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Los propósitos como camino hacia una meta

Como bien dijo Séneca: “Si no sabes hacia donde se dirige tu barco, ningún viento
te será favorable”. Pero ¿qué significa esto? ¿Cómo aplicamos esta frase en el
proceso educativo para lograr resultados realmente efectivos en cuanto al
aprendizaje de nuestros estudiantes?

He ahí donde entran en juego los propósitos como elementos que orientan el
trabajo del docente hacia metas específicas y resultados que pretende lograr a
través de su labor. Es decir, los propósitos no son más que aquellos resultados
que esperamos obtener al final del proceso educativo y que son los que guían las
actividades y estrategias aplicadas a dicho proceso.

Todo docente debe tener claro el significado del concepto de propósito, pues de
esto depende en gran manera la efectivdad de la planificación que este elabore
para trabajar los contenido, además de que las estrategias y técnicas didácticas a
implementar dependen en gran medida de los propósitos que se hayan planteado
para las clases.

El concepto de propósito nos permite entender la planificación de cualquier trabajo


en base a las metas que se desea alcanzar al final del mismo, lo que significa que
los propósitos hacen referencia a aspectos específicos de la planificación y
abordan varias partes de la misma. Dicho en otras palabras, aunque los propósitos
se refieren a un aspecto en particular del proceso de planificación, su elaboración
tiene mucho que ver con los demás elementos que componen la misma, ya que, o
bien dependen de ellos, o bien, tales elementos parten a partir de los objetivos
planteados a principios del programa.

La importancia de los propósitos en el proceso enseñanza-aprendizaje viene


determinada por diversos factores, los cuales, actuando en conjunto, se
interrelacionan a fin de lograr la efectividad a lo largo de la labor del docente en el
marco de la educación. A partir de ahí, se considera que los propósitos juegan un
papel fundamental en la selección de las estrategias adecuadas a lo largo del
proceso, el desarrollo de actividades y técnicas relacionados con los contenidos y
la determinación de los indicadores que permiten al maestro saber en qué grado
ha logrado los propósitos u objetivos planteados al inicio de su planificación.

La educación es un camino que inicia a partir de la elaboración de un plan de


acción mediante el cual se determinan cada uno de los elementos a intervenir en
dicho proceso, y que culmina con la consecución de los objetivos propuestos para
el mismo. Es por ello que el planteamiento de los propósitos es una de las partes
más significativas en la elaboración de un plan de trabajo, ya que permite trazar la
ruta a seguir y el punto específico al que pretendemos llegar con dicha ruta. En
otras palabras, los propósitos sirven para determinar el camino a seguir en el
proceso educativo y la meta que se desea alcanzar al final de dicho camino.

Es importante señalar que, para que los propósitos plasmados en el plan de


trabajo docente sean efectivos, es necesario que los mismos estén debidamente
plasmados, sin generalizaciones innecesarias, sino más bien especificados de
acuerdo a objetivos fijos y bien delimitados. Esto es, al planear los propósitos de
cualquier trabajo, proyecto o proceso, es importante delimitar los mismos hacia
resultados específicos que queremos lograr, no a objetivos generales que
abarquen todo el trabajo.

El proceso de enseñanza aprendizaje requiere un correcto planteamiento de los


propósitos, puesto que es necesario tener claro cuál es el objetivo exacto del
proceso, a fin de desarrollar el mismo en base a dichos objetivos. Esto nos lleva a
contemplar y considerar los propósitos como el fundamento que orienta y
direcciona los resultados de todo proceso en general, y del proceso educativo en
particular.

Por ejemplo, si en el proceso de enseñanza de un tema de la geometría, el


maestro pretende crear un aprendizaje significativo en sus estudiantes, debe
plantearse objetivos específicos en torno al tema a trabajar, ya que así puede
diseñar las estrategias necesarias para que se puedan lograr dichos propósitos.
No tiene ningún sentido desarrollar un contenido didáctico si no existen un
propósito al cual se desea llegar, puesto que, como bien plantea la frase de
Séneca, si no tenemos claro a donde queremos llegar ninguna estrategia será
favorable ni ningún recurso suficiente para lograr un aprendizaje significativa.

Por otro lado, es importante, a la hora de plantear los propósitos de nuestra


planificación, tener presente la realidad del grupo al cual se aplica dicha
planificación, puesto que una de las principales características de los propósitos
educativos es su fiel correspondencia con la realidad. Esto significa que para
diseñar unos propósitos reales, es menester tener en cuenta las características de
los estudiantes, además de los recursos disponibles y los factores del entorno o
contexto que rodea a dicho grupo.

Finalmente, es importante decir que los propósitos en la planificación educativa no


son más que el fin al cual deseamos llegar en dicho proceso, por lo cual se trata
del elemento que nos marca el camino a seguir y los principales recursos
aplicables al mismo.

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