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CHISTES

GIMNASIO
– ¡Oye, has bajado mucho de peso!
– Es que voy al GYM
– ¿Y te ponen a hacer mucho ejercicio?
– No, pero con lo que me cobran casi no como

EN LA FARMACIA
Un hombre llega a la farmacia en el preciso momento en
que el farmacéutico iba a cerrarla ya que tiene prisa para
llegar al tren.
– ¿Qué deseaba? -le pregunta.
– Sólo quería algo para sudar.
– Aja… Tome estas dos maletas y acompáñeme con ellas
hasta la estación. ¡Deprisa!

LETRA I
– A ver Jaimito, dime una palabra que tenga 5 ies.
Y Jaimito le responde:
– Pero profesora, eso es dificilísimo.
– Muy bien Jaimito, muy bien.
ADIVINANZAS
Este banco está ocupado por un padre y por un hijo:

El padre se llama Juan y el hijo ya te lo he dicho.

RESPUESTA: Esteban

Soy un palito muy derechito

y encima de la frente llevo un mosquito

que ni pica ni vuela ni toca la vihuela.

RESPUESTA: LETRA I

En todos los días de la semana me hallarás,

excepto en Domingo que no me encontrarás.

RESPUESTA: LETRA S
TRABALENGUAS
REFRANES
CUENTO LA TORTUGA Y LA COMETA VOLADORA
La tortuga y la cometa voladora Érase una vez, un conejito, una ardilla y un ratón que vivían en
una aldea muy soleada del bosque. Casi siempre brillaba el sol y todos los animalitos salían a jugar
entre las flores y los arbustos con sus juguetes.

El conejito tenía una pelota con la que jugaban a muchos juegos divertidos, la ardilla tenía una
cuerda con la que todos saltaban a la comba y el ratón tenía unos cuentos que leía a sus amiguitos
cuando todos descansaban después de jugar.

Pasaban las tardes jugando y siempre estaban riendo. Nunca se enfadaban unos con otros, se
ayudaban en todo lo que podían y les gustaba compartir sus juguetes y divertirse juntos. Pero un
día, todo cambió…

Una familia de animalitos llegó a la aldea. Eran unas tortugas que venían de otro lugar y que
buscaban un nuevo sitio donde vivir. La tortuga más pequeña era de la misma edad que ellos y
tenía un juguete que nunca habían visto por la aldea. Era un juguete volador con una forma muy
extraña. La tortuguita lo hacía volar por toda la aldea mientras los animalitos miraban extrañados.
Hasta que un día todos se acercaron a preguntar:

¡Tortuguita, Tortuguita! ¿Qué es ese juguete?

La tortuguita los miró y respondió:

Es una cometa voladora

El conejito, la ardilla y el ratón se sorprendieron de ver aquella cometa y todos querían jugar con
aquel juguete tan divertido así que le dijeron:

¡Tortuguita, Tortuguita! ¿Quieres venir a jugar con nosotros y enseñarnos cómo jugar con tu
cometa?

Pero la tortuga, muy enfadada, les dijo:

¡No! La cometa es sólo mía. Vosotros no podéis jugar con ella.

Todos los animalitos se entristecieron y se fueron a jugar con sus juguetes mientras veían como la
tortuga se divertía con su cometa voladora. No entendían por qué la tortuguita no quería jugar
con ellos.

Todas las tardes salían juntos a jugar con la pelota del conejito y la cuerda de la ardilla y siempre
terminaban escuchando los cuentos del ratón. La tortuguita no se acercaba a ellos y jugaba sola
con su cometa.

Un día, mientras todos los animalitos jugaban juntos, observaron como la tortuga se divertía con
su cometa, pero algo ocurrió. De repente, la cometa salió volando y se fue muy muy muy muy
lejos y la tortuguita se quedó triste porque no la encontraba por ningún sitio.
El conejito, la ardilla y el ratón vieron como la tortuguita se iba a su casa triste y se dieron cuenta
de que en los días siguientes la tortuguita no salió a jugar como acostumbraba.

Todos los animalitos pensaron que la tortuga estaría muy disgustada porque había perdido su
juguete así que pensaron que entre todos podrían hacer algo para ayudarla. Una tarde, en vez de
salir a jugar con sus juguetes, decidieron salir a buscar la cometa de la tortuguita. Buscaron y
buscaron y pidieron ayuda a todos los animalitos del lugar para encontrarla lo más rápido posible
hasta que por fin vieron que la cometa estaba en un árbol.

Llamaron a los pajaritos de la aldea para que volaran hasta la cima del árbol y entre todos
consiguieron la cometa voladora así que, muy contentos, fueron a buscar a la tortuguita para darle
una gran sorpresa.

Cuando llegaron a la casa de la tortuga, todos la llamaron para que saliera:

¡Tortuguita, Tortuguita! ¡Sal con nosotros! ¡Tenemos una sorpresa para ti!

La tortuga y la cometa voladoraLa tortuga salió con el resto de su familia y todos vieron que los
animalitos de la aldea habían tenido un gesto muy bello con ellos. La tortuguita, muy feliz, dijo:

¡Es mi cometa voladora! ¡La habéis encontrado!

Los animalitos devolvieron a la tortuguita su juguete tan preciado y muy contentos por lo que
habían hecho fueron a jugar.

La tortuguita se quedó jugando con su cometa hasta que sus papás se acercaron y le dijeron:

Tortuguita, los animalitos de la aldea te han ayudado a encontrar tu cometa y se han portado muy
bien contigo. ¿Por qué no juegas con ellos y les dejas jugar con ella?

La tortuguita se dio cuenta de que sería mucho más divertido jugar con el resto de animalitos y
que a todos los animalitos les haría muy feliz jugar con su cometa
voladora así que se acercó a ellos y les agradeció el bonito gesto que
habían tenido.

Desde ese momento, todos los animalitos de la aldea jugaron con la


tortuguita y compartieron sus juguetes y la tortuga, muy feliz, les
enseñó a jugar con su cometa voladora.
LEYENDA

EL AGUA Y EL AMOR

Bolochen es un pueblo que aunque creció en torno a nueve pozos, periódicamente


padecía de sequía. Tenían como jefe a un astuto y valeroso guerrero que se
enamoró de una hermosa doncella. La madre de la chica se sintió temerosa de
perderla, pues era un amor correspondido y decidió esconderla en el lugar más
recóndito que conocía.

La desaparición de la doncella provocó que el jefe se olvidase de su pueblo; rogó


a los dioses y pidió ayuda a sus gentes para la bús-queda de la joven. Alguien
escuchó un sollozo en una gruta cercana; el rastreo se centró en ella. El guerrero
entró y sólo encontró una enorme sima de bordes de cristal, pero el sollozo se
percibía. Decidieron construir una enorme escalera con árboles y lianas.
Efectivamente, en el fondo se encontraba la muchacha. Fue sacada y con ella
volvió la alegría. Dentro de la gruta encontró siete estanques formados en la roca:
Chacha (agua roja), Pucuelha (tiene olas como el mar), Sallab (salto de agua),
Akabha (agua oscura), Chocoha (agua caliente), Ociha (agua lechosa) y
Chimaisha (con muchos insectos).

Desde entonces no importa nada, ni tan siquiera se acordaban de Chac y de las


jugarretas que de vez en cuando les hacía cuando les castigaba con la sequía.
RONDAS
CANCION CON RIMA TENGO TENGO
Tengo, tengo, tengo,

tú no tienes nada,

tengo tres ovejas

en una cabaña.

Una me da leche,

otra me da lana,

otra me mantiene

toda la semana.

Caballito blanco,

llévame de aquí,

llévame hasta el pueblo

donde yo nací.
POEMA
Poema infantil de Juan Ramón Jiménez. Abril

El chamariz en el chopo.

-¿Y qué más?

El chopo en el cielo azul.

- ¿Y qué más?

El cielo azul en el agua.

- ¿Y qué más?

El agua en la hojita nueva.

- ¿Y qué más?

La hojita nueva en la rosa.

- ¿Y qué más?

La rosa en mi corazón.

- ¿Y qué más?

¡Mi corazón en el tuyo!

Autor: Juan Ramón Jiménez


RECETA DE PIZZA DE POLLO
Ingredientes

 1 base de pizza (De venta en Supermercados La Torre)


 Pollo Desmenuzado
 Tocino
 Queso mozzarella
 Tomate
 Cebolla
 Salsa barbacoa

Preparación

Mientras la masa reposa, hacemos la única operación previa que requiere nuestra
pizza, que es preparar el pollo con salsa barbacoa. Cortamos la pechuga en trozos
pequeños de bocado, y los freímos ligeramente en una sartén. Añadimos una
cucharada de salsa barbacoa y removemos para que todos los trozos se
impregnen. No cocinamos del todo los trozos de pechuga, porque se terminarán
de hacer en el horno. Precalentamos el horno a 220º. Sobre la base de la pizza,
extendemos un poco de tomate frito casero, y repartimos la bola de mozzarella
que habremos troceado debidamente junto con el tocino. Disponemos también de
forma equitativa la cebolla cortada en juliana y vamos repartiendo los trozos de
pollo con salsa barbacoa por la superficie de la pizza. Horneamos durante unos 12
minutos hasta que veamos bien crujiente y dorada la masa. Servimos
inmediatamente.

HISTORIETA

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