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Dashiell Hammett, William R. Burnett, Raymond Chandler, James M.Cain, Horace Mc Coy CUENTOS DE LA SERIE NEGRA ta. 125 - 134 Muerto Homare {one Seleccién ¥ nota preliminar Ricardo Piglia | a i i fe 4 { [ql CENTRO EDITOR DE AMERICA LATINA LA NUEVA BIBLIOTECA de su Luger. Al principio crefmos que el tipo habia matado @ propdsite a Mardonne, pero el chico ru- bio dice quo no; que tropezé en la puerta al en- trav... {Inflernos! No nos gusta que usted haya andado a tiros, ya que es de otra ciudad, pero un hombre debe tener el derecho de protegarse con- tra las armas llegales. —Estén el fiscal y ¢l médico forense —dijo Ma- llory—. {Qué dirén ellos? Me gustaria volverme a mi cludad tan limpio como vine. Cathcart fruncié el cefio y se mordié el pulgar como si quisiera hacerse dafo. —Al médico forense no le importa nada esa ca rrofa. Si el fiscal quiere hacer escéndalo, le con- tard ia historia de algunos casos que sul oficina no aclaré muy bien. Mallory tomé ol bastén, se apoyé en él y se incorpord. —Tienen ustedes un buen departamento policial —dijo—. No creo que tengan muchos criminales en esta ciudad. ‘Se acercé hacia Ia puerta. El capitan le pregunté: —iSe vuelve a Chicago? Mallory se encogié de hombros. Es posible que me quede —contest6—. Uno de los estudios me ha hecho una proposicién. Es para que me dedique a vigilar a los chantajistas de las estrellas. El capitin sonrié alegremente. —Espléndido —dijo—. Eclipse Films es una com- pania muy buena. Siempre se han portedo bien conmigo... Es un trabajo fécll el que le encar- gan, No va a verse en ninguna dificultad. Mallory asintié solemnemente. —Trabajo liviano, jefe. Casi afeminado, si es que me entiende usted. Salid de la oficina y tomé el ascensor. Una vez en la calle, llam6 a un taxi y se arrelland en al asiento. Mientras volvia a su hotel, se sentia dé. bil y atontado. 124 James M. Cain * Hombre muerto 1 Nots que el tren frenaba y sabia lo que eso significaba, Un instante después, desde arriba, cerca de la locomotora, llegd el canto del detecti- ve del ferrocarril: "Abajo, muchachos, abajo”. Los vagos comenzaron a largarse. Alcanzaba a ofrlos afuera en la oscuridad, maldiciendo mientras el tren continuaba su marcha. Eso era lo que siem- pre ocurtla en esos cargueros: dejaban que los Vagos subleran en las playas, sin hacer alli es-, fuerzo alguno para echarlos porque hubiese sig. nificado jugar tontamonte a las escondidas entre dos 0 tres detectives y doscientos o trescientos ‘vagos que hublesen vuelto @ trepar en cuanto los detectives los hubieran ahuyentado. Preferian de- Jar tranqullos a los vagos hasta que el tren hubie- ra_marchado por varlos kilémetros; entonces se redueia Ie velocidad del tren lo suficiente para que los hombres so largaran, pero no tanto como para que pudieran volver a subir. Luego 6! detec tive recorria la linea alejéndolos, como quien sa- cude las orugas que estén en una ramita. En un par de minutos estarian todos abajo, una multi tud de hombres amargados en un lugar solitari poro siempre maldecian, siempre parecian sor- rendidos. + James Mallahan Cxin ngcts on 1802 tyabajaba como pe: riodista on el American de’ Baltimore cuando el crite Hoty Mencken ie acansejé. ele se desiosra ofa Iteratura.y 10 Tecomondd 8 J.T, Soave En 1994 publies au primera novela, EPeortora oma doz veces, que os lo melor do su obra. Se stacan también ‘Dobia intimided (1838) y "Une sarenato asm) 125 Se agazeps en el ténder y esperd. No habia trepado @ un tren comin ni @ un refrigeredor con log otros, alla en la playa de Los Angeles, por ten- tadora que fuese ese comodidad. No hacia mucho que Vagaba y atin no lo gustaba mezclarse con los otros vagas ni admitir que fuera uno de ellos. ‘Ademés, no podia dosechar la idea de que era mas astuto que los otros, de que actuando solo podria idear alguna trota magnifica que derrotara fal detective, lo que, aun on ese oficio innoble, le daria una’sensacidn do aptitud, de ser capaz de realizarlo, So habia Infiltrado en el ténder no a pesar de las Incomodidades sino por ollas; era negro y le darfa la probabilidad de ocultarse, y el detective, al no esperar encontrarlo alli, tal vez fo pasara por alto, Tenia diecinueve afios y estaba orgulloso del apodo que le habian dado en la sala de epuestas de su pueblo natal. Lo llamaban Luc ky (Afortunado) ‘—Abajo, muchachos, abajo. Tres se largaron del vagon tanque que tba ado- lante y el detective pasd al ténder. La luz de la linterna dio un giro y Lucky contuvo el aliento. Se habia acurrucado dentro de uno de los tres. con ductos que servian para descargar el carbén. La treta dio resultado. Es0s vonductos eran poligro 808, porque si se acertaba a plsar dentro de uno de ellos y el fondo se abria, uno cata bajo el tren. El detective no desed correr riesgos. Primero en: cendi la linterna y luego se tomo de un lado del ‘tender mientras pasaba sobre los conductos. Cusn- do liegd al ultimo, en el que se escondia Lucky, Jirigid desculdadamente el haz de luz, que no tlu- min6 bien el agujero, de modo que ho vio nada. Pas6 por encima y siguid hacia el furgén cubierto que venia detras, repitiendo su canto; hubo mas maldiciones, mas’pies que resbalaban sobre el ba- lasto Junto ‘a los rieles, Pronto el tren cobré ve~ locidad. Eso significaba que el detective habia Ile ado al vagén de cole, que ya no quedaban vagoe en el tren. 126 Lucky se incorporé y mir6 a su alrededor. No so vela nada, salvo los puestos de sandwiches de salchicha a lo largo de la carretera, pero era agra- dable lovantar la cabeza, dejar que’ el viento azo- tara el pelo y poder pensar que so haba sido mas listo que el detective. Cuando el ruido de los Fieles se torné mas lento y al frente 8 empoza ron a divisar las luces de una estacidn, volvid a agazaparse y se deJé caer en el conducto. Tan pronto como las luces empezaron a percibirse por el costado del tren, Lucky se aferré de la parte fopuesta del conducto: eso era algo que habia faprendido, la manera alocada con que ponien los frenos en esos cargueros. Cuando el tren se de- tuvo con un glmiente sacudén, Lucky estaba pre parado y no se golped, Son6 la campana, la loco- motora se separ6 y hubo un intervalo de’ silencio, Eso significaba que habfan dividido al tren y que agregarian més vagones. Pronto reanudarian la —lAlal {Conque escondiéndote de mi, eh? La linterna iluminaba desde el furgén_cubierto. Lucky dio un respingo, se tomé del lado del tender y salt6 por encima, Cuando cayé sobre el balasto el impacto le causé dolor en los tobillos y vacilé hasta poder hacer ple. El detective se lanzé tras de él y Io aferré. Consigul6 zafarse y corrié junto fa los ‘icles, hasta mds alld del vagon de cola, hacia la osciridad. El detective lo seguia, pero era lun hombre grande y comenz6 a perder terreno, Lucky ya estaba lejos cuando de repente su pie tropezé con la berra de un camblavias y cayé de cara, sin resuello por Ia violencla del golpe. EI detective no lo aferré esta vez. Le descargé una endanada do puntapis, —Esconderte de mf, eh? Te trato bien, te doy tuna oportunidad, y td te escondes, Te ensefaré 2 esconderte de’ mt. Lucky traté de ponerse de ple, pero no pudo. Fue levantado en vilo y arrastrado por la via. Hizo —— fuerza hacia atrés pero no consiguié afirmarse. Se dojo caer sentedo y se atrinchers hundiendo los ta Tones, EI detective lanzaba puntapiés y tironeaba, ‘enfurecido. Lucky busc6 algo de Io cual aferrarse Su mano se asid del riel, El detective se la piso on fuerza, Lucky la retiré sintiendo un gran dolor y volvié a buscar algo. Esta vez sus dedos se ce- fraron sobre una barra que. sobresalia cuatro 0 Cinco centimetros de una traviesa, El detective tl Foned, la barra salié del agujero y Lucky debié reanuilar su corrida involuntaria. —jSuélteme! {Por qué no me suelta? —iVamos! ZEsconderte de mi, eh? ;Te ensefiaré ‘a esconderte do Larry Nott! —jSudlteme! jSuélteme. Lucky hizo fuerza hacia atrés, se apoyd en los tacos y consigulé detenerse. Luego todo su cuer- po parecié encogerse como un resorte y se solté bh una ombestida convulsiva e impetuosa. La ba- Fra, atin en su mano, cay6 sobre la cabeza dol de- tective, que queds destrozada. Lucky permaneci6 de pie, mirando un bulto oscuro e informe tendido a través de los rieles 2 Mientras se apresuraba a lo largo de los ticles: tomé conciencia de la barra; le dio un envion y oy6 el ruido que hizo al caer al agua de la zanja, Pronto comprendié que sus pasos sobre las tra- viesas eran telegraflados por el riel, por lo que ‘se sumergié para cruzer ta zanja y llegar a la ca Fretera. Allf reanudé su répida marcha, tratando de no correr, Poro cada vez que se acercaba un fautomovil, stis ples parecian vacilar y su aliento Gosaba por un instante y luego continuaba en un Jadeo, mientras escuchaba para saber si se doto- inia, Liegd a una enorucijada y giré répidamente a {a dérecha. Alii se permitié corer, porque la calle 128 no estaba tluminada como la carretera principal ho habia, muchos caches. La carrera lo cansaba, pero aliviaba la sonsacién desagradable de su es: {5mago. Legs 2 una softal que le tnformeba que tos Angeles estaba 227 kilémetros eu lquler- da, Giro, caming, cori, 36 agaché algunas veces Indanns, porn descanaa, Bosna den rato com: prendlié por qué debla llegar a Los Angeles, y tan brent, Lois popular aia Ia ta on punto. Debia ester, en la misma olla, popular Bonde habia’ cenado, para que parectera que nun- case habia marchado ‘Cuando se apagaron ‘las luces y 6 hizo com pletamente' de’ lay de la manora repentina en que 0 fenomeno ocuire on California dol Sur, Lucky Gataba on la cluded y tn reloj te infarmé quo eran Tas cinco diez. Penae ave tania kiompe, Cont de pies cast arrastrados. * fete ee ran las slote menos diez euendo legs a Ia olla popular y répidamente paeé frente a la puerta Doseaba estar en el ultima puesto de Ta fla pore poder hablar unas palabras con Shorty (Cortito). Slhombre que. servia la sopa, sin empujones Im paclenten do los otros ni grunidos para que clr eulera. Shorty to recordaba, —2/Gn aqut? Ain aqui. res ‘Voces seguldas, Carambe, deberfan co brarte por mes wTPensé que no estaras Por que? Es domingo, no? —jDamingo?. bespiorta. Es sdbado, —{Sabudo? Estée bromeando. —Bromeendo un rabano. Hoy es eébado, y un importante on esta chidad, ademds. ‘Un dia es (gual a otro pare mi. =si —No hhoy. Hay una procesién —Los de una capilla. Eso es gratis. Bueno, corresponde a mi apodo, Lucky. —Mi nombre es Shorty, pero mido més de un metro ochenta —Nada que ver conmigo. Yo realmente tengo suerte, — {Estée seguro? —Por ejemplo, para conseguir un buen pedazo de carne. —Yo no te he dado carne. iY no vas a darmela? —Pasame pronto tu plato. Que no te vea nadie. Gracias —Esté bien, Lucky. No te plerdas la procesién. —Seguro que no. Se senté con los otros a la tosca mesa, hunk su pan en la sopa y traté de comer pero su ger- ganta se contraia por la excitacién y le costaba mucho esfuerzo. Haba conseguido lo que deseaba de Shorty. Habia fijado. el dia, y no sélo el dia sino le fecha, porque serfa la misma fecha de la gran procesién, Habla fijado su nombre con una pequefia treta, Shorty no lo olvidarfa. Su garganta se aflojé y pudo devorar el trozo de came. Corea de Ia olla popular vio carteles: "Farmacia Lincoln Park”, "Cafeterfa Lincoln Park” —1Por dénde se va al parque, amiguito?—. Si se trataba de un gran parque, tal vez hallara un prado donde tenderse y descansar sus fatigadas plernas, —Dorecho, lo vers. Habia un cerco alrededor pero encontré un por- tal, lo abrié y entr6. Frente a él vio un prado, peto el suelo estaba htimedo por una corriente di agua que lo atravesaba. Cruzé un puentecito, si gulé un sendero. Llegs @ un establo y atisbs, Es taba vacio pero el suelo se vela abundantemen- te cublerto de heno fresco, Entr6, bused un rin c6n oscuro, se tendié bajo el heno y corr los ojos. Por un instante todo desaparecié, salvo la 100 calidez, of descanso, la comodided. Pero luego algo comenz6 a rondar por sui mente: ;Dande habla ps Sado Ia noche anterior? Donde diefa que habia pasado ie noche anterior? Wate. de pon pore fo se lo ocurla nade. Hublera dicho Aus a Habla Pasado donde pasara la noche anterior pero no le Fabia pasado en Los Angeles, sina on Santa Bie Sera, y habia legado por a mafana gn un camion Nunca’ habia pasade ‘una noche en Los Angeles No conocia Tos lugares. No tenia respuestas para Jas preguntas que lo eataben golpeande comes fesen mandarris: “7Qué es e907 {Dande dice que estuvo? “En un tugurio, “ “ZOue tugurio} “No presié atencién al nombre. Era simplemen: teu tugurio, “ZDénde edaba ese tugurio? “No 6 donde quedaba. Numea he estado antes on, tos Angeles. No conozco los nombres dels Cémo es x0 tugurio? Goma. un tuguro, “Vamos, déjese de decir tonterias. ,Cémo ora se tugurio? zNo tiene ojos, no sabe decir come 8 esto lugar donde ests ahora? Z0ué esurre, ne sabe hablar?" Algo aferr6 ou brazo y sintis que Jo levantaben Algo-de une fuerza terible Io sostenta yo clavabs Pot al clre, So esforzé por liberarse y Iuego. fue Aopositada ‘sobre sus plow y liberado. Se volvie, aterrorizado, Alll's6.encontraba un olefante, explorando sus ropas, con la trompa. Supo entonces que habla os. tado durmiendo, "Pero cuando, retrovediO,chocd contra otro clofante. Se desliz6 entre tos dos’ ant males, vio aun otro en eu! camine hacia la puerta, Gue ‘estaba apenas’ entreablerta, Aluora, ala us del sol, camind de regreso_a través. del puenteck to y vio fo que no habia notado antes: corrales con | i venados, avestruces y cameros de grandes ouer- vena e que le hizo comprender que habia dado nos: IP Zool6gica. Eran mas de las cuatro. de le cor ettye mode que deblé de haber dormido un fare fempo en el heno. Alli era donde habia pe pus ia noche, “En el lugar de los eléfantos en Lincoln Park "4cémo? “Ahi. En el lugar de los elefantes. {Qué patrafia es esa? “Alinguna patrafia, Estuve en ef lugar de tos ele- fantes ‘Con los elefantes? “Eso 08. {Como se meti6 alli? Eniré. La puerta estaba ablerta, “yEntré, vio los elefantes y se acosté con ellos? “Pensé que eran cabellos, “pPensé qué los elefantes eran eaballos? ~Estaba oscuro. Me mati bajo el heno, No supe que eran elefantes hasta la manana, "Como es que fue a parar a ese lugar? “Salt de la olla popular y en un par de minutos llegué el parque. Entré, buscando alain pasto $0- bre al cual tendermo. Entonces llegué @ ese jgar, aque me perecid un establo, miré, vl el heno y entré. STY no le dieron miedo los elefantes? -Eetaba oscuro, como le dije, y los of, comer hen pero pensé que serian caballos, Estaba can Sado y desbaba un lugar donde dormlr “yLuego, qué? “Luege, cuando amanecié y vi los elefantes, sali corriendo. MNO se dio cuenta por el olor de que eran elefantes? “No noté ningdn olor. “;Cuantos elefantes habia? “Tres.” 192 ee 3 Se auitaba hojas do heno de sus pantalones ve queros, Hablan sido bastonte nuevas, pero ahora SStaban hesres con ef tzne del tender. Be pronto au coSr cing ina serenely ifvedls" tes ‘preguntas ‘comenzaban de" nucy 1 golpesbanciesravesaban el garebro = “,De donde viene ese polvo de carbon? No a8, Loe corgueroe, supengo. {No sabe que nunca Sa tragporta carbén a to farto det estado? {No sabe que aqul 8610 30 tea gee came eumbuatbie? ZN fabs due en eels taeda Sig's recite un eno de. carbon, 9 e80 por un pedido equivocado? ,No sabe que ese va- fin ora part dal tren en ef quo lobe este de Eien mata he Se a Yas le una vez, {DE DO! 2 digete don NDE VEN” Est: POL “oars de eg vaqueos nstténamonte se convirts on une absoalon Le paresis quo ie gente fo mirabe en la calle, que adverta el polvo de car Som: Cun abpareka Kists que $i posers pare corre Iuoge'' Ine dreguerios'y Yoletorear 0 la pest y ider gue’ combats Ge varie pater Ere come 2003 Suotioe quo a vecos tana, on los que ceminabe Sesmudo“onteo mutios, ‘salvo. que este no era tin suofo'y 61 no- estaba desnudo sino. que ucie aoe vegugros, es08 vequoros dolsiores tan sucios da'polve de carbon, Aproté las mans, tuvo un mo tanto do torso. doncentracion y 86 encemind & Une hateclon de servic. Eola at TYGUs probebiidedes hay de conseguir un acto 8 hay de conseguir un tre Plague, ype qué no? Ao nevostto @ nal, Beato era tea razén, 139 1 duofo fovants la cabeza, —z0ué tale es el su Lucky se lavé en un grlfo que habia en un patio posterior del negocio y luego 20 cambio alll on Re cajas apiladas y eajones. El eomorciante le dio tha etme blaeay pantalones, lancos, une coro to una muda do gittesa ropa interior y un par de SEpatos para que cambiara sus gastedos zapatones ePface bastante irlo por las noches hora, La ro a intorior guess €8 melor : —Muy bien. Muy aoradecldo: “Puede envolverle estas otras ropas. Noes quiero. zPuodo trarlas usted? TEetan bastante suctes Muy sucles SZNo las necesita? cho Su corazén 0 ostremecié cuando ol hombre dojo. ocr la pila en un brasero para restduos y sbted tn fosloro e unos papeles «que estaban en Sffondo- En unde pocos minutos los vaqueras y to- dovlo demés que habia usado fueron centza. sigulé al hombre. al negocio. Muy bien, equ etd ia cuenta, pongo todo en la cuenta y no le Sobro mas quo @ los otros. Son sels dolares con fovonta y ocho centavos, y iuego se carga un délar por servicios. " ‘Todos rioron. Pensé que. los “serviclos” eran tun rocargo para cubrir of crédito. —Esta muy bien io que se carga por sorvicios. El duoto dud6, Bien, sete noventa y ocho. No cargamos ‘servicios “Gracies —Trate de mantoner impos. tos pantlones blangos hasta el lunes por la manana, ioe culdaré, Hasta el sabado por la noche —Aules. Gutando estuvo en la calle mets ta mano en el bofsllo, novo. que! habla algo y 10, sac6._ Era un bl Tigte de un dolor Entonces entendié To de los "ser 196 vicios” y la risa de los mexicanos, Volvi6, bess el billete de un délar, e hizo un alegre saludo den. tro del negocio, que le fue devrelto por todos. Viajé en un tranvia hasta la estacidn de servicio del senor Hook, fue rechazado para ol trabajo, y tomé un tranvia de regreso, Montalmente. trataba de controlarlo todo. Poseia una coartada, fantaist a y probable. Por lo que podia recordar, en el tren no lo habia visto nadie, ni siquiera los vagos, porque se habia mantenido apartado de ellos en las playas y no habia hecho nada para atraer la atencion de nadie. Los vaqueros estaban quema- dos y poseia una historia para explicar los pant Jones blancos, Incluso parecia muy bueno ese asunto con el sefior Hook, porque era poco proba. ble que quien hublese cometido un asesinato se esforzara mucho por conseguir un empleo. Pero las preguntas acechaban, prontas a asaltar- lo, por mucho que 6! controlara todo, Vio un car. tel que ofrecia “5 platos por 35 centavos”. Aun le uedaban noventa centavos y entré, pidid una cos- tilla y papas fritas, el suefio del hambriento, Co- mi6 y puso diez centavos de propina bajo el plato. Pidié cigarrillos, encendié uno © inhalé el humo. Se puso de pio para marcharse, Habia un periddi- 0 sobre una mesa, Quedé helado al jeer el titular: rol NOTT, DETECTIVE FERROVIARIO, MUER- 4 En Ia calle compré un periédico, traté de abrir- lo bajo una luz de la calle, no pudo y lo metis bajo el brazo. Hallé la Carretera 101, y consigulé subir a un camién de heno que se dirigia a San Francisco. Mientras marchaba por Sunset Boule- vard, inesperadamente el coche se arrimé al borde de la acera y se detuvo. Lucky miré. cautelasa: mente a su alrededor. En una calle lateral, @ unos 497 r cien metros, se vetan las dos luces rojas de una Comisaria, Sintié deseos de saltar y correr, pero fl conductor no miraba las luces. —Les dije a esos Yagos que la manguera del aire perdia, Me hacen Volver loco. Se supone que deben ocuparse del Tmantenimiento y no hacen més que sentarse a ju gar a los naipes, El conductor sac6 un rollo de cinta negra del bolsillo y bajé. Lucky se quedé sentado unos po- cos minutos y Iuego baj6 del camién y fue hacia Ia luz de los faros, abrié el periédico y ley6: _ R. NOTT, DETECTIVE FERROVIARIO, MUERTO El cuerpo decapitado de L, R, Nott, de 1927 De Soto Street, un detective asignado aun carquero que se dirigfa al norte, fue hallado esta mariana temprano sobre los rleles cerca de la estacion San Fernando. Se cree que perdié el equilibrio cuando ‘el tren estaba desviando vagones en el desviadero de San Fernando y cay6 bajo las ruedas, Los fu- erales se realizarén mafiana en la Iglesia Meto: lista de De Soto Street. El sefior Nott deja a una viuda, la que fuera s°- fiora Elsie Snowden de Mannerheim, y un hijo, LR. Nott hijo, de cinco aos.” Miré la nota, volvi6 a plegar el periédico, lo me- 1i6 bajo el brazo y fue hacla donde el conductor estaba arreglando la manguera del aire, Estaba a salvo, y [0 sabia. "Muchacho, zte Haman Lucky? Tu nombre es Lucky? Dirta que st”. ‘Se apoyé en el acoplado y dejé que sus ojos vagaran por la calle, Vio las dos luces rojes de la comisarfe, resplandecientes. Aparté la mirada ré- pidamente. Una extrafia sensacion comenz6 a in- Vadirlo. Deseaba que el conductor se diera prisa. De pronto volvié a la luz de los faros, hallé 1a noticia y la reley6, Reconocié ahora la sensactén; fra la antigua sensacion del domingo por la no- che que solfa tener en su pueblo cuando sonaban Jas campanas y dabia dejar de jugar a las escondi das @ ls luz del ereptsculo, ir ata iglesia y ente rarse de la nocesidad de salvarse, Records la vec Gs habia falta ala nlesiay se habe eseonda en la cochoriasy Ia soledad que habla sontide, por Seno habia con quien jugsr 2 les escondidas: om habia entrada hurtaas en fa Tglota 96 Habla quedado do ple en Ia parte posterior para ir hablar do ia necesidad do fa selvactom Sus ojos volvieron bruscamonto haste ias tuces rolas’y lente, temblorosa pero Gecididamants, se encontrs caminando hacia eles —Guiero entrogarme 6, bseen por un gran robo on Hee: hensack, Nueva Jersey. : . ae No, yo —Dejaos de ofrecer visles gratis desde el New ome gratis doado el N “Slate 8 un hombre, aire cuando hiciste oso? SAnocie = bende? —Geree do aqut. En San Femando. Fue ast nantspera, que sate una tarjetas: Ben, £66 on ule. ZNO tienes ningsin segundo. nombre —Me Ilaman Lucky. “ sie {Micky como "eortunado' Si sehor,”” Lucky come “afortunedo”. 130

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