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. PERÍODO DEL VIRREINATO DEL RÍO DE LA PLATA. 1776-1806.

La actual República Argentina pertenecía al Virreinato del Perú,

un extenso territorio que comprendía desde Colombia hasta Tierra del Fuego, excluyendo a

Venezuela y Brasil. En 1776 se crea el Virreinato del Río de la Plata. Un territorio de menos

extensión, que incluía a Bolivia, Uruguay, Paraguay, Chile, y Argentina, aunque claro está, los

países no existían como tales. El primer Virrey fue Pedro de Ceballos. El Rey español estaba

influenciado por las ideas modernas de la época, la Ilustración. Se llamaba Carlos III, y no era

tradicionalista como los reyes españoles anteriores. Realiza una serie de reformas políticas,

económicas y sociales. Estas se denominan Reformas Borbónicas. Un cambio geopolítico

importante es que con el virreinato del Perú, la gran zona comercial estaba en el norte; Lima

era el puerto por excelencia. En cambio con la creación del Virreinato del Río de la Plata, el

puerto más importante será el de Buenos Aires. La salida al Atlántico favorece a comerciantes

porteños e ingleses. Deja entonces Buenos Aires de ser una zona de miseria y contrabando.

Se produce un aumento de la exportación de cuero, tasajo y minerales provenientes del norte-

principalmente Potosí. Durante el virreinato podía comerciarse con los puertos españoles, a

esto se le llama Monopolio Comercial Español.

PERÍODO PREREVOLUCIONARIO. 1806-


1809.

Por el año 1805 en la batalla marítima de Trafalgar, España pierde gran parte de su flota,
enfrentándose a la corona inglesa. Las costas del puerto del Río de la Plata quedan
desguarnecidas. Los ingleses que buscan nuevos mercados, por el auge de la Primera
Revolución Industrial, invaden Buenos Aires en dos oportunidades 1806 y 1807. La primera
invasión desembarcan en las costas del Río en la actual ciudad de Quilmes. El ejército se
compone de unos 1500 hombres. La segunda desembarcan cerca de La Plata, en la Ensenada
de Barragán con casi 12000 soldados.
En ambas son derrotadas, y rechazados por el pueblo criollo, y español que forman milicias

populares armadas- Arribeños, Dragones, Blandengues, y Patricios-.La corona española

muestra pasividad, y no defiende a sus colonias.

Surgen los héroes locales de las Invasiones

como Santiago de Liniers -francés- y Cornelio Saavedra– nacido en la actual Bolivia; criollo-.

Se incrementa la autoestima del pueblo, sienten que pueden defenderse sólos, y

autoabastecerse, comienza a caer el poder militar y político español. Los soldados ingleses

fueron expulsados, pero no los mercaderes. Hacendados criollos e ingleses presionan por
el librecomercio, en contra del Monopolio español. Luego de 1806 Santiago de Liniers es

Virrey, el primero elegido por el pueblo por ser el héroe de la reconquista.

PERIODO REVOLUCIONARIO. 1810-1820.

El 14 de mayo de 1810, llega la noticia al puerto de Buenos Aires que ha caído la Junta de

Sevilla. Además, el rey Fernando VII está preso a manos de Napoleón Bonaparte.

Comienza la Semana de mayo, protagonizada por un grupo de porteños ilustrados, –

Mariano Moreno, Hipólito Vieytes–Juan J. Castelli, Manuel Belgrano– junto a un sector

militar, liderado por el criollo Cornelio Saavedra. Acompañan el proceso comerciantes

españoles. Luego del Cabildo Abierto del 22 de Mayo, se gesta la Primera Junta de

Gobierno. Se pone fin al período virreinal. Comenzarán los problemas: el virreinato es extenso

el resto del territorio, Paraguay, Uruguay, y el Alto-Perú desconocen al primer gobierno patrio.

Además hay que armar un ejército para enfrentar a los españoles. Las dificultades, y las

divisiones- entre el interior y Buenos aires- hacen que caiga la Junta. En 1811 surge el Primer

Triunvirato, en 1812, el Segundo Triunvirato, este cae en 1814 y hasta 1820 gobierna

el Directorio. Estas instituciones son centralistas, responden a Buenos Aires, y toman

decisiones sin consultar al interior.

Fuera de Buenos Aires existe un proyecto en está en marcha; parte de Santa Fé y Córdoba,

todo el litoral y la banda oriental, forman la Liga de los Pueblos Libres. Estos defienden las

autonomías provinciales, y están bajo el liderazgo del caudillo: José Gervasio Artigas. Es un

período de inestabilidad política, y además en la guerra contra España, se destacan Manuel

Belgrano, Martín Miguel de Güemes y José de San Martín. Este último llega al país en 1812,

había nacido en Corrientes, aunque realiza la carrera militar y combate en España. Asume el

mando del Ejército en 1814. Lo organiza, y paralelamente es gobernador de Cuyo y forma

el Ejército de Granaderos a Caballo. Con este cruza los Andes, e inicia la Campaña

Libertadora de Argentina, Chile y Perú.

En 1816 se reúnen los Diputados de las Provincias

Unidas en San Miguel de Tucumán, en el denominado Congreso de Tucumán. Se declara

formalmente la Independencia de la corona española. La firman junto a las argentinas, las

provincias del Alto Perú como Cochabamba, Chichas, Mizque, y Charcas.


Tras la Primera Junta de Gobierno, y los dos Triunviratos, hubo una cuarta institución

presidida por un sólo miembro. Entre 1814 y 1820 por iniciativa de Carlos María de Alvear se

creó el DIrectorio. El mismo era centralista, e impedía las autonomías provinciales, fue así que

se opuso al proyecto Federal de José Gervasio Artigas. Entonces los caudillos provinciales

serán la firme oposición a Buenos Aires, y se sublevarán a fines de 1819.

El Virreinato del Río de la Plata y su economía


A su vez, es necesario tener en cuenta que el comercio entre España y sus posesiones
americanas se basaba en un monopolio, a través del cual los comerciantes peninsulares se
ocupaban de proveer de manufacturas europeas a los americanos, a cambio de la plata y de
diversos productos de menor costo, según la región. Poco tiempo después de la creación del
Virreinato del Río de la Plata (1776) tuvo lugar el Reglamento de Libre Comercio (1778) el cual,
si bien mantenía el monopolio, habilitaba más puertos tanto en territorio español como
americano para desempeñar legalmente el comercio, lo cual sin embargo resultó insuficiente
para combatir el contrabando con otras potencias como Gran Bretaña o Francia (que en ese
momento estaban mejor capacitadas para satisfacer las nuevas y crecientes demandas de los
centros de consumo coloniales).
En este ensayo, me concentraré en la descripción de las economías regionales, ante lo cual es
preciso partir de la hipótesis de que las mismas, todavía hacia finales del siglo XVIII y
comienzos del XIX, formaban parte de lo que algunos especialistas denominan ‘‘espacio
peruano’’ (aquel extensísimo espacio compuesto por las especializaciones productivas locales
y regionales en función de las necesidades de los principales centros de producción y de
consumo del Perú y del Alto Perú). Simultáneamente, la economía colonial se hallaba en pleno
proceso de ‘‘atlantización’’, es decir, cada vez más orientada al comercio atlántico (proceso que
se vio cada vez más acelerado desde mediados del siglo XVIII, gracias a diversos factores
coyunturales como la Revolución Industrial en Inglaterra, el crecimiento del contrabando y el
establecimiento del Libre Comercio, en el marco del comercio legal monopólico sostenido por el
regalismo de los Borbones).

El territorio correspondiente al nuevo virreinato era muy extenso y diverso, abarcando desde
los confines del Sur del Imperio español hasta el Alto Perú minero, pasando por diferentes
regiones como el Litoral Rioplatense, Paraguay y Tucumán. La mayor concentración
económica continuó ubicada en el Alto Perú y sus explotaciones argentíferas (Potosí, Oruro,
etc.). En relación a esta actividad central se expandían otras, como la agricultura, los textiles
artesanales (bajo el sistema de producción doméstica y de obrajes), y el desarrollo de ciudades
comerciales (como La Paz, ciudad con una gran población indígena, obrajes y latifundios), y de
consumo (como Chuquisaca, donde residían los principales comerciantes y mineros, además
de ser sede de la Real Audiencia de La Plata y la famosa Universidad de Charcas). En esta
región, la minería consumía la mayor parte de la mano de obra indígena y de los recursos,
hasta su decadencia desde comienzos del siglo XIX.

Al Norte del Río de la Plata se encontraban el Paraguay y las tierras que habían pertenecido a
las Misiones de los jesuitas (expulsados por decisión del monarca Carlos III en 1767). En
aquellos dominios, predominó la producción de algodón y de yerba mate, además del tabaco
(monopolio de la Corona). Por otra parte, estas tierras y sus obrajes también formaban parte de
lo que se conoce como ‘‘área del poncho’’, produciendo piezas de algodón que eran
consumidas en distintos lugares del espacio colonial. Hablando específicamente de la
producción y comercialización de yerba mate, habría que decir que desde mediados del siglo
XVIII, con el crecimiento demográfico y de las demandas desde Buenos Aires, aunque también
desde diversos puntos del Interior, el Alto Perú y Chile, ésta iría en crecimiento, llegando en
algunos años a sobrepasar las 200.000 arrobas anuales.
En cuanto al Tucumán, es correcto sostener que esta gran región tenía fuertes vínculos con el
Alto Perú, especializándose en varios géneros demandados por la producción platera, como las
carretas, las mulas (bestias de carga), alimentos (fundamentalmente cereales), textiles de lana
y algodón, etc. A su vez, hubo dentro de esta jurisdicción diferencias a nivel local: por ejemplo,
Córdoba, ya desde la década de 1610, se venía especializando en la cría y los envíos de
mulares, que involucraban a criadores, comerciantes, peones, invernadores, arrieros y fleteros;
en Santiago del Estero, si bien predominó la producción textil artesanal basada en la fuerza de
trabajo aborigen, también tuvieron lugar otras prácticas como la agricultura cerealera y las
vaquerías. Respecto a éstas últimas, resulta interesante aclarar que estuvieron presentes en
distintos puntos de Cuyo (aunque esta parte del espacio estuviese más vinculada a la
elaboración de vinos y aguardientes), Tucumán, Corrientes, el Paraguay y el Litoral, y que se
extinguieron prácticamente en todas partes durante las primeras décadas de la centuria
analizada, debido a sus propias características (caza del vacuno por sobre la cría). Este
proceso, dio como resultado el aumento de la cría de bovinos en las unidades productivas, y
una mayor concentración en las recogidas de ganado alzado.
En relación a Buenos Aires, su campaña y el Litoral, es acertado decir que la creación de la
nueva jurisdicción virreinal y el proceso de ‘‘atlantización’’ ayudaron a dinamizar estos
territorios. El crecimiento demográfico, tanto en el campo como en las áreas urbanas,
contribuyó a la expansión de las actividades agropecuarias, debido a la cada vez mayor
necesidad de alimentos. En simultáneo, la disponibilidad de tierras fértiles y el fácil acceso a las
mismas favoreció a otros procesos como las migraciones internas y regionales, llegando y
asentándose campesinos y grupos familiares oriundos de distintos pagos del Tucumán, el
Paraguay y Chile.

Sobre las unidades productivas, podría sostenerse que las había de distinto tipo, y que
variaban según la región. En cuanto a la mano de obra, ésta también variaba según el lugar,
aunque se podría simplificar exponiendo que tanto en el área tucumana como en el Río de la
Plata se podían llegar a combinar en un mismo establecimiento trabajadores en diversas
situaciones, como los esclavos, peones conchabados, arrendatarios o agregados (pagaban
una renta en especie y en trabajo, respectivamente, por el usufructo de alguna parcela), entre
otros vínculos de dependencia que pudieran darse en la práctica.

ETAPAS DE LA HISTORIA ARGENTINA


Primeros Aborigenes que Habitaron Territorio Argentino
Conquista y Colonizacion Española en America
Periodo Colonial en America Costumbres y Vida
Revolucion de Mayo de 1810
Inestabilidad: Guerras de la Independencia
Etapa Anarquía LOs Caudillos Provinciales
Etapa del Gobierno Rosista con la Confederación Argentina

CRISIS DEL IMPERIO ESPAÑOL EN AMÉRICA: LA PRIMERA JUNTA

La revolución de Mayo de 1810: En 1806 y 1807 se produjeron dos invasiones inglesas, que
fueron rechazadas por el pueblo de Buenos Aires, alistado en milicias de criollos y españoles.
En cada milicia, los jefes y oficiales fueron elegidos democráticamente por sus integrantes. Las
milicias se transformaron en centros de discusión política.
Estas invasiones inglesas demostraron que España estaba seriamente debilitada y que no
podía ni abastecer correctamente ni defender a sus colonias. La ocupación francesa de
España por Napoleón, la captura de del Rey Carlos IV y su hijo Fernando VII y la caída de la
Junta Central de Sevilla decidieron a los criollos a actuar.
En estas circunstancias, Cornelio Saavedra (jefe del Regimiento de Patricios), Manuel Belgrano
y Juan José Castelli actuaron en representación de los grupos criollos ante el Cabildo y el
Virrey, mientras las milicias y los activistas revolucionarios presionaban desde los cuarteles y
las calles. Belgrano, Saavedra y Castelli reclamaron a los miembros del Cabildo de Buenos
Aires la convocatoria de una asamblea de vecinos, de carácter excepcional, denominada
“Cabildo abierto”.

El 25 de mayo de 1810 se formó la Primera Junta de gobierno presidida por Cornelio Saavedra,
que puso fin al período virreinal. Mariano Moreno, secretario de la Junta, llevará adelante una
política revolucionaria tendiente a fomentar el libre comercio y a sentar las bases para una
futura independencia.

La etapa inicial de la revolución se caracterizó por la inestabilidad, la guerra originada por la


reacción de los funcionarios españoles y los enfrentamientos entre los grupos revolucionarios
que trataban de imponer sus soluciones a los graves problemas planteados.
Los objetivos no estuvieron claramente expuestos. Se hablaba de independencia y constitución
pero no llegaba el momento de encarar esas decisiones. La suerte adversa de las armas y la
restitución de Fernando VII en el trono llevaron a una posición negociadora que no dio
resultados. Sin embargo, se proclamó la soberanía, se conformaron los símbolos nacionales y
se generalizó la idea de independencia.
Desde el punto de vista territorial se produjeron importantes pérdidas: el Alto Perú quedó en
manos de los españoles y el Paraguay inició una vida autónoma. La Banda Oriental, y el litoral,
liderados por Artigas, optaron por la federación, rechazada totalmente por los hombres cíe
Buenos Aires.
La revolución quedó dividida en dos grandes sectores: las Provincias Unidas del Río de la
Plata, lideradas por los hombres de Buenos Aires, y la Liga de los Pueblos Libres bajo la
autoridad de Artigas. Ninguno de los dos grupos pudo conformar un sistema político sólido que
permitiese organizar el país.
Todo estaba por hacer: la independencia, la organización y la definición de la guerra, pero se
había logrado contener la reacción española y los ideales de libertad se habían difundido en los
pueblos. La revolución federal de 1815 abría una esperanza.

La Revolución de Mayo entre las disputas coloniales europeas


La Revolución de Mayo de 1810, al igual que otras revoluciones americanas, no estuvo exenta
de las disputas coloniales de las principales potencias europeas.
Distintos historiadores debaten sobre los alcances de la Revolución de Mayo de 1810. Algunos
retoman las ideas de la historia mitrista, plagada de hechos y héroes que hacen méritos para
formar parte del panteón de la patria. Otros ponen fuerte énfasis en el carácter popular de la
revolución, un carácter que no negamos, pero que claramente no fue el que predominó. Sobre
las luchas de resistencia coloniales ver la lucha de Tupac Amaru y un balance marxista de la
Revolución de Mayo.

Las disputas por los mercados coloniales en América

Durante el siglo XIX se configuró un nuevo sistema económico internacional condicionado por
la revolución industrial inglesa que fortaleció los lazos coloniales. En un doble juego: la
necesidad de obtener materias primas de las colonias activó el mercado interno inglés a la vez
que las condicionó dentro del orden colonial. La exigencia de libre comercio en el Río de la
Plata, sólo puede explicarse por las aspiraciones de los productores criollos para lograr
mayores exportaciones y mejores precios. Sin la existencia de esos grupos, el libre comercio
no habría sido suficiente para el desarrollo de la revolución política el 25 de mayo de 1810. Fue
este grupo de la elite criolla el que se benefició con el libre cambio y exportaciones de
productos mineros y agropecuarios generando, posteriormente, vínculos de dependencia con el
capital británico.

Durante el siglo XVIII, Gran Bretaña había sustituido a España en una parte importante de sus
mercados americanos. De hecho las reformas borbónicas de 1778, como el Reglamento de
Libre Comercio, es un intento por recuperar un mercado colonial en crisis donde el contrabando
inglés había ganado terreno. Un tiempo más tarde esto se ve reflejado en los escritos de
Mariano Moreno.

El dominio de Europa y el control de los mares

Con el inicio de la Revolución Francesa (1789) se profundiza la competencia entre las


potencias europeas. Desde ese momento, hasta 1815, será Francia la primera potencia militar
del continente, logrando derrotar cinco coaliciones de distintos países europeos entre 1792 y
1809 hasta que es derrotada en la Batalla de Waterloo en 1815. A pesar de esto, Francia no
poseía una exitosa marina de guerra como Gran Bretaña. La derrota de Napoleón y las tropas
españolas en la Batalla de Trafalgar (1805) durante la guerra contra la tercera coalición es un
ejemplo, aunque Francia resultó vencedora. Los bloqueos y contrabloqueos que se impusieron
entre las dos potencias europeas expresaron la rivalidad. Como consecuencia, con el Decreto
de Berlín, Napoleón prohibió a los países bajo su dominio importar bienes ingleses. Un tiempo
más tarde Portugal rompe el acuerdo.

Fuera de Europa, las colonias americanas fueron disputadas por las principales potencias
europeas que trataron de lograr una mayor influencia en los distintos procesos
independentistas americanos. Esto pondrá en juego distintas lógicas en las colonias
americanas.

La revolución de Estados Unidos y el apoyo francés

El primer antecedente es la Revolución de los Estados Unidos. Las trece colonias fueron las
primeras del territorio americano en independizarse en 1776. La independencia de estas
colonias fue apoyada por Francia con tropas y créditos. Esta revolución no modificó la
estructura económica y social. Si bien, como medida antibritánica, se prohibió la importación de
esclavos, su comercio siguió. El país que se había liberado de Inglaterra, mantuvo la esclavitud
hasta 1865.

La revolución haitiana y el apoyo británico

Un tiempo después, en Haití (colonia francesa) se produce el levantamiento de esclavos que,


en el marco de la Revolución Francesa, declararon la libertad y atacaron las propiedades de los
terratenientes. Los ingleses, desde Jamaica colaboraron con tropas, y bajo el mando de
Maitland, proponen declarar la independencia bajo el protectorado de Inglaterra.

La revolución avanzó hacia una república. Como respuesta, en 1801, Napoleón mandó a
reprimir el régimen republicano y un año después cae preso el líder revolucionario Toussaint
L´Ouverture. De esta forma se aborta el proyecto revolucionario. Luego, en 1804 el general
negro Dessalines proclamó la República de Haití, convirtiéndose en el primer Estado
latinoamericano que abolió la esclavitud y en una república negra.

Planes británicos en América Latina y las invasiones inglesas

Con la pérdida de las colonias en América del Norte, Gran Bretaña impulsó diversas
estrategias para ampliar su dominio económico en Latinoamérica. Los planes para invadir el
Río de la Plata crecían a la par de la derrota española y francesa en Trafalgar. Con esta
política invaden en 1806 y 1807 Buenos Aires. El poderío económico que Inglaterra había
logrado con el contrabando en el Río de la Plata, funcionó como plataforma para intentar
dominar la cuidad de Buenos Aires y el Virreinato del Río de la Plata. A pesar de que algunos
funcionarios y comerciantes se ilusionaron con la llegada de los ingleses, los pobladores los
rechazaron en las dos oportunidades. También marcaron el comienzo de la influencia militar en
la política del Río de la Plata. Una línea de continuidad hasta la última dictadura militar. Con
esta derrota, se abandonan las instancias de dominación política y se prioriza la vinculación
comercial de la élite criolla con el capital británico. La dominación del capital británico, apoyado
por la burguesía local, se impondrá hasta la primera guerra mundial en 1914.

Más planes británicos, el apoyo al proyecto Carlotista

En 1808 Portugal no cumple con el bloqueo a Inglaterra, entonces es invadida por tropas
francesas. En su paso por España, Napoleón toma prisionero a Fernando VII y lo remplaza por
su hermano. Es el inicio de la revolución política de mayo en el Río de la Plata que se producirá
dos años después.

Al invadir Portugal, la corte de los Braganza se traslada, con apoyo británico, a Brasil e instalan
la regencia en Río de Janeiro estableciendo el libre comercio. Con la llegada de la corte,
Carlota Joaquina (hermana de Fernando VII) se dirige, con apoyo del embajador inglés Lord
Strangford, al Cabildo de Buenos Aires para ofrecer protección al Virreinato del Río de la Plata
reclamando sus derechos en nombre de su hermano. Este proyecto decayó al no contar con
apoyo local.

Revolución política y Estado semicolonial

La Revolución de mayo 1810 fue una revolución política de carácter burgués que generó la
continuidad de una nación subordinada al capital británico. De esta forma no fue una revolución
social sino un recambio de la élite gobernante, dando mayor relevancia al comercio inglés,
limitando el comercio español. Son los inicios del proceso de construcción de una élite
oligárquica vinculada a la dominación del capital británico.

LOS SALADEROS EN EL VIRREINATO: ACTIVIDAD GANADERA COLONIAL

Los saladeros A fines del siglo XVIII comenzó a surgir otro tipo de establecimiento derivado de
la ganadería: los saladeros, que lograron una explotación integral del vacuno. Producían tasajo
destinado a la alimentación de esclavos o de ejércitos en marcha; extraían el sebo y la grasa
para la fabricación de las velas, el jabón y lubricantes para cueros. Desarrollaron la técnica de
curtir los cueros.
Eran establecimientos donde se elaboraba el tasajo o charqui, es decir, trozos de carne secada
y conservada con sal, con la que se alimentaban principalmente los esclavos.
Esta técnica se utilizaba ya en la colonia, como forma de aprovechar algo más de los animales
sacrificados, aunque cuando la sal se importaba de España, no era un proceso rentable.
Luego de los episodios de Mayo, cuando ya se podía asegurar el abastecimiento de sal desde
las Salinas Grandes, las medidas de la Junta fomentaron la exportación de tasajo a las
regiones que tenían mayoría de mano de obra esclava.
Entonces, los ganaderos encontraron así nuevas posibilidades y las estancias se convirtieron
en empresas comerciales e industriales. Allí se instalaban mataderos y saladeros que,
paulatinamente, fueron incorporando nuevas técnicas en la faena y el aprovechamiento de los
animales.
Los principales aportes en este sentido provinieron del químico francés Antonio Cambaceres,
que se radicó en Buenos Aires en 1829. Las exportaciones pasaron de 87 mil quintales de
tasajo, en 1822, a casi 180 mil, en 1837, y más de 500 mil, a mediados del siglo. La industria
fue declinando en función del ocaso del mercado esclavista.

La economia colonial : mineria: era una de las principales actividades se extraia metales
preciosos (oro y plata). las principales minas de oro se ubicaban en mexico mientras que la de
plata se ubicaba en potosi. agricultura: los españoles crearon las haciendad donde practicaban
el cultivo de maiz tabaco cacao algodon y caña de azucar.para ellos utilizaban la mano de obra
indigena y luego a los esclavos. Ganaderia: en el rio de la plata se practicaba la vaquerias es
decir se cazaba ganado vacuno del quien se extrai el cuero y el sebo con el tiempo se
comenzara a criar el ganado y aprovechar su carne. Comercio : se practicaba entre españa y
sus colonias atraves de un regimen llamado monopolio.
Las vaquerias del rio de la plata : unas de las principales actividades economia q se practicaba
en el rio de la plata era la vaquerias. Como consecuencia de la gan cantidad de ganado vacuno
en estado salvaje , se organizaba las vaquerias q consistia en un grupo de jinetes que salia al
campo a cazar las vacas se realizaba con una especie de lanza con la cual le cortaba los
tendones de las patas traceras del animal. produciendo su caida y su posterior muerte que se
enviaba a europa tambien se extrai el cebo con el cual fabricaba el jabon y las telas.Apartir del
siglo XVIII tambien comenzara a utilizar la carne que se conservara con la sal obteniendo el
llamado tazajo o chalqui ( carne salada)

Las haciendas y las estancias coloniales

Las haciendas se caracterizaron por su gran extensión y volumen de producción. En ellas se


producían cereales como el trigo y el maíz, además de cultivos de vid, frutales y caña de
azúcar.
Los españoles introdujeron instrumentos de trabajo como el arado y criaron caballos, vacas,
ovejas y mulas. Del ganado vacuno obtenían leche, cuero, carne y sebo. Las mulas, se usaban
para el transporte y eran objeto de comercialización importante.

Los dueños de las haciendas vivían en las ciudades y dejaban la producción en manos de
capataces. Para trabajarlas, los hacendados requerían de abundante mano de obra que no
siempre se conseguía fácilmente. En un principio, los indígenas trabajaron en ellas para pagar
sus tributos, pero la disminución de esta población obligó a los hacendados a contratar peones
asalariados.

Las estancias estaban especializadas en la producción de ganado, sobre todo vacuno. A


diferencia de las haciendas, no eran siempre de grandes dimensiones y, a menudo, contaban
con algún espacio para desarrollar actividades agrícolas complementarias. La carne obtenida
se vendía en la ciudad, mientras que los cueros comenzaron a exportarse en el siglo S, XVIII. A
finales de ese siglo, gracias a la difusión de la técnica del salado, también pudo venderse en el
exterior parte de la carne que se producía.

Entre los trabajadores de las estancias había esclavos y hombres libres que cobraban un
salario. En las estancias administradas por los jesuitas, por ejemplo, había gran cantidad de
esclavos, algunos de los cuales solían dirigir las tareas de los peones cumpliendo la función
del capataz.

Las estancias fueron las explotaciones agrarias características del actual territorio argentino.
Las que se localizaban en los alrededores de Buenos Aires eran relativamente pequeñas
mientras que en la Banda Oriental (actual Uruguay), en el litoral de Corrientes y Entre Ríos, y
en Córdoba, donde la orden jesuítica era propietaria de estancias, las explotaciones tenían
mayores dimensiones.

Las reformas de Rivadavia.


El 26 de setiembre de 1820 fue elegido gobernador de la provincia de Buenos Aires,
Martín Rodríguez, su ministro de gobierno fue Bernardino Rivadavia.
El gobierno de Martín Rodríguez fue conocido como la “feliz experiencia” porque
representó una etapa de pacificación y prosperidad para Buenos Aires. A pesar de la crisis
política desatada después de la batalla de Cepeda, los cambios ocurridos no fueron totalmente
perjudiciales para la provincia. El gobierno perdió su condición de nacional pero no los
beneficios económicos que poseía: el puerto más importante del país y su aduana, es decir los
ingresos más elevados de todo el territorio nacional. El ministro Bernardino Rivadavia llevó a
cabo un plan de reformas con la aspiración de crear un estado moderno, y para eso era
necesario mejorar la situación financiera, política, militar y cultural de la provincia. En las
reformas rivadavianas estaban presentes los principios del liberalismo: libertades políticas,
garantías a la propiedad privada, incorporación al mercado mundial (a través de la venta de
materias primas derivadas de la ganadería, como el cuero) y limitación del poder eclesiástico.
La ley de Prensa dictada en 1821 otorgaba un amplio margen de libertad al periodismo local y
provocó la proliferación de nuevos periódicos y papeles públicos en la ciudad.
Reformas administrativas.
Una de las reformas más drásticas que realizó Rivadavia en el plano administrativo fue la
supresión de los cabildos existentes en la provincia. Lo que el gobierno intentaba hacer era
modernizar parte del aparato político-administrativo heredado de la colonia y centralizar la
estructura administrativa en manos del poder provincial.
En materia de Justicia, la reforma implementada estableció un régimen mixto: justicia de
primera instancia, letrada y rentada, y justicia de paz, lega y gratuita.
Reformas militares.
La ley de Reforma Militar redujo drásticamente el aparato militar heredado de la
revolución. Se perseguía con ella un doble objetivo: reducir los gastos del Estado frente a un
Ejército que resultaba oneroso mantener una vez concluidas las guerras de independencia y
reorientar las fuerzas militares hacia nuevos objetivos. El proyecto preveía además que el
Ejército estaría constituido por soldados contratados y reclutados, pero las dificultades para
cubrir las plazas llevaron rápidamente al reclutamiento de los llamados “vagos y mal
entretenidos” para quienes el Ejército significó una dura vía de disciplina. A las fuerzas
regulares se sumaron las milicias, reorganizadas por ley en 1823.
Estas dos fuerzas militares fueron destinadas a la frontera sur para defender la campaña
de los ataques indígenas. Para el gobierno era indispensable asegurar dicha frontera si
pretendía consolidar cierto crecimiento económico: el campo era el proveedor de alimentos
para la ciudad y escenario de la incipiente expansión ganadera de aquellos años. De manera
que el gobernador Martín Rodríguez organizó una campaña militar contra los indios, con el
objetivo de incorporar nuevas tierras y asegurar las ya ocupadas. Los resultados no fueron muy
alentadores: los malones siguieron asolando a la campaña bonaerense, dejando como único
saldo la fundación del Fuerte Independencia alrededor del cual creció después la ciudad de
Tandil.
Reformas eclesiásticas.
La ley de Reforma Religiosa suprimió algunas órdenes religiosas, se apropió de sus
bienes, prescribió normas rígidas para el ingreso a la vida conventual, suprimió los diezmos
(por lo que el Estado se hizo cargo del culto) y sometió a todo el personal eclesiástico a las
leyes de la magistratura civil.
Como era de esperarse, ambas reformas (la militar y la eclesiástica) generaron gran
descontento entre el personal directamente afectado. Algunos de los desplazados
protagonizaron a comienzos de 1823 un motín que fue descubierto y rápidamente reprimido por
el gobierno, con lo que quedó frustrado su intento de golpe.
Reformas culturales.
La acción cultural desplegada en la gestión de Rivadavia fue tan intensa como en otras
áreas. La fundación de la Universidad de Buenos Aires en 1821 fue la medida más destacada
en este plano. Pero la reforma apuntó también a la enseñanza media y elemental. A tal efecto
se creó el Colegio de Ciencias naturales y se transformó el Colegio de la Unión del Sur en el
Colegio de Ciencias Morales. La enseñanza elemental por unos años pasó a depender de la
Universidad, a través de su departamento de Primeras Letras, que controlaba la escuelas de la
ciudad y la campaña y coordinaba la aplicación del sistema lancasteriano, por el cual los
alumnos más avanzados enseñaban los conocimientos elementales a los que recién se
iniciaban.
Al mismo tiempo se dio impulso a la Biblioteca Pública y a la fundación de muy diversas
sociedades. Se crearon la Academia de Medicina, la de Ciencias Físicas y Matemáticas, la de
Música; se dio nuevo impulso a la enseñanza del Derecho con la intensificación de la
Academia de Jurisprudencia y la creación del Departamento de Jurisprudencia en 1821; se
formó la Sociedad Literaria, responsable de la publicación del periódico más importante de la
época (El Argos de Buenos Aires) y de la revista literaria La Abeja Argentina, que publicó la
primera antología de poesía local. Se reorganizó además la Casa de Expósitos y se creó la
Sociedad de Beneficencia, encargada de la organización de hospitales, asilos y otras obras de
asistencia para los sectores más pobres, tarea que les fue asignada a lasa mujeres de la “alta
sociedad porteña”.
Reformas económicas.
El propósito racionalizador del Estado se manifestó también la esfera económica. En el
campo financiero, una de las primeras acciones desarrolladas por el gobierno fue crear la Bolsa
Mercantil y el Banco de Descuentos. El banco estaba autorizado a emitir billetes y, al
comienzo, sus acciones pagaron buenos dividendos. Sin embargo, las necesidades del fisco
llevaron a una creciente emisión, que a los pocos años condujo al banco a una crisis financiera
insalvable.
Otras de las reformas económicas aplicadas en este período apuntó a mejorar la
producción rural. A tal efecto, se dictó la ley de enfiteusis y se elaboraron planes de
inmigración. La ley de enfiteusis procuraba la instalación de colonos en tierras públicas a las
que aquellos tendrían derecho preferencial de compra en caso de que el Estado decidiera
venderlas. Esta ley permitió el fortalecimiento de la gran propiedad dedicada mayoritariamente
a las actividades ganaderas. Los terrenos entregados en enfiteusis quedaron en manos de
hacendados, grandes comerciantes y militares.
El Congreso de 1824.
El mandato de Martín Rodríguez llegó a su fin y en su lugar fue designado Gregorio de
Las Heras.
El Congreso Constituyente fue inaugurado en diciembre de 1824 y comenzó a trabajar en
su labor legislativa.
La ley Fundamental.
La primera disposición que tomó el Congreso fue dictar la ley Fundamental. Dicha ley
declaraba constituyente al Congreso y establecía que hasta que se sancionara una
Constitución, las provincias se regirían por sus propias instituciones, y delegarían
provisionalmente las funciones del Poder Ejecutivo nacional en el gobierno de Buenos Aires.
Pocos días después se firmaba el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación con Gran
Bretaña, que no sólo ratificaba el reconocimiento de la independencia argentina por parte de la
potencia europea, sino que, además, buscaba estrechar vínculos a través del tratamiento de
nación más favorecida.
Por la ley Fundamental, el gobernador Las Heras quedaba a cargo de las relaciones
exteriores (hasta tanto se eligiera presidente) y con facultad de hacer propuestas al Congreso y
de ejecutar las decisiones que este tomara. La sanción de la Constitución quedaba postergada
a la espera de un momento más favorable y una vez dictada debía proponerse a los gobiernos
provinciales, que podrían rechazarla y permanecer al margen de la unión perseguida.
La Ley de Presidencia
Ante la inminencia de una guerra con Brasil, por su ocupación en la Banda Oriental, el
Congreso proyectó la creación de un Poder Ejecutivo permanente y Nacional. El 6 de febrero
de 1826 fue promulgada la ley de Presidencia: se creaba el cargo de presidente de las
Provincias Unidas del Río de la Plata. Suejercicio duraría el tiempo que estableciera la futura
Constitución.
Al día siguiente fue elegido por votación Bernardino Rivadavia, quien se hizo cargo de la
presidencia el 8 de febrero.
Presidencia de Rivadavia (1826-1827).
Rivadavia debió asumir su cargo en un clima cargado de tensiones internas y conflicto
externo. Por un lado, Brasil había declarado la guerra en diciembre de 1825 al aceptar el
Congreso la incorporación de la provincia oriental. Por el otro, el Congreso se hallaba dividido
entre quienes pretendían instaurar una forma de Estado centralizada, denominados a partir de
ese momento “unitarios”, y quienes buscaban organizar una forma de gobierno que respetara
las soberanías de las provincias, denominados “federales”.
La ley de Capitalización.
Las tensiones latentes terminaron de dividir las opiniones cuando Rivadavia, tres días
después de asumir, propuso al Congreso el proyecto de ley de Capitalización. Dicho proyecto
declaraba a Buenos Aires capital del poder nacional, a la que se le subordinaba un territorio
federal que iba desde el puerto de Las Conchas (Tigre) hasta el Puente de Márquez y desde
allí, en línea paralela al río de la Plata, hasta Ensenada. La provincia de Buenos Aires,
separada del distrito federal, se reorganizaba en dos nuevas jurisdicciones: la provincia del
Salado, con capital en Chascomús, y la del Paraná, con capital en San Nicolás. Se suprimían,
en consecuencia, las instituciones de la provincia creadas en 1821 (la Sala de Representantes
y el Ejecutivo provincial).Todos los establecimientos se nacionalizaron junto a las acciones,
deberes y empréstitos contratados por la Provincia de Buenos Aires.
Lo más alarmante fue para los intereses económicos locales que la provincia perdiera,
con la federalización del territorio asignado a la capital, la principal franja para el comercio
ultramarino. Con ella se perdía la fuente más importante de recursos fiscales, la Aduana, al
quedar esta en manos del gobierno nacional.
La Ley de consolidación de la Deuda Pública
La economía de la provincia no era muy ventajosa. El presupuesto estaba destinado en
su totalidad a los gastos militares. Existía una importante deuda pública.
El Congreso trató el proyecto de consolidación de la deuda pública y de la hipoteca de la
tierra fiscal de todo el país. Las tierras públicas quedaban afectadas al pago de la deuda y no
podían venderse. Las tierras provinciales pasaban de este modo a manos del Estado nacional.
La Constitución de 1826.
El Congreso comenzó a tratar el tema constitucional. Se acordó establecer una república
representativa: la monarquía quedaba descartada. El tema espinoso era decidir la organización
estatal: ¿federal o unitaria?
El 24 de diciembre de 1826 se aprobó la Constitución que establecía la forma
representativa republicana bajo la unidad de régimen. Los gobiernos provinciales quedaban
bajo la total dependencia del presidente de la Nación.
La Constitución fue rechazada en las provincias al no ver satisfechas sus aspiraciones
federalistas.
Renuncia de Rivadavia
La situación del presidente Rivadavia se volvió muy delicada:
 Las provincias habían rechazado la Constitución de 1826, por lo tanto su autoridad
nacional estaba cuestionada.

 El ministro garcía había firmado un tratado deshonroso, por el cual se reconocía a


Brasil la posesión de la Banda Oriental, con el objetivo de finalizar la guerra.

 Los terratenientes y comerciantes le quitaron el respaldo por el aumento de impuestos


y contribuciones destinados a cubrir gastos de la guerra con el Brasil.

 Ante estas circunstancias, Rivadavia se vio obligado a renunciar. Se avecinaban


tiempos de disgregación nacional.

2 de febrero de 1825: Tratado de amistad, comercio y navegación entre los Gobiernos de


las Provincias Unidas del Río de la Plata y S.M. el Rey del Reino Unido de la Gran
Bretaña e Irlanda.

Dr. Julio C. Gonzalez

El 2 de febrero de 1825 Manuel José García, Ministro Secretario en los Departamentos de


Gobierno, Hacienda y Relaciones Exteriores del Ejecutivo Nacional –ejercido por el Gobernador
de la Provincia de Buenos Aires, General Juan Gregorio de Las Heras- y Woodbine Parish,
Cónsul General de S.M.B. en las Provincias Unidas del Río de la Plata, firmaron en Buenos
Aires un Tratado que establece lo siguiente:

I. Habrá “perpetua amistad” (sic) ente los “dominios y súbditos” de Su Majestad Británica y
los “territorios” de las Provincias Unidas del Río de la Plata y sus habitantes.

II. Habrá una recíproca libertad de comercio. Los habitantes de los dos países podrán llegar
segura y libremente con sus buques y cargas a todos los “parajes”, “puertos” y “ríos”,
“entrar en los mismos” y “permanecer y residir” en cualquier parte de los dichos territorios.
Podrán alquilar casa y almacenes para su tráfico y “disfrutar de la más completa
protección y seguridad para su comercio”.

III. “Los habitantes de las Provincias Unidas del Río de la Plata” podrán acceder a los
dominios de S.M.B. fuera de Europa para realizar “la misma libertad de comercio y
navegación”.

IV. No se impondrán mayores derechos en los territorios de S.M.B. a los artículos de


producción, cultivo o fabricación de las Provincias Unidas del Río de la Plata y en las
Provincias Unidas del Río de la Plata no se impondrán otros derechos mayores a los
artículos de producción, cultivo o fabricación de los dominios de S.M.B.

Con respecto a la “extracción” de artículos de los “territorios” o “dominios” de cada una de


las partes contratantes se aplicará el mismo principio.

Ni tampoco se impondrán derechos de prohibición a la extracción o introducción de


artículos “que no correspondieran igualmente a todas las otras naciones”.

V. Los buques británicos de más de 12 toneladas no pagarán en las Provincias Unidas del
Río de la Plata derechos mayores (por tonelaje, salvamento, avería o naufragio) que los
que pagaren los buques de las Provincias Unidas del Río de la Plata del mismo porte en
los puertos de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
VI. Los artículos de producción, cultivo o fabricación de los dominios de S.M.B. o de las
Provincias Unidas del Río de la Plata, transportados en buques de las Provincias Unidas
del Río de la Plata o en buques británicos, que se introduzcan en Gran Bretaña o que se
introduzcan o extraigan en las Provincias Unidas del Río de la Plata, tanto
por importación cuanto para exportación, pagarán los mismos derechos.

VII. Buque británico es el construido en los dominios de S.M.B. que se halle “tripulado”,
“matriculado” y “poseído” con arreglo a las leyes de la Gran Bretaña. Buques de las
Provincias Unidas del Río de la Plata son buques “construidos en los territorios de dichas
Provincias” debidamente matriculados y poseídos por los ciudadanos de las mismas o
cualquiera de ellos (el art. I dice “habitantes”) y cuyo capitán y tres cuartas partes de la
tripulación sean ciudadanos de las dichas Provincias Unidas del Río de la Plata.

VIII. Todo “comerciante”, “comandante de buque” y “demás súbditos de S.M.B.” tendrán en


“territorios de las Provincias Unidas” la misma libertad que los naturales de ellas para
manejar sus asuntos comerciales. No se les puede obligar a emplear a naturales e las
Provincias Unidas del Río de la Plata como corredores, factores, agentes o intérpretes, ni
se los obliga a emplear ninguna persona para dichos fines. Ni pagarles salario ni
remuneración alguna a menos que quieran emplearlos. Concediéndose en todos los casos
entera libertad a los compradores o vendedores para fijar precios de productos que se
extraigan o introduzcan en las Provincias Unidas del Río de la Plata.

En todo lo relativo a carga y descarga de buques, seguridad de mercaderías... disposición


de propiedades de toda clase y denominación, por venta, donación, cambio o de cualquier
otro modo, “como también de la administración de justicia” los súbditos y ciudadanos de
las dos partes contratantes, gozarán en sus respectivos dominios de los mismos
privilegios, franquezas y derechos como la Nación más favorecida”... estarán exentos de
todo servicio militar... de todo empréstito forzoso, de exacciones o requisiciones militares,
ni serán obligados a pagar ninguna contribución ordinaria, bajo pretexto alguno, mayor que
las que pagaren los súbditos naturales o ciudadanos del país.

Ambas partes podrán nombrar cónsules en los dominios o territorios de la otra.

Para la mayor seguridad del comercio entre los “súbditos” de S.M.B. y los “habitantes” de
las Provincias Unidas del Río de la Plata en caso de “interrupción o rompimiento” entre las
dos partes contratantes (Ejemplo GUERRA POR MALVINAS de 1982) los “súbditos” y
“habitantes” tendrán el privilegio de permanecer y continuar el tráfico entre ellos. Sus
propiedades no estarán sujetas “ni a embargo” “ni a secuestro” “ni a ninguna otra
exacción”.

XII. Los súbditos de S.M.B. en las Provincias del Río de la Plata no serán inquietados por su
religión.

Podrán tener iglesias y capillas para su culto.

Podrán tener cementerios propios.

Asimismo los ciudadanos de las Provincias Unidas del Río de la Plata tendrán en los
dominios de S.M.B. una libertad limitada de conciencia “en las casas de su morada” o “en
los sitos de su culto” “en conformidad con el sistema e tolerancia establecido en los
dominios de S.M.B.”. Proselitismo religioso No.

XIII Los súbditos de S.M.B. en las Provincias Unidas del Río de la Plata tendrán derecho a
disponer libremente de sus propiedades de toda clase “en la forma que quisieren” “o por
testamento” y “en caso que muriere algún súbdito británico”... “tendrá derecho a nombrar
curadores que se encarguen de la propiedad del difunto”... “sin intervención alguna”
“dando noticia conveniente a las autoridades del país t recíprocamente”.
XIV “Deseando ansiosamente la abolición total del comercio de esclavos, las Provincias Unidas
del Río de la Plata se obligan a cooperar con S.M.B.”... “y a prohibir a todas las personas
residentes en las Dichas Provincias Unidas... de tomar parte alguna en dicho tráfico”.

XV. El presente tratado será ratificado y las ratificaciones canjeadas en Londres dentro de
cuatro meses, o antes si fuese posible.

Manuel José García

Al día siguiente de firmado, esto es el 3 de febrero de 1825, el texto del Tratado fue remitido al
Congreso General Constituyente. Este Congreso resolvió encomendar una comisión integrada
por los diputados Funes, Castro, Vera y Andrada, que se expidiera acerca de si las sesiones
donde deben ser considerados tratados con otras naciones deben tener carácter secreto (8).

El día 7 de febrero de 1825 la comisión presentó un dictamen. El mismo determinaba que:

“Los Tratados de Amistad, Comercio y Navegación firmados por los respectivos


plenipotenciarios a nombre del Rey del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda por
una parte, y por otra del Gobierno General de las Provincias Unidas del Río de la
Plata, que han pasado al conocimiento del Congreso, serán considerados y discutidos
en sesión secreta”. Por iniciativa del diputado por el territorio de Buenos Aires Don
Valentín Gómez se agregó a esta Resolución: La publicación de la resolución del
Congreso sobre los Tratados se hará junto con los documentos de la materia y “se
publicarán a la deliberación con la expresión de haber estado por la afirmativa o por la
negativa” (9).

En las sesiones de los días 16, 17 y 18 de febrero de 1825 fue


considerado y aprobado el tratado del 2 de abril de 1825 firmado con el Reino Unido de Gran
Bretaña e Irlanda (10). ¿Hubo algún diputado que lo cuestionó? Nadie lo ha investigado
todavía.

El empréstito Baring

Bernardino Rivadavia fue el inventor local de “la deuda eterna”. En 1824, siendo Ministro de
Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, autorizó pedir un préstamo a la Baring Brothers
(Inglaterra) por un millón de libras esterlinas. Este préstamo fue impuesto como parte de la
estrategia geopolítica de dominación de Gran Bretaña, para condicionarnos económicamente e
impedir nuestro crecimiento como Nación independiente. Respondió más a las necesidades
inglesas de asegurarse la subordinación colonial que a necesidades locales.

El argumento para pedir el préstamo fue el supuesto propósito de construir un puerto, fundar
ciudades y dar aguas corrientes a Bs.As. (nada de eso se hizo finalmente).

Al momento de aprobar el pedido del epréstito, alguien preguntó:

- ¿Pero como vamos a devolver un millón de libras esterlinas?


- Muy facil -le contestaron- con las rentas de aduana, que son trescientas mil libras esterlinas
por año; en tres años devolvemos el millón de libras esterlinas.
- Pues entonces -replicó- esperemos tres años y construimos las obras sin pedir ningún
empréstito...
Ante tal argumento, la secion quedó en silencio, a punto de rechazar la propuesta, pero
apareció el fatal argumento:

- Si entra un millon de libras esterlinas, se reactiva toda la economía -y se aprobó el pedido.

(Es el mismo argumento que seguimos escuchando para endeudarnos indefinidamente)

Con algunas honrosas excepciones y resistencias, se aprobó pedido y se autorizo a un


”consorcio” (Guillermo y Juan Parish Roberston, Braulio costa, Miguel Siglos y J. Pablo Sáenz
Valiente) para negociarlo en Londres al 70 % de su valor. La estafa era tan evidente que el
principal banquero ingles (Nathan Rostschild) se abstuvo de participar, y finalmente se negoció
con la casa Baring. El país se comprometió por una deuda de 1.000.000 de Libras al 6 % de
interés anual garantizadas con rentas y hasta con tierra pública. Del millón de Libras se
descontó la comisión del “consorcio” (120.000), intereses y “servicios” adelantados, quedando
en definitiva un saldo de 560.000 Libras, que debía recibir Bs.As. por el 1.000.000 que se
endeudaba.

Cuando el gobierno reclama el envío del dinero, Baring remite 2.000 en monedas de oro,
62.000 en letras de cambio (papelitos) y propone por “prudencia de mandar dinero a tanta
distancia”, dejar depositado en su banco los 500.000 restantes, pagando 3 % de interés anual.
(Un negocio redondo. Pedir dinero, al 6 % y prestarlo al 3 % “al mismo prestamista”)

Ni se construyó el puerto ni se puso un solo caño en Bs.As. Se pago catorce veces la deuda,
hasta cancelarla en 1.904.

Los Hermanos Baring no eran solamente banqueros, sino funcionarios de los organismos de la
política imperial: la Tesorería Británica, el Ministerio de Hacienda, y de la Compañía de Indias.

Rivadavia garantizó el pago de esa deuda con las tierras públicas de Buenos Aires (Ley de
enfiteusis). Posteriormente extendió la garantía hipotecaria a todas las tierras públicas de la
Nación. (“quedan especialmente afectadas al pago de la deuda nacional, la tierra y demás
bienes inmuebles de propiedad pública cuya enajenación se prohíbe”).Ya no pudieron
venderse tierras públicas con fines de colonización.

Con el mismo propósito el Imperio Británico concedió préstamos a varios países


latinoamericanos (México, Colombia, Chile, Perú, Centroamérica) que se estaban
independizando de España. Firmaron, también, “acuerdos de comercio y amistad recíprocos”,
que otorgaron beneficios a los comerciantes ingleses que dominaban en esas regiones.

Como era lógico suponer, faltó dinero para pagar esa deuda. En consecuencia, en 1828 se
liquidó la escuadra naval y se dieron en pago dos fragatas que se estaban construyendo en
Inglaterra. De este modo, cuando se produjo la usurpación de las Malvinas por los ingleses,
cinco años más tarde, no hubo fuerza naval para contrarrestarla. Obviamente, esto estuvo
planificado por los acreedores, y su cómplice, Rivadavia.

Los mismos ingleses, admitieron el carácter fraudulento de esta negociación. Ferdinand White,
espía inglés, enviado por la Baring al Río de la Plata, condenó los aspectos delictuosos de este
acuerdo. Fue una operación usurera, un acto de saqueo y sumisión y el primer acto de
corrupción ligado a la deuda externa. Según Scalabrini Ortiz, de la suma recibida, sólo llegaron
al Río de la Plata en oro, como estaba convenido, el 4% de lo pactado, o sean 20.678 libras.

El primer negociador del empréstito Baring fue Manuel José García, ministro de Hacienda de
Martín Rodríguez, gobernador de Buenos Aires de 1821 a 1824. Rivadavia, también fue
ministro de este gobierno. García utilizó toda su influencia, para que se perdiera el Alto Perú.
Fue agente de Rivadavia, cuando se pactó la entrega de la Banda Oriental al Emperador de
Brasil. Llevó adelante una política antinacional que favoreció los intereses británicos. Fue por
esa época que el ministro inglés dijera “América española es libre y si sabemos actuar con
habilidad será nuestra” (George Canning, después de reconocer la independencia de las
colonias latinoamericanas en la época en que el grupo rivadaviano concertaba el primer
empréstito con la Baring) (Historia universal. Editorial Daimon) Rivadavia hacía “oídos sordos”.
En el conflicto de la Confederación con el Imperio, Argentina había vencido a brasil en
Ituzaingo, y faltaba el empujón final. Alvear quería llegar hasta Río de Janeiro, pero los ingleses
tenían otros planes. la “Federación del Uruguay”. Era un proyecto británico para formar un
Estado reuniendo a la Banda Oriental, Río Grande, Entre Ríos, Corrientes y Paraguay, que
compensara el poderío de la Confederación y del Imperio. Rivadavia, más interesado en el
negocio con los ingleses y en someter al interior, hizo regresar el ejército y firmar un tratado
vergonzoso a través de García. Las provincias del interior querían terminar una guerra ya
ganada, pero Rivadavia estaba más interesado en sus negocios mineros con los ingleses, que
en su patria, y prefiere que regrese el ejercito para imponer “la organización a palos” en el
interior, aun a costa de ceder la Banda Oriental. Prevalecen las palabras del ministro Agüero de
“la paz a cualquier precio”.

Los federales piden al gobierno y que les dejen a ellos el peso de la guerra pero Rivadavia
prefería perder la guerra y la banda oriental, antes que dejarle el gobierno a los federales. e
instruye a García para que vaya a Río de Janeiro a terminar la guerra “a cualquier precio”. Fue
un arreglo tan vergonzoso que ante la indignación popular Rivadavia intentó usar a García de
chivo expiatorio: “no solo ha traspasado sus instrucciones sino contravenido a la letra y espíritu
de ellas” que ”destruye el honor nacional y ataca la intendencia y todos los intereses de la
República” e intenta desconocer el arreglo.

“El tribuno”, de Dorrego, publica el “Reports” del capitán Head y la correspondencia entre éste y
Rivadavia sobre el escandaloso negociado de las minas del Famatina. Se da cuenta de los
sueldos según “libros” de la Mining a Rivadavia, las comisiones, trafico de influencias, etc.
(Para mas detalles ver JM Rosa Hist.Arg. t IV)

Rivadavia no puede tapar tanta mugre con un pañuelo, y renuncia verborrágicamente:

“Me es penoso no poder exponer a la faz del mundo los motivos que justifican mi irrevocable
decisión (también, como para exponer al mundo “los motivos”!!!)...He dado a la patria días de
gloria (¿?)…he sostenido hasta el último punto la honra y dignidad de la Nación (menos la
honra propia)…Dificultades de nuevo orden que no me fue dado prever (¿?) han venido a
convencerme de que mis servicios no pueden en lo sucesivo serle de utilidad alguna (le habrán
sido alguna vez?)...sensible es no poder satisfacer al mundo de los motivos irresistibles que
justifican esta decidida resolución...(bla bla bla)Quizás hoy no se hará justicia a la nobleza y
sinceridad de mis sentimientos, mas yo cuento con que al menos me hará algún día la
posteridad, me hará la historia” (¿Sabría anticipadamente que Mitrey Sarmiento se ocuparían
de la historia ?)

Dorrego quiere seguir la guerra a toda costa pero hasta el banco de la provincia (manejado por
intereses y accionistas ingleses) le niega todo crédito. Regresado el ejército, Lavalle derroca
ilegalmente a Dorrego y lo fusila (incentivado por unitarios, del Carril entre ellos)

En semejantes circunstancias llega San Martín de Europa (embarcado por precaución con el
apellido materno) a Montevideo y se entera del fusilamiento de Dorrego. San Martín es mal
recibido, y Paz (gobernador interino) le escribe a Lavalle (que está en campaña) :”Calcule Ud
las consecuencias de una aparición tan repentina”.

Desacreditados los revolucionarios “Decembristas”, le ofrecen a San Martín el Gobierno, para


“salvar la revolución con su prestigio”, pero San Martín se rehúsa a aceptar, y en carta a
O´Higgins le explica los motivos:

“El objeto de Lavalle era el que yo me encargase del mando del ejército y provincia de Buenos
Aires y transase con las demás provincias a fin de garantizar a los autores del movimiento del 1
de diciembre. Pero Usted reconocerá que en el estado de exaltación a que han llegado las
pasiones, era absolutamente imposible reunir los partidos en cuestión, sin que quede otro
arbitrio que el exterminio de uno de ellos. Los autores del movimiento del 1 de diciembre son
Rivadavia y sus satélites y a Ud le consta los inmensos males que estos hombres le han hecho
no solo a este país sino al resto de América con su infernal conducta; si mi alma fuese tan
despreciable como las suyas yo aprovecharía esta ocasión para vengarme de las
persecuciones que mi honor ha sufrido de estos hombres, pero es necesario enseñarles la
diferencia que hay entre un hombre de bien y un malvado” (J. de San Martín)

A pesar de todo esto, Rivadavia figurará como un “ciudadano ilustre” y su nombre figurará en
calles, pueblos, ciudades y sillones.

¿Qué pensaba San martín sobre Rivadavia? O’Higgins, en una carta que escribió en 1828 a
San Martín define a Rivadavia, como “el hombre más criminal que ha producido el pueblo
argentino”.

San Martín, con motivo del fusilamiento de Dorrego, se expresó de la siguiente manera:

“Los autores del movimiento del 1º de Diciembre,- se refiere al fusilamiento de Dorrego - son
Rivadavia y sus satélites y a usted le consta los inmensos males que estos hombres han
hecho, no sólo al país, sino al resto de América, con “su infernal conducta.”... ...“En nombre de
vuestros propios intereses os ruego que aprendáis a distinguir los que trabajan por vuestra
salud, de los que meditan vuestra ruina…”

Rivadavia no fue ”El hombre de Estado más grande del mundo”, (según Mitre) sino ”El de
“Infernal conducta”, (según San Martín)

El problema no es "el capital" en si mismo; el problena es "el capital usurero", sea éste privado
o estatal

Librecambio y proteccionismo

La historia no es que se repite, sino que continúa. Proteccionismo económico versus libre
comercio, es la clave central de la lucha actual entre los países, y más especialmente la
Argentina ambicionada por sus riquezas naturales y amplio territorio. Predicar y aplicar la
protección de la propia economía significa bregar por la liberación nacional, mientras que
encarar políticas de libre comercio refiere a trabajar para que las tierras de las Provincias
Unidas del Sur sigan siendo una semi colonia del imperio inglés y de su hijo putativo, los
Estados Unidos de la América del Norte.
Tras los hechos de mayo 1810 y la declaración de la Independencia de España seis años
después, los proteccionistas de la economía local recibieron como primer mote el de los
“federales”, mientras que los librecambistas fueron llamados los “unitarios”. Los primeros
contaban por decantación con el apoyo de las masas populares y principales caudillos
provinciales, y los otros, los unitarios porteños y portuarios, por una oligarquía contrabandista
funcional a los intereses ingleses y demás potencias extranjeras. De eso se trató y se trata. Y a
lo largo de la historia de dos siglos, los proteccionistas y los librecambistas fueron mutando de
motes: de saavedristas a morenistas, de peronistas a antiperonistas, de radicales a
conservadores, de kirchneristas a anti kirchneristas en la cruzada encubierta por la liberación
del imperio inglés, impulsada por los José de San Martín, Manuel Belgrano, Martín de Güemes,
Juana Azurduy, Joaquín Campana, José Gervasio Artigas, Andresito Artigas, el gaucho Rivero,
Juan Manuel de Rosas, Felipe Varela, José Hernández y Facundo Quiroga, entre otros.
Con la caída de Rosas en 1852 en la batalla de Caseros y diez años después tras la entrega
de la victoria federal de Justo José de Urquiza al unitario Bartolomé Mitre, la flamante Argentina
volvería a caer en una nueva sumisión tras la emancipación de España, esta vez con
Inglaterra. Una vez aniquilados los caudillos federales, los ingleses y demás potencias
coloniales, quienes habían sufrido derrotas militares a mano de un pueblo emergente -1806,
1807,1845- supieron promover la colonización económica y política con la complicidad de
quienes traicionaron sus propias raíces y se zarandearon a contrapelo de fastuosas sumas
dinerarias y promesas de poder, funcionales a la primera acción del general William Carr
Beresford en la primera invasión inglesa de 1806 y que se perputa hasta hoy: tejer una red de
espionaje formada por criollos colaboracionistas al imperio británico, en su mayoría
pertenecientes a la oligarquía porteña que trascendería a lo largo de dos siglos, con nombres y
apellidos que van desde Saturnino Rodríguez Peña a Bernardino Rivadavia, pasando por los
militares fusiladores de 1955 a la guerra de Malvinas. Aunque el colonialismo más fructífero fue
el cultural de dominación de las mentes. La tergiversación de la historia está en esa línea,
cuando la interpretación lógica de los acontecimientos sintetiza que Gran Bretaña lograba
introducirse para que consolide la política de libre cambio de forma absoluta. Fue el propio
Beresford quien nombró al frente de la Aduana porteña a un tal José Martínez de Hoz, sellando
la alianza de esa familia, al punto que ciento setenta años después, otro Martínez de Hoz fuera
elegido al frente del Ministerio de Economía por la dictadura cívico/militar tras el golpe del 24
de marzo de 1976.

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