Professional Documents
Culture Documents
1.-¿SALIR O NO SALIR?
Desarrollo:
Explícales la historia.
Seamos esa semilla que decidió crecer sin miedo confiando que lo que el
Señor tiene para nosotros es bueno.
Permíteles que siembren sus semillas, si los hiciste individuales que se los
lleven a sus casas
2.-CRECIENDO
Versículo:
“Los que siembran con lágrimas, cosecharán con gritos de alegría, aunque
lloren mientras llevan el saco de semilla, volverán cantando con alegría,
con manojos de trigo entre los brazos” Salmo 126:6
Propósito: la vida es un proceso y aunque soñamos muchas cosas que a
lo mejor no se hagan una realidad y los procesos duelan podemos confiar
en que aunque tardare Dios tiene el control. La semilla necesita
alimentarse en ese tiempo ese alimento es la palabra de Dios.
Desarrollo:
Pregúntales a tus invitados que paso con el germinador muéstrales
el tuyo e intercambien experiencias
De acuerdo a lo que te digan ve relacionándola con la siguiente
historia
La semilla es aparentemente insignificante, muy pequeña en comparación
con el árbol que nace de ella.
La vida está encerrada y latente en el interior de una cápsula. Necesita
una tierra fértil para poder crecer. El crecimiento es lento, de modo que
pone a prueba la paciencia del agricultor. Por medio del fruto, la semilla
se reproduce y se multiplica. Esa semilla nos revela hermosos secretos.
Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo
transforma en un gran ejemplo.
Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a
tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber
comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas
la planta de bambú crece más de 30 metros.
La semilla es un ejemplo constante de nuestra vida estamos encerrados
en una cápsula y guardamos algo maravilloso adentro. Así como la semilla
necesita agua, cuidado así nosotros igual. Gracias a nuestro Dios que nos
permite crecer con la ayuda de la palabra de Dios que es el abono y el
agua para nuestro crecimiento.
De esta semilla podemos aprender tres lecciones:
La primera lección que no debo olvidar hoy de la semilla de la
palabra es la lección de la fe. La Palabra de Dios puede darle vida al
alma, transforma el carácter y llenarla de fortaleza.
Luego encuentro la lección del trabajo. Se tiene que recolectar,
guardar y derramar bendiciones sobre la tierra preparada. De esa
manera se tiene que cosechar las escrituras y entender las palabras
para pasarlas luego al corazón, como la única tierra en la que puede
crecer esa semilla.
La tercera lección es de la paciencia, porque la semilla necesita
tiempo para echar sus raíces y crecer y las palabras de Cristo
necesitan permanecer en nosotros para que echen raíz y crezcan.
Y por último está la lección de la fructificación. La verdad, la vida y
el poder de Dios, cuyos pensamientos contiene la palabra de Dios,
crecerán y madurarán en nuestro interior. Y una semilla da frutos
pero no solo uno sino muchos.
La palabra de Dios nos permitirá crecer, y obtener los elementos
necesarios para la vida en Cristo. Seamos un Árbol fuerte, el leer y
estudiar a palabra nos dará el aliento para seguir adelante en medio de
los afanes de este mundo.
Señor, Gracias por la semilla de tu palabra porque nos permite preparar
el corazón como tierra fértil para que ella produzca el fruto que quieres y
también sembrar en el corazón de los que estén cerca de mí, sabiendo que
esa semilla al ser sembrada será regada por tu Espíritu y solo tú la harás
crecer para vida eterna en ese corazón.
Entrégales marca libros para su Biblia con el motivo de la semilla, con la
siguiente frase “la palabra de Dios, es el alimento para mi vida, como la
semilla creceré y seré un árbol lleno de vida”
3.-SEMILLAS AL AIRE
Versículo: gálatas 6:7 “No os engañéis: Dios no puede ser burlado: que
todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.”
Jesús contaba una vez la historia de tres labradores que recibieron unas
semillas del dueño de una tierra. El primero sembró sus semillas y obtuvo
una cosecha de 30. El segundo plantó sus semillas y obtuvo una cosecha
de 15. Y el tercero no hizo ninguna siembra con ellas sino que guardó las
semillas y no obtuvo ninguna cosecha.
El dueño de la tierra felicitó al primero por su resultado y también al
segundo, aunque obtuvo menos. Pero al tercero le criticó su actitud
porque ni siquiera sembró sus semillas.
No importa si la cosecha es grande o pequeña. Lo importante es
intentarlo, no guardarse las semillas para uno mismo, eso no produce
desarrollo sino pobreza en nosotros y en los demás.
A mí me gustaría que hoy nos imaginemos como semillas, pensando
especialmente en las veces que hemos sembrado en la vida. De esas
siembras, pensemos en las que han veces que nuestros sueños y nuestro
esfuerzo de sembrar dio fruto, pero también las tantas veces que quedó
nada más que en una siembra y aun queriendo, no hubo ningún fruto.
Llego diciembre una buena fecha para reflexionar...
Ofréceles papel y lápiz y que respondan:
¿Cuáles fueron las siembras que dieron fruto?
¿Cuáles fueron las semillas que todavía no crecieron?
Cualquiera que sea la respuesta lo importante es que nuestro Salvador
nos enseña a que debemos aprender a sembrar para recoger no solo en
nosotros sino en los demás. ! Lo que sembremos eso recogeremos ¡
Cada uno dé de sí mismo lo mejor que pueda dar. No que dé más que el
otro, sino que dé lo mejor de sí mismo.
Reflexiona hoy si eres de los que guardan para sí lo mejor que tienen o si
eres de los que siembran y comparten con los demás. En esta navidad
tienes una oportunidad de regar cosas buenas a tu alrededor amor, una
sonrisa, un abrazo, hacer un nuevo amigo, dar a conocer el evangelio ¡las
buenas noticias¡ que tu fruto estas fechas sea de esperanza y no se pierda
por los afanes de la vida.
Haz tu lista de regalos, tienes muchas cosas que sembrar para recoger
pruébalo....
Versículo: Isaías 9:6 “porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el
principado sobre su hombro; y se llamara su nombre Admirable,
Consejero, Dios fuerte, Padre terno, Príncipe de paz”
Desarrollo:
En estos días celebremos el hecho de que Cristo nació para salvarte del
pecado. Acepta el regalo maravilloso que Él te ofrece, el regalo de la
salvación. Siémbralo en tu corazón te aseguro que nunca te arrepentirás.
Reparte los recuerdos
Versículo: “No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que
será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un
Salvador, que es CRISTO el Señor.” Lucas 2: 10 y 11
Mientras dure ese “hoy” anímense unos a otros cada día. Hebreos 3; 13
Porque confortaron mi espíritu y el vuestro; reconoced, pues, a tales
personas. 1 Corintios 16:18
Propósito: el compartir es ejemplo del amor de Jesús, es expresar su
palabra en acción, es reconocer lo importante de las celebraciones
siempre con armonía y reconocer que si tenemos a Cristo somos gozosos.
Desarrollo:
¿Sabías que?