para conectar con la gente que
son bien valoradas como la cercanía, la humildad, el sentido del
humor, oratoria (hablar el lenguaje de los ciudadanos), la inteligencia emocional y
la capacidad de emocionar y empatizar, talento para ilusionar, motivar, saber
escuchar.
El candidato político ideal: Debe ser honesto, tener compromisos con la verdad, ser
sensible a la justicia y su estandarte es promover la libertad. Debe ser conciliador,
respetuoso, amable, sincero, tener sentido de justicia y control emocional. Además,
tener confianza en sí mismo, comunicación afectiva, opiniones unificadas, debe
tener facilidad para acercarse a los demás. El candidato político ideal transforma los
pensamientos viejos en nuevos y nunca permite que lo manipulen. El candidato
político ideal debe condenar y combatir públicamente los actos que promuevan la
violencia, la injusticia y barbarie en contra de su pueblo.
Para Max Weber, filósofo alemán “El político debe tener amor apasionado por
su causa, ética en su responsabilidad y mesura en sus actuaciones”. Francesc
Margall, escritor español escribió: “Las convicciones políticas son como la
virginidad: una vez perdidas, no vuelven a recobrarse”.
Los candidatos políticos que aspiran a cargos de elección popular deben auto-
evaluarse y no cometer los mismos errores de sus antecesores, conformar equipos
de trabajo con personas expertas, creíbles y honestas que facilite el cumplimento
de sus planes de gobierno prometidos en campaña. (Conferencia Episcopal
Panameña, 2009).
El perfil ideal que el pueblo debe tener en cuenta a la hora de elegir su candidato.
El (la) candidato (a) ideal, debe ser una persona capaz de realizar, gestionar
y ejecutar proyectos que permitan la solución de problemas entre ellos la
violencia, la falta de convivencia e intolerancia social. Es una persona
sencilla, honesta, respetuosa y con un talento natural para permitir la
participación de todos y de todas en la solución de conflictos.
El (la) candidato (a) ideal, es una persona critica de los procesos que
conllevan a la concentración de riquezas y la malversación de los dineros del
pueblo por unos pocos que solo buscan en los procesos políticos lucro
personal. Es una persona con capacidades para exigir la atención del
gobierno local, regional y nacional para que se haga una verdadera y notoria
inversión social que permita mejorar el nivel de vida de todos los ciudadanos.
No obstante, una vez conocido el perfil del candidato ideal, el pueblo también debe
responder con ética y no pedir dinero o dádivas a cambio de su ejercicio
electoral. Es así como se elegirán en las diferentes corporaciones hombres buenos
y mujeres ideales que dirán no a la corrupción y concentración de riquezas, logrando
en un futuro cercano la transformación y justicia social que el pueblo a gritos
reclama.
CARACTERÍSTICAS QUE DEBERÍA TENER UN POLÍTICO IDEAL.
10.-Honestidad. El líder político necesita, ser honesto con sus votantes, con los
ciudadanos.
11.- Empatía. Vital en el siglo XXI. A menudo observamos cómo los políticos se
asemejan cada vez más actores de Comedia en sus mítines. No se trata de eso, ni
de ser simplemente gracioso. Se trata de empatizar con aquellos ciudadanos que,
a pesar de no estar pasando por una buena situación, consiguen llamar su atención
y visualizarse como la solución a ese problema. Esta característica es quizá la más
etérea del liderazgo político, pero, sin duda, es la más importante en el siglo de lo
audiovisual, de lo inmediato, de lo intangible.
12.- Coherencia: ¿Cómo ha sido la vida del candidato(a)? ¿Está preparado para
gobernar una nación con más de 4 millones de habitantes y una cantidad importante
de extranjeros? ¿Conoce nuestra historia, nuestra identidad? Las promesas y los
discursos se van con el tiempo. Lo que realmente queda en los recuerdos son los
cambios consistentes. Un político debe cumplir lo que algún día prometió, sino
perderá credibilidad.