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Miriam C. Marín
30 de abril de 2013
El aporte adecuado de agua y fertilizantes es uno de los puntos básicos para mejorar la producción y la
calidad de los cultivos en los invernaderos. Las Técnicas actuales de Fertirrigación que se detallan en
este documento contribuyen a optimizar la Productividad y la Excelencia de Productos Agrícola Hortícola
Intensiva
CONTENIDO
INSTALACIÓN DE RIEGO LOCALIZADO EN INVERNADEROS ....................................................................... 3
1-Fertirrigación de invernaderos ............................................................................................................. 3
1.1-Fuentes y calidad del agua de riego............................................................................................... 3
2-Sistema de Riego ................................................................................................................................. 4
2.1-Embalse o depósito de regulación ................................................................................................. 4
2.2 Cabezal Del Sistema De Riego........................................................................................................ 4
2.2.1.- Bomba de impulsión............................................................................................................. 5
2.2.2 Equipo de filtración ................................................................................................................ 5
2.2.3. Equipo de fertirrigación ............................................................................................................. 7
2.2.4-Red de riego......................................................................................................................... 10
2.2.5-Materiales utilizados: tuberías, piezas, accesorios, emisores goteros, difusores y micro
aspersores .................................................................................................................................... 12
2.3-Montaje Cabezal de Fertirrigación............................................................................................... 13
3-Elementos de control y medida...................................................................................................... 15
3.1. Contadores de agua ................................................................................................................... 15
3.2. Manómetros .............................................................................................................................. 16
3.3. Reguladores de presión .............................................................................................................. 16
3.4. Válvulas hidráulicas .................................................................................................................... 16
3.5. Electroválvulas ........................................................................................................................... 16
3.6. Ventosas .................................................................................................................................... 16
3.7. Elementos de automatización. Programadores de riego ............................................................. 17
4-. Sustrato ....................................................................................................................................... 17
BIBLIOGRAFÍA ................................................................................................................................... 19
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INSTALACIÓN DE RIEGO LOCALIZADO EN INVERNADEROS
1-FERTIRRIGACIÓN DE INVERNADEROS
El agua de ríos y lagos está muy oxigenada. Su calidad puede variar según la época del año, por
llevar menos caudal, y las sales están más concentradas. Con frecuencia, cerca de poblados su
calidad es mala debido a su contaminación por vertidos incontrolados de diversa procedencia.
La composición del agua de pozos varía según la zona. El agua de lluvia es la mejor de todas,
por lo que en áreas con pluviosidad importante se recomienda transportarla, por medio de
tuberías y canalones, desde el techo del invernadero hasta un depósito donde se almacena
para su posterior utilización. Finalmente, el agua procedente de la red pública de suministro de
agua no es muy utilizada, pues, aparte de contener cloro, su coste es elevado.
Los parámetros fundamentales de calidad del agua de riego son: su acidez o alcalinidad
(valorada por su pH), el contenido total de sales (medido por la conductividad eléctrica CE), el
contenido en sodio y cloruros, la presencia de metales pesados y la concentración de
microorganismos. Debe mantenerse un control más riguroso del agua cuanto peor sea su
calidad.
Un sistema utilizado para mejorar la calidad del agua es el de desalinización. Entre los
diferentes tratamientos de desalinización existentes (intercambio iónico, destilación o
electrólisis) la ósmosis inversa es el más utilizado en invernaderos. En un proceso de ósmosis
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dos soluciones de diferente concentración están separadas por una membrana
semipermeable, que permite el paso de agua pero no de sales. El agua, en estas condiciones,
atraviesa la membrana hasta igualar la concentración de ambos lados. En la ósmosis inversa,
se aplican altas presiones en el lado de mayor concentración de sales, obligando al agua a fluir
al otro lado; de esta forma, el agua queda sin sales y se vuelve a mezclar, en determinada
proporción, con el agua original para recuperar parte de las sales perdidas y para evitar
problemas microbiológicos. Este procedimiento es caro, pero muy efectivo, y se está
extendiendo en zonas con agua de mala calidad.
2-SISTEMA DE RIEGO
El agua de las instalaciones de riego en invernadero suele provenir de balsas, depósitos de
almacenamiento y regulación o directamente de pozos, pasa primero a la cabeza del sistema
de riego, compuesta, generalmente, por un equipo de bombeo, un equipo de filtración y un
equipo de fertirrigación, y desde aquí es transportada por una red de tuberías de PVC y PE
hasta las mesas de cultivo.
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En la cabeza del sistema de riego se colocan un conjunto de elementos con la función de medir
el agua, aplicar y dosificar fertilizantes, filtrar el agua, regular presiones y de ejecutar los
programas de riego previstos. Todo ello se encuentra regulado por un programador de riego,
que permite controlar el funcionamiento de cada elemento.
Normalmente, la presión del cabezal del sistema de riego en un invernadero oscila entre 1-2
kgf/cm2, y es proporcionada por un equipo de bombeo.
Un cabezal no tendrá siempre los mismos componentes, esto dependerá de las necesidades
concretas de la instalación.
Las bombas pueden ser de diferentes tipos. Lo habitual es que se utilicen bombas centrífugas,
que pueden estar accionadas por motores eléctricos (lo más habitual hoy día si se dispone de
electricidad en la instalación) o bien motores de combustión (gasolina o diesel) cuando no se
dispone de electricidad. También existen bombas portátiles que pueden accionarse con la
toma de fuerza del tractor.
Es muy conveniente instalar dos bombas en paralelo, de forma que se asegure el suministro de
riego si una se estropea.
El equipo de filtración debe de proporcionar un filtrado eficaz del agua, que prevenga los
efectos perjudiciales de las partículas sólidas en suspensión, las orgánicas o los minerales
contenidas en ella, que de no ser eliminadas obstruirían los orificios de desagüe de los
emisores y la sección de las tuberías, pudiendo dañarse también otros dispositivos de la
instalación con elementos móviles.
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filtrado previamente en los equipos de bombeo sumergidos, para evitar problemas en
los mismos.
En cualquier caso, siempre que el agua presente arena habrá que instalarlos.
Los filtros de arena son un elemento básico en un cabezal de riego. Se utilizan para
eliminar impurezas de tipo orgánico, tales como algas, además de pequeñas partículas
minerales.
Son unos tanques metálicos o de poliéster, en cuyo interior se coloca una gruesa capa
de arena que es atravesada por el agua, quedando retenidas la arena, algas y otras
materias en suspensión. La pérdida de carga aumenta con la materia retenida en la
arena, por lo que ésta debe lavarse con cierta frecuencia.
Se conectan siempre, al menos, dos filtros, de forma que pueda realizarse la limpieza
de uno con el agua filtrada previamente con el otro, lo que se conoce como limpieza
por retrolavado o inversión del flujo.
Actualmente, los filtros de arena se utilizan cada vez menos, y se sustituyen por filtros
de anillas autolimpiantes. Esto se plantea habitualmente como una solución más
económica para la realización del cabezal de riego. Con aguas que no tengan mucha
materia orgánica puede servir, si bien el consumo de agua es mucho más elevado,
debido a la frecuencia de las limpiezas por retrolavado, y puede pasar materia
orgánica a la instalación, lo que a medio plazo puede provocar problemas en las
instalaciones. La solución más eficaz y recomendable para el mantenimiento de las
instalaciones a largo plazo es la colocación de baterías de filtros de arena.
El efecto de filtrado es intermedio entre los filtros de malla y los de arena, y se han
popularizado mucho en los últimos años, por su facilidad para la automatización de la
limpieza mediante la aplicación de chorros de agua a presión.
Los filtros de anilla dejan pasar el agua y retienen las partículas cuyo tamaño sea
mayor al del paso de la ranura.
Los Coladores de Malla (Filtros de malla). Estos filtros Realizan una retención de
partículas superficial, por lo que se colmatan muy rápidamente. Por este motivo, se
utilizan para filtrar partículas inorgánicas de aguas no muy sucias. Suelen instalarse en
un cabezal de riego después de la inyección de fertilizantes.
Estos dos últimos sistemas de filtrado (de Anillas y de Malla) son adecuados para
retener las partículas minerales y se colocan aguas abajo del punto de inyección de
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fertilizantes. Se caracterizan por el número de mesh, que para un filtro de malla se
define como el número de orificios por pulgada. En un filtro de anillas, el número de
mesh se establece por comparación con un filtro de malla análogo. Los más utilizados
están entre 50 y 200 mesh.
No funcionan bien cuando hay algas o materia orgánica, ya que se obstruyen muy
rápidamente.
Tanques de fertilización
Los tanques de fertilización son depósitos, generalmente de plástico o de poliéster reforzado,
en los que se introduce la solución fertilizante.
Según el tipo de instalación, pueden tenerse entre un único deposito de fertilización o hasta
siete depósitos. Existen diversos tipos de fertilizantes que se utilizan para la nutrición de las
plantas y, muchos de ellos, no se pueden mezclar al mismo tiempo en un tanque, por lo que se
deben aplicar en tanques separados (en el caso de tener varios depósitos) o en un único
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depósito (en este caso hay que realizar las aportaciones de los fertilizantes en días separados
para que no se mezclen).
Con un único depósito se complican las labores de fertilización y, sobre todo, la
automatización del sistema, que no puede ser completa, necesitándose una importante
intervención manual. Lo más habitual es que se disponga de tres o seis tanques de
fertilización.
La inyección de fertilizantes desde los tanques suele realizarse con venturis o con bombas
dosificadoras.
Agitadores
Pueden ser por aire, mediante una turbina que inyecta el mismo a través de una tubería al
fondo del depósito, o bien mecánicos, con una hélice directamente accionada por un motor
eléctrico. Los sistemas mecánicos permiten una mayor agitación, por lo que se utilizan con
fertilizantes menos solubles, y son habituales en los tanques de aportaciones especiales como
microelementos.
Inyección de fertilizantes
La solución de fertilizantes que se prepara en los tanques, se incorpora a la red de riego
mediante unos dispositivos de inyección. Existen tres formas de inyectar los fertilizantes:
1º. Venturi
Es el sistema de inyección más económico y extendido. Es un pequeño dispositivo de plástico,
con un estrechamiento interior, que permite que el fertilizante se inyecte en la red por
diferencia de presión. Es un sistema sencillo, con muy poco mantenimiento y apenas se
estropea, aunque produce perdidas de presión en la red. La inyección de fertilizante es
proporcional al caudal que circula por el venturi.
Suelen utilizarse baterías de inyectores venturi en los sistemas de fertilización, colocando uno
para cada tanque de fertilizantes.
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Un venturi no es más que una porción de la tubería, por donde pasa el agua de riego, con una
sección de estrechamiento en donde la velocidad del agua aumenta y, por lo tanto, su presión
disminuye. Esta depresión succiona el fluido procedente de los tanques de fertilización con los
nutrientes, incorporándolos al agua de riego. EL sistema se puede controlar mediante
electroválvulas, de forma que la succión sólo se produzca cuando éstas se encuentren abiertas.
Es un sistema barato pero tiene la desventaja que produce muchas pérdidas de carga. Las
bombas de inyección son más precisas que el sistema anterior, pero más caras.
2º. Tanque de fertilización
Consiste en un depósito cerrado en el que se introduce la solución fertilizante.
El depósito se conecta en paralelo a la red de riego, después del sistema de filtrado, y pasa
sólo una parte del caudal por el depósito. El caudal que entra y sale del depósito es el mismo.
3º. Bomba de inyección
Puede ser de accionamiento eléctrico o hidráulico. Tienen un émbolo o una membrana, con un
movimiento de vaivén, inyecta la solución fertilizante en la red de riego.
Pueden tomar la solución desde un tanque fertilizante sin presión e inyectarla a una presión
superior a la del agua de riego. Existen dos tipos de bombas inyectoras: eléctricas e hidráulicas.
Las primeras están accionadas por un pequeño motor eléctrico, mientras que en las segundas,
la presión de la propia red de riego proporciona la energía necesaria para su funcionamiento,
no precisando un aporte de energía externo.
Programador
La inyección de fertilizantes dependerá de los valores de pH y CE que, medidos con sensores
adecuados, son registrados en el sistema de control de riego. En cultivo hidropónico, el pH de
la solución nutritiva oscila entre 5,5 y 6,5 y la CE entre 2 y 3 mS/cm. Su medida se realiza con
sensores de pH y CE colocados a la salida del tanque de mezcla o el punto de inyección de los
fertilizantes. En ocasiones se colocan dos sensores de cada tipo para contrastar las medidas. Si
sus lecturas son muy distintas, uno u otro no funciona correctamente.
Se recomienda limpiar y calibrar regularmente los sensores.
Las instalaciones de fertirrigación de cierta entidad poseen un equipo de control automático,
que puede ser un autómata programable o un sistema similar específico para fertirrigación. A
veces, a estos equipos se les denomina controladores. En general, el sistema visualiza los
parámetros medidos con los sensores en una pantalla, o bien permite su conexión y
visualización en una pantalla de ordenador.
El equipo de control recibe información de las medidas de pH, CE, radiación solar, nivel de
agua en determinados puntos de la instalación, hechas por los sensores y, en función de la
información recibida y de su programación inicial, decide la fertilización a aplicar, la proporción
de nutrientes que se añade al agua de riego y el tiempo de aplicación del riego.
El sistema debe controlar los nutrientes aportados al riego. En general, el agua de riego se
aporta con unos valores de pH y CE fijos y una proporción de nutrientes también fija para cada
sector de riego y período del cultivo.
El equipo de control recibe las medidas de pH y CE en tiempo real. En función de la medida de
CE, el sistema incrementa o reduce la cantidad de nutrientes que, en proporciones fijas, se
añaden al tanque de mezcla, para aumentar o disminuir la conductividad. Para corregir el pH
se añade solución ácida o solución básica, dependiendo de si la medida realizada indica
solución básica o ácida.
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volumen de agua fijo en cada riego (función del agua que es capaz de retener el suelo o del
agua que admite el sustrato de cultivo), pero la frecuencia entre riegos dependerá de alguno
de los factores mencionados.
En invernaderos donde se utilizan sistemas con recirculación del agua, otro aspecto
importante es la desinfección del agua de riego, pues de otro modo ésta se convertiría en un
flujo de transmisión de enfermedades. Los dos sistemas de desinfección más utilizados son el
tratamiento térmico y la radiación ultravioleta.
En el tratamiento térmico, el agua es sometida a una temperatura de 95 °C durante al menos
30 segundos. Su fiabilidad es buena, pero el coste es elevado. EL equipo requiere un primer
intercambiador de calor para calentar hasta 95 °C y, a continuación, un segundo
intercambiador para enfriarla hasta 25-27°C. Además, se deben añadir compuestos químicos
antes y después del tratamiento para, sucesivamente, reducir y aumentar el pH, con el fin de
evitar la precipitación de sales de hierro.
Los tratamientos por radiación ultravioleta son un método de menor coste. Sus desventajas
son que la instalación debe de ser limpiada con frecuencia y que el agua debe colarse para
permitir la acción de la radiación. Este método es menos seguro que el tratamiento térmico.
En climas fríos, en las instalaciones de riego en invernadero es habitual que el agua de riego se
caliente en una pequeña caldera hasta una temperatura cercana a 25 °C con el fin de evitar los
problemas que el agua fría puede provocar en las raíces.
2.2.4-RED DE RIEGO
La red de riego está formada por un sistema de tuberías que llevan el agua desde el cabezal de
riego, una vez que esta ha sido debidamente filtrada y se han agregado los fertilizantes, hasta
los emisores que se encuentran junto al cultivo.
Normalmente hay una red principal de riego, formada por tuberías principales y secundarias,
que lleva el agua hasta el principio de cada parcela, donde comienza lo que se denomina
unidades o subunidades de riego. Al principio de cada subunidad de riego hay una arqueta
que suele tener un regulador de presión, una llave de cierre y, en algunas ocasiones, un
contador de agua desde el que parte una tubería (terciaria), y, a partir de ésta, los ramales
laterales de riego, también llamados tuberías portaemisores o portagoteros, que son las que
llevan los goteros
• Tuberías principales y secundarias son las encargadas de transportar el agua hasta las
unidades de riego. Se instalan normalmente en PVC o en PE, aunque es más frecuente el PVC,
ya que para diámetros grandes es más económico.
La red principal, normalmente se instala en zanjas enterradas. Las tuberías principales, de
diámetros comprendidos entre 63 y 125 mm, suelen ser de PVC si van enterradas o de PE sin
van al descubierto.
• Tuberías terciarias son las que distribuyen el agua en la unidad de riego y a las que se
conectan los ramales portaemisores. Pueden instalarse en PVC y en PE, normalmente es
conveniente hacerlo en PE, lo que da mayor flexibilidad a la red y no es necesario enterrarlas,
resultando más económico.
Las tuberías portarrarnales o terciariarias son de PE de baja densidad con diámetros
comprendidos entre 32 y 63 mm
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• Ramales portaemisores o portagoteros son las tuberías que distribuyen los puntos de goteo
en la superficie de riego. Son siempre de PE.
Los ramales portagoteros se disponen a lo largo de las líneas de cultivo y son de PE de baja
densidad, con diámetros de 12 ó 16 mm y una longitud normalmente inferior a 30 m, con
goteros insertados, aproximadamente, cada 0,5m (se suele colocar un gotero por planta). La
separación entre ramales portagoteros depende de la disposición del cultivo.
Los goteros son los emisores de riego de reducido caudal (2 ó 3 I/h) más utilizados en
invernaderos. El agua pasa a través de secciones de paso pequeñas y tortuosas, por lo general
con forma de laberinto, donde se disipa toda la presión de la tubería. De esta manera, la
velocidad del agua cuando sale por el orificio de desagüe es muy pequeña y el agua queda
dentro de un entorno localizado cerca del punto de emisión. Las sustancias que el agua lleva
disueltas (arena, limo, arcilla, precipitados químicos, algas, bacterias, restos orgánicos...)
quedan fácilmente retenidas en las secciones de paso pequeñas, favoreciendo la obturación
parcial o total del gotero. La uniformidad en la distribución del agua de riego disminuirá y, por
tanto, también disminuirá el rendimiento del cultivo regado.
Sin embargo, se debe de tener en cuenta la variación del caudal debida al proceso de
fabricación de los goteros, no todos los goteros son exactamente iguales, por lo que su caudal
trabajando a la misma presión tampoco lo será. Esta variación del proceso de manufactura del
gotero queda reflejada por un coeficiente de variación de manufactura que proporciona el
fabricante del gotero. Habrá que elegir goteros con coeficientes de manufactura inferiores a
0,1 si se quiere lograr una buena uniformidad del riego. Los goteros con coeficientes de
uniformidad más bajos suelen ser más caros.
Los goteros tipo botón que va pinchado a la tubería son muy utilizados en el riego de viveros,
semilleros e invernaderos. Pueden tener uno o más puntos de desagüe, lo que permite el riego
simultáneo de macetas adyacentes.
Los microaspersores son también utilizados para la distribución del agua de riego. La humedad
relativa ambiente es más elevada que cuando se usan goteros, por lo que resulta beneficioso
para ciertos cultivos. Existe un sistema denominado tren de riego, en el que los aspersores se
colocan, a cierta altura, sobre un soporte metálico que es desplazado sobre cada sector del
invernadero en cada riego. El sistema dispone de una tubería enrollada de determinada
longitud que le permite desplegarse a lo largo del sector. La ventaja que tiene es que el
invernadero no queda cubierto con tuberías. Cuando se acaba el riego, el sistema se coloca en
un lateral del invernadero facilitando, de esta manera, el acceso a las macetas para cualquier
otro tipo de labores.
Existen otras alternativas de aplicación de agua del riego en invernaderos que no utilizan
emisores. Una de ellas es el sistema denominado subirrigación, empleado en el cultivo de
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macetas en mesas. La mesa se cubre con una altura de agua de unos centímetros y las plantas
de la maceta o de las bandejas toman el agua que necesitan por capilaridad. Cuando el agua
desciende hasta un cierto nivel, un contacto eléctrico emite una señal con la que comenzará
un nuevo riego. Este sistema exige una buena nivelación de la instalación.
Se clasifican como goteros a los emisores que tienen un caudal entre 0 y 16 l/h. Lo más
habitual es que se utilicen goteros con un caudal bajo, hasta 2 l/h. para cultivos de hortalizas, y
goteros de mayor caudal, entre 4 y 8 l/h. para frutales.
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Un buen emisor debe cumplir los siguientes requisitos:
Ser poco sensibles a las variaciones de presión.
Ser muy uniformes (que todos los goteros sean iguales).
Que no se obstruyan fácilmente.
El ser poco sensible a las variaciones de presión y muy uniformes, implica tamaños de salida de
agua pequeños, y esto dificulta que se puedan realizar goteros que no se obstruyan
fácilmente.
Normalmente, los goteros están diseñados para trabajar a partir de 1 kg/cm2 de presión. Los
goteros tienen una presión de trabajo para la cual emiten un caudal determinado. A esta
presión le denominamos presión nominal, que es la presión a la que debe funcionar la red de
riego.
En las instalaciones de riego localizado, la presión varía de unas zonas a otras, por lo que la
elección de un tipo u otro de gotero será muy importante.
Difusores y microaspersores
El difusor es un dispositivo destinado a distribuir el agua sobre una superficie con un diámetro
máximo efectivo de alcance de agua de 6 m, cuando una de sus partes está dotada de
movimiento de rotación y, sin limitación, cuando ninguno de sus componentes es giratorio.
Cuando un difusor tiene elementos giratorios, también se denomina microaspersor.
Cuando tiene un tamaño de gota muy pequeño, se utilizan en invernaderos, para aumentar la
humedad relativa y para bajar las temperaturas (Nebulizadores).
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equipo y las dimensiones que proporciona el fabricante, es recomendable realizar un esquema
en planta y elevación del montaje de los equipos antes de comenzar la construcción de la
caseta, con el fin de determinar si las medidas de esta son apropiadas para dichos equipos.
Con estos esquemas se debe realizar un plano de montaje, se dibuja una planta de la caseta y
se determina la ubicación más conveniente, que facilite la operación de todos los equipos y
circulación entre estos.
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Agua Subterránea
Hay un tipo de contador muy sencillo, que es el denominado rotámetro (también llamado
flotámetro). Un rotámetro sólo mide el caudal instantáneo, no el acumulado, por lo que no
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sustituye a un contador de otro tipo al inicio de un sector de riego, pero es un elemento muy
útil en un cabezal de riego, sobre todo para comprobar que se está realizando adecuadamente
la inyección de los fertilizantes en los modernos equipos de fertirrigación. Los rotámetros hay
que instalarlos en posición completamente vertical para que funcionen adecuadamente.
3.2. MANÓMETROS
Los manómetros son los elementos encargados de medir la presión del agua en la red de riego.
Son elementos extremadamente útiles para el control de la instalación. Nos permiten ver si la
red esta trabajando a la presión adecuada, si existe alguna rotura, o por el contrario alguna
sobrepresión peligrosa y, colocándolos adecuadamente, nos permiten ver si los equipos de
filtrado necesitan ser limpiados. Para ello, deben instalarse manómetros a la entrada y a la
salida de cada equipo de filtrado, procurando no instalarlos cerca de codos o piezas especiales,
sino en un tramo recto de tubería y, la diferencia de presión entre la entrada y la salida del
filtro, nos indicará si es necesaria la limpieza.
3.5. ELECTROVÁLVULAS
Cuando una válvula hidráulica se comanda mediante un sistema eléctrico se convierte en una
electroválvula. Esto permite simplificar mucho la automatización de la red de riego,
automatizando la apertura y cierre de las válvulas de la instalación mediante impulsos
eléctricos generados por un programador de riego.
3.6. V ENTOSAS
Son elementos que sirven para expulsar el aire que queda atrapado en el interior de las
tuberías. De esta forma se protegen las instalaciones, bombas, .... También existen modelos
denominados de doble efecto, que permiten la entrada de aíre cuando la red no tiene presión,
para facilitar el vaciado de las tuberías después del riego.
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3.7. ELEMENTOS DE AUTOMATIZACIÓN. PROGRAMADORES DE RIEGO
Hoy en día lo normal es que la automatización del riego se realice por tiempos, asignando un
tiempo de riego a cada sector. Para conseguir esto se recurre al uso de electroválvulas en cada
subunidad de riego y a la instalación de un programador que controla toda la instalación.
Existen muchos tipos de programadores de riego, desde los más sencillos, que sólo controlan
unas pocas electroválvulas y un tanque de fertilizante, hasta los modernos equipos de
fertirrigación, capaces de controlar múltiples sectores de riego, así como el arranque y paro de
bombas de impulsión de agua, activar de forma automática la limpieza de filtros cuando ésta
es necesaria y dosificar los fertilizantes en las proporciones adecuadas, controlando el pH y la
conductividad eléctrica del agua.
El control del pH se realiza mediante una sonda, que permite regular la inyección de ácido en
la solución nutritiva, para mantener unos valores adecuados.
El control del pH y la conductividad eléctrica del agua de riego, es el método más utilizado hoy
día para el control del agua y nutrientes en las instalaciones de riego.
4-. SUSTRATO
El cultivo en invernaderos puede realizarse en suelo o sin suelo. Desde un punto de vista
práctico, los cultivos sin suelo se clasifican en cultivos hidropónicos (cultivo en agua más
nutrientes o sobre materiales inertes) y cultivos en sustrato (cultivo sobre materiales
químicamente activos).
La caracterización física estudia la distribución volumétrica del material sólido, el agua y el aire,
así como su variación en función del potencial matricial. Las propiedades químicas caracterizan
las transferencias de materia entre el sustrato y la solución de sustrato: reacciones de
intercambio de iones, reacciones de disolución e hidrólisis de los constituyentes minerales y
reacciones de biodegradación de la materia orgánica.
No existe un sustrato ideal para el cultivo sin suelo. EL mejor sustrato de cultivo en cada caso
dependerá de numerosos factores: material vegetal (semilla, estaca, planta), especie cultivada,
condiciones climáticas, tamaño y forma del contenedor, programas de riego y fertilización, etc.
Para obtener buenos resultados durante la germinación, el enraizamiento y el crecimiento de
las plantas, se requieren las siguientes características del sustrato: elevada capacidad de
retención de agua disponible para la planta, un suministro de aire adecuado, salinidad
reducida, pH ligeramente ácido y moderada capacidad tampón y estar libre de sustancias
fitotóxicas y de semillas de malas hierbas, nematodos y otros patógenos. Entre los diferentes
sustratos utilizados en cultivos hidropónicos los más utilizados son la perlita y la lana de roca.
Otros sustratos menos usados son: la fibra de coco, la turba, la arena, la vermiculita y diversos
residuos agrícolas o industriales.
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La perlita es un silicato de aluminio de procedencia volcánica, expandido a más de 1.000 °C a
partir de la roca original, muy utilizada en el área mediterránea. Es un material prácticamente
inerte, de pH neutro o ligeramente alcalino (pH = 7-8) fácil de corregir con los primeros riegos.
Su salinidad es muy baja.
Con soluciones nutritivas de pH <_5 puede producir fitotoxicidad debido a una excesiva
solubilización del aluminio. Tiene el inconveniente de tener poca resistencia a la fricción, por lo
que suele degradarse a lo largo del ciclo de cultivo disminuyendo la aireación. Su duración es
de 2-3 años. Se usan sacos de perlita con tamaños de partícula de 0-5 mm y volúmenes de
sustrato de alrededor de 140 m3/ha.
Sin embargo, tiene gradientes de agua. El agua se acumula en profundidad y en esta zona
disminuye el contenido de aire. Esto deberá ser tenido en cuenta en el manejo del riego y en la
disposición del sistema para la evacuación del agua sobrante procedente del drenaje. El agua
retenida es fácilmente asimilable por la planta, por lo que dicho material no tiene
prácticamente agua de reserva en el caso de condiciones hídricas desfavorables y obliga a un
manejo adecuado del riego. Se usa, normalmente, en formas de tablas de 60-120 cm de
longitud, con 10-30 cm de ancho y 7,5-10 cm de alto, forradas con polietileno blanco opaco,
con volúmenes desde 30 hasta 140 m3/ha. Su capacidad de retención de agua depende del
espesor y de la forma de la tabla. Su estabilidad mecánica es baja y su duración está limitada a
2-3 años.
Pueden aparecer problemas ambientales con la eliminación de los residuos de éste sustrato
una vez finalizada su vida útil.
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BIBLIOGRAFÍA
– Cultivos hortícolas y ornamentales, Ed. Mundi Prensa, Madrid, Domínguez Vivancos, A.
1993.
– Riego localizado y fertirrigación, Ed. Mundi Prensa, Madrid, Moya Talens, J.A. 1994.
– Fertirrigación de invernaderos, L. Rodríguez, J.L. García, R.M. Benavente, C.E.L. Oliveira
y M. Muñoz, Cadahia López, C. 1998.
– Manejo Y Mantenimiento De Instalaciones De Riego Localizado, Virgilio Plana
Arnaldos, Consejería de Agricultura y Agua, Centro Integrado de Formación y
Experiencias Agrarias de Lorca, Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, 2008
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