You are on page 1of 9

TEMA: LEDERAZGO

EL LIDERAZGO Y LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.

LIDERAZGO. La inteligencia puede dividirse en varios tipos según el área de


razonamiento que impliquen. Cuando se trata de procesar o manejar información
relacionada con sentimientos, emociones, motivos, relaciones y otras áreas que
tienen que ver con nuestro bienestar y supervivencia, hablamos de tres tipos de
inteligencia: personal, social y emocional.

Uno de los principales motivos por los que tanta gente está interesada en la
psicología es que los conocimientos que la psicología puede aportarles les ayudan
a entenderse mejor a sí mismos y a los demás y, por tanto, a desarrollar su
inteligencia social, que es uno de los aspectos más importante en un mundo tan
interconectado como es el nuestro.
La inteligencia emocional está relacionada con la capacidad para identificar las
emociones en los rostros, voces y expresiones de los demás y en uno mismo,
entender lo que significan las emociones en nuestras relaciones con los demás,
entender las propias emociones, manejar tanto las propias emociones como las de
los demás y usar la información emocional para realizar actividades cognitivas
(pensar, hacer valoraciones, etc.) Es decir, tiene que ver con la capacidad para
utilizar la información emocional al pensar y la capacidad para percibir las
emociones, identificarlas, expresarlas, utilizarlas al razonar, entenderlas
y manejarlas.
La inteligencia personal (o intrapersonal), implica la comprensión de uno mismo,
la capacidad para evaluarse de un modo objetivo, saber cuáles son las propias
capacidades o habilidades y ser capaces de razonar acerca de las propias
emociones, motivaciones, valores y otros procesos internos. Es decir, es la
capacidad para conocerse a uno mismo de una manera acertada, entenderse y
manejar la información interna.
La inteligencia social tiene que ver con nuestras relaciones con los demás,
incluyendo aspectos como la intimidad y la confianza, la persuasión, la pertenencia
a grupos o la influencia. Consiste en el uso de información social para hacer que
otros cooperen, la capacidad para relacionarse con los demás de manera efectiva
y la capacidad para identificar las relaciones existentes entre las personas
(dominancia, liderazgo, sumisión, dependencia, etc.).
Estos tres tipos de inteligencia suelen estar relacionados y tienden a solaparse.
Por ejemplo, tanto la inteligencia social como la emocional ayudan a una persona a
entenderse mejor a sí misma (inteligencia personal) y la inteligencia emocional
ayuda a relacionarse mejor con los demás.
La inteligencia social implica seis áreas principales:
1. La capacidad para identificar el estado mental interno de los demás.

2. La capacidad para agrupar los estados mentales de los demás en


función de sus similitudes.

3. La capacidad para ver conexiones con significado entre diversas


conductas.

4. La capacidad para interpretar secuencias de conductas sociales.

5. La capacidad para responder de manera flexible al interpretar los


cambios en la conducta social.

6. La capacidad para predecir lo que pasará en una situación


interpersonal.
7. La inteligencia social tiene también que ver con el conocimiento que una persona
tiene sobre el mundo social que le rodea y su capacidad para usar ese
conocimiento. Probablemente contribuye también a la aceptación de uno mismo.

3.2 Desarrollo de la inteligencia financiera

Puede definirse de manera simple y clara como la habilidad de generar riqueza, o


como la capacidad para resolver o eludir problemas financieros. La inteligencia
financiera está estrechamente vinculada a la psicología de la persona, el dominio
propio y el ser autodidacta, ya que la educación financiera actualmente es una
cuestión nueva que ha aparecido y no se ha integrado en las escuelas de muchas
partes del mundo.

Complementando un poco más el concepto de inteligencia financiera se debe


considerar que la inteligencia en si es definida como un “conjunto de habilidades
que sirven para resolver problemas y encontrar distinciones, diferencias y
similitudes” por lo que finalmente terminaríamos con que un concepto más
completo de inteligencia financiera sería “un conjunto de habilidades que sirven
para resolver problemas financieros” pudiendo ingresar en esta la capacidad de
aumentar los ingresos o disminuir los egresos personales.

En la inteligencia financiera se incluye las habilidades como el marketing personal,


las ventas, el poder de hacer amistades de influencia y la estrategia aunque
algunas de estas habilidades pueden ser calificadas dentro de la “inteligencia
social” igual llegan a ser relevantes como auxiliares de la inteligencia financiera.

CAPÍTULO 1 EL LIDERAZGO Y LA INTELIGENCIA EMOCIONAL.


LIDERAZGO. Liderazgo no es dominación, sino el arte de persuadir a la gente
para que trabaje hacia un objetivo común.

Liderazgo y no Líder, antes de comenzar, queremos establecer que preferimos


hablar de liderazgo (como un proceso) y no de líder (como una persona). El
problema con la palabra líder es que nos hace creer que hay personas que
tienen la condición de tal de forma permanente y hay quienes no la tienen. Eso
lleva a la errada búsqueda de las características del líder, como si hubiera un
tipo de persona en especial que puede ejercer el liderazgo y hubiese otro tipo
de persona que no pudiese hacerlo.

Y esto definitivamente no es así. Dependiendo de las circunstancias y los


propósitos, podríamos decir que casi cualquier persona puede ejercer el
liderazgo en cierto momento y no podrá ejercerlo en otros. La ampliación del
repertorio de competencias de la inteligencia emocional del líder aumenta su
eficacia porque le proporciona la flexibilidad necesaria para afrontar con éxito
las demandas que exige la dirección de cualquier grupo u organización.

Existen distintos estilos de liderazgo, cada uno de los cuales se sirve de


diferentes competencias de la inteligencia emocional, pero los mejores líderes
saben aplicar el enfoque más adecuado a cada situación y pasar de uno a otro
según sea necesario. Cuantos más estilos sea capaz de desplegar un líder,
más eficaz será su gestión. Nuevamente nos preguntamos ¿Qué es Liderazgo?
Entonces, visto como un proceso, como un evento, definiremos el liderazgo
como el momento en el cual: “Alguien logra que suceda un cambio importante”.
En esta definición las siguientes palabras deben ser resaltadas:
ALGUIEN: porque cualquier persona puede ejercer este rol, bajo determinadas
circunstancias.

LOGRA QUE SUCEDA: debe haber un resultado eficaz.

UN CAMBIO: el cambio resultante debe ser de algún modo importante para los
involucrados. Entonces, bajo esta visión, el liderazgo es visto como el proceso
de gestionar exitosamente cualquier tipo de cambio personal, organizacional,
empresarial, político o social.

Las Cualidades del Liderazgo. Un líder sería aquella persona que a través de
su conducta o comportamiento, pretende modificar la conducta de otras
personas, pero no hemos de confundir el término liderar con el de dirigir.
Aunque el líder dirige el grupo o equipo de personas, dirigir tiene una
connotación más institucional, mientras que líder estaría ligado a las cualidades
personales, tema que en definitiva nos ocupa. El liderazgo es pues, una acción
que abarca sentimientos, intereses, aspiraciones, valores, actitudes y todo tipo
de reacciones humanas. Las habilidades que ha de presentar el líder son
muchas y variadas. ¿Qué precisa un líder? Este ha de entender las
motivaciones que mueven a las personas a actuar de determinada forma.
Porque ha de tener la capacidad de estimular, ilusionar en la labor diaria. Es
importante que el líder pueda prever las reacciones de las personas que
componen su equipo. Para ello es necesario conocer las reacciones de las
personas, más si se pretende que se haga algo que no está hecho. Tiene que
"dirigir" las actividades con el fin de obtener los objetivos marcados. El líder no
sólo propondrá actividades, sino que además las dirigirá. Para todo ello, es
preciso que el líder tenga la suficiente autoridad y poder, o matizando un poco,
que el grupo perciba dicho poder. Es importante señalar que autoridad, en este
caso, no se refiere a autoritario. El poder de un líder surge de su capacidad de
influencia, y no de su capacidad de mando.

LIDERAZGO E INTELIGENCIA EMOCIONAL.

Desde una perspectiva biológica, el arte del liderazgo requiere de la adecuada


combinación entre inteligencia y emoción. No hay duda sobre la importancia del
pensamiento analítico y de la claridad conceptual, sin embargo, la capacidad
intelectual, por sí sola, no hace al líder; éste debe alentar un clima de
cooperación y confianza que solo es posible mediante la inteligencia
emocional.
La inteligencia emocional posee cuatro dominios con sus correspondientes
competencias, las cuales no son otra cosa que habilidades aprendidas que
aportan herramientas básicas para potenciar la resonancia y en consecuencia,
la eficacia del líder
Las personas reaccionamos según cómo los demás nos tratan y según lo que
esperan de nosotros. Y funciona tanto en positivo como en negativo. Si
recibimos mensajes de aliento refuerzos positivos: "Tú puedes con eso",
"Espero mucho de ti"… nos mueve a hacer todo lo posible para no defraudar
dichas expectativas e incluso superarlas. Pero también ocurre en sentido
contrario, si los mensajes que recibimos son del tipo: "Eres un desastre", "No
vas a llegar a ningún sitio", "Qué espanto”, “ya sabía que no puedo confiar en
ti” Cuando actuamos de manera que el otro vea cumplidas sus expectativas
(sin causar el menor reconocimiento, y en el peor de los casos, como paradoja
hay casos en los que mensajes de ese tipo sirven de acción reacción para
sacar lo mejor de uno). Hay un lema de Virgilio que encarna lo que el efecto
Pigmalión representa:
DESARROLLO DE LAS HABILIDADES DEL LIDERAZGO.
La clave para el desarrollo de las habilidades del liderazgo consiste en la
consolidación de las competencias de la inteligencia emocional que subyacen a
un determinado estilo. El liderazgo puede aprenderse por medio de un proceso
que exige un compromiso serio y constancia en el logro del objetivo.
El beneficio individual y grupal del liderazgo que se asienta en la IE
(inteligencia emocional) resulta muy estimulante. Los grandes líderes van
haciéndose gradualmente a lo largo de su vida en la medida en que van
adquiriendo las competencias que los hacen eficaces. El liderazgo es una
habilidad como cualquier otra, por eso, una vez aprendidos los pasos,
cualquiera que tenga la motivación y voluntad adecuada puede llegar a
dominarlo.
Este aprendizaje nos obliga a llevar a cabo una doble tarea: deshacernos de
los hábitos que ya no nos sirven y remplazarlos por otros nuevos. La
motivación constituye un elemento fundamental para el desarrollo del liderazgo
porque debemos trabajar más duro y durante más tiempo para modificar un
hábito que cuando lo aprendimos por primera vez. El desarrollo de la IE
requiere un deseo sincero y un esfuerzo decidido.
La esencia del liderazgo descansa en el “aprendizaje autodirigido”, es decir; en
el desarrollo y la consolidación intencional de algún aspecto de lo que somos,
lo que queremos ser o de ambos a la vez. Este proceso atraviesa cinco
descubrimientos diferentes. El objetivo consiste en utilizar cada descubrimiento
como una herramienta para efectuar los cambios necesarios en las
competencias de la IE.
LOS CINCO DESCUBRIMIENTOS. Primer descubrimiento: Yo ideal. Se trata
de establecer contacto con la persona que nos gustaría ser, tanto a nivel
personal como laboral o profesional. Es necesario detectar el potencial que se
oculta en nuestro Yo ideal. Es importante no confundir el Yo ideal con el Yo
debería; éste último corresponde a las expectativas que los demás tienen de
nosotros. Cuando un maestro, jefe, familiar o amigo nos dice cómo debemos
ser; está dándonos su versión de nuestro yo ideal. Es muy fácil confundir uno
con otro y terminar alejándonos de nuestros objetivos personales. Los valores
desempeñan un papel muy importante en el descubrimiento del yo ideal pero
es necesario prestar atención a cuestiones más estables como nuestra filosofía
subyacente, la comprensión de la misma puede ayudarnos a ver el modo en
que el yo ideal refleja nuestro sistema de valores. La imagen ideal que tenemos
de nosotros mismos despierta nuestro entusiasmo, nuestra emoción y nuestra
motivación. Esta imagen es la expresión más profunda de lo que esperamos en
la vida y constituye la guía más adecuada para tomar decisiones. Segundo
descubrimiento: Yo real. No basta con vislumbrar el yo ideal, también es
necesario forjarse una imagen clara de la realidad en la que estamos inmersos;
debemos buscar nuestro Yo real. Para lograr una valoración exacta del mismo
tenemos que reconocer nuestras fortalezas y nuestras debilidades. Esta tarea
no es tan fácil dado que existen algunos obstáculos que nos impiden tomar
conciencia de nuestro yo real. Uno de ellos es el llamado “síndrome de la rana
hervida”1 y hace referencia a la lenta e inadvertida inmersión en la
autocomplacencia. El otro obstáculo está compuesto por las “mentiras vitales”
BARRERAS DEL AUTOCONOCIMIENTO. Conocernos a nosotros mismo no es igual que conocer a
otros. El autoconocimiento encuentra una serie de barreras que es recomendable tener
presente: Primera barrera. Consiste en la tendencia que tenemos las personas por pudor,
modestia, soberbia o simplemente desconocimiento, a negar nuestros defectos y nuestras
virtudes. Este rasgo sobresale más si hablamos de jóvenes adolescentes que están inmersos en
un proceso de descubrimiento y cambio en su situación laboral, académica, familiar, afectiva y
física. Segunda barrera. Reside en la propia naturaleza del autoconocimiento, ya que no basta
con descubrir una serie de datos o características de una manera fría, descriptiva, aséptica. El
conocimiento de uno mismo pasa por una toma de conciencia que se relaciona mucho más
con los sentimientos y que requiere de tiempo, reestructuración de nuestros conceptos y
confrontación con la propia realidad. Tercera barrera. Es una posible resistencia al
autoconocimiento por parte de jóvenes que pasan de la escuela al trabajo ya, que
frecuentemente choca lo que somos con lo que queremos ser. Mientras el joven ha estado
estudiando ha ido dibujando en su mente aquello que le gustaría hacer, pero cuando llega la
hora de incorporarse al mercado laboral es más importante lo que es capaz de hacer y lo que
es capaz de demostrar que puede hacer. El proceso de autoconocimiento no es sencillo ni
breve y necesita de una toma de conciencia que no es fácil de conseguir. Para ello podemos
servirnos de ciertos instrumentos y técnicas para facilitar el autoconocimiento.
EJERCICIO Nº 2. DINÁMICA DE AUTOCONOCIMIENTO EN ALTA MAR. TIEMPO: 50 minutos
TAMAÑO: Ilimitado, dividido en sub-grupos de 4 participantes. LUGAR: Salón de clases.
MATERIALES: Hojas de papel y lápiz para cada participante. Objetivo: Analizar hasta dónde
cada uno se valora a sí mismo y ha profundizado sus valores de vida. Desarrollo: El guía supone
una situación imprevista:

“Estamos en alta mar. Se hunde nuestro barco y hay un bote salvavidas


que soporta sólo a cuatro personas”. Ante esta situación, cada uno debe
dar las razones por las que cree que debe sobrevivir; y debe indicar la
utilidad de su vida para los demás. Nadie puede evadirse de la lucha por
sobrevivir. Comienza así el debate. El grupo deberá analizar las razones
que cada uno pone para su supervivencia, cuestionando aquellas que
considera que no son profundas o no son suficientes. Mientras se realiza
la discusión, un secretario toma nota de las razones que cada uno da,
justificando su posición. Terminado el tiempo dado para la discusión, el
secretario sintetiza las razones que cada uno dio para sobrevivir. El
grupo intentará definir, entonces –de acuerdo a las razones presentadas-
, quiénes serían los que deberían sobrevivir. Se concluye evaluando la
dinámica.

CAPÍTULO 3 TÉCNICAS DE MOTIVACIÓN CONCEPTO DE MOTIVACIÓN. La motivación está


constituida por todos los factores capaces de provocar, mantener y dirigir la conducta hacia un
objetivo. En el ejemplo del hambre, evidentemente tenemos una motivación, puesto que éste
provoca la conducta que consiste en ir a buscar alimento y, además, la mantiene; es decir,
entre más hambre tengamos, más directamente nos encaminaremos al satisfactor adecuado.
Si tenemos hambre vamos al alimento; es decir, la motivación nos dirige para satisfacer la
necesidad. La motivación también es considerada como el impulso que conduce a una persona
a elegir y realizar una acción entre aquellas alternativas que se presentan en una determinada
situación. En efecto, la motivación está relacionada con el impulso, porque éste provee eficacia
al esfuerzo colectivo orientado a conseguir los objetivos de la empresa, por ejemplo, y empuja
al individuo a la búsqueda continua de mejores situaciones a fin de realizarse profesional y
personalmente, integrándolo así en la comunidad donde su acción cobra significado. La
motivación es a la vez objetivo y acción. Sentirse motivado significa identificarse con el fin y,
por el contrario, sentirse desmotivado representa la pérdida de interés y de significado del
objetivo o, lo que es lo mismo, la imposibilidad de conseguirlo. El impulso más intenso es la
supervivencia en estado puro cuando se lucha por la vida, seguido por las motivaciones que
derivan de la satisfacción de las necesidades primarias y secundarias (hambre, sed, abrigo,
sexo, seguridad, protección. etc.). La motivación es resultado de la interacción del individuo
con la situación. De manera que al analizar el concepto de motivación, se tiene que tener en
cuenta que su nivel varía, tanto entre individuos como dentro de los mismos individuos en
momentos diferentes.

El comportamiento es causado. Es decir, existe una causa interna o externa que origina el
comportamiento humano, producto de la influencia de la herencia y del medio ambiente. b) El
comportamiento es motivado. Los impulsos, deseos, necesidades o tendencias, son los
motivos del comportamiento. c) El comportamiento está orientado hacia objetivos. Existe una
finalidad en todo comportamiento humano, dado que hay una causa que lo genera. La
conducta siempre está dirigida hacia algún objetivo. El ciclo motivacional. Si enfocamos la
motivación como un proceso para satisfacer necesidades, surge lo que se denomina el ciclo
motivacional, cuyas etapas son las siguientes: a) Homeostasis. Es decir, en cierto momento el
organismo humano permanece en estado de equilibrio. b) Estímulo. Es cuando aparece un
estímulo y genera una necesidad. c) Necesidad. Esta necesidad (insatisfecha aún), provoca un
estado de tensión. d) Estado de tensión. La tensión produce un impulso que da lugar a un
comportamiento o acción. e) Comportamiento. El comportamiento, al activarse, se dirige a
satisfacer dicha necesidad. Alcanza el objetivo satisfactoriamente. f) Satisfacción. Si se
satisface la necesidad, el organismo retorna a su estado de equilibrio, hasta que otro estimulo
se presente. Toda satisfacción es básicamente una liberación de tensión que permite el
retorno al equilibrio homeostático anterior.

LIDERAZGO Y MOTIVACIÓN. En la medida que nos integremos en el alcance positivo que la


motivación nos genera, los resultados serán muy positivos, sino también para todos aquellos
miembros que están plenamente identificados como un grupo de trabajo comprometido en
conducir a la empresa hacia el éxito. ¿Por qué les cuesta a muchos líderes, manejar
adecuadamente la motivación? Simplemente porque no se han detenido a evaluar cómo
pueden motivarse en pro de cumplir con todas aquellas metas, objetivos que se han propuesto
alcanzar, es más, no se han sorprendido cuál es la manera más adecuada para emprender una
labor con un alto nivel de motivación, que permita usar su energía adecuadamente. No se
sorprenden como se interrelacionan, cómo invitan al grupo a participar en las acciones que se
han establecido para alcanzar los objetivos propuesto. No nos debe sorprender, que es muy
común oír decir en las organizaciones: "hay que motivar a nuestro personal para que trabajen
más y produzcan mejor". Todos los administradores enfrentan un reto enorme: motivar a los
trabajadores para que produzcan los resultados deseados, con eficacia, calidad e innovación,
así como con satisfacción y compromiso. Pero, ¿qué hacer para lograrlo? Ese es el
compromiso, la tarea eficaz que debe desempeñar un buen líder. Definitivamente, para
mantener tal grado de compromiso y esfuerzo, las organizaciones tienen que valorar
adecuadamente la cooperación de sus miembros, estableciendo mecanismos que permitan
disponer de una fuerza

You might also like