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En la ciudad de La Plata, a 18 de agosto de 1992,

habiéndose establecido, de conformidad con lo dispuesto en

el Acuerdo 2078, que deberá observarse el siguiente orden

de votación: doctores Mercader, Laborde, Negri, Pisano,

Rodríguez Villar, se reúnen los señores jueces de la

Suprema Corte de Justicia en acuerdo ordinario para

pronunciar sentencia definitiva en la causa B. 53.193,

“Toranzo, Héctor Oscar contra Provincia de Buenos Aires

(I.P.S.). Demanda contencioso administrativa”.

A N T E C E D E N T E S

I. Héctor Oscar Toranzo, por apoderado, promueve

acción contencioso administrativa contra la Provincia de

Buenos Aires, Instituto de Previsión Social, con la

finalidad de que se anulen y dejen sin efecto la resolución

del 27-VII-89 y la del 29-III-90, ambas dictadas por el

Directorio del mencionado instituto. Por la primera se

rechazó su pedido tendiente a que su haber jubilatorio se

determine sobre la categoría 12, clase I, Personal de

Servicios de la ley 10.430, y por la segunda se rechazó el

recurso de revocatoria deducido contra la primera.

Solicita que con la anulación peticionada se

disponga la liquidación de su haber previsional sobre la

categoría reclamada, abonándosele las sumas resultantes

desde la vigencia de la ley 10.430, debidamente

actualizadas y con intereses hasta la fecha de su efectivo


pago.

II. La Fiscalía de Estado contestó la demanda

solicitando su rechazo y argumentando en favor de la

legitimidad de los actos administrativos cuestionados.

III. Agregadas las actuaciones administrativas,

los alegatos de las partes, la causa quedó en estado de

pronunciar sentencia, resolviéndose plantear y votar la

siguiente

C U E S T I O N

¿ Es fundada la demanda ?

V O T A C I O N

A la cuestión planteada, el señor Juez doctor

Mercader dijo:

I. De las actuaciones administrativas agregadas

surgen los siguientes antecedentes:

1) Al señor Héctor Oscar Toranzo se le acordó el

beneficio de jubilación ordinaria en la categoría 7, Clase

II de la ley 8721 (conf. res. 244.945 del 28-IV-80, fs. 27,

exp. adm. 2918-28796/72).

2) En presentación fechada 21-X-88 el

beneficiario solicitó que se le reconozca (para determinar

su haber) el tope de la categoría en la clase I de la ley

10.430 (fs. 40/41, exp. adm. cit.).

3) Mediante resolución del 27-VII-89 el H.

Directorio denegó lo peticionado teniendo en cuenta un


fallo de este Tribunal (causa “Barsamini”) que consideró

que la circunstancia de que la mencionada ley creara

categorías mayores que los anteriores estatutos, no le

confería a los interesados o sus derecho-habientes una

situación jurídica subjetiva para obtener la ubicación

escalafonaria que eventualmente podría haberles

correspondido de hallarse en actividad (fs. 51, exp. adm.

cit.), decisión acorde con la opinión de los órganos de

asesoramiento (fs. 45, 49, 50, exp. adm. cit.).

4) El recurso deducido contra tal acto (fs.

53/55) fue desestimado por resolución del Directorio del

29-III-90 (fs. 68 y dictámenes de fs. 62/63, 65, 67).

II. El actor impugna las resoluciones del

Instituto demandado que denegaron su pedido tendiente a que

su haber previsional se liquide tomando en cuenta la

categoría 12, que es la que corresponde al mayor grado de

la categoría I del agrupamiento servicio.

Relata que obtuvo su jubilación habiéndose tomado

para la determinación del haber la categoría 7 que

representaba la segunda clase del escalafón servicio bajo

la vigencia de la ley 8721. Con la sanción de la ley 10.430

se crean nuevas categorías y clases dentro del mencionado

escalafón, llevándose el tope a la categoría 15 de la clase

A.

Señala que la categoría y clase alcanzada en su


carrera administrativa era la inmediata inferior a la clase

I en vigencia de la ley 8721, y que en razón del nuevo

estatuto-escalafón aprobado por la ley 10.430, su situación

se desjerarquiza al quedar ubicado en una categoría y clase

inferior a la que poseía en el anterior régimen. Aduce,

fundamentalmente, que se encuentra afectado el principio de

movilidad de las prestaciones. Asimismo, pide que se

declare la inconstitucionalidad de los arts. 161 y 165 y de

la planilla anexa B de la ley 10.430.

III. La Fiscalía de Estado contestó la demanda

sosteniendo -en sustancia- que el sistema escalafonario,

aprobado por la ley 10.430, estableció una tabla de

equivalencias por la cual se determinó la reubicación del

personal proveniente del anterior régimen establecido en el

dec. ley 8721. En atención a ello, sostuvo que en el caso

en examen el organismo previsional ha aplicado

correctamente la norma vigente, circunstancia que pone de

manifiesto -según su criterio- la legitimidad de los actos

administrativos cuestionados y la falta de sustento

jurídico de la pretensión.

IV. La correlación de cargos en materia de

reajuste de beneficios, cuyo origen radica en la movilidad

implantada a partir de la sanción de la ley 6003,

constituye un sistema tendiente a la actualización de

haberes para los casos en que se presentan dificultades en


la individualización del cargo presupuestario por cambio o

supresión de denominaciones o de funciones, pudiendo

estimarse que el criterio rector adoptado por la ley es el

de llegar a una equiparación con las actuales funciones,

iguales o similares a las de mayor jerarquía que fueron

desempeñadas por el jubilado (doct. “Acuerdos y

Sentencias”, 1977-I-1222). La movilidad de haberes y la

mentada correlación de cargos reciben sustento del

principio de proporcionalidad, entre la situación

patrimonial del jubilado y la que le correspondería de

continuar en el desempeño del cargo, tenido en cuenta para

la determinación del haber (conf. doct. causa B. 48.897,

“Nave”, sent. 12-VII-83 y sus citas).

Si bien no lo dice expresamente, lo que en

definitiva pretende el actor es una correlación de cargos,

desde que persigue que, a los efectos jubilatorios, se

equipare el cargo que efectivamente desempeñó con otro del

actual régimen estatutario.

Considero que no se encuentran acreditados los

presupuestos que tornarían procedente dicha pretensión,

porque no surge que las funciones desempeñadas por el actor

-cat. 7, clase II, agrupamiento Personal de Servicio,

Mayordomo-, se correspondan con las actuales de Intendente

-cat. 12, clase I, del mismo agrupamiento-, que es la

categoría y clase pretendida. Además, no existen elementos


que conduzcan razonablemente a admitir que de haber

continuado en actividad le hubiese correspondido, por esa

sola circunstancia y en virtud del dictado del nuevo

estatuto-escalafón, acceder a dicho cargo (en sent. conc.

doct. causas B. 51.656, “Barsamini”, res. 8-III-88; B.

52.092, “Rapisarda”, sent. 17-X-90).

En efecto, el cargo de mayor jerarquía

desempeñado por el actor y sobre cuya base se le otorgó el

beneficio es el de mayordomo (clase II, conf. ley 8721,

art. 109). Ese cargo, si bien en la ley 10.430 fue

suprimido, paralelamente fue equiparado a los efectos

previsionales con la clase 2, grado IX (Conf. planilla

anexa B). Ambos cargos se mantuvieron en la categoría 7. El

cargo que el actor pretende es el de clase I, grado IV (ya

que él se refiere a la categoría 12 en su demanda), que

“comprende a los agentes que ocupen el cargo de Intendente

en los respectivos Planteles Básicos. Su desempeño implica

la responsabilidad de supervisión de personal (conf. art.

129, ley 10.430).

La clase 2, clase con la que fue equiparado el

cargo ocupado por el actor en el anterior régimen ...

“reúne las tareas en las cuales los factores determinados

para su evaluación están presentes, en su conjunto, en un

grado elevado, requiriendo su desempeño una adecuada

especificación y cierto grado de decisión...” (conf. cit.


art. 129).

En el dec. ley 8721, el art. 109 -en lo

pertinente- establecía “...clase II: comprende a los

agentes que ocupen el cargo de mayordomo en los respectivos

planteles básicos...”.

De lo expuesto se desprende que no existe la

necesaria correspondencia funcional entre el cargo

desempeñado por el actor bajo la vigencia del dec. ley 8721

y el que actualmente pretende de acuerdo a la ley 10.430,

tal como lo corroboran las características de uno y otro

cargo, descriptas en los párrafos precedentes, ya que las

funciones por él cumplidas eran más restringidas y, por lo

tanto diferentes, que las asignadas al cargo ahora

pretendido. Este último comprende la responsabilidad de

supervisión de personal, por lo que cabe concluir que en

tales condiciones, la pretensión del actor no configura

sino un intento de ascenso posterior al cese, ajeno a las

finalidades propias del instituto de correlación de cargos.

Por último, cabe destacar, que la situación

previsional del actor no ofrece dificultad desde el punto

de vista de la individualización presupuestaria del cargo

que anteriormente pertenecía a la clase II, cat. 7, base de

la determinación del haber desde que se concedió el

beneficio jubilatorio, pues se encuentra correlacionado por

la ley 10.430 a la categoría 7, clase 2, grado IX (planilla


anexa B), aspecto que no se encuentra cuestionado, ya que

la pretensión del actor es sólo ascender de dicho status a

una jerarquía superior, sin pruebas bastantes que lo

justifiquen.

Teniendo en cuenta que la situación de los ex

agentes en pasividad fue expresamente contemplada en el

régimen de la ley 10.430 (arts. 161, 165 y planilla anexa

B) al determinarse en el mismo las equivalencias a los

efectos jubilatorios -como quedó visto- no corresponde

aplicar, contrariamente a lo que pretende el actor, las

disposiciones del dec. 6916 -relativo a la aprobación del

nomenclador de cargos de la ley 10.430- pues puede

inferirse que este decreto está destinado a regir la

situación de los agentes en actividad, de manera que, no

habiéndose omitido en el régimen que nos ocupa la

regulación de las equiparaciones a los fines previsionales,

no existe razón que justifique acudir a las normas que

invocó el demandante.

V. Finalmente, corresponde desestimar el planteo

de inconstitucionalidad de los arts. 161 y 165 y de la

planilla anexa B de la ley 10.430 pues, conforme con la

doctrina del Tribunal, las impugnaciones de tal índole, que

sólo proceden como argumento coadyuvante en el proceso

contencioso administrativo, únicamente se admiten cuando no

exista otra vía procesal adecuada para su oportuno


tratamiento (causas B. 47.527, D.J.B.A., t. 118, p. 333; B.

48.094, “Argañaráz”, 24-VI-80, D.J.B.A., t. 119, p. 561; B.

47.871, “Yabra”, 18-V-82; B. 48.619, “Arrieta, Mariano”,

5-IX-86; B. 49.452, “Hernández”, 10-II-87, entre otras),

circunstancia, ésta última, que no se presenta en el caso,

atento a la existencia de la acción originaria de

inconstitucionalidad (art. 149 inc. 1, Const. prov. y 683 y

sigtes., C.P.C.C.), idónea para efectuar el referido

cuestionamiento.

Por las razones expuestas, juzgo que debe

rechazarse la demanda. Costas por su orden (art. 17,

C.P.C.A.).

Voto por la negativa.

Los señores jueces doctores Laborde, Negri,

Pisano y Rodríguez Villar, por los fundamentos del señor

Juez doctor Mercader, votaron por la negativa.

Con lo que terminó el acuerdo, dictándose la

siguiente

S E N T E N C I A

Por los fundamentos expuestos en el acuerdo que

antecede, se rechaza la demanda interpuesta.

Costas por su orden (art. 17, C.P.C.A.).

Regúlanse los honorarios del letrado de la parte

actora doctor Manuel Sergio Lavalle en la suma de ... pesos

(arts. 9, 10, 14, 15, 16, 22, 26, 28 inc. a, 44 inc. b,


2da. parte y 54, dec. ley 8904), cantidad a la que deberá

adicionarse el 10% (ley 8455).

Regístrese y notifíquese.

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