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Articulo 11 (Protección de la honra y de la dignidad)

Violación del Derecho a la vida privada

Erika Gabriela Suárez Flores


Escuela Profesional de Derecho y Ciencias Políticas
“Demandante”

“No estoy de acuerdo con la injusticia, por ello defenderé con mi vida tus
derechos”

Señor presidente de la honorable Corte Interamericana de Derechos Humanos,


ante usted la abogada Gabriela Suárez en defensa de mi patrocinado el señor
Santander Tristán Donoso, a quien de acuerdo a los medios probatorios a la
fecha se le ha vulnerado gravemente el derecho a la vida privada, así mismo el
derecho a la honra y la dignidad.

Por tanto sustento mi alegato del siguiente modo: En el triste 8 de julio de 1996
mi patrocinado sostuvo una conversación con su cliente Adel Sayed, en su
calidad de abogado claro esta; en la cual se vertieron opiniones acerca de la
posible ,”posible” publicación de una nota de prensa que afirmaría que, a
diferencia de la empresa perteneciente a Walid Sayed(hijo),las dos empresas
que presuntamente habían financiado en 1994 la campaña de reelección como
legislador del ex procurador ,con dinero procedente del narcotráfico, no habían
sido investigadas por la presunta comisión del delito de lavado de dinero.

No obstante, el nueve de julio de 1996, coincidentemente, el mismo periódico


publicó la noticia en la que afirmaba que el cheque supuestamente girado para
financiar la campaña del ex procurador era falso; dando absoluta certeza a la
presunta inocencia del procurador. Parto de esta premisa considerándolo como
la medula de un árbol, puesto que, el caso ira en torno a este hecho central. Tal
es así que se grabó e intercepto la conversación de mi patrocinado, sin el
consentimiento de este ni de su cliente, vulnerándose el secreto profesional; ya
que la conversación se sostuvo entre un abogado y su cliente.

Así mismo el procurador pese a que no se demostró su implicancia en la


grabación e interceptación que por cierto no tenía autorización alguna del
Ministerio Publico; si es un hecho probado y valorado por la corte, que el
procurador difundió el casete ante el Arzobispado y la Junta directiva del
Colegios de Abogados refiriendo afirmativamente que la grabación era una
“especie de confabulación y complot contra su persona y la imagen del Ministerio
Público” ,sin contar con prueba alguna en dicho momento, ya que solo se basó
en meras especulaciones y no siguió el debido proceso, debiendo haber
interpuesto la denuncia ante el Tribunal de honor .

Recalco el Derecho se ejerce con pruebas fehacientes no a base de


presunciones que tienen como consecuencia un daño irreparable e
incuantificable en contra de mi patrocinado ,ya que han violentado su honra y
dignidad ,derecho fundamental para el libre y buen funcionamiento se su
personalidad, reitero todo objeto tiene precio salvo la honra y la dignidad, porque
la dignidad jamás es negociable y tampoco es aceptable que se ponga en juego
la honra de un ser humado, tomando en cuenta que mi patrocinado es un
abogado y la difusión se hizo ante el Colegio de abogados; es reprochable señor
presidente del tribunal esta violación, puesto que mi patrocinado ha resultado
profundamente lastimado por el espionaje telefónico del cual había sido objeto.

Así mismo es bueno recordar que durante dos ocasiones, una personalmente y
la segunda mediante una misiva mi patrocinado, pidió entrevistarse para las
aclaraciones de dicha grabación, pero el procurador se negó rotundamente, tal
como lo acredita el párrafo 45 de los hechos probados; en consecuencia él
planteo una denuncia por el abuso de autoridad e infracción de los deberes del
servidor público, denuncia que fue desestimada por la corte suprema del Estado
.

Se le puso trabas a mi patrocinado respecto a la defensa de sus derechos,


siendo el actuar del estado adverso a la protección de un ciudadano ya que la
constitución en el artículo 29 reconoce expresamente que las comunicaciones
telefónicas privadas son inviolables y no podrán ser interceptadas, salvo existan
indicios de la comisión de un delito grave tal como se indica en la ley número 23
,sobre delitos relacionados con drogas; no obstante para haber realizado la
interceptación, el supuesto delito de mi patrocinado no calificaba siquiera como
grave ,además en virtud de que la vida privada no es un derecho absoluto ,el
estado no puede avalar la injerencia, dado que no cumple con los requisitos de
idoneidad, necesidad ,legitimidad y proporcionalidad.

Queda claro la incompetencia del estado en materia del respeto de los derechos
humanos y los tratados internacionales, ya que el artículo 11 de la convención
prohíbe toda injerencia arbitraria o abusiva en la vida privada de las personas, y
aclaro que las comunicaciones telefónicas pese a no encontrarse prevista en
dicho artículo, se encuentra incluida dentro del ámbito de protección del derecho
a la vida privada. Y por si fuese poco señor presidente del Tribunal, la inspectora
Hurtado en calidad de testigo del Estado entro en contradicciones en sus
posteriores declaraciones; entonces le pregunto a usted. ¿puede tener veracidad
la palabra de una persona que cambia de versión y luego se retracta?
Es evidente que el Procurador Publico tuvo motivaciones personales para la
difusión del casete y no la supuesta falta de ética que presume, además queda
claro la violación de la honra de mi patrocinado que como ya he dicho
anteriormente es un daño moral irreparable e irreversible, como es posible Señor
Presidente del Tribunal que un servidor público ávido de malicia y venganza
actué impulsivamente ,dejándose llevar por presunciones ,dañando así el buen
nombre de mi patrocinado y su imagen profesional frente a otros abogados del
país, como puede ser posible que el sacrificio de un ser humano provisto de
dignidad que años tras año se ha esmerado por tener una imagen intachable
ante la sociedad, ahora se vea señalado como un presunto delincuente y más
indignante aun, es que el Estado lo haya puesto en esta situación.

En virtud de las pruebas y de la Justicia ,Señor Presidente del Tribunal pido que
se declare culpable al Estado, ya que resulto incompetente en la identificación y
sanción de los responsables de la interceptación y grabación, por consiguiente
por no garantizar el derecho a la vida privada y a la honra ,previsto en el artículo
11.2 de la convención, como también me amparo en las sentencias del Tribunal
Europeo de los Derechos Humanos y el Tratado de la Convención de Viena y
con mayor relevancia la Jurisprudencia Colombiana en materia de este derecho
tan imprescindible a la Honra y Dignidad .Finalmente solicito al Tribunal que
ordene medidas de reparación por la violación a los derechos del Señor Tristán
Donoso, ya que no es posible que la comunidad internacional pueda tolerar tal
vejamen.

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