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Artículos de crecimiento personal

1.-¿SALIR O NO SALIR?

Versículo: “El que al viento observa, no sembrará, y el que mira a las


nubes, no segará.” Eclesiastés 11: 4

“por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu


mano...” Eclesiastés 11:6

Propósito: la vida es como una semilla necesitamos crecer porque es el


propósito de Dios. Decidir salir es una decisión, la vida en Cristo consiste
en tomar decisiones que nos ayudaran a seguir caminando, unas serán
fáciles, otras difíciles, solo con la ayuda del Señor darán excelentes
resultados.

Desarrollo:

 Elabora un germinador puede ser uno grande para todo el gal o


individuales con material reutilizable. Con una tarjeta que tenga
escrito el versículo. (reserva uno para ti, para el próximo gal y ver
su crecimiento).

 Entrégales semillas a tus invitados para que las siembren.

 Explícales la historia.

Si la semilla solo permanece siendo eso, semilla, nunca va a crecer. Hay


momentos en los que debemos dejar de ser semilla y transformarnos en
árbol. Hay que tener la sabiduría y la confianza en Dios para poder
comprender que en determinados momentos de la vida (aunque sea muy
cómodo para nosotros tal como es cómodo para la semilla seguir siendo
semilla) tenemos que enfrentar cambiar de etapa, asumir otros roles,
tomar nuevos compromisos, asumir riesgos.
Les cuento lo que le paso a dos semillas que estaban sembradas juntas en
un jardín:
La primera dijo:
-¡Quiero crecer! Quiero que mis raíces lleguen muy abajo en el suelo y que
mis retoños rompan la corteza de la tierra que tengo arriba…
-Quiero desplegar mis tiernos brotes como banderas para anunciar la
llegada de la primavera…
-Quiero sentir el calor del sol en mi cara y la bendición del rocío matinal
en mis pétalos!”
-Y entonces creció.

La segunda semilla dijo: “Tengo miedo.


-Si dejo que mis raíces vayan hacia abajo, no sé qué encontraré en la
oscuridad.
-Si me abro camino a través del suelo duro por sobre mi puedo dañar mis
delicados retoños…
-¿Y si dejo que mis brotes se abran y una serpiente trata
de comerlos?
-Además, si abriera mis pimpollos, tal vez un niño pequeño me arranque
del suelo.
No, me conviene esperar hasta que sea seguro”.
Y entonces esperó. Un ave que andaba dando vueltas por
el lugar en busca de comida, encontró a la semilla que esperaba y
enseguida se la tragó.
De esta historia podemos aprender:

 Tomamos la decisión de crecer y salir adelante

 Tomamos la decisión de quedarnos en el mismo sitio y perder la


bendición de Dios en nuestras vidas.

Cuando aceptamos al Señor podemos tomar las decisiones de crecer, salir


al mundo o quedarnos y retroceder. Nuestra vida cristiana es un camino
de decisiones donde no podemos dejar que el miedo y la incertidumbre
nos roben el propósito de Dios en nosotros.

¿Qué clase de semilla eres? ¿Confías en que al salir nada pasara?


El Señor nos asegura que todo va a estar bien él lo dijo: que en el mundo
tendríamos aflicciones pero que confiemos que el venció al mundo. ¡Qué
maravillosa palabra! Confía es tiempo de salir y seguir adelante, nunca te
arrepientas de tu decisión de amar y confiar en el Rey de Reyes y Señor de
Señores.

Seamos esa semilla que decidió crecer sin miedo confiando que lo que el
Señor tiene para nosotros es bueno.

Permíteles que siembren sus semillas, si los hiciste individuales que se los
lleven a sus casas

2.-CRECIENDO

Versículo:
“Los que siembran con lágrimas, cosecharán con gritos de alegría, aunque
lloren mientras llevan el saco de semilla, volverán cantando con alegría,
con manojos de trigo entre los brazos” Salmo 126:6
Propósito: la vida es un proceso y aunque soñamos muchas cosas que a
lo mejor no se hagan una realidad y los procesos duelan podemos confiar
en que aunque tardare Dios tiene el control. La semilla necesita
alimentarse en ese tiempo ese alimento es la palabra de Dios.
Desarrollo:
 Pregúntales a tus invitados que paso con el germinador muéstrales
el tuyo e intercambien experiencias
 De acuerdo a lo que te digan ve relacionándola con la siguiente
historia
La semilla es aparentemente insignificante, muy pequeña en comparación
con el árbol que nace de ella.
La vida está encerrada y latente en el interior de una cápsula. Necesita
una tierra fértil para poder crecer. El crecimiento es lento, de modo que
pone a prueba la paciencia del agricultor. Por medio del fruto, la semilla
se reproduce y se multiplica. Esa semilla nos revela hermosos secretos.
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo
transforma en un gran ejemplo.
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a
tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber
comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas
la planta de bambú crece más de 30 metros.
La semilla es un ejemplo constante de nuestra vida estamos encerrados
en una cápsula y guardamos algo maravilloso adentro. Así como la semilla
necesita agua, cuidado así nosotros igual. Gracias a nuestro Dios que nos
permite crecer con la ayuda de la palabra de Dios que es el abono y el
agua para nuestro crecimiento.
De esta semilla podemos aprender tres lecciones:
 La primera lección que no debo olvidar hoy de la semilla de la
palabra es la lección de la fe. La Palabra de Dios puede darle vida al
alma, transforma el carácter y llenarla de fortaleza.
 Luego encuentro la lección del trabajo. Se tiene que recolectar,
guardar y derramar bendiciones sobre la tierra preparada. De esa
manera se tiene que cosechar las escrituras y entender las palabras
para pasarlas luego al corazón, como la única tierra en la que puede
crecer esa semilla.
 La tercera lección es de la paciencia, porque la semilla necesita
tiempo para echar sus raíces y crecer y las palabras de Cristo
necesitan permanecer en nosotros para que echen raíz y crezcan.
 Y por último está la lección de la fructificación. La verdad, la vida y
el poder de Dios, cuyos pensamientos contiene la palabra de Dios,
crecerán y madurarán en nuestro interior. Y una semilla da frutos
pero no solo uno sino muchos.
La palabra de Dios nos permitirá crecer, y obtener los elementos
necesarios para la vida en Cristo. Seamos un Árbol fuerte, el leer y
estudiar a palabra nos dará el aliento para seguir adelante en medio de
los afanes de este mundo.
Señor, Gracias por la semilla de tu palabra porque nos permite preparar
el corazón como tierra fértil para que ella produzca el fruto que quieres y
también sembrar en el corazón de los que estén cerca de mí, sabiendo que
esa semilla al ser sembrada será regada por tu Espíritu y solo tú la harás
crecer para vida eterna en ese corazón.
Entrégales marca libros para su Biblia con el motivo de la semilla, con la
siguiente frase “la palabra de Dios, es el alimento para mi vida, como la
semilla creceré y seré un árbol lleno de vida”

3.-SEMILLAS AL AIRE
Versículo: gálatas 6:7 “No os engañéis: Dios no puede ser burlado: que
todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”

2 Corintios 9:6 “…El que siembra escasamente, también segará


escasamente; y el que siembra en bendiciones, en bendiciones también
segará.

Propósito: reflexionar es parte de la vida, el Señor nos puso para dar y


regar nuestras semillas de amor y esperanza a nuestro alrededor para
que recojamos los frutos de victoria.
Desarrollo:
 Prepara unas hojas bancas, lápices
 Elabora unas lindas tarjetas cuyo título sea “mi lista de regalos” que
tengan espacio para escribir
 Cuéntales la siguiente historia:

Jesús contaba una vez la historia de tres labradores que recibieron unas
semillas del dueño de una tierra. El primero sembró sus semillas y obtuvo
una cosecha de 30. El segundo plantó sus semillas y obtuvo una cosecha
de 15. Y el tercero no hizo ninguna siembra con ellas sino que guardó las
semillas y no obtuvo ninguna cosecha.
El dueño de la tierra felicitó al primero por su resultado y también al
segundo, aunque obtuvo menos. Pero al tercero le criticó su actitud
porque ni siquiera sembró sus semillas.
No importa si la cosecha es grande o pequeña. Lo importante es
intentarlo, no guardarse las semillas para uno mismo, eso no produce
desarrollo sino pobreza en nosotros y en los demás.
A mí me gustaría que hoy nos imaginemos como semillas, pensando
especialmente en las veces que hemos sembrado en la vida. De esas
siembras, pensemos en las que han veces que nuestros sueños y nuestro
esfuerzo de sembrar dio fruto, pero también las tantas veces que quedó
nada más que en una siembra y aun queriendo, no hubo ningún fruto.
Llego diciembre una buena fecha para reflexionar...
Ofréceles papel y lápiz y que respondan:
¿Cuáles fueron las siembras que dieron fruto?
¿Cuáles fueron las semillas que todavía no crecieron?
Cualquiera que sea la respuesta lo importante es que nuestro Salvador
nos enseña a que debemos aprender a sembrar para recoger no solo en
nosotros sino en los demás. ! Lo que sembremos eso recogeremos ¡

Cada uno dé de sí mismo lo mejor que pueda dar. No que dé más que el
otro, sino que dé lo mejor de sí mismo.
Reflexiona hoy si eres de los que guardan para sí lo mejor que tienen o si
eres de los que siembran y comparten con los demás. En esta navidad
tienes una oportunidad de regar cosas buenas a tu alrededor amor, una
sonrisa, un abrazo, hacer un nuevo amigo, dar a conocer el evangelio ¡las
buenas noticias¡ que tu fruto estas fechas sea de esperanza y no se pierda
por los afanes de la vida.
Haz tu lista de regalos, tienes muchas cosas que sembrar para recoger
pruébalo....

Entrégales las tarjetas, que las llenen en sus casas

4.-LA SEMILLA ES JESÚS

Versículo: Isaías 9:6 “porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el
principado sobre su hombro; y se llamara su nombre Admirable,
Consejero, Dios fuerte, Padre terno, Príncipe de paz”

Así ha hablado el Señor… He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo, el


cual brotará de sus raíces. Zacarías 6:12.
Propósito: los afanes de estas fechas nos hacen olvidar el verdadero
significado de la navidad. Que es recordar que vino el hijo de Dios a
darnos vida a llenarnos de esperanza. Todo lo que hagamos que sea para
recordar y agradecer que Jesús es el principio de todo.

Desarrollo:

 Elabora lindos recuerdos en forma de bastón con un mensaje “ Jesús


es el centro de tu corazón”

Jesús es la semilla que dejó de ser semilla, cayó en tierra y germinó en su


resurrección, para acompañar y ser un estímulo en nuestras siembras de
todos los días. Él nos da esperanza y confianza. Este es el verdadero
significado de la navidad.
La siguiente historia lo ejemplifica muy bien se llama bastón de navidad
¿Podemos tener un bastón de azúcar?, suplicó Jorge al mirar los
caramelos colgando en el árbol de Navidad.
Sí, ¿podemos?, repitió como un eco su hermana Amy.
La mamá sonrió. Está bien, dijo asintiendo. Pero mientras lo comen,
quiero que piensen en una forma que ellos les pueden recordar la razón
por la cual celebramos la Navidad.
Está bien, dijeron los muchachos, y se sentaron, los desenvolvieron y
comenzaron a comer. Por unos pocos minutos nadie habló. Jorge
extendió su brazo con caramelo en la mano y lo miró. ¡Oye!,
gritó. Nuestro versículo de la escuela dominical la semana pasada decía:
Por sus heridas hemos sido sanados, por lo tanto las rayas nos recuerdan
de cómo azotaron a Jesús. Luego frunció el ceño. Pero, eso no tiene nada
que ver con la Navidad, ¿o sí?, añadió.
La mamá sonrió. Oh sí, ciertamente, le aseguró. La razón por la cual Jesús
nació fue para crecer y sufrir y morir por nuestros pecados, y para ser un
Salvador para todo aquel que crea en Él y le acepte.
Amy alzó la mirada, sus ojos brillando. Entonces la raya roja del bastón
de azúcar puede representar la sangre que Jesús vertió por nosotros
cuando murió en la cruz, dijo. Me alegra que vino a morir por nosotros.
¿Qué tal usted?
se emociona tanto con los caramelos y regalos de Navidad que se te olvida
la verdadera razón por la cual celebramos esta fecha?
La Biblia habla con expresiones diferentes del germen o “Renuevo” para
designar al Mesías que iba a venir.
 Es el “renuevo del Señor” (Isaías 4:2),
 Un “renuevo” (Isaías 53:2),
 Un “renuevo justo” (Jeremías 23:u5),
 Un “varón cuyo nombre es el Renuevo” (Zacarías 6:12).

Jesús es la semilla no hay ninguna duda, por tal razón porque no


celebrarle, por qué no verlo en cada detalle de estas fiestas. Porque no
sembrarlo en nuestras casas, compras, amistades, la cena de noche buena.
A veces los afanes de esta fecha nos hacen desviar la mirada del único
motivo de nuestro gozo y alegría, Jesús autor y consumador de la fe.

En estos días celebremos el hecho de que Cristo nació para salvarte del
pecado. Acepta el regalo maravilloso que Él te ofrece, el regalo de la
salvación. Siémbralo en tu corazón te aseguro que nunca te arrepentirás.
Reparte los recuerdos

5.-LA TARJETA DE NAVIDAD

Versículo: “No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que
será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un
Salvador, que es CRISTO el Señor.” Lucas 2: 10 y 11

Mientras dure ese “hoy” anímense unos a otros cada día. Hebreos 3; 13
Porque confortaron mi espíritu y el vuestro; reconoced, pues, a tales
personas. 1 Corintios 16:18
Propósito: el compartir es ejemplo del amor de Jesús, es expresar su
palabra en acción, es reconocer lo importante de las celebraciones
siempre con armonía y reconocer que si tenemos a Cristo somos gozosos.

Desarrollo:

 Elabora tarjetas para el intercambio y guárdalas en una cesta


 Elabora tarjetas de navidad y repártelas al final como recuerdo con
un lindo mensaje

¿Sabías que?

La palabra “Navidad” tiene varios significados:


 “Nacer”
 “Fiestas ”
 Un momento de celebración, ya que se trata de un “nacimiento”.
Cuando ingresas a Jesús en tu corazón, estás teniendo una navidad
 Un momento para festejar, compartir con amigos y familiares. Darle
las gracias al Señor por cada bendición y por cada oportunidad de
sembrar una semilla de esperanza, recuerda que Jesús es la semilla.
La navidad se disfruta mejor cuando no está centrada en las decoraciones,
regalos, o festividades, sino cuando el amor es el centro. Jesús es el centro.
El amor y el compartir es parte importante de la Navidad. Que mejor que
regalo que una hermosa tarjeta llena de bellos y buenos deseos para tu
vida.
Por eso haremos un intercambio de tarjetas de navidad:
Consiste en tomar del cesto una tarjeta y hacer lo que te indica, luego
pasársela a uno de tus compañeros.
Más allá de la costumbre de enviar tarjetas a familiares y amigos, es que
nunca olvidemos a aquellos seres queridos sorprendiéndolos en el
momento menos esperado, para decirles, “Gracias, por lo que has hecho
en mí. Una pequeña nota en cualquier época del año, podría hacer un
milagro en un corazón es el ejemplo de amor de Jesús.
Más allá de diciembre, decide sorprender a alguien en enero, febrero o
abril. No te imaginas como Dios puede usar ese gesto, para traer
esperanza a quién casi la pierde.
Nuestro Señor es el mejor regalo, la más bella tarjeta porque él es amor, te
invito a que lo lleves en tu corazón a que lo siembres en tu familia, trabajo
y amigos. Gracias por este bello regalo de tu presencia y darte la
bienvenida a la familia CCVM es el mayor regalo de navidad, el Señor
Jesús te espera hoy.
Reparte las tarjetas de navidad

Preguntas para las tarjetas del intercambio:


1. ¿Cuál fue tu tema favorito de los gales?
2. ¿Qué dinámica te gusto más?
3. Cuéntanos algo que más te haya gustado?
4. ¿Quisieras compartir la navidad con nosotros si pudieras?
5. ¿Te gusta compartir con nosotros?
6. ¿Qué compartir te gusto más? ¿Estaba delicioso?
7. ¿Te gustaría visitar Iglesia?
8. Canta la visión de nuestra Iglesia
9. ¿Qué significan las siglas CCVM? Pero dilo bailando
Agrega más si consideras necesario. Con tus invitados, planifica las
semanas siguientes que no abra gal, para que no pierdas el contacto con
ellos. Es importante un mensaje, una llamada, una visita, para seguir la
comunión.

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