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I UNIDAD: INTRODUCCIÓN

Tema 2: El Agua y su Importancia en la Limnología


Contenido:
2.1. La Molécula de Agua:
2.1.1. Estructura
2.2. Propiedades Físico-Químicas del Agua:
2.2.1. Calor específico y Calor de vaporización
2.2.2. Tensión superficial
2.2.3. Viscosidad
2.2.4. Densidad
2.3. El ciclo del agua en la biósfera.

2.1. LA MOLÉCULA DE AGUA


El agua constituye uno de los compuestos de mayor distribución e importancia en la corteza terrestre. Su importancia para
la vida está en el hecho de que ningún proceso metabólico ocurre sin su acción directa o indirecta. Sus propiedades
anómalas, en comparación con otros compuestos, hace posible el mantenimiento de la vida en la Tierra. En estado líquido,
el agua posee mayor densidad que en el estado sólido (hielo), hecho de gran significado para la distribución de los
organismos acuáticos. Si el hielo no flotase en el agua, los lagos y ríos de regiones frías se congelarían totalmente durante
el invierno, lo que provocaría la muerte de todos los organismos. Cabe resaltar que casi todos los otros compuestos son
más densos en el estado sólido que en el líquido.

2.1.1. Estructura de la Molécula de Agua


El agua es un compuesto formado básicamente por moléculas covalentes, en las cuales un átomo de oxígeno comparte un
par de electrones con dos átomos de hidrógeno. Como toda molécula covalente, el agua también forma ángulos definidos
entre los átomos. En la molécula de agua, el átomo de oxígeno está ligado de forma covalente a dos átomos de hidrógeno
con un ángulo HOH de unión de 105°C (Fig. 2.1).

Fig. 2.1 — La molécula de agua.


A – fórmula punteada de los electrones;
B – forma de la molécula de agua; los átomos de
oxígeno e hidrógeno están unidos por covalencia.
Según QUAGLIANO & VALLARINO (1979).

La nube electrónica, resultante de la unión covalente, es


más atraída por el átomo de oxígeno debido a su mayor
electronegatividad, resultando con una carga parcial
negativa; consecuentemente los átomos de hidrógeno que
ejerce menor atracción sobre la nube electrónica quedan
con carga parcial positiva. Este fenómeno hace que la
molécula de agua sea polar, el átomo de hidrógeno
(parcialmente positivo) de una molécula ejerce atracción
sobre el átomo de oxígeno (parcialmente negativo) de otra
molécula de agua. Así se forman uniones llamadas
“puentes de hidrógeno” (Fig. 2.2).
Fig. 2.2 — Estructura del agua en estado sólido (0°C), destacando los
puentes de hidrógeno y los espacios entre las moléculas (“tuneles”)
Los puentes de hidrógeno son más débiles que las uniones covalentes, formados entre el hidrógeno y el oxígeno en cada
molécula. Está demostrado que para romper los puentes de hidrógeno en 1 mol de agua en estado líquido, se necesitaría
energía equivalente a 7 Kcal, mientras que para romper las uniones covalentes de la misma cantidad de agua se necesita
110 Kcal.
Los puentes de hidrógeno permiten la formación de agregados o “Cluster” (H 2 O)n, donde n representa el número de
moléculas de agua en cada agregado (Fig. 2.3). Como consecuencia de la agitación térmica estos agregados están en
constante movimiento.

Fig. 2.3 — Formación de agregados o “clusters”.


Los espacios entre los “clusters” son llenados por
moléculas de agua. Según SCHWÖRBEL (1971).

Los espacios entre los agregados están ocupados por moléculas de agua aisladas. A pesar de intensas investigaciones en
este campo, aun no se conoce el número específico de moléculas de un agregado. Pero se entiende que ese valor es
dependiente de la temperatura, presión, y también del tipo y la concentración de los solutos presentes. Así pues, e l tamaño
de los agregados disminuye con el aumento de la temperatura.

2.2. PROPIEDADES FÍSICO-QUÍMICAS DEL AGUA


Algunas de las propiedades físicas del agua se presentan en la Tabla 2.1.

Tabla 2.1. Algunas propiedades físicas del agua (Según QUAGLIANO & VALLARINO, 1979).
Punto de fusión a 1 atm 0.00°C
Punto de ebullición a 1 atm 100.00°C
Punto crítico 347.0°C,
Densidad del solido a 0°C 0.917 g/cm3
Densidad del líquido a 0°C 0.999 g/cm3
Densidad del líquido a 4°C 1.000 g/cm3
Densidad del líquido a 10°C 0.999 g/cm3
Densidad del líquido a 25°C 0.997 g/cm3
Densidad del líquido a 100°C 0.958 g/cm3
Capacidad calorífica del líquido 1.00 cal/g x °C
(de 14.5°C y 15.5°C) 18.00 cal/mol x °C
Calor de fusión a 0°C 1.44 kcal/mol
Calor de vaporización a 100°C 9.71 kcal/mol
Constante dieléctrica a 25°C 78,5

Al disminuir la temperatura se reduce la agitación térmica de las moléculas, aumentando el número de puentes de
hidrógeno y volviéndolas cada vez más eficaces. El resultado es la reducción de la distancia media entre las moléculas con
un consecuente aumento de la densidad del agua. Tal compactación alcanza su punto máximo próximo a 4°C (3.94°C),
temperatura en la cual el agua presenta su máxima densidad. A partir de esta temperatura, la e structura de los agregados
de moléculas de agua comenzará a adquirir una estructura más fija y simétrica, en la cual un átomo de oxígeno queda
tetraédricamente cercado por cuatro átomos de hidrógeno y cada átomo de hidrógeno por dos de oxígeno, solamente. Este
fenómeno permite un arreglo menos denso de las moléculas en los agregados, con largos espacios separándolas. Al
alcanzar 0°C las fuerzas que tienden a mantener las moléculas de agua en posición relativamente fijas, superan la
decreciente energía cinética de transformación de las moléculas del líquido y el agua se congela. Esta fase se caracteriza
por un cristal, con microestructura hexagonal, formado por túneles de “espacios vacíos” (Fig. 2.2). Este hecho hace que el
agua presente en el estado sólido a temperatura de 0°C o menos, su menor densidad.

Tabla 2.2. Influencia de la temperatura sobre la densidad del agua (Según SCHWÖRBEL, 1971).
Viscosidad en
Temperatura % de Viscosidad
Poise*/100
0 1.787 100.0
5 1.561 84.8
10 1.306 78.7
15 1.138 63.7
18 1.053 58.9
20 1.002 56.0
25 0.890 49.8
30 0.798 44.7
35 0.719 40.3
* Poise = 1g . cm─1 . seg─1

2.2.1. Calor específico y Calor de vaporización


Calor específico es por definición la cantidad de energía necesaria para elevar en 1°C la temperatura de 1 Kg de agua a
14.5°C y corresponde a 1 Kcal (= 4.186 J). Este valor es muy elevado para el agua en comparación con otros líquidos con
características semejantes, siendo superado apenas por el amonio líquido (1.23 Kcal) e hidrógeno líquido (3.4 Kcal). En
términos prácticos, esto significa que el agua, puede absorber grandes cantidades de calor sin sufrir grandes alteraciones de
su temperatura, garantizando así, cambios térmicos graduales.
Una de las consecuencias ecológicas más importantes del alto calor específico del agua, es la gran estabilidad térmica de
los ecosistemas acuáticos. Esto se deja notar en las bajas variaciones diarias y estacionales de la temperatura en estos
ecosistemas, en comparación de los terrestres. Como ejemplo, citando el caso de regiones templadas: mientras en los
ecosistemas acuáticos de estas regiones la temperatura superficial del agua de los lagos puede variar de 0°C en invierno
hasta cerca de 22°C en verano, las temperaturas de los ecosistemas terrestres pueden variar de aproximadamente –40°C
hasta +40°C durante el mismo intervalo de tiempo.
Otro factor importante a ser considerado es el alto calor de vaporización del agua, o sea, la cantidad de calor necesario
para evaporarla. A 10°C, por ejemplo, el calor de vaporización del agua es de 590 cal/g. En consecuencia de este
fenómeno, aproximadamente un tercio de la energía solar que llega a la superficie de la Tierra, es disipada por el agua de
los ríos, lagos y océanos.

2.2.2. Tensión superficial


El arreglo de las moléculas de agua en la capa de contacto con el aire forma una película delgada que posee determinada
tensión, llamada tensión superficial. Esta película se forma debido a la fuerza de cohesión existente entre las moléculas
vecinas en el interior del agua, lo que hace que las moléculas superficiales sean atraídas hacia el interior de la masa,
creando así, una película superficial más compacta, capaz de soportar pequeños esfuerzos sin romperse.
La tensión superficial del agua decrece con el aumento de la temperatura y con la cantidad de sustancias orgánicas
disueltas. Entre estas sustancias, las más importantes son los ácidos húmicos y sustancias excretadas por algunas algas y
por macrófitas acuáticas. Así pues, los lagos con floración de algas o muy pobladas con macrófitas acuáticas pueden tener
la tensión superficial sensiblemente reducida.
Actualmente, los detergentes y los jabones en polvo, entre otros compuestos que contienen sustancias tensoactivas, son los
principales responsables por las alteraciones en la tensión superficial de ecosistemas acuáticos. La tensión superficial pued e
ser reducida a niveles tan bajos, que llega a causar grandes perjuicios a las comunidades que viven en la superficie del agua
(neuston 1 y pleuston 2).

1Neuston: es el conjunto de organismos microscópicos que componen el Pleuston, y que por tanto se encuentran en la capa superficial que separa
el agua de la atmósfera. Se denomina epineuston a los organismos que viven en la fase aérea (sobre la película de agua), e hiponeuston a los de la
fase acuosa (por debajo).
2 Pleuston: Es el grupo de organismos vivos (macroscópicos y microscópicos; plantas y animales), cuyo hábitat es la capa superficial de los cuerpos

de agua. El término fue utilizada por primera vez por Carl Schroeter en 1896.
2.2.3. Viscosidad
Es la capacidad del agua para ofrecer resistencia al movimiento de los organismos y de las partículas en ellas presentes. La
viscosidad del agua está en función de la temperatura y del tenor de sales disueltas. En lagos de agua dulce, la influencia d e
las sales disueltas es insignificante al ser comparada con el papel de la temperatura. Como muestra la Tabla 2.2, a medida
que la temperatura aumenta, la viscosidad disminuye. Así, la viscosidad de una masa de agua a 30°C es aproximadamente
la mitad de una a 5°C. Este hecho tiene gran significado ecológico, pues a temperatura de 30°C, un organismo planctónico
se hunden dos veces más rápido (en las mismas condiciones) que a 5°C.
En lagos tropicales, cuyas temperaturas son casi siempre superiores a 25°C, los organismos planctónicos deben desarrollar
mecanismos más eficaces para reducir su tiempo de hundimiento que aquellos organismos de lagos templados.

2.2.4. Densidad
Por definición, se conoce que la densidad de una sustancia es la relación entre la masa y el volumen que ella ocupa. A 4°C,
el agua tiene la densidad considerada estándar de 1.000 g/cm 3.
Los principales factores que influyen en la densidad del agua son: salinidad, temperatura y presión.

1. Salinidad. Puede tener gran influencia sobre la estratificación de los cuerpos de agua, siendo que la densidad del agu a
aumenta con el incremento de la concentración de sales (Tabla 2.3).
En ambientes acuáticos costeros, suficientemente profundos, puede ocurrir estratificación de la masa de agua debido
a las diferentes concentraciones de sales a lo largo de la columna de agua. En estos ambientes, la entrada de agua del
mar con mayor densidad (mayor salinidad) a través por ejemplo de la napa freática, puede ser la causa de una
estratificación permanente (lago meromíctico), ya que sobre esta capa de agua se forma otra de men or densidad
(menor salinidad), proveniente de aguas de lluvias y de ríos. Este tipo de estratificación se denomina estratificación
química o ectogénica (HUTCHINSON, 1957). Ex.: lagos Swarvlei (África del Sur) y Tessiarsuk (Canadá).

Tabla 2.3. Influencia de la Concentración de Sales Disueltas sobre la densidad del


agua (Según RUTTNER, 1940).
Concentración de Sales Densidad a 4°C
‰ (g L¯1) g/m3
0 100.000
1 100.085
2 100.169
3 100.251
10 100.218
35 (agua del mar) 102.822

2. Temperatura. Entre los factores que ejercen influencia sobre la densidad del agua, la temperatura es uno de los más
importantes.
Con relación a la temperatura, el agua tiene un comportamiento diferente de los otros líquidos. Su densidad no
aumenta progresivamente con el descenso de la temperatura, sino que alcanza su valor máximo a aproximadamente
4°C (1000 g/dm3 =1); por debajo de esta temperatura sufre una pérdida lenta, para en seguida, decaer bruscamente
(Fig. 2.4).
Por tanto, el agua con temperatura por debajo o por encima de 4°C, es más liviano que a esta temperatura,
considerando un mismo volumen. Como consecuencia de este fenómeno, en invierno de regiones de latitudes altas,
la parte congelada (menos densa) queda en la superficie, mientras que las capas más profundas permanecen a
aproximadamente 4°C. La capa de hielo superficial también ejerce el papel de aislante térmico, impidiendo que toda
la masa de agua se congele.
Este fenómeno tiene gran significado, especialmente para la fauna acuática que puede migrar a de la superficie
congelada a las regiones con temperaturas más elevadas (alrededor de 4°C), y así sobrevivir durante el invierno. En
lagos poco profundos, donde ocurre congelamiento hasta el fondo, predomina un tipo de fauna que so brevive el
invierno bajo su forma de resistencia (quistes, huevos de resistencia, etc.).
Sobre los 4°C, que es el rango de temperatura encontrada en los lagos subtropicales y tropicales, la densidad y la
temperatura del agua no son proporcionales. De esta manera, a medida que disminuye la temperatura de un
ambiente acuático, en el transcurso del día o de los meses del año, aumentan inmediatamente los valores de densidad
(Fig. 2.5).
Fig. 2.4 - Relación entre la densidad y temperatura del agua. Observe que la máxima densidad del agua es próxima a 4
°C (3,94 °C) y que el descenso de los valores de densidad es prácticamente exponencial en valores elevados de
temperatura.

Fig. 2.5 – Variación de la densidad en función de la temperatura del agua. Chacororé (MT). Modificado de PINTO SILVA
(1980).

3. Presión. Este factor tiene efecto directo sobre la densidad del agua, ya que por cada 10 atm (100 m de profundidad)
de presión, ocurre disminución en 0.1 °C. Este hecho es relevante únicamente en lagos profundos, como el lago
Tanganica (1.470 m) y el lago Baikal (1.620 m), en los cuales la temperatura del hipolimnio puede ser rebajada aún
más debido al efecto de la presión.

2.3. EL CICLO DEL AGUA EN LA BIÓSFERA


Algunas de las etapas del ciclo del agua en la biósfera es uno de los conocimientos más antiguos de la humanidad.
Anaxágoras (aprox. 500-428 a.C.) tenía conocimiento de que las lluvias son importantes en el mantenimiento del equilibrio
hídrico de la Tierra. Fenómenos como la condensación y la infiltración, se conocen desde hace algunos siglos antes de
Cristo (Herodoto, 485-424 a.C.; Aristóteles, 384-322 a.C.).
El agua en la biósfera forma parte de un ciclo denominado ciclo hidrológico. El ciclo hidrológico está constituido,
básicamente, por un proceso continuo de transporte de masas de agua del océano a la atmósfera y de esta, a través de las
precipitaciones, escorrentía (superficial y subterránea), nuevamente al océano.
En el contexto de la Limnología, el estudio del ciclo hidrológico asume importancia en la medida en que influye
directamente sobre la distribución y extensión de los cuerpos de agua continentales.
En muchas regiones, el ciclo hidrológico ha sufrido grandes alteraciones, especialmente en las ú ltimas décadas. Estas
alteraciones resultan de las diferentes formas de intervención humana sobre el ambiente, como por ejemplo: construcción
de grandes ciudades, dragado de extensas áreas inundables, deforestación y construcción de grandes lagos artificia les
(represas)
El ciclo hidrológico presenta, en los fenómenos de evaporación y precipitación, los principales elementos, responsables del
continuo flujo del agua en el planeta. La radiación solar proporciona la energía necesaria para el ciclo hidrológico. Gran
parte de esta energía es utilizada en la evaporación del agua de los océanos, que cuantitativamente es el principal elemento
del ciclo hidrológico. Se estima que anualmente evaporan de los océanos cerca de 383,000 km 3 de agua, lo que
correspondería a una capa de 106 cm de espesor (WUNDT, 1953). De esta, la mayor parte, es decir el 75%, retorna
directamente a los océanos en forma de precipitación (Fig. 2.6.).
La composición química de la precipitación oceánica difiere marcadamente de la continental (Tabla 2.4). Esta diferencia es
especialmente clara para algunos iones como Na +, Mg2+ y Cl ‒, presentes en mayor concentración en las precipitaciones
marinas. En el caso del ión amonio, se presenta mayor concentración en las lluvias conti nentales. Las altas
concentraciones de la mayoría de los elementos observados en el agua de lluvia marinas tiene gran importancia en la
determinación de las características geoquímicas de los cuerpos de agua continentales próximos al litoral, dado a que
frecuentemente, son alcanzados por las precipitaciones marinas.
El resto del agua evaporada de los océanos, que corresponde al 25%, se precipita sobre los continentes, siendo que la
mayor parte es evaporada y puede retornar a los océanos en forma de vapor o como forma de precipitación.
La otra parte, en la forma líquida, también retorna a los océanos, a través de la red hidrográfica (escurrimiento superficial e
indirectamente a través del escurrimiento subterráneo) (Fig. 2.6).

Fig. 2.6 – Principales etapas del ciclo hidrológico, destacando el papel de los océanos.

Aunque la evaporación y la precipitación son los elementos más importantes del ciclo hidrológico, la evapotranspiración,
infiltración, escurrimiento superficial y subterráneo son otros elementos que pueden asumir gran importancia,
especialmente a nivel regional. De ahí que, en muchas regiones, se observe, variaciones del ciclo hidrológico en función de
características locales, como clima y topografía.
El balance entre los diferentes elementos del ciclo hidrológico determina, en último término, las características hidrológica s
y geoquímicas de los cuerpos de agua. Así, por ejemplo, si en una determinada región, el elemento del ciclo hidrológico
predominante es la evaporación, los cuerpos de agua allí existentes serán, en su mayoría, con aguas generalmente salobres
(salinización) debido a la acumulación de iones. Este fenómeno es aun más acentuado en las regiones donde, además de la
intensa evaporación, el manto freático se localiza proximo a la superficie (cerca de 1 metro). En este caso, el agua
subterránea asciende por capilaridad, liberando sales en la superficie del suelo. En períodos de lluvias intensas, estas sale s
pueden ser acarreados hacia los cuerpos de agua, donde se acumulan.
Se debe resaltar también, que los valores presentados en la Tabla 2.4 varían de un autor a otro, siendo que los números
referentes a las reservas de agua subterránea retenidas en el suelo y acumuladas en los ríos y lagos son los que presentan
mayores variaciones entre los diferentes autores.
Tabla 2.4. Composición química del agua de lluvia (según BERNER, 1987). Valores en mg L —1.

Continental Marina
Na+ 0.2 1.0 1.0 5.0
Mg2+ 0.05 0.5 0.4 1.5
K+ 0.1 0.5 0.2 0.6
Ca2+ 0.2 4.0 0.2 1.5
NH4+ 0.1 0.5 0.01 0.05
pH 4.0 6.0 5.0 6.0
Cl— 0.2 2.0 1.0 10.0
SO42— 1.0 3.0 1.0 3.0
NO3— 0.4 1.3 0.1 0.5

La Tabla 2.5 evidencia la gran variación en la importancia relativa de las diferentes reservas hídricas de la biósfera. Así, la
casi totalidad (97%) de toda el agua de la Tierra se encuentra en los océanos. Solamente 0.6% corresponde a agua dulce,
siendo que de este porcentaje, cerca de la mitad estálocalizada por debajo de los 800 metros de profundidad,
constituyendose, por tanto, en reservas de difícil acceso al hombre.

Tabla 2.5. Estimación y distribución del agua en la Tierra (según WILSON, 1983 y LENCASTRE & FRANCO, 1984).

Volumen Porcentaje
Localización Tiempo de residencia
(Tm3 =1012 m3) del total

}
Lagos de agua dulce 125 aprox. 10 años
Ríos 1.25 0.260 aprox. 2 semanas
Humedad del suelo 65 2 semanas a 1 año
Agua subterránea 8250 2 semanas a 10000 años

Lagos salinos y mares interiores 105 0.008 aprox. 10 años


Atmósfera 13 0.001 aprox. 10 días
Hielo 2920 2.100 10 a 1000 años
Océanos 1,320,000 _97.250 aprox. 400 años
Total 1,360,000 100.000
o 1,36x1018 m3

Gran diferencia también está demostrada en la distribución de las reservas hídricas en los diferentes continentes (Tabla
2.6). En esta tabla se puede observar que el continente asiático es aquella que presenta mayores valores para la
precipitación y evaporación. Sin embargo, se tiene que el área del continente asiático es cerca de 2.5 veces mayor que el
continente sudamericano, de donde se puede concluir que este último es el que presenta los mayores valores de
precipitación y evaporación y sobre todo de agua subtrerránea.

Tabla 2.6. Balance anual de agua de los continentes (según WETZEL, 1975).

Europa Asia África A. Norte A. Sur Australia* Total

Área (104 km2) 9.8 45 30.3 20.7 17.8 8.7 132.3


Precipitación (km 3) 7 165 32 690 20 780 13 810 29 355 6 405 110 305
Escurrimiento pluv. (km3)
total 3 110 13 190 4 225 5 960 10 380 1 965 38 830
subterráneo 1 065 3 410 1 465 1 740 3 740 465 11 885
superficial 2 045 9 780 2 760 4 220 6 640 1 500 26 945
Humedad del suelo 5 120 22 910 18 020 9 690 22 715 4 905 83 360
Evaporación 4 055 19 500 16 555 7 950 18 975 4 440 71 475
Agua subterránea (% del
34 26 35 32 36 24 31
total)

* Incluye Nueva Zelanda, Tasmania y Nueva Guinea.


Mas detalles sobre el ciclo hidrográfico, principalmente aquellas de mayora importancia para la Limnología, se
recomienda las obras de HUTCHINSON (1957), MARGALEF (1983) y BERNER & BERNER (1987).

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