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PANORAMA LITERARIO FINISECULAR

EN VENEZUELA (2010)

Por Liduvina CARRERA


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[La novelística]

Bien ha dicho Armando Navarro que los narradores


venezolanos permanecen insertos entre los límites de una
continuidad cuyo inicio se ubica en la tendencia del
experimentalismo; en efecto, no se trata de una literatura que
fluye de la nada, por el contrario, la base experimental sigue
presente en los narradores finiseculares, aunque no se
encuentren tan centrados en la manipulación formal y
exploratoria sino en el abordaje de temas y motivos que
todavía se solapan en las producciones narrativas actuales.

En este orden de ideas, Carlos Sandoval ha planteado cierta


tipología en los narradores de la década de los noventa que
tienden a consolidarse y a abrirse espacio en la época
finisecular. Entre las características definidoras se puede
tomar en cuenta la perspectiva temática como evidente
necesidad de contar asuntos relativos a la vida literaria
venezolana. A tal efecto, se presentan las obras de Luis Felipe
Castillo, El placer de la falsificación, 1998; Ricardo Azuaje, La
expulsión del paraíso, 1998 e Israel Centeno, Exilio en Bowery,
1998. Otro tópico frecuente de la narrativa finisecular
contempla al escritor-héroe, como evidencian los textos de
Juan Carlos Mendez Guédez, Retrato de Abel con isla
volcánica al fondo, 1997 y de Juan Carlos Chirinos, Leerse los
gatos, 1997, entre otros. En tercer lugar, y debido a la
necesidad de transmitir las reflexiones serias o paródicas
acerca del acontecer político nacional, el discurso se ha
tornado expositivo, quizá más próximo al género ensayístico;
es el caso de las obras narrativas que abordan diferentes
discursos dentro de su matriz textual.
A finales de los noventa y lo que va del año dos mil, han
coincidido tendencias estéticas distintas y el lector se
encuentra ante una productividad híbrida. Es difícil, por lo
tanto, establecer itinerarios definitivos en cuanto al destino de
la narrativa escrita durante este período. Aunque existe una
producción como para llenar el un corpus narrativo del
momento, pareciera que no se ha dado una obra capaz de
impactar a los lectores y, muy posiblemente, este hecho se
haya forjado debido al escenario nacional tan convulsionado y
difícil, imposible de separarse del mundo ficcional que lo
recrea junto al deterioro social y la ambigüedad ante el futuro.
Un somero acercamiento a los novelistas que han publicado
en los tres últimos años, proyecta los siguientes nombres:
Denzil Romero con su obra Para seguir el vagavagar, publicada
en 1998, continúa las indagaciones en la vida y los viajes de
Miranda. Otra autora que ha continuado escribiendo a finales
de la década es Victoria de Stefano con su obra Historia de la
marcha a pie de 1997, relato cuya voz textual asume el
discurso mientras construye un mosaico lleno de sentidos y
preguntas; la novela está escrita en un lenguaje rico con un
alto nivel estético. Ricardo Gil Otaiza publicó Una línea
indecisa en 1999 y cuenta por la voz ficcional de Eladia
Carolina Pérez Bonalde la vida de su hermano, el poeta Juan
Antonio Pérez Bonalde; de manera que se narran
ficcionalmente los aspectos más significativos de la historia
del poeta y traductor venezolano.

Ana Teresa Torres ha dado a la luz su obra Los últimos


espectadores del acorazado Potemkin en 1999; como se puede
observar, la autora de Doña Inés contra el olvido vuelve a
tocar uno de los tópicos de su novelística: la memoria, el
recuerdo y la imaginación; además la narración se enmarca en
el género del suspenso y tiene como trasfondo los laberintos
de la memoria y la historia reciente de la violencia política en
Venezuela. Por su parte, José Pulido publicó Los mágicos en
1999, allí recrea la mentalidad de un pueblo latinoamericano
desde los años cuarenta o cincuenta hasta la actualidad; es la
historia de un personaje que se corrompe al mismo ritmo que
se deterioran los valores de un país. La última novela de
Edilio Peña, El huésped indeseable, es de 1998 y narra las
aventuras y desventuras de un viejo comisario expulsado del
Cuerpo Técnico de la Policía Judicial por averiguar más de la
cuenta. En el texto, se hacen presentes ciertas obsesiones a las
que el autor guarda una larga fidelidad: violencia,
alcoholismo, sexualidad y finales inesperados. En opinión de
Víctor Bravo, la extensa experiencia del autor en el teatro le ha
proporcionado la certidumbre de la representación como
puesta en evidencia de la verdad y el sentido, a partir de la
representación repetida incesantemente se organiza el
tramado complejo del relato. La obra Desahuciados, 1999 de
Alberto Jiménez Ure, narra la historia de una pequeña
revolución en el extraño mundo de «Humandetritus», un
lugar desolador donde la ley es impuesta por almas fuertes y
donde impera la división de clases; se presenta la visión de un
futuro consumido por el totalitarismo y la falsa moral.

Novelista reconocido, Armando Luigi Castañeda publica La


crisis de la modernidad. Auto sacramental en 1997; en esta
novela, llama la atención el aparente título a modo de ensayo;
sin embargo, el subtítulo de Autosacramental la califica
dentro del género dramático. El autor defiende su tesis sobre
esta obra y la forma de su presentación; para ello, se basa en
los textos clásicos que precisan las características de la
novelística y, en este sentido, la mezcla de los géneros es la
que sirve de base para la propuesta ficcional. Los textos están
organizados a manera de «cajas chinas» o «matriuskas rusas»,
esto es: el relato dentro del relato; asimismo debe ser
considerada la presencia del humor que lleva al lector hasta el
final y precipita la muerte ficticia del autor. En una
aproximación a la novelística de finales de siglo, resalta el
nombre de Luis Barrera Linares con Sobre héroes y tombos de
1999. En todo caso, el despliegue de este abanico de
producciones, sólo propone tímidas cercanías, porque aún se
está consolidando la época y aún no es tiempo para
apreciaciones definitivas. En la actualidad, formamos parte de
la historia literaria del país y, aunque agentes, todavía
padecemos el fortalecimiento de este espacio ficcional.
(http://liduvinacarrera.blogspot.com/2010/04/panor
ama-literario-finisecular-en.html)

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