“AÑO DEL DIÁLOGO Y LA RECONCILIACIÓN NACIONAL”

Facultad de ciencias sociales.

Escuela de sociología.

PRÓLOGO DEL LIBRO “CULTURA HUMANA”.

CURSO: Sociología de la cultura.

PROFESOR: Taboada Rodríguez, Roger.

ALUMNO: Inga Carhuapoma, Joel.

CICLO: VIII.

HUACHO - PERÚ

2018.
 PRÓLOGO DEL LIBRO CULTURA HUMANA.

(Cesar Augusto Guardia Mayorga).

Todo un problema resulta saber lo que es la civilización y la cultura, así como

poder distinguir sus diferencias. Para algunos la civilización se refiere a las obras
materiales del hombre y la cultura a las producciones y creaciones espirituales o
como se dice en términos axiológicos, a los valores materiales y a los valores
espirituales, respectivamente.

Se puede anotar tres causas principales de la separación que se establece entre

cultura y civilización:

1. La división clasista de la sociedad.

2. La forma tradicional de considerar al hombre.
3. La tendencia idealista de considerar las cosas y los procesos
aisladamente.

1. LA DIVISIÓN CLASISTA DE LA SOCIEDAD.

La descomposición de la comunidad primitiva, las clases dominantes se

apoderan de los medios de producción, conquistaron el poder político y
asumieron el papel directriz tanto en la producción material como cultural,
haciendo las veces del espíritu en relación con el cuerpo, mientras que las clases
trabajadoras, ahora dominadas, realizaban las tareas materiales haciendo las
veces del cuerpo.

Frente a ella vivía la clase productora de riquezas, pobre e ignorante, convertida

en instrumentos de producción. Donde Aristóteles llego a considerar la esclavitud
como algo innato; los teólogos de la edad media la jerarquía feudal como una
manifestación de la voluntad divina, y la burguesía, sin descartar el fundamento
religioso, lo presenta como libre competencia entre los hombres. “el débil con
dinero es fuerte y, el bruto rico resulta inteligente”.

Donde esta forma se plantea la división entre el trabajo material y el trabajo

intelectual, hasta llegar a construir, finalmente, dos mundos diferentes.
Cuando este sucede, cuando las masas populares y trabajadores explotados y
embrutecidas, son consideradas inferiores, incapaces y estúpidas, se habla
entonces de las elites y de los hombres privilegios en el campo de la cultura y se
dice que el pueblo y los trabajadores no están capacitados para entender las
grandes creaciones del espíritu humano, y que llevar la cultura al nivel del pueblo
es rebajarla.

2. LA FORMA TRADICIONAL DE CONSIDERAR AL HOMBRE.

Se considera que en todo caso se piensa que el espíritu es lo superior, y lo
inferior el cuerpo. Esto resulta tan erróneo como pensar que la nota musical es
superior al instrumento y al hombre que la produce.

Este dualismo ya se había planteado entre los pensadores griegos. Pero en este
último caso aún no encontramos la división entre actividades espirituales y
actividades corporales. Si es verdad que desde muy temprano se admite la
existencia de algo diferente del cuerpo, a lo que posteriormente debía darse el
nombre alma, los productos de trabajo humano son considerados como frutos
de una actividad unitaria.

3. LA TENDENCIA IDEALISTA DE CONSIDERAR LAS COSAS Y LOS

PROCESOS AISLADAMENTE.
En este campo idealista existe una tendencia generalizada a aislar
abstractamente procesos, seres e ideas para considerarlas separadamente y
luego pretender llegar al conocimiento de su esencialidad apriorísticamente.
Primero se abstraen los productos intelectuales y artísticos, y luego son
convertidos aisladamente en los contenidos de una actividad autónomo: la
cultura, que empieza a ser considerada en sí misma. Entonces ya resulta
justificado preguntar que es la cultura, como se interroga, que es la verdad o que
es la justicia.

El hombre concibe ideas y doctrinas, discurre, habla, inventa, juzga, cree,

investiga. De tal manera que la cultura abarca tanto en la actividad material
como la actividad intelectual, entonces se puede formular esta definición: La
cultura es el conjunto de producciones materiales e intelectuales que efectúa el
hombre en el proceso de su desarrollo social e histórico. Pero como el empleo
de la palabra cultura es involucrado a la civilización.

La raíz de la palabra “CIVILIZACIÓN” es “CIVITAS”, Ciudad porque

indudablemente la civilización es propiamente un producto de las ciudades.

La palabra “CULTURA” deriva de “CULTIVAR” que significa dar a la tierra y a

las plantas las labores necesarias para que fructifiquen. Extendiendo esta
significación a la actividad mental del hombre, la cultura seria propiamente la
práctica de la producción y el cultivo de la inteligencia.

En los países en que domina esta situación, la cultura se deshumaniza y se

convierte en miserias, o en mercancías que se cotiza en los mercados, gran parte
de los artistas y escritores se suman a la expresión de sus dolores, triunfos y
desengaños. Al margen de los intereses, de las luchas y de las aspiraciones
colectivas.

En esta situación no se debe hablar de cultura, porque no se puede defender

la cultura sacrificando al hombre, olvidando a los pueblos o defendiendo al
pasado y condenando el futuro, no se puede hablar de cultura matando lo nuevo
que germina y cantando responsos a la muerte.

La cultura es vida, es torrente que se precipita al futuro y no charco que se

estanca, cultura es humanismo, amor hacia el hombre. La cultura para ser tal,
debe difundirse entre todos los hombres que forman la sociedad, como la sangre
por todo el organismo. De lo contrario se producirá la atrofia de aquellos órganos.
No se puede hablar de un cuerpo sano, cuando alguno de sus órganos se hallan
enfermos. En la misma forma: “no se puede hablar de cultura cuando la
mayoría del pueblo permanece en la ignorancia”.

LA CIVICULTURA, Es producto social e histórico de la humanidad, un proceso

en el que tanto interviene el filósofo que elabora nuevas ideas o doctrinas. La
civicultura se mide por el lado de instrucción que alcanza los pueblos, por los
medios económicos que se disponen, por la libertad de que disfrutan, por el
número y calidad de sus universidades, institutos, colegios y escuelas.