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Institucionalización de la

Geografía
El proceso de reconocimiento de la geografía como disciplina científica
no se explica solamente desde el desarrollo de la geografía como tal.

La sola existencia de Humbolt y Ritter (considerados como los padres


putativos de la geografía contemporánea), no explica suficientemente
su nacimiento y desarrollo.

De hecho no dieron lugar ni a una red institucionalizada de discípulos y


sus ideas tuvieron escaso eco en la geografía de su época.
El espectacular desarrollo de la geografía universitaria en la segunda
mitad del s. XIX, su proceso de institucionalización como ciencia vino
tras una fase de decadencia explicada por dos razones principalmente.

La primera es la progresiva pérdida de contenidos que sufrió ante la


creación de nuevas ciencias especializadas (geodesia, cartografía,
geología, etc.).

La segunda es su identificación con la descripción de los países, con un


saber enciclopédico sin ningún contenido teórico destinado
esencialmente a la divulgación.
Las razones de la institucionalización deben buscarse más en factores
sociales externos que en la lógica interna del conocimiento científico
geográfico.

De entre ellos pueden destacarse dos: la presencia de la geografía en


los programas de enseñanza primaria y secundaria a 10 largo del siglo
XIX y la consiguiente necesidad de formar docentes en un momento de
rápida expansión de los efectivos escolarizados sería el primero.

El segundo factor es el papel que las Sociedades Geográficas jugaron


reforzando los intereses imperialistas de las naciones europeas y el
impulso explorador de territorios coloniales.
En el marco de la consolidación y sistematización del positivismo, que tendrá
lugar en la segunda mitad del siglo XIX, dar una respuesta acerca de cuál era el
objeto de la geografía resultaba una necesidad imperiosa, en especial a partir
de la publicación de la obra de Augusto Comte en 1844, que impuso la
definición y clasificación de las ciencias según su objeto de estudio.

Será el evolucionismo, que dará fundamento a la definición de un objeto


propio para la geografía: la relación entre el hombre y el medio.

Esta definición permitirá superar la "explosión" de la geografía y el creciente


divorcio entre las ciencias de la Tierra y del hombre, dando nuevos
fundamentos a un viejo tema de interés central y recurrente en la geografía,
como es el de la influencia del medio en los seres vivos en general, y en
particular en los hombres.
Dentro de este contexto donde se debe entender la importante
influencia que tuvieron las tesis positivistas y evolucionistas, tan en
boga en aquella época en la ciencia europea, en una geografía que
estaba institucionalizándose y tratando de hacerse un sitio como
disciplina científica, tras una época de crisis, entre otras ciencias que le
hacían competencia. y se reflejó sobre todo en Alemania.
El evolucionismo aporta a la geografía el concepto de organismo, en el
sentido de un todo vivo, y la concepción positivista dominante
contribuye a transferir los conceptos de las ciencias naturales (función,
organismo, el nacimiento de la ecología como ciencia de las relaciones
entre organismos vivos y el medio natural, etc.) a la sociedad.

La geografía humana de Ratzel comenzó a definirse como rama


científica más en la línea de la tradición etnográfica que en el de las
descripciones regionales. Las principales aportaciones recogidas en su
"Antropogeographia", serían los conceptos de biogeografía universal,
problemas de migración y difusión (aportación fundamental),
conceptos como ecumene o espacio vital, y aspectos metodológicos.
En la base de la visión geográfica de F. Ratzel está la concepción
orgánica de la tierra, que le conduce a un planteamiento integrado de
los fenómenos vitales.

Para él la geografía es sobre todo ecología, preocupándose de las


relaciones entre los distintos organismos vivos y entre éstos y el medio
ambiente.

Así se configuró el llamado determinismo geográfico, que es no sólo


una acepción de la influencia del medio físico en las actividades, sino
también una búsqueda del riguroso encadenamiento causal existente
entre los factores físicos y los fenómenos humanos.
La actitud positivista encuentra su máxima expresión en la utilización
que hace de los conceptos biológicos y ecológicos para la
interpretación de los hechos de geografía política con su teoría del
espacio vital.

La misma lucha que se da entre los seres vivos por la ocupación de un


territorio, sobre todo cuando ha sido ocupado totalmente un espacio
restringido, cree Ratzel que se da entre los pueblos y estados,
dependiendo la grandeza de éstos de la posesión de medios de
dominio y de la estabilidad de sus instituciones políticas, pero sobre
todo del área que ocupan y de su número de habitantes. es así que la
teoría del espacio vital sirvió para justificar las ideas expansionistas de
los pueblos.
La geografía se consolidará, así, como una disciplina con un objeto
propio: la relación hombre-medio, cuyo abordaje puede realizarse a
través del método positivista.

Ambas cuestiones -objeto propio y metodología científica- le aseguran


un lugar entre las ciencias.

También adquirirá el carácter de conocimiento útil para sociedades


embarcadas en procesos de definición estatal y expansión colonial: el
discurso determinista dará una explicación -y una justificación-
"científica" a la dominación de otros pueblos
En los últimos decenios del siglo XIX, comienza a surgir una reacción
contra el positivismo y el naturalismo.

La separación conceptual entre naturaleza y espíritu y,


correlativamente, entre ciencias naturales y Ciencias sociales se
acentúa. Esto que afectó al núcleo de la formulación geográfica como
una ciencia puente centrada en las relaciones hombre – medio.

Como alternativa, comienza a configurarse una nueva geografía que


tendrá como conceptos centrales región y paisaje. Se afirma el carácter
concreto (ideográfico) de la geografía frente a las pretensiones
generalizadoras (nomotéticas) del ambientalismo y cobran mayor
fuerza las explicaciones de tipo historicista y el inductivismo como
método de conocimiento.
Los protagonistas de esta verdadera transformación conceptual serán
Alfred Hettner en Alemania, Paul Vidal de la Blache y Lucien Febvre en
Francia y, más tardíamente, Carl Sauer y Richard Hartshorne en Estados
Unidos, donde la tradición ambientalista tuvo un mayor arraigo.

La geografía regional configuraba una ciencia – método (la geografía


como punto de vista). La geografía del paisaje se desarrollaría en
cambio de una forma más ortodoxa, como una ciencia – objeto (el
paisaje como producto material o reflejo de un grupo humano).
Para Hettner, el estudio de la historia de la geografía mostraba la existencia de
dos conceptos de esta ciencia. La de Erdkunde, es decir, la geografía como
geografía general, y el de la Landerkunde o enfoque regional o corológico.

Hettner criticó la definición de Richthofen de la geografía como ciencia de la


superficie terrestre, ya que los "estudios de lasuperficie terrestre como tal, es
decir, sin tener en cuenta las diferencias locales, no son todavía geográficos".

Para Hettner: “únicamente cuando concibamos los fenómenos como


propiedades de los espacios terrestres, estaremos haciendo geografía” y la
geografía no era, por tanto, ni una ciencia natural ni una ciencia social, sino
ambas cosas a la vez ya que “la naturaleza y el hombre forman parte
inseparable de la caracterización de las regiones”
En el desarrollo del sentimiento de nacionalidad, de la idea de patria, el
conocimiento de la historia y de la "geografía" del propio país eran sin
duda, elementos indispensables. "Sólo se ama lo que se conoce", sería
una idea compartida por políticos y pedagogos. Ello explica
sufrientemente el que ambas ciencias entraran en los programas de
enseñanzas básicas con el apoyo decidido del poder, ya que su
presencia correspondía a sus propios intereses políticos.

La geografía cumplió un papel que -como el de la historia- era


absolutamente esencial en la época de aparición de los nacionalismos
europeos. Y lo cumplió no sólo a través de la enseñanza, transmitiendo
a la población que estaba siendo escolarizada ideas acerca de la
"unidad dentro de la diversidad" del territorio nacional, sino también
mediante la realización de obras "científicas" y de divulgación acerca
del propio país, obras cuyos
Así, la geografía se convirtió de forma creciente a lo largo de la segunda
mitad del siglo XIX en una ciencia al servicio de los intereses
gubernamentales, al servicio de los intereses de la burguesía
nacionalista europea.

En la época del imperialismo europeo la geografía cumplió además otra


importante función al facilitar el conocimiento del imperio colonial, en
el caso de los estados que lo tenían.
Las primeras fundadas fueron la Société Géographique de Paris (1821)
que llevó una vida lánguida hasta la mitad del siglo, la Gesellschaft für
Erdkunde de Berlin (1828) y la Royal Geographical Society de Londres
(1830) que contó en un primer momento con 460 socios.

A pesar de estos tempranos comienzos, el número de sociedades


geográficas creció lentamente entre la primera fundación de 1821 y
1878, fecha en que ya existían 50 sociedades con mas de 21 mil
miembros.

Los miembros de estas sociedades geográficas eran militares,


naturalistas, navegantes, comerciantes, políticos, eclesiásticos...
Los objetivos de estas sociedades incluían no solo la
organización de exploraciones y el fomento del comercio sino
también la creación de estaciones meteorológicas, la
realización de observaciones astronómicas, y estudios
etnográficos.

La idea de contribuir a la expansión de la civilización


(europea, claro está) era aceptada por todos y ello era el
justificante ideológico de las empresas de exploración que
precedían a las de conquista y civilización.
La institucionalización universitaria de la geografía planteó, ante todo,
problemas de reclutamiento de los nuevos profesionales, siendo así
que, por definición, los geógrafos no existían. Por ello los profesores
universitarios de la nueva ciencia institucionalizada –los que se
convertirían en los fundadores y, a veces, "maestros" de la nueva
comunidad- fueron llegando desde disciplinas diversas: historiadores,
geólogos, etnógrafos, zoólogos, naturalistas.

Desde principios del siglo XX la comunidad de los geógrafos aparece, en


general, consolidada y reconocida en el seno de la comunidad
científica. La tarea principal será entonces la de defender la geografía
de otras ciencias competidoras en desarrollo.

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