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Se consagró al ejército; fue en esa época uno de los pocos militares de carrera. En
setiembre de 1801 siendo alférez formó parte de la expedición que el gobernador
Ribera despachó al Norte para apoderarse de la fortaleza de Coímbra erigida por los
portugueses en territorio español, tentativa que fracasó. De allí pasó Yegros al
pequeño destacamento del fuerte de San José sobre el Apa. Este fuerte fue atacado
por un destacamento de portugueses y guaicurúes el 31 de diciembre la guarnición
fue pasada a cuchillo salvándose unos pocos entre los que se contaba Fulgencio
Yegros, que quedó prisionero en poder de los atacantes.
Desde 1814 a 1820 Yegros vivió en su estancia bajando sólo en muy contadas
ocasiones a la capital. En el campo gozaba de gran prestigio para ,su carrera en el
ejército, su actuación en el gobierno y sus condiciones personales. Gustaba de asistir
a las fiestas populares y codearse con el pueblo. Era un gran señor en la más amplia
acepción del vocablo.
Fue uno de los primeros detenidos. Permaneció preso durante más de un año. Fue
fusilado el 17 de julio de 1821 al pie del naranjo situado frente a la casa de los
gobernadores. Se afirma que durante la ejecución de su antiguo compañero de
gobierno, el Dr. Francia paseó impasible por los corredores; en un ejemplar de
Historia romana del padre Juan de Haller, escribió de su puño y letra: l7-VII-21 PAX-
FRANCIA.
En 1804 existía un gran descontento en el país por los excesos del gobernador
Lázaro de Ribera y su lugarteniente él coronel José de Espínola. Los vecinos
quisieron sublevarse pero siguiendo el consejo del Dr. Francia resolvieron mandar un
memorial reservado al Virrey Avilés, documento que él redactó.
Desmovilizado, retornó a la capital donde inició los trabajos subversivos. Era asiduo
concurrente a las reuniones que se llevaban a cabo en lo de Recalde. A él le tocó
decidir la realización, del golpe en la noche del 14 de mayo sin esperar la llegada de
las tropas del Sur acaudilladas par Fulgencio Yegros y Cavañas. Encabezó y dirigió el
golpe ocupando con sus compañeros los cuarteles en la noche del 14.
Pedro Juan firma todas las notas que los revolucionarios dirigen a Velasco desde el
cuartel. Su jefatura en los acontecimientos que se desarrollan en la órbita asuncena
es indiscutible. Pero no hay que olvidar que él toma las determinaciones en forma
provisoria hasta que llegue a la capital el jefe de la revolución, Fulgencio Yegros.
Su ideología libertaria era firme y madurada. El informe del teniente José de Abreu
contiene cierta curiosa referencia que trasunta el criterio del joven soldado y enjuicia
su firme actitud de la hora. Refiere el comisionado portugués que, habiendo requerido
a Cavallero los motivos que demoraban su partida de Asunción, éste le respondió que
esperaba la llegada de Fulgencio Yegros y que, entre tanto, "pidiera toda cuanto
necesitaba; pero que no era conveniente que saliera de la ciudad antes de la llegada
de los nombrados oficiales de la plana mayor -Yegros y Cavañas-. En esa ocasión le
dijo aquel capitán que, teniendo cuatro hermanos oficiales empleados en el real
servicio y habiendo ido su madre viuda a pedir al gobernador Velasco uno de esos
hijos para darle compañía, no se le concedió; y que al exponer el capitán, al mismo
Velasco, que su padre Luis Cavallero que había hecho la gran picada y el puente del
Tacuarí por los que atacaron y vencieron a los de Buenos Aires, murió
repentinamente en aquel trabajo, quedando empeñado, para lo cual solicitaba se le
permitiera embarcar una partida de tabaco y yerba mate para Montevideo, pagando
los fletes correspondientes, no se le admitió esa pretensión, y sólo los europeos
embarcaron sus efectos, quedando excluidos de este recurso los paraguayos, y que
por estas y otras razones los de Buenos Aires procuraban su 'libertad".
Así terminó la vida rutilante de aquel gran patriota cuyo recuerdo será siempre un foco
de inextinguible luz para las nuevas generaciones. Con justicia Ignacio A. Pane lo
calificó como el héroe completo, diciendo que fue "el héroe de la patria independencia
- el manir de las patrias libertades".
Anastasio Cabañas
Aunque este militar no participara activamente en el pronunciamiento de mayo, debe
ser considerado uno de los próceres de la Independencia porque a ella contribuyó en
espíritu e intención y porque fue factor importante en propósitos y acontecimientos
que la incubaron.
Conocedor del gran prestigio que le aureolaba, Artigas buscó su apoyo, en el año
1817, para el movimiento contra Francia. Por causas no esclarecidas, la tentativa no
se concretó.
En los días de abril de 1811, según cuenta el citado Correa, se destacó por su
comportamiento humanitario con los prisioneros porteños tratando en toda forma de
mejorar su triste suerte.
Después del 15 de mayo, fue nombrado jefe de plaza hasta su reemplazo por Antonio
Thomas Yegros, luego de la constitución de la Junta de Gobierno. Pasó a formar parte
más tarde de la primera compañía de infantería de tropas acuarteladas que mandaba
el citado Antonio Thomás. Con su unidad marchó en julio a Angostura y allí
permaneció un mes.
Elegido el Dr. Francia dictador temporal en 1814, en una larga nota presentó su
renuncia como delegado en San Pedro de Icuamandiyú, alegando que era objeto de
persecuciones injustas. Esto no es de extrañar sabiendo que era enemigo personal
del Dictador. Había una vieja enemistad entre su padre político; don Narciso de
Echagüe y el Dr. Francia. Se cree que fue Iturbe quien se opuso a la designación de
éste para el gobierno en la conferencia realizada en el cuartel el 16 de mayo de 1811.
Debemos agregar también que su hermano Juan Manuel se negó en 1813 a prestar
juramento de fidelidad cuando el Dr. Francia fue elegido cónsul juntamente con
Fulgencio Yegros.
Esta conducta sin dobleces ni transacciones pinta por entero la ideología libertaria que
alentaba en el prócer. Francia no podía olvidar esa franca oposición a su política
autoritaria y, así, Vicente Ignacio Iturbe fue de las primeros acusados -con razón o sin
ella- de complicación en la conspiración de 1820, siendo apresado de inmediato.
Antonio Tomás Yegros cayó preso con motivo de la conspiración del año 1820,
pero salió en libertad y vivió largos años en el interior. Fue uno de los oficiales más
distinguidos del Ejército paraguayo.
Fernando de la Mora
Fernando de la Mora del Cazal y Sanabria (Itapuá, Gobernación del Paraguay, 1785 -
Asunción, Paraguay, 1835) fue un prócer paraguayo. Integró las fuerzas paraguayas
en la defensa de Montevideo, Virreinato del Río de la Plata, contra la segunda
invasión inglesa de 1807. Participó en la fase inicial del proceso de la independencia
paraguaya. El Congreso del 17 de junio de 1811 lo nombró como vocal de la Junta
Superior Gubernativa, en la cual desempeñó el cargo de vocal secretario.
Sus padres fueron el capitán de Artillería Fernando de la Mora y doña Ana del Cazal,
ambos pertenecientes a familias de linaje, descendientes de don Domingo Martínez
de Irala. Fernando recibió esmerada educación. Cursó sus estudios secundarios en el
Colegio Real de San Carlos de Buenos Aires y luego continuó sus estudios
universitarios en la Universidad Real de Córdoba del Tucumán donde estudió
Derecho. No se conoce la fecha de su regreso al Paraguay. A fines de 1810 se
desempeñó como regidor del Cabildo de Asunción.
Se casó con Josefa Antonia Coene, con la que tuvo cinco hijos: Ana Josefa, Saturnina
Rosa, Jovita Beatriz, Fernando y Rafael.
Nueve años después de ver realizado su sueño patriótico, fue encarcelado en 1820.
Su final fue incierto, ya que mientras algunos afirman que posiblemente falleció en
prisión hacia el año 1835 otros argumentan que fue después de liberado. Fernando de
la mora falleció el 14 de mayo de 1835.
En 1783, el gobernador Pedro Melo de Portugal informó al virrey Vértiz que había
exhortado al Cabildo Eclesiástico de Asunción que debía contar con su acuerdo para
hacer nombramientos en las Vice-parroquias en su calidad de Real Vice Patrono de la
provincia. En 1787, Bogarín participó indirectamente en una querella parecida entre el
gobernador Melo y el vicario del obispado Juan Bernardo Arroquia de Oses. Melo,
nuevamente en defensa del vicepatronato, que también lo autorizaba a designar
catedráticos en el Colegio Seminario Conciliar de San Carlos de Asunción, nombró a
Juan Antonio de Zavala, a Bogarín y a José Gaspar Rodríguez de Francia como
profesores de las cátedras de Prima de Teología, Filosofía y Vísperas de Teología
respectivamente. Cuando estos se presentaron ante el provisor Arroquia este no quiso
recibirlos. Luego de una larga discusión con el gobernador, Arroquia se comprometió
a presentar las ternas para cada cátedra. Utilizando una maniobra formal, Arroquia
integró tres ternas con los mismos postulantes cambiando solo el orden entre ellos:
Zavala, Bogarín y su preferido, José Baltasar de Casajús que pertenecía al dominante
clan de la familia Casajús de Corrientes. El gobernador las rechazó por no figurar en
ellas Rodríguez de Francia y otros candidatos. Después que Arroquia fue obligado a
abandonar el Paraguay inculpado por otros "extraviados manejos y turbios
procederes" se presentaron a concurso para la cátedra de Vísperas de Teología
Bogarín y Rodríguez de Francia resultando vencedor este último.
Justo Pastor Benítez (1937)5 para quien Bogarín era "ilustrado pero blando de
carácter", atribuye su destitución ideológicamente a Francia, que quería
eliminar a miembros del clero no adictos integralmente a la "revolución" y a la
connivencia entre el Cabildo y Antonio Tomás Yegros que presionaron a la
Junta para que lo hiciera.
Chaves (1961)6 sostiene que la causa del alejamiento de Bogarín nunca fue
aclarado.
White (1984)7 afirma que el doctor Francia aprovechó la crisis con los militares
para atacar a la iglesia, el sector más débil y conservador de la elite criolla. Por
eso condicionó su retorno a la expulsión de Bogarín, tarea que realizaron los
militares del Cuartel donde residía en ese momento el verdadero poder.
Peters (1996)8 explica el alejamiento de Bogarín por las relaciones muy
estrechas que este tenía con Somellera, partidario de la unión con Buenos
Aires.
Quevedo (1997)9 afirma que la oposición de Bogarín a Francia fue lo que
determinó el retiro de este y que fue el interés de los militares para que volviera
lo que motivó que pidieran su destitución.
Bouvet (2009),10 basándose en el Proceso contrarrevolucionario, expediente
devuelto por el Brasil al Paraguay recién en 1981 [A.N.A. Colección Río
Branco, Número 168, foliado 26], atribuye la destitución al descubrimiento de
que Bogarín dirigía una "conjura" destinada a restituir en su cargo al
gobernador Velasco. A fojas 3 del citado expediente figura una lista de
personas que los complotados pensaban decapitar o enviar a Montevideo. En
ella figuran todos los miembros de la Junta menos Bogarín.