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Publi~ado en Actuel Marx, n" 12, 'T écologie, ce matérialisme hístorique", PUF, 1992.
12 Diamat: abreviación de materialismo dialéctico. [N. del T.]
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13 Edgar Morin: La Vie de la tne, Le Seuil, 1980, pp. 94-95 [La vida de la vida, Madrid,
14 Juego de palabras entre ménager, ménagement y management, sin equivalente en
Cátedra, 1983]. castellano. [N. del T.]
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las industrias privadas y/ o lasadministracionespúblicasbene- ción reforzada del aparato del Estado!?El mismo tipo de tute-
ficiabandespojando a los ciudadanos de su medio vital.Dicho laje se opera de manera más difusa en todos los ámbitos en
medio estaba alterado, tecnificado,pavimentado, colonizado los que la profesionalización -la formalización jurídica y la
para corresponder a las exigenciasde la megamáquina indus- especializaciónque entraña- desacredita los saberesvernácu-
trial. Ésta enajenaba lo poco que les quedaba del medio "natu- los y destruye la capacidad de los individuos de hacerse cargo
ral" a los habitantes, los agredía con contaminación ambien- de ellos mismos. Se trata de las "profesiones inhabilitantes"
tal y, fundamentalmente, confiscaba el ámbito público en (disabling professions) denunciadas por Ivan nua-".
provecho de aparatos técnicos que simbolizaban la violación La resistenciaa esta destrucciónde la capacidadde hacerse
por parte del capital y del Estado del derecho de los individuos a cargo, dicho de otro modo, de la autonomía existencial de
determinar por ellos mismos la manera de vivir en conjunto, los individuos y de los grupos o comunidades, se encuentra
de producir y de consumir. en el origen de los componentes específicos del movimiento
.Esta violaciónha sido particularmente flagrante en el caso ecológico: redes de ayuda mutua de enfermos, movimien-
de la energía electronuclear:el programa de construcción de tos en favor de medicinas alternativas, movimiento por el
centrales se basaba en decisiones político-económicas dis- derecho al aborto, movimiento por el derecho a morir" dig-
frazadas como decisiones técnicamente racionales y social- namente", movimiento en defensa de las lenguas, culturas
mente necesarias. Preveía un muy fuerte crecimiento de las y "regiones", etc. La motivación profunda siempre es la de
necesidades de energía, privilegiaba las mayores concentra- defender el "mundo vivido" contra el reino de los expertos, .
ciones de las tecnologíasmás pesadas para hacer frente a esas contra la cuantificación y la evaluación monetaria, contra la
necesidades, creaba cuerpos de técnicos sometidos al secreto sustitución de relaciones mercantiles, de clientela, de depen-
profesional y a una disciplina cuasi militar; en una palabra, dencia a la capacidad de autonomía y de autodeterminación
hacía de la evaluación de las necesidades y de la manera de de los individuos.
satisfacerlas el ámbito reservado a una casta de expertos que
se escudaba tras un saber superior, pretendidamente inacce-
sible para la población. Esta última quedaba bajo tutela, en 17 En La Prophéiie aniinucléaire (Le Seuil, 1980), Alain Touraine et al. demostraron
beneficio de las industrias más capitalistas y de la domina- que, al poner el acento en el peligro de las centrales, lo que motivaba al movi-
miento no era el miedo, sino el deseo de cuestionar la omnisciencia en la que se
escudaban los expertos, corriendo el riesgo de desviar el debate hacia disputas
técnicas en detrimento de su trasfondo político.
la conspiración de fuerzas maléficas alógenas y la corrupción de los sectores diri- 18 Véase Némésis médicale (Le Seuil, 1975) [Némesis médica, México, Joaquín Mortiz,
gentes. Dicho en otros términos, explican una realidad que se volvió inaccesible 1976], Le 'Iraoailfantdme (Le Seuil, 1981) [Obras Reunidas. JI. El trabajofantasma,
para la comprensión intuitiva a través de causas que, por su parte, son intuiti- Fondo de Cultura Económica, 2009] y Le Chomiige créaieur (Le Seuil, 1997) [Ener-
vamente accesibles. gia y equidad. Desempleo creador,México, Joaquín Mortiz / Editorial Posada, 1978].
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Al menos en apariencia, el movimiento era puramente" cul- crática de un refuerzo de las obligaciones y de las manipulacio-
tural" .En la medida en que los partidos políticos se preocupaban nes ejercidas por el subsistema administrativo. Resulta imposi-
ante todo por el poder de administrar el sistema según el interés de ble fundar la política en una necesidad o en una cienciasin negarle
sus clientelas electorales, el movimiento ecológico debía de pare- al mismo tiempo su autonomía específica y sin establecer una
cerles antipolítico: este quería" cambiar la vida", sustraerla al sis- "necesaria" dictadura "científica", tan totalitaria cuando invoca
tema y a los gerentes del sistema, mientras buscaba ganar sobre las exigencias del ecosistema como cuando apela (como 10hacía
ellos espacios de autonomía y de experiencia de sociabilidad. el "diamat") a las "leyes del materialismo dialéctico".
Ahora bien, a partir de 1972,esas demandas de apariencia Por 10 tanto, el problema que se plantea a la ecología polí-
cultural recibieron un fundamento objetivo gracias al informe tica es el de las modalidades prácticas que permitan que indi-
de un grupo de científicosbritánicos, Blueprint for Survival y, poco viduos autónomos, persiguiendo su propio fin en el seno de su
después, por el informe financiado por el Club de Roma, Limits mundo vivido, tengan en cuenta las exigencias del ecosis-
to Grawth. La imposibilidad de continuar en la vía del crecimiento tema por medio de su juicio personal. Es el problema del aco-
de las economías industriales, la destructividad del modelo capi- plamiento retroactivo entre necesidad y normatividad o, si se
talista de desarrollo y de consumo, la ruptura del vínculo entre prefiere, de la traducción de necesidades objetivas en conduc-
"más" y "mejor" hacían necesario un cambio radical de las tas normativas correspondientes a exigencias vividas, a la luz
técnicas y de las finalidades de la producción y, por 10 tanto, del de las cuales se forman a su vez las necesidades objetivas. Lo
modo de vida. Los reclamos" culturales" del movimiento eco- que es nimás ni menos que el problema de la democracia.
lógico se encontraban de este modo Qpjetivamente fundamen-
tados por la urgente necesidad, científicamente demostrable, de
romper con el industrialismo dominante y su religión del cre- La autolimitación
cimiento. Por ende, el ecologismo podía volverse un movimiento
político, puesto que la defensa del mundo vivido no era sim- En Marx, este problema parecía soluble en la medida en que
plemente una aspiración sectorial y local desprovista de alcance el industrialismo debía engendrar las condiciones objetivas y
general, sino que aparecía conforme con el interés general de la la capacidad subjetiva de la autogestión generalizada. Debía
humanidad y del mundo viviente en su conjunto. desembocar en una sociedad (comunista) en que
Pero lo inverso no es cierto:tomar en cuenta los intereses eco-
lógicos de la humanidad no adquiere necesariamente -como 10 ...el hombre socializado, los productores asociados, regulen de
hemos visto-da forma, deseable desd~ el punto de vista de los manera racionalsus intercambiosconla naturaleza, los sometan
individuos, de una defensa o, mejor aún, de una reconquista del al control colectivo en vez de dejarse dominar ciegamente por
mundo vivido. Por el contrario, puede adoptar la forma tecno- ellos, y lo lleven a cabo con el menor esfuerzo posible y en las
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por día si proporciono la mayor cantidad de trabajo posible?', instrumento de trabajo del trabajador individual (...). La activi-
ratura que da pruebas de la extrema dificultad que tuvieron mados de la máquina a funcionar, a través de su construcción,
que enfrentar los patrones de las manufacturas y de las pri- como un autómata que cumple su misión, no existe en la con-
meras "fábricasautomáticas"para obtener de su mano de obra ciencia del obrero, pero actúa sobre él como una potencia extran-
un trabajo regular, a tiempo completo, día tras día y semana jera, como la potencia de la máquina. La apropiación del trabajo
tras semana. Para obligarlos a ello, no alcanzaba -corno lo vivo a través del trabajo materializado [...], inherente al concepto
habían hecho los manufactureros- con despojarlos de la pro- de capital, se asienta en la producción que se funda en la maqui-
piedad de los medios de producción; también hacía falta, tras naria como un aspecto del proceso mismo de producción 22.
22 KarlMarx, Grundisse der Kritik der politischen Okonomie, op. cit., pp. 583-589.
23 Ibid., lococit.
24 ·.Enotra parte he mostrado que la maquinaria y la cienciaque se materializa en
21 Max Weber,L'Éthique protestante et l'espri: du capitalisme, Plon, 1985,p. 61[La.ética
ella tampoco son apropiables por ~l "trabajador colectivoproductivo"'(Gesam-
protestante y el espíritu del capitalismo, México,Fondo de Cultura Económica,1977
tarbeiter), el cual engloba una multiplicidad de colectivosseparados y disper-
(varias ediciones).]
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Sólo sobre la base de este triple desposeimiento es posi- necesidades como la naturaleza y la intensidad de su trabajo. En
ble que la producción se emancipe del arbitraje de los pro- consecuencia, la industrialización no habría desembocado en
ductores directos, es decir, que llegue a ser independiente concentraciones cuya dimensión y complejidad se sustraían del
de la relación entre las necesidades y los deseos que experi- poder de arbitraje de los productores. El desarrollo econó-
1/
mentan, la importancia del esfuerzo que están dispuestos a mico" no habría podido superar cierto umbral, la competencia
proporcionar para satisfacerlos, y la intensidad,la duración y habría estado contenida y la norma de lo suficiente habría
la calidad de ese esfuerzo. seguido regulando los "intercambios con la naturaleza".
Una vez más, este triple desposeimiento permitió la exis- Al eliminar el poder de los productores directos en y sobre
tencia de especializaciones funcionales cada vez más especí- la producción, el capital pudo finalmente emancipar la pro-
ficas, la acumulación y la combinación, en un mismo proceso ducción respecto de las necesidades experimentadas y selec-
de producción, de una masa de saberes tecnocientíficos pro- cionar o crear necesidades, así como la manera de satisfacerlas,
venientes de disciplinas heterogéneas, incapaces de comu- en función del criterio de la mayor rentabilidad. Así, la pro-
nicarse y de coordinarse entre ellas, y cuya organización pro- ducción se volvió, ante todo, un medio del capital para crecer;
ductiva requería un estado mayor y una estructura piramidal está al servicio de las "necesidades" del capital, y sólo en la
cuasi militar. medida en que el capital necesita consumidores para sus pro-
Sólo sobre esta base fue posible la industrialización, es decir, ductos es que la producción está también al servicio de las nece-
la acumulación de capital. Sólo al separar los productores direc- sidades humanas. Esas necesidades, no obstante, ya no son nece-
tos de los medios de producción y del resultado de la produc- sidades o deseos "naturales", experimentados espontáneamente;
ción fue posible que produjeran ;xcedentes más allá de sus son necesidades o deseos producidos en función de las necesi-
necesidades y que utilizaran esos "excedentes económicos" dades de rentabilidad del capital. El capital se sirve de las nece-
para multiplicar los medios de producción y aumentar su poder. sidades a las que obedece con miras a su propio crecimiento que
En efecto, suponiendo que los medios de producción indus- demanda, a cambio, el crecimiento de las necesidades. El modelo
triales hubiesen sido desarrollados originariamente por los pra- de consumo del capitalismo desarrollado es así resultado de
pios productores asociados, las empresas habrían seguido siendo la exigencia propia del capital de crear la mayor cantidad posi-
manejables por ellos, no habrían dejado de autolimitar tanto sus ble de necesidades y de satisfacerlas por medio del mayor flujo
posible de mercancías. La búsqueda de la eficacia máxima en
la valoración del capital exige así la ineficacia máxima en la
sos, funcionalmente especializados, lo que vuelve prácticamente imposibles la cobertura de las necesidades: el máximo derroche.
concertación entre los colectivos y su control sobre el producto final. Ese control
exigirla una organización y estados mayores que, corno en los combinats de la anti- Esta autonornización de la producción habría sido mucho
gua RDA, reproduzcan la separación y el desposeimiento mencionados más arriba. más difícil si los trabajadores hubiesen podido adecuar su jor-
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nada de trabajo al ingreso que estimaban necesario.A medida tencia social o pública fuera de la que estaba mediada por el
que la productividad y los salarios se elevaban, una fracción capital: el tiempo del no-trabajo debía permanecer como el
creciente de la población activa habría elegido, o podido ele- tiempo de la existenciaprivada, de la diversión, del descanso,
gir, trabajar menos y autolimitar el aumento de su consumo. de la vacación. Ante la demanda de reducir la duración del
Esta tendencia, de hecho, se reafirmó durante el apogeo del trabajo, la patronal siempre opuso la más áspera de las resis-
anarco-sindicalismo bajo la forma de trabajo intermitente o tencias. Prefirió acordar licencias pagas más largas. Pues las
de la semana de tres a cuatro días practicada en la metalurgia vacaciones son, por excelencia,una interrupción programada
parisina, entre otros, por los "sublimes simples" y los "ver- de la vida activa, tiempo de puro consumo, que no se integra
daderos sublimes" de los que habla Poulot25• Contra esta rea- en la vida de todos los días, no la enriquececonnuevas dimen-
parición de una autolimitaciónsegún la norma de lo suficiente, siones,no le confiereuna autonomía acrecentada ni otro con-
una reglamentación estricta de las condiciones de contrata- tenido que el del rol profesionaL
ción se introdujo en Inglaterra en 1910:reservaba los contra-
tos a hombres y mujeres que se comprometieran a trabajar a
jornada completa. Al hacer de la jornada completa la condi- La autolimitación como proyecto social
ción del empleo, el capital no sólo se aseguraba la dominación
sobre la mano de obra, la previsión de la rentabilidad y del En las sociedades industriales complejas, es imposible obte-
costo del trabajo; además extendía su dominio sobre el modo ner una reestructuración eco-compatible de la producción y
de vida de los trabajadores. No dejaba espacio, en sus vidas, del consumo simplemente otorgándoles a los trabajadores
más que para el trabajo funcion~i y remunerado al servicio el derecho a autolimitar su esfuerzo.Dicho en otros términos,
del capital,por un lado, y para el consumo al serviciodel capi- la posibilidad de elegir su tiempo de trabajo, el derecho al
tal, por el otro. El individuo social debía definirse como tra- "tiempo elegido".Ninguna correlaciónevidente existe,en efecto,
bajador-consumidor, como" cliente" del capital, en tanto entre el volumen de la producción y el tiempo de trabajo. En
dependía a la vez del salario percibido y de las mercancías la medida en que la automatización suprimió esta correlación
adquiridas. No debía producir nada de lo que consumía, ni alpermitir producir cada vez más riquezasconcadavez menos
consumir nada de lo que producía, ni debía tener alguna exis- trabajo, "el trabajo deja de ser la medida de la riqueza y el
tiempo de trabajo la medida del trabajo" (Marx).Además, la
disminución del volumen de trabajonecesario no beneficiaal
25 Véase Denis Poulot, Le Sublime, ou le iraoailleur comme il est en 1870 et ce qu'il peut conjunto de la población activapotencial ni aporta una eman-
. are, La Découverte, París, 1980. Véase también el excelente estudio de.Christian
Topalov "Invention du chómage et politiques sociales au début du siecle", Les
cipación o una esperanza de autonomía creciente ni a los
Temps modernes, nO 496-497, noviembre - diciembre de 1987. trabajadoresactivosni a los desocupados.Finalmente,no existe
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ninguna norma comúnmente aceptada de lo suficiente que autonomía y más seguridad existenciales, por la otra, para cadahom-
pudiera servir como referencia para la autolimitación. y sin bre y para cada mujer. Se trata, en otras palabras, de garanti-
embargo, esta sigue siendo la única vía no autoritaria, demo- zar institucionalmente a los individuos que una reducción
crática, hacia una civilizaciónindustrial ecocompatible. general de la jornada de trabajo les ofrecerá todas las venta-
Ladificultadque encontramosaquíno es,sinembargo,abso- jas de que se podía gozar antiguamente: una vida más libre,
lutamente insuperable. Significaesencialmente que el capita- más distendida y más rica. La autolimitación se desplaza así
lismoha abolidotodo lo que,en la tradición,en elmodo de vida, del terreno de la elección individual al terreno del proyecto
en la civilizacióncotidiana,podíaservirde anclajepara una norma social. A falta de anclaje tradicional, la norma de lo sufi-
comúnde losuficiente;y quealmismotiempoha abolidolapers- ciente tiene que ser definida políticamente.
pectiva que la alternativa de trabajary consumir menos puede
dar accesoa una vida mejory más libre.Lo que ha sido abolido, Sin entrar aquí en el detalle de cuestiones que he discu-
sin embargo,no es imposiblede reestablecer.Sóloque este res- tido en otra parte, quiero solamente recordar que la política
tablecimientono puede fundarse en una tradiciónni en correla- ecosocial consiste principalmente en garantizar un ingreso
cionesexistentes:debe instituirse;incumbea lo político,más pre- suficiente, independiente de la jornada de trabajo (la cual
cisamentea lo ecopolíticoy al proyectoecosocial. no puede sino decrecer) y eventualmente del trabajo mismo;
El sentido fundamental de una política ecosocial,tal como en distribuir el trabajo socialmente necesario, de manera que
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ha sido largamente debatida por los Verdesalemanes y euro- todo el mundo pueda trabajar, y trabajar a la vez mejor y
peos durante los años ochenta y ta.lcomo emerge hoy en la menos; en crear espacios de autonomía en los que los indi-
ecología política francesa, es restablecer políticamente la corre- viduos puedan emplear el tiempo libre de trabajo en activi-
lación entre menos trabajo y menos consumo, por una parte, más dades de su elección,entre las que se han de incluir autopro-
ducciones de bienes y serviciosque reducirán su dependencia
del mercado y de las prestaciones profesionales o adminis-
trativas, y que permitirán reconstruir un tejido de solidari-
26 Sólo citaré aquí cuatro trabajos que contienen una bibliografía extensa: Michael dades y de sociabilidad vividas, hecho a partir de redes de
Opielka (dir.), Die Okosoziale Frage, Francfort del Meno, Fischer Altemativ, 1985;
Joseph Huber, Die Regenbogen Gesellschaft.Okologie und Socialpolitik, Fischer Alter-
ayuda mutua, de intercambios de servicios, de cooperativas
nativ, 1985;Michael Opielka, Georg Vobruba (dír.), Das garantierte Grundeinkom- informales. La liberación del tiempo, la liberación del trabajo
men, Fischer Altemativ, 1986; Michael Opielka, Llana Ostner (dir.), Umbau des
heterónomo, funcionalmente especializado,deben concebirse
Sozialstaats, Essen, Klartext, 1987.
27 Véase especialmente Les Verts et l'économie, Gentilly, 1992 (documento de los Ver- como una política de conjunto que también exige volver a
des), así como el periódico TransversalesScience Culture y las obras de Guy Aznar: pensar la arquitectura y el urbanismo, los equipamientos y
Non aux loisirs non a la retraite, Galilée, 1978; Tous a mi-temps, ou le scénario bleu,
Le Seuil, 1981; Le Travail, c'estfini. A plein ioute la tne, Belfond, 1990. los serviciospúblicos,las relacionesciudad-campo, de manera
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de destrabar las esferas de vida y de actividad, para favore- no se le prescribe ningún fin, elige los fines para los que dis-
cer los intercambios autoorganizados". pone de medios más eficaces:tomará como meta el crecimiento
La ecología política hace así cambios ecológicamente nece- de la esfera en la que su racionalidad puede desplegarse y
sarios en la manera de producir y consumir para incentivar tenderá a someterle todas las demás esferas, incluidas la vida
cambios normativamente deseables en el modo de vida y las y las bases naturales de la vida.
relaciones sociales. La defensa del medio de vida en sentido Esta dominación de la racionalidad económica sobre todas
ecológico y la reconstitución de un mundo vivido se condicio- las demás formas de racionalidad es la esencia del capitalismo.
nan y se sostienen uno al otro. Uno y otro exigen que la vida Librado a sí mismo, acabaría en la extinción de la vida y, por lo
y el medio de vida se sustraigan a la dominación de 10 eco- tanto, de sí mismo. Si debe tener algún sentido, no puede ser
nómico, que crezcan las esferas de actividad en las que la sino el de crear las condiciones de su propia supresión.
racionalidad económica no se aplica. Esta exigencia, en verdad,
es tan antigua como la civilización. Desde el ricardiano anó-
nimo, cuyo panfleto fechado en 1821 le gustaba citar a Marx,
hasta Keynes y Leontieff, los grandes teóricos de la economía
moderna han hecho del tiempo disponible (del disposabletime)
para las actividades" que valen por ellas mismas como su
propio fin" (die sich als Selbstzwetck gilt, según la expresión de
Marx en las Grundisse) "la verdadera medida de la riqueza" .
Lo que equivale a decir: la activid;d económica no tiene sen-
tido más que cuando está al servicio de otra cosa que no es
ella misma. Es que la economía es por excelencia una forma
de la "razón cognitiva-instrumental", es decir, una ciencia del
cálculo y de la eficacia de los medios y de la elección de los
medios más para obrar en miras a un fin. Es inaplicable a los
fines que no son distintos de los medios empleados y no
puede por ella misma determinar los fines a realizar. Cuando
. . .
28 Véase al respecto Nordal Akerman, "Can Sweden be Shrunk?", Development
Dialogue, nO 2,1979.