You are on page 1of 28

Dios en nosotros

por Gabriele

Lo que yo deseo es abogar por Dios, no por


mí, no por una comunidad tradicional, sino
únicamente por Dios. Deseo que mis seme-
jantes Le lleguen a conocer a Él.
Yo he encontrado a Dios, la Vida, en lo más
profundo de mi alma, y sé que Él nos ama a
todos, pues, siendo Él nuestro Padre eterno,
nos ha visualizado y creado en el corazón.
Dios está siempre presente. Él está en la natu-
raleza. Él es la vida, es la luz en cada animal,
en cada planta, en cada piedra, en cada ma-
jestuoso árbol. Dios está en lo profundo de
su alma. Dios está con usted y en usted.

© Verlag DAS WORT GmbH


Vida Universal por Gabriele
Apartado 8458, 28080 Madrid - España
Tel. +34. 689 886 056
www.editorialvidauniversal.com
Lea también:

La obra del
Cristo de Dios
y de la
Sabiduría divina
Dios en nosotros
Según Platón, el significado de sabiduría,
Procedente del programa de televisión que en griego es «Sofía», es «el conocimiento de las ideas divinas». La
sabiduría unifica en sí muchos valores elevados: conocimiento, com-
del mismo nombre, prensión, así como entendimiento y discernimiento, también facultad de
pensar y experiencia, lo mismo que aplicación, inteligencia y una buena
dado por Gabriele, capacidad de juicio. La Sabiduría divina es la acción, los hechos. La
la profeta y enviada de Dios verdadera Sabiduría divina empieza siempre por el respeto a Dios, y por
eso sobrepasa toda sabiduría humana. Sin observar una medida elevada,
para nuestro tiempo. sin honradez, justicia y veracidad no hay Sabiduría divina.
¿Quién o que es la Sabiduría divina? ¿Por qué fue expulsada de la teo-
logía? ¿Quién es el Consolador, quién la «elevada mujer» de quien se
habla en la Biblia? ¿Y por qué sabemos tan poco sobre los profetas?
Los autores extienden un amplio arco sobre la obra del Cristo de Dios
y de la Sabiduría divina desde los comienzos hasta hoy. En forma fácil
de entender se muestra quién vive y obra en este tiempo en la Tierra: el
serafín de la Sabiduría divina en cuerpo terrenal.
Permita que toquen su corazón la discreta perseverancia y el amor
soberano con los que la Sabiduría divina ha obrado en todos los tiempos
por el bienestar interno de nosotros los seres humanos, así como vuelve
a obrar en esta época.
Existe un DVD para este libro. Acompañe en él a Gabriele, la profeta y
enviada de Dios para nuestra época, durante un paseo por la Tierra de
la Paz. Vea lo que por su mediación ha sido transformado del mundo
de siete dimensiones a las tres dimensiones, y todo lo que ha surgido.
Y escuche lo que algunas personas que conocen a Gabriele dicen sobre
ella.

300 págs., nº de pedido: S456es, PVP 16 Euros, ISBN 988-482-510-729


© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

Dios en nosotros
Estimados lectores:
Precisamente en la época actual, el tema
«Dios en nosotros» constituye para muchas
personas una provocación. Cuando en los
medios de comunicación se lee y escucha
lo que está sucediendo en este mundo, la
palabra «Dios» va siendo relegada cada vez
más a un segundo plano, y aún más la expre­
sión «Dios en nosotros». Se oye ha­blar de las
catástrofes que aquejan a este mundo y de
cómo se comportan muchas per­sonas, de
cómo tratan a sus seme­jan­tes, viviendo en
discordia con aquellos que no comparten su
forma de pensar. La Tie­rra, con sus ani­males
y plantas, sufre bajo el fraude que se hace al
poner a todo la fal­sa etiqueta de «cristiano»,
así como a raíz del egoísmo de los explota­
dores. Cada cual tiene sus argu­mentos para
explotar la tierra, para tor­turar y matar a los
anima­les y para destruir la natu­raleza. Y todo
1
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

es­to con seguridad no tiene na­da que ver ni


con Dios ni con Jesús.
Y de pronto viene una persona que se per­
mite sostener afirmando: Dios en no­sotros.

En los últimos tiempos muchas, pero mu­


chas personas están abandonando las
institu­cio­nes llamadas Iglesia. Una y otra
vez se escu­cha hablar de los excesos de la
casta sacer­dotal, de falsedades, menti­ras, y
aún más, de innumerables perversio­nes y
excesos que uno mejor no quisiera lla­mar
por su nombre, a no ser que se ha­ble de las
atrocidades y de la escoria de la hu­manidad.
El número de personas que se salen de la
Igle­­sia aumenta cada vez más. Muchos es­tán
decepcionados de su institución ecle­sial, en
la que hasta ahora habían creído y con la
que estaban familiarizados, para buscar allí
a Dios. Otros, por su parte, mue­ven incré­
dulos la cabeza y dicen: «¡Dios no existe! Y
si existiese, ¿dónde está?».
2
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

Los superiores de la Iglesia ya no son dig­nos


de crédito, y los partidos desvarían ha­blando
del bien común y de asuntos so­cia­les. Si
se observa todo más profun­damente, se
descubre que de lo que se tra­ta es de los
dividendos bursátiles, del bien personal. En
Alemania gobiernan par­tidos que llevan en
sus siglas la C de cristia­nos, siendo este país
el tercer exportador de armas del mundo, a
pesar de que el go­bierno dice ser «cristiano».

Mientras el gobierno –expresándolo en


una imagen– siga siendo el que sostiene
el es­tribo de la casta sacerdotal, es decir,
sub­ven­cionando en Alemania a la Iglesia
con 14 mil millones de euros al año, la si­­
tua­­ción no cambiará mayormente, por­que
el Estado confesional que sujeta el es­tribo,
y a la vez el jinete confesional que con­duce
al caballo, no considerará ne­ce­sario cambiar
su com­por­tamiento para con Dios y sus se­
mejantes. Además, las Iglesias y catedrales
3
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

son restau­radas con miles de millones, que


en defini­tiva tiene que aportar el Estado, es
decir, no­sotros, los ciu­dadanos. Y esto, a
pesar de que en las Bi­blias de los sacerdotes,
a las que se re­mite la casta sacerdotal y que
ven­de a sus fieles como la verdad absoluta,
se lee: «Dios, que ha creado el mundo y
todo lo que hay en él, Él, el Señor del Cielo
y de la Tierra, no vive en templos hechos
por ma­no humana».
A los ciudadanos se nos carga con impues­tos
y se nos desangra cada vez más, de mo­do
semejante a como se tortura a un gallo para
convertirlo en un capón, que des­pués llega
como asado de Navidad al plato del Pa­pa
Benedicto, como se mostró hace al­gunos
años en los medios de co­mu­nicación.

¿Qué dijo Jesús, el Cristo? «Todos los que


tomen la espada, morirán bajo la espada».
Este mundo muestra cómo somos los seres
humanos: guerras, asesinatos, homicidios,
4
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

hambre, sufrimiento, enfermedades, epide­


mias, martirio interminable de los animales;
y luego surge la pregunta: ¿Dónde está Dios?

Y por su parte otro dice: «El cuento de Dios


lo creí por un tiempo, pero ahora ya no lo
creo. Dios no existe».
¿Pero qué puede hacer Dios con ese mon­
tón de basura que es el producto de la ne­
ga­tividad humana? ¿Tiene que acabar de
des­truirlo totalmente? Dios no tiene que
hacerlo, pues esto lo hacemos los seres hu­
ma­nos mismos, dado que nosotros so­mos
los que hemos convertido a este mun­do y a
es­ta Tierra en lo que es, y no Dios.
Estimados semejantes, más de uno entre us­
tedes es una persona con buena ca­pa­ci­dad
de análisis. ¿Puedo hacer una pre­gun­ta a una
persona tal y a todos los que ahora mueven
in­crédulos la cabeza? ¿Es us­ted un animal de
rebaño que asiente a todo? ¿Es usted una per­
sona que cree lo que seres humanos quie­ren
5
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

hacer creer a otros seres humanos, cuando


éste o el otro hablan de Dios? ¿Es usted el
animal de re­baño que necesita una iglesia
de piedra, una tradición y una confesión, y
de este modo a sacerdotes dog­máticos? ¿O
es us­ted una persona de espíritu libre que ha
apren­dido a medir y sopesar, y que no cree
a cualquiera que le quiera en­gañar con algo,
aunque sea la promesa de que Dios está aquí
o allí, o incluso diciendo que el caos de este
mundo es un «misterio» de Dios?

Yo soy sólo un ser humano, así como todos


somos seres humanos. Quien promete algo a
alguien, debería también poder de­mos­trar­lo.
Ninguna persona le puede pro­meter a otra
persona que encontrará a Dios por me­dio de
las indicaciones y reco­menda­cio­nes que ella
le dé. Tampoco yo puedo ha­cer­lo. A Dios no
se le puede en­contrar aquí o allá, Dios es la
Vida en no­sotros, en cada uno de nosotros.
De acuerdo con nuestra disposición inter­
6
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

na, somos personas sociales, comunitarias.


Nadie debería estar solo, ya que como está
es­crito: «No es bueno que el hombre esté
so­lo». Y no ir tras ningún ser humano signi­
fi­ca encontrar a Dios en uno mismo, pues
so­­la­­mente de esto se desarrolla el verdade­ro
fiel espíritu social y comunitario. En­con­trar a
Dios significa por tanto encon­trarse primero
a sí mismo, en la consciencia de lo que Je­
sús, el Cristo, instruyó a los hom­bres. Entre
otras cosas, Él nos enseñó: «Yo, Cristo, Soy
el Camino, la Verdad y la Vida; nadie llega al
Padre si no es a través de Mí”.

Esto vale también para mí. Yo no me ato a


ninguna persona, tampoco en el caso de
que ésta me prometa muchas cosas, o me
quiera conducir hacia aquí o allí para en­
con­trar a Dios.

Incluso cuando una persona ha encon­trado


a Dios en lo más profundo de su ser, no
le puede demostrar eso a nadie. Un buen
7
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

ejemplo puede ser una indica­ción, pero no


una prueba.
Por consiguiente, mis palabras no compro­
meten a nadie; ellas se refieren a la ense­
ñanza de Jesús, el Cristo, especialmente a
Su promesa: «Yo Soy el Camino, la Verdad y
la Vida». Mi propósito era y es que cada uno
encuentre a Dios por sí mismo. Yo he podido
encontrarle en mí misma, porque no me até
a ninguna persona, sino que me orienté y
me oriento a la enseñanza de Jesús.

En la gran obra manifestada «Ésta es Mi Pa­


labra», leemos que las gentes de su tiem­po
confrontaron a Jesús de Nazaret con pre­
gun­tas relativas a Dios.
Allí se lee:
Se acercaron a Jesús algunos que estaban
lle­nos de dudas y dijeron: «Tú nos has di­cho
que nuestra vida y existencia provie­nen de
Dios, pero nunca hemos visto a Dios, ni tam­
poco conocemos a ningún Dios. ¿Nos puedes
8
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

mostrar a Aquel que Tú llamas Padre y único


Dios? No sabemos si hay un Dios».  

Jesús les respondió diciendo: «Escuchad esta


parábola de los peces. Los peces de un río
conversaban y decían: Se nos cuenta que
nuestra vida y existencia proviene del agua,
pero no hemos visto nunca agua, no sa­be­mos
lo que es. Entonces algunos de ellos, que eran
más listos que los demás, dijeron: Hemos
oído que en el mar vive un pez inteligente y
sabio que sabe de todas las co­sas. Vayamos
a verle y pidá­mos­le que nos mues­tre el agua.
Así fue que algunos de ellos se pusieron en
camino para buscar al gran y sabio pez, has­ta
que por fin llegaron al mar, donde éste vi­vía,
y se lo preguntaron.
Después de haberlos escuchado, éste les
dijo: ¡Oh peces necios, que no pensáis! Pero
unos pocos sois listos, ya que buscáis. En el
agua vivís y os movéis, y allí tenéis vues­tra
existencia; del agua venís y al agua volveréis.
9
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

Vivís en el agua, pero no lo sa­béis. Del mis­


mo modo, vivís en Dios, y sin embargo me
pe­dís: Muéstranos a Dios. Dios está en todo,
y todo está en Dios».

Como ya se mencionó antes, la disposición


interna del ser humano es la comunidad en­
tre todos, pues como se dice: No es bue­no
que el hombre esté solo. Pero si uno se une
con Aquel que en Su enseñanza una y otra
vez nos ha hecho y nos hace cons­ciente que
Él es el Camino, la Verdad y la Vida, Cristo,
y si se sigue Su enseñanza paso a paso, se
to­ma contacto con perso­nas que piensan y
viven de modo seme­jan­te. No obstante, uno
tampoco debería atarse a ellas.
Si reflexionamos sobre la declaración «Dios
en nosotros», podría surgir la objeción:
«¡Va­ya declaración! Es muy exagerada, si se
con­sidera la sociedad actual». No obstante,
en al­gunas Biblias de los sacerdotes está
escrito, conforme a la verdad: «Dios no vive
10
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

en tem­plos hechos por mano hu­ma­na». Esto


provo­ca la pregunta: ¿Y dónde vive entonces
Dios, si no es en iglesias de piedra?

Muchas personas creen que en su interior


está el alma. Ahora se podría filosofar si es así
o no. Pero consideremos por una vez co­mo
un hecho el que estemos vivi­fic­ ados por un
cuerpo de sustancia sutil que no es de este
mundo. Supongamos que en lo más profun­
do del alma, en esta sustancia sutil, está la
vida, está el hálito, DIOS, a quien los seres
humanos expe­rimentamos en la res­pi­ración.
El hecho de la «vida» no lo deberíamos limi­
tar sólo a la envoltura terrenal, al ser hu­ma­
no, que en algún momento expirará y que
no podrá volver a recuperar la res­piración al
inspirar. La vida es eternidad, y a la eter­nidad
la llamamos «Dios» o «Eter­no» o «Exis­tencia
eterna» o «Eterno SER».
Pensemos tan sólo en la naturaleza. La pri­
ma­vera trae más luz, más sol, y la parte de
11
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

la Tierra que se orienta hacia el sol vuelve


a re­cobrar vida. La naturaleza comienza a
reverdecer y a florecer. ¿Y qué sucede con
nosotros? Cuando nos orien­tamos a la luz, a
Dios en nosotros, nuestra alma se vuelve más
luminosa; vivimos más conscien­te­men­te, nos
volvemos más libres y felices; nos tor­na­mos
más sinceros, abier­tos y justos con nuestros
semejantes, por­que nos hemos en­contrado
en Dios, la Vida, y somos fieles a no­sotros
mismos.

Volvamos a nuestro tema: Dios en noso­tros,


Dios en usted, Dios en mí –y a que cada uno
de nosotros es el templo de Dios y que Dios
vive en nosotros. Por consi­guien­te, la vi­da
inmortal, el hálito de Dios está en el fon­do
primario de nuestra alma. La vida fluye a tra­
vés de nuestra alma. Fluye en nuestro cuer­po
celular y nosotros res­pi­ramos la vida. Nues­
tro corazón palpita por­que recibe la vida que
proviene de la vida omniabarcante: Dios.
12
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

Jesús de Nazaret no nos enseñó tradi­cio­nes


eclesiásticas. Jesús no nos enseñó a te­ner
que ir a templos hechos de piedra. Jesús nos
enseñó lo que Él dijo en aquel en­tonces a
los sacerdotes: «Vosotros no os ha­gáis llamar
rabí, porque sólo Uno es vues­tro Maestro,
Cristo».

Entonces se podría preguntar: ¿Dónde está


el Maestro? Es Cristo, la resurrección y la vi­da
en nosotros. El Cristo de Dios es por tan­to
el Cristo de Dios en nosotros. Él es en Dios
la ley del amor y de la libertad. Por tan­to,
como también toda persona, usted es libre
de creer o no creer, de atarse o de li­berarse.

Yo no le quiero atar a nada, ni deseo hacer­


le creer algo; tampoco deseo prescribir lo
que habría que hacer. Quisiera decirle sim­
plemente: experimente lo que yo y muchos
de mis semejantes han experi­men­tado. Ellos,
como también yo, han encon­trado a Dios
13
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

en sí mismos, y así se han con­vertido en per­


sonas con las que es po­sible vivir en común.

Jesús de Nazaret nos enseñó a retirarnos a


un lugar tranquilo y a buscar a Dios en el
si­lencio. Él no nos enseñó a ir a iglesias de
pie­dra. ¿Cómo lo podríamos hacer con ese
lugar o aposento tranquilo?

Por ejemplo, en mi casa he preparado un


pequeño rincón para orar, una mesita pe­
que­­­ña, una silla, una vela. Con el tiempo
pa­ra mí ha llegado a ser una necesidad el
retirarme a rezar o, acompañada de mú­si­
ca armoniosa, ponerme en sintonía y lue­go
dirigir hacia el interior algunas oraciones
pro­fundas y fervientes.

¡Haga la prueba! Disponga un lugar para que


usted pueda rezar. Deje que con la música
y la oración éste se transforme en un lugar
que ejerza una fuerza de atrac­ción en usted.
14
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

Y hágase una y otra vez consciente de que


Dios, nuestro Padre celestial, le ama a usted,
nos ama a todos. Él desea que va­yamos a Él,
porque en el fondo de nuestra alma somos
todos hijos del Reino de Dios. El Reino de
Dios es nuestro verdadero e im­pe­recedero
Hogar, por toda la eter­nidad.

Cada cual es libre de creer o no que él, como


ser humano, es sólo un caminante que lleva
en sí la eternidad. Para existir en este mundo,
nuestra alma ha adoptado transitoriamente
un cuerpo humano. Cuando el cuerpo hu­
mano fallece, el alma prosigue su camino,
y continúa reco­rriéndolo hasta que haya
en­contrado de nuevo el camino al interior,
ha­cia su Crea­dor, a Dios, su Padre, y sea uno
con Él, así como Jesús dijo de Sí mismo: «Mi
Padre y Yo somos uno».

La unidad interna con Dios, nuestro Padre


eterno, nos une como hermanos y her­manas
15
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

que pertenecen al Reino de Dios. El Hogar


eterno en Dios, nuestro Padre, es lo único
que nos puede unir.

Volvamos al rincón o aposento tranquilo. A


usted se le habrá hecho consciente que yo
no le quiero conducir a ninguna agrupación
externa, a ninguna comunidad externa. Yo
sólo deseo animarle a encon­trarse a sí mis­
mo, preguntándose: ¿Quién es usted, quié­
nes somos realmente noso­tros?

Si quiere, encuéntrese a sí mismo y analice


lo que significa que Dios está siempre pre­
sente. Él está en la naturaleza. Él es la vida,
es la luz en cada animal, en cada plan­ta, en
cada piedra, en cada ma­jes­tuoso árbol. Dios
está en lo profundo de su alma. Dios está
con usted y en usted.
Póngase en sintonía con el rincón tranquilo y
así usted será atraído una y otra vez por ese
16
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

lugar, aunque sólo se trate de una es­qui­na


tranquila de su habitación. Man­ten­ga ese
pequeño ámbito, que ha pre­parado para
recogerse en su interior y me­ditar, libre de
malos pensamientos que son puramente
hu­manos. Retírese a ese rincón, con el que
se ha familiarizado, sólo cuando quiera escu­
char música y entregarse a la oración.
Y cuando rece, hágalo dirigiendo su ora­ción
hacia el fondo del alma, es decir, hacia el
interior, puesto que usted mismo es el tem­
plo de Dios, y Dios vive en usted.

Estas explicaciones no han de entenderse


co­mo que son una «hora de enseñanza».
Lo que yo deseo es abogar por Dios, no
por mí, no por una comunidad tradicional,
sino únicamente por Dios. Deseo que mis
seme­jan­tes Le lleguen a conocer a Él.
Yo he encontrado a Dios, la Vida, en lo más
profundo de mi alma, y sé que Él nos ama a
17
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

todos, pues, siendo Él nuestro Padre eterno,


nos ha visualizado y creado en el corazón.
De esto puedo hablar, pero no se lo puedo
demostrar a nadie. Lo sé y no lo puedo de­
mos­trar. Usted y todos nosotros vivimos
eter­namente, porque Dios es eterno. Él,
Dios, nues­tro Padre celestial, nos creó como
seres puros, de sustancia sutil.

Alguna vez fallecerá nuestro cuerpo, pero Su


llamada tiene validez, por ejemplo a tra­vés
de las palabras del Cristo de Dios, que dicen:
«Venid a Mí todos los que estáis agobiados y
cargados; Yo os quiero aliviar».
¿Adónde tenemos que ir entonces, si el Es­
píritu de Dios, del Cristo de Dios, vive en el
fondo de nuestra alma? Pues a Él, que vi­ve
en nosotros.

18
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

Una vez más vuelvo al aposento silen­cioso.


Si usted prepara un rincón tranquilo, una
esquina silenciosa para orar, si en­ciende
una vela y reza para interiorizarse, y tal vez
se po­ne en sintonía con música armoniosa,
no­tará muy pronto que no está solo. Hay
algo en usted que le alienta, que le da valor,
que le desea conducir y guiar.
En algún momento surgirá entonces en us­
ted y en todos nosotros la pregunta: ¿Qué
podría hacer, qué más podríamos hacer para
acer­carnos más a Dios, para trans­formar
hacia lo positivo todo nuestro carácter, toda
nues­tra conducta? Si re­suena este deseo del
cora­zón, recor­da­re­mos los dones divinos
que nos han sido da­dos como indicación:
Los seres hu­ma­nos hemos recibido de Dios,
nues­tro Padre eterno, los Diez Manda­mien­
tos a través de Moisés, y de Jesús, el Cristo,
el Sermón de la Montaña.
La persona que tiene una buena capacidad
de analizar, capta el sentido de los Man­da­
19
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

mien­tos de Dios y del Sermón de la Mon­


taña de Jesús y sabe que se ha anun­ciado
la Nueva Era. ¡Ella viene! Más de uno desea
trans­formarse en una persona nue­va, una
persona libre, una persona en el Espíritu de
Dios, un ser humano que apre­cia la natu­ra­
leza, que la ama, y que con la fuerza de Dios
se encuentra en paz con su prójimo. Es­tos
son los hombres del Nuevo Tiempo, de las
generaciones futu­ras.

¿Quiere participar de ello? Usted no ne­cesita


ningún guía externo –en usted tiene al guía
interno, al Cristo de Dios. Él está en cada
uno de nosotros.

Haga la prueba de encontrarse a sí mismo


para que se acerque a la verdadera vida. Na­
die le puede obligar a hacer algo es­pi­ri­tual.
En el Espíritu de la Verdad, en Dios, us­ted y
todos nosotros somos libres.
20
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

Sin embargo sí que se puede hacer una de­


claración, que es lo que quiero hacer ahora:

Yo amo a Dios, nuestro Padre celestial, por­


que he podido experimentar que Él le ama a
usted y a todos nosotros. Los seres hu­ma­nos
no necesitamos confesiones eclesiás­ticas
ni tradiciones eclesiales. No necesita­mos
sacerdotes ni tampoco intermediarios. Tene­
mos algo en nosotros, esto es, un te­soro, un
tesoro incon­cebi­ble­mente valioso.
Hemos sido llamados por Jesús, el Cristo, a
que desenterremos este tesoro en noso­tros,
pues Jesús nos enseñó: «Yo Soy el Camino,
la Verdad y la Vida». Y Él nos ex­hor­tó di­cién­
donos: «Seguidme».

Yo acometí la tarea de acercarme al tesoro


interno, y no hablo sólo en base a la teoría.
Hablo por experiencia propia, y sé que us­
ted y todos nosotros podemos desente­rrar
el te­soro.
21
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

Me alegro si usted se pone en marcha para


dedicarse a este tesoro extraordinario.

Me alegro si encuentra la paz interna en la


consciencia de la presencia de Dios.

Me alegro si se da cuenta de que no está


solo, que en usted hay algo que llama y
pal­pita, que respira y fluye –es el Espíritu,
es la Verdad, es la Vida en usted, en todos
no­so­tros.

Le deseo el aposento tranquilo.

Le deseo oraciones buenas y fervorosas.

Le deseo que crezca hacia la libertad.

Le deseo la vida en y con la naturaleza.


22
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

Le deseo la comunicación con lo más in­terno


de sus y nuestros semejantes.

En esta consciencia: ¡Un cordial saludo en


Dios y Dios con nosotros!

Gabriele

También puede solicitar GRATIS:


El mensaje de la Verdad
* Ayuda para quienes están enfermos y sufren.
* Usted no está solo.
* Una vida plena hasta en la vejez.
* Un consuelo para cuando se viven ne­ce­sidades
y pesares.
* Perlas de la vida para usted.
* Usted vive eternamente. La muerte no existe.
* Reencarnación.
* El Sermón de la Montaña. El camino hacia una
vida plena
* Los Diez Mandamientos de Dios. Indicaciones
pa­ra una vida con valores elevados.

23
© Verlag DAS WORT GmbH
www.editorialvidauniversal.com

Ésta es Mi Palabra
AyΩ
El Evangelio de Jesús
La manifestación de Cristo
que los verdaderos cristianos han llegado
a conocer en todo el mundo

Mucho de lo que Jesús había enseñado fue ocultado a la humanidad,


pues en la Biblia actual sólo se encuentra lo que Jerónimo (383)
pu­do incluir en los evangelios. En esta gran obra manifestada divina
«Ésta es Mi Palabra» leemos la verdad expresada por Cristo sobre
Su vida, su forma de pensar y vivir siendo Jesús.
Del contenido: La infancia y juventud de Jesús • Los fariseos de
ayer y hoy • Jesús amaba a los animales y siempre los ayudó • El
Sermón de la Montaña • Sentido y finalidad de la vida en la Tierra
• Condiciones para la sanación del cuerpo • Jesús da enseñanzas
so­­bre el matrimonio • Sobre la entidad Dios • Dios no se enoja
ni cas­tiga • La enseñanza de «la condenación eterna» es una burla
a Dios• Sobre la muerte, el renacer y la vida • Igualdad entre el
hom­­bre y la mujer • El futuro de la humanidad • El verdadero sig­­
nificado del acto redentor, y muchos temas más.
1.077 págs., nº de pedido S007es, 10 Euros
ISBN: 978-84-8251-047-9

Solicite gratis más información sobre nuestras publicaciones a:


Verlag DAS WORT GmbH
Max-Braun-Str. 2, 97828 Marktheidenfeld, Alemania
www.editorialvidauniversal.com
24
Lea también:

La obra del
Cristo de Dios
y de la
Sabiduría divina
Dios en nosotros
Según Platón, el significado de sabiduría,
Procedente del programa de televisión que en griego es «Sofía», es «el conocimiento de las ideas divinas». La
sabiduría unifica en sí muchos valores elevados: conocimiento, com-
del mismo nombre, prensión, así como entendimiento y discernimiento, también facultad de
pensar y experiencia, lo mismo que aplicación, inteligencia y una buena
dado por Gabriele, capacidad de juicio. La Sabiduría divina es la acción, los hechos. La
la profeta y enviada de Dios verdadera Sabiduría divina empieza siempre por el respeto a Dios, y por
eso sobrepasa toda sabiduría humana. Sin observar una medida elevada,
para nuestro tiempo. sin honradez, justicia y veracidad no hay Sabiduría divina.
¿Quién o que es la Sabiduría divina? ¿Por qué fue expulsada de la teo-
logía? ¿Quién es el Consolador, quién la «elevada mujer» de quien se
habla en la Biblia? ¿Y por qué sabemos tan poco sobre los profetas?
Los autores extienden un amplio arco sobre la obra del Cristo de Dios
y de la Sabiduría divina desde los comienzos hasta hoy. En forma fácil
de entender se muestra quién vive y obra en este tiempo en la Tierra: el
serafín de la Sabiduría divina en cuerpo terrenal.
Permita que toquen su corazón la discreta perseverancia y el amor
soberano con los que la Sabiduría divina ha obrado en todos los tiempos
por el bienestar interno de nosotros los seres humanos, así como vuelve
a obrar en esta época.
Existe un DVD para este libro. Acompañe en él a Gabriele, la profeta y
enviada de Dios para nuestra época, durante un paseo por la Tierra de
la Paz. Vea lo que por su mediación ha sido transformado del mundo
de siete dimensiones a las tres dimensiones, y todo lo que ha surgido.
Y escuche lo que algunas personas que conocen a Gabriele dicen sobre
ella.

300 págs., nº de pedido: S456es, PVP 16 Euros, ISBN 988-482-510-729


Dios en nosotros
por Gabriele

Lo que yo deseo es abogar por Dios, no por


mí, no por una comunidad tradicional, sino
únicamente por Dios. Deseo que mis seme-
jantes Le lleguen a conocer a Él.
Yo he encontrado a Dios, la Vida, en lo más
profundo de mi alma, y sé que Él nos ama a
todos, pues, siendo Él nuestro Padre eterno,
nos ha visualizado y creado en el corazón.
Dios está siempre presente. Él está en la natu-
raleza. Él es la vida, es la luz en cada animal,
en cada planta, en cada piedra, en cada ma-
jestuoso árbol. Dios está en lo profundo de
su alma. Dios está con usted y en usted.

© Verlag DAS WORT GmbH


Vida Universal por Gabriele
Apartado 8458, 28080 Madrid - España
Tel. +34. 689 886 056
www.editorialvidauniversal.com

You might also like