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“Towards the flame.

Empire, War and the End of Tsarist Russia” Dominic Lieven


Editorial: Penguin
Año de publicación: 2015
Lugar: Reino Unido

Introducción

La revolución rusa hizo –temporariamente– añicos al Estado ruso, su economía e


imperio. Rusia, por un tiempo, dejó de ser uno de los grandes poderes. Una de las
claves para entender este cambio está en la emergencia de Ucrania como país
independiente. Despues de Brest-Litovsk, Rusia fue obligada a reconocer a Ucrania
como país independiente y como un satélite de Alemania en la práctica.
El triunfo de la victoria de los aliados en occidente llevaron al colapso de las
aspiraciones alemanas de crear un imperio oriental.
Rusia retoma el control sobre Ucrania luego de la capitulación de Alemania, y la
firma del tratado de Versalles en el cual renuncia –Alemania– al tratado de Brest-
Litovsk.

Puntos a subrayar acerca de IGM: La guerra fue sobretodo un conflicto de Europa


Oriental. Francia y Gran Bretaña fueron envueltas por miedos respecto a su propia
seguridad: la victoria de la alianza Austro-Alemana sobre Rusia hubiese inclinado
el balance de poder en Europa hacia Berlín y Viena.
La gran ironía de la IGM es que un conflicto que comenzó más que nada como un
enfrentamiento entre los poderes de Alemania y Rusia por el dominio de Europa
central-oriental, terminó con la derrota de ambos bandos.

El libro posiciona a Rusia en el centro de la historia de la IGM. Pretende ser un libro


de la historia internacional de la Revolución rusa, concentrándose en los orígenes
de la revolución.
Período abordado en el libro 1904-1920.
Según el autor, sin la IGM los bolcheviques podrían posiblemente alcanzar el
poder, pero por varias razones –explicadas en el libro– muy probablemente
hubiesen sido incapaces de retenerlo. Si la guerra jugó un papel principal en la
historia de la revolución rusa, lo opuesto también es cierto.

Durante la Era Soviética los archivos diplomáticos y militares fueron cerrados a los
historiadores de occidente. También existían limitaciones acerca de qué podían
escribir los historiadores rusos.
El archivo más importante fue el de relaciones internacionales en Moscú. Los
materiales que allí encontré y en otros 6 archivos más, me ofrecieron una visión
mucho más completa y un nuevo entendimiento acerca de la política internacional
rusa y de las fuerzas que descansan debajo ella.

Una perspectiva rusa alienta a uno a ver e interpretar la IGM como un todo de una
manera muy diferente a la de historiadores quienes examinan estos mismo años
bajo la óptica británica, americana, francesa o alemana.

Este libro es un estudio de la guerra como un todo desde una perspectiva original.

La guerra ocurrió como resultado de la competencia imperialista entre los grandes


poderes por los mercados coloniales, materias primas y sitios para invertir.

Para mi, imperialismo significa simplemente las ideologías, valores y políticas que
sostienen la creación, expansión y mantenimiento de un imperio.
Imperialismo, nacionalismo y el dilema de los imperios modernos fueron los
orígenes de la IGM.

La idea de que imperio en el siglo XX era algo que pasaba fuera de Europa alimentó
fácilmente profundas suposiciones acerca de la fundamental división entre europa
y sus antiguas colonias blancas por un lado, y el mundo no blanco por el otro. Un
resumen de esta premisa son los términos “preimer mundo” y “tercer mundo”. La
idea de “segundo mundo” desapareció con el colapso de la Unión Soviética en
1991. Un objetivo de este libro es retomar el término “segundo mundo” y aplicarlo
a la periferia europea antes de 1914.

Para entender los orígenes de la IGM, uno debe estudiar las fuentes de las
ambiciones rusas en la región y examinar el debate al interior de las elites rusas y
el gobierno sobre cuan lejos sus ambiciones debieron estirarse.

Para 1900 el dilema de los imperios modernos comenzó a ser crucial en el


crecimiento de la confrontación entre Petrogrado y Viena. Este conflicto tuvo
mucho que ver con el futuro de las personas ucranianas, aproximadamente tres
cuartas partes de ellos eran sujetos rusos in 1914, que permanecián viviendo bajo
la monarquía Habsburga. Para algunos observadores rusos en 1914, esta fuente de
conflicto austro-ruso era mucho mas importante que cualquier otra cosa que
sucedía en los Balcanes. Esto nos lleva de vuelta al lugar de crucial importancia de
Ucrania para la goepolítica europea en ese entonces, como tema que yo subrayo en
la primera oración de esta introducción y que retomaré a lo largo del libro.

Cualquier estudio acerca del camino ruso a la guerra en 1014 tiene que investigar
la idea de la solidaridad eslava, en otras palabras la llamada tradición eslavófila en
la tradición rusa y su impacto en el concepto de la identidad rusa y la política
exterior rusa. Los aspectos del eslavofilismo fueron únicos y de vital importancia
para la política rusa antes de 1914.

El libro aborda las relaciones al interior de la elite rusa, la forma de gobierno y el


rol de la opinión pública en el desarrollo de la política exterior.

Cuestiones que no pueden dejarse de lado al estudiar la IGM: globalización,


geopolítica europea, el balance de poder en europa y las ideologías dominantes y
valores de la época.

Estructura del libro:


Capítulo 1: Visión “desde arriba”. Trata sobre cuestiones de relaciones
internacionales, política e ideología global y la perspectiva europea.
Capítulo 2: provee una perspectiva rusa sobre estas cuestiones. Intrudiciendo al
lector en el corazón de los temas políticos rusas, la identidad y la política
internacional y los sitúa en el contexto internacional.
Capítulo 3: Está dividido en 5 secciones . Trata de comprender algunos de los
puntos principales entre 1904 y 1906.
Capítulo 4: Comienza el análisis “desde abajo” en 1904 porque la derrote de rusio y
la revolución crearon el contexto local e internacional que llevarían a Rusia a la
guerra en 1914. Al interior de Rusia esto significa una nuevo sitema político semi-
constitucional pero también nuevas políticas de gobierno que emergieron de la
derrota y la revolución, sin mancionar el nuevo humor que estos desastres
causaron en la sociedad rusa.
Capítulos del 4-7: llevan al lector a través cambios que llevaron a Rusia y europa
desde 1914 al quiebre y guerra de 1914.
Capítulo 6: estudia el contexto de la crisis de julio, la cual incluye el impacto del
desarrollo de políticas locales en un pequeño grupo que tomaban las decisiones de
la política internacional rusa.
Capítulo 7: aborda la crisis de julio en sí misma.
Capítulo 8: trabaja sobre IGM y la revolución rusa del 17. No pretende tener una
narrativa detallada. Este capítulo trata de ilñustrar como los problemas y las
debilidades identificadas previamente en el libro resultaron en el desastre ruso de
1914-1917. Y demostrar cómo la guerra y la revolución estuvieron íntimamente
ligadas.

Premisa clave del libro: La IGM fue la fuente y el origen de la mayoría de las
catástrofes que subsecuentemente afectaron a Rusia en el siglo XX. Entender por
qué la guerra sucedió es por demás crucial. De la guerra vino la revolución, la
guerra civil, dos hambrunas, la colectivización y la dictadura Bolchevique y el
terror.
Al privar a Rusia de la oportunidad de das forma al tratado de Versalles, la
revolución de 1917 también contribuyo enormemente a la inestabilidad
internacional del período de entreguerras y a Europa a caer dentro de lo que sería
la catástrofe de 1939.

Capítulo I “Un mundo de Imperios”


El capítulo enumera la situación que tuvo como resultado la competencia
imperialista en los grandes centros e imperios. Cuáles fueron los conflictos a los
que se enfrentaron, y las alianzas que se fueron forjando.
Retoma las situaciónnes de GB, Francia, Alemania, Austris y EEUU. También toma
en cuenta a los llamados “segundo mundo” y sus tensiones para con el centro.
Análisis del caso irlandés.

Primera mitad 1914, Crisis de Ulster domina la política británica. Amenaza con
quebrar la cohesión al interior del imperio británico.
Para 1900 aparece como emergente líder Estado Unidos.
Factores que contribuyeron a la era del imperialismo: tecnología, tren –permitió la
penetración a nuevas tierras–, colonicación y la explotación económica de las
tierras cel centro del continente africano, que hasta entonces habían sido remotas
de las costas, o sólo navegables a través de ríos.
Primera mitad del siglo XIX, GB tenía el mayor imperio no sólo en los mares, sino
que era el único en el mundo con una economía industrializada. Para 1900 esto
había cambiado. Rusia, Francia, Alemania y hasta Japon, Italia y Estados Unidos
habían entrada en la competencia por el imperio. Como resultado, los territorios
“vacíos” fueron desapareciendo rápidamente. Aproximadamente un cuarto de la
superficie del mundo habían cambiado de manos entre 1876 y 1915.

GB. Dos guerras anglo-boers, para terminar haciéndose con el control de Sudáfrica,
colonia rica en explotación mineral.
Comparación con la política Austríaca con respecto a el reino serbio. Desde la
perspectiva de Viena, el reino serbio estaba actuando como un imán que podía
atraer a las monarquías eslavas del sur y destrozar la posición geopolítica de
Austri en los Balcanes. La diferencia con la situación británica era geográfica: la
agresión y expansión en el continente europeo no podía aislarse de la intervención
de los grandes poderes de los rivales vecinos.

El enfrentamiento entre el imperio británico y el nacionalismo irlandés fue mucho


más que un problema puramente local. El destino del imperio se vio afectado en
cada esquina del globo. A principios del siglo XX, GB estaba enfrentando el desafío
del nacionalismo de un pequeño grupo de personas que vivían en el corazón del
imperio.
En estas primeras décadas, el nacionalismo en europa frecuentemente descanzaba
en la creencia de “grandes” personas como es el caso de los alemanes y de los
italianos. En ambos casos, los estado-nacion habían sido creados a partir de los
esfuerzos de un estado central (Prusia y Piemonte) que había conquistado y
unificado reinos y ducados.
Para 1900, la cuestión nacionalista había comenzado a ser un fenómenos universal
en Europa. Movimientos nacionalistas se habían difundido en los pueblos
sometidos de Rusia, Austria y el imperio otomano., incluyendo no sólo poblaciones
“históricas” como los polacos sino también a grupos como los armenios, bulgaros,
ucranianos y checos, quienes no disfrutaban de ser estados libres por siglos, como
mucho el nacionalismo irlandés fue el precursor de estos movimientos, basándose
en mitos históricos y memorias, el odio al orden impuesto por los terratenientes
extranjeros y los gobiernos, y cuestiones de religión, idioma y etnia. El dominio del
nacionalismo parecía fortalecerse a medida que las sociedades se modernizaban.
Era el producto de la sociedad civil, la alfabetización en masa y la urbanización. En
otras palabras, parecía, como el imperio, ser la ola del futuro.
Liberales británicos argumentaban que “la casa manda” –home rule– satisfaría las
aspiraciones irlandesas, mientras que los conservadores y los unionistas insistían
que esto les daría a los irlandeses poder, confianza y apoyaría en Irlanda a un
movimiento que fue impulsado por la profunda enemistad cultural e histórica
hacia Inglaterra y que nunca estaría satisfecho con algo menos que la
independencia. Debates similares sobre si la descentralización y el federalismo
fortalecerían o debilitarían la unidad imperial, se producirían en otros imperios en
el siglo XX.
Solidaridad anglo-americana, aparece a principios del siglo XX como un nuevo
fenómeno, especialmente en los círculos de las clases altas.
EE.UU, había superado sus conflictos internos y logrado cohesionarse
internamente. La alianza anglo-americana no fue simplemente una cuestión de
Realpolitik y de intereses geopolíticos compartidos. Por el contrario lo que dio
fuerza a esta alianza fue que los intereses estratégicos comunes estaban
entrelazados con una solidaridad ideológica y étnica. Esta solidaridad se convirtió
en la clave para el sostenimiento del orden global y la civilización occidental.
La seguridad británica descanzaba crucialmente en los eventos del continente
europeo. Un pequelo reino en una isla de la costa noroeste de europa no podía
controlas el vasto imperio global, a menos que pudiese salirse pagando un
pequeño precio por su seguridad. Esto a su vez dependía del balance de poder
europeo.

Desde mitad del siglo XVII hasta 1914, los 4 grandes poderes continentales fueron
Francia, Rusia, Austria y Prusia. Una ley básica de la geopolítica era que era más
fácil para los estados europeos crear imperios fuera de su continente que dentro
de él. Fuera de Europa, estas máquinas de guerra se enfrentaban a enemigos más
débiles y también podían operar fuera del alcance de la mayoría de sus rivales
europeos. No es sorprendente, por lo tanto, que los mayores imperios europeos
tendieran a ser creados por estados situados en la periferia del continente: Gran
Bretaña, España, Holanda, Francia y Rusia. La localización era un punto que
probablemente frustrase la construcción de un imperio alemán, anclado en el
centro del continente.

En 1814-1815 (Congreso de Viena), los grandes poderes europeos formaron lo que


puede ser llamado como un sistema de relaciones internacionales arraigado en la
concepción de normas comunes, intereses y restricciones. Dicho sistema fue
destruido por la guerra de Crimea (1853-1856).

La derrota en Crimea debilitó a Rusia y redujo su voluntad de arriesgar una guerra


en Europa durante una generación. La política de Austria de recompensar la ayuda
rusa en 1849 apoyando a sus enemigos en la guerra de Crimea convirtió a
Petersburgo firmemente contra Viena. Como resultado, Otto von Bismarck logró
unir a Alemania en dos guerras contra Austria primero y luego contra Francia con
la benevolente neutralidad de Rusia. La unificación alemana transformó el
equilibrio europeo de poder. Pero las monarquías conservadoras de Piamonte y
Prusia que habían creado una Italia unida y una Alemania unida no sólo alteraron
el mapa europeo, también forjaron un nuevo modelo para el Estado conservador
movilizando el apoyo liberal y nacionalista para el estado a través de una política
exterior que promoviera la causa de la nación. El nacionalismo no sería ya una
ideología de izquierda en la política europea.

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