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Olvido: “El olvido como perdida del recuerdo” (pag 11), deformaciones o excreencias del
recuerdo y la memoria. Lo que olvidamos no son los acontecimientos tal y como ocurrieron,
sino el recuerdo que tenemos de ellos, nuestro punto subjetivo ante un determinado
acontecimiento es el que se olvida o ignora. Lo que olvidamos son fragmentos de un
acontecimiento que ha pasado ya por la subjetividad, es decir, el recuerdo que este provoca
y, por ende, la memoria que se tiene de este. Cabe destacar, que no olvidamos todo ni
recordamos todo, simplemente se hace una selección de imágenes o recuerdos para suprimir
de alguna manera los recuerdos que no son necesarios para el desarrollo, de lo contrario
estaríamos saturados en recuerdos sin espacio para almacenar más. “se debe olvidar el pasado
reciente para recobrar el pasado remoto” (pag 5)
Recuerdo: “la impresión que permanece en la memoria” (pag 11) una impresión llena de
subjetividad en cuanto a la relación del hecho con las sensaciones y el sentido que se percibe
de este, están sometidos a la contingencia del acontecimiento y al efecto que provoca esta
experiencia. Dicho de otra forma, los recuerdos imprimen marcos en la experiencia
(memoria). Los recuerdos no son todos necesarios, algunos deben olvidarse para poder
desarrollar unos nuevos, el autor ocupa como metáfora que “los recuerdos son como las
plantas: algunos deben podarse… algunos deben eliminarse… para ayudar al resto… a
transformarse, a florecer” (pag 11)
Pag 10 “La definición de olvido como perdida del recuerdo toma otro sentido en cuanto se
percibe como un componente de la propia memoria”
Si bien se plantea en un principio que los testigos son los sobrevivientes de algún modo de
sus memorias o de hechos particulares, existe una distancia entre lo vivido (experiencia) y lo
que realmente ocurrió, además de lo que se pude decir sobre él, ya que el recuerdo o las
memorias de dichos acontecimientos están sujetos a los factores subjetivos de esos.