You are on page 1of 10

Mag.

María
Teresa Meléndez
Lázaro
Docente

Alumno: Carlos Meza Malavozoy


Codigo: 2007130931
1.- ¿Qué son los métodos comerciales abusivos y como están regulados en nuestra
legislación?

Son aquellas conductas realizadas por los proveedores de bienes y servicios que, de
manera expresa, el Código de Protección y Defensa del Consumidor las considera
perjudiciales para los consumidores.

El Código distingue tres tipos de conductas prohibidas como métodos comerciales


abusivos:

- Comerciales coercitivos
- Comerciales abusivos o engañosos
- Métodos abusivos de cobro

LEGISLACIÓN QUE REGULA

Están reguladas La regulación de los métodos comerciales abusivos, engañosos y las


formas de cobro prohibidas, se encuentra en la Ley Nº 29571 – Código de Protección y
Defensa del Consumidor.

AUTORIDAD NACIONAL DE PROTECCIÓN DEL CONSUMIDOR

El Instituto Nacional de Defensa de la Competencia y de la Protección de la Propiedad


Intelectual (Indecopi), en su calidad de Autoridad Nacional de Protección del
Consumidor, ejerce las atribuciones y funciones que le confieren las leyes para velar por
el cumplimiento de las disposiciones contenidas en el presente Código, sin perjuicio de
las atribuciones y autonomía de los demás integrantes del sistema.

INDECOPI

Fue creado en noviembre de 1992. Indecopi es el organismo encargado de la aplicación


de las normas legales destinadas a proteger.

El mercado, de las prácticas monopólicas que resulten controlistas y restrictivas de la


competencia en la producción y comercialización de bienes y en la prestación de
servicios, así como de las prácticas que generan competencia desleal y de aquellas que
afectan a los agentes del mercado y a los consumidores.

Los derechos de propiedad intelectual, desde los signos distintivos y los derechos de
autor hasta las patentes y la biotecnología.

La calidad de los productos, la cual rige la ley de protección al consumidor

2.- ¿Qué son los métodos comerciales coercitivos y como están regulados en nuestra
legislación?

CONCEPTO .- Los métodos coercitivos se tratan de una anomalía en la formación,


aceptación o conclusión de una relación de consumo, en la que no se toma en cuenta un
elemento central para la formación de esta, que es la voluntad de uno de sus actores,
transformando la que sería una operación de consumo razonada en mérito a las
necesidades del sujeto y las características del producto en una operación inadecuada e
ineficiente que perjudica los intereses económicos del consumidor pues le obliga a
asumir costos no previstos de acuerdo a la variación de las condiciones bajo las cuales
está dispuesto a contratar o ha contratado.

Si bien tanto la doctrina como la jurisprudencia refieren que los métodos comerciales
coercitivos van más allá de la relación contractual, no puede negarse que estos no estén
directamente relacionados, pues las obligaciones dictadas por el proveedor de forma
unilateral obligarán al consumidor a asumir costos en tanto estos estén de alguna
manera ya obligados por alguna relación anterior o que mediante estos métodos se cree
una, por la cual el concepto de relación contractual ronda los métodos comerciales
coercitivos.

En ese sentido, existe una diferencia con las cláusulas abusivas en cuanto, en primer
lugar estás si están estrictamente ligadas a la existencia del contrato y en segundo lugar
porque imponen un desequilibrio en las prestaciones recíprocas pero el consumidor
conoce la oferta y la cláusula contractual y la acepta, es decir el desequilibrio aparece
dentro de las reglas de juego; en los métodos coercitivos el proveedor establece una
relación contractual o varía la oferta sin ningún consentimiento expreso del consumidor,
sin tomar en cuenta su voluntad, elemento básico para que el surgimiento de
obligaciones se perfeccione.

II. ANTECEDENTES LEGISLATIVOS

Desde la primera norma en materia de protección al consumidor, Decreto Legislativo Nº


716 (09/11/1991) nuestro sistema de protección al consumidor ha buscado tutelar los
derechos de los consumidores, “mediante la proscripción de aquellos métodos
comerciales ilegítimos que impliquen, entre otras cosas, obligar al consumidor a asumir
prestaciones no pactadas, condicionarlos a la adquisición de productos no requeridos o
modificar sin su consentimiento las condiciones y términos en los que los servicios se
contratan”

Así, el texto original de la norma prescribía en su inciso d) el derecho a la protección de


sus intereses económicos (de los consumidores), mediante el trato equitativo y justo en
toda transacción comercial; y a la protección contra métodos comerciales coercitivos o
que impliquen desinformación o información equivocada sobre los productos o
servicios.

A lo largo de la norma no se encuentra otra referencia a los métodos coercitivos lo cual


importó mucha dificultad al desarrollo de la figura, pues su regulación carecía de un
contenido que la jurisprudencia o la doctrina pudieran interpretar.

Ya con el Decreto Legislativo Nº 807 (18/04/1996) la difusa figura de los métodos


coercitivos va adquiriendo un matiz más definido, pues a través de esta norma se
modifica el artículo 13 del D. Leg. 716, estableciéndose que “queda prohibida la
realización de propuestas al consumidor, por cualquier tipo de medio, sobre un bien o
servicio que no hayan sido requeridos previamente y que generen un cargo automático
en cualquier sistema de débito o que interpreten el silencio del consumidor como
aceptación a dicho cargo. Si con la oferta se envió un bien, incluso si se indicara que se
devolución puede ser realizada sin costo alguno para el receptor, el receptor no está
obligado a conservarlo ni a restituirlo al remitente”.

En esta norma ya se va regulando los costos adicionales por prestaciones de productos o


servicios no requeridos por el consumidor y no acordados en las operaciones de
consumo y cuyo importe el proveedor se atribuye la potestad de cobrar prestando un
servicio sin el requerimiento de aquel agente de mercado.

Posteriormente con la Ley Nº 27311 se modifica nuevamente el artículo 13 que a la letra


refiere que “de manera enunciativa, mas no limitativa, el derecho de todo consumidor a
la protección contra los métodos comerciales coercitivos implica que los proveedores no
podrán:

a. Modificar, sin consentimiento expreso de los consumidores, las condiciones y


términos en los que adquirió un producto o contrató un servicio. No se puede
presumir el silencio del consumidor como aceptación, salvo que éste así lo
hubiese autorizado expresamente y con anterioridad.
b. Realizar ofertas al consumidor, por cualquier tipo de medio, sobre un bien o
servicio que no hayan sido requeridos previamente y que generen un cargo
automático en cualquier sistema de débito, o interpretar el silencio del
consumidor como aceptación a dicho cargo, salvo que aquel lo hubiese
autorizado expresamente con anterioridad. Si con la oferta se envió un bien,
incluso si se indicara que su devolución puede ser realizada sin costo alguno
para el receptor, éste no está obligado a conservarlo ni a restituirlo al remitente.
c. Completar los títulos valores emitidos incompletos por el consumidor de manera
distinta a la que fuera expresa o implícitamente acordada al momento de su
suscripción”.

En el caso de esta norma, parece que el legislador poco a poco va tomando idea de lo
que son los métodos comerciales coercitivos y va delimitando su concepto como
métodos que utilizan los proveedores para distribuir sus productos sin hacer mucho caso
de la voluntad expresa del consumidor para el perfeccionamiento de relación de
consumo.

El Decreto Legislativo Nº 1045 (26/06/2008) amplía los supuestos establecidos en el ya


modificado artículo 13 abarcando dentro de los métodos coercitivos que pueden
presentarse:

- “a. en relaciones contractuales de duración continuada o tracto sucesivo donde


haya dependencia o subordinación entre las acciones de consumo, tomar ventaja
indebida del oportunismo post contractual, es decir, condicionar la venta de un
bien o la prestación de un servicio a la adquisición de otro, salvo que por su
naturaleza sean complementarios, formen parte de las ofertas comerciales o, por
los usos y costumbres sean ofrecidos en conjunto;
- b. obligar al consumidor a asumir prestaciones que no haya pactado o a efectuar
pagos por bienes o servicios que no hayan sido requeridos previamente. En
ningún caso podrá interpretarse el silencio del consumidor como aceptación de
dichas prestaciones o pagos, salvo que lo hubiese autorizado, de manera expresa;
- c. modificar sin el consentimiento expreso de los consumidores, las condiciones
y términos en los que adquirió un producto o contrató un servicio. No se puede
presumir el silencio del consumidor como aceptación, salvo que éste así lo
hubiere autorizado expresamente y con anterioridad;
- d. completar los títulos valores emitidos incompletos por el consumidor, de
manera distinta a la que fuera expresamente acordada al momento de su
suscripción;
- e. establecer limitaciones injustificadas o no razonables al derecho del
consumidor de poner fin a un contrato, así como a la forma como éste puede
hacerlo; u,
- f. ofrecer bienes o servicios a través de visitas, llamadas telefónicas o métodos
análogos de manera impertinente”.

Con el dictado del Texto Único Ordenado de la Ley de Protección al Consumidor


(30/01/2009) se mantienen dichos supuestos, cuya estructura básicamente es recogida
por el Código de Protección y Defensa del Consumidor que actualmente nos rige, el
cual ha hecho ligeras variantes como también ha agregado el literal g. que considera
como método coercitivo “exigir al consumidor la presentación de documentación
innecesaria para la prestación del servicio que contrate o la entrega del producto
adquirido, pudiendo, en todo caso, exigirse solo la documentación necesaria, razonable
y pertinente de acuerdo con la etapa en la que se encuentre la prestación del producto o
ejecución del servicio”.

Como puede observarse a lo largo de la historia de la regulación de los métodos


comerciales coercitivos se ha ido agregando nuevos supuestos, por lo cual en la
utilización de criterios de diversa índole que puedan amenazar la voluntad de los
consumidores, “la norma establece una lista abierta de los métodos comerciales
coercitivos prohibidos, como son la modificación unilateral, por parte del proveedor, de
las condiciones y términos contractuales en que un consumidor adquirió un producto o
servicio, o el cargo automático de una oferta no requerida previamente”

Sin embargo llama la atención que los métodos coercitivos no sean definidos por un
Código con clara inclinación hacia los conceptos, tómese en cuenta que tanto en materia
de cláusulas abusivas como en los métodos comerciales agresivos, figuras
geográficamente cercanas a los métodos coercitivos dentro del Código, existen sendas
definiciones de sus categorías, lo cual revelaría que el contenido conceptual de los
métodos coercitivos aún no está del todo delimitado.

3.- ¿Qué son los métodos comerciales abusivos o engañosos y como están regulados en
nuestra legislación?

Los proveedores no pueden llevar a cabo prácticas que mermen de forma significativa la
libertad de elección del consumidor a través de:

- Acoso
- Coacción
- Influencia indebida
-
Dolo: Engaño llevado a cabo maliciosamente con intención de dañar a alguien.

La presente disposición comprende todo tipo de contratación de productos o servicios


(telefónica, catálogo, etc).
Crear la impresión de que el consumidor ya ha ganado, que ganará o conseguirá, si
realiza un acto determinado, un premio o cualquier otra ventaja equivalente cuando:

1. El premio o ventaja no existe.


2. Se tiene que pagar para acceder al premio o ventaja.

El cambio de la información originalmente proporcionada al consumidor al momento de


celebrarse la contratación, sin el consentimiento expreso e informado del consumidor.

Realizar visitas en persona al domicilio del consumidor o realizar proposiciones no


solicitadas, por teléfono, fax, correo electrónico u otro medio, de manera persistente e
impertinente, o ignorando la petición del consumidor para que cese este tipo de
actividades.

Comprende todo tipo de contratación de productos o servicios, sea efectuada mediante


contratos dentro o fuera del establecimiento del proveedor

Ejemplos:

- Ventas telefónicas
- A domicilio
- Por catálogo
- Mediante agentes
- Contratos a distancia
- comercio electrónico o modalidades similares.

4.- El procedimiento sancionador en materia de protección al consumidor.

Se considera que los procedimientos de protección al consumidor seguidos ante el


INDECOPI iniciados por una denuncia tienen una naturaleza mixta trilateral –
sancionadora, en la cual hay dos relaciones jurídicas: una bilateral de carácter
sancionador, donde prima el interés público; y la otra trilateral, que alberga los intereses
privados, contrapuestos entre el denunciante y denunciado.

- Esta postura es acogida por el doctor Juan Carlos Morón Urbina, en el Informe emitido
con fecha 09 de febrero de 2012, a solicitud del INTERBANK, a raíz de la Resolución
N° 271-2011/INDECOPI – PIU de fecha 28 de diciembre de 2011. En efecto, en el
referido informe se indica que el procedimiento administrativo en materia de protección
al consumidor tiene una naturaleza mixta “que tiene aspectos que le otorgan un carácter
trilateral sin que ello perjudique su finalidad sancionadora, a pesar que la LPAG (…) no
abarque, específicamente, un procedimiento de esta naturaleza (…)”.

- En opinión del destacado jurista Juan Carlos Morón Urbina, entender que el
procedimiento sancionador en materia de protección al consumidor ante INDECOPI es
puramente sancionador no se desprende de sus características, ya que no solo la
normativa aplicable acepta su naturaleza particular, como se señala en el artículo 4°,
numeral 3, de la Directiva N° 004-2010/DIR-COD-INDECOPI, sino que mantiene
algunos de los rasgos particulares del procedimiento trilateral, como la forma de inicio
(la cual a pesar de denominarse de oficio, se originó con motivo de una denuncia por
parte de un consumidor), así como las formas de participación (como la interposición de
recursos, que solo quien es parte del procedimiento puede ejercitar) e inclusive, la
potestad de dar término al mismo, con ciertos mecanismos especiales como el
desistimiento o la conciliación.
A mi parecer esta tesis intermedia es la que describe mejor la naturaleza especial del
procedimiento administrativo de protección al consumidor que se sigue ante el
INDECOPI, pues nos encontramos frente a un procedimiento sancionador que cuenta
con ciertos rasgos de un procedimiento trilateral.

Así lo reconoce la Directiva 004- 2010/DIR-COD-INDECOPI en su numeral 4.3.1 que


señala textualmente: “El Procedimiento Sumarísimo se inicia de oficio, por denuncia de
parte, lo que le otorga una condición trilateral que no altera la naturaleza sancionadora
de dicho procedimiento”.

Aun cuando la Directiva se refiere al procedimiento sumarísimo, el criterio es


plenamente trasladable al procedimiento ordinario por denuncia del consumidor, debido
a que en su esencia se trata de procedimientos similares.

Por lo que podemos concluir que si bien en los procedimientos administrativos en


materia de protección al consumidor, iniciados por denuncia de parte, se encuentra
presente el ejercicio de la potestad sancionadora de la Administración con el propósito
de cautelar el interés público involucrado en la defensa de los consumidores; también en
ellos se discuten derechos subjetivos e intereses legítimos de índole particular, por lo
que debe reconocerse además su naturaleza trilateral.

El componente trilateral de los procedimientos justifica, la evaluación de los


presupuestos de admisibilidad y procedencia de la denuncia, la culminación del
procedimiento por conciliación o transacción extrajudicial, la posibilidad del
INDECOPI de ordenar medidas correctivas reparadoras y eventualmente la condena al
pago de costas y costos. Esta particularidad de este procedimiento administrativo atenúa
las exigencias propias de un procedimiento sancionador puro, posibilitando la
aplicación de la figura del desistimiento.

El artículo 186° de la LPAG establece que la conciliación, la transacción y el


desistimiento son formas de conclusión del procedimiento administrativo. Así también
lo reconoce el Código de Consumo que establece en su artículo 147° que los
consumidores pueden conciliar la controversia surgida con el proveedor con
anterioridad e incluso durante la tramitación de los procedimientos administrativos por
infracción a las disposiciones de protección al consumidor.

El único límite impuesto al desistimiento para su aceptación es que otros terceros


interesados en el procedimiento insten por su continuación luego de que son notificados
del desistimiento o que la autoridad de oficio verifique que tal aceptación pueda afectar
intereses de terceros o el interés general, así lo establece el numeral 189.6 y 189.7 del
artículo 189° de la LPAG.

Si no se ha dado una afectación al interés general o al interés de terceros y no existen


terceros interesados en que el procedimiento continúe, corresponde que la autoridad
administrativa acepte el desistimiento de plano y declare la conclusión y archivo
definitivo del procedimiento, según lo dispuesto en el numeral 189.6 del artículo 189°
de la LPAG. No cabe una interpretación en contrario pues la misma haría más
improbable que el proveedor y el consumidor concreto en conflicto logren un
entendimiento a satisfacción de ambas partes, situación que iría en contra de la
autocomposición de los conflictos de consumo, que es uno de los principios que
inspiran las normas de protección al consumidor elevado a nivel de política pública
(artículo VI numeral 6 del Título Preliminar del Código de Consumo).

Respecto a la oportunidad para el desistimiento, el inciso 5 del artículo 189° de la


LPAG establece que se podrá realizar en cualquier momento antes de que se notifique la
resolución final en la instancia. Dentro del procedimiento administrativo existen dos
instancias por lo que el desistimiento se podrá dar antes de la resolución final de la
primera o la segunda instancia, entender que el desistimiento solo cabe en primera
instancia implicaría atentar contra una de las reglas de interpretación más importante del
Derecho: distinguir donde la ley no distingue (“ubi lex non distinguit, nec nos
distinguere debemus”).

La potestad sancionadora de la Administración Pública puede reforzar la protección de


los derechos de los consumidores, pero si un consumidor comprende libremente que su
derecho no se encuentra afectado, o habiéndolo estado, el denunciante ha conseguido la
satisfacción de su pretensión en paralelo al procedimiento, pues lo más recomendable es
que la participación del Estado deba concluir en ese preciso momento ya que el mejor
protector de sus intereses es el propio consumidor.

Por los argumentos expuestos es que puedo concluir que el procedimiento de protección
al consumidor se encuentra normado de manera particular, de forma tal que no podemos
afirmar que nos encontramos frente a un procedimiento administrativo en puridad; este
procedimiento tiene una naturaleza particular que mezcla caracteres trilaterales y
sancionadores.

Por este motivo, como característica tomada del procedimiento trilateral, el


administrado denunciante tiene calidad de parte dentro del procedimiento y puede dar
inicio al mismo con su denuncia, interponer recursos impugnativos y darle fin al
procedimiento a través de su desistimiento.

Dicho desistimiento puede darse tanto en primera como en segunda instancia siendo que
no se puede distinguir donde la ley no lo hace, por tanto, el único límite para que no
proceda el desistimiento es que exista intereses de terceros afectados o una afectación al
interés general.

La autoridad administrativa debe en el caso de que solo se haya afectado un interés


particular aceptar de plano el desistimiento y declarar la conclusión del procedimiento.
Esto en concordancia con el carácter pro conciliador recogido en las disposiciones del
Código de Consumo, que ha sido elevado a política pública por el propio INDECOPI.

CONCLUSIÓN

INICIO DE PROCEDIMIENTO ADMINISTRATIVO SANCIONADOR


Con relación a lo dispuesto en el numeral 4.3.7, cabe señalar que la decisión de inicio
del procedimiento administrativo sancionador corresponde al jefe del órgano resolutivo
de procedimientos sumarísimos, de conformidad con lo establecido en el artículo 127°
del Código. En ese sentido, si bien el personal asignado elabora el proyecto de
resolución de inicio de procedimiento administrativo sancionador, será dicho
funcionario quien la suscribirá, previa evaluación y aprobación. Con relación a lo
dispuesto en el numeral

4.3.8, cabe señalar que la condición de consumidor del denunciante, o la condición de


proveedor del denunciado, o la determinación de una relación de consumo, constituyen
requisitos para la activación del procedimiento sancionador de protección al
consumidor. En ese sentido, con la recepción de la denuncia han de evaluarse el
cumplimiento de dichas condiciones. No obstante, se debe reconocer que la forma en
que se vinculan consumidores y proveedores cambia y evoluciona con el tiempo. Esto
hace que en cada caso deba evaluarse si el denunciante o denunciado califican como
consumidor y proveedor, respectivamente. Al respecto, la Sala Especializada en
Protección al Consumidor ha emitido diversos fallos determinando algunos supuestos.
Por esta razón, si al recibir la denuncia se pone en discusión la circunstancia antes
descrita, resulta conveniente que la decisión de inicio de procedimiento esté a cargo del
Jefe del ORPS, formalizada a través de un resolución, lo cual permitirá al denunciante
impugnar ésta si le es desfavorable, a fin que sea revisada por el órgano jerárquico
superior, evitándose así una situación de indefensión. Con relación a lo dispuesto en el
numeral

4.4.1 a efectos de mejorar la eficiencia, se establece que en el mismo procedimiento


sumarísimo, podrá determinarse la responsabilidad del proveedor por la comisión de
infracción tipificada en el artículo 5° del Decreto Legislativo N° 807, en tanto la
presunta infracción tipificada en dicho artículo se haya conocido con anterioridad al
inicio del procedimiento sancionador. De no ser ese el caso, es decir cuando el
administrado incurre en la infracción por ejemplo durante la tramitación del
procedimiento sancionador, el órgano resolutivo de procedimientos sumarísimos deberá
iniciar dicho procedimiento en forma independiente.

5.- El procedimiento sumarísimo en materia de protección al consumidor.

EXPLICACIONES DE PARTE DE INDECOPI

Teniendo en cuenta que la Segunda Disposición Complementaria Derogatoria del


Código establece que deberá entenderse por derogadas todas las disposiciones legales o
administrativas que se opongan o contradigan al Código, resulta necesario determinar
los artículos del Decreto Legislativo que se encontrarían vigentes. En tal sentido,
atendiendo a la naturaleza del Procedimiento Sumarísimo, es necesario precisar en la
presente Directiva los artículos del Título V del Decreto Legislativo N° 807, que son de
aplicación para la tramitación del presente procedimiento. PRINCIPIOS APLICABLES
AL PROCEDIMIENTO SUMARÍSIMO De acuerdo a lo establecido en Ley del
Procedimiento Administrativo General, esta tiene por finalidad establecer un régimen
jurídico para que la actuación de la Administración Pública sirva a la protección del
interés general, garantizando los derechos e intereses de los administrados, con sujeción
al ordenamiento constitucional y jurídico en general. En lo que se refiere al ámbito
subjetivo, la referida ley se aplica, entre otras, a entidades y organismos del Estado,
cuyas actividades se realizan en virtud de potestades administrativas y, por tanto se
consideran sujetas a las normas comunes de derecho público, es decir alcanza al
INDECOPI, y siendo el procedimiento sumarísimo, un procedimiento administrativo
sancionador, corresponde que se apliquen los principios establecidos por la Ley Nº
27444, en especial aquellos referidos a la potestad sancionadora de la Administración; y
no principios propios del derecho procesal civil.

EVALUACIÓN PRELIMINAR DE LA DENUNCIA De conformidad con lo


establecido en el numeral 2 del artículo 23517 de la Ley del Procedimiento
Administrativo General, previo a la iniciación formal del procedimiento sancionador, se
pueden realizar actuaciones previas de investigación, averiguación e inspección con el
objeto de determinar con carácter preliminar si concurren circunstancias que justifiquen
su iniciación. En ese sentido, al presentarse denuncias que pretendan el inicio del
procedimiento sumarísimo, corresponde que se efectúen verificaciones preliminares
para determinar si existen suficientes indicios de la comisión de una infracción a las
normas de protección al consumidor que sean de competencia del órgano ante quien se
presentó la denuncia, así como el cumplimiento de los requisitos establecidos en el
Texto Único de Procedimientos Administrativos del INDECOPI. Este análisis previo
estará a cargo de los funcionarios que se designen para tales efectos, quienes deberán
realizarla dentro del plazo máximo de 05 días. COMPETENCIA DEL ÓRGANO
RESOLUTIVO DE PROCEDIMIENTOS SUMARÍSIMOS DE PROTECCIÓN AL
CONSUMIDOR En caso se determine que el órgano ante quien se presentó la denuncia
no es competente para conocer de la misma, corresponde que dicha denuncia se remita a
quien corresponda. Actualmente, de producirse el supuesto descrito, lo que hace el
órgano que no se considera competente respecto a los hechos denunciados, es emitir una
resolución declarando la improcedencia de la denuncia, la misma que podrías ser
impugnada, obligando a la instancia superior a emitir un pronunciamiento. Este
proceder podría terminar afectando lo establecido por el Principio de Celeridad, el
mismo que señala que quienes participan en el procedimiento deben ajustar su actuación
de tal modo que se dote al trámite de la máxima dinámica posible, evitando actuaciones
procesales que dificulten su desenvolvimiento o constituyan meros formalismos, a fin
de alcanzar una decisión en tiempo razonable, sin que ello releve a las autoridades del
respeto al debido procedimiento o vulnere el ordenamiento.

BIOGRAFIA VIRTUAL

https://www.indecopi.gob.pe/web/proteccion-al-consumidor/procedimientos1

http://www.andina.com.pe/agencia/noticia-indecopi-codigo-consumo-prohibe-metodos-
comerciales-abusivos-proveedores-326208.aspx

http://www.administracion.usmp.edu.pe/institutoconsumo/wp-
content/uploads/2013/08/Practicas-comerciales-enga%C3%B1osas-Espa%C3%B1a-
2010.pdf

You might also like