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Los experimentos de Popoff, Tappeiner, y Hoppe-Seyler en la utilización de celulosa para los cultivos de los microorganismos
recolectados, demostraron que es posible la formación de metano, CO
2, hidrógeno y ácidos en el interior de los intestinos de animales
herbívoros.3
En 1933 se aislaron organismos que podían oxidar hidrógeno y reducir compuestos monocarbonados como el dióxido de carbono,
monóxido de carbono, formiato, formol y metanol (Stephenson & Stickland).
En 1936, año que marcó el principio de la era moderna en el estudio de la metanogénesis, H.A Barrer informó de sus experimentos
con metanógenos y brindó las bases científicas para el estudio de la fisiología de la metanogénesis. Una importante aportación de este
científico fue el desarrollo de un proceso adecuado para crear un medio de cultivo apropiado para el crecimiento de los metanógenos.
En la década de los cincuenta comenzó la era definitiva en el examen de la conversión del grupo metil a metano, en los laboratorios
Baker. Diez años después se extendió exhaustivamente el estudio de la fisiología de las células de los metanógenos y las enzimas que
intervienen en la metanogénesis. En los setenta el estudio de la metanogénesis logró relevantes descubrimientos en las coenzimas y
condiciones atmosféricas para la adecuada producción de metanógenos. Así como identificación de las arqueobacterias y con ellas la
filogenia de los metanógenos.3
Filogenia y diversidad
De acuerdo al análisis filogenético del ARN ribosómico 16S, las metanógenas están clasificadas en el grupo de los procariontes, y en
el subgrupo de las arqueas. Esto se puede confirmar al ver que las metanógenas son microor
ganismos unicelulares sin núcleo definido
y su pared celular no es de peptidoglucano como la de las bacterias, sino de pseudomureína.
Más específicamente, dentro del dominio Archaea, existen cuatro filos diferentes: el filo Crenarchaeota, formado por especies
marinas y por hipertermófilos, el filo Korarchaeota constituido hasta donde sabemos por termófilos, el filo Nanoarchaeota que
comprende una sola especie y el filoEuryarchaeota, donde justamente se encuentran las metanógenas y los halófilos extremos.
Actualmente, se conocen cerca de sesenta especies diferentes de metanógenas, y a pesar de constituir un grupo filogenético
coherente, este grupo no es homogéneo. Existen grandes diferencias fisiológicas y morfológicas entre ellas. Por este motivo se han
hecho cuatro subdivisiones, formando las siguientes clases: Methanobacteria, Methanococci, Methanomicrobia y Methanopyri. Estas
2
clases se subdividen en órdenes y familias. De la misma forma, las familias se dividen en géneros, y después en especies.
Lo interesante, es que en cada familia y hasta en cada género, encontramos organismos con morfología diferente, por ejemplo, dentro
de la familia Methanomicrobiaceae, hay metanogenas en forma de cocos, de espiral y de bastón. De la misma forma, dichos
microorganismos, se encuentran en diferentes ambientes, y por ende, tienen metabolismos diferentes, al reducir sustratos diferentes
para obtener metano.
Metanogénesis
La característica que identifica a las metanógenas es su metabolismo productor de metano (CH4). La generación de este hidrocarburo
no es realmente el objetivo de dichas arqueas, en realidad la función de este proceso metabólico es la obtención de energía en forma
de ATP, o de moléculas destinadas para la biosíntesis.4 Generalmente esta reacción se realiza a partir de dióxido de carbono (CO2) y
de hidrógeno (H2), donde el CO2 es un aceptor de electrones que es reducido gracias a los electrones suministrados por H2. Puede
considerarse, por tanto, una respiración anaeróbica.5 De forma simplificada, la reacción de este proceso, puede ser escrita de la
siguiente manera:3
Ecología
Hábitats
Sedimentos acuosos. En los sedimentos en el fondo de lagos, ríos y charcas, donde organismos anaerobios aprovechan los desechos
de organismos aerobios. Primero bacterias fermentativas sintetizan enzimas hidrolíticas, catalizando la degradación de polímeros
complejos en monómeros. Después fermentan los productos solubles a H2 y CO2, mediante la transferencia interespecie de H2
(bacterias acetogénicas productoras de H2 catalizan la oxidación de alcoholes y ácidos grasos) obteniendo H2, CO2 y ácidos grasos
que finalmente las metanógenas ocupan para producir metano.
Habitats marinos. Se presentan del mismo modo que en los sedimentos acuosos pero con especies halerantes y halofóbicas. Otro
tipo se encuentra sobre todo en fuentes ricas en sulfato, como las chimeneas marinas. Las metanógenas generan metano a partir de
aminas metiladas, aldehídos y tioles. Las diferentes reacciones no son hechas por una sola especie, sino la interacción de varios
microorganismos, muchos de ello inestudiados aún.
Animales rumiantes. Polímeros (como la celulosa) que se encuentran en el rumen de los rumiantes (vaca, ñu, oveja, etc) son
fermentados por bacterias a cadenas más cortas, como ácidos grasos, H2 y CO2, que las metanógenas ocupan, desechando metano.
Esto le sirve al animal para tener acetato, propionato y butirato como fuente de energía. Los gases, dióxido de carbono y metano, son
desechados por el animal mediante eructos y en los excrementos.
Termitas. Algunas termitas, como las Xylophagous spp. tienen densas poblaciones de distintos procariontes en su sistema digestivo
para poder digerir los polímeros complejos de la madera. Las metanógenas no están directamente en los estómagos de las termitas,
sino dentro de alguna bacteria o protozoario que a su vez está dentro de la termita.
Otros animales. Se encuentran en alguna parte del tracto digestivo de muchos herbívoros, como el caballo o nosotros. En el humano
los polímeros indigeribles, provenientes de alimentos como el frijol, van al colon, donde son fermentados por otro consorcio de
microorganismos, que incluye metanógenas. Esto ocurre en alrededor del 30-40 % de la población humana, y el metano es expulsado
mediante flatulencias.
Las metanógenas son parte importante del ciclo del carbono, ya que retornan este a la atmósfera desde condiciones anaeróbicas, en
vez de que se acumule gradualmente en los lechos acuosos y atmósfera. Debido a las relaciones simbióticas que mantienen con
organismos tales como el ganado y termitas, otragran cantidad de metano es liberado.
En el caso del metano producido en fondos marinos o lechos de lagos, la mayoría (alrededor del 90 %) es consumido por las arqueas
metanotrópicas, en una serie de reacciones de oxidación de 2-electrones. Dichas arqueas se encuentran por lo general en el límite
entre medios anaerobios y aerobios y son organismos quimioheterótrofos. Oxidan el CH4 y producen CO2, pero no generan H2 por lo
cual no se trata del proceso inverso de la metanogénesis.
En algunos hábitat, no todo el metano es consumido y alcanza la atmósfera. Esto se da principalmente en sedimentos pantanosos y en
sembradíos de arróz. El metano puede difundirse fuera de los sedimentos y alcanzar la atmósfera antes de oxidarse, ser transportado
directamente en burbujas o salir del sistema anaeróbico a través del sistema vascular de las plantas.
El metano producido por metanógenas en el interior de los sistemas digestivos de algunos mamíferos, como los rumiantes y los seres
humanos, se libera directamente a la atmósfera en forma de gases intestinales expulsados mediante eructos u evacuaciones. Un
proceso de simbiosis similar se da en las termitas, sin embargo no se sabe con certeza cuanto metano liberan, ya que solo digieren por
este medio una fracción del carbono, por lo cual, los valores estimados para su producción de metano no son del todo certeros.
El metano atmosférico eventualmente alcanza la estratosfera, donde reacciona con radicales libres, comúnmente
hidroxilos, formando
CH3, mismo que puede participar en reacciones que lleven a la formación deozono o por el contrario a su destrucción. Su interacción
con el radical cloro provoca el agotamiento del ozono. La oxidación del metano en la estratosfera puede ser también una fuente
importante del agua que forma nubes de hielo a una altura de 85 km.
Impacto global
El metano es un gas invernadero importante. Aunque su concentración atmosférica actual, 1,7 ppm (por volumen) es
considerablemente menor que el índice de dióxido de carbono. Cada molécula de metano se considera entre 62 y 23 veces6 más
efectiva que el CO2 como gas de efecto invernadero. Por esto, es el segundo gas invernadero más importante, contribuyendo con un
calentamiento del 25 % de lo que el dióxido de carbono hace.
El metano atmosférico a lo largo de los años puede medirse mediante burbujas de hielo en los polos a diferentes profundidades. A
partir de esto se ha determinado su incremento en 1 % por año. Del mismo modo se sabe que se mantenía relativamente constante a
0,8 ppm de 1600 a 1850, cuando empezó a incrementarse hasta el 1,7 ppm actual.
El punto obvio es que el metano atmosférico se encuentra en una concentración no vista desde hace 160.000 años. Semejante variable
puede asociarse de inmediato con la actividad humana, como es fácil hacer en estos tiempos. Sin embargo, contrario a lo que el
pensamiento común dictaría, esto no se debe directamente a nuestras actividades industriales, sino al inocente e inadvertido
metabolismo de las metanógenas.
El rumen del ganado, los sembradíos de arroz son de los hábitats donde el metano producto de la metanogénesis es liberado a la
atmósfera. Habitats que corresponden a parte importante de la fuente de alimento humana, y que por consiguiente han aumentado su
cantidad conforme los requisitos de la población mundial. A lo cual se suma producido por desechos enterrados.
Aunque su producción sea biogénica, en última instancia es causada por el ser humano. Si al total de emisiones quitamos aquellas
que directa o indirectamente son causadas por nosotros, nos encontramos con que el total antropogénico se estima en 302-
715×1012 g/año. Producto de procesos y desperdicios industriales, ganado, sembradíos de arroz y quema de biomasa, principalmente.
El cambio climático es un tema controvertido, complejo y relacionado con intereses científicos, políticos, económicos y sociales de
toda la humanidad, por lo que su discusión es un proceso lento (demasiado lento) y complicado. Sin embargo, podrían tomarse
medidas respecto a las emisiones de metano. Un primer paso sería empezar por el ganado, donde ya se han logrado modestos
decrementos al tratarlos con antibióticos ionopóricos. De igual modo, puede ser que adoptar ciertas prácticas en el manejo de cultivos
de arroz reduzca sus emisiones de metano.
Se trata de un asunto serio en el cual desafortunadamente impera la ignorancia. Las metanogénesis ha existido desde etapas
tempranas de la vida y el metano es parte importante del ciclo del carbono al evitar que el CO2 quede atrapado en los sedimentos y el
ciclo se detenga. Afortunadamente se está investigando al respecto y existen proyectos para reducir la producción de metano en los
cultivos de arroz y los ranchos de ganado.
Biotecnología
Resulta irónico que por un lado los hidrocarburos que utilizamos como fuente de energía estén agotándose y por el otro un gas útil
para el mismo propósito se esté produciendo y liberando a la atmósfera en concentraciones potencialmente peligrosas. La idea de
utilizar a las metanógenas para producir metano no es nueva. Ya existen "colectores de metano" que utilizan el estiércol de vacas y
chivos para extraer metano y utilizarlo como combustible. En los basureros urbanos de materia orgánica y en los lodos de
purificadoras de aguas negras es común encontrar metanógenas, por lo que existen algunos sistemas para captar el metano y
aprovecharlo. Desafortunadamente utilizar a estas archeas ha resultado más difícil de lo que parecía, por lo que más investigación es
necesaria.
Referencias
1. Joseph W. Lengeler (1999). Biology of the Prokaryotes. Stuttgart: Thieme. p. 796.ISBN 0632053577.
2. Boone, DR (2001). «Class I. Methanobacteria class. nov.». En DR Boone and RW Castenholz, eds. Bergey's Manual
of Systematic Bacteriology Volume 1: The Archaea and the deeply branching and phototrophic Bacteria (2nd
edición). Nueva York: Springer Verlag. pp. p. 169. ISBN 978-0387987712.
3. Ferry, James editor (1993) Methanogenesis: Ecology, Physiology, Biochemistry, & Genetics (http://books.google.com/
books?id=sYh-W3CItsoC&printsec=frontcover&dq=Methanogenesis:+Ecology ,+Physiology,+Biochemistry,+%26+Ge
netics&ei=GwotSvftGYPcygSSsOmQBw). Chapman & Hall Inc, New York. ISBN 978-0-412-03531-9.
4. Thauer, R. K. and Shima, S. 2006. "Biogeochemistry: Methane and microbes".Nature, 440: 878-879
5. Stanier, R. Y., Doudoroff, M. & Adelberg, E. A. 1977. Microbiología, 2ª edición. Ed. Aguilar, 932 pp. ISBN 84-03-
20256-3
6. «IPCC Third Assessment Report - Climate Change 2001» (https://web.archive.org/web/20160720131749/http://www .
grida.no/publications/other/ipcc_tar/?src=%2Fclimate%2Fipcc_tar%2Fwg1%2F248.htm) . www.grida.no. Archivado
desde el original (http://www.grida.no/publications/other/ipcc_tar/?src=/climate/ipcc_tar/wg1/248.htm) el 20 de julio
de 2016. Consultado el 11 de enero de 2017.
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Se editó esta página por última vez el 21 sep 2017 a las 14:41.
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