CATEQUESIS INFANTIL DEL ANE

Semana del 16 al 22 de octubre, de 2016. XXIX (vigésimo noveno) domingo del Tiempo Ordinario CICLO C

1.- TEMA: ORAR SIN DESFALLECER

2.- HISTORIA: Carlitos se pone en “cruzada de oración”

Cuando Carlitos aprendió a manejar bicicleta, estaba enloquecido con la idea de comprarse una propia, porque
hasta entonces usaba la que su hermana le había heredado. Sus papás, viendo los deseos, el entusiasmo y por
supuesto las posibilidades de adquirirla, no le dijeron ni “sí” ni “no”, sólo le pidieron que tuviera paciencia.
Entonces Carlitos comenzó su campaña, e insistía cada día con el tema de la bicicleta, día y noche se los
recordaba, hasta que un día, después de tanta insistencia, su papá aceptó comprársela y al día siguiente,
Carlitos tenía la nueva bicicleta en casa. Estaba más que feliz y muy agradecido con sus papás por este regalo.
Tiempo después, conoció a Martín, un niño que vivía muy triste por una enfermedad que padecía desde muy
pequeño, y que no le permitía realizar todas las actividades que los demás niños de su edad normalmente
realizaban.
Entonces, Carlitos se puso nuevamente en campaña, pero esta vez de oración, pidiendo a Dios que lo sanara o
que llenase su corazón de alegría y de paz (según fuera Su Santa Voluntad) para que él pueda sufrir con
paciencia su enfermedad. Él estaba seguro de que Dios oiría muy pronto sus plegarias.
Transcurridas algunas semanas, Carlitos, viendo que nada de lo que pedía se hacía realidad, comenzó a
desanimarse y ya no mencionaba a Martín en sus oraciones.
Su mamá, que rezaba con él todos los días el Santo Rosario, no tardó en darse cuenta de esto y le preguntó por
qué había dejado de pedir por esa intención, y al oír la respuesta de su hijo le dijo: “Has hecho mal al dejar de
insistir, porque el Señor quiere que seamos perseverantes y no nos cansemos de pedirle, con verdadera fe, lo
que necesitamos. Así como insistías con tu bicicleta, hasta que la conseguiste, de igual manera debes insistir en
la oración pidiendo al Señor lo que deseas ¿Crees acaso que Dios no atenderá las súplicas buenas que
nosotros sus hijos le dirigimos día y noche? Recuerda Carlitos que Dios es nuestro Padre, y que está siempre
dispuesto a dar cosas buenas a quienes se las piden”.
De esta manera, Carlitos comenzó nuevamente una verdadera cruzada de oración, y esta vez no estaba
dispuesto a darse por vencido, hasta conseguir de Dios la gracia tan importante que le pedía para un amigo.

3.- EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS: 18,1-8

En aquel tiempo, para enseñar a sus discípulos la necesidad de orar siempre y sin desfallecer, Jesús les propuso
esta parábola: “En cierta ciudad había un juez que no temía a Dios ni respetaba a los hombres. Vivía en aquella
misma ciudad una viuda, que acudió a él con frecuencia para decirle: ‘Hazme justicia contra mi adversario’.
Por mucho tiempo, el juez no le hizo caso, pero después se dijo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los
hombres, sin embargo, por la insistencia de esta viuda, voy a hacerle justicia, para que no me siga molestando’.”
Dicho esto, Jesús comentó: “Si así pensaba el juez injusto, ¿creen ustedes acaso que Dios no hará justicia a sus
elegidos, que claman a él día y noche, y que los hará esperar? Yo les digo que les hará justicia sin tardar. Pero
cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen ustedes que encontrará fe sobre la tierra?”
Palabra del Señor / Gloria a Ti, Señor Jesús.

4. RELACIONES:
En el Evangelio:
En la parábola Jesús cuenta que en cierta ciudad
había un juez injusto y una viuda que acudió a él con
frecuencia para pedirle justicia. Por mucho tiempo, el
juez no le hizo caso, pero después por la insistencia
de esta viuda, aceptó su petición para que no lo siga
molestando.
En la Historia:
Carlitos esta obsesionado con la idea de comprarse
una bicicleta, día y noche se los recordaba a sus
papás, hasta que por su insistencia aceptaron
comprársela.

Después de contar la parábola, Jesús les dijo: “Si así
pensaba el juez injusto, ¿creen ustedes acaso que
Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él
día y noche, y que los hará esperar?
Cuando la mamá de Carlitos oyó los motivos por
los cuales, él había dejado de pedir por Martín, le
dijo: “Has hecho mal al dejar de insistir, porque el
Señor quiere que seamos perseverantes y no nos
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cansemos de pedirle, con verdadera fe, lo que

necesitamos.
Así como insistías con tu bicicleta, hasta que la
conseguiste, de igual manera debes insistir en la
oración. ¿Crees acaso que Dios no atenderá las
súplicas buenas que nosotros sus hijos le dirigimos
día y noche? Recuerda Carlitos que Dios es
nuestro Padre, y que está siempre dispuesto a dar
cosas buenas a quienes se las piden”.

MORALEJA: “Aprendamos a ser pacientes y perseverantes en la oración porque Dios es nuestro Padre y está
dispuesto a dar cosas buenas a los que se lo piden”.

5.- CATEQUESIS:
CIC 2607 Cuando Jesús ora, ya nos enseña a orar. El camino teologal de nuestra oración es su oración a su
Padre. Pero el Evangelio nos entrega una enseñanza explícita de Jesús sobre la oración. Como un pedagogo,
nos toma donde estamos y, progresivamente, nos conduce al Padre. Dirigiéndose a las multitudes que le siguen,
Jesús comienza con lo que ellas ya saben de la oración por la Antigua Alianza y las prepara para la novedad del
Reino que está viniendo. Después les revela en parábolas esta novedad. Por último, a sus discípulos que
deberán ser los pedagogos de la oración en su Iglesia, les hablará abiertamente del Padre y del Espíritu Santo.

CIC 2613 San Lucas nos ha trasmitido tres parábolas principales sobre la oración:
La primera, “el amigo importuno"” (Cf. Lc 11, 5-13), invita a una oración insistente: "Llamad y se os abrirá". Al que
ora así, el Padre del cielo "le dará todo lo que necesite", y sobre todo el Espíritu Santo que contiene todos los
dones.
La segunda, “la viuda importuna” (Cf. Lc 18,1-8), está centrada en una de las cualidades de la oración: es
necesario orar siempre, sin cansarse, con la paciencia de la fe. “Pero, cuando el Hijo del hombre venga,
¿encontrará fe sobre la tierra?”
La tercera parábola, “el fariseo y el publicano” (Cf. Lc 18,9-14), se refiere a la humildad del corazón que ora. “Oh
Dios, ten compasión de mí que soy pecador”. La Iglesia no cesa de hacer suya esta oración: “¡Kyrie eleison!”.

• Este domingo el Evangelio nos habla sobre la ORACIÓN, más aún sobre LA ORACIÓN CONSTANTE,
INSISTENTE y CONSCIENTE, o como dice concretamente el Evangelio: nos habla de la necesidad de "orar
siempre y sin desfallecer”.

Muchas veces creemos que orar significa simplemente pedirle a Dios que nos dé cosas o que resuelva nuestros
problemas, y no nos damos cuenta que orar es PONERSE EN COMUNICACIÓN CON DIOS, comunicarle todo
aquello que creemos, sentimos, pensamos, hablar con el Ser de MÁS CONFIANZA y que MÁS NOS AMA...

Sin duda la oración incluye las peticiones, pero incluso cuando pedimos algo, muchas veces lo hacemos de
manera rutinaria, fría, inconsciente, a la ligera o de manera autoritaria, como si Dios “tuviera” que obedecernos...

No olvidemos que Dios sabe de nuestras preocupaciones y desesperanzas, así como un padre o una madre
conoce a su hijo y sabe cuando tiene algún problema, y permanece esperando a que el hijo se lo cuente, para
no hacerse un intruso... Algo similar ocurre con el Señor, pero Él además conoce cada uno de nuestros
sentimientos, conoce todas las circunstancias que atravesamos, nos observa en silencio, pero cuidándonos y
acompañándonos.

En la parábola que Jesús narra, se nos dice que el juez a quien acudía la viuda era injusto, pues “no tenía temor
a Dios...” Esto no quiere decir que debemos tener MIEDO a Dios, sino se refiere a que, para ser “justos”, es decir,
santos, debemos tener TEMOR DE OFENDER A DIOS y de sufrir las consecuencias que nos traería el alejarnos
de Él.

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Pero a pesar de esta situación, de ser como era, el juez cedió a la petición de la viuda debido a su INSISTENCIA
y para que ya no lo molestara más. Y Jesús luego nos llama a la reflexión al decir: “Si así pensaba el juez
injusto, ¿creen ustedes acaso que Dios no hará justicia a sus elegidos, que claman a él día y noche, y
que los hará esperar...?” Pues esta es también una llamada de atención a nosotros y un cuestionamiento sobre
el estado de nuestra FE: ¿Realmente creemos en el amor de Dios?, ¿creemos que es justo y misericordioso,
incluso cuando no nos da lo que queremos y le pedimos, pero confiamos que todo es para el bien de nuestra
alma?, ¿Nos encomendamos a su bendición en cada actividad que iniciamos...? Muchas veces nos cuesta
hacerlo, y es una lucha diaria, porque una vez que ya nos sentimos fuertes, después de vencer una dificultad,
entonces viene otra, y es como si comenzáramos de cero. Por eso Jesús concluye su reflexión con la siguiente
pregunta: “…cuando venga el Hijo del hombre, ¿creen ustedes que encontrará fe sobre la tierra?”.

Cuando somos niños, muchas veces desarrollamos una serie de métodos para llamar la atención de nuestros
papás, y en ciertos momentos nuestra insistencia para obtener algo llega a la molestia; por ejemplo: cuando
estamos caminando y vemos un heladero, está haciendo mucho calor y le pedimos a papá o mamá que nos
compre uno, ante una respuesta negativa lo primero que hacemos es repetir como loros: “por favor, por favor
cómpralo”, y si la respuesta sigue siendo negativa, volvemos a la insistencia: “por favor, por favor cómpralo”, en
el fondo sabemos que, aunque sea por detener la molestia que les estamos causando, nos lo comprarán. Sin
duda esta es una actitud inmadura y caprichosa, pero cuando hablamos con Dios y le pedimos algo, Él no nos ve
como una molestia, sino que en toda su Sabiduría y Amor procede ayudándonos de acuerdo con nuestras
verdaderas necesidades (que muchas veces no son las que creemos).

Aprovechemos esta reflexión para aumentar nuestra confianza y nuestra FE en Dios, sabiendo que:

• Es un padre AMOROSO y JUSTO

• Él está atento a nuestras necesidades, incluso antes de que oremos presentándoselas
• Nuestra oración es fundamental en el crecimiento de nuestra FE
• Nuestra FE debe ir acompañada de obras, especialmente del AMOR al prójimo

Pidamos también a nuestra Madre Santa, La Virgen María, que nos proteja a cada instante, que nos guíe y que
interceda por nosotros en cada oración. Ella siempre fue modelo de perseverancia en la FE, aprendamos de ella
la humildad de la oración constante, personal y comunitaria, esa oración que siempre es respondida:

AL ORAR, NO SÓLO HABLAMOS CON DIOS, SINO QUE DIOS TAMBIÉN SE COMUNICA CON NOSOTROS
DE MANERA A MENUDO IMPERCEPTIBLE, OTORGÁNDONOS SU GRACIA, SU BENDICIÓN Y SU AMOR.
AL TERMINAR CADA ORACIÓN DEMOS POR HECHO QUE DIOS ESTÁ CONSIDERANDO NUESTRAS
PETICIONES, PERO TAMBIÉN NOS ESTÁ COMUNICANDO SU AMOR DE MANERA SILENCIOSA Y
PACÍFICA.

6.- MENSAJES DE LAS CRUZADAS: CM 49

¡Cuánto Me agrada quien persevera en la oración! Como quiera que ore, el hombre merece socorro. No será
siempre lo que ha pedido, pero Yo no puedo y no quiero que Mis criaturas pidan y no reciban.
Oren siempre, ofrezcan siempre y tendrán respuesta a todo, ayuda en todo lo del alma y lo del cuerpo. El que ora
entra al Cielo con la mente, aunque permanezca con los pies en la tierra, porque Yo le doy, los tesoros del Cielo
para él y para los demás.

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7.- ACTIVIDADES:
7.1.- Actividades para niños de 1er grado (niños entre 5 y 7 años).
7.1.1.- Colorea la figura que nos relata el Evangelio.

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7.1.2.- Responde a las siguientes preguntas. Puedes elegir una o más opciones.

7.1.3.- Haz la siguiente oración con amor:

¡Gracias Jesús!
Jesús te doy gracias por Tus cuidados,
por todo lo que me has dado. Te pido que
protejas a toda mi familia, a mis compañeros
y amigos. Ayúdame a ser fiel y perseverante
en la oración y a confiar en Ti sin límites. A
acudir a Ti siempre y sin desfallecer, porque
sé que Tú me ayudas y velas por mí.
Tu Hijo (a):

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7.2.- Actividades para el grupo de 3er. año (niños de entre 8 y 10 años de edad).
7.2.1.- Responde las siguientes preguntas, referentes al Evangelio.

7.2.2.- Encuentra en la sopa de letras las palabras del recuadro.

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7.2.3.- Responde a las preguntas, siendo honesto y marcando con una palomita (√) la opción correcta:

7.2.4.- Escribe sobre las líneas punteadas la frase de los cuadros, sigue los espacios y luego haz una
oración para que el Señor te ayude a perseverar en la oración.

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7.3.- Actividades para el grupo de 5° año (niños de entre 10 y 12 años de edad).
7.3.1.- Responde las siguientes preguntas.

7.3.2.- ¿Qué actitudes se necesita para hacer oración? Escribe sobre las líneas algunas que tú creas
que te faltan:

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7.3.3.- Resuelve el siguiente crucigrama.

7.3.4.- Investiga las características de las formas de expresión de la oración. Luego, responde la
pregunta.