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Lucas 17: 1
Luego dijo Jesús a sus discípulos: Los tropiezos son inevitables, pero ¡ay de aquel que
los ocasiona!
¿Sabes que permanecer resentido por una ofensa es una de las grandes trampas del
diablo? Cuando tu aceptas estar ofendido, has caído en la trampa, y te voy a explicar por
qué.
Hay millones de personas que han caído en la trampa de estar ofendidos. ¿Estas
ofendido? ¿Estas molesto? ¿No has perdonado? ¿Estas maquinando tu venganza? Si
estas en esas circunstancias, entonces has caído en la trampa.
Y debes saber que esa trampa te rompe, y mutila tu alma, y lo más sorprendente es que
no te das cuenta que realmente fuiste entrampado, por lo tanto no puedes hacer un
diagnóstico correcto de tu situación, ya que no puedes resolver aquello cuya existencia
no reconoces.
Jesús lo dice con insistencia: “No podemos impedir que vengan las ofensas”
Las Ofensas de gente desconocida las puedes soportar, pero la de los íntimos, te atrapan,
ya que el que te conoce íntimamente te puede herir íntimamente. Puede revelar secretos
que tú le confiaste, debido a que tuvo acceso a tu intimidad, y eso te puede provocar un
dolor letal.
Ese dolor letal bloquea tu creatividad, cancela la unción del Espíritu como el mayor
poder operativo que reside en ti, por eso, estar ofendido es un lujo demasiado caro que
no podrás pagar.
Estos últimos años con nuestro equipo de trabajo, hemos tenido que aprender a cerrar
puertas, y eso la gente no lo entiende, porque no hemos dejado que los perros laman
nuestras heridas, siempre habrá perros disponibles para hacer ese trabajo sin cobrar ni
un solo centavo.
Proverbios 18:19
“...19El hermano ofendido es más tenaz que una ciudad fuerte, Y las contiendas de los
hermanos son como cerrojos de alcázar...”
Trata de convencer a una persona ofendida de que esta equivocada, y verás cuan difícil
es lograrlo, este pasaje declara que, “El hermano ofendido es mas tenaz que una cuidad
fuerte, y las contiendas de los hermanos son como cerrojos de alcázar” ¿Tú sabes lo que
es una alcázar? Yo estuve en España, país de contrastes, donde conviven lo súper
moderno con lo antiguo, de modo que puedes viajar por una autopista a 120 Km por
hora, y desde tu auto ver los alcázares que eran pequeñas ciudadelas, rodeadas de
murallas que las protegían con enormes puertas de madera, provistas de fuertes cerrojos
de hierro, y dentro de ellas se protegían la gente que vivía en comunidad, ya que,
durante la noche las puertas se cerraban y nadie podía entrar ni salir. Del mismo modo
millones de personas están encerradas en el alcázar de la ofensa.
Permíteme decirte algo con todo mi corazón, estar herido es un pecado que no parece
pecado, pero lo es, ya que el mismo Dios que dijo no adulterarás, también dijo: no debes
estar ofendido.
El ofendido esconde su herida bajo el manto del orgullo, y aún puede convencerte de
que tiene razón de estar herido. El te dice: ¡Yo estoy herido con razón! ¡Todo lo que di
y mira como me pagan!... ¿Parece razonable verdad? Pero aún así esta totalmente
equivocado. Jamás debes aferrarte a la ofensa, hay un perdón que suena de esta manera:
¡He perdonado a todo esos idiotas! ¿Notas algún error en la frase?
No existía en todo Asia menor gente tan orgullosa como la de la iglesia de la Odisea,
ellos creían que lo tenían todo y que no les faltaba nada, sufrían de megalomanía,
pensando que eran perfectos algo así como la cuarta persona de la trinidad. A esta gente
el Señor les dice: “Ustedes están ciegos y desnudos en una condición espiritual
deplorable, y el colirio que yo les ofrezco es para que sus ojos sean abiertos”
Anhelo profundamente que los ojos de mucha gente sean abiertos a través de este blog
incluyendo los tuyos, y que puedas salir de la trampa de la herida, ya que, la primera
víctima de esa herida eres tú mismo.
La palabra clave aquí es “amor ágape” que es el amor de Dios impartido a nosotros,
Jesús mismo fue traicionado y herido en casa de sus amigos, según las palabras del
profeta Zacarías, pero Él en un cuerpo igual que el tuyo ganó la batalla de estar herido.
1.- La única persona que puede herirte es aquella que pones en tu corazón, cuida a quien
pones ahí.
2.- Después de una gran tormenta inevitablemente viene una gran victoria.
3.- Nunca digas que los tiempos pasados fueron mejores, cuando tú dices eso, nunca
estás hablando con sabiduría.
José pudo haber escrito un libro con el siguiente titulo: “Las cosas que nadie me dijo
que me iban a pasar por causa de mi llamado”, fue calumniado, vendido como esclavo,
estuvo en prisión por trece años y otras cosas más. Yo siento vergüenza de comparar
mis sufrimientos con los de José y sin embargo el jamás aceptó estar herido. Un hombre
así debe ser promovido al lugar más alto que Dios pueda asignar.