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“… si todo fuera como se ha descrito en las últimas páginas no valdría la pena seguir
reflexionando sobre el Derecho y bastaría enterrar sus gloriosos restos en un sepulcro
cerrado”. Alejandro Nieto García (Crítica a La Razón Jurídica, Editorial Trotta Madrid 2007,
pp.58)
A mi padre, por ser ese incansable hombre de lucha, humildad y superación, porque en él
reposan mis nobles sentimientos.
En memoria del Dr. Róger Helí Vejarano Ulloa, por enseñarme la máxima expresión de
dignidad humana, y por su sentido revolucionario del Derecho.
Con gratitud al Dr. Marco Carbajal Carbajal, por mostrarme lo valioso de la forma sobre el
fondo, y por contagiar siempre el espíritu académico del Derecho
SUMARIO: I. Notas Generales, II. Nulidad de Oficio, III. Revocación, IV. Diferencias
Doctrinales, V. A manera de Conclusión, VI. Referencias Bibliográficas.
I. NOTAS GENERALES:
Antes de empezar a sondear los posibles problemas o dificultades que han de plantear todos
los poderes de la Administración Pública sobre el actuar de sus propios actos (en el presente
tema la nulidad de oficio y la revocación del acto administrativo), resulta menesteroso
resaltar de manera prioritaria, que constituye un principio fundamental, dentro del estudio de
la ciencia del Derecho Administrativo moderno: la eficacia como principio jurídico de la
actuación administrativa, y ello implica necesariamente la participación de un stato
responsabile, que sepa conducir a la Administración Pública en la dura tarea de satisfacer
la necesidades públicas, así como también en el control de sus actuaciones, cuyos efectos
directamente vienen a recaer en los ciudadanos o administrados, y cuyo respeto a su
dignidad como a sus derechos, han sido establecidos como finalidad por nuestra
constitución Política del Perú.
También cabe señalar, que la Nulidad de Oficio del Acto Administrativo, de conformidad
con lo dispuesto por el numeral 2 del artículo 202 de la norma procesal administrativa antes
referida, sólo puede ser declarada por el funcionario o autoridad administrativa superior a la
que expidió dicho Acto Administrativo, y si dicho acto fue emitido por funcionario o autoridad
administrativa, no sujeta a jerarquía, será éste quien deba declarar la nulidad de su propia
resolución; sin embargo debemos tener en cuenta que la facultad que tiene la
Administración Pública para declarar la nulidad de sus propios Actos Administrativos,
prescribe al año, a partir de que los referidos actos administrativos hayan quedado
consentidos, y en caso que dicha facultad haya prescrito, sólo procede solicitar la
nulidad del acto administrativo, en sede judicial vía proceso contencioso-
administrativo.
La Revocación del Acto Administrativo, como institución del derecho procesal administrativo,
constituye una de las formas de extinción de los actos administrativos, dispuesta por los
órganos que actúan en ejercicio de la función administrativa. En sentido lato revocación es
sinónimo de alteración del acto por la propia administración.
Entonces podemos observar que en los dos primeros supuestos (1 y 2), nuestra legislación
acoge la Revocación del Acto Administrativo por motivos estrictamente de legalidad, es
decir que la Administración Pública puede revocar sus propios actos, cuando una norma con
rango de ley así lo establezca o cuando los requisitos que han motivado la emisión de un
Acto administrativo, desaparezcan de manera sobreviviente a la emisión del mismo; pero en
el tercer (3) supuesto, estaríamos frente a lo que la doctrina especializada conoce como
Revocación del Acto Administrativo por razones de oportunidad, en donde el acto
administrativo del cual se pretende su revocación, está perfectamente constituido, no
alterado por vicios que puedan acarrear su nulidad de pleno derecho; pero que sin embargo,
en virtud del principio de Interés Público en concordancia con motivos de simple
oportunidad o conveniencia, dicho Acto Administrativo tiene que ser Revocado en
sus efectos, sujetándose al reconocimiento y pago de una indemnización idónea que
pudiera resarcir los posibles daños causados al administrado, cuyos derechos
legítimamente obtenidos se han vulnerado, y podemos citar como ejemplo: aquella
concesión que se otorgó a favor de un administrado, y que posteriormente la Administración
Pública, en virtud de nuevos criterios de apreciación, se da cuenta que erróneamente
concedió vía Acto Administrativo, la mencionada concesión, dicha revocación
obligatoriamente deberá contener una indemnización a favor del administrado; tal es el caso
que así lo ha dispuesto nuestro ordenamiento jurídico, en el numeral 1 y 2 del artículo 205
de la Ley de Procedimiento Administrativo General, Ley 27444.(4)
Dentro de las diferencias más resaltantes que la doctrina procesal administrativa ha podido
establecer entre la Nulidad de Oficio y la Revocación del Acto Administrativo podemos
comenzar citando aquel distingo que hace el Profesor español Fernando Garrido Falla, quien
sostiene el siguiente criterio diferenciador:
Por otro lado el administrativista Jesús Gonzáles Pérez, además de las diferencias citadas
anteriormente, ha establecido las siguientes: a) La revocación tiene su causa de extinción
por (inoportunidad) y la nulidad o anulación por (ilegitimidad), b) La revocación tiene un
efecto (ex – nunc no retroactivo) y la nulidad tiene un efecto (ex – tunc retroactivo) (6).
Además de lo ya señalado, cabe destacar que la revocación cuando obedece a razones de
oportunidad, mérito, etcétera tiene carácter constitutivo, ex tunc, o sea sus efectos rigen a
partir de la fecha de la revocación y la revocación fundada en razones de legalidad tiene
carácter declarativo, con efecto ex nunc, es decir, sus efectos rigen desde la fecha de
emisión del acto administrativo revocado.
V. A MANERA DE CONCLUSIÓN:
A) De lo expuesto en los párrafos precedentes, debemos insistir acotando, que el uso de los
conceptos revocación y nulidad, suele estar presidido por una lamentable confusión, la cual
trae como consecuencia que dentro de todas las Administraciones Públicas, se generan
desaciertos en cuanto al uso y aplicación de la Revocación del Acto Administrativo o su
Nulidad de Oficio; por tanto hay un desmedro significativo en el verdadero Control
Administrativo, que debe de ejercitarse al interior de toda Administración Pública, en virtud
de la Autotutela Administrativa y el Control de la Legalidad de los Actos Administrativos
emitidos por el Estado, los cuales, si bien es cierto deben ser emitidos en función de un
interés social, no puede atentar bajo ninguna circunstancia los derechos legítimamente
adquiridos por los administrados, quienes se verán favorecidos por el acertado accionar de
la Administración Pública en todas sus dependencias y servicios, o tendrán que soportar la
inoperancia y negligencia de las mismas.
B) Por otro lado, se puede apreciar que los supuestos de revocación del acto administrativo,
que contempla la doctrina consultada para el presente trabajo, está básicamente
conformada por razones de oportunidad, mérito o conveniencia; sin embargo nuestra
legislación, establece dichos supuestos como razones o motivos por las cuales no se puede
revocar un acto administrativo, cuando dichas razones o motivos importen una declaración
o constitución de derechos o intereses particulares; por tanto nuestro ordenamiento jurídico
vigente recoge tres supuestos, que como referíamos anteriormente constituyen excepciones
al principio de irrevocabilidad de los actos administrativos.
2.- La nulidad de oficio del acto administrativo, obedece a razones de carácter legal, tan
el es el caso, de la contravención al orden constitucional, las leyes y normas reglamentarias
o la omisión de alguno de los requisitos de validez del acto administrativo.
3.- En la revocación, debe tenerse en cuenta, que el acto administrativo ha sido emitido de
conformidad al ordenamiento jurídico; sin embargo, por cuestiones de interés público o
conveniencia para el administrado se deja sin efecto el acto administrativo, debiendo
indemnizar al afectado con tal medida.
CITAS: />
(1) El artículo 10 de la Ley de Procedimiento Administrativo General, establece como
causales de Nulidad del Acto Administrativo: a) La contravención a la Constitución, las leyes
o las normas reglamentarias, b) El defecto u omisión de alguno de sus requisitos de validez,
c) Los Actos Administrativos que son constitutivos de infracción penal o los que se dicten
como consecuencia de la misma, etcétera.
(2)Del mismo modo que en la Revisión de Oficio de los Actos Administrativos, la Revocación
se encuentra sustentada también en el principio de autotutela, que el mismo ordenamiento
jurídico reconoce a la administración, y consecuentemente se le faculte a la propia
Administración Pública a dejar sin efecto sus declaraciones o actuaciones, no por una
afectación a la legalidad, como ocurre en la Revisión de Oficio, sino, porque se han
configurado alguno de los tres supuestos descritos en el artículo 203 de la norma adjetiva.