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No existen diferencias entre los hemisferios; y cuando hay diferencias funcionales suelen ser
ligeros sesgos a favor de un hemisferio u otro y no diferencias absolutas. Las capacidades
lingüísticas son un ejemplo de que la lateralización de la función es estadística más que total.
El lenguaje es a capacidad más lateralizada de todas las capacidades cognitivas. Pese a todo
incluso en este caso tan extremo, la lateralización está lejos de ser total; en el hemisferio
derecho se da una actividad lingüística sustancia
En los estudios de neuroimagen digital funcional cuando se realizan con una mano
movimientos complejos, guiados cognitivamente, la mayor parte de la actividad que se
observa en el hemisferio contralateral, sin embargo también se observa cierta activación en el
hemisferio homolateral, y estos efectos homolaterales son sustancialmente mayores en el
hemisferio izquierdo que en el derecho . El hecho de que sea más probable que las lecciones
del hemisferio izquierdo se relacionen con problemas motores homolaterales que las lesiones
del hemisferio derecho es coherente con esta observación.
En un clásico estudio pionero, Levy coloco un cubo tridimensional de una determinada forma
en la mano izquierda y derecha de sus sujetos con cerebro escindido. Luego de que lo palparon
pidió que señalaran el estímulo de prueba bidimensional que representara mejor el aspecto
que tendría el cubo tridimensional si estuviera hecho de cartón y se hubiera desplegado.
Encontró que el hemisferio derecho era superior en esta tarea y que los dos hemisferios
parecían abordar la tarea de distinto modo. La ejecución de la mano izquierda y el hemisferio
derecho era rápida y silenciosa, mientras que la de la mano derecha y el hemisferio izquierdo
era vacilante y solía acompañarse de un comentario verbal simultáneo que a los sujetos les
resultaba difícil inhibir. Levy llego a la conclusión de que el hemisferio derecho era superior al
izquierdo en tareas espaciales. De ahí que los trastornos de percepción espacial, estén
relacionados con daño del hemisferio derecho.
El análisis de los efectos de lesiones cerebrales unilaterales indica que el hemisferio derecho es
superior al izquierdo en la percepción tanto de expresiones faciales, como del estado de
ánimo.
Sperry y Zaidel utilizaron la lente Z para comprobar las reacciones comportamentales del
hemisferio derecho de pacientes con cerebro escindido ante varias imágenes con carga
emocional. Sus reacciones comportamentales fueron adecuadas, lo que indica que el
hemisferio derecho es capaz de la expresión emocional. Además el contenido emocional de las
imágenes se reflejaba en el habla de los pacientes y en el comportamiento no verbal. Esto
sugería que la información emocional se traspasaba de alguna forma del hemisferio derecho al
izquierdo, verbal, de los sujetos con cerebro escindido.
El hemisferio izquierdo de los de sujetos con cerebro escindido procede igual que el de los
sujetos del grupo referencia: intentan encontrar un significado más profundo en sus recuerdos
y como resultado realizan mal esta tarea. Por el contrario el hemisferio derecho, no trata de
interpretar sus recuerdos y aprende rápidamente a aumentar al máximo sus respuestas
correctas eligiendo siempre la luz de arriba. El hemisferio izquierdo trata de situar su
experiencia dentro de un contexto más amplio, mientras que el hemisferio derecho atiende
estrictamente a los aspectos perceptivos del estímulo.
Un examen superficial sugiere que los hemisferios son imágenes especulares uno del otro
pero no lo son: se han demostrado muchas diferencias anatómicas entre ellos. La mayor parte
del esfuerzo de investigación se ha centrado en probar asimetrías anatómicas en el área de la
corteza que son importantes para el lenguaje: plano temporal, la circunvolución de Heschl y el
opérculo frontal.
Las técnicas de neuroimagen del cerebro humano in vivo han hecho más fácil examinar la
relación entre determinadas asimetrías anatómicas y determinadas medidas de rendimiento.
Dichos estudios son importantes porque ofrecen la posibilidad de revelar las ventajas
funcionales de la lateralización cerebral. Uno de estos estudios es el de Schlaung y
colaboradores. Que utilizaron resonancia magnética estructural para determinar la simetría del
plano temporal y relacionarla con el oído absoluto (capacidad de identificar el tono de notas
musicales aisladas). Se ha comprobado que el plano temporal está más lateralizado en el
hemisferio izquierdo en músicos con oído absoluto que en personas que no se dedican a la
música o en músicos sin oído absoluto.
Aunque la mayoría de los estudios se han hecho en torno a la neuroanatomía macroscópica,
otros ya están enfocando sus estudios a las estructuras neuroanatòmicas microscópicas,
correspondiente a los circuitos de dichas zonas.
Hay varias teorías sin embargo todas se centran en lo mismo: resulta ventajoso que las zonas
del cerebro que realizan funciones similares se localicen en el mismo hemisferio. Pero cada
teoría postula diferencias entre las funciones del hemisferio izquierdo y el derecho. A
continuación se presentan tres teorías destacadas de la asimetría cerebral.
Teoría analítico-sintética
Sostienen que existen dos modos básicos de pensar, un modo analítico y un modo sintético,
que han llegado a separarse durante la evolución en los hemisferios izquierdo y derecho
respectivamente. Conforme a la teoría,
Puesto que no es posible especificar el grado en que una tarea requiere procesamiento
analítico o sintético ha sido difícil someterla a pruebas empíricas.
Teoría motora
Según esta teoría el hemisferio izquierdo está especializado no en el control del habla en sí
misma, si no en el control de movimientos de precisión, de los que el lenguaje es solamente
una categoría.
Teoría lingüística
La teoría se basa en gran parte en el estudio de personas sordas que utilizan el lenguaje de
señas americano y que después han sufrido una lesión cerebral unilateral.
A este modelo lo componen siete elementos: corteza visual primaria, circunvolución angular,
corteza auditiva primaria, área de Wernicke, fascículo arqueado, área de broca y corteza
motora primaria todos en el hemisferio izquierdo.
Los dos ejemplos siguientes ilustran como se supone que opera el modelo. En primer lugar
cuando se tiene una conversación, las señales auditivas provocadas por el habla de la otra
persona se reciben en la corteza auditiva primaria y se trasmite al área de Wernicke, donde se
comprenden. Si hay que dar una respuesta, el área de Wernicke genera la representación
neural de la idea en que se basa la respuesta y se trasmite al área de broca a través del
fascículo arqueado izquierdo. En el área de broca, esta señal activa el programa oportuno de
articulación, que activa a las neuronas adecuadas de la corteza motora primaria y, finalmente,
a los músculos articulatorios. En segundo lugar, cuando se lee en voz alta, la señal que recibe la
corteza visual primaria se transmite a la circunvolución angular izquierda, la cual traduce la
forma visual de la palabra a su código auditivo y lo trasmite al área de Wernicke, donde se da
la comprensión. El área de Wernicke desencadena entonces las respuestas oportunas en el
fascículo arqueado, en el área de broca, y en la cortea motora, respectivamente, para producir
los sonidos del habla adecuados.
Explore su cerebro
Según el modelo de Wernicke y Geschwind, las siete áreas siguientes de la corteza cerebral del
hemisferio izquierdo intervienen en actividades relacionadas con el lenguaje.