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La incesante competencia entre géneros

Hay temas trendy que son locales, nacionales, e incluso universales, algunos de ellos se ven
limitados no solo por espacio geográfico, sino también por espacios temporales, pero hay
algunos otros que trascienden a estas barreras. La disputa entre sexo fuerte y sexo débil existe
desde que el humano es capaz de realizar interrogantes y afirmaciones. ¿Es el hombre el sexo
fuerte? No, aunque a lo largo de la historia se nos haya convencido de lo contrario. Expertos de
distintas ramas han realizado investigaciones para rebatir esa afirmación que durante siglos ha
sido verdad absoluta.

Los hombres no son el sexo fuerte, empecemos por rebatir uno de los argumentos más
comunes utilizados para señalar lo contrario: los hombres son más musculosos que las mujeres.
Esta afirmación tan común se ve cuestionada en el artículo «Las mujeres ¿más débiles
físicamente que los hombres?» el bloguer Basta de sexisno, afirma que la debilidad de las
mujeres es una consecuencia del machismo. En este mismo artículo se aborda el aliento
mercadológico a que las mujeres sean frágiles y delicadas, además de la fuerte crítica a la que
son sometidas cuando deciden desarrollar sus músculos.

En el mismo orden de los músculos, una evidencia de que los hombres no son el sexo fuerte
se encuentra registrada en un artículo publicado en México en 2012, llamado «Corazón de
mujeres, más fuerte que el del hombre» en el mismo, el articulista afirma que «personas de sexo
masculino tienen mayor rango de posibilidades de morir de un mal cardíaco».

Otra razón para afirmar que no lo son, también con respecto a lo físico, más específicamente
genético, es la afirmación del doctor Gerald Hüther, quien en una entrevista afirma con
propiedad: «El hombre es el sexo débil, es una cuestión metabólica». Desarrolla esta explicación
señalando que la mayor capacidad del sistema inmune se encuentra en el cromosoma X y los
hombres al solo poseer uno, a diferencia de las mujeres, poseen menor resistencia a ciertas
enfermedades. En el periódico Vanguardia también se publicó un artículo titulado «Mujeres son
el sexo fuerte por su sistema inmunitario» donde el mismo Hüther habla de un «super
cromosoma» que poseen las mujeres que las hace más fuertes y resistentes a enfermedades.

El próximo argumento sirve para constatar que los hombres no solo no son el sexo fuerte
físicamente, sino también en lo que a su interior concierne. En 2009, Europapress publicó un
artículo llamado «Las mujeres son más fuertes que los hombres ante la crisis». Como respuesta
biológica al rol que el hombre cumplía desde que existían los primeros homínidos, de ejecutar,
proveer y reaccionar de manera inmediata ante el peligro, aún siendo el hombre de hoy más
evolucionado, permanece en él esta conducta. Es por esto que ante la crisis los hombres
reaccionan de un modo más violento y también poseen mayor tendencia a recurrir al alcohol,
dada su incapacidad de emplear el diálogo ante los momentos que les cuesta manejar. Juan José
López Ibur señala que «los hombres sufren más que las mujeres ante las grandes crisis», esta
misma incapacidad produce una mayor tendencia al suicidio.

La próxima razón a presentar, en vez de enfocarse en la fortaleza de los hombres, arrolla la


rayada idea de que las mujeres son el sexo débil. En el mundo actual, cada día es menos
imprescindible la fuerza física de la que presumen algunos hombres, además, desde hace algunas
décadas la mujer ya se insertaba en mundo laboral y llega a ser igual o mayormente productiva
que el hombre, así lo afirma Flor de María Gamboa cuando dice que «El aumento en el número
de madres solteras está altamente relacionado con el número de años de escolaridad de las
mujeres. Este factor les da la seguridad para tomar la decisión de ser mamás sin una pareja».

En ese mismo tenor, algunos estudios han contemplado la posibilidad de que se extinga el
macho y aún así la humanidad siga su rumbo. Es decir que no basta con afirmar que el hombre
no es el sexo fuerte, sino que también se vislumbra la posibilidad de quede existir un solo género
sería la mujer. La anterior afirmación se concretiza con el estudio «El fin de los hombres ¿Se
extinguirá el macho humano?». En este texto habla de muchas especies que han sido capaces de
reproducirse sin necesidad del macho. Señalando esto, se aproximan a la idea de que exista la
reproducción humana sin necesidad de la intervención del hombre, a través de la alteración de
los gametos femeninos convertidos en gametos masculinos. Las ideas de Gerald Hüther bien
concuerdan con estas afirmaciones cuando en su entrevista afirma que «... con la eyaculación de
un solo hombre se podría reproducir Norteamérica dos veces. Nacemos con una dificultad
biológica».

Aún habiendo expresado estas tesituras de por qué el hombre no es el sexo fuerte se hace
preciso destacar que la mujer tampoco lo es. Estos textos deben leerse con el enfoque de la
reivindicación de la mujer y la valoración de sus logros y habilidades, entendiendo que, aunque
algunas investigaciones persigan la autonomía de un género, uno y otro se complementan. El
mayor reflejo del complemento de los géneros es la humanidad: billones de humanos que no
existirían de no haberse fecundado un cigoto con 23 cromosomas femeninos y 23 masculinos.

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