Professional Documents
Culture Documents
TÍTULO
“TECNICAS DE CONTROL EMOCIONAL”
ASIGNATURA:
Negociación Gerencial
AUTORES:
Díaz Mori, Diego
Herrera Cárdenas, Brayan Jose
Quinteros Calixto, Robert Dyann
DOCENTE:
MORALES – PERÚ
2017
INTRODUCCIÓN
Las emociones se han estudiado, principalmente, por el papel adaptativo que han
jugado a través de la evolución del hombre, son procesos que se activan cada vez que
nuestro aparato psíquico detecta algún cambio significativo para nosotros. Este hecho
las convierte en un proceso adaptativo.
Las emociones tienen una alta plasticidad y capacidad para evolucionar, desarrollarse y
madurar. Por ello decimos que las emociones no son procesos estáticos sino que van
cambiando en función de las demandas del entorno.
Gracias a las emociones se produce una activación que nos proporciona la energía
necesaria para responder, rápidamente, a un estímulo que atente a nuestro bienestar
físico o psicológico, permitiendo así, nuestra supervivencia.
Sin embargo, en los últimos años, se ha descubierto que las emociones pueden ser,
también, perjudiciales para la salud, influyendo en la contracción de ciertas
enfermedades, perdiendo, en este sentido, su valor adaptativo.
Este vínculo entre las emociones y la salud, va mucho más allá de que ciertas
emociones, las negativas, hagan más vulnerables a las personas a contraer una
enfermedad, o que otras emociones, las positivas, favorezcan la recuperación de una
dolencia. Con esto, se está estableciendo la relación mente/cuerpo.
1. LAS EMOCIONES.
Las emociones son reacciones naturales que nos permiten ponernos en alerta ante
determinadas situaciones que implican peligro, amenaza, frustración, etc.
Ante este tipo de situaciones en la mayoría de los seres vivos suelen producirse una
serie de reacciones fisiológicas dirigidas a poner el organismo en alerta. En las
personas también se producen estas reacciones, pero son más complejas que en los
animales ya que esas reacciones van acompañadas por pensamientos específicos, que
nos permiten diferenciar un rango mayor de emociones. Además, las personas no
debemos reaccionar de forma instintiva (por ejemplo agrediendo a aquello que nos
amenaza o escapando de la situación), sino que a lo largo de nuestra infancia
aprendemos formas de comportarnos más adecuadas.
La ansiedad y la
ira son
reacciones
naturales y
positivas que
tenemos para
ponernos en alerta ante determinadas situaciones, que son consideradas como
peligrosas. Pero también pueden ser emociones negativas que no funcionan como
debieran, activándose ante estímulos inofensivos y provocando malestar y conductas
inadecuadas. Comprender, conocer y admitir las emociones es el procedimiento para
poder controlarlas.
La ansiedad
La ansiedad es una de esas emociones que hay que saber manejar porque son vividas
como desagradables y pueden provocar conductas inapropiadas, especialmente
cuando se producen ante contextos sociales (por ejemplo hablar en público) o ante
situaciones que no entrañan ningún peligro (por ejemplo subir en ascensor, salir a la
calle, etc.).
En la
ansiedad,
como en
cualquier otra
emoción,
juega un
papel muy
importante el
tipo de
pensamientos que tenemos y las reacciones físicas experimentadas. El modo en que
nos comportamos cuando estamos ansiosos a menudo es inadecuado e interfiere en
nuestro funcionamiento normal. Es muy importante controlar este tipo de emociones
ya que pueden afectar seriamente a la capacidad de desarrollar una vida sana.
La ira
La ira es otra emoción que puede ser problemática. La ira hace referencia a un
conjunto particular de sentimientos que incluyen el enfado, la irritación, la rabia, el
enojo, etc. y que suele aparecer ante una situación en la que no conseguimos lo que
deseamos. Las reacciones fisiológicas ante la ira son similares a las que se producen
ante la ansiedad; lo que diferencia a una de la otra es el tipo de situaciones que las
provocan, los pensamientos que se producen en esas situaciones y las conductas que
se desencadenan.
Los estados emocionales de los que estamos hablando son habitualmente vividos de
forma negativa y suelen dar lugar a conductas inadecuadas, lo que hace que la gente
busque formas de eliminarlos. Ejemplos:
ANSIEDAD IRA
- respirar profundamente - distraerse
- fumar - gritar
- hacer ejercicio - atacar al otro/a
- beber alcohol - reprimirse
- morderse las uñas - insultar
- evitar la situación - dar puñetazos a la pared
Esta técnica es muy fácil de aplicar y es útil para controlar las reacciones fisiológicas
antes, durante y después de enfrentarse a las situaciones emocionalmente intensas.
Esta técnica puede utilizarse también antes, durante o después de la situación que nos
causa problemas.
Esta estrategia se centra en el control del pensamiento. Para ponerla en práctica debes
seguir los siguientes pasos:
El problema de esta técnica es que se necesita cierta práctica para identificar los
pensamientos negativos, así como para darles la vuelta y convertirlos en positivos. En
el siguiente cuadro te presentamos algunos ejemplos:
Esta técnica también sirve para aplicar antes, durante y después de la situación, pero
para su empleo eficaz requiere entrenamiento previo. Para su práctica sigue los
siguientes pasos:
Imagínate en ese lugar lo más claramente posible. Practica este ejercicio tan a menudo
como sea posible, al menos una vez al día durante unos 10 minutos en cada ocasión. Si
te ha convencido la utilidad del ejercicio, recuerda que debes practicarlo para llegar a
automatiza el proceso y conseguir relajarte en unos pocos segundos.
Esta técnica está pensada para ser empleada antes de afrontar situaciones en las que
no nos sentimos seguros. Consiste simplemente en imaginarte que estás en esa
situación (por ejemplo, pidiéndole a alguien que salga contigo) y que lo estás haciendo
bien, a la vez que te sientes totalmente relajado y seguro. Debes practicar
mentalmente lo que vas a decir y hacer. Repite esto varias veces, hasta que empieces a
sentirte más relajado y seguro de ti mismo.
Cada uno de los recuerdos que conforman nuestra historia vital tiene asociada
una carga emocional, y es que no hay nada que nos haga sentir más vivos que las
emociones. Quizás por ello, uno de sus grandes iconos de representativos sea la figura
del corazón, el órgano que mantiene nuestras vidas. Las emociones hacen que
saquemos lo mejor de nosotros, pero también pueden sacar lo peor de nuestro ser, y
con esto no me refiero únicamente a las emociones negativas como la rabia o el
miedo, porque incluso una carga excesiva de emociones positivas como la alegría
puede llevarnos a la euforia y con ello al descontrol de nuestra conducta.
Por este motivo casi ninguna de nuestras emociones elude el filtro de la conciencia. Si
tenemos en cuenta que continuamente sentimos, fácilmente reconoceremos que
también continuamente las personas canalizamos o reprimimos nuestros
sentimientos, por lo que todos tenemos un cierto control emocional que ejecutamos
de forma automática y por tanto inconsciente. Pero a pesar de este control que
tenemos, en parte aprendido y en parte escrito en nuestro material genético, todas las
personas en algún momento de nuestra vida nos hemos sentido alterados o fuera de
control debido a nuestras vivencias emocionales.
Todos sabemos que los sentimientos alteran nuestro pensamiento. De hecho, muchos
de los trastornos psicológicos y psiquiátricos a menudo surgen como el resultado de
una respuesta emocional desproporcionada que la persona es incapaz de dominar. En
los años 30 del siglo pasado el psicoanalista Franz Alexander descubrió que las
personas que reprimen sus sentimientos tenían la presión arterial elevada de forma
permanente.
Aunque a los psicólogos no nos gusta prescribir evitar o huir de las situaciones (el estilo
de afrontamiento de evitación y huida es poco efectivo en la resolución de problemas),
en el caso de controlar las emociones negativas, hay una excepción y expondré que la
primera y más simple técnica de control emocional es aprender a evitar lo que nos
genera emociones negativas, ya sean personas o situaciones, como tratar de evitar a
una persona que nos agobia cada vez que la vemos, no ir a un evento al que sabemos
que va a asistir nuestra ex pareja, o si estamos a dieta evitar tener enfrente alimentos
prohibidos, por ejemplo.
Otra de las técnicas más sencillas y útiles para controlar las tanto emociones como
reacciones fisiológicas, antes, durante y después de enfrentarse a situaciones
emocionalmente intensas, es la respiración profunda. Por un lado porque oxigena
nuestros órganos y hace que el cerebro trabaje mejor, y por otro lado porque relaja y
con ello consigue calmarnos.
Hay múltiples técnicas para realizarla, una muy conocida es la de realizar las fases de la
respiración haciendo un conteo, este conteo puede variarse ya que todos tenemos
ritmos de respiración diferentes y no se trata de forzar la respiración, lo ideal es
encontrar el número que mejor se adapte a la nuestra. Un ejemplo de esta forma de
realizar la respiración profunda es el siguiente:
Inspira profundamente mientras cuentas mentalmente hasta 5
De esta manera obtendremos una respiración lenta y un poco más intensa que nuestra
respiración normal. Se puede comprobar que realizas la respiración correctamente
poniendo una mano en el tórax y otra en el abdomen, lo estás haciendo correctamente
si al respirar sólo se mueve la mano del abdomen (por este motivo a la respiración
profunda también se le llama abdominal o diafragmática).
6.1. METODOLOGIA
Tener en cuenta
1. Preparación inadecuada
2. Olvidar el ganar, ganar
3. Intimidación
4. Impaciencia
5. Sangre fría
6. Hablar demasiado y escuchar poco
7. Disputa en vez de influencia
8. Aceptar el conflicto y resolverlo
NEGOCIAR NO ES UN ACTO NI UN MOMENTO ES UN PROCESO CON UNA SECUENCIA
DE ACTIVIDAES DE TRES ETAPAS:
Una predisposición afectiva negativa tiene efectos perjudiciales en las distintas etapas
del proceso de negociación. Aunque las diversas emociones negativas afectan a los
resultados de la negociación, con mucho, el más estudiado es la ira.
Durante las negociaciones, la ira perturba el proceso por la reducción del nivel de
confianza, nublando el juicio de las partes, estrechando el foco de atención y su
objetivo central de llegar a un acuerdo para tomar represalias contra el otro lado. Los
negociadores enojados prestan menos atención a los intereses de la otra parte, lo
tratan como un rival y son menos precisos al juzgar sus intereses, con lo que
alcanzan menores ganancias conjuntas.
Por otra parte, dado que la ira hace a los negociadores más centrados en sus
preferencias, aumenta la probabilidad de rechazar ofertas rentables. Las partes que
realmente se enojan (o lloran, o de lo contrario pierden el control) son más propensas
a cometer errores: asegúrese de que estén a su favor.
Las emociones son algo espontaneo en nosotros, por ende debemos saber
aprovecharlas para así tener un buen desarrollo de nuestra conducta y
personalidad.
Todas las emociones son buenas, mirándolas desde el papel adaptativo que
juegan, sin embargo hoy se sabe que hay algunas que si se salen de los límites
normales y se vuelven crónicas, ya no son tan buenas.
BIBLIOGRAFIA: