Sobre el autor
Andrea Camilleri nacié en 1925 en Porto Empedoce, pro-
vincia de Agrigento, Sicilia, y actualmente vive en Roma.
Durante cuarenta afios fue guionista y director de teatro
y televisi6n. Andrea Camilleri es hoy el eseritor més po-
pular de Italia y uno de los autores més leidos de Europa,
gracias a la serie de Salvo Montalbano, el entrafable co
misario siciliano. En la actualidad consta de diecisiete
novelas: La forma del agua, El perro de terracota, El ladrén
de meriendas, La vox del violin, Un mes con Montalbano,
La Necheviea de Montalbano, La excrsin a Tinderi, El olor
de la noche, El miedo de Montalbano, Un giro decisivo, El pri~
mer caso de Montalbano, La pacienca de la araha, La luna de
papel, Ardoresde agosto, Las alas dela exfinge, La pista de arena
y Elcampo del alfarero.
Andrea Camilleri
Un mes con MontalbanoUn mes con Montalbanorizaba lentamente, como una respiracion tranquila, Se habia
preparado una cafetera napolitana de cuatro tazast de vez en
cuando se levantaba, entraba en la cocina, llenaba la taza y
volvia a sentarse, Estaba contento por su amigo Calério
Encontré la direccién en el lisin de teléfonos. A las
cho en punto hizo sonar el telefonillo del dactor Eugenio
Comaschi. Le respondié una voz. masculina
— Quien es?
—Entrega a domiclio,
Mi hijo no esti.
—No importa, puede firmar cualquiera,
—Tercer piso.
Cuando el ascensor se detuvo, un viejo distinguido es-
peraba en el rellano vestido con un pijama, En cuanto Atti-
lio Comaschi vio al comisari, desconfi6, comprendié en-
seguida que aquel hombre nada tenia que ver con entregas
adomicilio, sobre todo porque no llevaba nadaen la mano.
— Que desea? —pregunts el viejo.
tregarle esto —respondi Montalbano sacando del
bolsillo el cuadradito de gasa manchado de marrén oscuro,
— Qué porqueria es 6sa?
—Esun pedazo de a venda con la que usted, hace cin-
‘cuenta ocho afios, se envolvié Ia herida que se hizo al ma-
tara Carlo.
Dicen que hay balas que cuando hieren a un hombre lo
desplazan tres o cuatro metros hacia atrés. Fue como sino
de estos proyectiles le hubiera dado en el pecho porque el
viejo chocé literalmente contra la pared. Liuego, se recupe-
16 lentamente y hundié la cabeza en el pecho.
No queria matar a Livio—dijo Attilio Comaschi
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Par condicio
Cuando Montalbano llegé recién nombrado ala comisaria
de Vigita, su colega saliente le hizo saber, entre otras cosas,
que el tertitorio de Vigata y sus alrededores era objeto de
contencioso entre dos «familias» mafiosas los Cuffaro y los
‘Sinagra. Ambas intentaban poner fin ala lange disputa re-
curriendo, no alas instancias con papel sellado, sino a mor
tiferos disparos de lupara.
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