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Revista Comunicación. Volumen 13, año 25, No. 1, enero-julio 2004 (pp.

5-16) 5

Novela Centroamericana
Contemporánea y Ficcionalización
de la Historia
José Ángel Vargas Vargas*

RESUMEN
En este artículo se estudia una
de las principales característi-
cas de la novela centroameri-
cana contemporánea: la fic-
cionalización de la histo-
ria. A partir de un cor-
pus representativo de
obras, se enfoca la for-
ma cómo el discurso
novelesco ha reescri-
to diferentes etapas
de la historia que
van desde el periodo
colonial hasta la ac-
tualidad y se destaca
el aporte de este tipo
de literatura, vincu-
lándola a los procesos
de identidad de los paí-
ses que conforman el ist-
mo centroamericano.

* Dr. en Literatura. Profesor de la Universidad de Costa Rica.


6 “Novela Centroamericana Contemporánea y Ficcionalización de la Historia”

1. INTRODUCCIÓN raíso (1983) de Abel Posse, Noticias últimos años. Cabe señalar que este
del imperio (1987) de Fernando del ordenamiento solo obedece a una ra-
La novela centroamericana con- Passo, El general en su laberinto zón práctica y didáctica, pues de fon-
temporánea ha servido como espacio (1989) de Gabriel García Márquez, La do se parte de una concepción de la
de reflexión sobre los procesos de campaña (1990) de Carlos Fuentes y historia en volumen y no estratificada
identidad nacional. Muchas obras fic- El largo atardecer del caminante en periodo separados unos de los
cionalizan la historia desde diferentes (1992) de Abel Posse, entre otras. Pa- otros.
perspectivas y además en épocas dis- ra Seymour Menton, aunque existen
tintas; unas se refieren a la conquista, múltiples razones por las que apare-
otras a periodos determinados como ció y se desarrolló la nueva novela
2. LA FICCIONALIZACIÓN
el siglo diecinueve y a contextos más histórica, la más significativa es la DE LA HISTORIA2
recientes. Los materiales históricos conmemoración del Quinto Centena- En Centroamérica desde la década
son analizados desde la óptica de la rio del Descubrimiento de América y de los ochenta ha sido evidente el in-
realidad actual y sometidos a trata- resalta el hecho de que El arpa y la terés de los novelistas por revisar el
mientos literarios particulares, de sombra, obra a la que considera para- proceso histórico de la conquista y la
acuerdo con los objetivos de cada au- digmática de la nueva novela históri- colonia, sometiendo la visión oficial
tor. Es tal la presencia y elaboración ca, tenga como protagonista a Cristó- de la historia a un fuerte cuestiona-
artística de los hechos históricos que bal Colón, personaje que permite la miento y desmitificando los héroes
puede considerarse el discurso históri- reconstrucción de la historia desde tradicionales, con lo cual se rechaza
co como uno de los principales ejes una perspectiva novedosa en la que se la concepción antropológica de la
estructuradores de la novela contem- supera la imagen monolítica transmi- historia y se le concede mayor impor-
poránea, como la afirma Ligia Bola- tida desde la oficialidad y además, ge- tancia a los grupos sociales que han
ños (1988: 178): nera espacios de discusión y polémi- jugado un papel decisivo en la histo-
ca en torno a la historia de América ria. Novelas como Campanas para
“La importancia del discurso históri- Latina. A pesar de la validez relativa llamar al viento (1989) de José León
co como categoría estructurante alu- de esta afirmación de Menton, en el Sánchez y Asalto al paraíso (1992) de
de a la utilización de este discurso trayecto de este artículo el lector ten- Tatiana Lobo (1939)3 están dedicadas
particular, histórico, como orientador drá la oportunidad de valorarla y ob- por entero a la reescritura de la con-
del proceso de selección que subyace servar otras perspectivas desde las quista y la colonia, no solo centroa-
en la inclusión/exclusión de las prácti- cuales se ficcionaliza la historia en la mericana sino también hispanoameri-
cas significantes. Involucra otro as- cana. La primera narra la coloniza-
novela centroamericana.
pecto esencial cual es la lucha que ción mexicana durante el reinado de
existe entre la identidad(es) naciona- En este artículo se pretende abor- Carlos III, a partir de las experiencias
l(es), las producciones culturales y la dar el modo como la novela centroa- de Fray Junípero Serra, misionero de
formación del Estado y presupone mericana de los últimos treinta años la Orden Franciscana que llegó a Mé-
ha ficcionalizado la historia, princi- xico en 1749, con el fin de contribuir
una perspectiva teórico metodológica
palmente los acontecimientos vincu- a la colonización del territorio de Ba-
desde donde partir para el análisis de
lados a los procesos de identidad de ja California. La obra explora poética-
las producciones culturales en Améri-
los países. Se seguirá una secuencia mente la forma cómo se llevó a cabo
ca Latina”.1
temporal, de modo que primero se este proceso, en el cual se distinguen
Esta ficcionalización de la historia, hará referencia a las novelas que fic- dos posiciones bien diferenciadas.
en un primer momento, estuvo aso- cionalizan el periodo colonial para en Por un lado, aparece aquella en la
ciada al desarrollo de la nueva novela que el indígena es sometido a múlti-
un segundo momento observar cómo
histórica, generada en toda Hispanoa- ples maltratos y explotado hasta pro-
ha sido presentada la historia del siglo
vocarle enfermedades y la muerte, co-
mérica, y que produjo una vasta can- diecinueve, haciendo énfasis en el te-
mo se desprende del siguiente diálogo
tidad de obras: El arpa y la sombra ma de la unión centroamericana y la
entre el Capitán Rivera y José Gálvez:
(1979) de Alejo Carpentier, Respira- oposición entre liberales y conserva-
ción artificial (1980) de Ricardo Piglia, dores. Posteriormente se explorarán “—Elevad los ojos, mi señor... La
La guerra del fin del mundo (1981) de aquellas obras que reescriben la histo- carne de los indios e indias la echa-
Mario Vargas Llosa, Los perros del pa- ria del siglo veinte, incluso la de los mos a los tiburones... La orden era en-
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tregaros a los indios vivos o muertos, “En Asalto al paraíso se elabora, me- las cuales se encuentran en el primer
pero no fue posible y por eso ordené diante un entretejido de espacios, conquistador y gran tirano nicara-
desollarlos... Ahí tenéis sus cueros. tiempos, personajes y códigos sociales güense: Pedro Arias Dávila9. También
un fragmento de la historia de Costa en La mujer habitada se retoma el
José Gálvez, visitador del Rey Car- mundo aborigen y la implantación de
Rica —aproximadamente de 1700 a
los III de España, elevó la mirada a la la cultura española en América, con
1710—; en el que se muestra una so-
mesana mayor del barco San Felipe... un tono mítico, de denuncia y vincu-
ciedad colonial marcada por el fin de
—¿Cuál de esos cueros pertenece a la encomienda con sobre explotación lado al tema de la mujer, como se des-
Nopoloó? indígena, crisis demográfica, débil prende de estas palabras que Flor le
proceso de mestizaje y desestructura- dice a Lavinia:
—No podría deciros, mi señor, to- ción cultural. El hecho histórico clave
dos los pellejos de los indios son igua- “Hay un Yarince indígena, cacique
es la reconquista de Talamanca, o vis-
les, ya lo podéis notar.”(Sánchez, de los Boacos y Caribes, que luchó
to desde otra perspectiva, la subleva-
1989: 475-476)4 más de quince años contra los espa-
ción indígena de 1710, cuyo persona-
ñoles. Es una historia hermosísima.
La otra posición la encarna Fray Ju- je central es Pabrú Presbere.”7
Casi no se conoce la resistencia que
nípero Serra, incansable en su lucha La obra indaga en la historia cos- hubo aquí. Nos han hecho creer que
por la paz, la libertad y la bondad. tarricense, a partir de una perspectiva la colonia fue un periodo idílico, pero
Entrega toda su vida para hacer reali- amplia del periodo de la conquista en no hay nada más falso. Por cierto
dad su sueño de transmitir la fe en la que el antagonismo entre el orden que, aunque no se sabe si es leyenda
Dios sin la necesidad de imponerla español, representado por Pedro Alba- o realidad, Yarince tuvo una mujer
violentamente, pero al final de su vida rán, y el indígena, encarnado en Pa- que peleó con él. Fue de las que se
sufre con amargura porque sus esfuer- brú Presbere, se constituye en el hilo negaron a parir para no darle más es-
zos han fracasado, ya que después de conductor de toda la narración, con la clavos a los españoles”.(Belli, Giocon-
recorrer todos los lugares de Baja Ca- particularidad de que los personajes, da,1988:219)10
lifornia, se percata de que “sembró además de ser representantes de cul- Siguiendo una secuencia histórica,
oraciones y cogió piedras” y que la turas y sistemas políticos muy diferen- El general Morazán marcha a batallar
muerte de los indígenas deja trunca su tes, son abordados en su complejidad desde la muerte propicia una refle-
misión: individual, como ocurre con Albarán xión sobre el final de la Colonia en
“Y los indios, ¿qué les dieron a cam- que enfrenta serios problemas a la ho- Centroamérica y para ello se ubica
bio de la libertad? Se murieron to- ra de imponer su poder y orden8. temporalmente en el siglo diecinueve
dos... entonces nada les había dado. Además, hay novelas que reelabo- y determina en él las bases de la
Ni siquiera pudieron ver terminadas ran esta época pero insertan los episo- unión centroamericana. El autor to-
las iglesias donde ellos trabajaban a dios sobre la conquista en una serie ma como eje la figura de Francisco
toque de campana como toques de Morazán11, a quien pretende reivindi-
de temas más relacionados con la rea-
esclavitud. carlo como el pacificador de la región
lidad actual e inmediata. Tal es el ca-
en las dos décadas posteriores a la in-
Las iglesias se terminaron todas... so de Cuzcatlán, donde bate la mar
dependencia (de 1821 a 1842) y tam-
Santa Rosalía de Mulegeé... San Xa- del sur (1986) de Manlio Argueta, La
bién aborda las luchas por el poder y
vier... San Ignacio... pero ya los indios mujer habitada (1988) de Gioconda
los diversos enfrentamientos que se
Belli, El asma de Leviatán (1990) de
no pudieron escuchar un Padrenues- presentaron entre los liberales y los
Roberto Armijo, El general Morazán
tro, un Avemaría... habían muerto”.(I- conservadores.
marcha a batallar desde la muerte
bid, p. 533)5
(1992) de Julio Escoto, y Margarita, es- La obra se inicia con las glorias ob-
Asalto al paraíso narra la reconquis- tá linda la mar (1998) de Sergio Ramí- tenidas por Morazán en 1827 en Te-
ta de la zona de Talamanca, Costa Ri- rez. En Margarita, está linda la mar gucigalpa, en 1828 en El Salvador y
ca, encabezada por el cacique Pabrú Ramírez reconstruye la historia políti- 1829 en Guatemala hasta llegar a ju-
Presbere, en el periodo comprendido ca nicaragüense de un modo crítico, nio de 1830, cuando fue designado
entre 1700 y 17106. Para Ligia Bola- para lo cual alude a las raíces del do- Presidente del Gobierno de Centroa-
ños (1994:61 y 66) minio y explotación de la sociedad, mérica, por nombramiento del Con-
8 “Novela Centroamericana Contemporánea y Ficcionalización de la Historia”

greso Federal. En 1835 fue reelecto al le condenó a morir fusilado el 15 de curaba impulsar el cambio. Aquellos
mismo cargo. A medida que Morazán setiembre de 1842. odiaban la lentitud de comprensión
iba implantando su proyecto empezó con que los conservadores se oponían
Desde 1824, fecha en que el Con- a apresurar el nacimiento ordenado
a encontrarse con la oposición de los
greso de Naciones proclamó la prime- del país. ¡Eramos entonces tan pobres
grupos conservadores y de la Iglesia
ra Constitución, el personaje vislum- en riqueza material y tan ricos en plei-
Católica, y de ese modo se convirtió
braba los grandes problemas que en tos y disensiones!”(Escoto,1992: 29-
en el personaje más polémico de la
el futuro enfrentaría Centroamérica: 30)12
época, cuyos opositores más radicales
fueron el guatemalteco Rafael Carre- “Allí empezamos a conocer las La novela narra cómo el proyecto
ras y el costarricense Braulio Carrillo, grandes divisiones que habrían de unionista del personaje Morazán, así
quienes habían asumido formas dicta- marcar para siempre la vida de Cen- como su filosofía liberal, enfrentaron
toriales para gobernar. En una prime- troamérica, allí vislumbramos la oscu- la oposición de los grupos conserva-
ra instancia Morazán se interpuso ridad de los hondos abismos entre los dores. Morazán quería renovar la edu-
triunfante y llegó a tener mucho res- criollos y mestizos, entre ciudades, en- cación, diversificar los cultos religio-
paldo del pueblo, pero los intereses tre provincias y Guatemala, entre libe- sos, modernizar las leyes, mejorar y
que Carreras y Carrillo representaban rales y conservadores. Estos se horro- aumentar la producción, fomentar la
finalmente triunfaron y a Morazán se rizaban de la pujanza con que se pro- sana inmigración entre los países, for-
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talecer el sistema jurídico y construir ga la perspectiva pacificadora y pro- Chase en El Pavo Real y la Mariposa
el Canal de Nicaragua, el cual se con- gresista del autor, la cual ha sido ca- (1996)18 exploran este periodo. Son
vertiría en la principal ruta de navega- racterística de toda su obra y uno de novelas prolíficas en referencias a di-
ción para el comercio13, pero fue acu- los principales rasgos de la realidad versos aspectos de la realidad y muy
sado de traidor de los intereses nacio- centroamericana de los últimos años. representativas de la polémica entre
nales y de afectar los valores y la mo- liberales y conservadores que se dio a
Cabe señalar que otro hondureño,
ral implementada por la Iglesia Cató- lo largo de todo el siglo. Al igual que
Roberto Quesada, en su reciente no-
lica. El general Morazán marcha a batallar
vela Big banana (2000), y aunque no
desde la muerte, Tiempo de fulgor re-
El personaje no logra la unidad cen- es tema central de la obra, hace fre-
construye los inicios de ese enfrenta-
troamericana y, por el contrario, los cuentes alusiones a la figura de Fran-
miento pues alude a la lucha entre los
países se van separando de su proyec- cisco Morazán en el contexto cen-
liberales de la ciudad de León y los
to, lo cual da cabida al surgimiento de troamericano. Los personajes, desde
conservadores de Granada, además se
caudillos que representan los intere- la perspectiva de la época actual, mi-
refiere concretamente a la guerra de
ses de pequeños grupos, con lo que ran con melancolía el sueño de este
1824 en Nicaragua19. La novela trata
aparece la fragmentación como un líder de convertir a Centroamérica en
este tema entrelazado con una serie
obstáculo central de su proyecto, y ya una sola nación, y el personaje Mi-
de historias de amor, superstición y
en 1839 Morazán sentía que la Fede- riam indica que podría incluir incluso
realismo mágico20.
ración había muerto en sus manos, no a Panamá y Belice16. Así como Mi-
por su responsabilidad sino porque riam reconoce la grandeza de Mora- El Pavo Real y la Mariposa se cir-
cada nación quería hacer lo suyo: zán, Leo, con vehemencia, resalta su cunscribe a la década que va de 1880
extraordinario aporte, según lo descri- a 1890 y enfatiza los años 1885-1888,
“Creo que el pacto de las naciones be el narrador: en los cuales Bernardo Soto fue presi-
hubiera podido sobrevivir con un po- dente de Costa Rica. Presenta, con
co de decisión y las necesarias correc- “Leo disertó su gran pasión: ni el
ironía, el escenario político costarri-
ciones, pero cada pequeño pueblo, marxismo ni ninguna otra doctrina po-
cense dominado por una lucha artifi-
cada aldea, cada villorrio querían re- lítica podrían, para él, compararse con
ciosa entre los liberales y los conser-
partirse sus extenuados recursos y ha- el ideal de su compatriota más impor-
vadores, ya que en el fondo, según el
cer su propia voluntad”.(Ibid, p. 61)14 tante: Francisco Morazán. Morazán
narrador, tienen los mismos intereses
fue un revolucionario de la primera
Julio Escoto en El general Morazán por el poder político y económico.
mitad del siglo XIX, que intentó unir
marcha a batallar desde la muerte re- Por un lado, aparecen los conservado-
Centroamérica en una sola nación,
sucita el proyecto político de Mora- res, sin perspectivas de futuro y por
para hacerla grande y poderosa.
zán, un icono del pasado, y lo trae al otro, los liberales que se autodefinen
Combatió contra las dictaduras, peleó
presente para que sea valorado a la como revolucionarios, pero el narra-
con honor en varios países de Cen-
luz de la nueva realidad, en la que se dor desentraña su comportamiento
troamérica. Se adelantó al marxismo
han intensificado las acciones por re- superficial y falso, como se lo explica
socializando la medicina en tiempos
cuperar la unión y la solidaridad entre el personaje Gerardo Matamoros a
de guerra: vencidos y vencedores
las naciones centroamericanas y se Félix Arcadio Montero al explicarle
eran atendidos por igual. Tal como
busca simultáneamente eliminar que los “liberales” de liberales solo
Leo lo decía, no había duda de trans-
aquellas formas localistas que redun- tienen el nombre y que son los mis-
portarse inmediatamente desde Aque-
dan en una vulnerabilidad de los paí- mos jóvenes que frecuentan las pros-
duc Avenue del Bronx hasta alguna
ses. titutas por las madrugadas21. Pero, en
zona montañosa de Centroamérica
términos más amplios, la polémica se
para hacerle eco a Francisco Morazán
Con esta novela Julio Escoto refle- produce en relación con la defensa de
y combatir junto con él, ganar batallas
xiona sobre la realidad histórica y po- los lemas constitución/democracia,
a caballo y espada”.( Ibid, p. 125)17
lítica centroamericana, y su obra se hecha por los conservadores y orden-
convierte así en una rica metáfora de Pero la situación histórica del siglo /progreso, representado por los libera-
una sociedad conflictiva que no ha diecinueve no solo es tratada por Julio les22. Además de abordar las luchas
cesado de buscar su identidad y su es- Escoto. También Sergio Ramírez en políticas, la obra examina también las
tabilidad política15, a lo que se le agre- Tiempo de fulgor (1970) y Alfonso consecuencias políticas y culturales
10 “Novela Centroamericana Contemporánea y Ficcionalización de la Historia”

derivadas de la exportación de café, historia, pues no dudan en rechazar dad y dinamismo, pero profundamen-
principalmente la creación de un gus- “los enunciados institucionalizados te desgarradoras, el narrador revela el
to por lo europeo frente a lo nacional, desde el Estado, la historia y la alta cuadro doloroso vivido por los habi-
anticipa los problemas que aparece- cultura, tres escenarios que la época tantes:
rán con la construcción del ferrocarril consideró invariablemente teatros
propios de la ideología de la domina- “...son 250 campesinos que murie-
a cargo de Minor Keith y teje una at-
ción”26, en Centroamérica el trata- ron, niños, mujeres y ancianos, matan
mósfera sarcástica sobre la rapacidad
miento de lo político ha dado paso a a sus perros también porque el perro
y la corrupción que desde esa época
novelas sobre la dictadura, la violen- avisa que ellos del ejército vienen, en-
se hacía evidente en los políticos, que
cia, la guerra y la denuncia antiimpe- tonces lo que hacen es meterle tiros al
solo pretendían sobresalir y aprove-
rialista. Las novelas Bajo el almendro animal y entonces ya no laten los pe-
charse de los recursos del estado23.
y Días de ventisca, noches de huracán rros en los caseríos, y cuando encuen-
La ficcionalización de la historia en de Julio Escoto, ficcionalizan el tema tran los ganaditos de la gente comien-
la novela contemporánea centroame- de la guerra; ¿Te dio miedo la sangre? do su zacate, lo que hacen ellos es
ricana no se limita a épocas alejadas de Sergio Ramírez y La mujer habita- matar las bestias, y entonces piden co-
del presente, pues la historia del siglo da de Gioconda Belli, son una de las mida y agarran las mujeres y piden co-
veinte, incluyendo la de los años in- mejores muestras de la novela de dic- mida, y después que comen hacen las
mediatos atraviesa muchas de las pro- tadura; Cuzcatlán donde bate la mar matazones, y dicen que son los guerri-
ducciones novelísticas24. Así, la re- del sur de Manlio Argueta y El esplen- lleros, pero no, son (ellos) el ejército
vuelta campesina de 1932 en El Sal- dor de la pirámide de Mario Roberto los que llegan, agarran la gente y los
vador está novelada de un modo muy Morales tratan principalmente los te- cuelgan arriba, en los árboles, y les
particular en El asma de Leviatán de mas de la violencia y la guerra; Los quitan los brazos y las orejas, y les dan
Roberto Armijo y Cuzcatlán, donde barcos de Roberto Quesada, Después en la cabeza y todo el pelo dejan ahí
bate la mar del sur, de Manlio Argue- de las bombas de Arturo Arias27 y Ce- tirado, y por eso ya no le tienen con-
ta y Pobrecito poeta que era yo de Ro- nizas en la memoria (1994) de Jorge fianza la gente en el ejército comienza
que Dalton; el golpe militar de 1954 Medina (1948) profundizan en el an- a avanzar, salen de detrás de los vehí-
en Guatemala en Los demonios salva- tiimperialismo y reconstruyen diver- culos, apoyados por el fuego de los
jes; de Mario Roberto Morales y Des- sas facetas de la historia centroameri- helicópteros, que están suspendidos
pués de las bombas de Arturo Arias; la cana. en el aire como los ojos de un loco-
Revolución Sandinista en La mujer ha- ...”(Morales, Mario, 1986: 140)28
bitada, para citar hechos decisivos. En la novela El esplendor de la pirá-
mide de Mario Roberto Morales, me- Cenizas en la memoria (1994)29,
Estos autores efectúan un enfoque
diante la incorporación de múltiples además de referirse al tema de la vio-
amplio y recrean los enfrentamientos
referencias históricas que otorgan al lencia, amplía la denuncia del impe-
políticos e ideológicos, la guerra, la
lector diversas posibilidades de diálo- rialismo norteamericano no solo co-
violencia y las formas del imperialis-
go con el contexto, se logra construir mo una forma de explotación econó-
mo, los cuales revelan las situaciones
una imagen descarnada de la socie- mica, sino como un atentado contra
dramáticas que Centroamérica ha vi-
dad guatemalteca, víctima de la vio- la dignidad de las personas y un ins-
vido a lo largo del siglo XX, principal-
lencia y la represión por parte de los trumento de dominio ideológico. Los
mente a través de la revaloración de la
regímenes militares y gobiernos que norteamericanos abusan de los traba-
voz de aquellos grupos o sectores que
únicamente pretenden afianzarse en jadores nacionales, que deben reba-
han sido víctimas de las imposiciones
el poder y evitar cualquier forma de jarse a realizar los trabajos más detes-
del poder, como los campesinos, los
subversión. La obra, desde un princi- tables si desean realmente conseguir
obreros y los indígenas25.
pio, denuncia la alianza entre los Es- empleo. Así por ejemplo, el persona-
Al igual que en otros países hispa- tados Unidos y los gobiernos, y en for- je Carlos se encargaba de botar los ex-
noamericanos donde autores como ma gradual e intensiva va describien- crementos de los militares: “Botaba
Carpentier, Roa Bastos y García Már- do las masacres de que han sido obje- mierda en los campamentos militares
quez, construyen sus obras en torno a to los campesinos e indígenas, así co- de los gringos” y Marcial, que ha vivi-
temas de naturaleza política y desins- mo la destrucción y quema de sus ca- do en Estados Unidos varios años, le
titucionalizan la visión oficial de la sas. Con imágenes llenas de plastici- expresa a Fausto su insatisfacción por
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el trato que recibe: “Casi todos nos ta a los caprichos del capital extranje- nas que necesita para comprender su
miran como a su trasero, hasta las vie- ro, todo ello con las iridiscencias de mundo.
jitas”30. El narrador adopta un tono traje de luces prestado, surge a cada
sarcástico y no oculta su rechazo ro- paso en las pinceladas del escritor- Además de la ficcionalización de la
tundo a los norteamericanos, pero .”(León Gómez, Alfredo, 1988)33 historia política y de las consecuen-
tampoco deja de aludir a aquellos la- cias de esta en la sociedad, la novela
Junto a esta denuncia antiimperia- centroamericana contemporánea
tinoamericanos que fácilmente adop-
lista, Roberto Quesada también se re- también se ha abocado al tratamiento
tan formas de vida, costumbres y acti-
fiere a la represión y a la guerra, cau- de las transformaciones sociales, bási-
tudes que no responden a su idiosin-
santes de la marginación histórica. camente aquellas relacionadas con el
crasia y al desarrollo cultural de sus
Muy sutilmente y con ironía, el narra- espacio urbano. Las obras El asma de
países31.
dor afirma: Leviatán de Roberto Armijo, Caperuci-
Los barcos reconstruye la historia ta en la zona roja de Manlio Argueta,
“Beti no debe perder su tiempo
hondureña, mediante la denuncia de Los demonios salvajes de Mario Ro-
pensando en la guerra, ya que es lo
la explotación de que ha sido víctima berto Morales, Los peor (1995)37 de
único que no se ha prohibido. Cual-
el país, producto de la presencia de Fernando Contreras Castro, Diario de
quiera puede pensar en la guerra, has-
las compañías norteamericanas para ta el más tonto. Para pensar en la gue- una multitud de Carmen Naranjo, Un
el cultivo de la piña. La novela es ri- rra la autoridad sí da boletas, montón, día en la vida de Manlio Argueta, Una
ca en descripciones de la realidad por docenas o como se quiera. Beti función con móbiles y tentetiesos de
hondureña como el paisaje, las cos- está aquí conmigo para pensar en lo Marcos Carías y Después del tango
tumbres, la alegría y el carnaval, pero que fuera de este lugar no se puede: vienen los moros38 de Luis Alfredo
la acusación a la piñera es aguda y el En la paz, en el escape, en la familia, Arango, recrean el modo cómo la
narrador con frecuencia suministra en los vecinos, en el gobierno, en la transformación de la sociedad ha inci-
datos que la van construyendo una Ley, en hacer, en conspirar, en la ma- dido en el desarrollo de las ciudades y
imagen perversa de la Compañía, ya ñana, en el sol, en solidaridad, en
que el mundo de La Ceiba, lugar don- a la vez, cómo estas llevan a un cam-
compañero, en etcétera.” (Quesada, bio en la percepción del mundo de
de se instala y puerto en apariencia Roberto, 1988: 209)34
próspero, no trae el añorado desarro- los personajes. Miseria, pobreza,
llo para el país y pasa a ser uno de los En el marco de la narrativa hondu- prostitución, corrupción, violencia y
tantos espacios o enclaves de los que reña, la novela Bajo el almendro de terror, son muchos de los nuevos as-
se ha nutrido el imperialismo nortea- Julio Escoto presenta un planteamien- pectos que se agregan a la realidad,
mericano. La pobreza y la soledad to para combatir la guerra y alcanzar así como el aumento de la burocracia
son los resultados más tangibles y re- la paz35, además de atacar los proble- en los sectores medios.
presentan el fracaso de los que han mas políticos que impiden lograr los
creído hallar bonanza como trabaja- cambios requeridos para mejorar la
dores, y aunque realicen huelgas, es- economía, la salud y la educación.
tas fracasan porque la Compañía32 las En ella hay una fuerte crítica a la cla-
maneja estratégicamente, viola los de- se dirigente que no promueve una
rechos laborales y se asocia con el po- transformación integral del país y gas-
der político. Alfredo León ha sido ex- ta en el ejército lo que los pobres ne-
plícito al señalar las consecuencias de cesitan para vivir dignamente. La no-
esta explotación y las connotaciones vela, al atacar el sistema dominante y
que la obra adquiere: denunciar la miseria y mansedumbre
del pueblo, cuestiona el poder y tras-
“El movimiento de los barcos, la ciende, incluso, los códigos estéticos
subcultura impuesta por las transna- y literarios, porque según Helen Uma-
cionales, las festividades y los días de ña, Escoto no escribe por el puro pla-
asueto, las angustias de las gentes, ese cer de imaginar situaciones más o me-
pasar temporal que se ha vivido por nos novedosas36, sino para contribuir
décadas en nuestra Costa Norte suje- con su pueblo, para abrirle las venta-
12 “Novela Centroamericana Contemporánea y Ficcionalización de la Historia”

Esta serie de temas que trata la no- borrachan porque el guaro es un a resaltar aquellas posiciones ideoló-
vela centroamericana contemporánea anestésico para el dolor; una ciudad gicas que subvierten las jerarquías, el
se alejan de aquellos tópicos relacio- donde se intenta sustituir el amor por orden establecido y el poder domi-
nados con el mundo rural y describen el burdel de las prostitutas en deca- nante, de tal forma que el lector, a
las situaciones que enfrentan los suje- dencia; una ciudad recorrida por de- través de un proceso de decodifica-
tos en el ámbito urbano39, lo cual lle- samparados que procuran sobrevivir, ción infiere que la historia centroame-
va también a la incorporación de una como los pájaros; donde dominan los ricana se ha articulado con base en
problemática psicológica y existencial medios masivos de comunicación que relaciones autoritarias y de exclusión.
diferente. Para Ramón Luis Acevedo con su propaganda comercial hacen De ahí que la imagen de la realidad
(1994: 129-130), al mismo tiempo más ostentoso el abismo que separa a edificada en el discurso literario
que surge una novela política, se va los ricos de los pobres. La capital es apunta hacia la existencia de países
desarrollando también, para los sectores medios, la sumergidos en profundas contradic-
deshumanización del trabajo monóto- ciones y azotados por el predominio
“Una nueva novelística que explora de un poder político carente de un
no y burocrático; en contraste con la
los conflictos sociales, psicológicos y proyecto de desarrollo sólido y cohe-
libertad de los pájaros que pertenecen
existenciales del habitante urbano de rente.
a la provincia”42
los sectores medios y altos de la socie-
dad. Aunque la circunstancia socio- Así como esta novela ahonda en el Por esta última situación señalada,
política no está ausente de este tipo ambiente urbano de la ciudad de el desencanto ante la realidad se ha
de narración, ocupa el primer plano la Guatemala, Una función con móbiles convertido, quizá, en el principal eje
dimensión individual, los conflictos ín- y tentetiesos de Marcos Carías edifica articulador de la actual narrativa.
timos, de los personajes”40 Obras como El asco (1997) de Hora-
una imagen plural de la ciudad de Te-
cio Castellanos, Managua, Salsa City
Estas novelas, además de tratar gucigalpa, dominada por la presencia
¡Devórame otra vez!(2001) de Franz
otros temas, llevan al plano ficticio las de múltiples voces y espacios que
Galich y Sombras, nada más (2002)
consecuencias del proceso de urbani- aparecen yuxtapuestos, conformando
de Sergio Ramírez, entre otras, lo ex-
zación, no solo en Centroamérica si- un mosaico social y cultural, caracte- presan magistralmente pues permiten
no también en Hispanoamérica, co- rizado por el tratamiento de temas tan una reflexión profunda sobre la histo-
mo lo ha afirmado Luz Ivette Martínez variados como la muerte, el fútbol, la ria centroamericana reciente, sobre
al estudiar la obra narrativa de Car- belleza, la vida política, el sexo, las todo en relación con el poder y la re-
men Naranjo41. Merece la pena desta- huelgas, el trabajo, la religión, la ni- volución.
car también la novela Después del ñez y la represión, y por la conse-
cuente aparición de personajes muy Sombras nada más escudriña, a
tango vienen los moros de Luis Alfre-
complejos y de distintas facetas43. partir de la configuración de persona-
do Arango, ya que el autor logra rela-
jes complejos, la forma como se ha
cionar las transformaciones sociales y
manifestado el poder en Nicaragua.
urbanas experimentadas en Guatema- 3. A MANERA DE CIERRE: Sin reducirse a esquematismos ideo-
la, con la barbarie y el crimen. La lógicos y juegos maniqueos, focaliza
EL DESENCANTO ANTE
obra presenta la ciudad como el nú- la atención en Alirio Martinica, un
cleo de la opresión social, política y LA HISTORIA RECIENTE
hombre que se convirtió en la mano
económica, pues en ella conviven las derecha del dictador Somoza y fue so-
Hemos visto que la novela centroa-
mujeres trabajadoras, niños que habi- metido a un juicio popular por los
mericana ha explorado el tema histó-
tan en los cajones, borrachos y prosti- sandinistas. La obra subraya lo para-
rico de diversos modos y compren-
tutas; todos ellos arropados por la su- dójico del poder y el mundo sombrío
diendo las principales etapas o perio-
ciedad, el hedor y el desamparo. En en que se desenvuelven los actores,
dos que van desde la conquista hasta
palabras de Ramón Luis Aceve- cuyo destino final es el fracaso y la
épocas más recientes. Incluso, algu-
do(1991: 148-149) , en esta novela: muerte, más allá del poder que se po-
nas obras se plantean una revalora-
sea y del grupo político o ideológico
“La ciudad es un mundo de pobre- ción del mundo precolombino como
al cual se pertenezca.
za triste, de casas de cartón e indigen- símbolo de identidad cultural. Gene-
cia sucia; una ciudad de cantinas po- ralmente, los autores plantean una vi- Esta novela de Ramírez también
bres donde los desheredados se em- sión de la realidad compleja y tienden alude en varios fragmentos al tema de
Revista Comunicación. Volumen 13, año 25, No. 1, enero-julio 2004 (pp. 5-16) 13

la revolución y perfila una posición 2 La ficcionalización de la historia es una origen de la dictadura y el poder abso-
muy crítica, con lo cual plantea un de la principales características de la luto en Nicaragua se remonta a los tiem-
primer enjuiciamiento al sandinismo novela centroamericana contemporá- pos de la conquista, con la figura de Pe-
como ideología y grupo político. Pero nea, pero no es la única. Para un pano- dro Arias Dávila, quien en 1527 fue
rama más completo, consúltese Vargas, nombrado gobernador de Nicaragua.
en Managua Salsa City ¡Devórame
José Á. 2001. Novela centroamericana
otra vez! Galich se convierte en un contemporánea: la obra de Sergio Ra- 10 Belli, Gioconda (1988): La mujer habi-
agudo narrador que con un tono radi- tada, op. cit., p. 219. También Belli en
mírez Mercado. Salamanca: Universi-
cal muestra el desencanto absoluto esta novela proyecta una imagen com-
dad de Salamanca.
ante las diferentes manifestaciones pleja del periodo colonial en Nicara-
3 Tatiana Lobo nació en Chile, pero desde gua, y rescata el papel rebelde y subver-
del poder. La realidad es concebida
1967 se ha integrado plenamente a la sivo de la mujer.
como un infierno donde se experi-
vida cultural y literaria costarricense.
mentan las peores desgracias y se ha Además de esta novela, ha escrito otras
11 Francisco Morazán (1792-1842) fue un
dejado de creer en los proyectos del político hondureño que se destacó por
dos: Calypso (1996) y El año del labe-
pasado: sus luchas en pro de la Federación Cen-
rinto (2000).
troamericana. Ocupó la presidencia de
“...aquí en el infierno, digo Mana- 4 Sánchez, José León: Campanas para lla- Honduras de 1824 a 1827 y la de la Fe-
gua, todo sigue igual: los cipotes pide- mar al viento, México, Grijalbo, 1989, deración Centroamericana de 1835 a
rreales y huelepegas, los cochones y pp. 475-476. 1839. Murió fusilado en Costa Rica, al
las putas, los chivos y los políticos, los fracasar sus nuevos intentos por rehacer
5 Ibid., p. 533. La obra recoge las contra- la Federación Centroamericana.
ladrones y los policías (que son lo mis- dicciones del proceso de colonización
mo que los políticos, sean sandináis o y reivindica la perspectiva indígena al 12 Escoto, Julio: El general Morazán mar-
liberáis o conservaduráis, cristianáis o cuestionar una visión oficial que tiende cha a batallar desde la muerte, San Pe-
cualquiermierdáis, jueputas socios del a exaltar la conquista como una gesta dro Sula, Honduras, Centro Editorial,
Diablo porque son la misma chocha- heroica y gloriosa de los españoles. 1992, pp. 29-30. Esta falta de unidad en
da” (Galich, 2001: 10). lo social, político y económico, denun-
6 En un artículo de prensa, Alberto Cañas ciada en la novela, así como el predo-
Con la misma contundencia que indica que la obra presenta un friso his- minio de los intereses particulares de
Galich y con un tono derrotista, Hora- tórico de la provincia de Cartago a co- cada nación ha sido una constante en
mienzos del siglo XVIII. Véase: Cañas, la historia centroamericana hasta nues-
cio Castellanos en El asco ficcionaliza
Alberto: “Chisporroteos”, en La Repú- tros días y todavía prevalecen, de ahí el
la realidad centroamericana de pos- blica, San José, Costa Rica, 26 de enero sentido de actualidad que cobra la no-
guerra, negando las utopías del pasa- de 1993. vela.
do y deconstruyendo los principales
símbolos de identidad tales como la 7 Bolaños, Ligia: Asalto al paraíso: ¿Asalto 13 Ibid, p. 42. Recuérdese que el tema de
familia, la patria e incluso la misma a la oficialidad?, en Exégesis, Año 7, la construcción del Canal de Nicaragua
núm. 19, 1994, pp. 61 y 66. Bolaños in- ha sido abordado ampliamente por Li-
historia que ha sido manipulada y
dica, además, que Asalto al paraíso re- zandro Chávez Alfaro en Trágame tie-
presentada desde la perspectiva de un
presenta un asalto a la oficialidad en la rra.
claro dominio de los grupos afianza- medida que desmitifica la idea de que
dos en el poder. la colonización en Costa Rica fue un 14 Ibid, p. 61. La novela se constituye en
hecho pacífico. una interpelación a las naciones cen-
troamericanas para que reflexionen so-
NOTAS 8 El personaje Pedro Albarán cuenta que bre las consecuencias derivadas del in-
fue educado en Burgos con rigor, pero dividualismo, hecho que en la actuali-
1 Nótese que las afirmaciones de Ligia Bo- en las nuevas tierras se declara incom- dad las continúa afectando, ya que im-
laños no se refieren únicamente a la li- petente para regir a los mestizos crio- portantes proyectos de integración so-
teratura, sino también a otras prácticas llos, que están llenos de picardía. Véa- cial, económica y política como el Mer-
significantes o producciones culturales. se: Lobo, Tatiana: Asalto al paraíso, Edi- cado Común Centroamericano, el Siste-
Véase: Bolaños, Ligia: “Discurso histó- torial de la Universidad de Costa Rica, ma de Integración Centroamericana y
rico e historiografía literaria: ¿Una alter- 1992, p. 39. el Parlamento Centroamericano, aún no
nativa de construcción de un discurso han alcanzado el desarrollo esperado.
explicativo de las producciones cultura- 9 Ramírez, Sergio: Margarita, está linda la
les en América Central”, en Káñina, vol. mar, Madrid, Alfaguara, 1998, p. 68. En 15 Para Julio Escoto la búsqueda de iden-
XII, núm. 1, 1988, p. 178. esta obra se construye la idea de que el tidad es un factor esencial de la novela
14 “Novela Centroamericana Contemporánea y Ficcionalización de la Historia”

centroamericana contemporánea y evi- posa, San José, Costa Rica, Editorial Austin, University of Texas Press (1990);
dentemente, hondureña. Véase: Escoto, Costa Rica, 1996, pp. 90-95. Trejos, Elizabeth: “Me llamo Rigoberta
Julio: “La narrativa hondureña”, en Tra- Menchú y así me nació la conciencia:
galuz, año 1, núm. 8, 1986, p.14. 22 La polémica llegó a tal grado que el un texto de literatura testimonial”
presidente Bernardo Soto decidió entre- (1992); Sklodowska, Elsbieta: Testimo-
16 Quesada, Roberto: Big banana, Barce- gar la presidencia a Ascención Esquivel, nio hispanoamericano (1992); Raqui-
lona, Seix Barral, 2000, pp. 43-44. Re- hombre poco conocido y que no gene- del, Danielle: “Opresión, discrimina-
cuérdese que históricamente Panamá y raba problemas. Véase: Ibid., p. 176. ción y conciencia en la experiencia de
Belice no han pertenecido a Centroa- Rigoberta Menchú”, en Aa. Vv.: La lite-
23 El personaje Félix Arcadio Montero de-
mérica. ratura centroamericana. Visiones y revi-
nuncia los robos millonarios del presi-
17 Ibid., p. 125. Aunque tanto Julio Esco- dente Guardia; Ricardo Jiménez califica siones (1994); Román Lagunas, Vicki:
a Costa Rica como un país de figurines Una reflexión sobre el género testimo-
to como Roberto Quesada recuperan el
y Manuelita, más radicalmente, lo lla- nio: el caso de Rigoberta Menchú”, en
ideal de Morazán, en el primero se pre-
ma país de cuervos. Ibid., pp. 62, 69 y Aa. Vv.: La literatura centroamericana.
senta al personaje de una forma com-
72. Visiones y revisiones (1994); Zimmer-
pleja, envuelto en unas circunstancias
man, Marc: Litterature and Resistance
históricas muy conflictivas, mientras
24 La historia centroamericana de las últi- in Guatemala (Vol. 2, 1995); Ochando
que en el segundo predomina un tono
mas décadas también ha sido abordada Aymerich, Carmen: La memoria en el
de exaltación.
por el género testimonio, ya que se es- espejo. Aproximación a la escritura tes-
18 Alfonso Chase también ha escrito las criben obras que revelan el drama ex- timonial (1998) y Pérez López, Mª. Án-
novelas Los juegos furtivos (1967) y Las perimentado por los grupos excluidos geles: Escritura y revolución en Omar
puertas de la noche (1974). del poder, entre las que sobresalen: Cabezas y Ernesto Cardenal (2000, mi-
Hombre del Caribe (1977) de Sergio meografiado).
19 Cohen, Henry: “Tiempo de fulgor: Ser- Ramírez Mercado, Los días de la selva
gio Ramírez’s historia privada de León”, (1980) de Mario Payeras, La montaña es 25 Esta ficcionalización de la historia de-
en Confluencia. Revista Hispánica de una inmensa estepa verde (1982) de muestra también la fuerte relación dia-
Cultura y Literatura, vol. 6, núm. 2, Omar Cabezas, Me llamo Rigoberta léctica que ha existido entre la literatu-
1991, p. 59. Esta confrontación entre Menchú y así me nació la conciencia ra y la realidad política en Centroamé-
liberales y conservadores puede extra- (1983) de Elizabeth Burgos Debray, rica, lo cual hace que los autores cons-
polarse al eje progreso/estatismo que Canción de amor para todos los hom- truyan en sus prácticas discursivas di-
articula la novela, donde liberales par- bres (1988) de Omar Cabezas y La mar- versas imágenes reveladoras de la
ten de una concepción dinámica de la ca del zorro (1989), también de Sergio complejidad histórica de la región. Véa-
realidad, mientras que los conservado- Ramírez Mercado. El enfoque de la se: Beverly, John y Zimmerman, Marc:
res prefieren mantenerse anclados en la realidad que se aprecia en ellas está Litterature and politics in the Central
tradición. También Jorge Eduardo Are- mediatizado por la denuncia American Revolutions, op. cit., p. XIII.
llano (Nicaragua, 1946) en su novela y el compromiso ideoló- 26 Mudrovcic encuentra que
Timbucos y calandracas (1982) ficcio- gico, así como por esta posición de los au-
naliza la historia nicaragüense a la luz la elaboración tores obedece al
de esta oposición, y llama timbucos a de un discurso predominio de rela-
los conservadores y calandracas a los li- que pretende ser ciones de exclusión
berales. científico y verdade- (social, política, econó-
ro, con lo cual se esta-
20 La presencia de elementos del realismo blece una clara diferencia
mágico ha llevado a Henry Cohen a estética con el género nove-
sostener que el universo creado por Ser- lístico. Para una mayor com-
gio Ramírez en esta novela ha sido su- prensión del género testimo-
gerido por Cien años de soledad de Ga- nio y de su desarrollo en
briel García Márquez. Ibid., p. 49. Centroamérica, consúl-
Comparto la opinión de Cohen, pero tense: Beverly, John y
considero que las particularidades del Zimmerman, Marc:
contexto en el que se produce la nove- Litterature and
la, así como la intencionalidad del au- politics in
tor, le confieren una especificidad muy the Central
propia. American
Revolutions,
21 Chase, Alfonso: El Pavo Real y la Mari-
Revista Comunicación. Volumen 13, año 25, No. 1, enero-julio 2004 (pp. 5-16) 15

mica, ideológica) que se acentuó en Mamita Yunai (1941) y principalmente propuesta de paz en la novelística de
Hispanoamérica en la década de los se- por Miguel Ángel Asturias, quien en su Julio Escoto”, en Ensayos sobre literatu-
tenta. Véase: Mudrovcic, María Euge- trilogía bananera, compuesta por Vien- ra hondureña, Tegucigalpa, Guaymu-
nia: “En busca de dos décadas perdi- to fuerte (1949), El papa verde (1954) y ras, 1992, p. 226.
das: la novela latinoamericana de los Los ojos de los enterrados (1960), de-
años 70 y 80”, en Revista Iberoameri- nuncia el sometimiento de Guatemala y 37 Novela del costarricense Fernando
cana, vol. LIX, núms. 164-165 (1993), de los países hispanoamericanos al po- Contreras Castro (1963). Este autor
p. 449. der político y económico de los Estados también ha escrito Única mirando al
Unidos. mar (1993) y El tibio recinto de la oscu-
27 Arturo Arias es autor, además, de las ridad (2000).
novelas Itzam Na (1981) y Los caminos 33 León Gómez, Alfredo: “La novela ‘Los
de Praxil (1990). 38 Luis Alfredo Arango (1935) ha publica-
barcos’ de Roberto Quesada”, en Tiem-
do además el libro de cuentos Lola, dor-
po, Honduras, 12 de mayo de 1988.
28 Morales, Mario Roberto: El esplendor mida (1983).
Los barcos recuerda la novela Cien años
de la pirámide, San José, Costa Rica,
de soledad (1967) de García Márquez, 39 Alfonso Chase en 1975 señaló esta
EDUCA, 1986, p. 140. Este tipo de des-
donde también se narra el falso espejis- nueva orientación de la novela costarri-
cripciones hace que la novela sea uno
mo de prosperidad que la compañía cense y por lo tanto, centroamericana.
de los textos centroamericanos que me-
bananera generó en Macondo. Véase: Chase, Alfonso: Narrativa con-
jor expresan metafóricamente el tema
de la violencia y la represión. temporánea de Costa Rica, Tomo I, San
34 Quesada, Roberto: Los barcos, Teguci-
José, Costa Rica, Ministerio de Juven-
galpa, Honduras, Baktun Editorial,
29 Jorge Medina también ha escrito el li- tud, Cultura y Deportes, 1975, pp. 114-
1988, p. 209. La novela es enfática en
bro de cuentos Pudimos haber llegado 115.
el poder represivo del Gobierno, el
más lejos (1989).
cual, paradójicamente promueve la 40 Ramón Luis Acevedo cita a Yolanda
30 Véase: Medina, Jorge: Cenizas en la violencia y la guerra. Oreamuno como la narradora que ini-
memoria, Tegucigalpa, Honduras, Edi- ció este tipo de novela. Véase: Aceve-
35 El tema de la paz ha sido objeto de re-
torial Guaymuras, 1994, pp. 30 y 135. do, Ramón Luis: “Orígenes de la nueva
flexión por parte de los novelistas cen-
La novela descubre el espíritu prepo- novela centroamericana”, loc. cit., pp.
troamericanos que mantienen su com-
tente y de superioridad que caracteriza 129-130.
promiso con la sociedad y creen que su
a los estadounidenses que, al margen
aporte resulta básico para lograr una 41 Según Luis Ivethe Martínez, desde la
de su condición social y económica,
transformación social. En 1986, Julio década de los sesenta, época de gran-
explotan y maltratan a los latinoameri-
Valle Castillo, novelista nicaragüense, des transformaciones en Hispanoaméri-
canos.
subrayó la importancia de la creación ca y Centroamérica, la ciudad pasa a
31 El narrador plantea su crítica a los cen- de una obra literaria coherente con es- ser un espacio de encuentro y conflicto
troamericanos que son absorbidos por te compromiso y aludió a la necesidad dentro de la novela. En esta década se
la cultura norteamericana, al afirmar de realizar un trabajo solidario con los empiezan a gestar la obras de Carmen
“No sé cómo hay gusanos que se olvi- pobres, indios y campesinos, según él, Naranjo, autora de las novelas Los pe-
dan de su idioma, de su origen y de su los dueños de los países centroamerica- rros no ladraron (1966), Memorias de
religión y se hacen comedores de ‘ham- nos. Véase el artículo “Los escritores un hombre palabra (1968), Camino a
borgas’ y american citizen”. Ibid., p. centroamericanos y la paz”, publicado mediodía (1968), Responso por el niño
135. en Tragaluz, Año II, núm. 15, 1986, p. Juan Manuel (1971), Diario de una mul-
29. titud (1974), Sobrepunto (1985), El caso
32 En cuanto al planteamiento hecho por 117.720 (1989). Para Martínez, la na-
el narrador en relación con los Estados 36 En palabras de Helen Umaña, Bajo el
rrativa de Carmen Naranjo se nutre de
Unidos, Los barcos tiene como antece- almendro es “...literatura que enseña a
“la observación insistente e inmediata
dente la novela antiimperialista inicia- vivir, que busca conducirnos a una re-
del comportamiento social del ser hu-
da en Centroamérica por el guatemalte- flexión sobre el engranaje social exis- mano, al tiempo que examina las trans-
co Máximo Soto Hall que publicó en tente en nuestro país, que abre ventanas formaciones, que desde mediados de
1899 la obra El problema y desarrolla- para entender mejor nuestro mundo. Es siglo experimenta la sociedad costarri-
da posteriormente por autores como tal y como necesitamos que sea nuestra cense”. Véase: Martínez, Luz Ivethe:
Carlos Gagini en El árbol enfermo literatura: lugar de encuentro, de pro- “Carmen Naranjo o las voces solitarias
(1918) y La caída del águila (1920), Ra- blematización, de dilucidación. En de la multitud”, en Centroamericana,
fael Arévalo Martínez en La oficina de otras palabras, literatura de transforma- núm. 2, 1991, pp. 56 y 60.
paz en Orolandia, novela del imperialis- ción, literatura para ‘ganar la guerra de
mo yanqui (1925), Carlos Luis Fallas en la paz´”. Véase: “Umaña, Helen: “Una 42 Acevedo, Ramón Luis: Los senderos del
16 “Novela Centroamericana Contemporánea y Ficcionalización de la Historia”

volcán, Guatemala, Editorial Universi- Chase, Alfonso. 1975. Narrativa contem-


taria, 1991, pp. 148-149. En la novela, poránea de Costa Rica, Tomo I, San Jo-
la ciudad se describe el siguiente mo- sé, Costa Rica, Ministerio de Juventud,
do: “Ciudad de cucuruchos, judiciales, Cultura y Deportes.
guardaespaldas y bolitos en las últimas.
De mujeres afanadas por el pan de ca- Cohen, Henry. 1991. “Tiempo de fulgor:
da día; mujeres con canastas balan- Sergio Ramírez’s historia privada de
ceándose sobre sus cabezas; mujeres León”, en Confluencia. Revista Hispáni-
asoleándose en las plazas; muchachitos ca de Cultura y Literatura, vol. 6, núm.
arropados en cajones —nacer, crecer, 2, pp. 45-59.
vivir en un cajón ¡y terminar en otro!.
Liano, Dante. 1997. Visión crítica de la li-
Palomas que se visten de andrajos.
teratura guatemalteca, Guatemala, Edi-
Tiendecitas de artesanías, ahora en ple-
torial Universitaria.
na decadencia, sobre fauces de tragan-
tes malolientes; tragantes atascados de Menton, Seymour. 1993. Nueva novela
basura; aceras cochambrosas, paredes histórica. México, Fondo de Cultura
orinadas, periódicos con cacas y millo- Económica.
nes de bolsitas de nailon arrastrándose
en las calles, hojarasca pertinaz e in- Mudrovcic, María Eugenia. 1993. “En bus-
destructible”. Véase: Arango, Luis Alfre- ca de dos décadas perdidas: la novela
do: Después del tango vienen los mo- latinoamericana de los años 70 y 80”,
ros, Guatemala, Editorial RIN-78, 1988, en Revista Iberoamericana, vol. LIX,
pp. 49-50. En contraposición con el núms. 164-165, pp. 445-468.
mundo degradado de la ciudad, la obra
presenta el espacio rural y provinciano, Umaña, Helen. 1992. “Una propuesta de
como símbolo de libertad y pureza. paz en la novelística de Julio Escoto”,
en Ensayos sobre literatura hondureña,
43 El entrecruzamiento de distintos temas Tegucigalpa, Guaymuras, pp. 219-226.
y personajes plantea dificultades de lec-
tura, pero a la vez revela el grado de ex- Urbina, Nicasio. 1995. Estructura de la
perimentación con el género novelesco novela nicaragüense, Managua, Ananá
hecho por el autor. Véase: Umaña, He- ediciones centroamericanas.
len: “El afán totalizador en Una función
Vargas, José Á. 2001. Novela centroameri-
con móbiles y tentetiesos”, en Traga-
cana contemporánea: la obra de Sergio
luz, Año I, núm. 4, 1985, p. 21.
Ramírez Mercado. Salamanca: Univer-
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BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
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