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¿Cómo plantear desde la epistemología de la educación, una teología de la

educación?

El presente trabajo está dividido en dos momentos, en el primero se realiza un


esboce sobre la educación comprendida como el proceso de enseñar, pero a esto
se le adhiere la epistemología la misma que se encarga de regir el quehacer
educativo, desde esta se propone el segundo apartado donde se estima plantear
una teología de la educación, partiendo desde la experiencia de la educación
religiosa en colegios católicos, donde esta se queda relegada y ocupada por
docentes que no tienen la preparación necesaria, es así que se estima implantar
una educación que no solo forme la mente, sino al ser en su totalidad enfocada a
alcanzar la formación de principios morales y religiosos.

La educación, comprendida como el proceso de enseñar, la cual se enfoca en


formar a los individuos de una manera independiente con la finalidad que sean
capaces de razonar por sí mismos, por ello, la educación que el individuo adquiera
le da la las herramientas necesarias para resolver sus problemas, es así que la
educación no es algo que ya está dado, por ello se entiende que la educación se
desarrolla en el trascurso de la vida.

Si bien es cierto, dentro del proceso histórico en el cual la educación se ha


desarrollado, ésta ha pasado por varios procesos, los mismos que han servido, para
llevar a cabo una nueva educación con la cual se intenta dejar de lado la enseñanza
tradicional, esto da paso a nuevas formas de educar, pero a esto se le adhiere la
epistemología de la educación como lo da a conocer Bedoya:

La epistemología entendida no como una tarea marginal o especializada sino


integrada a la labor misma del docente, a su práctica pedagógica, en el sentido de
que sólo a este nivel, en la medida en que asuma una correcta actitud
epistemológica podrá comprender, plantear y elaborar los problemas que se le
presentan con relación a las diversas formas de difusión (promoción o transmisión)
de los saberes o disciplinas, objeto de dicha práctica: o sea sobre los problemas que
se le presentan sobre la enseñanza de las ciencias, la formulación de objetos de
investigación y la comprensión de avances teóricos de la pedagogía1.

Entiéndase a la epistemología vista desde la educación, como la ciencia que se


encarga de conducir y guiar el proceso educacional, con ello permitiendo la
indagación y la búsqueda constante de las anomalías dentro de la práctica
educativa, de esta manera se puede reconocer los errores y de una manera
elocuente se estima proponer líneas acertadas que ayuden dentro del quehacer
educativo para lograr la educación de calidad que se habla actualmente en nuestras
realidades educacionales.

Con lo resaltado hasta aquí, se afirma que la educación es y será el motor que
conlleve al ser humano a salir desde su zona de confort, con miras siempre a su
bien y principalmente al desarrollo de la sociedad de la cual hace parte

Durante el tiempo que ha trascurrido sobre la tarea de la educación se han


propuestos varios escritos sobre esta, por ello es oportuno citar a Edgar Faure y
Felipe Herrera, quienes dan un aporte sobre “Aprender a ser la educación del
futuro”, los mismos que sostienen:

La revolución científica y técnica, la corriente enorme de informaciones que se ofrece


al hombre, la presencia de gigantescos medios de comunicación y otros muchos
factores económicos y sociales han modificado considerablemente los sistemas
tradicionales de educación, han puesto en evidencia la debilidad de ciertas formas
de instrucción y la fuerza de otras, han aumentado el valor de las actitudes activas
y conscientes para la adquisición de los conocimientos. El prestigio de las
enseñanzas fundadas en la reflexión va agrandándose cada día…2

Es importante saber que desde la transición de la época medieval a la moderna, se


dio el renacimiento y con ello el surgir de la imprenta, lo cual fue un avance que el
hombre pudo haber adquirido, esto da paso para que el ser humano se remonte a
la necesidad de querer cada día conocer más, esto aplicándolo a la educación, nos
daría importantes avances a realizar dentro del quehacer educativo y con ello la
necesidad de la preparación de los educadores, ya que esto conlleva a la

1
BEDOYA M, José Iván. Pedagogía ¿Enseñar a Pensar? Reflexión filosófica sobre el proceso de enseñar.
Bogotá: Ecoe ediciones, 2008. p 61.
2
FAURE, Edgar. Aprender a Ser. Santiago de Chile: Unesco, 1990. p. 19.
obligatoriedad del candidato a prepararse para dar lo mejor de sí dentro de la tarea
educativa, tratando así de “mejorar” la educación, entiéndase esta, no con el
emplear nuevos métodos, sino más bien buscar integrar a la persona con todo su
ser “bio- psico- social”, por el hecho que dentro de nuestra realidad educativa, se
está dejando de lado la totalidad del ser, nos enfocamos tan solo en educar la
“mente” que de una forma u otra ésta es válida dentro del contexto social, pero es
importante también, que los docentes tengan en cuenta que no se educa solo la
mente, sino al ser en su conglomerado social, y esto conlleva a la necesidad que
surja una educación donde se forjen los valores humanos y cristianos.

Dentro de esto, es oportuno resaltar que en nuestro siglo XXI es importante


implantar nuevas formas de educar, con ello se quiere proponer una teología de la
educación, la misma que se centre desde la vivencia del evangelio encaminada a
la formación humana y cristiana, ya que ésta ha quedado muy relegada dentro de
nuestra historia educativa, dejando tan solo a los establecimientos “religiosos” la
tarea de ejecutar esta tarea, pero al mismo tiempo ha sido muy difícil llevarla a cabo,
por el hecho que los estamentos gubernamentales no dan la prioridad para esta
tarea.

Se afirma, que no dan “espacio” desde la experiencia que se ha tenido en los


colegios católicos, ya que si hacemos un análisis dentro de nuestro medio, la
educación católica se está dejando a un lado, por el reducido espacio para la
aplicación de esta área, “se ocupa para dar formación para los sacramentos”, esto
hace que se reflexione y se piense en una educación; donde además de formar al
ser humano intelectualmente se empiece también a integrar al educando desde la
perspectiva teológica, con la finalidad de lograr hablar de una verdadera educación
cristiana con su fundamentación dogmática.

Para esto es menester citar lo que menciona la Gravissimum Educationis sobre el


derecho a la educación la misma que sienta las bases para que se desarrolle una
teología de la educación:
… es necesario ayudar a los niños y adolescentes, teniendo en cuenta el progreso
de la psicología, la pedagogía y la didáctica, a desarrollar armónicamente sus
cualidades físicas, morales e intelectuales, para que adquieran gradualmente un
sentido más perfecto de responsabilidad en el desarrollo recto de la propia vida, en
un esfuerzo continuo y en la adquisición de la verdadera libertad, superando los
obstáculos con magnanimidad y constancia3.

El compromiso que asumen las instituciones educativas católicas hoy en día es que
se cuente con el personal adecuado debidamente formado en teología para impartir
el conocimiento en el área de educación religiosa, ya que se debe tener en cuenta
que no es “cualquier cosa” lo que pretende enseñar, sino que por medio de esta
asignatura se espera formar a los estudiantes desde la perspectiva de la fe,
responsabilidad sobre la vida y el axionar de esta dentro del entorno social.

En esta tarea educativa los principales autores son los padres, ya que desde el
hogar se desprenden la educación moral y religiosa, los docentes tan solo parten
desde los conocimientos previos que el educando lleva en su ser, es así que los
padres ayudados por los docentes motivan a sus hijos para que progresen en la
formación cristiana como también en la laica, sin descuidar los principios morales y
religiosos que cada familia posee.

Es importante señalar que, desde una formación integral de principios morales y


religiosos, el ser humano se desarrolla tornándose más disponible y más
transparente a sí misma y a los demás.

Por tanto a manera de conclusión desde lo mencionado, es importante resaltar que


existen diferencias entre la educación a nivel general y la educación cristiana, regida
por la epistemología de la educación, comprendida desde la teología de la
educación, esta última a más de ser formal, se encarga de educar desde el ámbito
moral religioso, que encamina al ser humano a su sentir cristiano.

3
CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, Declaración <<Gravissimun educationis>>. Madrid: Biblioteca de
Autores Cristianos, 1993. p. 682.
Es así, que se estima oportuno mencionar; que la educación debe estar vinculada
al evangelio, para dar el sentido teológico del quehacer educacional, entiéndase
desde la vivencia que un docente realiza sobre la Palabra de Dios, para llevarla al
acto educativo, claro está que este trabajo se lo debe realizar desde los lineamientos
que rige la epistemología, con una nueva forma de trasmitir los conocimientos, los
cuales regirán al educando en los valores cristianos, donde no se quede en el decir
que se formó, sino que esta formación se refleje en lo cotidiano que sin bien es
cierto en nuestra realidad la formación cristiana da mucho que desear, porque nos
enfocamos en ser “catequista” (no se desprecia esta tarea), ya que desde esta
posibilidad que se presenta para trasmitir los conocimientos se deberían
comprometer como principales agentes de educación.

Bibliografía.

BEDOYA M, José Iván. Pedagogía ¿Enseñar a Pensar? Reflexión filosófica sobre


el proceso de enseñar. Bogotá: Ecoe ediciones, 2008. 146 p. ISBN 9586481514.

CONCILIO ECUMÉNICO VATICANO II, Declaración <<Gravissimun


educationis>>. Madrid: Biblioteca de Autores Cristianos, 1993. 877 p. ISBN 84 –
7914 – 081-X

FAURE, Edgar. Aprender a Ser. Santiago de Chile: Unesco, 1990.

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