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PARQUE DE LA MERCED
En este parque permanece desde hace 40 años Héctor Rosero, fotógrafo de profesión y
testigo de los cambios que ha sufrido el parque. Rosero reconoce que han existido
transformaciones importantes en el parque. La seguridad y el aseo, han sido los principales
cambios.
Damián y Alejandra son novios desde hace 4 años. Entre sonrisas y cruce de miradas, nos
relataron que desde hace 3 años ellos se conocieron precisamente en este lugar.
Historia singular. El parque posee tres nombres, Víctor Manuel Peñaherrera debido al
monumento ubicado en el centro del parque, 9 de Octubre y el más conocido en la
actualidad como La Merced. Entre los personajes de su historia destaca Paca Cucalón, una
trabajadora sexual de la cual Wilo Ruales la menciona en tres de sus libros. Varios adultos
mayores recuerdan a la mujer, según Héctor Aguirre de 65 años, ella fue quien impulsó a
que los enamorados lleguen a este parque.
Además. Varios escritos religiosos que datan de 1823 hacen mención al nombre del Parque
la Merced. Esto debido a que junto al parque está la iglesia de este nombre.
En una carta del francés Richeliu Boyens enviada a frailes mercedarios habla sobre la
historia del parque.
En este parque anteriormente también funcionaba una especie de terminal terrestre de
donde partían varios vehículos con rumbo distinto. Por esta razón se ubicaron varios
puestos de comida que luego de unos años tomaron el nombre de “Agachaditos”.
El sabor nocturno
En la ciudad de Ibarra existe un espacio común y apetecido por los noctámbulos. Las
condiciones económicas y sociales son lo menos importante cuando se trata de acudir a
dicha área comocida como “Los agachaditos”, en donde se encuentra extensa variaedad
gastronómica que agrada a todo tipo de paladar. En el lugar se expenden más de mil platos
diarios.
El guardian silencioso
Poco tiempo después de fundada la Villa de San Miguel de Ibarra en 1606, llegaron a estos
dominios los frailes de Nuestra Señora de la Merced. Quienes se ubicaron al frente del
antiguo Cuartel de Ibarra. En este lugar hace varias décadas se reunian los pobladores de la
Villa de Ibarra para jugar la llamada pelota de mano y tabla.