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El Sentido Cristiano del Trabajo

Mario Gutiérrez J., 8.J. *

INTRODUCCION El objetivo es claro: expresar a


los católicos y a todos los hombres
de buena voluntad que en este mun-
Ante la inminencia de la finaliza- do de transformaciones aceleradas
ción del segundo milenio y a los no- se impone mirar la sociedad y sus
venta años de la magnífica inter- problemas, desde el punto de vista
vención del Papa León XIII (1), cristiano. En una visión optimista
vuelve la Iglesia a dejar oir su voz quiere ser un verdadero manifiesto
magisterial. 8.8. Juan Pablo 11 en la del trabajo humanizado. En este
Encíclica Laborem exercens sobre vértigo de la velocidad y del cam-
el trabajo humano (2) reafirma bio, en- que la persona tiende a con-
vigorosamente la validez de la doc- vertirse en un simple objeto o a en-
trina social católica, respecto a sus tenderse en el contexto del simple
contenidos fundamentales, a sus poseer, la enseñanza pontificia
consecuencias y a su papel en la reviste un tono personal muy defi-
sociedad actual. nido: reivindica la prevalencia del

* Doctor en Teolog{e, Universidad Gregoriana; Profesor de Escatologra, Facultad de Teolog{a,


Universidad Javeriana; Del Centro Ignaciano de Reflexi6n y Ejercicios (CIREI, Bogotá.

(11 Carta Encrclica Rerum Novarum sobre la cuesti6n obrera (15 de mayo de 1891 ,.

(21 Lleva la fecha 14 de septiembre de 1981. El Papa advierte al final que el documento había sido
preparado para que fuese pUblicado el15 de mayo de 1981, con ocasi6n del nonagésimo aniver-
sario de la Enc(clica Rerum Novarum. Solo lo pudo revisar despuás de su permanencia en el
hospital, con motivo del atentedo del 13 de mayo de este año.

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ser sobre el tener y subordina todas tendemos ante todo presentar las
sus consideraciones a la dignidad líneas con textuales de una teología
de la persona humana. No hay duda del trabajo, para indicar en segunda
de que esta es la línea medular del instancia los elementos teológicos
magisterio del Papa actual (3). que nos ofrece el mismo documen-
to papal. Con esto ofreceremos al-
Ya comienzan a percibirse apre- gunos aportes de reflexión en orden
ciaciones positivas sobre este tras- a la comprensión creyente del senti·
cendental documento. Resalta su do cristiano del trabajo.
matiz de actualidad y apertura va-
liente a nuevos planteamientos, fru-
to de nuevas situaciones, sin romper 1. LINEAS CONTEXTUALES DE
en absoluto con el pasado. No tiene UNA TEOLOGIA DEL TRABA-
ningún temor a la denuncia de las JO
dos posiciones que se disputan el
mundo (capitalismo y colectivismo) Ciertamente la Encíclica Labo-
y, sin pretender ofrecer una proyec- rem exercens se inscribe en un con-
ción ideológica, enfatiza los princi- texto teológico, en que comienza a
pios de los que se deducen las obli- colocarse el interés en el trabajo,
gaciones concretas. Aclara muchos entendido como factor esencial en
puntos particulares y es orientación la formación de nuestra civilización
para la persona adulta en la fe. Se y componente fundamental de la
hace obligante una tarea de traduc- cultura. Se trata de algo relativa-
ción del lenguaje, a veces un tanto mente reciente. Hace aproximada-
lejano en algunas formulaciones, y mente unos treinta años, en los
de sacar las consecuencias en orden albores del decenio de los años
a la vivencia cristiana. cincuenta, se inicia el movimiento
en pro de una teología específica
Saludamos con gozo y en unión del trabajo (4). Este encuentra una
con los hombres del trabajo esta buena afirmación, a nivel del Conci-
decidida defensa de la actividad lio Vaticano n, en el decenio
creativa humana. Ciertamente para siguiente.
ellos es un estímulo y un momento
de respiro en medio de su rutinaria En efecto, una teología "dialéc-
labor. En la presente reflexión pre- tica" extrema, en ciertos sectores
(3) Lo ha dado a entender en sus dos primeras encíclicas: Radamptor Hominis V Divas in miseri-
cordia. Ser(a un trabajo interesante el rastrear este motivo en sus numerosas intervenciones ma-
gisteriales orales V escritas.

(4) M. D. CHENU, uno de los adalides de este movimiento, anota el hecho de la no existencia de la
teología del trabajo, mientras ciertamente existe una teología de la guerra, de los negocios V de
la historia. En 1955 afirma que la expresi6n misma es muy reciente, va que, si desde el siglo
XIX se habla de una moral del trabajo, V desde 1935 de una espiritualidad del trabajo, la expre-
si6n teologra dal trabajo solo aparece en 1950. Es una confirmaci6n de que se toma en conside-
raci6n esta realidad humana solo como una materia amorfa, apta para ser moralizada, santifica-
da, a título de deber de estado, pero no se profundiza en su contenido objetivo, para discernir
su valor original (cf CHENU M. D., Por una thaologia du travail Livre de Vie 53 (Paris, Ed. du
Seuil 1955) 11-12; traducci6n al castellano: Hacia una teología dal trabajo (Barcelona, Ed. Este-
la 1965 15-16).

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protestantes, que propugnaba una teología del trabajo, éste es un ver-
desestima total de las realidades dadero acontecimiento, aunque,
terrenas y la eliminación y aun con- como para todas las realidades que
denación de toda actividad propia- se incluyen en esta reflexión teo-
mente humana, ha podido contri- lógica (trabajo, técnica, profesiones,
buír, por reacción, a que la teología historia, arte, cultura, ciencia, socie-
se consagre de nuevo a la interpreta- dad, etc.), su fin próximo e inme-
ción del sentido de las realidades diato no trasciende más allá de este
terrenas; esto unido a una pérdida mundo visible, perecedero, terreno.
general de confianza en la filosofía, En este sentido se denominan "rea-
en estos mismos sectores, que ha lidades terrenas". Por otra parte,
dado lugar a una reflexión estricta- es posible realizar esta reflexión en
mente teológica (5). dos direcciones metodológicas: 1)
Dejar de hablar de un modo exclu-
Esta segunda mitad del siglo XX sivo a las fuentes, especialmente a la
ha sido testigo de cómo la teología Escritura. 2) Interpretar el sentido
se ha hecho más activa y ha adquiri- y finalidad de estas realidades, a la
do nuevos bríos, encarando cues- luz de los hechos histórico-salvífi-
tiones nuevas. En verdad se percibe coso
por todas partes el deseo de sacar a
la reflexión teológica de su autosu-
ficiencia esotérica y lanzarla con No se ignora que el trabajo no
más vigor a las corrientes del mun- sea una realidad fija y permanente,
do; se quiere que tome parte más sino efectivamente sometida al cam-
activa en la configuración de éste; bio, y que en la conciencia moderna
que se enfrente animosamente con ha adquirido una iinflortancia y sig-
las ciencias, la economía, la socie- nificado que eran extraños al mun-
dad y el Estado; que discuta conclu- do de la Biblia. En efecto, no es
siones, dé fórmulas nuevas a sus raro comprobar que una teología
actitudes y se deje estimular por la puramente bíblica del trabajo resul-
realidad histórica que le pide res- ta bastante improductiva y que es
puestas nuevas (6). preciso confrontar las afirmaciones
bíblicas con los conocimientos ac-
Para esta teología de las realida- tuales, o mejor: elaborar una sínte-
des terrenas, en la que se inscribe la sis de ambas cosas (7). Con todo no

(5) Cf DAVID J •• Teologla de las realidades Terrenas, en Panorama de la teologla actual (Fragan
der Theologie heute) Panorama VI (Feiner J.Trütsch J. BOckle F., ed.) (Madrid. Ed. Guadarra-
ma 1961) 677-678. Claro que en ninguna reflexión teológica es posible prescindir totalmente
de los conceptos filosóficos.

(6) Cf ibid. 677.

(7) Cf DAVID J •• La fuerza creadora del hombre. Teología del trabajo y de la técnica, en Myste-
rium salutis. Manual de teologla como historia de la salvaci6n Mysterium salutis. Grundriss heils
geschi~htlicher Dogmatik 11 (Feiner J. LOhrer M., dir.) (Madrid. Ed. Cristiandad 1970) 881.
nota 1. El mismo J. David analiza las conclusiones de dos de los principales ensayos aparecidos
sobre la teología bíblica del trabajo: BIENERT W., Die Arbeit nach der Lehre der Bibel (Stut-
tgart 21956) y RONDET H .• Eléments pour une théologie du travail, en Nouvelle Revue Théo-

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se puede negar que la Biblia, toma- unidad y solidaridad. En esta refe-
da en su totalidad, nos introduce en rencia comunitaria acontece la
la realidad, valor, fatiga y redención exaltación de la justicia y del amor.
del trabajo (8).
Finalmente en la base de esta
Una nueva visión antropológica, teología se coloca Cristo, como
cristológica y cósmica ofrece el te- el recapitulador de todas las cosas,
rreno propicio para el surgimiento el salvador de todo el hombre (no
de la teología del trabajo en su sen- solo de las almas separadas) y de
tido integral. Los nuevos enfoques todos los hombres, de la historia,
suponen en primer lugar una nueva de toda actividad humana.
percepción de la relación entre el
hombre y la naturaleza, la cual no Como aparece claramente en la
es estática, sino dinámica. A través nueva teología del trabajo el senti-
de un trabajo libre y no coacciona- do de éste se comprende en una
do, por una parte el hombre se per- perspectiva de totalidad, con reper-
fecciona y por otra la naturaleza se cusiones de eternidad y de trascen-
humaniza y llega de este modo al dencia. La línea tradicional de la
propio cumplimiento. Realmente Iglesia, según los varios y sucesivos
los descubrimientos de la ciencia contextos culturales no ha logrado
moderna han contribuido especial- comprender rápida y cabalmente
mente a una toma de conciencia esta perspectiva globalizante. Es un
nueva del destino del hombre a hecho que los Santos Padres no
transformar el mundo y a transmi- consiguieron poner de relieve, de un
tir sus propias creaciones a las modo suficiente, el valor de eterni-
generaciones futuras, para que éstas dad del trabajo temporal. Muchos
a su vez prosigan el descubrimiento de ellos, deudores del contexto
. y dominio del mundo en un proce- helenístico, pensaron menos en la
so de humanización creciente (9). resurrección del hombre entero que
en la inmortalidad del alma. La fe
Una nueva teología del trabajo en la resurrección era unánime
postula también una nueva relación entre ellos, pero no alcanzaron a ver
entre una persona y otra. El traba- con claridad que el "cielo nuevo y
jo, como alma del proceso de socia- la tierra nueva" estuviesen com-
lización, revela a la humanidad su prendidas en la resurrección. La

logique 77 (1955) 27-48; 123-143. En ellos se reconoce que, aunque la concepci6n bíblica del
trabajo lo valora positivamente y así se aparta del desprecio griego del trabajo manual, con todo
no relieva debidamente el significado del progreso y de la actividad creativa y configurativa de
la materia y coloca en primer término la realidad del trabajo, como medio de procurarse lo
necesario para la vida. Todo se mueve en un contexto de relativa calma y tranquilidad social y
casi exclusivamente se enfatiza el aspecto de fatiga, miseria y dolor, efectos del trabajo. (Cf
Teologra de las realidades terrenas 680-686).

(8) Cf SURGY P. DE-GUI LLET J., Travail, en Vocabulaire de Thiologie biblique (X. Le6n-Dufour,
dir.) (Paris. Ed. du Cerf 1966) 1073; traducci6n al castellano: Vocabulario da teología bfblica
Biblioteca Herder. Secci6n de Sagrada Escritura 66 (Barcelona, Ed. Herder 1967) 796. Estos
dos autores presentan una buena síntesis de la teología blblica del trabajo (cf ibid. 1072-1078).

(9) Cf ALFARO J., Hacia una teología del progreso humano (Barcelona, Ed. Herd.er 1969) 11.

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gran objeción era que si el universo decisión interna del hombre ante la
camina a la destrucción, qué queda- interpelación de Dios? ¿Habrá que
ría de las obras, construcciones e confonnarse con que toda obra y
instituciones humanas. creación humana desaparece y solo
quedan la fe, la esperanza y el amor
Es notable el hecho de que tam- que se viven en la realización del
bién en las concepciones teológicas trabajo? Este sería el planteamiento
tradicionales más equilibradas, último sobre el sentido del trabajo
como la de Tomás de Aquino, el humano dentro de la cosmovisión
trabajo manual es considerado infe- del cristianismo. Está comprome-
rior al intelectual y la contempla- tido el sentido mismo de la existen-
ción superior a la vida activa. El cia cristiana.
mismo atribuye a este trabajo una
cuádruple finalidad, que en general El programa para una teología
se queda en un campo muy intimis- del trabajo en la perspectiva cristia-
ta e individual: asegurar la subsis- na global queda determinado por
tencia, suprimir la ociosidad, refre- una serie de relaciones del mismo:
nar los malos deseos y dar limos- con la voluntad creadora de Dios,
nas (10). con la encarnación del Verbo, con
/ el gobierno del Espíritu Santo, con
En la perspectiva protestante el pleno desarrollo de la Iglesia, con
Calvino se aparta de la óptica tradi- el señorío de Cristo resucitado y
cional y ve en los éxitos positivos glorioso y con la consumación esca-
de la actividad humana un signo de tológica del cosmos (11). En estas
predeterminación a la salvación. La direcciones debe profundizarse el
línea católica se ha quedado en acti- significado del trabajo humano.
tudes válidas quizás para una econo-
mía estática, pero no aptas para El Concilio Vaticano II se coloca
encuadrar las nuevas fenomenolo- en esta visión de totalidad, al refle-
gías sociales y el surgimiento de xionar sobre la actividad humana.
factores culturales nuevos. Ofrece una nueva visión de las rela-
ciones Iglesia-mundo: en vez de una
El núcleo mismo del mensaje "fuga" de éste, propugna una espi-
cristiano propone la expectación ritualidad centrada sobre el com-
escatológica como actitud primor- promiso con el progreso; en lugar
dial de la existencia humana. Ahora de una ética individualista presenta
bien, el sentido mismo del trabajo en primer plano los compromisos
humano queda comprometido, sociales (cf as 30); reconoce el
ante la realización humana en pleni- valor positivo de la actividad huma-
tud. ¿Tendrán valor la existencia na (cf as 67) y vincula, en perspec-
terrena y la obra del hobre sobre el tiva cósmica, el trabajo a la creación
mundo? ¿El mundo será un simple y a la redención. Efectivamente esta
escenario en donde tiene lugar la es la novedad de sus indicaciones y

(10) ~fSuma Theologica 11-llae, q. 187, a. 3.

(11) Cf DA VI D J .• Teologra de las realidades terrenas 689.

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la gran intuición de fondo: la plena 2.1. En el aspecto personal
reintegración de la actividad huma-
na en el gran horizonte de la salva- La Iglesia comparte con otras
ción personal y cósmica (12). ciencias sobre el hombre, a nivel
de convicción de fe, el hecho de
La teología de las realidades te- que el trabajo es una dimensión
rrenas se ha venido articulando en fundamental de la existencia huma-
múltiples esfuerzos teológicos, alre- na. Encuentra la base para esto en
dedor de las profundas sugerencias la palabra revelada que en Génesis
conciliares (13). Aunque no son expresa las verdades fundamentales
muchos los aportes en torno al sobre el hombre en el contexto de
tema del trabajo, sin embargo el la creación (cf Gn 1,27-28) Y traza
tema mismo se coloca en perspecti- las grandes líneas de su existencia
vas siempre más positivas y también en la tierra.
más críticas, en confrontación con
lo que esclaviza y deshumaniza a la Aunque Gn 1,28 no se refiere de
persona. Todo este movimiento de modo directo y explícito al trabajo,
reflexión va configurando una sin embargo indirectamente señala
nueva ética del trabajo, siempre en una actividad que hay que desarro-
la línea de una auténtica humaniza- llar en el mundo. El someter y do-
ción. minar la tierra es uno de los moti-
vos, por los que el hombre es ima-
gen de Dios. Al efectuar esta tarea,
el ser humano refleja la acción del
2. LA TEOLOGIA DEL TRABAJO Creador.
EN LA ENCICUCA "LABO-
REM EXERCENS" Las palabras del comienzo del
primer libro de la Biblia no dejan de
En este documento del Papa ser actuales. El "someter la tierra"
Juan Pablo 11 se consignan, a modo tiene un amplio alcance. Si se
de fundamentación, valiosos ele- entiende "tierra", como el objeto
mentos de la teología del trabajo. externo, término del trabajo, en
Estos aparecen particularmente en cuanto actividad "transitiva" y
la parte segunda: El trabajo y el como la parte del universo visible
hombre (14). Procuraremos presen- en el que habita el hombre, y por
tar esos elementos en una síntesis extensión todo el mundo visible, el
orgánica. "sometimiento" abarca las épocas

(12) Cf MATTAI G., Lavoro, en Dizionario Taologico Intardlsciplinara 2 (Torino, Ed. Marietti
1977) 350. La reflexi6n conciliar sobre el trabajo humano se encuentra especialmente en el
capítulo tercero de la parte primera de la Constituci6n Gaudium et Spes (números 33-39) V
en la msima Constituci6n en el número 67, en donde el Concilio se fija específicamente en el
tema.

(13) Por ejemplo: teologra de la esperanza, teología del progreso, teología política, teología de la
cruz, etc.

(14) Cf Encíclica Laboram axercens (abreviaremos LE) 4-10).

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pasadas de la civilización y de la Por consiguiente el énfasis princi-
economía, la realidad contemporá- pal lo coloca la Encíclica en el as-
nea y las fases futuras del desarro- pecto subjetivo del trabajo, en la
llo (15). persona humana como sujeto del
trabajo. Es el hombre quien debe
Es de capital importancia la dis- someter la tierra, dominarla, pues
tinción entre trabajo en sentido ob- como "ÍInagen de Dios" es una
jetivo y en sentido subjetivo. Aun- persona, un ser capaz de obrar de
que conocida y tradicional, con manera programada y racional, ca-
todo marca una clara intencionali- paz de decisión y con una neta ten-
dad en el enfoque: presentar el tra- dencia a la realización de su huma-
bajo en la perspectiva personal. nidad y al perfeccionamiento de su
Dice mucho el hecho de que, aun vocación personal (17). Esta dimen-
en la época del desarrollo industrial sión subjetiva condiciona la misma
y técnico (trabajo en sentido obje- esencia ética del trabajo: el valor
tivo), el sujeto propio del trabajo ético de este depende del hecho de
siga siendo el hombre. Pareciera que que lo realiza una persona conscien-
el trabajo depende de la máquina, te y libre. El Papa afinna que este
mientras el hombre es solo un vigi- es el fundamento de la doctrina
lante. La técnica está al servicio del cristiana sobre el trabajo. De hecho,
hombre, que sigue ocupando su el cristianismo enfoca con particu-
papel de protagonista, así como es lar profundidad este aspecto subje-
por otra parte el fruto de su ingenio tivo, partiendo de todo el conteni-
y la confinnación histórica de su do del mensaje evangélico y de la
dominio sobre la naturaleza. Infor- realidad de que el Hijo de Dios se
tunadamente se comprueba que dedicó al trabajo manual y manifes-
puede transfonnarse en adversaria tó que la dignidad del trabajo hu-
de la misma persona humana. Note- mano no depende en primera línea
mos que el criterio para discernir del tipo de trabajo que se realice,
cuándo es fuente de tensiones de sino de que quien lo efectúa es una
carácter ético-social, es la misma persona. Por lo tanto no existen
persona del hombre del trabajo. El clases sociales, según la clase de
hecho de que la mecanización trabajo obrado. El hombre mismo
quite el estímulo y la satisfacción es el primer fundamento del valor
personal de la creatividad responsa- y la fuente de la dignidad del traba-
ble, deje sin ocupación a muchos jo. Por lo tanto es legítimo concluir
trabajadores o reduzca al hombre que el trabajo está en función del
a ser esclavo de la máquina, está hombre y no el hombre en función
descubriendo un desequilibrio, en del trabajo" (18).
el que el punto de referencia es Toda esta dÍInensión personal
la persona del que trabaja (16). (subjetiva) y cristiana del trabajo

(15) Cf LE 4.

(16) Cf LE 5.

(17) Aquí el Papa-cita como fuente el capítulo primero de la primera parte de la Gaudium etSpes.
(18) Cf LE 6.

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es el motivo que se repite frecuen- do visible. Ciertamente esta fatiga
temente a lo largo de la Encíclica es la experiencia universal, a nivel
y que señala la luz para enfocar los del trabajo manual y también del
diversos puntos concretos que se intelectual o de dirección de la so-
tratan a lo largo de ella (19). Queda ciedad.
claro el abierto contraste de la ver-
dad cristiana con las diversas co- Pero, a pesar de la fatiga, el tra-
rrientes materialistas y economicis- bajo es un bien del hombre. No solo
taso Para estas el trabajo es una le reporta utilidad o le ayuda a dis-
especie de "mercancía" que el tra- frutar de esta vida, sino que es un
bajador vende al empresario. Es dar bien que corresponde a la dignidad
la primacía a la dimensión objetiva, del hombre: la expresa y aumenta.
mientras la subjetiva pasa a un pla- El Papa vuelve, dentro de su meto-
no secundario. En lógica consecuen- dología de ondas concéntricas, a su
cia el hombre es considerado como afinnación de la primacía de la
un instrumento de producción y no dimensión subjetiva del trabajo.
como sujeto eficiente y verdadero Este es un bien "digno" del hom-
creador. Este es el error del capita- bre, porque a través de él, el ser
lismo, desde el más primitivo (20). humano no solo transforma la natu-
raleza y la adapta a sus necesidades,
Todavía dentro de la perspectiva sino que se realiza a sí mismo como
personal la Encíclica desarrolla un hombre; en cierto sentido: se hace
poco más esta dimensión funda- más hombre. Esta estupenda afir-
mental (21). Tiende a una defini- mación de la Encíclica constituye el
ción más aproximada de la dignidad contexto significante de la virtud de
del trabajo humano, en orden a dis- la laboriosidad, la cual, como toda
tinguir más plenamente su especí- virtud, es la actitud moral, por la
fico valor moral. El Papa afinna con que el hombre llega a ser bueno
seguridad que la intención funda- como hombre.
mental de Dios con respecto al
hombre no quedó revocada ni Como siempre el ideal supera a la
anulada ni siquiera cuando él, des- realidad, el Papa Juan Pablo 11 tiene
pués de romper la alianza original el cuidado de anotar los datos obje-
con Dios, escuchó: "Te ganarás el tivos de la historia concreta del tra-
pan con el sudor de tu frente" (Gn bajo en el mundo, a fin de que la
3,19). Aquí la referencia directa es confrontación con lo que debe ser
a la fatiga, a veces muy dura y pesa- constituya un estímulo a la humani-
da, que acompaña al trabajo; pero zación. Indica claramente que el
no se cambia el hecho de que este trabajo puede usarse, y de hecho
es el camino por el que el hombre así ha ocurrido y ocurre, en contra
efectúa el "dominio" sobre el mun- del mismo hombre. La realidad

(19) Cf LE 12,6 (el segundo n6mero indica el párrafo dentro d.el n6mero de la Enc(clica); 13,1;
13,5; 16,2; 17,5; 18,1; 22,3; 23,3.
(20) Cf LE 7.

(21) Cf LE 9.

380 EL SENTIDO CRISTIANO DEL TRABAJO


dolorosa de los campos de concen- lio del trabajo" (24): no solo anun-
tración, de la opresión y explota- ciado por él, sino vivido con amor.
ción a través del trabajo es un claro Además acude a las diversas afirma-
testimonio. ciones veterotestamentarias sobre
diferentes profesiones, a las referen-
No se oculta la importancia de la cias de Jesús en sus parábolas y a
tarea que se presenta al cristiano. El la enseñanza paulina. Los valores
Papa nos habla de un programa de del trabajo los encuentra actual-
formación de la espiritualidad del mente expresados en el Vaticano 11:
trabajo (22). En él participa el hom- perfecciona al hombre y le conduce
bre (cuerpo y espíritu). Se impone al progreso (cf GS 35) (25).
el daile el significado que posee
~te los ojos de Dios y que lo inser- Un aporte teológico final de la
te en la obra salvífica, Con el Conci- Encíclica insiste en el aspecto pas-
lio Vaticano 11 (ef. GS 34) afirma cual del trabajo. La fatiga que con-
que el hombre, al someter el mun- lleva es un anuncio de muerte y una
do, lo orienta a Dios; por su trabajo colaboración en la redención, a tra-
participa en la obra del Creador; en vés del sufrimiento y de la muerte
cierto modo la continúa desarro- en cruz. En esta unión a la cruz de
llando y la completa. Y esto, aun Cristo encuentra un tenue resplan-
en la ocupación más ordinaria y dor de la vida nueva de la resurrec-
trivial. Sin duda este es el motivo ción. Precisamente por la fatiga de
más pofundo para emprender el tra- su actividad participa en los' 'cielos
bajo en varios sectores (cf LG 36). nuevos y la tierra nueva". Estos
En el fondo se contiene la asevera- deben animar al perfeccionamiento
ción de que el mensaje cristiano no de "esta tierra", que es fruto de
aparta, sino que compromete a los nuestro esfuerzo, unión fraterna y
hombres en la edificación del mun- libertad (26).
do (23).

En los dos números finales del 2.2. En el aspecto social


apartado sobre la espiritualidad
ofrece con mayor profusión un fun- La dimensión subjetiva del traba-
damento teológico-bíblico del senti- jo no se queda en un personalismo
do cristiano del trabajo. Desarrolla cerrado, sino que conlleva una nece-
la indicación de Jesucristo, como saria referencia al aspecto comu-
afirmación elocuente del "Evange- nitario, social. Es interesante obser-

(22) Cf LE 24. Los cuatro últimos números (LE 24-27) ofrecen los elementos para una espirituali-
dad del trabajo. A nuestro modo de ver esta última parte de la Enc(clica debe leerse como un
complemento enriquecedor de la fundamentación teológica presentada en LE 4-10.
(23) La afirmación del Concilio Vaticano II en su preocupación por responder a la critica marxista
de la religi6n como "opio" del pueblo. Precisamente el Papa se refiere acá a GS 34.

(24)
(25)
.
Cf LE 6,4 •
Cf LE 26.
(26) Cf LE 27.

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var cómo en la fundamentación que generadas por los sistemas de poder
el Papa presenta con base en el y que por el desarrollo de las comu-
Génesis (27), resalta también el nicaciones y la civilización, se nos
aspecto comunitario. El dominio presentan dentro de un más com-
del hombre sobre el mundo visible, pleto diagnóstico y en más vasta
que se incluye en el plan original extensión (30).
del Creador, está "necesaria e indi-
solublemente unido al hecho de que Ante la necesidad de estos movi-
el hombre ha sido creado, varón y mientos de solidaridad de los traba-
hembra 'a imagen de Dios' " (28). jadores y con ellos, porque lo re-
Y a renglón seguido hace constar quieren precisamente la degrada-
que se trata de un proceso univer- ción social del trabajador, la explo-
sal, que incluye a todos los hom- tación y las crecientes zonas de mi-
bres, de todas las generaciones y de seria y de hambre, la Iglesia (comu-
todas las fases del desarrollo econó- nión de hermanos) se siente com-
mico y cultural: "Todos y cada uno prometida en esta causa. Es su mi-
están comprendidos en él contem- sión, su servicio, verificación real de
pomneamente. Todos y cada uno, su fidelidad a Cristo. Así será la
es una justa medida y en un núme- auténtica "Iglesia de los pobres"
ro incalculable de formas, toman (31). Estos, en muchos casos, son el
parte en este gigantesco proceso, resultado de la violación de la digni-
mediante el cual el hombre 'some- dad del trabajo humano. Se impone
te la tierra' con su trabajo" (29). a toda costa un gran movimiento
eclesial de solidaridad y este es el
El valor del trabajo, fundamen- motivo de la misma Encíclica. Se
tado en la dignidad de la persona trata de una necesaria implicación
humana y esta perspectiva social cristiana del aspecto comunitario
que aparece en el designio mismo del trabajo (32).
del Creador justifican el surgimien-
to histórico de la cuestión obrera o Dentro de esta misma visión co-
"cuestión proletaria". El Papa Juan munitaria se comprende adecuada-
Pablo nos habla de una justa reac- mente los dos proyectos sociales
ción social, de un gran impulso de del trabajo. Por una parte es el fun-
solidaridad entre los hombres del damento de la vida familiar, pues
trabajo y especialmente de los per- además de que hace posible la fun-
tenecientes a la industria, de una dación de una. familia, dentro de
reacción contra la degradación del esta se realiza el proceso de educa-
hombre como sujeto del trabajo, ción, en el que cada uno "se hace
contra las injusticias flagrantes, hombre", especialmente a través del
(27) Cf LE 4.
(28) LE 4,4.
(29) lb id.
(30) Cf LE 8,14.
(31 ) Cf Puebla 1134·1165.
(32) Cf LE 8,6.

382 EL SENTIDO CRISTIANO DEL TRABAJO


trabajo. Además se encarna históri- Mientras se mantenga este orden
ca y socialmente en la gran sociedad del Creador, sean bienvenidos todos
nacional. En ella se ordena al incre- los adelantos y perfeccionamientos
mento del bien común en una cons- de la técnica. Lo que importa es
piración positiva de todos los con- que todo ello quede dirigido hacia
ciudadanos (33). la persona humana (cf. 1 Co 3,22-
23; Rm 8,19-22).

2.3. En el aspecto cósmico


3. REFLEXIONES SOBRE EL
La consideración de la Laborem SENTIDO CRISTIANO DEL
exercens sobre el sentido objetivo TRABAJO
del trabajo, en otras palabras: sobre
la técnica (34), nos hace ver la ínti- No intentamos presentar una teo-
ma unión de este mundo visible con logía elaborada sobre el sentido
el hombre-persona, sujeto de la acti- cristiano del trabajo. Es una tarea
vidad. Es el objeto del dominio y que supera los límites de que dispo-
signo claro de la obra creativa nemos. Solo queremos colocarnos
humana. Realmente debe conservar- en perspectiva de totalidad y ofre-
se la justa subordinación: no es el cer elementos de reflexión y pro-
hombre para la técnica, sino la téc- fundización.
nica para el hombre. Ya hemos ano-
tado en el aspecto personal, cómo
la técnica debe ser una aliada del 3.1. La "praxis" en el proyecto an-
hombre, un conjunto de lnstrumen- tropológico cristiano
tos de los que se vale en su trabajo.
Precisamente a una civilización ma- El proyecto humano en un hori-
terialista, en la que el' primer lugar zonte cristiano es un proyecto inte-
lo posee la dimensión objetiva del gral y trascendente. Integral en el
trabajo, debe suceder la civilización sentido de que asume la persona hu-
del amor que se traduce en humani- mana en su totalidad y en todas sus
zación del trabajo (35). relaciones; trascendente, en cuanto
que tiende a una plenitud absoluta
En la definición del trabajo como que supera los límites espacio-tem-
un bien correspondiente a la digni- porales de la historia presente.
dad del hombre, encontramos el
hecho de que el cosmos todo contri- En el Concilio Vaticano 11 la Igle-
buye de algún modo a ello. Efecti- sia ha propuesto el interrogante
vamente el hombre, al transformar sobre el sentido y valor de la activi-
la naturaleza se perfecciona a sí dad humana (cf as 33). Desde los
mismo, "se hace más hombre" (36). comienzos del cristianismo se pro-

(33) Cf LE 10,1-3.
(34) Cf LE 5.
(35) Cf'LE 7,3.
(36) Cf LE 9,3.

MARIO GUTIERREZ JARAMILLO, S.J. 383


dujo una confrontación con el ideal de la época, no llegó a presentar
griego de la theoría. El ideal religio- íntegramente este mensaje ni a de-
so helénico era parecerse a Dios sembarazarse de lo menos acepta-
en la medida de lo posible. Por eso ble en los esquemas griegos. Cierta-
se busca un estado divino en la mente la doctrina de la creación por
liberación de la corruptibilidad de un amor sobreabundante y la de la
la materia y la posesión inmóvil encarnación, en todo su realismo,
del fin. El sabio griego se apropia de han impedido en los cristianos un
la salvación, a través de la theoría, odio a la materia considerada como
no en la praxis, que en vez de libe- mala y fuente de corrupción. Pero
rarlo, lo lleva a lo material corrup- en la moral y en la espiritualidad
tible. Su anhelo es encontrar el siguió influyendo la cosmovisión
principio que rige el devenir de los helénica.
seres y escapar así al flujo de estos.
Este es el principio común a las di- Con la llegada de la ciencia se
ferentes concepciones (Platón, Aris- creyó encontrar el instrumento ade-
tóteles, Estoicos). Solo la theoría cuado de "dominio del mundo",
permite vivir bien; la praxis es des- que la sabiduría griega no había
preciable, pues esclaviza el hombre logrado alcanzar: según Descartes
a la materia y viola el orden natural esto se consigue por la razón; según
inscrito en los seres. Kant por una acción moral pura-
mente interior, que no llega al mun-
El cristianismo no podía compar- do exterior y se acepta en virtud del
tir este desprecio por todo lo que es imperativo categórico; solo se que-
del dominio de la praxis. Es que su da en la intención, mientras el mun-
mensaje, dirigido no a los sabios, do exterior recibe todo el influjo de
sino a los humildes y en la perspec- la técnica.
tiva de la locura de la cruz, enseña
que un Dios personal ha intervenido En la actualidad se defiende que
en la historia humana y esto ha el hombre no debe quedarse en la
marcado en profundidad la visión simple intención, sino que, confron-
del mundo y la vida de aquellos que tado consigo mismo, debe dar sen-
han sido objeto de la agapé divina. tido a su obrar. Ahora bien, desem-
Para los cristianos el problema de peña su destino en el mundo y con
la actividad y su significación se ha los otros; se realiza en la transfor-
planteado en el horizonte de la mación del mundo, que es una
glorificación de Dios (cf 1 Co 10, encarnación de su responsabilidad.
·31) (37). El tema de la acción adquiere una
importancia capital. Para el pensa-
Ahora bien, la primera teología miento cristiano ya no es algo temi-
cristiana, dentro de las categorías ble por su ambigüedad, sino una

(37) A este respecto son i1uminantes las palabras del Concilio Vaticano 11, en referencia a la voca-
ción de consagración del mundo, propia de los seglares: "Pues todas sus obras, preces y proyec-
tos apostólicos, la vida conyugal y familiar, el trabajo cotidiano, el descanso del alma y del
cuerpo, si se realizan en el Espíritu, incluso las molestias de la vida si se sufren pacientemente,
se convierten en hostias espirituales, aceptables a Dios por Jesucristo (1 Petr 2,5)" (Lumen
Gentium 34,2),

384 EL SENTIDO CRISTIANO DEL TRABAJO


expresión de toda la existencia hu- persona. Esto destruiría el auténti-
mana. co humanismo.

En su vinculación al otro y al
mundo, el hombre entiende la his-
3.2. El trabajo humano en perspec- toricidad, como dimensión esencial
tiva cristológica suya: por una parte capta su liber-
tad que hace a la historia radical-
Existe una unidad en la relación mente incierta; por otra comprende
hombre-mundo. Ambos se ordenan que la trascendencia es lo único
mutuamente: el mundo se finaliza capaz de liberar a la historia de ser
en el hombre, quien lo completa algo mecánico y sin sentido, de
por su acción, colabora a su progre- explicar la ordenación del mundo
so y le da su destino; a través del al hombre, la acción del hombre
hombre lleva a cabo su vuelta a sobre el mundo, la dimensión inter-
Dios. Por eso el mundo reclama la personal de esta acción.
presencia activa del hombre, para
desarrollarse como nueva cración. A Por fin en esta relación básica
su vez el hombre se realiza en con- hombre-mundo se incluye una rela-
tacto íntimo con el mundo. Su ser ción a Dios. El trabajo humano no
no se da sino como un espíritu en es solo la realización de una "obra
el mundo; está llamado a conocer y buena", sino que es expresión de
transformar este mundo en orden a la obra de Dios en la transforma-
su desarrollo y realización. En su ción del mundo. Se justifica como
acción sobre el mundo se hace más una respuesta humana a una inter-
espíritu en la materia y la materia pelación divina a favor del mundo
pasa a ser más materia hacia el y de los hombres. De este modo
espíritu. Pero el hombre sigue con- la actividad humana en el mundo
servando su supremacía sobre el es parte esencial de la conformi-
mundo, como ser libre, transparen- dad íntima del trabajo del hombre
te y abierto. Por esta trascendencia sobre el mundo con la acción crea-
el mundo puede efectuar su retorno tiva de Dios (38).
al Creador y entrar en el horizonte
total del hombre. Si esta síntesis antropológica se
mira a la luz del misterio de la en-
También dentro del mundo se carnación, se ve cómo la actividad
realiza la dimensión comunitaria humana en el mundo adquiere un
humana, la relación del hombre con sentido nuevo y definitivo. Esti-
los demás hombres. Ese encuentro mamos que este acercamiento enri-
con el "otro" se lleva a cabo en un quece la teología del trabajo y nos
respeto sumo a su absoluto valor lleva a la comprensión de su sentido
personal ("imagen de Dios"). Por profundamente cristiano. Hemos
esto el progreso humano no puede sugerido antes que la entrada de
cumplirse en la instrumentalización Dios en la historia impide al cris-
del otro y en la cosificación de la o tiano el desprecio de la materia.

(38) Cf ALFAR O J., Hacia una teologra del progreso humano 42-54.

MARIO GUTlERREZ JARAMILLO, S.J. 385


Realmente la encamación, como esencialmente escatológica y se rea-
misterio unitario que llega hasta la liza en la unión con Cristo glorioso
muerte y resurrección de Cristo, es y por él con Dios. Ciertamente esta
la plenitud absoluta del misterio esperanza anima toda la búsqueda
cristiano, el don imprevisible e in- y el esfuerzo del crear humano; se
calculable del amor de Dios en su debe entender en una perspectiva
secreto de intimidad trinitaria, el de totalidad: es toda la persona
punto culminante de la trascenden- humana la que está llamada a parti-
cia, la única plenitud absoluta del cipar de esta salvación.
hombre y del mundo.
En la relación íntima del hombre
La unión mundo - hombre .- con el mundo, este se va humani-
Dios se realiza en la encarnación, zando por el esfuerzo creador hu-
como suprema comunicación de mano y se va encaminando hacia su
Dios: Cristo, plenitud y sentido de consumación en Cristo glorioso. Así
la humanidad, lo es también del el hombre y el mundo entran uni-
mundo. El hombre, el mundo y la dos a tomar parte en la gloria esca-
historia toman parte en el tiempo de tológica del Señor. Ciertamente la
Cristo, fundado en la eternidad y doctrina cristiana reconoce a las
abierto en la resurrección hacia lo realidades terrestres una forma de
su pratemporal. persistencia eterna en su condición
definitiva; no las considera como
En Cristo se da la solidaridad en radicalmente efímeras, destinadas a
su mayor intimidad y se lleva a la aniquilación y sin relación con el
cabo la unificación de todos los Reino eterno.
hombres, unidos en una tarea co-
mún en el mundo. La dimensión de Aunque ignoramos el cuándo y el
solidaridad y fraternidad adquiere cómo de esta consumación, sin em-
su pleno sentido. bargo sabemos que este mundo tiene
un fin, una meta (telos): "La figura
Finalmente, en la muerte y resu- de este mundo, afeada por el peca-
rrección de Jesús se abre lo definiti- do, pasa, pero Dios nos enseña que
vo para el mundo y para el hombre nos prepara una nueva morada y
y la historia: una "eternidad parti- una nueva tierra donde habita la
cipada", nueva y más profunda justicia y cuya bienaventuranza es
presencia de Cristo, verdadera gra- capaz de saciar y rebosar todos los
cia de Dios. Y en todo este proceso anhelos de paz que surgen en el co-
de gracia y cristificación es el Espí- razón humano" (GS 39,1).
ritu quien va estableciendo el víncu-
lo personal del hombre Cristo y de En una maravillosa integración el
los hombres con Dios. Apóstol nos presenta la suerte del
universo ligada estrechamente a la
3.3. El trabajo humano en perspec- del hombre. El texto de Rm 8,19-
tiva escatológica 23 reviste una particular impor-
tancia para esta perspectiva escato-
El espíritu orienta la existencia lógica del trabajo humano, ya que
humana hacia la plenitud, que es nos indica con claridad el destino

386 EL SENTIDO CRISTIANO DEL TRABAJO


de plenitud de esta creación trans- luz de la palabra revelada, anima el
formada por el hombre en su activi- dinamismo de la vida cristiana en
dad. En efecto, la persona humana los compromisos reales. El Conci-
arrastró al universo en su destino de lio Vaticano II lo advierte: "La
corrupción. Y también hoy vemos, espera de una tierra nueva no debe
como lo anota el Papa en la Encí- amortiguar, sino más bien avivar la
clica, que el trabajo puede ser oca- preocupación de perfeccionar esta
sión para esa vanidad y corrupción, tierra, donde crece el cuerpo de la
frutos del pecado: injusticias, ex- nueva familia humana, el cual pue-
plotación, degradación social del de de alguna manera anticipar un
sujeto del trabajo (39). Pero es vislumbre del siglo nuevo" (GS 39,
clara la esperanza de participar en 2).
la liberación humana, que depende
de la "liberación de nuestros cuer- Esta esperanza escatológica
pos", consecuencia de la transfigu- "muestra lo posible y mudable en
ración de nuestra corporeidad a el mundo como algo lleno de senti-
imagen de la de Cristo resucitado. do, y la misión práctica aprehende
Ahora bien, la redención del univer- lo que ahora es posible en el mun-
so no consiste solo en la resurrec- do. La teoría de la praxis de la mi-
ción de los muertos, sino que sión -que es una praxis que modi-
corresponde al universo mismo, que fica el mundo y está deseosa de
se verá libre de lo que hay en él futuro- no busca órdenes eternos
actualmente de vanidad, esclavitud en la realidad existente del mundo,
y corrupción. Es una nueva crea- sino que busca posibilidades en este
ción que se está gestando ahora. En mundo en dirección al futuro pro-
este sentido se entiende la imagen metido" (42). En una concepción
llena de vigor, del universo que teológica del trabajo humano no
gime con dolores de parto (40). y puede faltar esta apertura al futuro
San Ireneo hace eco a esta visión y la animación de éste en el presen-
paulina: "No es la substancia de la te de la historia.
materia, ni las condiciones de exis-
tencia de ésta, las que serán aboli- En esta perspectiva de futuro
das, sino que la figura del mundo absoluto de plenitud queda pen-
actual, deformada por el pecado, diente un problema siempre actual.
es la que pasará" (41). Se trata de: ¿Cómo entender la
continuidad afirmada entre los fru-
Este valor de eternidad de las tos de nuestro esfuerzo, a través de
realidades terrestres, afirmado a la un trabajo cristianamente vivido y

(39) Cf LE 8,4 Y 6.

(40) Cf RUIZ DE LA PEI\IA J. L., La otra dimensi6n, Escatologla cristiana Actualidad teológica
española (Madrid, España 1980) 229-230.

(41) Adversus haeresas 5,36: PG 7, 1221 (texto citado en GS 39.1).

(42) Mi>L TMANN J., Teologla de la esperanza (Theologie der Hoffnung, Untersuchungen zur
Begründung und zu den Konsequenzen einer christlichen Eschatologie) Diálogo A 7 (Salaman-
ca, Ed. Sfgueme 1972) 374.

MARIO GUTIERREZ JARAMILLO, S.J. 387


ese mundo futuro de la esperanza? 21,3; 34,3; 43,1; 57,1) Y para ello
¿Influye la actividad humana del es preciso admitir la incidencia di-
presente en el Reino de Cristo en recta y efectiva de nuestro trabajo
plenitud? Es plantear de otro modo presente en el mundo futuro, pues
la pregunta por el sentido y valor de de lo contrario no sería creíble el
la actividad humana y la finalidad compromiso de los creyentes en la
de los esfuerzos individuales y construcción del mundo. El trabajo
colectivos (cf GS 33). como cooperación en la creación
de Dios responde al propósito divi-
El Concilio Vaticano II avanza no (cf GS 34,1), por lo tanto tiene
una indicación al respecto: "Aun- su valor propio y no es posible con-
que hay que distinguir cuidadosa- cebir que el Creador vaya a rechazar
mente progreso temporal y creci- esta actividad perfectiva, cuando
miento del reino de Cristo, sin em- imparta a su creación el definitivo
bargo, el primero, en cuanto puede acabamiento. Por otra parte la reali-
contribuir a ordenar mejor la socie- dad terrena posee una justa autono-
dad humana, interesa en gran medi- mía; el orden de lo creado posee un
da al reino de Dios" (GS 39,2). En valor propio; "Todas las cosas están
síntesis: ni identificación ni separa- dotadas de consistencia, verdad y
ción. Por una parte se rechaza el bondad propias" (GS 36,2). Enton-
escatologismo radical, que patroci- ces ¿por qué negar su participación
na una huída del mundo, un abste- en la nueva creación, supuesta una
nerse de toda participación en el purificación y transfiguración de
esfuerzo común por edificar la ciu- ellas?
dad terrena; por otra parte se ad-
vierte frente a un encarnacionismo
radical que propugnaría la causali- Todas estas precisiones concilia-
dad directa entre progreso tempo- res nos llevan a fundamentar un
ral y crecimiento del reino. influjo directo, no en el sentido de
causa-efecto, pues el mundo y el
¿Cómo entender entonces la rela- hombre no exigen de ninguna ma-
ción? Para algunos se trata solo de nera por sí mismos la venida del
un influjo indirecto. Lo que en la Hijo de Dios; la historia de la huma-
nueva creación se conserva de la nidad tiene su propia inteligibilidad
actividad humana no son los pro- y no se identifica con la historia de
ductos y las realizaciones mismas la salvación, sino que constituye
del trabajo, sino los valores mora- solamente la capacidad radical a la
les desplegados en la lucha por graciá. El trabajo humano en orden
hacer un mundo más humano: la al progreso perfecciona esta capaci-
fe, la esperanza y el amor que se dad, es una preparación dispositiva.
ponen en la obra. Así como para la justificación
humana se requiere la cooperación
Ahora bien, en la perspectiva activa de la persona, que es asumida
conciliar se advierte la necesidad de y perfeccionada por la gracia, tam-
responder a la acusación de que el bién para la consumación del mun-
cristianismo no valora suficiente- do, que es don y gracia, es preciso
mente las tareas temporales (cf GS cierto grado de preparación intra-

388 El SENTIDO CRISTIANO DEL TRABAJO


mundano, que será asumido en la que debe ser testimonio de amor
nueva creación (43). salvador.

Si su mensaje de salvación abarca


al hombre en todas sus dimensiones
y a todos los hombres, no es posi-
CONCLUSION ble omitir en su peregrinar terrestre
algo tan importante y constitutivo
La reflexión sobre el sentido del de la vida del hombre, como es
trabajo en toda la amplitud de la todo lo comprendido en el ámbito
vivencia cristiana debe ser vivifican- de la actividad humana hacia el pro-
te paJa la actitud de la Iglesia. Ano- greso. Debe ser portadora de una
tábamos que el objetivo que S. S. esperanza activa, que en lugar de
Juan Pablo 11 se propone en su En- apartar a los cristianos de sus com-
cíclica sobre el trabajo humano es promisos temporales, los anime
el de hacernos mirar, como Iglesia, afectiva y efectivamente en la cons-
a la sociedad y sus problemas desde trucción de un mundo más justo
el punto de vista cristiano. y humano.
Ciertamente, al valorar el trabajo Es verdad que se encuentra ante
humano, a la luz de la palabra reve- un mundo dividido por el pecado,
lada y con especial énfasis en su en que reina la injusticia y la deshu-
dimensión subjetiva, el Papa se hace manización. Pero precisamente
vocero autorizado de toda la comu- su misión salvadora es unir, cons-
nidad eclesial, para mostrar efecti- truir fraternidad, luchar por un pro-
vamente la imperiosa necesidad de. greso universal en contra del egoís-
que el mensaje de caridad, que está mo, que a todos los niveles daña y
en el centro de la predicación cris- afecta la vida de los pueblos. La
tiana, sea real en obras de amor y connivencia del silencio o la identi-
de auténtico compromiso con los ficación con estructuras económico-
hombres del trabajo. Es la respues- sociales injustas, serían su gran pe-
ta a la exigencia interna del propio cado de infidelidad a la misión reci-
ser de la Iglesia; debe ser el fruto de bida de Cristo. Solo así podremos
una toma de conciencia de su iden- "ser protagonistas con Cristo de la
tidad como "sacramento o señal e construcción de la convivencia y las
instrumento de la íntima unión dinámicas humanas que reflejan el
con Dios y de la unidad de todo el misterio de Dios y constituyen su
género humano" (LG 1) con Cristo, gloria viviente" (44).

(43) Cf ALFARO J, Hacia una teologra del progreso humano 97-98; RUIZ DE LA PEÑA J. L., La
atril dimansión. Escatologra cristiana 233-237.

(44) Puebla 213.

MARIO GUTIERREZ JARAMILLO, S.J. 389

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