Professional Documents
Culture Documents
La primera descripción de casos de leucemia fue presentada por Velpeau en 1827. Once
años después, Donné describió a un paciente con exceso de células blancas y, en 1845,
un paciente con crecimiento del bazo que murió con material purulento en la sangre fue
informado por J.H. Bennett. El término de leucemia fue acuñado por Virchow en 1856.
Posteriormente, avances en el entendimiento de la leucemia ocurrieron rápidamente por
científicos como Ehrlich que desarrolló técnicas para teñir células; Neumann, que describió
que las células de la sangre se originan de la médula ósea y Bowel y Hungerford, quienes
describieron el cromosoma Filadelfia en pacientes con leucemia mieloide crónica. En 1947,
el patólogo Sidney Farber adquirió antagonistas del ácido fólico, provenientes del
bioquímico Subbarow, y los administró a niños con leucemia observando remisión temporal.
Hoy día el progreso científico, como la aplicación de imatinib en ciertas formas de leu-
cemia, ha dado pruebas de la llamada terapia blanco en pacientes con diversos cánceres.
La palabra leucemia (Leukämie) significa “sangre blanca”, (del griego leuco, λευκός:
“blanca” y emia, αἷμα: “sangre”) o Weisses Blut, término que fue propuesto por Rudolf
Virchow (1821- 1902) en 1846.
Leucemia
La leucemia es un grupo de enfermedades malignas de la médula ósea (cáncer
hematológico) que provoca un aumento descontrolado de leucocitos en la misma. Sin
embargo, en algunos tipos de leucemias también pueden afectarse cualquiera de los
precursores de las diferentes líneas celulares de la médula ósea, como los precursores
mieloides, monocíticos, eritroides o megacariocíticos. Las células cancerígenas impiden
que se produzcan glóbulos rojos, plaquetas y glóbulos blancos maduros (leucocitos)
saludables. Entonces, se pueden presentar síntomas potencialmente mortales a medida
que disminuyen las células sanguíneas normales. Las células cancerosas se pueden
propagar al torrente sanguíneo y a los ganglios linfáticos. También pueden viajar al cerebro
y a la médula espinal (el sistema nervioso central) y otras partes del cuerpo.
Epidemiología
La leucemia puede desarrollarse rápida o lentamente. La leucemia crónica crece
lentamente. En la leucemia aguda las células son muy anormales y su número aumenta
rápidamente. Los adultos pueden tener cualquiera de estos tipos; los niños con leucemia,
generalmente, sufren del tipo agudo. Algunas leucemias, con frecuencia, puede curarse.
Otras, son difíciles de tratar pero pueden controlarse. Los tratamientos pueden incluir
quimioterapia, radioterapia y trasplante de células madre. Aún si los síntomas desaparecen,
se podría necesitar tratamiento para prevenir una recaída.
• Infecciones
• Fiebre
• Cansancio
• Sudores nocturnos
Los factores de riesgo para la leucemia en niños incluyen: tener un hermano o hermana
con leucemia, tener ciertos trastornos genéticos o recibir tratamiento con radiación o
quimioterapia. Generalmente, la leucemia infantil se cura con el tratamiento. Las opciones
de tratamiento incluyen: quimioterapia, tratamiento con otros medicamentos y radiación. En
algunos casos, un trasplante de médula ósea y de células madre puede ayudar.
Clasificación
Existen distintos tipos de clasificación, en función del criterio que se utilice para ello.
Según la población celular afectada
Los glóbulos blancos, implicados en la defensa del organismo, pueden ser deficientes o
disfuncionales. Esto puede causar que el sistema inmune del paciente sea incapaz de
luchar contra una infección simple. Debido a que la leucemia impide que el sistema
inmunitario funcione con normalidad, algunos pacientes experimentan infecciones
frecuentes, que van desde las amígdalas infectadas, llagas en la boca, diarrea, neumonía
o infecciones oportunistas.
Por último, la deficiencia de glóbulos rojos produce anemia, que puede causar disnea y
palidez.
• Fiebre que dura varios días sin una causa aparente, sudoración nocturna,
escalofríos.
• Hemorragias frecuentes sin motivo aparente, por ejemplo, sangrado anormal de las
encías o de la nariz.
• Dolor en articulaciones.
• Insomnio, se presenta por diversos factores, entre ellos, por la afectación a nivel
cognitivo de saberse con la enfermedad.
• Fatiga.
Uno de los síntomas frecuentes en este padecimiento es “La fatiga”, relacionada con el
cáncer, misma que tiene efectos nocivos en diferentes dimensiones del ser humano, dado
que somos seres biopsicosociales, afectando entonces, la parte física, social y cognitiva,
así como el funcionamiento profesional del sujeto, causando angustia emocional y espiritual
para los pacientes y sus familias. El National Comprehensive Cancer Network en 2014,
definió la fatiga relacionada con el cáncer como una inusual sensación persistente y
subjetiva de cansancio que no va de acuerdo a la actividad que realiza el paciente de
manera cotidiana, interfiriendo en su funcionamiento habitual.
La palabra leucemia, que significa "sangre blanca", se deriva de la alta cantidad de glóbulos
blancos que la mayoría de los pacientes de leucemia tienen antes del tratamiento. El
elevado número de células blancas en la sangre es evidente cuando se observa una
muestra de sangre afectada bajo el microscopio. Con frecuencia, estas células blancas
extra son inmaduras o disfuncionales. El excesivo número de células también puede
interferir con el nivel de otras células, causando un desequilibrio perjudicial en la proporción
de la sangre.
Algunos pacientes con leucemia no tienen una alta cantidad de glóbulos blancos visibles
durante un recuento sanguíneo normal. Esta enfermedad menos común se denomina
aleucemia. La médula ósea contiene las células cancerosas aún blancas de la sangre que
perturban la producción normal de células sanguíneas. Sin embargo, las células leucémicas
se alojan en la médula en lugar de entrar en el torrente sanguíneo, donde serían visibles en
un análisis de sangre. Para un paciente aleucémico, el recuento de glóbulos blancos en la
sangre puede ser normal o baja. La aleucemia puede ocurrir en cualquiera de los cuatro
tipos principales de leucemia, y es particularmente común en la leucemia de células pilosas.
Etiología
No hay una única causa conocida para todos los distintos tipos de leucemia que existen.
Las causas conocidas, que no son factores intrínsecos de la persona, representan
relativamente pocos casos. Cada leucemia distinta puede tener varias causas diferentes.
La leucemia, al igual que otros tipos de neoplasias, es el resultado de mutaciones del ADN.
Ciertas mutaciones producen la activación de oncogenes o la desactivación de los genes
supresores de tumores, y con ello alteran la regulación de la muerte celular, la diferenciación
o la mitosis. Estas mutaciones ocurren espontáneamente o como resultado de la exposición
a la radiación o a sustancias cancerígenas, además de la probable influencia de factores
genéticos.
Entre los adultos, podemos diferenciar entre los factores biológicos (virus como el virus
linfotrópico T humano) y los artificiales (radiación ionizante, benceno, agentes alquilantes y
quimioterapia para otras enfermedades). El consumo de tabaco se asocia con un pequeño
aumento en el riesgo de desarrollar leucemia mieloide aguda en adultos. El uso y la
exposición a algunos productos petroquímicos y tintes para el cabello se ha relacionado
con el desarrollo de algunas formas de leucemia. También se han descrito casos de
transmisión materno-fetal.
Algunas personas tienen una predisposición genética hacia el desarrollo de leucemias. Esta
predisposición se demuestra por los antecedentes familiares y los estudios en gemelos. Los
afectados pueden tener un solo gen o genes múltiples en común. En algunos casos, las
familias tienden a desarrollar el mismo tipo de leucemia que los demás miembros; en otras
familias, las personas afectadas pueden desarrollar formas diferentes de leucemia o
neoplasias relacionados con la sangre.
Diagnóstico
El diagnóstico se basa generalmente en repetidos conteos sanguíneos completos y un
examen de médula ósea tras los síntomas observados. La biopsia de un ganglio linfático
puede realizarse también para diagnosticar ciertos tipos de leucemia en algunas
situaciones. Una vez diagnosticada la enfermedad, una analítica sanguínea puede utilizarse
para determinar el grado de daño al hígado y a los riñones o los efectos de la quimioterapia
en el paciente. Para observar los posibles daños visibles debidos a la leucemia, se pueden
utilizar radiografías (en huesos), resonancia magnética (cerebro) o ultrasonidos (riñón, bazo
e hígado). Las tomografías computarizadas rara vez se utilizan para revisar los nódulos
linfáticos en el pecho.
Si bien algunas leucemias tienen carácter fulminante, otras pueden ser enfermedades
indolentes, de presentación insidiosa. Ya que no existe ningún síntoma que por sí solo y de
manera específica permita diagnosticar esta enfermedad, siempre debe descartarse la
presencia de leucemia en presencia de manifestaciones clínicas sugerentes, tales como un
hemograma alterado. El método más seguro para confirmar o descartar el diagnóstico es
mediante la realización de un mielograma y, solo en casos seleccionados, puede ser
necesario realizar una biopsia de la médula ósea.
Tratamiento
El tratamiento de la leucemia puede incluir:
Posible cura
En 2014, investigadores de Minnesota (Estados Unidos) han conseguido acabar con la
leucemia de una mujer de 50 años inyectándole una dosis masiva de una cepa
genéticamente modificada del virus del sarampión de tipo MV-NIS.
La realidad peruana
Aunque el cáncer en niños es raro, la leucemia linfática aguda es la neoplasia más común
entre los menores de edad. Según estimaciones del Ministerio de Salud, aproximadamente
un 40% o 45% de los niños que tienen cáncer padece de leucemia y cada año se presentan
unos 600 casos nuevos, de los cuales solo el 70% recibe atención médica. "El 30% restante
no recibe tratamiento, probablemente porque están en regiones alejadas donde no hay
acceso a la atención médica, y la enfermedad sin el tratamiento adecuado es fatal", dijo
Julio Barredo, hematólogo, oncólogo y pediatra de la Universidad de Miami (EE.UU.).
Los padres de familia deben estar alertas porque la leucemia es un tipo de cáncer en la
sangre que presenta síntomas muy vagos y puede incluir afecciones comunes a otras
enfermedades virales, como fiebre, falta de apetito, malestar o dolor articular, que pueden
confundir incluso a los especialistas. "Lo más importante es identificar la persistencia de
estos síntomas, pues si son benignos se resolverán rápidamente, pero cuando no se
resuelven hay que pensar en otras cosas", dijo Barredo.
Mientras en países como EE.UU. y en Europa el 90% de los niños con leucemia se cura,
en Perú la cifra bordea apenas entre el 35% y 45%. Una de las razones más importantes
de la poca sobrevivencia es el alto porcentaje de abandono del tratamiento. Pero además
la atención enfrenta muchas dificultades, pues la mayoría de centros de atención
especializada están ubicados en Lima, pero la mayor cantidad de pacientes viene de
provincias. "La mayoría no cuenta con recursos para permanecer mucho tiempo en la
capital y se va. Asimismo, faltan medicamentos de calidad y más camas en los centros de
atención especializada para albergar a más pacientes", señaló Sergio Murillo, jefe del área
de Trasplantes del INSN-San Borja.