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Tratamiento quirúrgico
del prolapso rectal completo
del adulto
D. Lechaux, J.-P. Lechaux
El prolapso rectal completo es un trastorno de la estática del recto que da lugar a una
invaginación que conduce a su exteriorización a través del ano. El objetivo del tratamiento
quirúrgico es corregir el prolapso, pero además restaurar la función anorrectal sin inducir
efectos deletéreos. Para ello, no existe ninguna técnica universal e infalible, ya que el pro-
lapso rectal es un síndrome que reúne entidades anatomoclínicas de diferente patogenia.
El prolapso «de debilidad», multifactorial, de la mujer multípara de edad avanzada es la
consecuencia de una enfermedad degenerativa del periné, con hernia del fondo de saco
de Douglas a través de la diastasis del piso pélvico. El prolapso «de fuerza» del adulto
joven, que tiene un piso pélvico y un esfínter normales, es una enfermedad primitiva del
recto por un exceso de longitud y de movilidad. La clínica permitirá diferenciar estas dos
entidades. El tratamiento de la patología del recto consiste en una rectopexia por vía
abdominal, casi siempre con prótesis y muy a menudo por vía laparoscópica. Garantiza,
independientemente de la técnica, una tasa de curación anatómica superior al 90%,
aunque se ve afectada por un riesgo de estreñimiento inducido o agravado, riesgo que
la resección sigmoidea permite evitar sin aumentar la morbilidad. El prolapso-hernia de
debilidad supone la prescripción de una intervención quirúrgica por vía perineal, que con-
siste en la escisión del prolapso, mucosa o total, asociada a una perineorrafia posterior
con supresión del saco peritoneal y una plastia de la pared. Las intervenciones quirúrgi-
cas perineales, realizables bajo anestesia locorregional, más apropiadas para el paciente
anciano de alto riesgo, tienen una eficacia anatómica menor que la cirugía abdominal
pero son menos agresivas y están desprovistas de efectos indeseables. Es posible que la
mucosectomía de Delorme sea más fisiológica que la rectosigmoidectomía de Altemeier,
que se ordena como primera elección, cuando no existe ninguna esperanza de mejora
funcional. Como conclusión, cada cirujano debe disponer de una técnica experimentada
de rectopexia abdominal, si es posible laparoscópica, con resultados funcionales cono-
cidos, y de dos técnicas perineales, lo que permite elegir el tratamiento más apropiado
para cada prolapso y cada paciente.
© 2014 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.
Palabras clave: Prolapso rectal; Rectopexia abdominal; Laparoscopia; Resección del sigmoide;
Intervenciones quirúrgicas perineales
oposición al prolapso puramente mucoso, habitualmente estos dos cuadros extremos existen todos los intermedios.
de origen hemorroidal. Aunque algunos principios tera- Las nociones de edad y de tipología del paciente junto a
péuticos son comunes a todos los elementos nosológicos la exploración física son suficientes para diferenciar estos
del prolapso rectal, únicamente se va a considerar el tra- dos tipos de prolapso.
tamiento quirúrgico del prolapso completo exteriorizado, La apreciación clínica del valor funcional del esfínter
patología intolerable. anal es suficiente. Puede completarse, en caso de insu-
ficiencia, con una manometría anorrectal que tendrá el
interés, repetida a distancia de la intervención quirúrgica,
Indicaciones de obtener una evaluación cuantitativa de la recupera-
ción, en particular del esfínter interno.
Las exploraciones funcionales, como la manometría y
El objetivo del tratamiento es doble: por una parte,
la electromiografía, no tienen ningún valor diagnóstico.
corregir el prolapso, y, por otra, restaurar la función
La defecografía sólo tiene interés en los trastornos de la
anorrectal sin inducir efectos deletéreos. Ninguna de las
estática rectal sin exteriorización.
innumerables técnicas propuestas alcanza este objetivo en
El tratamiento de estas dos variedades de prolapso no
todos los casos. Ya en 1902, Lenormant consideraba que
puede ser unívoco. La patología del recto justifica una
«no existe un tratamiento único, universal, del prolapso
vía de acceso abdominal para corregir las dos anoma-
rectal, debido a que existen diversas variedades de pro-
lías constitutivas. La patología del periné justifica una vía
lapso, desde el punto de vista clínico y desde el punto de
de acceso perineal para corregir a la vez la consecuen-
vista patogénico» [1] . La patogenia sigue siendo poco clara,
cia por resección del prolapso y la causa, mediante una
aunque se conocen las anomalías anatómicas constituti-
plastia perineal. «En estos pacientes se debe reconstituir
vas del prolapso, causas o consecuencias de éste (Fig. 1),
un periné sólido y resistente y dotar a al conducto anal
que son: una insuficiente fijación posterior del recto, la
de su longitud, su tonicidad y su oblicuidad natural» [1] .
longitud excesiva del rectosigmoide, la hernia del fondo
Las prescripciones terapéuticas teóricas deben tener en
de saco de Douglas, la diastasis de los músculos elevadores
cuenta igualmente la eficacia anatómica y funcional de
y la excesiva amplitud del conducto anal. La asociación de
cada técnica, la incidencia de morbilidad y de efectos inde-
estas anomalías es variable y permite un enfoque nosoló-
seables. Así, se dispone de las intervenciones quirúrgicas
gico. La existencia o no de una deficiencia perineal con
de rectopexia abdominal que tienen una tasa de recidiva
diastasis de los elevadores, hipotonía del piso pélvico y
inferior al 10%, frente a las intervenciones quirúrgicas
amplitud del conducto anal reconocida por la exploración
perineales que conllevan una incidencia más elevada. La
física permite diferenciar dos cuadros anatomoclínicos.
agresividad de la cirugía abdominal que precisa aneste-
El prolapso «de debilidad», multifactorial, que consta del
sia general aumenta con la edad y se hace incompatible
conjunto de anomalías, en la mujer multípara anciana,
en casos de características del paciente asociadas de alto
exteriorizado de forma permanente, se integra en una
riesgo, mientras que la cirugía perineal se puede realizar
patología degenerativa difusa del periné, con frecuente
bajo anestesia locorregional e incluso local, y está práctica-
asociación de un prolapso genital. El prolapso rectal es la
mente exenta de todo riesgo. Las rectopexias abdominales
consecuencia de una hernia por deslizamiento del fondo
pueden inducir o agravar un estreñimiento en el 30-
de saco de Douglas a través de la brecha parietal pélvica.
88% de los casos [2, 3] , riesgo que la resección sigmoidea
Por el contrario, el prolapso «de fuerza», paucifactorial,
asociada parece capaz de reducir o de evitar, mientras
del adulto joven, muy a menudo en la mujer por lo gene-
que la cirugía perineal, por la reducción o la supresión
ral nulípara, más raro en el varón, con un periné normal y
de la distensibilidad rectal que induce, es un factor de
un esfínter continente, es una enfermedad primitiva del
aumento de la cantidad y frecuencia de las heces, incluso
recto por un exceso de longitud y de movilidad. Entre
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5
4
A B
Figura 1. Anatomía patológica del prolapso rectal. Anomalías constitutivas constantes: 1. longitud excesiva del rectosigmoide;
4. verticalización del recto; 5. insuficiencia de fijación posterior. Anomalías constitutivas inconstantes: 2. asociación a un prolapso geni-
tal; 3. hernia del fondo de saco de Douglas; 6. diastasis y laxitud de los elevadores; 7. abertura anal.
A. Prolapso de debilidad de la mujer anciana con periné hipotónico.
B. Prolapso de fuerza del paciente joven con periné normotónico.
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20°-25°
ve facilitada por la aplicación de una valva maleable en el pélvico. Se ve facilitada con el uso del bisturí Liga-
fondo de saco vaginal posterior. Los uréteres se identifican sure, cuyo extremo romo permite rechazar eficazmente
con facilidad. el mesorrecto sin lesionarlo. A nivel de S4, para acceder
al piso pélvico es preciso seccionar una fascia rectosa-
Disección anterior y extirpación del fondo cra densa. Una vez se ha alcanzado el piso, la disección
de saco de Douglas (Fig. 6) se amplía lateralmente por detrás de las expansiones
laterales del mesorrecto, que se deben respetar. En este
En este proceso de hernia por deslizamiento parece- momento el ayudante puede introducir su pinza en el
ría necesaria la resección del saco peritoneal, lo cual espacio retrorrectal y favorecer un «efecto tienda» para
podría disminuir la frecuencia de las recidivas y facili- que el cirujano pueda trabajar a dos manos. A este nivel,
tar la exposición y la abertura del espacio rectovaginal el espacio de trabajo es en ocasiones insuficiente para que
o rectoprostático. Para ello, el cirujano utiliza una pinza los instrumentos no se entrecrucen. Se puede utilizar un
de prensión atraumática en la mano izquierda y tijeras dilatador de Hegar para orientar la parte inferior del recto
de coagulación en la mano derecha. Prende el fondo del en el sentido opuesto a la zona de disección. Este arti-
fondo de saco peritoneal y lo retrae hacia atrás. La aber- ficio permite una disección fina de la cara posterior de
tura del peritoneo con las tijeras coaguladoras se inicia los ligamentos rectales en su parte más baja. La visión
unos centímetros por delante a la altura del fondo de saco laparoscópica facilita este tiempo.
vaginal posterior. La disección es más fácil lateralmente
que en la línea media, debido a la presencia de adheren-
cias que en ocasiones pueden ser hemorrágicas. De este Peritonización (Fig. 7)
modo, se expone la cara anterior de la ampolla rectal. En
Se realiza sistemáticamente con independencia de la
esta zona, el peritoneo está engrosado, y su disección es
técnica de la que se trate. La douglasectomía y la moviliza-
tanto más difícil cuanto más antiguo es el prolapso. Esta
ción rectal hacia arriba crean una solución de continuidad
infiltración de los tejidos a este nivel forma un lipoma
del peritoneo pélvico. Para evitar que un asa del intestino
de deslizamiento prerrectal que es preciso extirpar. Los
delgado se incarcere en el espacio pélvico al contactar con
uréteres se visualizan y el límite de la resección queda a
una bandeleta, es necesario peritonizar esta zona con una
distancia de ellos.
sutura continua con un hilo de reabsorción lenta 3/0, con
Una vez extirpada la serosa y remitida para examen ana-
una aguja de 22 mm. La sutura se realiza de derecha a
tomopatológico, se continúa con la disección anterior en
izquierda, utilizando el excedente de peritoneo. La des-
el espacio rectovaginal, en contacto con la propia pared
peritonización del promontorio se cierra igualmente con
rectal, hasta los músculos elevadores. El ayudante bas-
facilidad, vigilando un buen recubrimiento del material
cula la vagina hacia delante utilizando la valva maleable
protésico. Algunos cirujanos peritonizan la pelvis utili-
intravaginal, para abrir el plano. El gancho coagulador es
zando grapas del tipo Endo-Hernia o incluso con un hilo
útil para la disección baja, donde el espacio de trabajo es
dentado de tipo V-Loc. El colon sigmoide se libera al final
estrecho. En el varón, se realiza por detrás de la aponeuro-
de la intervención quirúrgica, disponiéndolo de forma
sis de Denonvilliers. El control digital transanal permite
armoniosa en la cavidad pélvica. El epiplón mayor, que
asegurarse de que se la realizado lo suficientemente
se ha transpuesto atrás por vía izquierda, ayuda a relle-
abajo.
nar parcialmente la cavidad pélvica. En ocasiones, durante
las primeras 24 horas se utiliza un drenaje aspirativo de
Disección posterior tipo redón en la cavidad sacra, que se exterioriza por vía
La disección posterior comienza por el borde derecho infraperitoneal izquierda.
del promontorio, con cuidado de no lesionar el plexo
hipogástrico derecho. Mientras el ayudante realiza una
tracción hacia delante de la charnela rectosigmoidea uti-
Tratamiento postoperatorio
lizando una pinza de prensión, se abre el peritoneo con La sonda nasogástrica está proscrita sistemáticamente,
tijeras o con el gancho coagulador siguiendo la con- incluso tras resección cólica, en virtud de la aplicación
cavidad sacra unos 10 cm, hasta alcanzar la zona de de un protocolo de rehabilitación precoz. La ingesta de
douglasectomía. Es preferible evitar las coagulaciones y líquidos y posteriormente de la alimentación es posible ya
rechazar delicadamente y bajo control visual la totali- desde el primer día postoperatorio, siempre que no exis-
dad del mesorrecto hacia delante, respetando la fascia del tan náuseas y vómitos, sin esperar al tránsito de gases. La
recto. La progresión hacia abajo se realiza inicialmente aparición de las primeras heces suele ser tardía y necesita
sobre la línea media, en la hoja avascular hasta el piso el recurso a laxantes osmóticos.
de adherencia que sujeta el recto. Para la fijación sobre el Incisión y exposición del campo quirúrgico
recto, el cirujano se coloca entre las piernas del paciente
La incisión puede ser una incisión media hipogástrica o,
y aplica tres o cuatro puntos a cada lado.
preferiblemente por su solidez y su carácter estético y poco
doloroso, una incisión de Pfannenstiel alta [15] . Tras una
Técnicas quirúrgicas protección parietal mediante un protector de tipo Alexi
Retractor, el uso de dos valvas de Rochard antagonistas de
por laparotomía tamaño mediano, solidarizadas a barras de fijación, per-
mite una excelente exposición. El intestino delgado y el
Por vía abierta, la intervención consiste en una rectope- ciego se mantienen en la parte alta del abdomen mediante
xia aislada o en una rectopexia asociada a una resección campos y una valva maleable.
cólica. Los malos resultados funcionales han llevado a
modificar determinadas técnicas y abandonar otras (Rips-
Movilización del recto infraperitoneal
tein, Mann y Hoffmann, etc.).
(Fig. 15)
1
2 4
5
3
6
A
Figura 15. Disección del recto infraperitoneal.
A. Planos de disección del recto infraperitoneal. Disección posterior: 1. Por delante de la fascia propia; 2. por detrás de la fascia propia.
Disección anterior: 3. por detrás del tabique rectovaginal o de la aponeurosis de Denonvilliers; 4. aponeurosis presacra; 5. fascia propia del
recto; 6. fascia rectosacra; 7. tabique rectovaginal o aponeurosis de Denonvilliers.
B. Abertura de la raíz primaria del mesosigmoide sobre la cara izquierda.
haría preferible una movilización más limitada del recto [6] no es una «suspensión» sino una reposición flexible del
que respete los ligamentos laterales. Las prótesis son recto en la concavidad sacra, para limitar la frecuencia de
generalmente de material no reabsorbible: polipropileno, trastornos funcionales.
nailon o poliéster. Las prótesis reabsorbibles (poliglactina,
poliglicólico) no exponen a complicaciones sépticas y tie-
nen resultados comparables [23] . Se fijan dos bandeletas de Técnica de Wells (Fig. 17)
nailon de 3 cm de ancho sobre las caras anterolaterales del
recto infraperitoneal, lo más bajo posible, con una doble Ésta es la técnica electiva en Gran Bretaña [24] . La pró-
hilera de cuatro o cinco puntos de sutura no reabsorbi- tesis de Ivalon (polivinilo-alcohol) utilizada inicialmente,
ble. Por detrás, las bandeletas se fijan, con una tensión responsable de complicaciones infecciosas, ha sido sus-
moderada, al promontorio, a cada lado de la línea media, tituida por otras, de polietileno (Marlex, Mersylene). La
rechazado lateralmente los elementos vasculonerviosos, pieza protésica, rectangular, de 15 × 10 cm, se fija a la apo-
con dos puntos de sutura no reabsorbible, que pasan por el neurosis presacra en la línea media, lo más bajo posible,
ligamento longitudinal anterior, evitando cualquier toma con una hilera de cinco o seis puntos de sutura de hilo no
profunda que constituiría un factor de complicación dolo- reabsorbible, a intervalos de unos 2 cm. El recto se vuelve
rosa o infecciosa. Se debe dejar un espacio no inferior a colocar en su lugar en la concavidad sacra, rodeado por
a dos dedos entre el recto y el promontorio. El objetivo la prótesis en sus dos tercios posteriores, fijo a la pared
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D. Lechaux (david.lechaux@ch-stbrieuc.fr).
J.-P. Lechaux.
Service de chirurgie digestive, Hôpital Yves Le Foll, 10, rue Marcel-Proust, 22023 Saint-Brieuc cedex 1, France.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Lechaux D, Lechaux JP. Tratamiento quirúrgico del prolapso rectal
completo del adulto. EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 2014;30(3):1-16 [Artículo E – 40-710].
Disponibles en www.em-consulte.com/es
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