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Rasgos del imperialismo Lenin

Lenin establece cinco rasgos del imperialismo.


1) La concentración de la producción y del capital llegada hasta un grado tan elevado de
desarrollo que ha creado los monopolios, que desempeñan un papel decisivo en la vida
económica. Es decir que el elevado desarrollo de la producción capitalista se ha concentrado en
unos pocos grandes monopolios, unas pocas empresas controlan cada sector frente a los rasgos
iniciales del capitalismo, en donde en cada sector competían muchos pequeños productores.

2) La fusión del capital bancario con el industrial y la creación, sobre la base de este capital
financiero, de la oligarquía financiera. Los bancos ya no son pequeños prestamistas, más bien
los volúmenes de capital en liza son tan grandes que su actividad se vuelve imprescindible para
la producción. Aún más, la información y la capacidad de incidencia que tienen los bancos los
convierten en un centro decisivo y decisorio para la economía de cada país.

3) la exportación de capital, a diferencia de la exportación de mercancías, adquiere una


importancia particular. Esto facilita la penetración y el expolio de las grandes potencias contra
los países menos desarrollados.

4) la formación de asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas, las cuales se


reparten el mundo. En la época del librecambio, en el siglo XIX, las burguesías de los distintos
países buscaban nuevos países para obtener más materias primas y nuevos mercados donde
colocar sus mercancías. Dicho proceso ha terminado.

5) La terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más
importantes. El mundo se ha repartido territorialmente de forma completa y concreta. Esto
obliga a cualquier potencia a desplazar o someter a otros países (o a otras potencias) si pretende
obtener más materias primas o ampliar su mercado. Y si no lo hace las que sí lo hagan se
acabarán haciendo más poderosas.

Las cinco piezas que agrega Fernando Coronil al análisis del imperialismo.
Para el historiador Eric Hobsbawm el imperialismo ha dejado de ser una categoría
analítica válida dado el desarrollo de una economía transnacional que ya no es
controlada siquiera por una asociación de gobiernos (1993).
Para Negri y Hardt el fin del imperialismo es la condición para la emergencia del
"imperio" como la forma de poder de una nueva época. Bajo el imperio no existen
estados imperiales en lucha por controlar el mercado o por conquistar poblaciones, sino
un mercado global cruzado por redes transnacionales que ejercen poder sobre estados y
pueblos.
Para Harry Magdoff el imperialismo funciona más que nunca en un mercado global,
solo que a través de una articulación distinta entre los estados y el capitalismo,
caracterizada por el predominio de las fuerzas centrífugas del capitalismo (1993; 1978).
Hace años Hans Kohn observó que si todo colonialismo implica al imperialismo, no
todo imperialismo implica al colonialismo (1958).
En un artículo reciente, Leo Panitch se apoya en ideas de Poulantzas para sugerir que en
la época actual el imperialismo se organiza bajo el poder hegemónico del Estado de
Estados Unidos como el "nuevo Estado imperial", es decir, como eslabón central de lo
que Poulantzas denominó una "cadena imperialista" (2000: 9).

¿En qué consisten los “defectos” de las “teorías clásicas” sobre el imperialismo
Las teorías clásicas eran defectuosas en su lectura histórica del imperialismo, en su
tratamiento de la dinámica de acumulación de capital y en su tendencia a elevar un
momento coyuntural de rivalidad inter-imperial al rango de una ley inmutable de la
globalización capitalista.

Las teorías clásicas del imperialismo también fracasaron, pues no pudieron asimilar
adecuadamente las dimensiones espaciales de la internacionalización del capitalismo.
Acentuaron excesivamente la exportación de bienes y capitales hacia lo que hoy
llamamos “Tercer Mundo” debido a que el subdesarrollo tercermundista tenía una
capacidad limitada para absorber dichos flujos. De ahí que estas teorías fallaran en
comprender dos elementos claves del desarrollo de los propios países capitalistas
avanzados.

El aspecto mas defectuoso de estas teorías era su visión reduccionista e instrumentalista


del Estado. El imperialismo no es reducible a una expresión económica, aún cuando las
fuerzas económicas constituyen un aspecto fundamental del mismo. En este sentido es
necesario mantener al imperialismo y al capitalismo como dos conceptos distintos.

¿Qué es lo que está en la base de estos procesos?


En la base de todos estos procesos está la inconclusa transformación del capitalismo
monopolista de base nacional, estado-céntrico y predominantemente industrial-
financiero, hacia un neocapitalismo, centrado en el megamonopolio o megaoligopolio,
cada vez más lejos de lo nacional, desterritorializado, transnacional, parasitario y
especulativo, fundamentalmente sustentado en los sectores terciarios (ser vicios,
finanzas, información, cultura) y cuaternarios (científico-técnicos) de la economía.
Quizás esta última es una de sus principales diferencias con el «imperialismo clásico».

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