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Tratamiento quirúrgico
del prolapso rectal completo
del adulto
D. Lechaux, J.-P. Lechaux

El prolapso rectal completo es un trastorno de la estática del recto que da lugar a una
invaginación que conduce a su exteriorización a través del ano. El objetivo del tratamiento
quirúrgico es corregir el prolapso, pero además restaurar la función anorrectal sin inducir
efectos deletéreos. Para ello, no existe ninguna técnica universal e infalible, ya que el pro-
lapso rectal es un síndrome que reúne entidades anatomoclínicas de diferente patogenia.
El prolapso «de debilidad», multifactorial, de la mujer multípara de edad avanzada es la
consecuencia de una enfermedad degenerativa del periné, con hernia del fondo de saco
de Douglas a través de la diastasis del piso pélvico. El prolapso «de fuerza» del adulto
joven, que tiene un piso pélvico y un esfínter normales, es una enfermedad primitiva del
recto por un exceso de longitud y de movilidad. La clínica permitirá diferenciar estas dos
entidades. El tratamiento de la patología del recto consiste en una rectopexia por vía
abdominal, casi siempre con prótesis y muy a menudo por vía laparoscópica. Garantiza,
independientemente de la técnica, una tasa de curación anatómica superior al 90%,
aunque se ve afectada por un riesgo de estreñimiento inducido o agravado, riesgo que
la resección sigmoidea permite evitar sin aumentar la morbilidad. El prolapso-hernia de
debilidad supone la prescripción de una intervención quirúrgica por vía perineal, que con-
siste en la escisión del prolapso, mucosa o total, asociada a una perineorrafia posterior
con supresión del saco peritoneal y una plastia de la pared. Las intervenciones quirúrgi-
cas perineales, realizables bajo anestesia locorregional, más apropiadas para el paciente
anciano de alto riesgo, tienen una eficacia anatómica menor que la cirugía abdominal
pero son menos agresivas y están desprovistas de efectos indeseables. Es posible que la
mucosectomía de Delorme sea más fisiológica que la rectosigmoidectomía de Altemeier,
que se ordena como primera elección, cuando no existe ninguna esperanza de mejora
funcional. Como conclusión, cada cirujano debe disponer de una técnica experimentada
de rectopexia abdominal, si es posible laparoscópica, con resultados funcionales cono-
cidos, y de dos técnicas perineales, lo que permite elegir el tratamiento más apropiado
para cada prolapso y cada paciente.
© 2014 Elsevier Masson SAS. Todos los derechos reservados.

Palabras clave: Prolapso rectal; Rectopexia abdominal; Laparoscopia; Resección del sigmoide;
Intervenciones quirúrgicas perineales

Plan ■ Intervenciones quirúrgicas por vía perineal 11


Rectosigmoidectomía perineal: técnica de Altemeier 12
■ Definición 1 Mucosectomía: técnica de Delorme 13
■ Conclusión 15
■ Indicaciones 2
■ Técnicas quirúrgicas por laparoscopia 3
Generalidades 3
Rectopexia exclusivamente anterior: técnica de D’Hoore
Técnica asistida por robot
6
6  Definición
Técnica de Orr-Loygue 7
Técnica de Wells 7 El prolapso rectal es una invaginación del recto que con-
duce a su exteriorización a través del ano. El trastorno de
■ Técnicas quirúrgicas por laparotomía 8 la estática rectal se integra en un «síndrome del prolapso
Generalidades 8 rectal», que consta también del prolapso interno no exte-
Técnica de Orr-Loygue 9 riorizado y el rectocele. El prolapso se denomina completo
Técnica de Wells 10 (full thickness rectal prolapse de los anglosajones) cuando
Rectopexia y resección cólica 11 está constituido por todo el espesor de la pared rectal, en

EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 1


Volume 30 > n◦ 3 > agosto 2014
http://dx.doi.org/10.1016/S1282-9129(14)68403-8
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oposición al prolapso puramente mucoso, habitualmente estos dos cuadros extremos existen todos los intermedios.
de origen hemorroidal. Aunque algunos principios tera- Las nociones de edad y de tipología del paciente junto a
péuticos son comunes a todos los elementos nosológicos la exploración física son suficientes para diferenciar estos
del prolapso rectal, únicamente se va a considerar el tra- dos tipos de prolapso.
tamiento quirúrgico del prolapso completo exteriorizado, La apreciación clínica del valor funcional del esfínter
patología intolerable. anal es suficiente. Puede completarse, en caso de insu-
ficiencia, con una manometría anorrectal que tendrá el
interés, repetida a distancia de la intervención quirúrgica,
 Indicaciones de obtener una evaluación cuantitativa de la recupera-
ción, en particular del esfínter interno.
Las exploraciones funcionales, como la manometría y
El objetivo del tratamiento es doble: por una parte,
la electromiografía, no tienen ningún valor diagnóstico.
corregir el prolapso, y, por otra, restaurar la función
La defecografía sólo tiene interés en los trastornos de la
anorrectal sin inducir efectos deletéreos. Ninguna de las
estática rectal sin exteriorización.
innumerables técnicas propuestas alcanza este objetivo en
El tratamiento de estas dos variedades de prolapso no
todos los casos. Ya en 1902, Lenormant consideraba que
puede ser unívoco. La patología del recto justifica una
«no existe un tratamiento único, universal, del prolapso
vía de acceso abdominal para corregir las dos anoma-
rectal, debido a que existen diversas variedades de pro-
lías constitutivas. La patología del periné justifica una vía
lapso, desde el punto de vista clínico y desde el punto de
de acceso perineal para corregir a la vez la consecuen-
vista patogénico» [1] . La patogenia sigue siendo poco clara,
cia por resección del prolapso y la causa, mediante una
aunque se conocen las anomalías anatómicas constituti-
plastia perineal. «En estos pacientes se debe reconstituir
vas del prolapso, causas o consecuencias de éste (Fig. 1),
un periné sólido y resistente y dotar a al conducto anal
que son: una insuficiente fijación posterior del recto, la
de su longitud, su tonicidad y su oblicuidad natural» [1] .
longitud excesiva del rectosigmoide, la hernia del fondo
Las prescripciones terapéuticas teóricas deben tener en
de saco de Douglas, la diastasis de los músculos elevadores
cuenta igualmente la eficacia anatómica y funcional de
y la excesiva amplitud del conducto anal. La asociación de
cada técnica, la incidencia de morbilidad y de efectos inde-
estas anomalías es variable y permite un enfoque nosoló-
seables. Así, se dispone de las intervenciones quirúrgicas
gico. La existencia o no de una deficiencia perineal con
de rectopexia abdominal que tienen una tasa de recidiva
diastasis de los elevadores, hipotonía del piso pélvico y
inferior al 10%, frente a las intervenciones quirúrgicas
amplitud del conducto anal reconocida por la exploración
perineales que conllevan una incidencia más elevada. La
física permite diferenciar dos cuadros anatomoclínicos.
agresividad de la cirugía abdominal que precisa aneste-
El prolapso «de debilidad», multifactorial, que consta del
sia general aumenta con la edad y se hace incompatible
conjunto de anomalías, en la mujer multípara anciana,
en casos de características del paciente asociadas de alto
exteriorizado de forma permanente, se integra en una
riesgo, mientras que la cirugía perineal se puede realizar
patología degenerativa difusa del periné, con frecuente
bajo anestesia locorregional e incluso local, y está práctica-
asociación de un prolapso genital. El prolapso rectal es la
mente exenta de todo riesgo. Las rectopexias abdominales
consecuencia de una hernia por deslizamiento del fondo
pueden inducir o agravar un estreñimiento en el 30-
de saco de Douglas a través de la brecha parietal pélvica.
88% de los casos [2, 3] , riesgo que la resección sigmoidea
Por el contrario, el prolapso «de fuerza», paucifactorial,
asociada parece capaz de reducir o de evitar, mientras
del adulto joven, muy a menudo en la mujer por lo gene-
que la cirugía perineal, por la reducción o la supresión
ral nulípara, más raro en el varón, con un periné normal y
de la distensibilidad rectal que induce, es un factor de
un esfínter continente, es una enfermedad primitiva del
aumento de la cantidad y frecuencia de las heces, incluso
recto por un exceso de longitud y de movilidad. Entre

4 1

5
4

A B
Figura 1. Anatomía patológica del prolapso rectal. Anomalías constitutivas constantes: 1. longitud excesiva del rectosigmoide;
4. verticalización del recto; 5. insuficiencia de fijación posterior. Anomalías constitutivas inconstantes: 2. asociación a un prolapso geni-
tal; 3. hernia del fondo de saco de Douglas; 6. diastasis y laxitud de los elevadores; 7. abertura anal.
A. Prolapso de debilidad de la mujer anciana con periné hipotónico.
B. Prolapso de fuerza del paciente joven con periné normotónico.

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de degradación de la continencia. Todas las técnicas de Preparación


rectopexia descritas por vía abdominal por laparotomía
Durante 1 semana antes se debe seguir una dieta sin
se pueden reproducir por vía laparoscópica, con las ven-
residuos. Es necesaria y suficiente la preparación rectal
tajas inherentes en el plano del manejo postoperatorio.
mediante enemas (de fosfato sódico) la noche previa y
La vía abdominal, una vez determinada según la edad y
la mañana de la intervención quirúrgica. La preparación
los factores de riesgo (clasificación de la American Society
cólica por vía oral no está justificada, incluso en caso
of Anesthesiologists [ASA]), precisa para la elección de
de colectomía asociada programada. Sistemáticamente, se
la técnica una evaluación funcional: calidad de la conti-
coloca una sonda vesical al inicio de la intervención qui-
nencia, existencia de un estreñimiento, y saber distinguir
rúrgica. Antes de la colocación del paciente, el cirujano
un estreñimiento antiguo por tránsito lento y la disque-
debe asegurarse de que el prolapso está reducido.
cia provocada por el prolapso. Para algunos autores es
útil realizar un tiempo de tránsito cólico con marcado-
res para una mejor apreciación del tipo y la ubicación
Anestesia
del estreñimiento. Se debe tener en cuenta también el En cirugía laparoscópica debe ser anestesia general con
estreñimiento agravado o inducido por la rectopexia. Ello vigilancia de la tolerabilidad del neumoperitoneo.
puede justificar la asociación a una colectomía sigmoidea.
Únicamente se describen las técnicas evaluadas por Antibioticoterapia
estudios que constan de un número de casos y un segui- Se debe realizar de forma sistemática antes de cualquier
miento suficientes, y se excluyen aquellas, anecdóticas, implante de prótesis o resección cólica. Durante la induc-
obsoletas o que no han ido más allá de la práctica de sus ción de la anestesia, se administra una cefalosporina de
autores. Las intervenciones quirúrgicas por vía abdomi- segunda generación (cefazolina), una dosis de 2 g por vía
nal se tratarán comenzando por la vía laparoscópica y, a intravenosa.
continuación, la vía abierta. Las intervenciones por vía
perineal se exponen en un segundo tiempo. Instrumentación específica
La intervención precisa:

 Técnicas quirúrgicas •
un monitor sobre una columna móvil;
una óptica a 30◦ (o 0◦ , según los hábitos del cirujano);
por laparoscopia • un insuflador;
• una fuente de luz fría;
Generalidades • cuatro trocares (dos de 5 mm, uno de 10 mm y otro de
12 mm);
La mayoría de las técnicas de tratamiento quirúrgico • dos pinzas de prensión fenestradas de 5 mm;
del prolapso rectal completo por laparotomía se han • un par de tijeras de disección y coagulación;
transpuesto y son perfectamente reproducibles por vía • un aspirador;
laparoscópica. Únicamente ha cambiado la vía de acceso. • un portaagujas endoscópico de 5 mm;
Ocurre lo mismo en el caso de las prescripciones y los • ligaduras o una grapadora (tipo Endo-Hernia y/o Tak-
objetivos de la cirugía: restaurar la anatomía y la fun- kers);
ción normal sin inducir efectos indeseables. Las ventajas • una grapadora lineal Endo-GIA de 60 mm y una grapa-
son las de todo procedimiento laparoscópico: disminu- dora circular en caso de resección cólica asociada;
ción del dolor, de la duración de hospitalización, de la • un kit de campo de «doble vía» que permite cubrir al
incapacidad, recuperación más rápida de la actividad y paciente y proporciona un acceso perineal;
beneficio estético. Además, el aumento óptico, las cáma- • una mesa de instrumental de «vía baja» con el mate-
ras de alta definición y, ahora, la visión tridimensional rial auxiliar para la exposición de los órganos pélvicos
(3D) facilitan el reconocimiento y la preservación de las (valva vaginal mediana, tampón montado, cánula
estructuras anatómicas, en particular los nervios de los intrauterina, dilatadores de Hegar, según las costumbres
plexos hipogástricos durante la disección del recto. En del cirujano).
cambio, la duración de la intervención quirúrgica y su
coste son mayores [4] , sobre todo si se utiliza una asisten- Colocación del paciente (Figs. 2 y 3)
cia robótica. El aprendizaje de esta difícil cirugía precisa de En la planta, antes de ir al quirófano, al paciente se
una experiencia avanzada en laparoscopia. En esta cirugía le colocan medias de contención para la prevención de
de objetivo funcional, en particular en los pacientes jóve- trombosis venosas. La colocación del paciente se realiza
nes, se puede considerar la laparoscopia como la vía de en posición de doble equipamiento con las piernas separa-
elección siempre que no se deba extraer ningún órgano das sobre perneras. La columna de vídeo se sitúa a nivel de
y que el material protésico que pueda utilizarse tenga la pierna izquierda, orientada hacia el cirujano, que está
un volumen limitado. Al igual que en la vía abierta, la a la derecha del paciente. El primer ayudante se coloca
intervención quirúrgica puede consistir en una rectope- enfrente del cirujano principal y el segundo ayudante,
xia aislada o en una rectopexia asociada a una resección entre las piernas (Fig. 2). Algunos cirujanos prefieren colo-
cólica. Las contraindicaciones a esta vía de acceso son las carse a la izquierda del paciente. Para la exposición de
de todo procedimiento laparoscópico a las que se asocian la pelvis es preciso rechazar las asas del intestino del-
las contraindicaciones de anestesia general en función gado hacia fuera de la pelvis, hacia el piso abdominal.
de la edad, del estado del paciente y de la clasificación Para ello, se coloca al paciente en posición de Trendelen-
ASA. En el varón joven, el riesgo de disfunción eréctil por burg pronunciado de hasta 20◦ o incluso 25◦ , con 10◦ de
lesión nerviosa incita a una mayor cautela y, para algunos inclinación hacia la derecha. Es preferible el uso de una
autores, justificaría renunciar a esta vía de acceso [5] . Las contención eficaz mediante una correa provista de velcro
adherencias pélvicas múltiples, que limitan el acceso a la al uso de hombreras protegidas por almohadillas de sili-
pelvis y disminuyen el espacio de trabajo, en particular cona. Los brazos se sitúan a lo largo del cuerpo con campos
en el varón, son contraindicaciones relativas que conlle- enrollados.
van un aumento notable de la duración de la cirugía. Los
casos de recidiva del prolapso tras una vía abdominal no se Creación de un neumoperitoneo
oponen a priori a una nueva intervención quirúrgica por
vía laparoscópica. Por el contrario, tras una vía baja (Alte-
y disposición de los trocares (Fig. 4)
meier o Delorme), se debe extremar la máxima prudencia La creación del neumoperitoneo se realiza con la
para evitar una lesión rectal o un problema hemorrágico. aguja de Veress en el hipocondrio derecho. En caso de

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1 4

1
5 3 4
2

Figura 4. Disposición de los trocares. El primer trocar de


10 mm se introduce a la altura del ombligo (1) para la óptica.
A continuación, bajo control visual, se colocan los otros tres tro-
Figura 2. Colocación del paciente, con las piernas separadas, cares. En la fosa ilíaca derecha se coloca un trocar de 12 mm (2).
los brazos a lo largo del cuerpo, con una hombrera y un apoyo Los dos trocares de 5 mm se implantan simétricamente a ambos
lateral derecho. 1. Cirujano; 2. instrumentista; 3. bisturí eléctrico; lados del ombligo (3, 4), 3-4 cm por debajo del borde externo
4. ayudante; 5. vídeo. de los músculos rectos abdominales.

20°-25°

Figura 3. Colocación del paciente.

antecedentes de cirugía abdominal, o incluso de forma


sistemática, se recomienda una técnica abierta (open) a la
Figura 5. Inicio de la douglasectomía.
altura del ombligo. El primer trocar de 10 mm se introduce
a nivel del ombligo, para la óptica. A continuación, bajo
control visual, se colocan los otros tres trocares. Se coloca del intestino delgado. Con ayuda de la posición de Tren-
un trocar de 12 mm en la fosa ilíaca derecha. Los dos troca- delenburg, el cirujano rechaza el epiplón por encima del
res de 5 mm se implantan simétricamente a ambos lados hígado y, a continuación, las asas del intestino delgado
del ombligo, 3-4 cm por debajo del borde externo de los por encima del promontorio y el bucle sigmoideo en el
músculos rectos abdominales. receso parietocólico izquierdo. El colon a menudo tiene
tendencia a recaer la cavidad pélvica vacía. En este caso
resulta útil fijarlo con un punto de sutura transparietal en
Exposición de la pelvis (Fig. 5) la fosa ilíaca izquierda, tomando una franja de epiplón.
En esta patología, la laparoscopia aporta una visuali- En caso de adherencias sigmoidoparietales, resulta más
zación magnífica de la parte baja del recto. El fondo de sensato no suprimirlas y aprovechar esta exposición natu-
saco de Douglas aparece agrandado y profundo, con un ral. En la parte anterior, en la mujer no histerectomizada,
engrosamiento de la serosa, y se prolonga en algunas se procede a la suspensión anterior del útero mediante
ocasiones por detrás de la vagina en forma de un seudo- un punto de sutura transparietal introducido por la zona
divertículo. Las estructuras anatómicas se visualizan con suprapúbica y anudado sobre un rollo de gasa. Los auto-
mucha precisión, en particular los uréteres. La exposición res de este artículo prefieren, más que las agujas rectas, las
de la pelvis se ve dificultada por un largo bucle sigmoideo agujas curvas de 48 mm, que son mucho más fáciles de uti-
que a menudo es diverticular, prolapsado en el fondo de lizar para una transfixión del útero. Durante la disección
saco de Douglas, que es preciso rechazar, y por las asas anterior del recto, la abertura del espacio rectovaginal se

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Figura 6. Final de la douglasectomía. Figura 7. Peritonización.

ve facilitada por la aplicación de una valva maleable en el pélvico. Se ve facilitada con el uso del bisturí Liga-
fondo de saco vaginal posterior. Los uréteres se identifican sure, cuyo extremo romo permite rechazar eficazmente
con facilidad. el mesorrecto sin lesionarlo. A nivel de S4, para acceder
al piso pélvico es preciso seccionar una fascia rectosa-
Disección anterior y extirpación del fondo cra densa. Una vez se ha alcanzado el piso, la disección
de saco de Douglas (Fig. 6) se amplía lateralmente por detrás de las expansiones
laterales del mesorrecto, que se deben respetar. En este
En este proceso de hernia por deslizamiento parece- momento el ayudante puede introducir su pinza en el
ría necesaria la resección del saco peritoneal, lo cual espacio retrorrectal y favorecer un «efecto tienda» para
podría disminuir la frecuencia de las recidivas y facili- que el cirujano pueda trabajar a dos manos. A este nivel,
tar la exposición y la abertura del espacio rectovaginal el espacio de trabajo es en ocasiones insuficiente para que
o rectoprostático. Para ello, el cirujano utiliza una pinza los instrumentos no se entrecrucen. Se puede utilizar un
de prensión atraumática en la mano izquierda y tijeras dilatador de Hegar para orientar la parte inferior del recto
de coagulación en la mano derecha. Prende el fondo del en el sentido opuesto a la zona de disección. Este arti-
fondo de saco peritoneal y lo retrae hacia atrás. La aber- ficio permite una disección fina de la cara posterior de
tura del peritoneo con las tijeras coaguladoras se inicia los ligamentos rectales en su parte más baja. La visión
unos centímetros por delante a la altura del fondo de saco laparoscópica facilita este tiempo.
vaginal posterior. La disección es más fácil lateralmente
que en la línea media, debido a la presencia de adheren-
cias que en ocasiones pueden ser hemorrágicas. De este Peritonización (Fig. 7)
modo, se expone la cara anterior de la ampolla rectal. En
Se realiza sistemáticamente con independencia de la
esta zona, el peritoneo está engrosado, y su disección es
técnica de la que se trate. La douglasectomía y la moviliza-
tanto más difícil cuanto más antiguo es el prolapso. Esta
ción rectal hacia arriba crean una solución de continuidad
infiltración de los tejidos a este nivel forma un lipoma
del peritoneo pélvico. Para evitar que un asa del intestino
de deslizamiento prerrectal que es preciso extirpar. Los
delgado se incarcere en el espacio pélvico al contactar con
uréteres se visualizan y el límite de la resección queda a
una bandeleta, es necesario peritonizar esta zona con una
distancia de ellos.
sutura continua con un hilo de reabsorción lenta 3/0, con
Una vez extirpada la serosa y remitida para examen ana-
una aguja de 22 mm. La sutura se realiza de derecha a
tomopatológico, se continúa con la disección anterior en
izquierda, utilizando el excedente de peritoneo. La des-
el espacio rectovaginal, en contacto con la propia pared
peritonización del promontorio se cierra igualmente con
rectal, hasta los músculos elevadores. El ayudante bas-
facilidad, vigilando un buen recubrimiento del material
cula la vagina hacia delante utilizando la valva maleable
protésico. Algunos cirujanos peritonizan la pelvis utili-
intravaginal, para abrir el plano. El gancho coagulador es
zando grapas del tipo Endo-Hernia o incluso con un hilo
útil para la disección baja, donde el espacio de trabajo es
dentado de tipo V-Loc. El colon sigmoide se libera al final
estrecho. En el varón, se realiza por detrás de la aponeuro-
de la intervención quirúrgica, disponiéndolo de forma
sis de Denonvilliers. El control digital transanal permite
armoniosa en la cavidad pélvica. El epiplón mayor, que
asegurarse de que se la realizado lo suficientemente
se ha transpuesto atrás por vía izquierda, ayuda a relle-
abajo.
nar parcialmente la cavidad pélvica. En ocasiones, durante
las primeras 24 horas se utiliza un drenaje aspirativo de
Disección posterior tipo redón en la cavidad sacra, que se exterioriza por vía
La disección posterior comienza por el borde derecho infraperitoneal izquierda.
del promontorio, con cuidado de no lesionar el plexo
hipogástrico derecho. Mientras el ayudante realiza una
tracción hacia delante de la charnela rectosigmoidea uti-
Tratamiento postoperatorio
lizando una pinza de prensión, se abre el peritoneo con La sonda nasogástrica está proscrita sistemáticamente,
tijeras o con el gancho coagulador siguiendo la con- incluso tras resección cólica, en virtud de la aplicación
cavidad sacra unos 10 cm, hasta alcanzar la zona de de un protocolo de rehabilitación precoz. La ingesta de
douglasectomía. Es preferible evitar las coagulaciones y líquidos y posteriormente de la alimentación es posible ya
rechazar delicadamente y bajo control visual la totali- desde el primer día postoperatorio, siempre que no exis-
dad del mesorrecto hacia delante, respetando la fascia del tan náuseas y vómitos, sin esperar al tránsito de gases. La
recto. La progresión hacia abajo se realiza inicialmente aparición de las primeras heces suele ser tardía y necesita
sobre la línea media, en la hoja avascular hasta el piso el recurso a laxantes osmóticos.

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Figura 8. Acceso al promontorio. Figura 9. Disección infraperitoneal del trayecto de la prótesis.

Rectopexia exclusivamente anterior:


técnica de D’Hoore
Esta intervención quirúrgica se utiliza actualmente cada
vez más y parece imponerse como la intervención que per-
mite conseguir una buena eficacia en términos de recidiva
con una baja tasa de estreñimiento inducido [6, 7] .

Disección anterior (Fig. 8)


La originalidad de este procedimiento es que limita
la disección pélvica a la cara anterior del recto, con
una rectopexia con prótesis y sin movilización posterior.
Según el autor, la disección posterior conllevaría riesgos
de hemorragia en la región presacra, de lesiones de los
plexos nerviosos y de denervación rectal, potencialmente
responsables de un estreñimiento grave. No se realiza nin-
guna disección posterior del recto y, en la mujer, el fondo
de saco vaginal posterior se fija sobre la bandeleta de forma
que se vuelve a cerrar el tabique rectovaginal, y se previene
la aparición de un enterocele. Una vez se ha realizado Figura 10. Técnica de promontofijación anterior (D’Hoore).
la disección del tabique rectovaginal lo suficientemente
abajo, se prepara la zona de la implantación proximal de laterales derecha e izquierda del bajo recto. El retensio-
la bandeleta a la altura del promontorio. Es preciso visua- nado de la pared posterior de la vagina, que a menudo es
lizar correctamente la zona para no lesionar los elementos necesario, se realiza de la misma forma, garantizando esta
vasculonerviosos, para lo cual se realiza una incisión del vez un contraapoyo en el fondo de saco vaginal posterior.
peritoneo bajo la bifurcación de las arterias ilíacas, de unos En esta zona son suficientes dos grapas. La prótesis se pasa
3 cm, y se rechazan los tejidos celulograsos de forma que se por el trayecto de tunelización y a continuación se fija sin
pueda distinguir el ligamento vertebral anterior (Fig. 8). tensión al promontorio. Algunos autores realizan la fija-
Esta disección se hace difícil debido al ángulo de visión ción proximal de la bandeleta con una grapadora de tipo
muy tangencial que se tiene del promontorio cuando la «Takkers» (Fig. 10). El exceso de bandeletas se recorta.
óptica está en el trocar umbilical. Algunos autores [8] utili-
zan un trocar suprapúbico complementario y se colocan
de forma provisional entre las piernas del paciente para Técnica asistida por robot
poder tener una visión directa. Para evitar una desperi- La técnica de rectopexia laparoscópica se ha beneficiado
tonización importante y perjudicial del borde derecho del aporte de la asistencia robótica (Da Vinci). Las ventajas
del recto, es preferible realizar un túnel bajo el perito- de esta técnica, tales como la visión 3D y la articulación de
neo, entre el promontorio y el fondo de saco de Douglas los instrumentos, facilitan la realización de movimientos
(Fig. 9). precisos en la pelvis menor, donde el espacio es limitado.
Los enfoques de laparoscopia clásica y roboasistida utili-
Fijación de la prótesis (Fig. 10) zan la misma técnica de disección y de rectopexia, pero
A continuación se prepara la prótesis. Se trata de una difieren en las modalidades de instalación, en particular
prótesis de polipropileno no extensible de 15 cm de largo. debido al escollo de los cuatro brazos y del pie de este
La extremidad distal es más ancha, para cubrir la hemi- dispositivo (Fig. 11). La disposición de los trocares es idén-
circunferencia anterior de la parte baja del recto en una tica, salvo en caso de cirugía monotrocar con la última
altura de 8 cm. A este nivel es suficiente una anchura de generación de robots. La fiabilidad de este procedimiento
6 cm. El extremo proximal, por su parte, sólo tiene 2,5 de está demostrada [9, 10] . A pesar de una mayor duración de
ancho y se va a fijar al promontorio. La fijación rectal de la la cirugía y de un coste más importante, la técnica asis-
prótesis se asegura mediante grapas Endo-Hernia de 4 mm, tida por robot comporta una tasa de conversión y una
tres a cada lado y dos sobre la cara anterior. La mejor forma duración de hospitalización similares a los del enfoque
de controlar adecuadamente la colocación de las grapas es laparoscópico clásico [10] . No obstante, aún está por eva-
realizando un contraapoyo digital con la mano izquierda luar el beneficio de esta técnica en términos de resultado
y sujetar la grapadora con la mano derecha o a la inversa. funcional. En el estudio de De Hoog [11] se comunicó una
Esta maniobra permite presentar perfectamente las caras mayor tasa de recidiva.

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Figura 13. Técnica de Wells: fijación de la prótesis en la con-


cavidad sacra.

no reabsorbible trenzada (2/0) para cada bandeleta. Estos


puntos se colocan transversalmente sobre los bordes late-
rales derecho e izquierdo, tomando primero el borde libre
de la bandeleta y a continuación la muscular rectal. Es
preciso evitar cargar los ligamentos laterales del reto. Estas
suturas son difíciles en el espacio restringido del piso pél-
vico y esto a pesar del uso de nudos extracorpóreos. La
aparición de grapas laparoscópicas (Endo-Hernia) ha faci-
B litado notablemente la fijación de las bandeletas [12] . Las
Figura 11. Técnica asistida por robot (A, B). bandeletas protésicas, una vez fijas sobre las caras antero-
laterales derecha e izquierda del recto, caminan por detrás
de los ligamentos rectales laterales y se unen a nivel de la
zona de inserción del promontorio. El uso de un pasahí-
los curvo de 10 mm permite realizar la comunicación del
plano posterior del mesorrecto con las caras laterorrecta-
les bajo el plano de los ligamentos laterales que se deben
preservar. Esta maniobra es más fácil en el lado dere-
cho que en el izquierdo. Una variante técnica, descrita
por Dulucq [13] , consiste en pasar la bandeleta izquierda
por delante del alerón rectal izquierdo y por lo tanto por
delante de la parte inferior del recto. Esta última opción
es de realización técnica más fácil y produciría una menor
tasa de estreñimiento postoperatorio debido a la ausencia
de revestido de la charnela rectosigmoidea entre las dos
bandeletas. A continuación se fija el recto sin tensión al
promontorio de forma que repose en la concavidad sacra.
La fijación de las dos bandeletas superpuestas se realiza
con dos puntos de sutura no reabsorbible trenzada de 2/0.
Al igual que en cirugía abierta, las agujas no deben pene-
trar en el disco lumbosacro. Es aconsejable cargar con la
aguja el ligamento vertebral y a continuación la bandeleta
para tener un control visual del paso de la aguja. Los nudos
Figura 12. Fijación de las bandeletas a nivel del recto durante se realizan en intraabdominal utilizando un portaagujas
la intervención de Orr-Loygue. laparoscópico y una pinza fenestrada.

Técnica de Orr-Loygue (Fig. 12) Técnica de Wells (Figs. 13 y 14)


Esta técnica, descrita inicialmente mediante laparoto- La rectopexia posterior al sacro de Wells por laparosco-
mía, se puede realizar de forma idéntica por laparoscopia. pia fue descrita por Himpens en 1999 [14] . La disección
Conlleva una importante disección posterior del recto que anterior y posterior del recto no presenta ninguna espe-
hace que sea menos utilizada que anteriormente. En esta cificidad. La particularidad de esta técnica proviene de la
patología benigna, es indispensable la preservación del forma de la prótesis. Se trata de una prótesis de polipro-
mesorrecto, en particular las expansiones laterales bajas pileno en forma de T, de 15 × 7 cm (Fig. 13) cuya rama
clásicamente denominadas alerones o ligamentos recta- horizontal se grapa mediante dos Takkers bajo el promon-
les. Se fijan dos bandeletas de nailon o de polipropileno, torio y a continuación se sutura a ambos lados del recto
de 15 × 15 cm, que se introducen por el trocar umbilical, con sutura de poliglactina 3/0 (Fig. 14) rodeando los dos
a las caras anterolaterales del recto infraperitoneal. La fija- tercios posteriores. La rama vertical se ubica sin fijación
ción se asegura mediante tres puntos separados de sutura en la concavidad sacra con el objetivo de crear una zona

EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 7


E – 40-710  Tratamiento quirúrgico del prolapso rectal completo del adulto

de adherencia que sujeta el recto. Para la fijación sobre el Incisión y exposición del campo quirúrgico
recto, el cirujano se coloca entre las piernas del paciente
La incisión puede ser una incisión media hipogástrica o,
y aplica tres o cuatro puntos a cada lado.
preferiblemente por su solidez y su carácter estético y poco
doloroso, una incisión de Pfannenstiel alta [15] . Tras una
 Técnicas quirúrgicas protección parietal mediante un protector de tipo Alexi
Retractor, el uso de dos valvas de Rochard antagonistas de
por laparotomía tamaño mediano, solidarizadas a barras de fijación, per-
mite una excelente exposición. El intestino delgado y el
Por vía abierta, la intervención consiste en una rectope- ciego se mantienen en la parte alta del abdomen mediante
xia aislada o en una rectopexia asociada a una resección campos y una valva maleable.
cólica. Los malos resultados funcionales han llevado a
modificar determinadas técnicas y abandonar otras (Rips-
Movilización del recto infraperitoneal
tein, Mann y Hoffmann, etc.).
(Fig. 15)

Generalidades El asa sigmoide se libera de sus inserciones no anató-


micas en la fosa ilíaca izquierda, hasta la raíz primaria de
Los diferentes tiempos quirúrgicos (cf infra) son su meso en la línea media. El esbozo del despegamiento
comunes a todas las intervenciones quirúrgicas por lapa- del colon izquierdo y de la fascia de Toldt izquierda a
rotomía. la altura de la raíz secundaria facilita el reconocimiento
del uréter y del plano retroperitoneal. Se rechaza el colon
hacia delante, lo que facilita la identificación de la arcada
vascular rectal superior que recorre la raíz primaria. Se
realiza la incisión de la hoja izquierda del mesosigmoide
hasta la altura de la charnela rectosigmoidea, donde el
mesosigmoide se convierte en mesorrecto, a nivel del
promontorio. Se realiza una incisión simétrica sobre la
hoja derecha del mesocolon. Quedará por separar en la
línea media la raíz primaria de los elementos vasculo-
nerviosos posteriores, mediante una disección prudente
en un plano transversal avascular. Para acceder al espacio
retrorrectal, a la altura de la charnela rectosigmoidea, es
necesario seccionar mediante electrocoagulación, en con-
tacto con la grasa perirrectal y la bifurcación de la arteria
hemorroidal superior, los tractos fibrosos cortos que van
desde el mesorrecto al promontorio lumbosacro. La trac-
ción anterior sobre la charnela, realizada por el ayudante
o con la mano izquierda del cirujano, permite respetar
la integridad del meso por delante y de los elementos
nerviosos del plexo hipogástrico superior por detrás, que
franquean el promontorio en la bifurcación aórtica. A
ambos lados, se prolonga la incisión peritoneal simétrica
del mesosigmoide en dirección al fondo de saco de Dou-
glas, permaneciendo a distancia de la pared pélvica. Con
Figura 14. Técnica de Wells: fijación de la prótesis al recto.
ello, la abertura del espacio retrorrectal es fácil en un plano

1
2 4

5
3
6

A
Figura 15. Disección del recto infraperitoneal.
A. Planos de disección del recto infraperitoneal. Disección posterior: 1. Por delante de la fascia propia; 2. por detrás de la fascia propia.
Disección anterior: 3. por detrás del tabique rectovaginal o de la aponeurosis de Denonvilliers; 4. aponeurosis presacra; 5. fascia propia del
recto; 6. fascia rectosacra; 7. tabique rectovaginal o aponeurosis de Denonvilliers.
B. Abertura de la raíz primaria del mesosigmoide sobre la cara izquierda.

8 EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo


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Figura 15. (continuación) Disección del recto infraperitoneal.


C. Disección posterior en contacto con el mesorrecto.
D. Disección posterior hasta el piso muscular pélvico respetando los alerones laterales.
E. Disección anterior en contacto con la muscular rectal. Con la pinza de Duval se tracciona
de la vagina hacia arriba y delante.

celular laxo avascular, clásicamente entre la aponeurosis Disección lateral


presacra por detrás y la fascia perirrectal por delante. Es
Existe controversia en cuanto a la realidad anató-
preferible, en esta patología benigna en la que se quiere
mica [17] y la importancia fisiológica de los alerones
preservar al máximo la inervación, realizar la disección
laterales, que son inserciones transversales del recto [18] .
posterior en contacto del mesorrecto, rechazando hacia
No obstante, parece preferible preservarlos para poder
atrás la fascia perirrectal. Esta disección se puede realizar
respetar mejor la inervación autónoma del recto [19] .
con el bisturí eléctrico, bajo control visual, rechazando el
El estudio aleatorizado de Speakman [20] demostró que
recto hacia delante. Hacia abajo, a nivel de S4, es preciso
la sección de los alerones aumentaba la frecuencia de
sobrepasar una fascia rectosacra densa casi avascular, cuya
estreñimiento postoperatorio.
sección, en contacto del recto, da lugar a la verticalización
y alargamiento de la ampolla rectal, y pone en evidencia
el piso muscular pélvico. Siempre que se permanezca a Peritonización y drenaje
distancia de la aponeurosis presacra y de las paredes pél-
Todas las técnicas de rectopexia que comportan una
vicas laterales, el riesgo de lesión del plexo hipogástrico
resección anterior producen, por la movilización y reposi-
inferior y de los nervios pélvicos es inexistente.
ción del recto, una solución de continuidad del peritoneo
pélvico cuya vertiente rectal se reubica más arriba. En
Disección anterior del recto
caso contrario, la continuidad peritoneal se restablece
La serosa del fondo de saco de Douglas suele estar mediante la sutura cabo a cabo, lo que suprime el exceso
modificada, engrosada, ondulada, testigo de la zona de la de profundidad del Douglas y hace que resulte inútil cual-
invaginación rectal. Las dos incisiones peritoneales late- quier procedimiento de resección de la serosa. Se deja
rorrectales simétricas se reúnen a la altura de la vertiente colocado un drenaje aspirativo por sonda de redón en la
rectal del fondo de saco de Douglas. La disección se efec- concavidad sacra durante 48 horas.
túa en contacto con la muscular rectal, en el varón por
detrás de la aponeurosis de Denonvilliers, en la que es pre-
ciso realizar una incisión. La vagina o la vejiga se levantan Técnica de Orr-Loygue (Fig. 16)
con una pinza de Duval ancha que el ayudante transpone
hacia delante. El uso de una valva maleable moldeada o de Es la técnica electiva en Francia [21] . Se ha acusado a la
una valva rígida de St. Marks [16] facilita el despegamiento importante movilización rectal que es necesaria de ser la
en un plano transversal prácticamente avascular. responsable de un estreñimiento terminalgrave [22] , lo que

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Figura 16. Intervención de Orr-Loygue.


A. Rectopexia mediante bandeletas anterolaterales que se fijan al promontorio.
B. Fijación de las bandeletas a la parte baja del recto infraperitoneal.
C. Fijación de las bandeletas, sin tensión, a la fascia anterior al promontorio.

Figura 17. Intervención de Wells.


A. Rectopexia mediante prótesis que se fija a la aponeurosis presacra.
B. Implante de la prótesis en la concavidad sacra.
C. Fijación de la prótesis a la pared rectal dejando libre el tercio anterior.

haría preferible una movilización más limitada del recto [6] no es una «suspensión» sino una reposición flexible del
que respete los ligamentos laterales. Las prótesis son recto en la concavidad sacra, para limitar la frecuencia de
generalmente de material no reabsorbible: polipropileno, trastornos funcionales.
nailon o poliéster. Las prótesis reabsorbibles (poliglactina,
poliglicólico) no exponen a complicaciones sépticas y tie-
nen resultados comparables [23] . Se fijan dos bandeletas de Técnica de Wells (Fig. 17)
nailon de 3 cm de ancho sobre las caras anterolaterales del
recto infraperitoneal, lo más bajo posible, con una doble Ésta es la técnica electiva en Gran Bretaña [24] . La pró-
hilera de cuatro o cinco puntos de sutura no reabsorbi- tesis de Ivalon (polivinilo-alcohol) utilizada inicialmente,
ble. Por detrás, las bandeletas se fijan, con una tensión responsable de complicaciones infecciosas, ha sido sus-
moderada, al promontorio, a cada lado de la línea media, tituida por otras, de polietileno (Marlex, Mersylene). La
rechazado lateralmente los elementos vasculonerviosos, pieza protésica, rectangular, de 15 × 10 cm, se fija a la apo-
con dos puntos de sutura no reabsorbible, que pasan por el neurosis presacra en la línea media, lo más bajo posible,
ligamento longitudinal anterior, evitando cualquier toma con una hilera de cinco o seis puntos de sutura de hilo no
profunda que constituiría un factor de complicación dolo- reabsorbible, a intervalos de unos 2 cm. El recto se vuelve
rosa o infecciosa. Se debe dejar un espacio no inferior a colocar en su lugar en la concavidad sacra, rodeado por
a dos dedos entre el recto y el promontorio. El objetivo la prótesis en sus dos tercios posteriores, fijo a la pared

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Figura 18. Intervención de Frykman-Goldberg. Rectopexia


por sutura de los alerones laterales al promontorio, asociada a
la resección del sigmoide.

rectal por sus extremos, dejando libre el tercio anterior. Al


igual que en toda rectopexia posterior presacra, hay que
tener en cuenta el riesgo hemorrágico por lesión venosa.
Este riesgo parece disminuir con el uso de la grapadora
automática.

Rectopexia y resección cólica


El objetivo es suprimir el excedente de longitud y de
este modo evitar la reproducción de la invaginación. De
hecho, «de todas las insuficiencias y anomalías necesarias
para la aparición de un prolapso rectal, el único fac-
tor que se puede controlar con exactitud es la longitud
del colon» [25] . Muy a menudo se trata de una resec-
ción sigmoidea y, excepcionalmente, de una colectomía Figura 19. Rectopexia por prótesis en el piso pélvico con
ampliada. Además, con los trabajos de Siproudhis [26] y resección del colon sigmoide.
Finlay [27] se demostró la responsabilidad del colon sig- A. Fijación de la prótesis en T al piso pélvico y a las caras ante-
moide como asiento de trastornos motores en la génesis rolaterales del recto. La parte vertical de la prótesis se despliega
del estreñimiento tras una rectopexia. Por el contrario, sin fijación. Resección asociada del sigmoide.
debe evitarse la resección rectosigmoidea, que presenta el B. Miorrafia retroanal de los elevadores previa al implante de la
inconveniente de exponer a una morbilidad adicional, a prótesis.
una posible degradación de la continencia por disminu-
ción de la distensibilidad rectal y a una mayor incidencia de una prótesis de poliéster (Parietex) en forma de T, que se
de recidivas a largo plazo [28] . La resección del sigmoide fija en la línea media mediante puntos no reabsorbibles a
parece permitir reducir o suprimir este riesgo, sin un los músculos elevadores, que previamente se han tensado
aumento de la morbilidad [29–35] . mediante una plicatura desde la unión anorrectal hasta
los ligamentos sacrococcígeos. La ausencia de series com-
Rectopexia por sutura y resección parativas y de un seguimiento suficiente no permite una
evaluación definitiva de esta estrategia terapéutica.
sigmoidea: técnica de Frykman y Goldberg
(Fig. 18)
Tras la completa movilización del recto, los alerones  Intervenciones quirúrgicas
laterales que se han conservado se fijan bajo tensión a
la aponeurosis presacra mediante dos suturas no reab- por vía perineal
sorbibles a cada lado [25] . La resección sigmoidea debe
Dos intervenciones quirúrgica descritas hace más de un
ser suficiente para suprimir cualquier sinuosidad desde el
siglo, la rectosigmoidectomía por Mikulicz [37] en 1889,
recto hasta el ángulo esplénico y permitir una anastomo-
también denominada operación de Altemeier, y la resec-
sis sin tensión. Lehur [31] realiza la rectopexia mediante
ción mucosa rectal por Delorme en 1900 [38] , olvidadas
suturas escalonadas de la cara posterior del recto a la apo-
durante mucho tiempo, han sido rehabilitadas debido a
neurosis presacra y la sigmoidectomía conservando, con
su eficacia, su sencilla ejecución y su benignidad; pueden
un objetivo funcional, la charnela rectosigmoidea y la
realizarse bajo anestesia locorregional y son accesibles a
arteria rectal superior.
todo paciente, incluso en los de alto riesgo quirúrgico.
Se han aportado modificaciones para realizar auténticas
Rectopexia mediante prótesis del piso perineorrafias posteriores. Para algunos autores, estas téc-
pélvico y resección sigmoidea (Fig. 19) nicas se han convertido en electivas y se pueden aplicar
La originalidad de esta técnica radica en la zona de a cualquier edad en una gran variedad de prolapsos [39] .
implantación de la prótesis, sobre el piso pélvico, la zona Únicamente se describirán estas técnicas. Por el contrario,
de fijación posterior del recto a nivel de la reflexión peri- otras técnicas sólo merecen el olvido o sólo mencionarse
toneal, donde asienta la invaginación, y por la asociación debido a su falta de eficacia, como el cerclaje del ano
a una miorrafia de los elevadores [36] . Por lo tanto, se trata de Thiersch y sus avatares modernos [40, 41] o la ausencia
de una estabilización corta que favorece la angulación de sencillez de ejecución y de benignidad, tales como la
anorrectal a la que el autor asocia siempre una resección técnica de fijación-suspensión transacra de Thomas [42] y,
sigmoidea. La técnica consiste en una disección posterior por último, la ausencia de seguimiento y de evaluación
completa, una disección anterior limitada de alrededor de suficientes como la rectopexia con prótesis por vía inte-
2 o 3 cm, con conservación de los alerones y el implante resfinteriana de Wyatt [43] y de Rogers [44] .

EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 11


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Figura 20. Rectosigmoidectomía perineal (intervención de Alte-


meier).
A. Incisión circunferencial con el bisturí eléctrico de toda la pared rec-
tal a 15 mm de la línea pectínea.
B. Abertura del peritoneo y exteriorización del recto y del sigmoide.
C. Ligadura progresiva del meso y miorrafia posterior de los elevado-
res.
D. Sección progresiva del colon e inicio de la anastomosis por los
puntos cardinales.
E. Anastomosis coloanal finalizada.

La preparación se realiza con un enema (dihidrogeno- Rectosigmoidectomía perineal: técnica


fosfato de sodio) la víspera. La anestesia es locorregional,
con antibioticoterapia peri y postoperatoria durante de Altemeier (Fig. 20)
2 días. La prescripción de antiinflamatorios no esteroideos Se trata de una amputación del recto y una resección
durante su duración disminuye el dolor y el edema local. cólica izquierda con anastomosis coloanal [39, 46, 47] .
La posición del paciente es la de «la talla». El decúbito
ventral con los muslos flexionados y separados (posición
en navaja, jackknife position), utilizado por algunos ciru-
janos para la intervención de Delorme [45] , no parece una Técnica
colocación adecuada en el prolapso exteriorizado. Siste- Se realiza una incisión circunferencial de todo el espe-
máticamente, se coloca una sonda vesical en los pacientes sor de la pared rectal a unos 15 mm de la línea pectínea.
ancianos, a menudo incontinentes, durante 48 horas. El En la parte anterior, se abre el peritoneo del fondo de saco
primer tiempo de la intervención quirúrgica consiste en de Douglas. Gracias a esta abertura, todo el recto intrape-
una exteriorización completa del prolapso, facilitado en ritoneal móvil y el colon distal se exteriorizan al máximo
algunas ocasiones por un dedo intravaginal, utilizando de su longitud. Por detrás, se seccionan entre ligaduras
cuatro pinzas de Babcock, hasta su ápex. En esta posición, el mesorrecto y a continuación el mesocolon, en proxi-
se realiza un lavado abundante con povidona yodada midad del borde intestinal, hasta la zona elegida para la
diluida. Todos los tiempos de disección o de sección de sección cólica, que debe sobrepasar el margen anal unos
la pared rectal se realizan utilizando electrocoagulación 2 cm. El peritoneo se vuelve a cerrar con una sutura con
monopolar. El único instrumental específico que es indis- poliglactina. A continuación se realiza una miorrafia pre
pensable es el separador autoestático Lone-Star, que ha y retroanal. En la parte anterior, en el espacio infraperi-
transformado la realización de las anastomosis. toneal, utilizando separadoresde Farabeuf, los músculos

12 EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo


Tratamiento quirúrgico del prolapso rectal completo del adulto  E – 40-710

Figura 21. Intervención de Delorme.


A. Trazado circunferencial con el bisturí eléctrico de la incisión mucosa a 15 mm de la línea pectínea.
B. Inicio del despegamiento submucoso.
C. Se continúa la separación sobre el cilindro interno mediante electrocoagulación.
D. Vista esquemática del plano de despegamiento submucoso del cilindro externo.
E. Despegamiento completo del cilindro externo y del cilindro interno.
F. Reducción y contención de la muscular, a la derecha por plicatura, y a la izquierda por invaginaciones sucesivas.
G. Incisión progresiva del cilindro mucoso y restablecimiento de la continuidad mucosa (separador Lone-Star colocado).

elevadores, que se identifican con el dedo, se aproximan Variantes


entre sí con uno o dos puntos de sutura no reabsorbible La anastomosis coloanal se puede realizar con gra-
(poliéster trenzado). padora automática circular, lo que necesita de un
En la parte posterior, se penetra a través de la línea muñón rectal de unos 3 cm [48] . Prasad [49] asocia a la
media en el espacio presacro, levantando, con ayuda de miorrafia pre y retroanal una colopexia por sutura
una valva estrecha, el rectosigmoide. Los músculos, que se posterior a la fascia precoccígea por encima del piso
identifican a cada lado de la pared pélvica, se aproximan pélvico.
entre sí con dos a cuatro puntos de poliéster trenzado.
Más superficialmente, se realiza una miorrafia del esfín-
ter externo mediante adosado con puntos separados de
poliglactina. El colon que se ha descendido se secciona Mucosectomía: técnica de Delorme
progresivamente. La anastomosis coloanal se inicia en los (Fig. 21)
puntos cardinales, que se colocan en tensión sobre el sepa-
rador, y se completa con puntos separados de poliglactina Consiste en una mucosectomía del recto prolapsado,
2/0. No está justificado el uso de ningún tipo de drenaje. asociada a una plicatura de la muscular.

EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 13


E – 40-710  Tratamiento quirúrgico del prolapso rectal completo del adulto

Figura 22. Operación de Delorme «ampliada».


A. Incisión transversal de la muscular e identificación del peritoneo.
B. Abertura y disección del fondo de saco peritoneal.
C. Escisión del saco peritoneal y sutura mediante dos bolsas.
D. Miorrafia posterior de los elevadores por vía de acceso interesfinte-
riana.

Técnica • cuando la longitud del cilindro mucoso es al menos


igual al doble de la longitud del prolapso.
Se realiza una incisión circunferencial de la mucosa No obstante, si el diámetro se hace muy estrecho, lo
rectal por electrocoagulación a alrededor 15 mm de la que puede exponer a una estenosis, se debe limitar la
línea pectínea. La infiltración submucosa, con objetivo extensión de la disección.
hemostático o para facilitar la disección, no es necesa- A continuación se lleva a cabo la reintegración de
ria. La incisión de la mucosa hace aparecer la muscular la muscular denudada y su contención por encima del
circular de color pálido que constituye a este nivel el esfín- conducto anal mediante una plicatura longitudinal uti-
ter interno. El despegamiento submucoso se realiza de lizando 8-12 puntos de poliglactina 2/0, que se aprietan
forma circular mediante electrocoagulación con hemos- tras la reducción. En los prolapsos voluminosos, con una
tasia puntual. Siempre que sea posible, se prende con muscular gruesa que se desgarra con las suturas, es preferi-
una pinza de Duval estrecha el borde libre de la mucosa, ble realizar una invaginación progresiva mediante suturas
sujeta con la mano izquierda del cirujano, con una trac- concéntricas, a partir del ápex. El cilindro mucoso se
ción suave, mientras que el índice izquierdo introducido va seccionando progresivamente, y sólo se conserva un
en la luz rectal facilita poner de manifiesto el plano de corto collarete bien vascularizado. El restablecimiento de
disección. Por encima del ápex del prolapso, se prosigue la continuidad entre los dos extremos mucosos se inicia
el despegamiento sobre el cilindro interno, asociando a la mediante cuatro puntos cardinales en U, que se pasan
tracción mucosa la retracción de la muscular con la mano antes de la sección completa y se ponen en tensión sobre el
del ayudante. La mucosa, inicialmente frágil e inflama- separador. La sutura se completa con puntos intermedios
toria, en ocasiones recorrida por voluminosas venas, se con sutura de poliglactina 3/0.
vuelve más resistente y de un calibre más estrecho. La En el postoperatorio, se realiza un tacto rectal en el
disección es suficiente: segundo día postoperatorio (d2) para comprobar la buena
• cuando llega, sobre el cilindro interno, a nivel de la ascensión de la sutura y la ausencia de estenosis. El alta
incisión inicial sobre el cilindro externo; hospitalaria del paciente se permite una vez se ha produ-
• cuando la tracción sobre la mucosa no produce un des- cido la primera deposición. Se revisa en el d8 mediante un
censo de la muscular; tacto rectal.

14 EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo


Tratamiento quirúrgico del prolapso rectal completo del adulto  E – 40-710

Variantes (Fig. 22) calidad de visión y de instrumentación. En el plano téc-


nico, la tendencia actual es preferir una vía abdominal, si
Se han aportado modificaciones comparables a las de
es posible, laparoscópica, en función de la experiencia del
la rectosigmoidectomía, con el mismo objetivo de mejora
cirujano, en los pacientes que pueden ser sometidos a una
de los resultados anatómicos y funcionales. De hecho, la
anestesia general. En este caso, la mayoría de los cirujanos
operación de Delorme sólo corrige eficazmente el exceso
prefiere limitar la disección perirrectal, incluso reducirla a
de longitud y sólo actúa indirectamente sobre la hernia
una simple disección anterior [6] .
del fondo de saco de Douglas y deja persistir la diastasis
pélvica.
La operación de Delorme «ampliada» [50] asocia a la
técnica precedente una douglasectomía perineal y una
miorrafia de los elevadores.
“ Puntos esenciales
A través de una incisión transversal de la muscular ante-
• Por vía laparoscópica, es conveniente:
rior en su parte media, el fondo de saco de Douglas que
desciende, generalmente, hasta el ápex del prolapso, se ◦ vigilar la integridad de la inervación pél-
abre y se sujeta con pinzas. Se diseca el peritoneo como vica y rectal mediante la conservación de
un saco herniario, separando con una compresa los ele- los alerones laterales, respetando el plano de
mentos vasculares y llegando lo más alto posible con la disección anterior, especialmente en el varón,
ayuda de separadores de Farabeuf. Se realiza una incisión ◦ esforzarse en reproducir la anatomía normal,
a la altura de su inserción rectal media, se extirpa en dos evitando en particular una suspensión exce-
colgajos laterales y a continuación se cierra mediante dos siva del recto,
suturas en bolsa de tabaco con poliglactina. ◦ proscribir las prótesis circulares,
La miorrafia anterior se realiza en el espacio infraperito-
◦ evitar los amplios recubrimientos posteriores
neal tras la douglasectomía. Los elevadores, identificados
con el dedo y presentados con separadores de Farabeuf, que inmovilizan el conjunto del recto, ya que
se aproximan entre sí con uno o dos puntos de sutura toda hipercorrección es un factor de trastor-
no reabsorbible. A continuación se cierra la incisión de la nos funcionales,
muscular. ◦ privilegiar la estabilización corta de la zona
La miorrafia posterior se realiza por vía interesfinte- donde asienta la invaginación,
riana. Este espacio es fácil de identificar, en la línea media, ◦ proscribir la resección rectal,
en el polo posterior, abriendo con las tijeras el surco entre ◦ favorecer la resección asociada del sigmoide
la muscular denudada por delante, que representa el esfín- en caso de estreñimiento probado.
ter interno, y el esfínter externo por detrás, revestido de la • Por vía perineal, es conveniente:
mucosa del conducto. El espacio avascular se diseca con
◦ preferir la resección mucosa (Delorme), más
la punta de las tijeras y, más allá de la fascia fibrosa de
Waldeyer, se continúa hacia delante del recto. Con una «fisiológica» que la amputación rectal,
valva estrecha, se rechaza el recto hacia anterior. Late- ◦ preferir la amputación rectal (Altemeier) en
ralmente, se visualiza el relieve de los músculos sobre la los casos más desesperados de prolapsos de
pared pélvica. Se aproximan entre sí con dos o tres suturas «debilidad».
de hilo no reabsorbible de poliéster trenzado. Más super-
ficialmente, se retensa el esfínter externo adosándolo al
polo posterior mediante puntos de poliglactina 2/0. En el
espacio presacro se coloca una mecha hemostática reab-  Bibliografía
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Respecto al cirujano, si le es relativamente fácil conse- [8] Papillon M. Le prolapsus du rectum, opération de Orr–Loygue
guir la restitución anatómica, su problema principal será par voie laparoscopique. J Cœliochir 1995;(14).
la restitución funcional. El principio esencial debe ser res- [9] Munz Y, Moorthy K, Kudchadkar R, Hernandez JD, Mar-
petar la distensibilidad y la capacidad de una víscera de tin S, Darzi A, et al. Robotic assisted rectopexy. Am J Surg
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En relación con la laparoscopia, la técnica quirúrgica [10] Wong MM, Rigaud J, Regenet N, Lehur PA. Robotic versus
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asistida por robot no cambia. Simplemente se ve faci-
tive comparison of short-term outcomes. Dis Colon Rectum
litada por los progresos tecnológicos sin que se haya 2011;54:342–6.
demostrado su superioridad. En consecuencia, se pue- [11] de Hoog DE, Heemskerk J, Nieman FH, van Gemert WG, Bae-
den esperar resultados anatómicos y funcionales idénticos ten CG, Bouvy ND. Recurrence and functional results after
independientemente de la vía de acceso. Sin embargo, open versus conventional laparoscopic versus robot-assisted
los beneficios de la técnica robótica están en período laparoscopic rectopexy for rectal prolapse: a case-control
de evaluación, con incesantes progresos en términos de study. Int J Colorectal Dis 2009;24:1201–6.

EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 15


E – 40-710  Tratamiento quirúrgico del prolapso rectal completo del adulto

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D. Lechaux (david.lechaux@ch-stbrieuc.fr).
J.-P. Lechaux.
Service de chirurgie digestive, Hôpital Yves Le Foll, 10, rue Marcel-Proust, 22023 Saint-Brieuc cedex 1, France.

Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención del artículo: Lechaux D, Lechaux JP. Tratamiento quirúrgico del prolapso rectal
completo del adulto. EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo 2014;30(3):1-16 [Artículo E – 40-710].

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16 EMC - Técnicas quirúrgicas - Aparato digestivo

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