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Sentir y motivación.
La Iglesia ha sentido de parte de Dios que debemos prepararnos para el desempeño laboral siempre que
esto sea posible. Creemos que este sentir, lejos de significar un cambio en nuestra visión misionera o ir en
detrimento de la misma, producirá un nuevo avance en la obra al generar obreros preparados para
procurarse el sustento y para bendecir a la Iglesia con sus habilidades profesionales. Hemos visto con
tristeza como algunos hermanos se vieron imposibilitados de dedicarse al ministerio, pues debieron
disponer gran parte de su tiempo trabajando en lo que sea para poder sustentar su vida y la de su familia.
Trabajar es un mandato bíblico (“el que no trabaja, que no coma” 2ª Tesalonicenses 3:10), y lo haremos
mejor si tenemos una profesión. Pero –mas allá de la orden de hacerlo- podemos mencionar ventajas que
la preparación profesional traerá en siervos jóvenes.
Ventajas:
1. La procuración del sustento no será tan complicada y tortuosa, ni exigirá tanto tiempo y esfuerzo.
2. La obra se verá beneficiada con obreros menos preocupados o condicionados por la satisfacción
de las necesidades básicas.
3. Habrá menos temores, ansiedades y resistencias en los padres que envíen a sus hijos al seminario
o a la obra, ya que verán un proyecto de vida mas “sustentable” económicamente.
4. Aportará un desarrollo personal, e intelectual (Algunos aspectos: capacidad de análisis, habilidad
sistemática, etc.).
5. Puede transformarse en un valioso testimonio evangelístico tanto en el ambiente de estudio como
en el ambiente laboral.
Sobre el apunte
Este trabajo está preparado para ser presentado a los alumnos que culminan sus estudios en el Seminario
Ríos de Vida. El lector notará que algunas frases están orientadas específicamente a los seminaristas, pero
fácilmente se pueden adaptar a la necesidad de cualquier grupo cristiano que necesite ser orientado
laboral y vocacionalmente.
Marco Bíblico.
El Trabajo.
La mayoría de los hombres y una cantidad creciente de mujeres, ocupa gran parte de su vida en el
trabajo. Son al menos 8 horas diarias, 40 semanales, 176 mensuales, 2112 anuales… unas 100000 horas
a lo largo de toda la vida. Luego de dormir, es la actividad a la que mas tiempo le dedicamos.
Ocupando un lugar tan preponderante en nuestra vida será de mucho provecho estudiar este tema.
El uso común define a la palabra “trabajo” como a todas las tareas que hacemos para proporcionar
sustento y bienestar. En general se traduce en una transacción entre personas (yo te doy, tu me das);
aunque también puede incluir la interacción con el medio (siembra, ganadería).
Este precepto también determina nuestra relación con los jefes o superiores. Ahora bien, la Biblia habla
de “amos”: gracias a Dios la esclavitud abierta ya no es un problema generalizado en el mundo
occidental. Pero el pasaje sigue teniendo validez, podemos –sin forzar la Escritura- cambiar la palabra
“amo” por “jefe”. Y fácilmente se deduce que debemos ser respetuosos, serviciales, dispuestos y
pacientes con nuestros jefes.
Esta relación tiene dos direcciones: el empleado con el jefe y el jefe con el empleado. La Biblia no
olvida esta última, en el mismo pasaje nos habla de ella (Colosenses 3:22-4:1). Al igual que el empleado,
el jefe también debe ser respetuoso y considerado. Y se hace una advertencia mas para ellos: deben
pagar por el trabajo realizado (Jeremías 22:13 Remunerar los trabajos del prójimo; Santiago 5:4
Advertencia a jefes que no pagan).
Todos estos preceptos deben llevarse al máximo cuando tratamos entre hermanos, es decir, debo respetar
y servir aún mejor a mi jefe creyente; debo respetar y considerar aún mas a mi empleado cristiano.
La Profesión.
Convenida la legitimidad y necesidad del desempeño laboral del cristiano, nos plantearemos la necesidad
de que cada hermano tenga su profesión. Y tener una profesión implica preparación, aprendizaje. No
preparase para desarrollar una profesión bajo la consigna de no robarle tiempo a la obra, no es mas que
“pan para hoy, hambre para mañana” pues el que está desprovisto de profesión consigue con mucha
dificultad un empleo y este es mal remunerado. Así que, en vez de bendecir a la obra del Señor, a la larga
Seminario Ríos de Vida (Casa Bíblica)
seminario@riosdevida.com - http://seminario.riosdevida.com
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Orientación Laboral y Vocacional
Pablo Sparta
terminará siendo una carga para la congregación que tendrá que auxiliarlo económicamente. Por otro
lado, deberá trabajar más para ganar poco, por lo que podrá dedicarse menos a la Iglesia y la obra.
Concluyamos que, siempre que sea posible y no haya urgencias, lo conveniente es prepararse para
trabajar.
En la Biblia encontramos diversas profesiones, algunas derivadas de la capacitación, otras de la
experiencia (por las características de las mismas).
Como habremos podido notar, en la antigüedad había un número limitado de profesiones y un pequeño
número de ellas requería capacitación formal.
En los últimos 200 años esto ha cambiado en forma notable, diversificándose las profesiones y siendo
cada una de ellas muy específica en su campo. Por otro lado, cada vez menos profesiones son las que se
aprenden en forma tradicional, es decir, como auxiliar de un oficial o maestro, tendiendo todas las
profesiones a tener una educación formal.
El día de hoy, para poder desempeñar una profesión como las que eran corrientes en la época bíblica, será
necesario estudiar.
Sobre la capacitación secular la Biblia habla poco por no estar tan desarrollada y difundida en esa época.
Todos los niños –en el tiempo neotestamentario- tenían cierta enseñanza básica, muy relacionada con lo
religioso. Luego, la mayoría de ellos, aprendía la profesión del negocio familiar (agricultura, ganadería,
pesca, carpintería, orfebrería, perfumería, cerámica, herrería...).
Pero podemos aplicar a la capacitación la norma que nos llama a la excelencia en todo lo que hagamos:
1°Corintios 10:31 Por tanto, ya sea que comáis o bebáis, o que hagáis otra cosa, hacedlo todo para la
gloria de Dios.
Difícilmente un mal profesional llevará gloria a Dios en su profesión. Como cristianos apuntamos a hacer
bien todo lo que hacemos, por lo menos, a intentar que salga bien.
Entonces, si vamos a desarrollar una profesión, debemos hacerlo bien. Y para hacerlo bien hay que
capacitarse, lo que normalmente implica estudiar.
Estudiar implica disminución del tiempo
El estudio, como bien sabemos, es un gran esfuerzo.
dedicado a la Iglesia en comparación con el
Implica superar nuestras propias marcas y renunciar a
que se disponía estando en el seminario:
cosas. Aún renunciar a cosas buenas. Tendré menos
menor cantidad de cultos (lo que constituye
tiempo para otras cosas, para la familia, para los
una buena prueba para desafiar nuestra
amigos, para los hobbies... incluso para las
relación personal con Dios), estar
actividades de la Iglesia. Pero es una renuncia
involucrados en menos ministerios, etc. . No
temporaria, con un gran bien por delante.
obstante, en muchos casos se puede adecuar
los horarios de cursada en función de los
horarios de cultos.
La juventud debe ser bien aprovechada a propósito de las ventajas que presenta para estudiar y
capacitarse. Esto puede significar que ciertos deseos o proyectos que tengamos deberán ser relegados
para una etapa posterior.
La vida está llena de etapas diferentes. Cada una de ellas conlleva un período de tiempo definido que
tiene ciertas características específicas identificatorias de la misma.
Algunas de estos períodos son: la niñez (con sus sub-etapas o “estadios” bien definidos), la adolescencia,
la juventud, el matrimonio (en sus distintas subetapas: comienzos, establecimiento, crianza, madurez,
etc.), la vejez.
La etapa de la Juventud.
La juventud es, por excelencia, la etapa de la preparación. Es la etapa en donde nuestras ideas se van
formando, nuestra forma de pensar se va moldeando, nuestros gustos se van definiendo y, en
consecuencia, vamos tomando decisiones que marcan el rumbo de nuestra vida. Y justamente, la
preparación o educación que recibimos en esta etapa, tiene incidencia directa en nuestra forma de pensar
y, por tanto, en las decisiones que tomamos. Éste es uno de los factores que la hace tan valiosa.
Las características de la juventud la transforman en el período óptimo para capacitarse.
Características:
• Tenemos el mayor vigor físico de la vida para esforzarnos al máximo (es por esto, por ejemplo, que
la vida “útil” de los atletas se desarrolla centralmente en esta etapa de la vida).
• Nuestro intelecto comienza a estar bien lúcido para ser desarrollado ante las exigencias y disciplina.
• En general, salvo excepciones, no tenemos una familia a quien debemos sostener económicamente, a
quien alimentar, vestir, etc.. Quizás en muchos casos nuestro aporte económico sea importante, pero en
general no somos los responsables máximos del sostén del hogar.
• No sólo estamos exentos de la responsabilidad económica del sostén del hogar. Tampoco tenemos
las responsabilidades que un matrimonio e hijos exigen, en cuanto a variadas áreas (crianza, etc.).
• Otra cosa destacable, y ahora referida a lo espiritual: en esta etapa no tenemos la carga de una iglesia
o una obra a nuestras espaldas. No que nuestros ministerios no nos requieran esfuerzo ni sean de menor
valor. Pero en general no nos toca ser responsables de llevar la carga de toda una iglesia a cuestas, del
pastoreo de una iglesia, o de una gran parte del pueblo de Dios.
Todas estas cosas hacen que la etapa de la juventud sea la más adecuada para esforzarse en aprender. Para
errar y corregir, y aprender. Y esto, en todos los aspectos. En el aspecto espiritual, y en el natural.
Capacitarse. Adquirir habilidades. Desarrollar talentos. Es la etapa de “oro” para formarse. Y por eso no
debemos desaprovecharla. Debemos ser conscientes de todas las ventajas que presenta, y sacarle el
máximo provecho. Y a veces, hemos de luchar con ciertas ansiedades que se nos presentan, que nos
pueden abrumar, pero que pertenecen a una etapa posterior:
1. ansiedades económicas (me dedico a juntar dinero, por eso trabajo más, dejando quizás de lado la
oportunidad de capacitarme para tener en el futuro una tranquilidad mayor);
2. ansiedades afectivas (buscar compañera/o por todos los medios);
3. deseos de trabajar mas en la Iglesia, de dedicarle mas tiempo.
“Para todas las cosas hay sazón, y todo lo que se quiere debajo del cielo, tiene su tiempo:” (Eclesiastés
3:1). Ya llegará el tiempo de hacer todo lo demás. Pero así como una escalera se sube de a un escalón, así
debemos pasar por cada escalón de nuestra vida para llegar arriba. Uno de los escalones ineludibles de la
juventud de llama “preparación”... y es necesario que lo transites.
Elección vocacional.
Los autores M. M. Casullo y A. N. Cayssials sugieren que “para tomar una decisión vocacional el sujeto
debe autopercibirse eficaz en alguna esfera de trabajo posible”. Esto quiere decir que para poder elegir
una profesión, debemos pensar que somos útiles y capaces para algo. Y no quepa ninguna duda: Dios nos
hizo a todos particularmente útiles, aunque distintos. Por ello, cada uno de nosotros tendrá distintas
capacidades, tanto en lo espiritual como en lo secular.
Aún si superamos esta barrera de la “autopercepción”, restan otras que mencionaremos a continuación:
a. Ausencia de metas, objetivos.
Ejemplos:
• “No me interesa estudiar”. No es cuestión de gusto, sino de “deber”: es prestar atención a
lo que puede ser la voluntad de Dios para mi vida.
b. Existencia de barreras afectivas: ansiedad extrema, temor al fracaso.
c. Conflicto entre metas.
Ejemplos:
• “No quiero estudiar (capacitarme) pues quiero dedicar mi vida a Dios: quiero ser
misionero.” La profesión puede ser una herramienta muy útil y complementaria para un
misionero (teniendo en cuenta el concepto de misionero tal como lo define el pastor
Daniel García).
• “No quiero estudiar (capacitarme) pues Dios exige dejarlo todo.” ¿“Dejar todo” significa
no estudiar? ¿No es más bien una disposición de corazón?
• “No quiero estudiar (capacitarme) pues no tendré tiempo para el ministerio al salir de
CB.” Sin embargo, es una buena inversión a largo plazo para disponer de más tiempo en
el ministerio más adelante, en los años en que esté más maduro.
• “Tengo miedo de irme tras las cosas naturales”. Nos hemos preparado dos (o tres) años
comprendiendo que el verdadero valor lo tiene aquello que no se ve, lo eterno. Estamos
conscientes de esto de antemano. Ahora debemos prepararnos en lo natural sabiendo que
es sólo un medio, valioso, pero medio al fin, para la obra de Dios. Debemos velar por
tener estas cosas siempre claras, y examinar nuestras motivaciones continuamente.
d. Ausencia de modelos identificatorios.
A veces se complica la decisión cuando nadie de nuestro entorno cercano se
ha capacitado para desempeñar una profesión.
Para tomar esta decisión tendremos que identificar cuáles son los factores que inciden y el peso que tiene
para nosotros cada uno de estos factores.
Se cita a continuación los puntos que se generalmente se tienen en cuenta al tomar una decisión
vocacional:
Gracias a Dios tenemos a los pastores y líderes que nos ayudan a oír la voz de Dios
en todo este proceso. Ellos tampoco querrán tomar la decisión por nosotros, pero
nos acompañarán y guiarán.
• Mis gustos.
La carrera laboral a la que me voy a abocar no puede ser algo que no me agrade. No
podré realizar 8 horas por día, todos los días de la semana, una tarea que no soporte.
El gusto tiene un papel preponderante.
• Mis habilidades.
La capacidad de hacer determinadas cosas me va a ir indicando el camino a seguir.
Es improbable que me vaya bien en una actividad en la que no tengo ninguna
habilidad natural (aclaración: es improbable pero no imposible cuando nuestra
motivación es fuertísima). También intervendrá aquí mi capacidad de estudio, mi
coeficiente intelectual, mi perseverancia, etc...
• La remuneración.
La relación entre la cantidad de tiempo que trabajo y la retribución económica es
una buen indicador para medir el nivel de remuneración. En principio, veamos que
sea una remuneración que nos permita vivir, aunque no nos hagamos ricos.
(Conviene la revisión de avisos clasificados y agrupados).
Entre todos los factores que hemos mencionado en el punto anterior, hay dos que son muy significativos:
nuestros gustos y habilidades. Están íntimamente relacionados con nuestra personalidad.
Para identificar nuestras características, y las áreas laborales que estarían relacionadas con ellas, existe
cierta cantidad de tests que pueden orientarnos (ver http://www.tutoria.com.ar/carreras_universitarias.htm#test). Sin
embargo no olvidemos que es una orientación, que la decisión no saldrá de allí.
Para el psicólogo John Holland (1959) la elección ocupacional está muy relacionada con las
características de personalidad.
Las personas proyectan sus autopercepciones así como sus visiones del mundo al hacer una elección
vocacional. Las características concretas de los ambientes laborales exigen que los sujetos traten de
ajustarse a ellas, para lo cual es necesario que desarrollen determinadas habilidades y características de
personalidad. Basado en ello, Holland investiga las que denomina orientaciones ocupacionales, que tienen
que ver con las características de las personas. Según esas características, se realiza una clasificación de
las personas:
Una vez identificada el área de interés (por ejemplo: medicina) debemos ordenar y utilizar todos los elementos
y factores que hemos mencionado para decidir la profesión en concreto (enfermero, laboratorista,
instrumentista, pediatra, etc.) y la institución donde cursarla. A este efecto se pude hacer varias cosas:
• Charlar con profesionales de diversas áreas.
• Revisar las diversas guías del estudiante.
• Visitar centros de estudio.
Para finalizar.
Nuestra carrera puede transformarse en algo hermoso que glorifique a Dios, y nos de tiempo y dinero para la obra. También
puede ser un estorbo terrible, como ocurre con todas las cosas que se transforman en ídolos, que ocupan lugares que no les
corresponde. Un oficio o profesión no nos apartará del Señor, así como comer o dormir, trabajar o atender a la familia no nos
apartará de Dios, si lo hacemos todo en Dios.
El Señor te guíe en este momento tan importante de tu vida.
Bibliografía y fuentes:
• “Proyecto de Vida y Decisión Vocacional” de Casullo y Cayssials.
• Asesoriamiento de Claudia Sparta.
• Aportes de Leonel Trovato.
• http://www.tutoria.com.ar
¿Qué es mas importante a la hora de elegir la profesión? Priorizar (ordenar según su importancia, de mayor a menor) estos
puntos que se detallan a continuación.
1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
Lee cada una de las siguientes opciones y decide cual se asemeja más a ti. Si la opción se asemeja mucho coloca un 2 a su lado.
Si no te identifica totalmente, coloca un 1 a su lado. Si la opción no te describe en ningún sentido, coloca un 0. Luego
sumaremos los puntos por grupo y veremos con qué grupo estamos más identificados.
Grupo a Puntos
Me gusta trabajar con animales, herramientas o máquinas.
Comparado con otras personas de mi edad tengo destreza con herramientas,
dibujo técnico, máquinas o animales.
Yo valoro cosas prácticas que se pueden ver o tocar, como plantas y animales
que uno puede plantar o criar, o cosas queuno puede construir o mejorar.
Yo soy práctico, mecánico y realista.
Total:
Grupo e Puntos
Me gusta liderar y persuadir gente, y vender cosas o ideas.
Comparado con otros de mi edad, soy bueno liderando gente y vendiendo
cosas o ideas.
Yo valoro el éxito en política, en liderazgo o negocios.
Soy energético, ambicioso y sociable.
Total:
Grupo f Puntos
Me gustan las actividades creativas como el arte, drama, destreza, danza,
Seminario Ríos de Vida (Casa Bíblica)
seminario@riosdevida.com - http://seminario.riosdevida.com
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Orientación Laboral y Vocacional
Pablo Sparta
música o escritura creativa.
Comparado con otros de mi edad, tengo buenas habilidades artísticas en
escritura creativa, drama, destreza, música o arte.
Yo valoro las artes creativas como drama, música, arte o el trabajo de
escritores creativos.
Soy artístico, imaginativo, original e independiente.
Total:
Grupo b Puntos
Me gusta estudiar y resolver problemas matemáticos y/o científicos.
Soy bueno estudiando y resolviendo problemas matemáticos y científicos,
comparado con otra gente de mi edad.
Yo valoro la ciencia.
Soy preciso, científico e intelectual.
Total:
Grupo d Puntos
Me gusta trabajar con números, registros o máquinas, de forma ordenada.
Comparado con gente de mi edad, soy bueno trabajando con registros y
números de manera sistemática y ordenada.
Yo valoro el éxito en el trabajo.
Soy ordenado y bueno siguiendo un plan otorgado.
Total:
Grupo c Puntos
Me gusta hacer cosas que puedan ayudar a la gente como enseñar, proveer
primeros auxilios o dar información.
Comparado con otras personas de mi edad, soy bueno enseñando,
aconsejando, curando, o dando información.
Valoro ayudar a las personas y resolver problemas sociales
Soy útil, amigable y confiable.
Total:
Consulte las características y profesiones del grupo con mayor cantidad de puntaje.
Si tenemos algunas entrevistas con profesionales, aquí hay algunas preguntas que nos ayudarán a conocer mejor su profesión.