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Telefonía fija
Existen 2 tipos de redes telefónicas, las redes públicas que a su vez se dividen en red
pública móvil y red pública fija. Y también existen las redes telefónicas privadas que están
básicamente formadas por un conmutador.
Las redes telefónicas públicas fijas, están formados por diferentes tipos de centrales, que
se utilizan según el tipo de llamada realizada por los usuarios.
Éstas son:
1. CCA – Central con Capacidad de Usuario
2. CCE – Central con Capacidad de Enlace
3. CTU – Central de Transito Urbano
4. CTI – Central de Transito Internacional
5. CI – Central Internacional
6. CM – Central Mundial
Es evidente que por la dispersión geográfica de la red telefónica y de sus usuarios existen
varias centrales locales, las cuales están enlazadas entre sí por medio de canales de mayor
capacidad, de manera que cuando ocurran situaciones de alto tráfico no haya un bloqueo
entre las centrales. Existe una jerarquía entre las diferentes centrales que les permite a
cada una de ellas enrutar las llamadas de acuerdo con los tráficos que se presenten.
Los enlaces entre los abonados y las centrales locales son normalmente cables de cobre,
pero las centrales pueden comunicarse entre sí por medio de enlaces de cable coaxial, de
fibras ópticas o de canales de microondas. En caso de enlaces entre centrales ubicadas en
diferentes ciudades se usan cables de fibras ópticas y enlaces satelitales, dependiendo de
la distancia que se desee cubrir. Como las necesidades de manejo de tráfico de los canales
que enlazan centrales de los diferentes niveles jerárquicos aumentan conforme
incrementa el nivel jerárquico, también las capacidades de los mismos deben ser mayores
en la misma medida; de otra manera, aunque el usuario pudiese tener acceso a la red por
medio de su línea de abonado conectada a una central local, su intento de llamada sería
bloqueado por no poder establecerse un enlace completo hacia la ubicación del usuario
destino (evidentemente cuando el usuario destino está haciendo otra llamada, al llegar la
solicitud de conexión a su central local, ésta detecta el hecho y envía de regreso una señal
que genera la señal de "ocupado").
La red telefónica está organizada de manera jerárquica. El nivel más bajo (las centrales
locales) está formado por el conjunto de nodos a los cuales están conectados los usuarios.
Le siguen nodos o centrales en niveles superiores, enlazados de manera tal que entre
mayor sea la jerarquía, de igual manera será la capacidad que los enlaza. Con esta
arquitectura se proporcionan a los usuarios diferentes rutas para colocar sus llamadas,
que son seleccionadas por los mismos nodos, de acuerdo con criterios preestablecidos,
tratando de que una llamada no sea enrutada más que por aquellos nodos y canales
estrictamente indispensables para completarla (se trata de minimizar el número de
canales y nodos por los cuales pasa una llamada para mantenerlos desocupados en la
medida de lo posible).
Asimismo existen nodos (centrales) que permiten enrutar una llamada hacia otra
localidad, ya sea dentro o fuera del país. Este tipo de centrales se denominan distancia es
identificado por la central por medio del primer dígito, y el segundo dígito le indica el tipo
de enlace (nacional o internacional; en este último caso, le indica también el país de que
se trata). A pesar de que el acceso a las centrales de larga distancia se realiza en cada país
por medio de un código propio, éste señala, sin lugar a dudas, cuál es el destino final de la
llamada.
Cada una de estas centrales telefónicas, están divididas a su vez en 2 partes principales:
1. Parte de Control
2. Parte de Conmutación
Telefonía móvil
Los primeros sistemas de telefonía móvil civil empiezan a desarrollarse a partir de finales
de los años 40 en los Estados Unidos. Eran sistemas de radio analógicos que utilizaban en
el primer momento modulación en amplitud (AM) y posteriormente modulación en
frecuencia (FM). Se popularizó el uso de sistemas (FM) gracias a su superior calidad de
audio y resistencia a las interferencias. El servicio se daba en las bandas de HF y VHF.
Los primeros equipos eran enormes y pesados, por lo que estaban destinados casi
exclusivamente a su uso a bordo de vehículos. Generalmente se instalaba el equipo de
radio en el maletero y se pasaba un cable con el teléfono hasta el salpicadero del coche.
Una de las compañías pioneras que se dedicaron a la explotación de este servicio fue la
americana Bell. Su servicio móvil fue llamado System Service.
No era un servicio popular porque era extremadamente caro, pero estuvo operando (con
actualizaciones tecnológicas, por supuesto) desde 1946 hasta 1985.
No todas las redes estaban basadas en los mismos protocolos, dependían bastante de sus
fabricantes, no era fácil interconectarlas ni utilizar los mismos terminales en distintas
redes.
La calidad de la voz era relativa, la capacidad para transmitir datos era baja (del orden de
los Kilo bits por segundo), las baterías duraban pocas horas; pero aún así, el servicio de
telefonía móvil despegó y alcanzó cerca de 20 millones de usuarios en 1990.
A principios de los ’90 se introducen las primeras redes basadas en un protocolo estándar
que tenía como principales objetivos la interconexión de las redes y la posibilidad de
conectarse a ellas con un mismo terminal, apareciendo el primer concepto de roaming.
Este protocolo es nuestro conocido GSM (Groupe Spécial Mobile o Global System for
Mobile Communications).
También trajo otras ventajas como una mejor calidad de voz, mayor velocidad para
transmitir datos, transmisión de faxes y los famosos SMS.
Con esta segunda generación, los servicios de telefonía móvil se vuelven populares.
Una posterior mejora permitió la transmisión de datos a mayor velocidad (56 kilo bits por
segundo), el intercambio de imágenes y la posibilidad de navegar por Internet. Esta
mejora se debe a la implantación de la tecnología GPRS (General Packet Radio Service)
sobre las redes existentes y favorece la aparición de las “Blackberries” y de los primeros
“smartphones”.
3G, Internet Móvil
Esta nueva generación es una clara evolución de la anterior y mantiene uno de sus
principios básicos: un estándar sobre el que continuar los desarrollos.
Se mejora la potencia de las antenas, permitiendo más conexiones, mayor calidad de voz y
mayor velocidad para transferir datos, alcanzándose hasta 2 Mega bits por segundo bajo
condiciones determinadas.
Esto ya lo vemos como una mejora en la velocidad para transferir datos. La velocidad de
conexión a Internet empieza a ser comparable con la de una fibra óptica. Podemos
navegar utilizando dispositivos móviles a velocidades de hasta 20 Mega bits por segundo.
Podemos ver películas o partidos de fútbol en tiempo real, es decir mientras se están
jugando y con una calidad muy comparable con la que podríamos verlos en nuestro
televisor.