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1 Un movimiento sísmico es un movimiento vibratorio producido por la pérdida de estabilidad de

masas de corteza. Cuando el movimiento llega a la superficie y se propaga por ésta le llamamos
terremoto.

Estas pérdidas de estabilidad se asocian, generalmente, a los límites de placas tectónicas.

2.1. Ondas sísmicas

El movimiento sísmico se propaga concéntricamente y de forma tridimensional a partir de un


punto en la Corteza profunda o Manto superficial (en general, en la Litosfera) en el que se pierde
el equilibrio de masas. A este punto se le denomina hipocentro.

Cuando las ondas procedentes del hipocentro llegan a la superficie terrestre se convierten en
bidimensionales y se propagan en forma concéntrica a partir del primer punto de contacto con
ella. Este punto llama epicentro. Según nos alejamos del hipocentro se produce la atenuación de la
onda sísmica.

Las ondas sísmicas son similares a las ondas sonoras y, según sus características de propagación,
las clasificamos en:

Ondas "p" o primarias: llamadas así por ser las más rápidas y, por tanto, las primeras que se
registran en los sismógrafos. Son ondas de tipo longitudinal, es decir, las partículas rocosas vibran
en la dirección de avance de la onda. Se producen a partir del hipocentro y se propagan por
medios sólidos y líquidos en las tres direcciones del espacio.

Ondas "s" o secundarias: algo más lentas. Son ondas de tipo transversal, es decir, la vibración de
las partículas es perpendicular al avance de la onda. También se producen a partir del hipocentro y
se propagan en forma tridimensional, pero únicamente a través de medios sólidos.

2.2. Tipos de terremotos

Aunque la mayor parte de los movimientos sísmicos, los que podríamos llamar seísmos
verdaderos, se producen por causas tectónicas, algunos de ellos se pueden producir por otras.

Microsismos: pequeñas vibraciones en la Corteza terrestre provocadas por causas diversas. Entre
las más frecuentes se encuentran grandes tormentas, hundimiento de cavernas, desplomes de
rocas, etc.

Sismos volcánicos: a veces los fenómenos volcánicos pueden generar movimientos sísmicos. Tal es
el caso del hundimiento de calderas volcánicas, destape de las chimeneas en una erupción u otras.

Sismos tectónicos: son los verdaderos movimientos sísmicos y los de mayor intensidad.
Generalmente asociados a fracturas (fallas). Se producen por formación de fallas, movilización de
fallas preexistentes o por movimiento de fallas asociadas.
4 Las placas tectónicas y el origen de los sismos

Frente a la Costa de Ecuador, Perú y Chile se encuentra la placa de Nazca, que se desplaza
lentamente de oeste a este. Su frente oriental se encuentra en la fosa marina que se extiende
paralela a la Costa, entre Ecuador y Chile.

Frente a la placa de Nazca se encuentra la placa Sudamericana, de gran extensión, que abarca
desde la zona central del océano Atlántico y gran parte de América del Sur, hasta la fosa marina ya
mencionada. Esta placa se desplaza en sentido contrario a la de Nazca, es decir de este a oeste.

Ambas placas, la de Nazca y la Sudamericana, se encuentran en las fosas marinas mencionadas.


Ambas se sumergen en el interior de la corteza terrestre por estas fosas, a distintas velocidades. Al
rozar ambas placas, a gran profundidad, producen vibraciones de la corteza terrestre, que dan
origen a los movimientos sísmicos, cuyos epicentros se encuentran en el fondo del océano
Pacífico.

Además, al haberse formado la cordillera de los Andes, desde hace sesenta millones de años y
continúa todavía, el territorio peruano soportó la formación de muchas fallas geológicas sobre los
Andes. En estas fallas geológicas o tectónicas tienen su origen los movimientos sísmicos cuyos
epicentros no se encuentran en las fosas marinas. No está de más recordar que toda la parte
occidental de América del Sur, ocupada por la cordillera de los Andes, es zona sísmica.

5 Hipocentro y Epicentro

Cuando acontece un movimiento sísmico, se habla del hipocentro y del epicentro.

El hipocentro es el lugar en donde se origina el movimiento, es decir, en donde tiene lugar el


rozamiento de los materiales que descienden por allí, o se produce el deslizamiento de las rocas
que ocasionan las vibraciones. Está situado a varios kilómetros de profundidad de la superficie
terrestre.

El epicentro viene a ser el punto situado sobre la superficie terrestre, pero en línea vertical del
hipocentro, en donde el movimiento sísmico se registra con mayor intensidad y violencia.

Cuando el epicentro de un movimiento sísmico se encuentra en el fondo del mar toma el nombre
de maremoto, cuyas manifestaciones son los tsunamis u olas gigantescas que invaden las costas
de los continentes e islas, ocasionando grandes destrucciones.

La mayor parte de los terremotos van precedidos de un ruido sísmico, que se escucha a manera de
un trueno lejano. Sin embargo, en muchos terremotos hay ausencia de tales ruidos, pues las
sacudidas son violentas.

Después de un terremoto necesariamente se sucede en cadena otros movimientos de


intensidades inferiores al primero. Estos movimientos se llaman réplicas y se producen por efecto
del reacomodamiento de las rocas en el interior de la corteza.
Un terremoto, temblor de tierra o movimiento telúrico, es un fenómeno de sacudida brusca y
pasajera de la corteza terrestre producida por la liberación de energía acumulada en forma de
ondas sísmicas. Los más comunes se producen por la actividad de fallas geológicas. También
pueden ocurrir por otras causas como, por ejemplo, fricción en el borde de placas tectónicas,
procesos volcánicos, impactos de asteroides o cometas, o incluso pueden ser producidas por el ser
humano al realizar pruebas de detonaciones nucleares subterráneas.

El punto de origen de un terremoto se denomina foco o hipocentro. El epicentro es el punto de la


superficie terrestre que se encuentra directamente sobre el hipocentro. Dependiendo de su
intensidad y origen, un terremoto puede causar desplazamientos de la corteza terrestre,
corrimientos de tierras, maremotos (o también llamados tsunamis) o la actividad volcánica. Para
medir la energía liberada por un terremoto se emplean diversas escalas, entre ellas, la escala de
Richter es la más conocida y utilizada por los medios de comunicación.
Los eventos sísmicos se han convertido en los últimos años en uno de los fenómenos naturales
más frecuentes en nuestro medio. Caracterizados por la rapidez con que se generan, el ruido que
generalmente lo acompaña, los efectos sobre el terreno, etc. Es por esto que han sido calificados
por la población como uno de los fenómenos naturales más terribles, debido principalmente a que
ocurren en una forma repentina e inesperada y por su capacidad de destrucción.
El movimiento sísmico se propaga concéntricamente y de forma tridimensional a partir de un
punto en la Corteza profunda o Manto superficial en el que se pierde el equilibrio de masas. A este
punto se le denomina hipocentro, cuando las ondas procedentes del hipocentro llegan a la
superficie terrestre se convierten en bidimensionales y se propagan en forma concéntrica a partir
del primer punto de contacto con ella. Según nos alejamos del hipocentro se produce la
atenuación de la onda sísmica.
Las ondas sísmicas son similares a las ondas sonoras y, según sus características de propagación,
las clasificamos en:
Ondas "p" o primarias: llamadas así por ser las más rápidas y, por tanto, las primeras que se
registran en los sismógrafos. Son ondas de tipo longitudinal, es decir, las partículas rocosas vibran
en la dirección de avance de la onda. Se producen a partir del hipocentro y se propagan por
medios sólidos y líquidos en las tres direcciones del espacio y la Ondas "s" o secundarias: algo más
lentas. Son ondas de tipo transversal, es decir, la vibración de las partículas es perpendicular al
avance de la onda. También se producen a partir del hipocentro y se propagan en forma
tridimensional, pero únicamente a través de medios sólidos.

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