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Tito - Introducción - 1:1

Aparentemente, Pablo y Tito habían estado juntos en un


ministerio realizado en la isla de Creta (como vemos en Tito
1:5). No sabemos cuánto tiempo permanecieron allí. A medida
que recorramos la epístola aprenderemos algo sobre la gente
que vivía en esa isla. Por cierto, Pablo no tenía un buen
concepto de ellos. El apóstol evidentemente salió de allí para ir
a otro lugar y entonces escribió esta carta para Tito, dándole
instrucciones sobre lo que tenía que hacer como joven
predicador que era, mientras se quedara en Creta. La fecha en
que esta carta fue escrita puede fijarse entre los años 64 al 67
D.C.
El hecho de que los ministerios de Pablo y de Tito en Creta no
fueron mencionados en el libro de los Hechos de los Apóstoles
revela que este libro no contiene todo el registro de actividades
de la iglesia primitiva. En realidad, este libro es un registro muy
breve, y solo los ministerios de dos de los apóstoles fueron
enfatizados: el de Pedro, en la primera parte del libro y el de
Pablo en la segunda parte de la obra. Y ni siquiera tenemos un
registro completo de los ministerios de estos dos apóstoles.
En las dos epístolas a los Tesalonicenses, el gran énfasis de
Pablo recayó en la venida de Cristo, que era para él una
esperanza hermosa y brillante para él. Los críticos de Pablo han
afirmado que esa era su posición en la primera parte de su
ministerio, pero que más adelante, ya no lo enfatizó. Sin
embargo, la carta a Tito fue escrita aproximadamente en la
misma época que 1 Timoteo, justamente al final del ministerio
del apóstol Pablo. En Tito 2:13, Pablo escribió: 13mientras
aguardamos la esperanza bienaventurada y la manifestación
gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Estimado
oyente, Pablo no había perdido la bendita esperanza de la
iglesia. Creemos que esa esperanza estaba brillando radiante
y brillaría aun con mayor luminosidad, como vemos en las
palabras del apóstol Pedro en su segunda carta 1:19, cuando
dijo: hasta que el día amanezca y el lucero de la mañana salga
en vuestros corazones.
Timoteo y Tito fueron dos jóvenes predicadores a quienes Pablo
tuvo el privilegio de conducir al Señor. Pablo les llamó a ambos
"hijos", sus verdaderos hijos; es decir, que él les llevó a ambos
a un conocimiento salvador de Cristo.
Pablo les escribió cartas a ambos jóvenes; tenemos dos cartas
a Timoteo y una carta dirigida a Tito. Estas cartas fueron
llamadas Cartas Pastorales, porque en ellas Pablo les dio a
estos jóvenes predicadores instrucciones sobre la iglesia local.
Estas cartas han demostrado ser muy provechosas para
nosotros en la actualidad. Tenemos tanta clase de otras
instrucciones relacionadas con la iglesia local, que suponemos,
podríamos llenar toda una biblioteca con los libros que se han
escrito sobre cómo conducir la iglesia local. En la Biblia solo
tenemos estas tres epístolas, y ellas son muy breves; sin
embargo nos proporcionan información sobre los
procedimientos de la iglesia. La impresión que nos dejan es que
si hay una carencia o una necesidad en una iglesia, el problema
no radica en la organización o en el sistema que se utilizaba.
Es decir, que si hay una necesidad en una iglesia, es una
necesidad espiritual.
Francamente, sabemos muy poco sobre cualquiera de estos
jóvenes predicadores, Timoteo y Tito. Sin embargo, Tito,
parece haber sido más fuerte que Timoteo, tanto física como
espiritualmente. El Apóstol Pablo expresó menos preocupación
en cuanto al bienestar de Tito que por el de Timoteo. Tito era
probablemente una persona más madura, y poseía una
personalidad más viril.
Timoteo era un judío que fue circuncidado por Pablo, pero Tito
no era judío y Pablo se negó a circuncidarle. Recordemos que
en la epístola a los Gálatas leímos que el Apóstol llevó consigo
a Tito a Jerusalén, y como no era judío, el apóstol no permitió
que fuera circuncidado (como podemos ver en Gálatas 2:1-3.
Pero cuando llevó consigo a Timoteo, Pablo lo hizo circuncidar
(como podemos ver en Los Hechos 16:1-3). Así que Pablo
circuncidó a uno de los jóvenes predicadores y se negó a
circuncidar al otro. Si uno debiera deducir una regla de esa
actitud, sería la siguiente, que encontramos en Gálatas 6:15,
Porque, en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale nada ni la
incircuncisión, sino la nueva criatura.
Pablo dijo que él quiso hacerse igual a todos para de alguna
manera ganar a algunos para Cristo. Entre los judíos, se volvió
judío, y entre los no judíos, quiso ser como un no judío. Hizo
circuncidar a Timoteo porque ellos iban a ir a las sinagogas.
Pero en aquel gran concilio de la iglesia que se celebró en
Jerusalén, el evangelio estaba en juego, y Pablo no permitió
que algún elemento de legalismo se introdujera en la iglesia
(como podemos ver en Los Hechos 15); por lo tanto, él se negó
a permitir que Tito se circuncidara.
Así es, que podemos apreciar, amigo oyente, que es arriesgado
establecer una serie de pequeñas reglas que no son otra cosa
que un rito por medio del cual algunos tratan de vivir la vida
cristiana. A menos que usted tenga una relación personal con
el Señor Jesucristo, todo lo demás no sirve absolutamente para
nada.
En esta epístola a Tito tenemos una buena imagen de una
iglesia del Nuevo Testamento en su realización plena en la
comunidad, como una organización. Hay personas que nos
escriben diciendo que son miembros de una Iglesia neo-
testamentaria. Pero tengamos en cuenta el control del Espíritu
Santo que existía en una iglesia de aquella época. Recordemos
el caso trágico de Ananías y Safira que murieron por haber
mentido al Espíritu Santo (como podemos ver en Los Hechos
5). Podemos imaginarnos lo que sucedería hoy en algunas
comunidades cristianas si este principio estuviera vigente en la
actualidad.
Según esta epístola que tenemos ante nosotros, la Iglesia ideal
es aquella que (1) tiene una organización bien ordenada, (2)
que tiene una buena doctrina, bien fundada en la Palabra de
Dios y (3) es pura en la vida, y está preparada para hacer toda
buena obra. Esta es la imagen de la Iglesia del Nuevo
Testamento que esta epístola a Tito nos presenta. En las
epístolas a Timoteo el énfasis recayó sobre la necesidad de la
enseñanza de la sana doctrina en la iglesia. En la carta a Tito,
el énfasis se colocó sobre la importancia del orden de Dios para
la conducta de las iglesias. En realidad, el pasaje de Tito 1:5
es la clave para toda la epístola. Dice este versículo: 5Por esta
causa te dejé en Creta, para que corrigieras lo deficiente y
establecieras ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé.
O sea, que Tito tenía que poner las cosas en orden en las
iglesias de Creta.
En el capítulo 1 Pablo dijo que la iglesia tenía que ser una
organización ordenada (como vemos en Tito 1:5). En el
capítulo 2 enfatizó que la iglesia tenía que enseñar y predicar
la Palabra de Dios. Dijo en el versículo1, 1Pero tú habla lo que
está de acuerdo con la sana doctrina. El dijo que la iglesia debía
estar doctrinalmente sólida y bien fundada en la fe. Y después,
en el capítulo 3, vemos que la iglesia tiene que realizar buenas
obras. Dijo el apóstol en 3:1, 1Recuérdales que se sujeten a
los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén
dispuestos a toda buena obra. En otras palabras, la iglesia es
salva por gracia, debe vivir por la gracia, y ha de demostrar su
fe al mundo a través de sus buenas obras.
Podríamos decir que sería muy difícil encontrar hoy una iglesia
que esté usando todos estos tres elementos, que esté
recalcando estos tres tremendos énfasis. Algunas enfatizarán
uno, y otras iglesias enfatizarán otro. Examinemos cada uno
de ellos con mayor detenimiento.
En primer lugar, la iglesia tiene que ser una iglesia ordenada.
Pablo escribió en 1 Corintios 14:40, que todo debía hacerse
decentemente y en orden. A veces uno no encuentra mucho
orden en una iglesia, y con frecuencia esta situación se debe a
que hay pocos creyentes con cargos que están tratando de
llevar todo el peso del trabajo y la responsabilidad. Esa iglesia
tiene verdaderos problemas y constituye un motivo de
sufrimiento o presión para su pastor. La iglesia ha de ser,
entonces, una iglesia ordenada, no dirigida por uno o dos
diáconos.
En segundo lugar, en muchas iglesias uno encuentra que no
hay ningún énfasis sobre una doctrina sólida, basada en la
Palabra de Dios. A causa de ello, siempre enfatizamos a los
pastores jóvenes que no deberían centrarse en edificar una
iglesia enorme ni ninguna clase de imperio. Les aconsejamos
que enseñen y proclamen la Palabra de Dios. Antes que formar
una organización compleja, con muchas instalaciones y
dependencias, deberían construir, edificar en las vidas de
hombres y mujeres. Cualquier tipo de organización que hayan
creado en una iglesia podría ser derrumbada por otros más
adelante, después de que ellos se hayan ido. Esto sería una
angustiosa experiencia para un pastor a menos que él se haya
propuesto la meta de edificar espiritualmente las vidas de los
hombres y mujeres de su congregación. Este debería ser el
énfasis de cualquier iglesia.
Finalmente, una iglesia debería estar preparada para realizar
toda obra buena. A veces algunas congregaciones colocan un
gran énfasis en la doctrina (aunque no creemos que se ponga
demasiado énfasis en ella) y descuidan el énfasis en las buenas
obras. Una iglesia debería estar comprometida en la realización
de buenas obras. Hay mucha gente que necesita a ayuda, no
solo ayuda espiritual sino también ayuda material. Tenemos
que ocuparnos en hacer obras efectivas a favor de las
personas, para ayudarlas en sus necesidades físicas. La obra
social de la iglesia a favor de la comunidad en que se encuentra
es de gran importancia. Y nos referimos también a las visitas a
los que están ingresados en hospitales u otras instituciones, en
las cuales la gente es más consciente de su soledad.
Este fue pues un breve resumen de la epístola a Tito. Algunos
que profesan ser cristianos han enfatizado el tercer capítulo,
que habla sobre las buenas obras, pasando por alto los dos
capítulos anteriores, que tratan temas de orden y doctrina.
Hasta que una iglesia funcione utilizando todos estos tres
aspectos que Pablo bosquejó, no tiene derecho a considerarse
"una iglesia del Nuevo Testamento".
A continuación presentaremos un breve bosquejo para
destacar los principales puntos de esta carta.
1. La iglesia es una organización. Capítulo 1
A. Introducción, capítulo 1:1-4.
B. Una iglesia ordenada debe tener ancianos reconocidos que
cumplan los requisitos prescriptos. Capítulo 1:5-9.
C. La mala reputación de los Cretenses. Capítulo 1:10-16.
2. La iglesia tiene que enseñar y predicar la Palabra de Dios.
Cap. 2
A. La iglesia debe enseñar doctrina sana y sólida, capítulo 2:1-
10:
B. La iglesia debe predicar la gracia de Dios, capítulo 2:11-15.
3. La iglesia tiene que realizar buenas obras. Capítulo 3
A. Las buenas obras son una evidencia de salvación, capítulo
3:1-7.
(Las obras del Espíritu Santo)
B. Las buenas obras son provechosas para el presente y el
futuro.
Capítulo 3:8-15.
Llegamos así al
Tito 1
Tema: La iglesia es una organización
Introducción
La introducción a Tito es característica de todas las epístolas
Pastorales, pero no es característica de las otras epístolas de
Pablo. Leamos el primer versículo de este capítulo 1:
"Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe
de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es
según la piedad"
Aquí Pablo se presentó como siervo de Dios. La palabra siervo
aquí realmente "esclavo". Pablo dijo que era un esclavo de
Dios. Sabemos por el Antiguo Testamento que un esclavo era
alguien que había elegido permanecer como esclavo de su amo
por el resto de su vida.
Y continuó diciendo apóstol de Jesucristo. Pablo estaba
defendiendo su apostolado. EL motivo para hacer valer su
apostolado aquí fue que él iba a dar instrucciones a la iglesia
organizada. Estas instrucciones provenían de un apóstol, el
escritor nombrado por el Señor Jesús que se estaba
comunicando con Su iglesia por medio de Sus apóstoles. La
Epístola a Tito fue una comunicación del Señor Jesús también
para nosotros.
El versículo continúa con la frase: conforme a la fe de los
escogidos de Dios. Pablo no dijo "por la fe" sino "conforme a la
fe", en otras palabras, de acuerdo con la norma o nivel de fe
que se ha fijado para los elegidos de Dios. El hecho de que
usted sea, o no salvo, está basado en lo que usted cree.
Dígame qué piensa de Jesucristo; dígame lo que usted cree
sobre Su muerte en la cruz y lo que significa para usted;
dígame lo que usted cree sobre Su resurrección y lo que
significa para usted; dígame si usted cree que la Biblia es la
Palabra de Dios. Con esta información creemos poder deducir
si usted es un hijo de Dios o no. Esta es, pues, la norma.
Conforme a la fe de los escogidos de Dios.
La frase los escogidos de Dios era la forma en que Pablo se
refería a las personas salvas. Él no estaba aquí exponiendo en
absoluto la doctrina de la elección.
Y finaliza el versículo diciendo y el conocimiento de la verdad
que es según la piedad. Estimado oyente, si la verdad que
usted tiene no le impulsa a vivir una vida de piedad, una vida
de santidad, hay algo que funciona radicalmente mal en su fe.
La verdad inevitablemente conduce a la piedad en la vida
práctica y si no es así, estimado oyente, entonces no es la
verdad.
Pablo insistió en este tema; que cuando el evangelio es creído,
conducirá a una vida de piedad, a una vida santa, porque la
gente de la isla de Creta estaba abusando de la gracia de Dios.
Ellos decían que si habían sido salvados por la gracia, eran
libres para vivir en el pecado, si así lo deseaban. Y Pablo
respondió aquí en este primer versículo diciendo que cuando la
verdad de Dios es creída, impulsará al que la cree a vivir una
vida de santidad. La gracia nos salva, pero también establece
ciertas disciplinas para nuestras vidas y nos llama a vivir en un
nivel elevado. Nadie puede usar la doctrina de la gracia de Dios
como una excusa para el pecado. Si usted piensa que puede
ser salvado por la gracia y vivir en pecado --y permítanos
decirlo con respeto y bondad-- entonces quiere decir que usted
no ha sido salvado por la gracia; es decir, que no es salvo en
absoluto. Porque la salvación por la gracia conduce a una vida
de santidad.
Bien, amigo oyente, vamos a detenernos aquí por hoy. Hemos
solamente pisado el umbral de esta epístola del Apóstol San
Pablo a Tito y, Dios mediante, continuaremos este estudio en
nuestro próximo programa. Le sugerimos que lea el resto de
este primer capítulo para que esté así preparado para nuestro
siguiente estudio y obtenga el mayor provecho posible de esta
pequeña epístola. Le invitamos pues, a acompañarnos al
reanudar nuestro viaje a través de la Biblia, en esta ocasión,
por las páginas del Nuevo Testamento.

Tito 1:2-7
El día de hoy, amigo oyente, volvemos a la epístola del Apóstol
San Pablo a Tito. Aparentemente, Pablo y Tito habían estado
juntos en un ministerio realizado en la isla de Creta (como
vemos en Tito 1:5). No sabemos cuánto tiempo permanecieron
allí. A medida que recorramos la epístola aprenderemos algo
sobre la gente que vivía en esa isla. Por cierto, Pablo no tenía
un buen concepto de ellos. El apóstol evidentemente salió de
allí para ir a otro lugar y entonces escribió esta carta para Tito,
dándole instrucciones sobre lo que tenía que hacer como joven
predicador que era, mientras se quedara en Creta. Estamos en
el primer capítulo, versículo 1, cuya lectura vamos a repetir
para situarnos en el contexto de nuestro pasaje
correspondiente al día de hoy.
"Pablo, siervo de Dios y apóstol de Jesucristo, conforme a la fe
de los escogidos de Dios y el conocimiento de la verdad que es
según la piedad"
Aquí Pablo se presentó como siervo de Dios. La palabra siervo
aquí realmente "esclavo". Pablo dijo que era un esclavo de
Dios. Sabemos por el Antiguo Testamento que un esclavo era
alguien que había elegido permanecer como esclavo de su amo
por el resto de su vida.
Y continuó diciendo apóstol de Jesucristo. Pablo estaba
defendiendo su apostolado. EL motivo para hacer valer su
apostolado aquí fue que él iba a dar instrucciones a la iglesia
organizada. Estas instrucciones provenían de un apóstol, el
escritor nombrado por el Señor Jesús que se estaba
comunicando con Su iglesia por medio de Sus apóstoles. La
Epístola a Tito fue una comunicación del Señor Jesús también
para nosotros.
El versículo continúa con la frase: conforme a la fe de los
escogidos de Dios. Pablo no dijo "por la fe" sino "conforme a la
fe", en otras palabras, de acuerdo con la norma o nivel de fe
que se ha fijado para los elegidos de Dios. El hecho de que
usted sea, o no salvo, está basado en lo que usted cree.
Dígame qué piensa de Jesucristo; dígame lo que usted cree
sobre Su muerte en la cruz y lo que significa para usted;
dígame lo que usted cree sobre Su resurrección y lo que
significa para usted; dígame si usted cree que la Biblia es la
Palabra de Dios. Con esta información creemos poder deducir
si usted es un hijo de Dios o no. Esta es, pues, la norma.
Conforme a la fe de los escogidos de Dios.
La frase los escogidos de Dios era la forma en que Pablo se
refería a las personas salvas. Él no estaba aquí exponiendo en
absoluto la doctrina de la elección.
Y finaliza el versículo diciendo y el conocimiento de la verdad
que es según la piedad. Estimado oyente, si la verdad que
usted tiene no le impulsa a vivir una vida de piedad, una vida
de santidad, hay algo que funciona radicalmente mal en su fe.
La verdad inevitablemente conduce a la piedad en la vida
práctica y si no es así, estimado oyente, entonces no es la
verdad.
Pablo insistió en este tema; que cuando el evangelio es creído,
conducirá a una vida de piedad, a una vida santa, porque la
gente de la isla de Creta estaba abusando de la gracia de Dios.
Ellos decían que si habían sido salvados por la gracia, eran
libres para vivir en el pecado, si así lo deseaban. Y Pablo
respondió aquí en este primer versículo diciendo que cuando la
verdad de Dios es creída, impulsará al que la cree a vivir una
vida de santidad. La gracia nos salva, pero también establece
ciertas disciplinas para nuestras vidas y nos llama a vivir en un
nivel elevado. Nadie puede usar la doctrina de la gracia de Dios
como una excusa para el pecado. Si usted piensa que puede
ser salvado por la gracia y vivir en pecado --y permítanos
decirlo con respeto y bondad-- entonces quiere decir que usted
no ha sido salvado por la gracia; es decir, que no es salvo en
absoluto. Porque la salvación por la gracia conduce a una vida
de santidad.
Bueno, sigamos ahora considerando lo que dice el versículo 2,
de este capítulo 1 de la epístola a Tito:
"En la esperanza de la vida eterna. Dios, que no miente,
prometió esta vida desde antes del principio de los siglos"
La idea aquí es descansar en la esperanza de la vida eterna. En
esta carta a Tito veremos que Pablo habló de gracia en tres
tiempos. En el capítulo 2 de esta epístola a Tito, comenzando
con el versículo 11 hasta el trece vemos los tres tiempos:
donde dice: porque la gracia de Dios se ha manifestado para
salvación, nos habla del pasado. Luego, en el versículo 12
leemos: y nos enseña - lo cual nos habla del presente. Y
después, en el versículo 13 tenemos el futuro, cuando dice:
mientras aguardamos la esperanza bienaventurada. Esta es la
esperanza de la cual Pablo estaba hablando, y él dijo que
teníamos que descansar en esa esperanza.
Dice aquí en el versículo 2, Dios, que no miente. Esta esperanza
fue prometida por Dios que no puede mentir. En Romanos 3:4,
Pablo escribió: ¡De ninguna manera! Antes bien, sea Dios veraz
y todo hombre mentiroso.
Creemos que a veces nosotros los creyentes casi hacemos de
Dios un mentiroso por la forma en que vivimos. Decimos que
creemos algo cuando en realidad no lo creemos, y actuamos y
nos comportamos como si no lo creyéramos. Pablo dijo que
Dios no puede mentir.
Siempre nos ha gustado la idea de predicar algún sermón
basándonos en las cosas que Dios no puede hacer. Y ésta es
una de ellas: Dios no puede mentir. ¿Sabía que, por ejemplo,
usted puede ver algo todos los días que Dios nunca ha visto?
Sí, amigo oyente, así es. Usted ha visto a un semejante. Dios
en cambio, nunca ha visto a un semejante. Ahora, ¿por qué
Dios no puede mentir, mientras que nosotros sí podemos
mentir? Bueno, usted puede hacer algo que Dios no puede
hacer. Es que Dios debe ser verdadero para sí mismo. Él es
santo, y Él es justo. Esta es Su naturaleza, y hay ciertas cosas
que Él no puede hacer debido a esa naturaleza Suya. No es
porque le resulte imposible hacerlo; pero como Dios es
verdadero con Su propia naturaleza, no puede hacerlo. Él es
justo y nunca engaña. Es Alguien en quien podemos confiar.
Luego, el Apóstol Pablo continuó diciendo en este versículo:
Prometió esta vida desde antes del principio de los siglos. O
sea, que esta promesa fue hecha allá en la eternidad.
Continuemos leyendo el versículo 3:
"Y a su debido tiempo manifestó su palabra por medio de la
predicación que me fue encomendada por mandato de Dios,
nuestro Salvador."
Aquí a su debido tiempo, significa en el momento apropiado
dentro de Sus planes. Dios actúa de una manera ordenada en
todo lo que hace. Es por eso que Dios hace que el árbol dé su
fruto en la primavera, y esos hermosos brotes no saldrán
cuando caigan los primeros copos de nieve; el fruto espera
hasta que llegue la primavera.
Y así la frase se completa diciendo: a su debido tiempo
manifestó su palabra por medio de la predicación. La palabra
que aquí se traduce como "predicación" proviene del Griego
"kerux", que significa "heraldo" o "trompeta". Y una trompeta
se utilizaba en aquellos días para hacer una proclamación, un
anuncio. Si algún gobernante tenía que comunicar alguna
proclamación, salía un trompetista, hacía sonar una trompeta,
y entonces se efectuaba el anuncio. Y esta es la idea que se
expresa aquí. Pablo estaba diciendo que Dios, en el momento
correcto y oportuno manifestó su Palabra por medio de una
proclamación. Y después añadió que se le había encomendado
proclamar la Palabra por mandato de Dios nuestro Salvador. Y
continuó diciendo en el versículo 4 de este primer capítulo:
"A Tito, verdadero hijo en la común fe: Gracia, misericordia y
paz, de Dios Padre y del Señor Jesucristo, nuestro Salvador."
Aquí dice que Tito era verdadero hijo. Pablo había conducido a
Tito a un conocimiento salvador del Señor Jesucristo. Tito era
el hijo espiritual de Pablo.
Y continuó diciendo en la común fe. La fe común era la fe que
era compartida por todos, la fe que todos los creyentes debían
tener. Era una fe viva en el Señor Jesucristo.
Luego, él le dijo a Tito: Gracia, misericordia y paz, de Dios
Padre y del Señor Jesucristo, nuestro Salvador. La gracia de
Dios había aparecido y, por lo tanto, Dios extiende Su
misericordia hacia nosotros hoy. Yo no sé en cuanto a usted,
amigo oyente, pero nosotros necesitamos usar mucho de la
misericordia de Dios, y nos sentimos agradecidos porque Él es
bueno con nosotros y no nos trata según nuestra terquedad y
desobediencia. Él simplemente ha sido bondadoso con
nosotros. Después se mencionan aquí la gracia, misericordia y
paz. La paz es la posesión presente del creyente, pero también
hay una paz que vendrá cuando venga el Príncipe de Paz, Y
todo ello proviene de Dios Padre y del Señor Jesucristo, nuestro
Salvador.
Llegamos ahora a la primera subdivisión de este capítulo 1, que
hemos titulado:
Una igleisa ordenada debe tener ancianos reconocidos
que cumplan los requisitos prescritos
Este es un título largo, pero pertenece a una sección muy
importante de la Biblia, que se extiende desde el versículo 5 al
9. Leamos entonces el versículo 5 de este primer capítulo:
"Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieras lo
deficiente y establecieras ancianos en cada ciudad, así como
yo te mandé."
El Apóstol Pablo había dejado a Tito en Creta para que
organizara a las iglesias locales con ancianos como sus líderes
espirituales. Ahora, en primer lugar queremos considerar esta
isla de Creta. Es una de las islas más grandes del Mar
Mediterráneo. Había mucho de mitología y de tradición
relacionadas con esta isla, como es también el caso con todas
las islas griegas. Según la tradición, fue Minos el que primero
les dio las leyes a los cretenses. Él había conquistado los piratas
del Egeo que allí se encontraban, y estableció una flota.
Después de la guerra de Troya, las ciudades principales de la
isla, se constituyeron a sí mismas en varias repúblicas, la
mayoría de ellas independientes. Creta fue anexionada al
Imperio Romano en el año 67 AC. Estas ciudades principales
eran Cnosos, Sidonia, y Gortyna. Y aparentemente había
iglesias en todos estos lugares. Pablo pareció haber realizado
una obra misionera muy efectiva en esa isla, aunque no
tenemos ninguna información al respecto en la Biblia. En
realidad no tenemos ninguna prueba absoluta de que, antes de
su viaje a Roma, él hubiera ido alguna vez a la isla de Creta.
Pero por la información que se nos dio en esta breve epístola,
nos inclinamos a creer que él estuvo allí y dejó a Tito para
organizar las iglesias que fueron fundadas por él y por Tito.
Ahora, Creta era evidentemente un lugar bastante malo y las
personas no parecían ser muy buenas que digamos. Pablo no
dijo cosas muy buenas acerca de ellas. Dijo que eran
mentirosas, y esa era sin duda alguna la característica por la
que se destacaban en aquellos tiempos. Había una palabra en
Griego, "kretizien" que significa "hablar como un cretense" y
era sinónima de ser un mentiroso. Uno de sus propios poetas
escribió lo siguiente: "Creta, que mantiene cien ciudades, no
puede negar esto aunque se haya entregado a la mentira".
Aunque los cretenses eran conocidos como mentirosos, y Pablo
tendría otras cosas elogiosas que decir sobre ellos, muchos de
aquel pueblo se entregaron al Señor, y Pablo le escribió a Tito
para que organizara sus iglesias.
Por ello le encargó lo siguiente: que corrigieras lo deficiente y
establecieras ancianos en cada ciudad. El don de un anciano es
un don de hombres a la iglesia. El mero hecho de colocar las
manos sobre la cabeza de algunos hombres, y por cumplir
algún rito, no los convertirá en ancianos. Pero creemos que es
importante hacerlo con hombres que tienen el don de ancianos.
Ahora, creemos que las iglesias en Creta tenían ancianos, pero
ellos nunca habían sido reconocidos oficialmente o separados
para ese ministerio. Eran hombres que tenían el don de
supervisar las iglesias y estaban ejercitando ese don sin tener
la autoridad para ello. Tito tenía que nombrar ancianos.
Estableciéndolos en cada ciudad.
Y Pablo añadió así como yo te mandé. Es decir que tenía del
apóstol un mandato expreso de nombrar ancianos en aquellas
ciudades.
Un hombre que ejerce el oficio o ministerio de un anciano
debería tener el don para ser anciano. Hay ciertas personas
que son nombrados para cargos en la iglesia y que no tienen
en absoluto el don para desempeñar esas responsabilidades.
Ese podría ser un problema en muchas congregaciones en la
actualidad. Y esa sería la mitad del problema; y la otra mitad
sería que hay hombres buenos que tienen el don y no son
nombrados para ejercer esa responsabilidad en la iglesia. Y
como resultado, algunas iglesias no están siendo dirigidas por
las personas adecuadas, por lo cual pueden surgir toda clase
de problemas.
Ahora el apóstol procedió a presentar los requisitos para los
hombres que tenían que ejercer ese cargo. Leamos el versículo
6 de este primer capítulo de la carta a Tito:
"El anciano debe ser irreprochable, marido de una sola mujer,
y que tenga hijos creyentes que no estén acusados de
disolución ni de rebeldía."
Comenzó diciendo que debe ser irreprochable. No quiere decir
que esa persona tenga que ser perfecta, sin pecado. Significa
que cualquier acusación que se puede hacer contra ella no sea
cierta. Su vida debe ser intachable.
Cuando alguien puede señalar a un cargo de la iglesia y
acusarlo acertadamente de deshonestidad, entonces la causa
de Cristo es perjudicada y tal persona no debería continuar en
ese ministerio de la iglesia.
Además dijo que debía ser marido de una sola mujer, y que
tenga hijos creyentes. Si un hombre no puede guiar a sus
propios hijos al Señor, no debería ocupar un cargo en la iglesia.
En este punto no queremos ser mal entendidos. Reconocemos
que hoy en muchos hermosos hogares cristianos hay un hijo o
una hija que está lejos del Señor y que no muestra evidencias
de una educación piadosa. Un hombre puede ser una buena
persona, un hombre piadoso que tiene un buen hogar cristiano,
y que no es culpable de nada que cause que ese hijo o hija
permanezca alejado del Señor. Pero él no debería ocupar un
cargo de responsabilidad en la iglesia. Como responsable de la
iglesia, podría ser llamado para emitir un juicio sobre alguna
otra persona. Esa persona, a su vez, podría preguntarle: "¿Y
qué me dice de usted? ¿Qué puede decirme de su hijo, o de su
hija? ¿Qué derecho tiene usted para llamarme la atención?" Así
que, por la causa de Cristo y por el bien del cargo mismo, un
responsable de la iglesia debe tener hijos creyentes y
obedientes.
Y finalizó diciendo el apóstol que no estén acusados de
disolución o de rebeldía. O sea, que no puedan ser acusados
de libertinaje, de llevar una vida de vicios o costumbres
relajadas. En cambio, deberían preocuparse en vivir una vida
que traiga honra y gloria al Señor Jesús, y en proclamar Su
palabra. Y en el versículo 7 de este primer capítulo, Pablo
añadió:
"Es necesario que el obispo sea irreprochable, como
administrador de Dios; no obstinado, no iracundo, no dado al
vino, no amigo de contiendas, no codicioso de ganancias
deshonestas."
Esto es muy práctico. Un obispo (o anciano) no debe ser
obstinado, porque es un administrador, un mayordomo de
Dios, así como un representante de la gente. El está en la
iglesia para encontrar y hacer la voluntad de Dios.
No iracundo significa no susceptible. Es decir, que no debe ser
una persona que se enoja con toda facilidad.
También se incluye en la lista no codicioso de ganancias
deshonestas.
Estas tienen que ser las características de un "obispo". Como
hemos dicho anteriormente, anciano u obispo son términos
sinónimos. La palabra "anciano" (presbuteros) se refiere al
individuo, y tenía que ser una persona madura, tanto física
como espiritualmente. Un "obispo" (episkopos) era un
supervisor; el gobernaba la iglesia. Por lo tanto, esta palabra
se refería al oficio, al cargo, a la posición pública. Pero una
iglesia nunca debía tener a un solo hombre nombrado como
obispo o anciano. Siempre había varias en una iglesia.
Ha habido algún desacuerdo sobre si ya había ancianos en las
iglesias de Creta y Tito tuvo que ordenarlos, o si más bien no
había ninguno y Tito tuvo que nombrar a algunos. Si se trataba
de este último caso (que no creemos que fuera), entonces
pensamos que las iglesias habrían tenido que estar de acuerdo
con los hombres que Tito nombrara, Sin embargo, esta no era
la cuestión principal, y no debería ser el asunto más importante
en las iglesias actuales. El énfasis de Pablo recaía sobre los
requisitos personales del hombre para desempeñar esa
posición en la iglesia.
Estimado debemos terminar aquí por hoy, pero le invitamos a
acompañarnos en nuestro próximo estudio y le sugerimos que
lea el resto de este primer capítulo de esta carta de Pablo a
Tito, para familiarizarse con su contenido.

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