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8 Ibid.
Definir el estructuralismo por su adopción de la perspectiva se-
miológica, es, sin duda, definirse por un estructuralismo. La pa- 9 Ferdinand de Saussure, Curso de lingüística general, Losada, Buenos
labra importa menos que el objeto elegido. No se trata de de- Aires, 6º ed. 1967, pág. 193.
fender el uso del término negándoselo a otras corrientes que
son conocidas con el mismo nombre, ni tampoco de reivindicar 10 Carlos Marx, El Capital. Crítica de la economía política, Cartago, Buenos
la pureza de cierta acepción de la "estructura". Tal vez, en rea- Aires, 1956, t. III, pág. 693.
concepto de un juego fundado, constituido a partir de una inmo- 102 Op. cit., pág. 411.
mo una necesidad de pensar el proceso de la significación que origen, ofrecido a una interpretación activa. De esta manera
subordina los desplazamientos y las sustituciones de la estruc- quedaría cancelada108 incluso esa posibilidad de un nuevo hu- IIº Congreso
tura a esa ley de la presencia central. Porque esta presencia manismo109 cuya inspiración, según Lévi-Strauss, podía bus- Nacional de
siempre estuvo alojada en un "sustituto"; el centro careció de un carse en la etnografía, es decir, en aquella ciencia cuyo objeto Filosofía
lugar natural, "no era un lugar fijo sino una función, una especie se constituye, precisamente, estableciendo -entre una sociedad
de no-lugar" en el que se producía al infinito el juego de las y otra, entre una cultura y otra, entre una costumbre y otra- el Temas de filosofía
sustituciones de signos. De este modo, "la ausencia de signifi- juego de las diferencias.
cado trascendental extiende al infinito el campo y el juego de la
contemporánea
significación".103 A título indicativo, se puede señalar que en la
producción de este descentramiento tuvieron incidencia algunas José Sazbón
grandes corrientes del pensamiento de nuestra época: la crítica
nietzscheana de la metafísica (que sustituye los conceptos de
ser y de verdad por los conceptos de juego, de interpretación y
de signo), la crítica freudiana de la presencia a sí (crítica de la
conciencia, del sujeto, de la proximidad a sí), la destrucción hei-
deggeriana de la metafísica (crítica del ser como presencia).104
Derrida ve en este pensamiento del juego una afirmación, tam- 109 Claude Levi Strauss, "Introduction a l'oeuvre de Marcel Mauss", en
bién procedente de Nietzsche, que consagra el juego del mundo Marcel Mauss, Sociologie et Anthropologie, Presses Universitaires de
y la inocencia del devenir, un mundo de signos sin verdad, sin France, Paris, 3ª ed. 1968, pág. XXIX. UNTREF VIRTUAL | 14