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El espíritu de una época

Rocío González Alvarado

Al iniciar la investigación sobre el movimiento feminista en México


a partir de los años setenta, me di a la tarea de presentar un panora-
ma de los principales grupos que protagonizaron dicho movimien-
to, así como de indagar cuáles fueron sus inquietudes, sus temas,
sus actividades y aportaciones desde sus inicios hasta nuestros días.
¿Por qué a partir de los años setenta? Porque se trata sobre todo de
un momento histórico coyuntural, de cambios y nuevas utopías, tanto
en el país como en el mundo, y particularmente porque dentro de
este despertar social mundial renace con nuevos bríos el movimien-
to de mujeres mexicanas con las demandas propias de su género,
cuya bandera principal es un rotundo no a la subordinación y un sí
contundente a la emancipación.
El "florecimiento" del movimiento feminista en México a prin-
cipios de la década de 1970 se ubica con la aparición de pequeños
colectivos integrados por mujeres en su mayoría de clase media,
universitarias, profesionistas, o bien militantes de partidos politicos,
sobre todo de izquierda, concentrados en cuatro organizaciones:
Mujeres en Acción Solidaria ( MAS) (1970), Movimiento Nacional de
Mujeres (MNM) (1973), Movimiento de la Liberación de la Mujer (MCM)
(1974) y Colectivo La Revuelta (1975).
Sin duda, varias fueron las circunstancias que motivaron que
cierto sector femenil se sintiera atraído e incursionara en las filas del
feminismo mexicano. Una de ellas, de acuerdo con estudiosas en el
tema, fue la creciente incorporación de la mujer al mercado de traba-
jo, iniciada desde los años 40, la cual más tarde en los 70 generó pro-
blemas y reflexiones de las mujeres en torno a la doble jornada de
trabajo, ala ausencia femenina en los puestos de mando y dirección,
así como su notable presencia en el sector servicios asociad a a su
bajo nivel de escolaridad. Eso por un lado, por el otro se encuentra el
ingreso cada vez más amplio de las mujeres al sistema educativo, a
partir de los años 50, cuando la política de expansión en este ramo
elevó el nivel de escolaridad de un número creciente de mujeres
(González Butrón, 1999:59).
Aunado a ello, en el aspecto político y social se viven momen-
tos de reestructuración, de "reconciliación nacional", no hay que ol-
vidar que dos años antes, en 1968 se da el estallido del movimiento
estudiantil, que lejos de limitarse al cuestionamiento de las políticas
educativas, cuestiona de lleno el sistema político mexicano en su tota-
lidad, con los resultados que ya todas(os) conocemos. No es gratui-
to, entonces, que al iniciar su mandato, el entonces presidente de
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México, Luis Echeverría, "abre una etapa de recomposición del do-
minio por parte de las estructuras del poder, que se había caracteri-
zado, especialmente en las dos décadas precedentes, por el autorita-
rismo y la coerción. (...) El gobierno echeverrista tomó su cauce a
través de cambios en el ámbito económico, político y educativo, prin-
cipalmente, y se intentó dar una nueva forma a la relación entre las
distintas fuerzas sociales a través de la puesta en marcha de los pos-
tulados de 'unidad nacional', 'apertura democrática' y 'desarrollo
compartido " (González, 1987:84).
La actual frase célebre "cambiar todo para permanecer igual",
bien podria aplicarse en este periodo echeverrista, en el cual no se
trató de cambiar una forma de gobernar sino de mantener el poder,
que sin quererlo o no abrió un margen de acción a la naciente iz-
quierda que culminaría en la aceptación institucional de los partidos
de oposición y abriria espacios para movimientos disidentes como
el feminismo.
Esta apertura del gobierno mexicano, junto con las sentidas
demandas de cierto sector de la población, hacen posible la
estructuración del movimiento feminista mexicano a principios de
los 70. Las primeras actividades de las integrantes de los pequéhos
grupos "pioneros" estuvieron encaminadas a la reflexión y sociali-
zación de sus propias experiencias y,"pese a que su práctica estuvo
más embuida de un espíritu terapéutico que de un interés político, -
en cuanto a abrirse espacios en las instituciones- su discusión fue
muy lejos: abordaron el análisis de la relación entre capitalismo y
patriarcado, el papel de la familia como reproductora de la ideolo-
gía, la importancia del trabajo doméstico para el capital y su trascen-
dencia en la opresión de la mujer, la doble jornada y la explotación
de la mujer" (González Butrón, 1999:60).
Aunque las integrantes de estos colectivos habían logrado ya el
descubrimiento de sí mismas, precisar los principales problemas co-
munes que las aquejaban y hacer propuestas concretas, la falta de
coordinación, tanto al interior como al exterior, las pugnas por los
diferentes puntos de vista, el "estrellismo" en algunos casos, no per-
mitieron que realmente este incipiente movimiento feminista logra-
ra serlo en toda la extensión de la palabra.
La tarea no era fácil, pues existía la ambivalencia entre propo-
ner y aplicar ideas de libertad y no-autoritarismo, así como cambiar
la vida en todos sus aspectos desde la economía y la política hasta lo
cotidiano, pero aunque finalmente no se lograron estos objetivos sí
se abrieron espacios para las generaciones posteriores.
La Conferencia del Año Internacional de la Mujer realizada en
1975 en la Ciudad de México es un parte aguas en el movimiento
feminista, por un lado el Estado lleva a cabo algunos cambios jurídi-
cos en beneficio de las mujeres, y por el otro, aunqúe la mayoría de
las feministas se pronuncian en contra de esta celebración, impulsa
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los primeros acercamientos entre los diferentes grupos existentes y
la aparición de nuevos colectivos.
De esta manera, nace primero la Coalición de Mujeres Feminis-
tas (CMF) en 1976 integrada únicamente por colectivos feministas, y
después el Frente Nacional de Lucha por la Liberación y los Dere-
chos de las Mujeres (FNAuDM) en 1979, en el cual se dan las primeras
alianzas con otras instancias educativas, políticas y sindicales. En
ambas organizaciones, la lucha se concentra en dos demandas: la
maternidad voluntaria y las acciones contra la violencia hacia la
mujer, en general, yen especial contra la violación sexual. Sin duda,
las protagonistas del feminismo mexicano en la década de los 70
abrieron veredas por donde antes no había caminos y sembraron
semillas que durante los 80 y 90 comenzaron a dar frutos.

Grupos semilleros
Mujeres en Acción Solidaria (mms)
Mujeres en Acción Solidaria surgió en 1970, luego de que varias
mujeres, disidentes de partidos políticos, amas de casa, profesionistas
y estudiantes, entre otras, comenzaron a reunirse informalmente tras
identificarse con el contenido del articulo de Martha Acevedo titula-
do "Nuestro sueño está en escarpado lugar" (Crónica de un miérco-
les santo entre las mujeres), publicado en la revista Siempre!, en el
cual se reseñaba la marcha efectuada por feministas estadouniden-
ses al celebrar el cincuenta aniversario de la emancipación de la mujer
que en 1920 obtuvo derecho a voto en Estados Unidos?
Más tarde, en 1971 aún sin tener un nombre definido dicho grupo
decide hacer un acto público el 10 de mayo en el monumento ala madre
en contra del contenido simbólico que encierra esa celebración:
"En abril de 1971 Magdalena Zapián llega al Departamento del
Distrito Federal a notificar que el 9 de mayo un grupo de mujeres
haría una manifestación ante el Monumento a la Madre. El emplea-
do de gruesas gafas lee el volante y pregunta: Y esto ¿qué pretende
ser? ¡Ah! Teatro, música, canciones para el 10 de mayo... un festival
doméstico ¿no? -Claro que sí- responde ella. ¿"Y cómo se llama su
asociación?". Gran apuro, pues no teníamos nombre; ahí nació Mu-
jeres en Acción Solidaria, MAS" (Acevedo, 1977:12).
Finalmente, les fue negada la autorización para la realización
de dicho acto, pero el grupo de mujeres decide hacerlo, y aunque no
logró tener el éxito esperado sirvió como escaparate para aglutinar a
más mujeres, de un número de 15 personas ascendió a 150.
Eltexto, además de presentar la reseña de las actividades de las estadounidenses en
esa celebración, retomaras declaraciones realizadas por las diferentes participantes,
y realiza un análisis de la situación laboral de las mujeres, el trabajo doméstico y la
relación entre los sexos.

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"A partir de ahí, se decidió el pequeño grupo como forma de
organización, en el que se desarrollarían cuatros etapas: en la prime-
ra se trataba de socializar experiencias y llegar a la toma de concien-
cia individual, en la segunda poner en evidencia las coincidencias, el
hilo conductor, la tercera etapa parte de este hecho si se comparten
problemas similares, ya no se trata de situaciones individuales, sino
de un síntoma social. Se pasa aquí de lo personal a lo político, por lo
tanto se buscan soluciones colectivas. Así se Llega a la última etapa:
se plantean trabajos concretos enfocados dentro de una perspectiva
política" (Acevedo, 1977:15).
En esa dinámica se encontraban cuando en 1971 Susan Sontag
llega a México para impartir una conferencia sobre feminismo en el
marco de los cursos de invierno de la Facultad de Ciencias Políticas
y Sociales (FCrrs) de la UNAM, en dicha charla "planteaba que las
mujeres tenían problemas específicos y que éstos las condicionan a
actuar de una determinada manera. La explotación y opresión a que
son sometidas corresponden, en última instancia, a esquemas de
poder político" (Lau Jaiven, 1987:84).
Los planteamientos manifestados por Susan Sontag no hicie-
ron más que reafirmar a lo que en aquellos momentos las integran-
tes de MAS habían logrado llegar a través del pequeño grupo de
autoconciencia, luego entonces se trataba ya de elaborar las estrate-
gias a seguir. En este momento, se integraron más mujeres al grupo,
por lo cual se estableció la división geográfica en subgrupos, así sur-
gieron inicialmente el Grupo Sur y el Grupo Norte, aunque se habla
también de pequeños grupos al interior de éstos. La organización no
fue fácil, debido principalmente a la diversidad de puntos de vista,
"entramos en un proceso de discriminación y de consolidación in-
terna. Un grupo manifestaba claramente que no deseaba establecer
ninguna relación entre feminismo y política, otras tenían contactos
con instituciones oficiales como el nu, y deseaban canalizar al grupo
hacia fines particulares, unas se alejaron, otras fueron rechazadas.
En fin muchas mujeres llegaron, oyeron y se fueron" (Acevedo,
1977:16).
Además, existía la controversia de cómo proyectarse hacia al
exterior, no se definía el plan a seguir: por un lado estaba la inquie-
tud de algunas de conseguir servicios en guarderías en los barrios;
en otras, de emprender una lucha por el aborto libre y gratuito, en
unas más, trabajar con grupos de obreras y la intención de otras era
hacer un periódico.
Pese a ello,1972 fue un año muy activo para estas mujeres, unas
se inclinaron a unirse ala lucha de las obreras sindicalizadas: Rivetex,
Hilos Cadena, Medalla de Oro y otros sindicatos independientes de
la confección y el calzado en los estados de Guanajuato y Querétaro,

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otras su campo de acción fue la organización de conferencias en di-
versas universidades de provincia (Zacatecas, San Luis Potosí,
Morelia, Guanajuato, Jalapa y Chihuahua), así como colaborar en
revistas y organizar eventos. Del trabajo realizado por estas últimas
destaca un artículo publicado en la revista Punto Crítico, titulado
"La situación de la mujer en México", en el cual se trataban temas
como la diferencia de las mujeres de acuerdo ala clase social, la pros-
titución, el trabajo de las empleadas domésticas y la explotación de
la mujer obrera. Así como un encuentro en la escuela Cipactli en el
cual se trataron temas como la mujer en el trabajo, nuestro cuerpo,
¿por qué el movimiento de liberación de la mujer en México?
Para 1973 MAS era ya conocido tanto en el interior de la Repúbli-
ca Mexicana como en el Distrito Federal, en este último lugar reali-
zaron en este año conferencias en la UNAM sobre la "Condición de la
mujer", "Aborto y sexualidad" y "Feminismo y política"; en las ins-
talaciones del Centro Médico expusieron sobre "La situación de la
mujer en México"; en La Casa del Lago sobre feminismo. En ese
mismo año también organizaron lo que se conoció como la Casa de
las Mujeres, con este proyecto "intentaban ser la solución para los„
problemas cotidianos de las mujeres que trabajan, tienen hijos.y mi-
litan en un grupo feminista. Por eso se trataba que fuera guardería,
con más espacio para dar cupo a mayor número de mujeres en las
reuniones generales" (Jaiven, 1987:98). La convivencia en este local
no resultó, por lo que este proyecto duró sólo un año, pero les sirvió
para tomar conciencia que "el feminismo concebido como un cam-
bio de estructuras, que van desde la vida diaria hasta una concep-
ción de la lucha política, exigía no sólo voluntad para cumplir las
tareas, sino un trabajo previo que lograra, disciplinadamente, cam-
biar nuestra visión de las cosas y eso era lento, acumulativo y muy
difícil" (Acevedo, 1977:18).
La diversidad de puntos de vista a lo largo de la trayectoria de
este grupo tornó la convivencia cada vez más crítica, para finales de
1973 la situación al interior del mismo iba de mal en peor, ésta se
agudizó cuando uno de los grupos considerado como de las "izquier-
distas" rechazaron la invitación de un evento organizado por muje-
res en Puebla sin tomar en consideración a las demás. A partir de ahí
comienza el distanciamiento con ese pequeño grupo, unos meses más
tarde ellas empiezan a escribir una sección fija de dos hojas en la
revista Punto Crítico, utilizando el nombre de MAS, pero sin acuerdo
previo, con ello se llegó a la conclusión de que debería haber una
reorganización.

Movimiento de Liberación de la Mujer (MLM)


En febrero de 1974 se da la ruptura, por un lado el grupo de las "iz-
quierdistas" se quedan con el nombre de MAS, mientras que el resto
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decide renombrarse como Movimiento de Liberación de la Mujer
(MLM). A partir de este momento, el MAS prácticamente desaparece de
la luz pública, hasta su participación en el Programa del Año Inter-
nacional de la Mujer en 1975, en donde participa activamente en el
programa oficial de ese evento.
Mientras, las integrantes del Movimiento de Liberación de la
Mujer se reorganizan y plantean el análisis de tres tópicos: "la rela-
ción básica de las mujeres con el capitalismo, plantear por qué la
autonomía de un movimiento de mujeres en un país poco politizado,
con un énfasis marcado en las luchas sindicalistas y verse como par-
te de un movimiento en el ámbito internacional y dentro de una lu-
cha común más amplia" (Acevedo, 1977: 21).
Deciden además integrar a más mujeres. Esto que al principio
parecía benéfico para el grupo, pues ampliaba sus filas, posterior-
mente resultó contraproducente porque empezaron a formarse nue-
vamente pequeños grupos, en esta ocasión "las viejas" y "las nue-
vas", lo que se resentía en el ámbito general en lo que respecta a la
organización porque no había una guía que condujera al grupo, sin
embargo, esto no impidió que pudieran trabajar en frentes comunes,
como el aborto.
Al comenzar 1975 y con ello la celebración del Año Internacio-
nal de la Mujer, la cual tuvo como sede la Ciudad de México, inyectó
nuevas energías al grupo, al oponerse rotundamente a esta celebra-
ción se alistan a preparar un Contracongreso en pleno desafío al pro-
grama oficial, pero "el trabajo intenso y extenuante realizado duran-
te el Contracongreso, al momento de la evaluación, tuvo muy pocos
frutos. Provocó, además de los conflictos que como grupo acarreaba,
una desmoralización que sirvió de detonante para una nueva esci-
sión ante la imposibilidad del trabajo conjunto" (Jaiven, 1987:115).

Colectivo La Revuelta
Se da así una escisión en el MLM y surge el Colectivo La Revuelta:
Más tarde en 1977 en un trabajo colectivo publicado en la revista
Fern, se reflexionaba sobre este punto, sobre el cual se consideraba
que:
"la separación de las mujeres de La Revuelta a finales de 1975,
fue la culminación de una serie de tensiones y de diferencias perso-
nales que se"justificaron" políticamente. Ese Grupo quería trabajar
ya en un periódico; algo distinto a lo que se venía proponiendo. Plan-
teaban la necesidad de cerrar el local y encauzar todos los esfuerzos
al periódico. La necesidad de publicar y comunicarnos era incues-
tionable; un periódico era necesario, pero el momento y la manera
en que esto se planteó fue más por una necesidad de ruptura que de
unión. Nosotras proponíamos diseñar la línea política a seguir (una
vez más) y mantener funcionando el local" (Acevedo, 1977:24).
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Al separarse del MLM, las integrantes del Colectivo La Revuelta
se abocaron a la tarea de realizar el periódico, titulado con el mismo
nombre, mismo que se materializó al año siguiente en el mes de sep-
tiembre. Desde su formación, se manifestaron por evidenciar todo
aquello que afectaba directamente o indirectamente a las mujeres, a
partir de esta premisa varios temas de gran relevancia que atañen a
la condición de la mujer fueron publicados por estas feministas. En-
tre ellos, se encuentra la violación, el aborto, la sexualidad, la mater-
nidad, el trabajo doméstico, la prostitución y la familia.
Durante su trayectoria circularon nueve números en total, sin
tener una aparición regular, ello debido principalmente a la cuestión
económica, pues eran ellas mismas, a través de la venta de mano en
mano o eventos de recaudación de fondos, quienes financiaban la
publicación. Es precisamente esta dificultad la que motivó que años
más tarde optaran por buscar en algún medio impreso donde hacer
colaboraciones, así luego de experimentar en algunos lugares, pre-
sentaron un proyecto al periódico UnomásLlno, donde las aceptaron
y empezaron a colaborar de 1980 a 1982.
Aunque La Revuelta y su posterior columna en el UnoMdsUno r
era el objetivo principal de este colectivo, a la par realizaron activi-
dades como obras de teatro y charlas, donde discutían temas sobre
la mujer. El afán de desvincularse de todo aquello que pareciera
institucional o similar a esquemas ya establecidos, las convierte en el
ala radical del feminismo mexicano, su actitud era de evidente re-
chazo a otras organizaciones, especialmente a partidos o sindicatos.
"Eramos radicales por varios motivos: una, por una defensa
muy fuerte de la autonomía del movimiento feminista, a diferencia
de las que decían que había que estar cerca de los sindicatos, de los
partidos políticos. Por otro lado, porque no tomamos muy en serio
la idea de que el feminismo toca todas las esferas de la vida, que hay
que cambiarlo todo, incluso nuestras propias vidas privadas, inten-
tamos llevar una vida comunitaria" (González, 1987:121).
Su declive, más que por diferencias ideológicas, se debió al des-
gaste propio del grupo, y a las aspiraciones personales o profesiona-
les de las integrantes, no es que el grupo hubiese llegado al final sino
que el paso que necesitaban dar juntas, ya se había dado y cada cual
iniciaba su trayectoria por M. sola. Su última actividad en grupo fue
la elaboración de un libro titulado La Revuelta, reflexiones, testimonios
y reportajes de Mujeres en México, 1975-1983, en el cual como su título
lo dice hacen una recopilación de los temas más importantes que
abordaron durante su existencia como colectivo. En la actualidad,
cada una de las integrantes en diferentes espacios continúan con lo
que alguna vez iniciaran en La Revuelta, evidenciar el lugar de las
mujeres en el sistema simbólico y social.
En tanto, el resto de las integrantes del McM -tras la salida de las
mujeres de La Revuelta- intentan reorganizarse nuevamente, sin
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embargo, algunas decidieron tratar el problema de sus constantes
crisis como grupo desde el psicoanálisis yen 1978 se dieron a cono-
cer como Lucha Feminista, y otras mujeres que acaban de ingresar,
prácticamente, propusieron la elaboración de un manual de infor-
mación básica, estas últimas lograron entenderse y posteriormente
se aglutinaron como Movimiento Feminista Mexicano (MFM) y fue-
ron una de las principales impulsoras de la después conocida Coali-
ción de Mujeres Feministas (cMF) formada en 1976.
El MLM renace nuevamente cuando se integra a la Coalición de
Mujeres Feministas y a partir de esa nueva plataforma, impulsa un
proyecto de maternidad voluntaria y se manifiesta contra la violen-
cia sexual hacia las mujeres, entre otras cosas. Durante prácticamen-
te tres años, el MLM se suma a las múltiples actividades que en dife-
rentes direcciones realiza la Coalición, y asume la dirección de un
proyecto generado al interior de la misma conocido como Centro de
Apoyo a Mujeres Violadas, A.C. (CAMVAC), pero en 1979, conjunta-
mente con el Colectivo de Mujeres, grupo que aparecería años más
tarde, y Lucha Feminista, deciden formar el Frente Nacional por los
Derechos y la Liberación de las Mujeres (FNALIDM).
En 1980 el MLM crea un Taller de Arte Feminista, un grupo "de
teatro popular y organiza el Colectivo de Acción Solidaria con Em-
pleadas Domésticas (CASED).1981 es un año de reestructuración para
el MtM, pues tras una fuerte crisis al interior del FNALIDM deja esa
organización, al igual que el trabajo de CAMVAC, el cual es asumido
por otras feministas, y al mismo tiempo sufre una escisión más. El
nuevo grupo tomará el nombre de Centro para Mujeres, mientras el
resto continúa con su labor en CASED, el cual posteriormente se con-
vertirá en Atabal que funciona aún hasta nuestros días.

Movimiento Nacional de Mujeres (MNM)


El Movimiento Nacional de Mujeres (MNM) es otro de los grupos que
aparecen en esta década, el cual se formó el 10 de agosto de 1973,
integrado por varias mujeres de clase media relacionadas principal-
mente con los medios de comunicación. Este grupo a diferencia del
MAS establece desde un principio sus bases de organización, así, te-
niendo conocimiento de la existencia de la Organización Nacional
de Mujeres (Now) de los Estados Unidos, deciden imitar su estructu-
ra organizacional y se constituye como asociación civil, con su res-
pectiva presidenta, secretaria y tesorera, acción con lo cual se ganan
el adjetivo de reformistas y liberales ante los ojos de muchas femi-
nistas al exterior del grupo.
"Somos un grupo feminista que decidimos constituirnos en aso-
ciación civil para dar al movimiento sólidas bases legales que nos
permitan trabajar con toda la amplitud que nuestra organización
requiera. El hecho de tener una dirección -encabezada anteriormen-
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te por nuestra presidenta fundadora Esperanza Brito, y actualmente
porAnilú Elias- no significa que el movimiento sea de unas cuantas
o que sea el grupo de fulanita, las que están en la mesa directiva tan
sólo coordinan las labores del grupo" (Fein, 1977:27).
Ya definida su organización, el principal objetivo a seguir fue
"
lograr la igualdad jurídica, social y política de los sexos, en todos
los niveles, defendiendo los derechos que actualmente se reconocen
a la mujer y combatiendo todos los actos que tienden a la discrimi-
nación de la misma" (Fern, 1977:28). Con la finalidad de llegar a cabo
este principio elaboraron diversos estatutos, entre los cuales uno pro-
ponía un cambio en la educación y las costumbres que resultaran
discriminatorias para la mujer. La propuesta práctica en este aspecto
era la de eliminar de los libros educativos las ideas prejuiciosas que
lesionaran los intereses femeninos, así como establecer que los pro-
fesores fomentaran el respeto, la comprensión y la idea de igualdad
entre los sexos, además de incluir en los textos de historia un capítu-
lo acerca de las luchas feministas y la integración de la mujer a la
vida civil y política.
Parte de esta idea pudieron realizarla en 1974, pues en 1975
México fue propuesto como sede para conmemorar el año interna
cional de la mujer, y el entonces presidente de la República, Luis
Echeverría, abrió ciertos espacios a las propuestas feministas. "El
grupo se dedicó durante seis meses a la revisión de todos los libros
de primaria, desde primero hasta sexto. Se publicaron artículos so-
bre lo que analizamos e hicimos tanto ruido que hubo algunos cam-
bios. Incluso tuvimos una reunión con quienes redactaban los libros
y les expusimos nuestras inquietudes. Algunas ilustraciones, que eran
francamente sexistas, se moderaron " (Jaiven, 1987:106).
Proponían también cambios en el Código Civil, tales como su-
primir el uso de la epístola de Melchor Ocampo; en cuestiones labo-
rales pugnaban por la igualdad de oportunidades y salarios entre
varones y mujeres; valorizar económicamente el trabajo doméstico,
apoyos para las madres solteras como guarderias las 24 horas y al-
gún tipo de seguro de maternidad, entre otros. Curiosamente, aun-
que no se mencionaba en algún estatuto, ni en ningún otro docu-
mento, la propuesta medular de esta asociación civil era la deroga-
ción de las leyes que prohiben el aborto, en este punto, tan contro-
vertido aún en nuestros días, poco o nada se logró hacer, aunque el
grupo, más tarde, ya como parte de la Coalición de Mujeres presentó
en 1978 un proyecto de ley sobre el tema. Este punto, junto con la lucha
contra la violación y concientización sobre la violación, así como la
violencia en general contra las mujeres fueron las tareas a las que se
abocaron en pleno Año Internacional de la Mujer y los subsecuentes.
Debido a las pugnas que había entre los grupos existentes an-
tes y después de 1975, las integrantes de esta organización deciden
formar una coalición que aglutinara a todos los grupos.
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"
Queríamos acabar con la actitud de lobo solitario; cada grupo
trabajaba para su santo, entonces había una gran desconfianza entre
los grupos. Se decía esas son de derecha, esas son comunistas, aque-
llas son maoístas, las otras trostkistas, había una actitud ridícula por-
que éramos -como decíamos siempre- cinco gatas pero divididas.
Entonces, nos planteamos, y a muy corto plazo lo logramos, que
hubiera unión entre los grupos y así se formó la Coalición de Muje-
res en 1976" (González, 1987:109).
El MNM continuó su Lucha dentro de esta nueva organización y
fue de los únicos grupos que ya existiendo el FNAUDM en 1979, orga-
nizado también con el mismo fin que fue formada la Coalición, per-
maneció en la Coalición, cuyo eje principal fue la demanda de
despenalización del aborto. En 1982, por primera vez esta agrupa-
ción sufre una escisión y se forma el grupo ANIMAS, aunque el resto
del MNM sigue adelante hasta 1991, lapso en el cual protagonizan
varios eventos: La Marcha de las enlutadas en duelo por las madres
muertas en aborto clandestino (1978-1983), ciclos de cine, debates
feministas, coordinado por Carmela Barajas (1981-1982); mesas re-
dondas sobre Maternidad Voluntaria (1991). Las acciones culmina-
ron con la colocación de una placa en el Monumento ala Madre. "La
plaza original reza: Para la que nos amó antes de conocernos. La
nuestra dice: "Porque su maternidad fue voluntaria" (Brito, 19%:18).

1975 Año Internacional de la Mujer

Como bien es sabido, México fue el pals designado por la Organiza-


ción dem las Naciones Unidas (oNu) como sede para llevar a cabo la
Conferencia Mundial, con la cual se celebró la asignación de 1975
como Año Internacional de la Mujer. Tocar este punto, nos lleva a
escribir tanto de la orquestación oficial para dicho evento, como de las
actividades alternas que los grupos feministas hicieron en esa fecha.
La celebración de la Conferencia Mundial del Año Internacio-
nal de la Mujer, realizada del 19 de junio al 2 de julio de 1975 en la
Ciudad de México, fue sólo el evento culminante de muchos otros
efectuados en ese ano con relación al tema, pues tanto en el país como
en las demás naciones participantes, se llevaron a cabo reuniones
para proponer cambios específicamente en la condición jurídica y
social de la mujer. En ese sentido, el Presidente de la República Mexi-
cana, Luis Echeverría, convocó desde 1974 a diversas instancias a
exponer sus demandas particulares dentro de una iniciativa general
para una " auténtica" igualdad jurídica entre los habitantes de uno y
de otro género en la nación, y plasmarla en la Constitución, la Ley
Federal del Trabajo, el Código Civil, el Código de Procedimientos
Civiles, el Código de Comercio y en la Ley de Nacionalidad y Natu-
ralización.
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Las integrantes de los grupos feministas existentes -MxM, MLM,
y algunas del MAS-, fueron invitadas a colaborar directamente, sin
embargo, aunque acudieron al llamado y se presentaron en las au-
diencias públicas en la Gran Comisión de la Cámara de Diputados,
en donde expusieron sus opiniones y exteriorizaron sus demandas:
la derogación de las leyes que prohiben el aborto, la adquisición li-
bre y fácil de anticonceptivos, la supresión de la lectura de la Epísto-
la de Melchor Ocampo, la desaparición del término divorciada y la
preposición "de" en los apellidos de las mujeres casadas, éstas fue-
ron consideradas parcialmente o incluso fueron ignoradas (Jaiven,
1987:108).
Así, en pleno periodo de audiencias, un pequeño grupo de
mujeres del MAS redactó un documento en el cual manifestaban su
inconformidad sobre el planteamiento de la reforma, y hacían sus
acotaciones al respecto para presentarlo al pleno, sin embargo, tu-
vieron que publicarlo en la revista Siempre! (MAS, 1974:vi), pues en
una de las sesiones se informó que se buscarían otros mecanismos
para hacer llegar las aportaciones de los diferentes grupos, que nun-
ca se especificaron después.
En dicho documento, el MAS daba a conocer sus puntos de vis-'
tas en especial a las reformas a los artículos constitucionales 4° y 5°,
además de pedir el anexo de otras cuestiones. Hacía ver las lagunas
existentes en la redacción de las reformas, y cuestionaba la igualdad
legal que se pretendía dar al hombre y la mujer al ordenar ala ley
proteger la organización y el desarrollo de la familia, pues, eso signi-
ficaría supeditar a la mujer a otra autoridad más jerarquizada. Otro
cuestionamiento, era el por qué se tendría que añadir como derecho
el que toda persona pudiera decidir de manera libre, responsable e
informada, sobre el número y espaciamiento de sus hijos, cuando
esto nunca se había puesto en cuestión.
Proponían que en la iniciativa se incluyera que otras institucio-
nes públicas, además del Instituto Mexicano del Seguro Social (JMss),
canalizaran esfuerzos para ofrecer servicios básicos como guarderías,
comedores y lavanderías, entre otros, para descargar de sus tareas
domésticas a la mujer económicamente activa; además de regulari-
zar del trabajo a destajo a domicilio. Sin embargo, poco eco suscita-
ron estas recomendaciones en los encargados de legislar y con o sin
el consentimiento de las participantes en las audiencias públicas, las
reformas aprobadas quedaron asentadas en los artículos 4, 30 y 123
constitucionales de la siguiente manera:
"En el artículo cuarto se acordó que el varón y la mujer son
iguales ante la ley. Esta protegerá la organización y el desarrollo de
la familia. Toda persona tiene derecho a decidir de manera libre, res-
ponsable e informada sobre número y espaciamiento de sus hijos
(...) el 30 -se reformó- para permitir que el hornbre extranjero casado
con mexicana y que establezca su residencia en territorio nacional,
66
tenga derecho a obtenerla nacionalidad mexicana. Antes sólo tenían
este derecho las extranjeras casadas con hombres mexicanos (...) El
artículo 123, y con él la Ley Federal del Trabajo se reformaron elimi-
nando todas las medidas proteccionistas que impedían el libre acce-
so de la mujer a las fuentes de trabajo. Se derogaron las leyes que
prohibían el trabajo femenino en ciertos horarios laborales, así como
la que exigía una mayor remuneración para la mujer en horas ex-
traordinarias. La Ley Federal sólo hace distingos entre hombre y
mujer, cuando esta se encuentra embarazada, reconociendo tácita-
mente a la maternidad como función social y dándole por tanto la
protección que requiere".
Las trabajadoras que no son madres tienen las mismas garan-
tias que los hombres, estando prohibido el que se establezcan dife-
rencias o se pague distinto salario por motivos de raza, sexo, edad,
religión, doctrina política o condición social. En cuando al Código
Civil, en donde se regula las relaciones familiares, se estableció en el
artículo 164 la obligación de ambos cónyuges a contribuir económi-
camente al sostenimiento del hogar, a menos que cualquiera de los
dos esté imposibilitado para trabajar, mientras que en el 168 se esti-
puló que el marido y la mujer tendrán en el hogar autoridad y consi-
deraciones iguales, por lo tanto resolverán de común acuerdo todo
lo conducente al manejo del hogar (B rito de Marti, 1980:54).
Un año más tarde, ya con los cambios en el texto constitucional,
bajo el lema "Igualdad, Desarrollo y Paz" fue inaugurada la Confe-
rencia Mundial del Año Internacional de la Mujer, con representan-
tes de 133 países, -73 por ciento de los cuales eran mujeres- miem-
bros de las Naciones Unidas y de los Organismos Especializados de
la ONU, 8 movimientos de liberación nacional, 31 organizaciones
intergubernamentales y 114 no gubernamentales. Durante los 14 días
que duró la conferencia el temario contemplaba:
"a) El establecimiento de los objetivos y metas del Año Interna-
cional de la Mujer: políticas y programas actuales; b) Participación
de la mujer en el fortalecimiento de la paz internacional y en la eli-
minación del racismo, el apartheid, la discriminación racial, la do-
minación extranjera y la adquisición de territorios mediante la fuer-
za, c) Tendencias y cambios actuales en la condición y el papel de la
mujer y el hombre, y principales obstáculos que habrán de superar-
se para lograrla igualdad de derechos, oportunidades y responsabi-
lidades. d) Integración de la mujer en el proceso de desarrollo en pie
de igualdad con el hombre" (s/a, 1975).
Entre las actividades especificas se encontraban la aprobación
del Plan Mundial de Acción, ya previsto con anterioridad y una De-
claración de Principios Generales, también ya comenzada a iniciati-
67
va del gobierno mexicano en Nueva York, con base en un texto ema-
nado de Caracas, Venezuela. Además del debate de los tres tópicos
que englobaban a la conferencia, igualdad, desarrollo y paz, y la dis-
cusión de los proyectos provenientes de las diferentes naciones. En
el Plan Mundial de Acción, entre otras recomendaciones, se solicitó
la proclamación del Decenio 1976-1985 para la promoción de la mu-
jer, en la cual se incluían 14 puntos a desarrollar para tal efecto, mien-
tras que en la Declaración se hacia alusión a las diferentes responsa-
bilidades que cada individuo, varón o mujer, debía realizar para pro-
curar la igualdad entre los géneros, entre otras cuestiones.
Los tres temas representativos de la Conferencia "igualdad",
"desarrollo" y "paz", se discutieron en las diferentes reuniones, en
el primero se subrayó la importancia de la emancipación e igualdad
de la mujer respecto ala del hombre, para alcanzar un buen desarro-
llo y una democracia política. Sobre el "desarrollo" se reiteró que
éste no era posible sin la plena y eficaz participación de la mujer, por
lo cual era necesario forjar un nuevo orden económico internacional
y abolir las condiciones que relegaban a la mujer a funciones econó-
micas, políticas y sociales inferiores.
En cuanto a la "paz" se señaló que la igualdad, el desarrollo y
la paz eran interdependientes, que ninguno podía existir sin los otros,
y por lo tanto la paz era un requisito previo al progreso social en
general y del mejoramiento de la condición jurídica y social de la
mujer en particular. Finalmente sobre los proyectos presentados, 60
en total, se adoptaron 35 resoluciones sobre diferentes temas, de los
cuales México propuso la participación popular, la condición de las
mujeres rurales, ayuda al pueblo vietnamita y la situación de la mu-
jer en Chile.
La postura tomada por la comunidad feminista, tanto nacional
como internacional, ya iniciado el Año Internacional de la Mujer, fue
de total inconformidad, sin embargo, algunas feministas participa-
ron de cierta manera. El Movimiento Nacional de Mujeres (MNM) fue
invitado por el coordinador general del Año Internacional de la Mujer,
Pedro Ojeda Paullada, para ver la posibilidad de integrar sus pro-
yectos al programa oficial. De esa manera el MNM propuso un ciclo
de conferencias en 12 de las 16 delegaciones del Distrito Federal,
pues cuatro delegados se negaron a aceptar ponencias feministas,
aun con la intervención de la coordinación oficial. De esa forma se
realizaron 144 conferencias, las cuales se expusieron en el transcurso
de 1975, pero además organizaron un foro llamado Ciclo de Avanza-
da Feminista con la finalidad de integrar a las mujeres que no ten-
drían acceso a la Tribuna de Organizaciones no Gubernamentales,
cuyos resultados se publicaron después en una memoria 2 (Brito,
1982:17).

68
Por su parte, Mujeres en Acción Solidaria (MAS), el único grupo
que participó formalmente en el programa oficial yen la Tribuna de
las Organizaciones no Gubernamentales, encaminó sus esfuerzos a
la construcción del Centro de Información y Documentación para el
Decenio de la Mujer y el Desarrollo (QDDEM)3 , cuyas funciones fue-
ron la compilación, análisis, clasificación y difusión de toda la infor-
mación referente a la mujer, de utilidad para investigadores, centros
de estudios, organismos internacionales, universidades, auspiciado
por el gobierno (Jaiven, 1987:111). Dentro de sus actividades estaba
también la realización de una revista, en la cual daban los pormeno-
res de las actividades del Año Internacional de la Mujer, la cual tuvo
en su haber 12 números durante 1975.
Algunas integrantes del MAS, además de colaborar en el CIDDEM
trabajaron activamente en la Tribuna del Año Internacional de la
Mujer,"
desde donde se pronunciaron por el
intercambio de experiencias y problemas que afectan a las
mujeres en las diversas actividades en todo el mundo, profundizar
en el análisis de la condición de la mujer y buscarla instrumentación
adecuada para nuestra acción concreta y permanente. Apoyar la
posición de los países que dentro de la Conferencia relacionadla
necesidad de los cambios estructurales en el ámbito interno e inter-
nacional para propiciar una efectiva transformación de la condición
de la mujer de todos los grupos sociales" (MAS, 1975).
En tanto, el MLM manifestó abiertamente su rechazo a participar
en la organización del programa del Año Internacional de la Mujer y
empezó a preparar un Contracongreso, a ellas se unieron mujeres a
título a personal, un grupo denominado Mujeres Radicales y el gru-
po de la preparatoria Popular con lo que se conformó el Frente de
Mujeres en Contra del Año Internacional de la Mujer. Argumenta-
ban que:
"la creación de un Año Internacional de la Mujer es fruto direc-
to de una actitud de tutelaje, amparo y protección. Una vez más, al
concedérsenos un año se nos confirma como seres débiles y necesi-
tados de ayuda. Se acentúa de este modo una creencia cultura -ya no
biológica- en la debilidad de las mujeres como seres inferiores. Esta
concepción, sentimiento, actitud o costumbre se denomina sexismo
y rige nuestra sociedad en las esferas pública y privada" (MLM,1975).
Bajo las consignas "no queremos la igualdad de condiciones
para ser explotadas de la misma manera que los hombres. No quere-
r
Estos dos eventos fueron repelidos los dos años siguientes, el primero en lugar de
las delegaciones fue en las Casas de la Asegurada del I MSS, y el segundo en la
Secretaría de Comunicaciones y Transportes OCT).
' Luego de cumplir su objetivo durante 1975, el CIDDEM continúo funcionando hasta
1976, fecha en la cual terminó el sexenio, y se cancelaron todos los recursos
destinados a este centro.

69
mos un desarrollo que perpetúe la desigualdad económica racial y
sexual. No queremos una paz que sólo signifique la estabilidad del
sistema actual" (MLM,1975), las integrantes del tatua realizaron varias
actividades alternativas durante todo 1975, entre las cuales se en-
cuentran coloquios, conferencias, proyecciones de películas, obras
de teatro'. Los principales temas abordados durante sus diferentes
discusiones fueron el cuestionamiento al sistema político mexicano,
en donde señalaban que el común denominador era la explotación;
exigían que las tareas domésticas fueran atendidas por el Estado, y
otro punto fue la despenalización del aborto (Jaiven, 1987:113).
El rechazo a la celebración del Año Internacional de la Mujer
expresado por el MLM era compartido de igual forma por la comuni-
dad feminista internacional, pues de diversos países se levantaron
para protestar sobre la proclamación del año internacional, ya que
entre otras cosas, consideraban una contradicción que una organiza-
ción como la de las Naciones Unidas que decía apoyar la igualdad
entre hombres y mujeres, en su seno no la llevara a cabo, ya que "en
una investigación realizada en 1972, se notó que de 1,113 diplomáti-
cos ante la ONU, sólo el 10 por ciento eran mujeres, éstas ocupaban
puestos de menor jerarquía. El 60 por ciento de las misiones diplo,
máticas en ese año no incluían a ninguna mujer. En 1973, la ONU con-
taba con 2,369 delegados y sólo 180 delegadas " (CENCOS-CIDHAL,
1975:52-53).
Además de ello, países miembros de la ONU, con representacio-
nes en la Conferencia Mundial, estaban en la misma situación, no
aceptaban esta igualdad y esto se veía reflejado en sus legislaciones,
donde "(...) prohiben a la mujer ocupar empleos debido a su sexo,
(...) incluyendo a la mujer y el menor en la misma categoría al hacer
ciertas legislaciones, haciendo creer a la mujer que ella debe optar
por ciertas carreras profesionales solamente, y esclavizándola en
general al ocuparla como fuerza de labor sin remuneración en el
hogar" (cENCOS-cmHAL, 1975:52).
Consideraban que el hecho de que delegados de los países
miembros de la oiU llegaran a la Conferencia Mundial de buena
voluntad, con políticas sobre la mujer realizadas en forma vertical,
de arriba hacia abajo, no era suficiente para resolverla problemática
de las mujeres,
"(...) la condición de las mujeres no ha cambiado gran cosa ni
cambiará este año sólo porque es el año de la mujer, en 1975, muchas
mujeres continuarán siendo asesinadas en mesas de abortos ilega-
les, debido a leyes que le prohiben decidir sobre sus vidas y sus cuer-
pos, muchas mujeres continuarán siendo analfabetas (...) cientos de
mujeres continuarán siendo explotad as como objetos sexuales en los
medios de comunicación" (cENCOS-CIDHAL, 1975:53)
' Un programa detallado delas actividadesrealizadas por el MIM en 1975 se encuentra
en Acevedo, 1977:21-22.

70
Nuevas semillas
Si bien en el ámbito general los resultados del Año Internacional de
la Mujer celebrado en la Ciudad de México fueron mínimos y de
muy poco alcance, pues sólo se hizo énfasis en cambiar algunas le-
yes discriminatorias para la mujer, sirvió para evidenciar entre las
feministas su falta de unidad y a su vez favoreció la integración de la
Coalición de Mujeres Feministas, posteriormente sel Frente Nacio-
nal de Lucha por la Liberación y los Derechos de las Mujeres (FNAu. DM)
y el surgimiento de nuevos grupos, entre los cuales se encuentran El
Colectivo deMujeres, LuchaFeminista, C4MVAG cAMU, Lesbosy Cine Mujer.
El panorama general de la comunidad feminista mexicana era
de dispersión total, cada grupo se abocaba a realizar sus tareas de
manera independiente, bastantes conflictos internos, sobre todo de
organización, tenían ya como para buscar más al tratar de juntarse,
sin embargo, el bullicio generado por la celebración del Año Interna-
cional de la Mujer había dejado en algunas de las feministas la in-
quietud de integrarse.

Coalición de Mujeres Feministas (cMF)


A iniciativa de tres ex militantes del Movimiento Liberación de la
Mujer (MCM), Lourdes Arizpe, Mireya Toto, y Yan María Castro, quie-
nes en ese momento estaban integradas en un grupo conocido como
Movimiento Feminista Mexicano (MFM), junto con unas integrantes
del Movimiento Nacional de Mujeres (MNM), entre ellas Esperanza
Brito y Anilú Elías, se crea en octubre de 1976 la Coalición de Muje-
res Feministas (cMF). Nada más oportuno, pues en esos momentos
había una gran efervescencia feminista, por un lado estaban los gru-
pos feministas, y por el otro había mujeres feministas tanto indepen-
dientes como de partidos de izquierda interesadas en participar acti-
vamente en la arena cultural.
De esa manera, además de los dos grupos fundadores MNM y
MFM se integran a la Coalición el Movimiento de Liberación de la
Mujer (MCM), el Colectivo La Revuelta, y un número importante de
feministas independientes, aunque más tarde en diferentes etapas
se incorporaron otros grupos como el Colectivo de Mujeres y Lesbos
-la primera agrupación de lesbianas- los cuales aparecieron después
del Año Internacional de la Mujer.
Las actividades centrales de la Coalición a partir de su forma-
ción estuvieron encaminadas a tres tópicos principalmente, la legali-
zación del aborto, -maternidad voluntaria-, la lucha contra la viola-
ción y contra la violencia intra familiar, y la elaboración de una re-
vista titulada Cihuat. El debate en torno al aborto se intensifica hacia
1977 al interior de la Coalición, el punto en cuestión era si se exigía
sólo su legalización o también su gratuidad; la resolución fue de-
71
mandar ambas cosas, las que posteriormente quedaron plasmadas
en un proyecto de ley presentado ante la Cámara de Diputados, ala
cual nunca se le dio seguimiento (Lamas, 1982:22). Según cifras ofi-
ciales manejadas en aquel entonces dos millones de mujeres aborta-
ban al año, y de ellas 50 mil morian anualmente por abortos mal
practicados.
El panorama en el ámbito nacional respecto a las violaciones
sexuales en contra de las mujeres, tampoco era muy alentador, se
decía extra oficialmente que de cada 100 mil habitantes se cometían
125 agresiones de este tipo según las denuncias presentadas, pero se
suponía también que sólo cinco ciento de las agraviadas acudían a
denunciar este delito (Lamas, 1982:25). Una de las principales ges-
tiones realizadas sobre el tema por la Coalición fue lograr que la
Procuraduría de Justicia del Distrito Federal expidiera decretos rela-
tivos al trato de las víctimas, así se prohibió dar el nombre de las
violadas a la prensa y se reglamentó el derecho de estar acompaña-
da de un familiar o amigo durante el examen ginecológico (Lamas,
1982:26), además formaron el Centro de Apoyo para Mujeres Viola-
das (cAMVAC), cuyo proyecto aunque iniciado por la Coalición quedó :
en manos del MNM.
Aunque las actividades en torno a estas dos banderas de lucha,
el aborto y la violación, seguían su rumbo sin muchas dificultades,
pues todas las integrantes consideraban como necesario y priorita-
rias llevarlas a cabo, las pugnas al interior de la Coalición no se hi-
cieron esperar, sobre todo en la cuestión organizativa, a tal punto
que en 1978 se hace el planteamiento de una disolución. Unas plan-
tearon una reorganización en la cual se establecieran diferentes co-
misiones, con una asamblea resolutiva, pero sin la intromisión de
otros grupos, llámese sindicatos, partidos políticos, o cualquier otro,
y por contraparte otras sugerían precisamente la alianza con esas
agrupaciones para dar mayor fuerza a su movimiento.

Frente Nacional por la Liberación y los Derechos de las Mujeres


(FNALIDM)

La controversia generada por este último planteamiento derivó en


la salida de la Coalición del Movimiento de Liberación Nacional,
Colectivo de Mujeres y Lucha Feminista, los cuales se dieron a la
tarea de convocar a agrupación más amplia en donde se pudiera dar
cabida a las fuerzas políticas de oposición y sindicatos.
De esa manera, el 8 de marzo de 1979 queda formalmente cons-
tituido el Frente Nacional por la Liberación y los Derechos de las
Mujeres (FNAur M), conformado por los tres grupós feministas fun-
dadores MLN, Colectivo de Mujeres y Lucha Feminista y los partidos
Comunista Mexicano (rc,) y el Revolucionario Trotskista, (PAT); el
72
Sindicato de los Trabajadores de la Universidad Nacional Autóno-
ma de México (sTUNAM), el Sindicato Independiente Nacional de Tra-
bajadores del Colegio de Bachilleres (siNTCB), Movimiento Revolu-
cionario del Magisterio; el Frente de la Unión Nacional de Mujeres,
organización antiguamente afiliada a la Federación Democrática de
Mujeres, la cual más tarde sale del proyecto al incorporarse los gru-
pos LAMDDA y FHAR, ambos integrados por homosexuales, que hicie-
ron su aparición en esa época.
En su declaración de principios y objetivos el FNALIDM propone
luchar por diferentes causas relacionadas con los derechos de las
mujeres como lo son; la igualdad política y legal; el derecho al traba-
jo y a la plena independencia económica de las mujeres; el derecho a
controlar sus propios cuerpos y el libre ejercicio de la sexualidad;
por la extensión de la seguridad social a todas las mujeres; contra la
orientación y la discriminación sexista en la educación; y por el reco-
nocimiento del valor económico del trabajo doméstico. (FNALIDM,
1979). En tanto, sobre la estructura organizativa, punto nodal en las
agrupaciones feministas, planteaban que cada agrupación conser-
varla su autonomía interna, lo que implicaría su derecho a impulsar
e implementar los acuerdos emanados del Frente según sus propias
características y naturaleza. (FNALIDM, 1980:11).
Durante el resto del año de su constitución y los primeros me-
ses de 1980, el FNALIDM lleva a cabo cinco actividades primordiales,
un mitin frente a la embajada de Irán en contra de la represión sufri-
da por las mujeres de ese país que luchaban por sus derechos; la
Jornada Internacional por el Aborto Libre y Gratuito, realizada fren-
te a la Cámara de Diputados y un festival frente al monumento a la
Madre; un acto de apoyo ala revolución nicaragüense; la defensa de
Francisca, una mujer acusada de homicidio por defenderse de su
agresor, y la promoción del Frente en el estado de Puebla.
Sin embargo, en un documento editado en marzo de 1980, al
hacer un balance de su acción, el Frente reconoce que no se ha logra-
do formar grupos de base y los planes y proyectos para la población
femenil no llegaban a la mayoría, aunque han logrado formar grupos
promotores del frente en varias entidades y para entonces ya se había
incorporado el Grupo Autónomo de Mujeres Universitarias (cAMu). A
partir de entonces redefinen su estrategia a seguir, por un lado hacen
todo un plan de acción para ampliar sus filas y lograr una organización
más sólida, y por el otro, de las diversas reivindicaciones propuestas
inicialmente, se abocan completamente a cuatro ejes de trabajos
prioritarios: la maternidad libre y voluntaria, guarderías, la lucha en
contra del hostigamiento y la violencia sexual y la difusión de la
situación de las mujeres trabajadoras. (FNALIDM, 1980:8).
De esos cuatro ejes, el que cobra fuerza fue el proyecto de ma-
ternidad voluntaria, el cual es trabajado junto con la Coalición, sin
embargo esto resulta desgastante, pues a lo largo de la campaña la
73
dinámica del FNALIDM se volvió un enfrentamiento entre el RN y sus
grupos aliados y el PRT y los suyos, mientras que los grupos feminis-
tas autónomos fueron arrastrados en esa vorágine, con lo cual se
evidenció la disparidad de las alianzas. (Lamas, 1982:15. Esta con-
frontación provocó que la relación con la Coalición se deteriora aún
más, y que el Movimiento de Liberación Nacional (MLN) y el Colecti-
vo de Mujeres salieran del Frente.
Luego de que el frente no funcionara como coordinador de los
grupos feministas, se dieron dos intentos más por integrarse, uno de
ellos fue la conformación de la Coordinadora de Grupos Autóno-
mos Feministas, propuesta por la propia Coalición, el FNALIDM y el
cAMU, después de haber organizado junto otras instancias, una ma-
nifestación en contra de la violencia hacia las mujeres, y después de
haber participado en el Encuentro de Grupos Autónomos, convoca-
do por cAMU, de donde surge inicialmente la idea.
Con esta nueva organización proponen crear un organismo que
sirviera únicamente como red informativa en el ámbito nacional,
permitiendo el desarrollo de cada grupo, para crear una infraestruc-
tura que pudiese utilizarse para realizar ciertas campañas en con
junto, sin que eso significara levantar las mismas demandas y tener
los mismos planteamientos politicos (Lamas, 1982:16). Sin embargo,
los resultados fueron negativos, pues dicha organización durante su
corta existencia, sólo se dedicó a coordinar un encuentro más entre
los grupos feministas en noviembre de 1982 e iniciar la publicación
de La Boletina, para después desaparecer y dar paso ala Red Nacio-
nal de Mujeres, la cual operaría como enlace entre los diferentes gru-
pos y apoyaría a quien se lo considerara necesario.
Tumbos tras tumbos, la Red tampoco funcionó, continuó con el
trabajo que venía realizando la Coordinadora, organizó dos encuen-
tros más de grupos autónomos y se desintegró. Los motivos fueron
los mismos de siempre, falta de estrategias y orientación.

Colectivo de Mujeres
A mediados de 1976 se formó el Colectivo de Mujeres, éste estaba
integrado inicialmente en su totalidad por militantes del PRT, quie-
nes al interior del partido habían pertenecido a la Comisión de la
Mujer o al Colectivo de Mujeres dentro de ese mismo instituto polí-
tico, aunque posteriormente ingresaron otras mujeres que no tenían
que nada ver con el partido.
"Originalmente hubo un grupo interno que era el Colectivo de
Mujeres del PRT, pero no tenla que ver con otro grupo, que era la
Comisión de la Mujer -también del FRT que era la que elaboraba y
teorizaba los aspectos de las políticas de las mujeres al interior del
partido... Fue a partir de una discusión y de darnos cuenta cómo
74
estaba la situación en México que decimos que sería necesario crear
un nuevo grupo de mujeres autónomo del partido, feminista y que
tuviera una acción conjunta con las feministas y fue así como surgió
la idea de hacer el Colectivo, otro colectivo externo al partido"
(González, 1987:132).
La formación de este grupo se da justo cuando la ya formada
Coalición de Mujeres Feministas (CMF) organizaba la Segunda Jorna-
da Nacional por Aborto Libre y Gratuito, y aunque este tema no era
una de las principales banderas del Colectivo de Mujeres, deciden
adherirse a dicha Coalición, aunque estableciendo inicialmente sus
objetivos a seguir como organización independiente. Entre sus prin-
cipios, recopilados en un documento de presentación titulado ¿Qué
es el Colectivo de Mujeres? pretenden crear conciencia feminista en-
tre las mujeres del país, luchar en contra de la opresión de la mujer y
del sistema capitalista que es causa de esa opresión y construir un
movimiento de mujeres en México (González, 1987:53).
La lucha contra la opresión de la mujer es el punto que de algu-
na manera las distinguió de otros grupos, pues hacían hincapié en la
lucha de clases, pues estaba en contra el sistema capitalista, y apoyar
a los desposeídos, ala dase trabajadora, esta posición de alguna manera
se entiende al venir de un partido en el cual su bandera de lucha era
esa precisamente. Esta posición se prestó a que otras feministas las
etiquetaran como las "feministas marxistas", con sus consiguientes
críticas, al considerarse que la lucha contra el capital no subsume la
lucha de género, pues remite ala explotación tanto del varón como de
la mujer y no explica el origen de la opresión de la mujer.
En el transcurso de su existencia no trasciende ninguna activi-
dad específica del grupo, pues casi en su totalidad participaban y
apoyaban las actividades que desde la Coalición de Mujeres Femi-
nistas se determinaban. Sin embargo, como grupo independiente no
dejaron de tener problemas internos, entre los cuales destacaron sus
constantes contrapunteos por pertenecer algunas de sus integrantes
al PAT, lo cual generaba desconfianza entre las que no pertenecían a
esta institución política. Además de eso estaba el protagonismo "ga-
lopante" de algunas integrantes, pues no había una estructura jerár-
quica, los liderazgos informales que de alguna se institucionalizaban
con el tener mayor información, las que salían ala luz pública (Riquer,
1996:25). Debido a estas dificultades que nunca lograron superarse,
más el desgaste del ir y venir de sus actividades acabaron por desin-
tegrar paulatinamente al grupo, curiosamente las primeras que de-
jaron el grupo fueron sus propias fundadoras, quienes se dispersa-
ron y se integraron a otros grupos, y a finales de 1981 o principios de
1982 las pocas que quedaron disolvieron formalmente el Colectivo
de Mujeres.

75
Lucha Feminista
Lucha Feminista se dio a conocer formalmente en 1978 al participar
en la Coalición de Mujeres Feministas (cMF), pero las reuniones de
las ocho mujeres que conformaron este grupo comenzaron a reali-
zarse desde 1974. Básicamente el grupo estaba integrado por profe-
sionales, en su mayoría psicólogas, algunas de las cuales habían mi-
litado antes en el MAS, y su interés se centraba principalmente en dos
puntos, uno de ellos era la asesoría a las mujeres maltratadas física o
psicológicamente y el otro se refería a la realización de círculos de
estudios en donde reflexionaban teóricamente sobre el feminismo
en general.
La bibliografía consultada por las integrantes era principalmente
del exterior, pero elaboraban textos a partir de esas referencias en los
cuales hacían hincapié en la realidad social de las mujeres del pal's,
de entrada pensaban que el feminismo aquí como en otros países era
similar, aunque con ciertos matices en cada uno de ellos. En el caso
de México consideraban que el feminismo debería ser intrínseco a la
lucha de clases, por lo que además de la orientación psicológica im-
pregnada en los textos, tenían también tintes marxistas.
De hecho, eran de los pocos grupos de entonces que considera-
ban que las alianzas con los partidos de izquierda eran favorables al
movimiento feminista, de ahí su interés de unirse con aquellos gru-
pos que de alguna manera plantearan objetivos similares a los su-
yos, como fue el caso de su unión con la Coalición de Mujeres Femi-
nistas y posteriormente con el Frente Nacional de Lucha por la Libe-
ración y los Derechos de las Mujeres (FNALIDM).
Lucha Feminista lejos de pretender ampliar sus filas se limita-
ba a fortalecer los lazos entre sus pocas integrantes, pues no creían
en el trabajo de masas y para las masas. Al asumir la lucha de trans-
formación como un proceso de cambio que abarca todos los niveles
de las relaciones humanas, ubica su acción de manera realista sin
plantearse metas utópicas y espectaculares (Jaiven, 1987:132)

camvac
Desde su aparición en 1979 hasta 1990, fecha en la cual formalmente
desaparece el Centro de Apoyo para Mujeres Violadas (cAMVAC) se
distinguió por seguir un objetivo común: dar apoyo psicológico, le-
gal y médico a aquellas mujeres víctimas de violencia sexual. Du-
rante sus once años de trayectoria el Centro fue impulsado por di-
versas integrantes de otros grupos feministas existentes en este pe-
riodo, entre ellas se encuentran Dulce Maria Pascual, Concepción
Fernández, Rosa María Roffiel, Lilian Liberman, Amalia Fisher, Marta
Lamas, Lucero González y Carmen Lugo.
El proceso de crecimiento se dio poco a poco, al principio las
mismas participantes acudían al domicilio indicado previa llamada
76
de la víctima para dar la asesoría, pero posteriormente la víctima
podia acudir personalmente a un local que rentaba el centro ex pro-
feso. Ya contando con instalaciones, además de continuar con su prin-
cipal tarea, formaron un pequeño centro de documentación, donde
se podía consultar diversos documentos respecto al tema de la viola-
ción, aunque principalmente sus fuentes provenían de Estados Uni-
dos y Europa. Asimismo, contaban con una película en donde se
proyectaban las experiencias de algunas víctimas de la violación,
misma que era utilizada en diversos foros para concienciar a la po-
blación sobre esta situación.
Sin embargo, no todo fue miel sobre hojuelas, los conflictos al
interior no faltaron, porque aunque teóricamente no había jerarquías
en la práctica si existían, por lo cual a principios de la década de los
80, cuando la mayoría de sus fundadoras ya no se encontraba se da
una ruptura.
La explicación de tal escisión eran las discordancias en la
reorientación del Centro, el grupo conocido como las (os)
cofundadoras (es) entre ellas (as), Patricia Duarte, Gerardo González
y Esther Madrid,
"pretendían que CAMVAC fuera en realidad una organización
feminista de cara a la sociedad en la que la víctima de violación fue-
ra reintegrada a su entorno a partir de la toma de conciencia y sensi-
bilización de su problemática y no como una mera persona rehabili-
tada. Además de considerar que los hombres no eran el enemigo
común a vencer sino enfrentar un sistema político opresor que hacía
(hace) de los hombres y mujeres víctimas de cualquier tipo de vio-
lencia" (Barranco, 1996:38).
Tras la salida de este grupo, el centro se convierte formalmente
en asociación civil, con papeles muy bien definidos, presidenta, te-
sorera, vocales, y demás niveles que este tipo de organización re-
quiere. De esta manera, ya con la legalidad por delante el centro, a
mediados de la década de los 80, inicia una nueva etapa, se presenta
un proyecto a la Fundación Ford para recibir financiamiento, el cual
fue otorgado; con ello
"CAMVAC lanzó un magno proyecto de difusión masiva dirigido
a escuelas, hospitales, instituciones sociales y legales, así como foros
conferencias, coloquios, etc. mediante la transmisión de un
audiovisual titulado ' Las versiones oficiales de la violación' que ofre-
cía un panorama social, político, legal y cultural sobre la concepción
que los diferentes sectores tienen sobre la violencia sexual" (Barran-
co, 1996:39).
Esa época fue de gran efervescencia al interior del Centro, mien-
tras unas se retiraban por estar en contra de recibir financiamiento,
otras ingresaban y junto con las decidían quedarse le daban otra di-
námica a esta agrupación. Una de las nuevas integrantes Maria del
Carmen Sánchez Ruiz puso en marcha un proyecto de trabajo comu-
77
nitario con mujeres violadas en las zonas marginadas en la periferia
de la ciudad de México, mientras que otra, Laura Martinez, propuso
la terapia grupal entre las víctimas de violación para posteriormente
integrarlas al grupo como promotoras y sensibilizadoras de la temá-
tica (Barranco, 1996:39).
Sin embargo, las pugnas al interior del centro continuaron por
varias cuestiones, una de ellas era la división entre las que se decían
socialistas y autónomas, otra la doble militancia, y la preferencia
sexual de las militantes, de esto último aun y cuando desde su entra-
da se tenía conocimiento de ello.
El sismo ocurrido en la ciudad de México el 19 de septiembre
de 1985 acabó un poco con esta polémica, pues pese a sus diferencias
se dedicaron a participar activamente en apoyo a los damnificados.
Esa nueva tribuna les permitió además afianzar alianzas con las nue-
vas organizaciones surgidas, entre ellas la Unión Popular Nueva
Tenochtitlán, Cuarto Creciente, y con el Sindicato de Costureras 19
de septiembre.
El final Llegó más tarde cuando un grupo de militantes decide
expulsar de cAMVAC a Ruth Fonseca, quien había acudido ala III Con-
ferencia Internacional de la Mujer, en representación del centro y'
había dado a conocer información que no era respaldada por todas
las militantes. Junto con Ruth se fueron muchas otras y sólo queda-
ron tres militantes María del Carmen Sánchez Ruiz, Laura Martinez
e Isabel Barranco, las tres continuaron con el proyecto, pero por pro-
blemas principalmente económicos no pudieron hacerlo y aunque
hubo un último intento por lograrlo cuando C[DHAL les ofreció espa-
cio para continuar, el centro desapareció formalmente en 1990.

Publicaciones

La difusión ha sido pieza clave en el desarrollo del feminismo, de


una u otra las feministas se las ingeniaron para llevar más allá de sus
círculos de estudios sus ideas y pensamientos. Aprovecharon todos
los medios todas las tribunas, desde conferencias, cursos, debates,
filmes, obras de teatro, talleres, hasta publicaciones. De estas últi-
mas, tres fueron las que irrumpieron en el escenario feminista mexi-
cano en la década de los 70, La Revuelta, (1976) Fern (1976) y Cihuat.
Voz de la Coalición de Mujeres (1976), de todas ellas sólo Fern continúa
hasta nuestros días, las otras dos cumplieron de cierta manera un
ciclo y dejaron de aparecer.

La Revuelta
Considerada la primer publicación feminista surgida en la década
de los 70, nace como órgano informativo y razón de ser del colectivo
feminista denominado con el mismo nombre, cuyas integrantes se
78
pronunciaban por denunciar con su propia voz la opresión femeni-
na, quienes aunque carecían de experiencia en el ámbito periodísti-
co su necesidad de dar a conocer las ideas feministas las llevo a rea-
lizar nueve números durante dos años. "El propósito de la publica-
ción no era sólo la difusión, sino el posibilitar el contado directo con
otras mujeres, por lo que se formuló la entrega mano a mano como
la principal forma de distribución" (González, 1987:118), y no obs-
tante que esta actividad era una de las prioritarias dentro del grupo
fue también causante del desgaste del mismo.
Con gran ímpetu iniciaron la realización de esta publicación
que, aunque estaba programa su aparición mensualmente, este obje-
tivo no se cumplió, los temas eran seleccionados por cada una de las
integrantes y sobre ese se hacía toda una investigación. El primer
número (septiembre de 1976) apareció luego de una año de
reacomodo entre las integrantes que acababan de salir del Movimien-
to de Liberación de la Mujer (t u.f), en él expusieron los objetivos de
la publicación y lo que el grupo entendía como feminismo. El segun-
do número apareció en octubre de 1976 y estuvo dedicado al tema
de la violación. Se publicó a raíz de varios atentados a mujeres per-
petrados en ese año en las instalaciones universitarias.
El periódico tenía como objetivo en esa ocasión denunciar la
manera en que la sociedad considera este tipo de delitos: "la mujer
objeto de diversión y catalizadora de la agresividad queyace en cual-
quier individuo y la manera en que la mujer responde a esta agre-
sión (guardar el secreto para no sufrir más vejaciones y no ser mar-
cada por la sociedad)" (Jaiven, 1987:119).
Debido a una intensa campaña existente en ese tiempo sobre la
cuestión del aborto, La Revuelta dedica el número dos a hablar sobre
esta problemática, en él señalaban que no querían permiso para abor-
tar bajo condiciones muy precisas, "creemos que el aborto no debe
estar consignado en ninguna ley de ningún código, de la misma
manera que una intervención quirúrgica cualquiera o un parto, o
una extracción de muelas se hayan reglamentados" (La Revuelta,
1976:2). Destacaban que mientras los anticonceptivos existentes no
fueran ciento por ciento seguros para hombres y mujeres, accesibles
a todos, esto es gratuitos, el aborto debería ser considerado como el
último recurso para no procrear hijos, pues "tener un hijo en contra
de la voluntad solamente logra un hijo y una madre miserables. La
relación madre e hijo sólo puede ser amorosa cuando la mujer goza
de una situación psicológica y material que le permita soportar los
intensos trabajos que conlleva la maternidad" (La Revuelta, 1976:4).
En tanto, en el número cuatro, analizan la manera en la que la
sociedad a través de la familia, la escuela, van orientando la actitud
y comportamiento de las niñas y los niños. La sexualidad, la mater-
nidad, el trabajo doméstico, la locura y la prostitución, el amor, la
familia y la mujer, son los tópicos abordados por separado en los
79
números del seis al nueve, todos en su mayoría nos muestran lo real
del tema; las voces de las protagonistas quedan plasmadas ya sea de
aquellas que nos explican cómo (legaron a descubrir el placer luego
de dejar atrás los tabúes de la sexualidad hasta las que admiten los
trastornos que les ha ocasionado ser madres.
Ese precisamente era el toque característico de La Revuelta los
testimonios, los reportajes, las entrevistas, las reflexiones, los cuen-
tos, las historietas, las imágenes: un collage de ideas, que daban un
panorama completo del tema tratado. El número nueve, fue el últi-
mo de La Revuelta, la explicación fue que "era demasiado esfuerzo
para muy pocos frutos: llegábamos a muy pocas mujeres, un tiraje
de 2000, es muy poco y el agotamiento que representa es tremendo"
(Jaiven,•1987:121). Sin embargo, la tarea de continuar difundiendo
las ideas del feminismo no cesó, luego de planearlo salieron en bus-
ca de un medio impreso ya establecido y mediante él continuar su
labor, de esa manera presentan un proyecto al Unomásuno, el cual es
aceptado y trabajan en él hasta 1982, con una columna semanal.

Fern
Al igual que el periódico de La Revuelta, en el cual se enarbolaba la
bandera del feminismo como principal característica, Fern aparece
un tiempo después "pensado como un proyecto editorial conducido
por feministas para difundir las ideas del feminismo. Fundada por
Alaíde Foppa y Margarita García, quienes elaboraron la idea inicial
y llamaron a un pequeño grupo de mujeres a colaborar con ellas, y
aparece el primer número en agosto de 1976.
La dinámica de trabajo era similar a la de La Revuelta, se plan-
teaba un tema por alguna integrante y entre todas se hacía la inves-
ligación, y como una forma de evitar el "estrellismo" los artículos no
se firmaban. Para financiarse se buscaba de alguna manera contar
con las aportaciones de algunas instituciones para sacar adelante la
publicación con tiraje más o menos amplio.
De esta manera Fern funcionó hasta 1980, fecha en la cual des-
aparece el pilar de la publicación: Alaíde Foppa, pues a partir de
entonces hubo un cambio estructural en la revista y se intensificaron
los conflictos internos, uno de ellos fue el aspecto administrativo en
el cual se incluye el financiamiento, cuestiones como el pago de las
colaboraciones, el tiempo para dedicar a la revista, el uso que se le
estaba dando, así como la decisión de comenzar a firmar los artícu-
los publicados, dieron origen a uno de los desequilibrios más fuertes
que sorteó esta publicación.
En 1986, al cumplir diez años de aparición ininterrumpida, Fern
vuelve a reestructurarse, continua con el mismo formato, pero reali-
za cambios en el diseño interno de la revista y en la periodicidad, de
publicarse mensualmente pasa a bimestralmente, además de orga-

80
nizar una estructura directiva. De esa manera, se nombra como di-
rectora a Berta Hiriart, a Tununa Mercado como jefa de redacción,
mientras que el equipo editorial lo conforman Marta Lamas, Elena
Urrutia, Flora Button, Rosa María Roffiel, Patricia Morales y Anilú
Diaz, y el consejo editorial quedó integrado por Lourdes Arizpe,
Mariclaire Acosta, Ilda Elena Grau, Adriana Ortega, Elena
Poniatowska y Carmen Lugo, entre otras. El contenido se diversificó,
en lugar de manejar un tema para toda la revista, se fijaron seccio-
nes, en las cuales se podia incluir reportajes, notas, entrevistas, con
diversos temas en un sólo número.
Estos cambios fueron justificados en aquel entonces por la pro-
pia directora de la revista, Berta Hiriart, quien argumentaba que "con
el paso del tiempo descubrimos que la dirección colectiva, que nace
de la buena intención del feminismo de tener una estructura equili-
brada y sin jerarquías, se convirtió en una estructura poco flexible,
paralizante e ineficiente, en la que era muy fácil que las iniciativas
de sus ocho miembros fueran boicoteadas mutuamente" (Vega, 1986:
p.22). En la actualidad, Fern continúa apareciendo con las mismas ca-
racterísticas, con una nueva generación de periodistas y feministas.

Cihuat Voz de la Coalición de Mujeres


Considerada como el órgano oficial de la Coalición de Mujeres Fe-
ministas, en mayo de 1977 aparece el primer número de Cihuat. Voz
de la Coalición de Mujeres, cuya finalidad era servir de vínculo para el
intercambio de información e ideas entre las mujeres. El contenido
representaba básicamente el sentir de las integrantes de la Coalición
respecto a temas como la violación, el aborto, el papel de la mujer en
la sociedad, entre otros, pues aunque se podían encontrar artículos
firmados, éstos eran los menos.
Con esta publicación la Coalición pretendía contrarrestar de
alguna manera la información generada en la prensa y revistas tradi-
cionales, la cual a consideración de sus integrantes servía como
reafirmadora de los valores de la sociedad, en los cuales la mujer juega
un rol preponderantemente inferior frente al hombre, a la vez que
incitaba a las lectoras a tomar cartas en el asunto. En la editorial del
primer número hacen referencia precisamente a esta cuestión, en donde
condenaban la abnegación pasiva de la mujer y proponían acabar con
los falsos valores y estimular la acción combativa de las mujeres y
conquistar espacios para ejercer sus derechos (Cihuat, 1977:1).
Aunque el contenido en cada número era diverso, pues no se
trataba de una publicación monotemática, en los artículos de fondo
un tema reiterativo era la cuestión de la opresión de la mujer en la
familia y el trabajo, por ejemplo en el número uno, hacían alusión a
que la educación de las mujeres iba encaminada desde niña al servi-
cio del hombre en el hogar, y cuando este espacio lograba ser supe-
81
rado era para ocupar un puesto de bajo nivel en trabajos mal remu-
nerados, y más tarde en los números tres y cuatro evidenciaban que
el papel económico de la mujer se restringía a las cuatro paredes de
su hogar, en su rol de ama de casa.
De la denuncia pasaban a las propuestas, "las mujeres tenemos
que organizarnos para luchar en conjunto fijando nuestros propios
objetivos: dejar de ser víctimas de esta sociedad y transformarla se-
gún nuestros propios intereses, para poder determinar y escoger el
lugar que corresponde a nuestros deseos y necesidades" (Cihuat,
1977b:3).
Aunque de corta duración, pues sólo se tiene conocimiento de
la circulación de seis números en el periodo de 1977 a 1978, Cihuat
logró abordar con un lenguaje claro y sencillo, las luchas centrales
de la Coalición, entre las que sobresalen la que llevo a cabo, contra la
violación y para la despenalización del aborto. Ambos temas fueron
abordados ampliamente en el número seis, en el primero de ellos
daban a conocerla resolución favorable de las autoridades a dos ca-
sos explotados en la prensa mexicana, la violación de una joven en
Ciudad Universitaria y el homicidio cometido por una mujer al de-
fenderse de la agresión sexual de un hombre, los culpables del pri-'
mer hecho fueron sentenciados a varios años de prisión y la mujer
que mató en defensa propia fue absuelta.
En cuanto al aborto, presentaron las conclusiones del documento
emitido por la Coalición puesto a la consideración de la Cámara de
Diputados el primero de diciembre de 1977, en donde analizan el
tema desde el punto de vista estadístico, socio-psicológico y huma-
no. Se trataba obviamente de sacar a la luz pública asuntos de gran
interés que abordaban la problemática de la mujer y que sobre todo
estaban en las discusiones de la agenda feminista.

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