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Institución

Establecimiento o fundación de una cosa. | Cosa establecida o fundada. | Cada una de las
organizaciones fundamentales de un Estado, como república, monarquía, feudalismo, democracia. |
Organos constitucionales del poder soberano de la nación. | Cada una de las materias de las diversas
ramas del Derecho: institución de la familia, del matrimonio, de la patria potestad, de las sucesiones,
de la propiedad.

Las instituciones son mecanismos de orden social y cooperación que gobiernan el comportamiento
de un grupo de individuos (que puede ser reducido o coincidir con una sociedad entera). Las
instituciones trascienden las vidas e intenciones humanas al identificarse con la permanencia de un
propósito social, y gobiernan el comportamiento humano cooperativo mediante la elaboración e
implantación de reglas. El término institución se aplica comúnmente a las normas de conducta y
costumbres consideradas importantes para una sociedad, como las particulares organizaciones
formales de gobierno y servicio público. Como estructuras y mecanismos de orden social en la
especie humana, las instituciones son uno de los principales objetos de estudio en las ciencias
sociales, como sociología, ciencia política y economía. Las instituciones son un tema de estudio
central para el derecho, el régimen formal para la elaboración e implantación de reglas. La creación
y evolución de las instituciones es un asunto central para la historia, y una de sus principales
secciones es la historia de las instituciones. El institucionalismo es un enfoque particular o tendencia
de algunas de estas ciencias sociales.

Derivado del origen etimológico de institutio (en latín educación), una institución es un
establecimiento u organismo que realiza una labor social de tipo educativo y cultural, como los
institutos de enseñanza o investigación o los museos. Del mismo origen vienen instrucción, instructor
e institutriz. El término institución no tiene por qué ser un lugar físico. Una institución es, por ejemplo,
el conducir un automóvil por la derecha en ciertos países. También puede ampliarse el concepto
para designar a una persona de especial consideración, veneración y respeto: por ejemplo Miguel
Delibes es una institución en la cultura española, o Chavela Vargas es una institución en la canción
latina. Hay muchos grados de instituciones, formales e informales. El estudio de estas instituciones
es de gran valor para entender muchos comportamientos políticos, económicos, etc.

Características de una institución


"Es la consolidación permanente, uniforme y sistemática de usos, conductas e ideas con medios e
instrumentos que aseguran su control y el cumplimiento de su función social".
En base a este concepto, que responde a criterios pedagógicos y es quizá el más aceptado para
entender a una institución y su funcionamiento, se desprenden los elementos que caracterizan a una
institución. Es Permanente. La institución permanece, y dura en el tiempo más allá de las voluntades
fundadoras que la establecieron, pues siempre está reclutando nuevas voluntades para continuar
sus fines. Por ejemplo: Los gobernantes y gobernados de un Estado cambian incesantemente, pero
el Estado como institución permanece.
La Institución uniforma conductas. Posee directivas que son seguidas por sus adherentes, ya que
para cumplir con sus fines, necesita de ideales, valores y normas que conduzcan a sus miembros
para ello. Por ejemplo: Los Partidos Políticos poseen una ideología que es aceptada por sus
adherentes. Persigue un Fin. El aspecto más medular y lo que permite que una institución exista, es
el Fin para el cual se ha creado. El fin que persigue, es la Función Social que está llamada a realizar.
Función Social que es tan múltiple como necesidades sociales existen; ya sean económicas,
políticas, militares, religiosas, etc. Requiere Instrumentos para realizar sus fines. Estos instrumentos
o herramientas, pueden ser materiales como el edificio de una entidad o sus objetos tangibles que
posee. Pueden ser ideales como por ejemplo, las normas de una entidad. Y también pueden ser
personales, como los titulares de los órganos de la entidad, que están llamados a formular la voluntad
de la institución.

La institución es una estructura incorporada por reglas las cuales permiten llevar acabo ciertas
funciones establecidas dentro de esta.
Ejemplos de una organización de naturaleza política: grupos de interés, partidos políticos, grupos de
campaña política, movimientos revolucionarios y grupos terroristas.
Ejemplos de una organización no política: equipos de fútbol, clubes de ajedrez, etc.
Ejemplos de una institución de naturaleza política: Cortes de justicia, legislaturas, y a veces, partidos
políticos. Este último depende si el partido tiene una función altamente importante en reclutar líderes
políticos de una manera rutinaria y organizada
Instituciones de naturaleza cuasi-políticas: grandes empresas, sindicatos, y organizaciones de índole
educativa y religiosa.

Institucionalidad
Concepto de institucionalidad “es el conjunto de creencias, ideas, valores, principios,
representaciones colectivas, estructuras y relaciones que condicionan las conductas de los
integrantes de una sociedad, caracterizándola y estructurándola” (Correa). Del mismo modo, lo
institucional supone un proceso sistemático de consolidación (permanencia y uniformidad) de
conductas e ideas a través de medios e instrumentos (organizaciones y normas) para alcanzar un
fin social, cuya expresión práctica se asimila como valores.
Se entiende por Institucionalidad, aquella situación en la que el poder político, se disocia de los
individuos que lo ejercen y se integra a la Institución Estatal.
La Institucionalidad Constitucional se consagra cuando los órganos públicos se subordinan a la
Constitución y leyes, generando así, una cultura de Institucionalidad Constitucional, que a su vez,
materialice los Principios y Valores constitucionales, dando como resultado una Gestión Pública
dinámica, con justicia social, logrando el Vivir Bien.

Douglass North (Premio Nobel de Economía en 1993) indica que la institucionalidad “son las reglas
del juego del funcionamiento de una sociedad, son las restricciones concebidas por el hombre que
configuran las interacciones entre los seres humanos”. North apunta que existen dos clases de
institucionalidad: “la impuesta formal (toda las leyes) y la informal autoimpuesta (comportamientos,
costumbres, culturas, ética)”.

Gobernanza
Es el concepto de reciente difusión para designar a la eficacia, calidad y buena orientación de la
intervención del Estado, que proporciona a éste buena parte de su legitimidad en lo que a veces se
define como una "nueva forma de gobernar" en la globalización del mundo posterior a la caída del
muro de Berlín (1989). También se utiliza el término gobierno relacional. Sobre todo se emplea en
términos económicos (lo que también se conoce como una de las acepciones del término quinto
poder), pero también sociales o de funcionamiento institucional, esencialmente la interacción entre
sus distintos niveles, sobre todo cuando se producen grandes cesiones competenciales hacia arriba
(por ejemplo la integración en la Unión Europea) y hacia abajo (la descentralización territorial, lo que
se ha podido designar con el término sexto poder). También, y muy especialmente, la forma de
interacción de las administraciones públicas con el mercado y las organizaciones privadas o de la
denominada sociedad civil (empresas, patronales, sindicatos y otras), que no obedecen a una
subordinación jerárquica, sino a una integración en red, en lo que se ha denominado "redes de
interacción público-privado-civil a lo largo del eje local/global".

Institución Política
Una primera aproximación a la noción de institución puede lograrse a través de tres enfoques
complementarios: - El primero se refiere a la institución como entidad unificadora de la comunidad
humana, que presenta dos fases: su organización interna y su individualización externa, y una
compleja red relacional que vincula a sus componentes entre sí, y al conjunto de la institución con
su entorno. Es la llamada institución-cuerpo o institución-persona. - El segundo se refiere a esa
colectividad individuada o persona en tanto cumple una función necesaria para el sistema social
global. Es la llamada institución-órgano. - El tercero se refiere al producto más estable de las dos
anteriores: las instituciones-normas, que regulan aspectos fundamentales de la vida colectiva. La
institución sobrevive a los hombres que la habitan en un momento dado. Es una entidad autónoma,
por medio de la cual el agregado humano se transforma en una comunidad actuante. Una institución,
una vez establecida no puede ser negada, salvo en un proceso disruptivo. Tiene estabilidad,
perdurabilidad en el tiempo, y continuidad jurídica en caso de cambios; tiene, por último, una
personalidad propia frente a sus miembros y a los extraños, lo que le permite establecer relaciones
de hecho y de derecho con otros sujetos e instituciones, y esas relaciones pueden ser a su vez
institucionaliza das. Tomando la clasificación tripartita que hace Prélot de la realidad política -ideas,
instituciones y vida política- diremos que las instituciones políticas condicionan y regulan la vida
política e influyen sobre el contenido de las ideas políticas, y son también influidas por ellas.

Gobernabilidad
Uno de los problemas más graves que afrontan los regímenes políticos contemporáneos —
especialmente en los países subdesarrollados— es el de la “gobernabilidad”. Aunque sin utilizar
esta palabra, el tema fue materia de preocupación de gobernantes y analistas políticos en todas las
épocas. La gobernabilidad, como preocupación, fue anterior al concepto. Ella estuvo presente en la
mente de los pensadores clásicos —Maquiavelo, Hobbes, Montesquieu, Rousseau y
otros— aunque no definieron el concepto. El concepto tuvo en sus inicios una inspiración
neoconservadora. La libertad era considerada la principal acechanza contra la gobernación de un
pueblo. Quien acuñó la palabra “gobernabilidad” en el ámbito iberoamericano, probablemente como
traducción del inglés “governability”, fue mi recordado amigo, el desaparecido líder político uruguayo
Wilson Ferreira Aldunate, en el curso de los debates del Primer Encuentro en la
Democracia convocado por Felipe González en Madrid, abril de 1983. Allí afirmó: “estoy obligado a
asegurar la gobernabilidad del Uruguay”, con referencia a la transición de la dictadura militar al
gobierno civil que entonces se preparaba.
El término obtuvo “carta de naturalización” en el vocabulario político antes que en la Real
Academia Española de la lengua, que recién lo incorporó a su diccionario en la vigésima segunda
edición del 2001, con la escueta acepción de “cualidad de gobernable”.
En el vocabulario político general se entiende por gobernabilidad —gobernabilidad
democrática— la razonable capacidad de mando, de conducción política y de disciplina democrática
que puede alcanzar una sociedad. La acción de gobierno requiere condiciones favorables así en el
medio interno como en el internacional. Cuando esas condiciones no se dan o cuando se dan
insuficientemente se dice que hay problemas de “gobernabilidad” en un Estado. El sociólogo
argentino Antonio Camou define a la gobernabilidad como “un estado de equilibrio dinámico entre
las demandas sociales y la capacidad de respuesta gubernamental”. El profesor norteamericano
Michael Coppedge afirma que la gobernabilidad descansa en la armónica relación entre los “actores
estratégicos” de una comunidad, o sea entre aquellos que tienen suficiente poder para alterar el
orden público, impulsar o detener el desarrollo económico o, en general, afectar la marcha de la
sociedad, ya sea porque poseen determinantes bienes de producción, o mueven organizaciones de
masas, o tienen influencia sobre la maquinaria administrativa estatal, o manejan las armas del Estado
o poseen la capacidad de diseminar con fuerza ideas e informaciones sobre la sociedad. Según el
profesor de Ciencia Política de la Universidad de Notre Dame, la gobernabilidad depende de que las
relaciones entre estos “actores estratégicos” sean estables y aceptadas.
El concepto entraña varios elementos de diversa naturaleza que concurren a afianzar
las tareas de gobierno: imperio de la ley, confiabilidad de los tribunales y judicaturas llamados a
aplicarla, seguridad jurídica, consistencia de las instituciones públicas, prestigio de la autoridad,
unidad y credibilidad del gobierno, estabilidad política, <cohesión social, conducta positiva de los
medios de comunicación, comportamiento sensato de las fuerzas de oposición y otros factores.
El concepto de gobernabilidad despertó el interés del Banco Mundial en relación con la
viabilidad y destino de sus proyectos en los países con poca capacidad de gobierno e instituciones
débiles. La entidad crediticia estaba muy preocupada por los resultados de ellos en los países al sur
del Sahara y bajo el título de “gobernabilidad” puso en marcha programas de desarrollo institucional,
capacitación gubernativa, asistencia municipal y modernización de la administración de justicia.
De todas suertes, la tarea de gobernar —en su doble dimensión de conducir seres
humanos y de administrar cosas— se complica cada vez más en todos los países, especialmente
en los que están en proceso de desarrollo. Todos ellos soportan enormes problemas. Se han
ampliado sus fronteras democráticas pero se han reducido sus posibilidades económicas. América
Latina, por ejemplo, vive la dramática paradoja de que nunca tantos países tuvieron gobiernos
elegidos libremente por sus pueblos pero nunca tampoco sus regímenes gubernativos afrontaron
tantos y tan arduos problemas de orden económico y social. Soportan graves desajustes
macroeconómicos, demandas sociales acumuladas a lo largo del tiempo que han hecho explosión,
pobreza extrema en amplios sectores de la población, violencia, narcotráfico, injusticia en el comercio
exterior, deuda externa desproporcionadamente grande para sus capacidades de pago y otros
desequilibrios bien conocidos.

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